Contengo multitudes (Walt Whitman)
Ayer mismo leía un articulo donde el autor plantea una pregunta a sus colegas, se trata de una encuesta entre académicos del Reino Unido. La pregunta es ¿Cual cree usted que es el hallazgo más importante que ha hecho la psicología en los últimos años?
La mayor parte de las respuestas dieron el premio a una idea: la de que la mente no es unitaria, sino multimodular. Es decir la mente estaría compuesta por módulos, independientes entre si y que habrían evolucionado por separado para afrontar distintas tareas relacionadas con la preservación, reproducción y cooperación. Se trata de una idea muy querida por la psicología evolucionista pues combina la selección natural, con la psicología que hoy reconocemos como cientifica, sin embargo esta idea no es nueva y para darle a cada cual su mérito habría que reconocer que ya Pierre Janet hablaba de una «confederación de almas» en nuestra mente. Lo cierto es que Janet es uno de esos autores malditos que tuvieron la mala suerte de ser contemporáneos de Sigmund Freud, algo así le pasó a Salieri con Mozart. Freud y el psicoanálisis se llevaron todo el mérito e incluso el nombre «`psicoanálisis» fue una especie de plagio del «análisis psicológico» de Janet. Aunque lo cierto es que Freud hizo algo más que plagiar a Janet: refutó su teoría de la seducción.
Como es bien sabido, Janet creía que las patologías mentales (basicamente la histeria) se debían a un trauma sexual. En un primer momento Freud se llevó a Viena esta idea, si bien fue poco a poco rechazándola a medida de que fue construyendo su propia teoría. Lo cierto es que las pacientes que veía Freud (burguesas de buena familia) no tenían nada que ver con las pacientes de Janet asiladas en la Salpetrière. De manera que Freud fue sustituyendo su teoría de la seducción, por la teoría de la libido y la sexualidad infantil.
La hegemonía del psicoanálisis durante el siglo XX terminó por arrinconar a Janet y a sus otras teorías sobre la psicastenia y la disociación, pero la intuición de muchos psicólogos y neurocientíficos terminó por apoyar su primitiva idea de la «confederación de almas»: hoy creemos que eso que llamamos Yo en realidad no es más que una síntesis de ciertos operadores que generan fenómenos y redes semánticas que van asociados unos a otros.
El peligro de banalizar esta idea es suponer que no hay un Yo sino varios sub-yoes, lo que se traduciría -en ciertas psicologías pop- como una especie de personalidad múltiple que es un termino que gracias al cine y a ciertos mitos ha logrado establecerse como algo realmente existente.
En realidad no hay una personalidad múltiple sino una serie de módulos que trabajan juntos y que se oponen a otros, un agonismo-antagonismo continuo . Ya Jerry Fodor había publicado un libro en 1983 con esta idea que por cierto ya había sido enunciada por Henry James, el padre de la psicología y no solo por él sino intuida por novelistas, escritores y poetas. Freud no estaría de acuerdo con esta idea puesto que -como es bien sabido- redujo el conflicto a tres módulos: Yo, Ello y Superyó. Y además no supo explicar cómo funcionan esos quasi-órganos en la realidad viva salvo introduciendo el concepto de inconsciente que es uno de esos conceptos que significan casi cualquier cosa para unos u otros. Hay que recordar ahora que Freud no aceptó nunca el concepto de disociación de Janet pues pensaba que su concepto de represión era más adecuado para explicar el mismo fenómeno.
El asunto es que el concepto de «módulo» ha sido retomado recientemente por Eagleman y reconvertido en otra cosa: Eagleman habla en su libro «Incógnito» de zombies y no de módulos que de alguna manera sugieren algo mecánico.
En realidad el cerebro es un órgano donde se dan cita procesos lineales y procesos complejos y donde el meollo del asunto no consiste en inventar o describir módulos o zombies sino explicar como funcionan y en este sentido me parece que Eagleman está bastante cerca de la verdad cuando dice que un zombie es:
Los zombies.-
La idea del zombie me parece muy tridimensional y acertada si la comparamos con la idea de módulo que parece referirse a algo mecánico y en cierto modo artificial e inanimado, también recuerda al término de bucle extraño propuesto por Hofsdadter. El zombie es un “muerto vivo”, (en realidad como un virus) algo que posee vida pero no conciencia de sí mismo, de ahí el acierto de la metáfora.
