La histeria es una enfermedad que nunca ha sido ni podrá ser definida (Ch. Lasègue)
La histeria es una enfermedad que nunca ha sido ni podrá ser descrita por un ….médico (L. Israel)
Freud intentó siempre dotar de bases biológicas al psicoanálisis y, lógicamente y dados los años en los que escribió y trabajó, estuvo influenciado por la teoría de la Evolución. Lo que ocurre es que se apoyó en dos teorías que hoy se consideran al menos incompletas o erróneas en algunos sentidos, la de la recapitulación de
Haeckel y las teorías de
Lamarck, no tanto por el propio Darwin. Sin embargo Ferenczi, al parecer si conocía la obra de Darwin y según hemos podido saber recientemente, Freud escribió un texto que no llegó a ver la luz titulado “Fantasia filogenética”, un escrito abandonado en un baúl propiedad de su hija Anna.
Uno de los intentos de Freud consistió en escribir “
Un proyecto para una psicología para neurólogos” (1895), un proyecto que abandonó según sus propias palabras porque no disponía de los conocimientos necesarios para terminarlo. El texto quedó inconcluso. El segundo intento fue
“Tótem y tabú” donde intenta dar una explicación a la equivalencia entre padre y tótem a la vez que esboza una explicación sobre el tabú del incesto.
Una fantasia filogenética.-
“La idea central de este escrito es precisamente una explicación evolucionista de los trastornos mentales, o de las neurosis, en terminología freudiana. Según este punto de vista, los acontecimientos evolutivos de la especie humana establecieron las neurosis porque las personas neuróticas quedan fijadas en un estadio del crecimiento que las personas normales superan. Dado que el crecimiento individual recapitula el desarrollo evolutivo de la especie cada neurosis se fija en un periodo evolutivo de nuestra especie. Según Freud, estos comportamientos fueron apropiados y adaptativos entonces pero ahora producen neurosis en nuestro mundo moderno. “Lo que ahora son neurosis fueron antaño fases de las condiciones humanas”, dice.
“Podemos ver aquí la gran semejanza con las teorías de la Psicología Evolucionista acerca del Ambiente Evolutivo Ancestral (AEA) y sus propuestas de que existe un desajuste entre nuestros mecanismos psicológicos adaptativos y el mundo moderno. Pero el Ambiente Evolutivo Ancestral que imagina Freud es un poco diferente al que imagina la Psicología Evolucionista. El de Freud tiene tres etapas o épocas: Primero existió una época dorada o edénica en la que todas las necesidades estaban sensatamente satisfechas. Después vinieron las penurias y dificultades, que Freud sitúa en la época de las glaciaciones. La tercera etapa, probablemente ya en el Neolitico es cuando se conforma el poder patriarcal y el padre pasa a ser el objeto a temor en vez de la naturaleza. A partir de ahí hace una clasificación de las neurosis según su aparición en el individuo y las va situando en ese contexto ancestral. En el individuo la aparición de las neurosis sería primero las transferenciales (neurosis de ansiedad, histeria, trastorno obsesivo, en ese orden) seguidas de las tres neurosis narcisistas (demencia precoz, paranoia y melancolía-manía) y en este orden las sitúa Freud con las más leves (las de transferencia) siendo a la vez las más arcaicas”. . (
Extraido de este post de Pablo Malo)
Las intuiciones de Freud mantienen cierto parecido con la hipótesis de Dawkins del gen egoísta y de la teoría actualmente aceptada de la discrepancia que existe entre nuestras adaptaciones ancestrales y el entorno en que vivimos hoy:
El individuo contempla la sexualidad como uno de sus propios fines; mientras que desde otro punto de visto no es más que un apéndice de su plasma germinal, al servicio de la cual pone sus energías a cambio de una prima de placer. El individuo es el vehículo mortal de una sustancia (posiblemente) inmortal –como el heredero que disfruta en usufructo de una propiedad que le sobrevivirá”. (Freud 1957). Es curioso que en la traducción inglesa de este texto se utiliza la palabra “vehículo” que es la misma que Dawkins utilizaría 60 años después en “El Gen Egoista”. Freud está siguiendo aquí, sin embargo, a August Weismann que fue quien distinguió entre la línea germinal y la línea somática, señalando la inmortalidad del plasma germinal. (Badcock 2000).
En el sentido evolutivo parece obvio que la representación de la boca (libido oral) es anterior a la representación del ano (libido anal) y a la fálica (clítoris o pene). Y en este sentido es obvio que en la maduración neurológica del bebé va trasmutando su interés de un orificio a otro y que en cada cambio aparecen otros hitos que le acompañan: hitos emocionales, conductuales y cognitivos.
Lo curioso de la formulación de Freud, a la que todo el mundo refuta es que ha sido reformulada con otras palabras sin que el fondo de la cuestión haya sido refutado nunca. Por ejemplo
la teoria de la reactancia, asume que el niño de dos años (los “terribles dos años”) pasa por un periodo, donde el “No” adquiere una enorme importancia. Es a través de esa negativa que el niño comienza a explorar su poder y el poder de los demás. Esa ganancia de poder tiene además correspondencias musculares, el niño comienza a deambular, se mueve constantemente y comienza a explorar su ambiente, trepa, corre, se agita, se cae y sobre todo se opone. Es obvio que la bipedestación tiene mucho que ver con el ojo y la ganancia de la tercera dimensión. Dicho de otro modo la teoria de la reactancia de Jack Brehm es una reedición de la libido anal freudiana solo que evitando hablar de sexualidad infantil.
Es como si en cada tránsito el niño sufriera una bifurcación que dividiera el mundo en dos mitades que se corresponderían con los siguientes valores binarios:
Fase oral: bueno-malo. Presencia-ausencia
Fase anal: controlar-ser controlado, dominar-ser dominado
Fase fálica: Tener o no tener
Fase genital: Hombre-mujer.
La idea de Freud es una idea evolutiva, no venimos de una pieza y de serie, sino que hemos de ir transitando esos caminos que dibuja lo que llamó, la sexualidad infantil. Uno de esos hitos es el complejo de Edipo, ese nudo de comunicaciones donde el niño ha de hacer frente a la sexuación.
El complejo de Edipo.-
No cabe duda de que el niño tiene sentimientos hacia ambos padres, y de que esos sentimientos son ambivalentes, una mezcla de cariño, nostalgia (en las ausencias), temor, admiración, tranquilización en la presencia, pero tambien celos, envidia, rencor y rabia contra los progenitores.
La idea simplista con la que se conoce el “complejo de Edipo” esta muy cercana a esta idea:
El niño quiere poseer a la madre y deshacerse del padre al que considera un rival, en la niña sucederia el proceso contrario.
Esto no es posible porque en la sexualidad infantil, poseer a la madre no tiene el mismo sentido que tiene para la mentalidad adulta y además “deshacerse” o “matar” al padre es también una metáfora y no una literalidad de los sentimientos infantiles cuya sexualidad -volvamos a recordarlo- es infantil, muy diferente de la sexualidad adulta común.
El niño lo que busca no es sexo sino recursos, es decir atenciones y validación: visibilidad y centralidad.
Lo que sucede en la realidad es que es inevitable que los niños (y también las niñas) se dirijan hacia el padre más atractivo para ellos o ellas en busca de esos recursos. Que coincida o no con el sexo contrario es lo de menos: todos tenemos la experiencia personal de haber sido atendidos más y mejor, queridos y validados, más por uno que por el otro progenitor y aunque la mayor parte de nosotros hemos logrado llegar a un cierto equilibrio en estos recuerdos infantiles, no cabe ninguna duda que en el balance siempre habrá un progenitor que resulte más beneficiado que el otro en nuestra memoria.
Y construimos narrativas: ” yo soy la hija de mi padre”, “mi padre no me atendió nunca”, mi madre era una mujer seca y nada cariñosa, gracias a mi padre que…”.”soy igualito que mi padre, el mismo temperamento, el mismo carácter” “no quiero parecerme a mi madre”, etc.
Dicho de otro modo: las relaciones entre padres e hijos e hijos entre si forma parte de nuestro destino común como especie, le llamemos complejo de Edipo o como dice Robert Trivers conflictos entre padres e hijos:
En la reproducción sexual dos extraños genéticos (al menos en la exogamia) se unen a largo plazo por el sexo. Se convierten así en progenitores de una descendencia común, en cuya supervivencia (y la de los genes que de ellos han heredado: en teoría un 50% de cada genoma) ambos tienen interés, pues se trata de una inversión genética. Pero dichos progenitores no realizan la misma inversión en la descendencia. Así, Trivers, reflexionó sobre la Inversión Parental (lo que Fisher llamó Gasto Parental), que es el coste que supone para cada progenitor la generación de una descendencia viable, y los conflictos entre los sexos a los que podría llevar la distinta inversión realizada por cada sexo a la procreación y crianza de los hijos.
Otra fuente de conflicto se da entre los mismos hijos que, interesados cada uno principalmente por sí mismos y por los recursos que pueda obtener de sus progenitores, encuentran en sus hermanos de sangre unos rivales encarnizados dispuestos a hacer uso de cualquier rabieta, zalamería o artimaña para centrar la atención (y los recursos escasos de los padres en tiempo, dinero, cuidados…) en sí mismos y obtener un extra de inversión parental a costa de los otros. Esto, además, supone un conflicto adicional nada desdeñable para los propios padres.
En este sentido, los hijos siempre valorarán a la baja los recursos que sus padres les han entregado y exigirán más incluso pasando por encima de las peticiones de sus hermanos, mientras que los padres pugnarán por ofrecer menos recursos a fin de no quedar exánimes. A este conflicto se le conoce como conflicto padres-descendientes en la teoria evolucionista.
Nuestro concepto del complejo de Edipo hoy está mucho más relacionado con estas ideas evolucionistas de Trivers que con las ideas pansexuales de Freud, al que sin embargo no desmiente en absoluto. El lector interesado puede leer este post donde hablé precisamente de este tema.
El Edipo de Dora.-
Es interesante señalar que Dora tenia un hermano mayor bastante brillante llamado Otto Bauer. y es tambien evidente que Dora preferia abiertamente a su padre -según la propia descripcion que hace Freud en su historial clinico- y tambien nos avisa de que la madre de Dora padecia la “psicosis del ama de casa”. Fue notorio para Freud que Dora era la “hija del padre” orientada decididamente hacia él y por decirlo an palabras comprensibles “enamorada” de su padre.
No es de extrañar que el Sr K, fuera para Dora un sustituto del mismo y tampoco que durante su análisis Freud insistiera una y otra vez en interpretarle tal hecho que sin dejar de ser cierto oscurecía -tal y como conté en el post anterior- el verdadero trauma de Dora, su decepción.
Una nueva subjetividad comenzaba a emerger en la epoca en que Freud comenzó a investigar sobre la histeria, las mujeres comenzaron a tener voz y a conectarse con su sexualidad a la vez que los entornos patriarcales seguian operando como modelos imaginarios en la mente de hombres y mujeres.
Se instaló definitivamente el efecto Bovary, (tomado de la novela de Gustave Flaubert): una mujer nueva comenzaba a emerger y también las primeras victimas que pasaron a engrosar las filas de esa curiosa enfermedad que conocemos como histeria, y lo hicieron disociando su cuerpo de su mente, una enfermedad dificil de definir, misteriosa y mutante. Su trauma era un trauma sobrevenido e instalado en la cultura de su tiempo su trauma era el mismo que el de Edipo y su castigo similar. Un trauma del desarrollo.
Bibliografía.-
Badcock C (2000). Evolutionary Psychology. A critical introduction. Polity Press.
Badcock C ( 1998) PsychoDarwinism: The new synthesis of Darwin and Freud. In Handbook of evolutionary psychology:Ideas,issues and applications, ed. C. Crawford and D. Krebs, Hillsdale, N.J.: Lawrence Earlbaum.