Dicho de otra manera los zombies se parecen mucho a los virus, no son seres vivos sino replicantes que precisan de celulas vivas para reproducirse, de ahi el paralelismo entre gen y meme. El término meme, acuñado por Dawkins vendría a ser algo parecido, si bien el zombie es algo más parecido a un circuito neural mientras que el meme seria una idea, algo externo que parasita nuestro cerebro y produce copias de si mismo saltando de huésped en huésped.
La idea a retener es ésta: el zombie solo atiende a sí mismo a su propia función, carece de una idea global sobre el sujeto. Un ejemplo de lo que es un zombie puede el lector encontrarlo en este post donde hablé de un zombie con mucha reputación: el perfeccionismo. Un zombie solo obedece a sí mismo y no podemos ni hackearlo, ni saber como funciona , si bien podemos neutralizarlo a través de otro zombie como propone Eagleman y por cierto ya adelantó Spinoza: una emoción negativa -decía Spinoza- solo puede combatirse con su opuesta, pero hay una emoción -un zombie- que es un comodín: la alegría o por decirlo en términos griegos, la virtud, es decir la eutimia a diferencia de Kant que propuso a la Razón como antídoto. Un zombie es por definición estúpido y solo tiene un plan: funcionar teleologicamente.
Eagleman propone en su libro una idea esencial que cuenta con el apoyo de la psicologia evolucionista y es ésta:
En lugar de imaginarse el cerebro como un conjunto de módulos que se encargan de llevar a cabo tareas concretas, plantea un funcionamiento parecido al que llevó a cabo la evolución. Así, propone que estos módulos no se encontrarian separados unos de otros, sino entrelazados y enmarañados de tal modo que el módulo no estaria fisicamente en lugar alguno sino distribuido en toda la red a partir de su conectividad neuronal. La otra cuestión que plantea Eagleman es que estos módulos representarian rutinas competitivas unas con otras y no solamente artefactos que cooperan ciegamente sin saber con quién.
Esta idea de democracia parlamentaria basada en el conflicto, es bastante aproximada con nuestra experiencia subjetiva. Cuando hemos de tomar una decisión ¿no intervienen acaso partes en conflicto que enfocan el problema cada una de una manera llevándonos a un estado de duda? ¿No hay una “vocecita interior” que nos avisa, confronta y aconseja en sentido contrario de lo que deseamos? ¿No ha oído usted nunca una declaración como ésta: “Se que no me conviene pero le quiero”? O de esta: «hoy voy con el chip de formalidad», pero mañana «iré con el chip de fiesta y a divertirme». Lo realmente curioso es que cuando voy de formal o cuando voy de fiesta soy el mismo. Y ese mismo que permanece es el Yo, la estructura común a todos esos zombies, de manera que no hay sub-yoes sino múltiples zombies que se activan simultaneamente según la necesidad pragmática y que caen dentro del dominio del Yo a no ser que hayamos bebido demasiado.
Estos módulos funcionan automáticamente y se les llama así porque son tan estúpidos como cualquier programa de ordenador, solo que tienen ciertas características que les hacen imprescindibles: 1) son automáticos, 2) son inaccesibles y 3) operan más allá de la conciencia, es decir son inconscientes y 4) se relacionan con enlaces entre ellos, fuertes o débiles, es decir cooperan entre si a través de las redes semánticas.
Que sean inaccesibles e inconscientes tiene consecuencias prácticas para la neurociencia: significa que no sabemos cómo funcionan por dentro y lo peor: no podemos acceder a ellos. Un zombie es imposible de hackear pero puede ser solapado o inhibido por otro zombie, lo cual es de un interés enorme para las psicoterapias del siglo XXI. ¿Qué significa conocerse a sí mismo si no podemos acceder a los zombies concretos que llevan a cabo tareas diversas y en cierto modo contradictorias entre sí?
No podemos hackear un zombie y por tanto no podemos modificarlo, pero podemos neutralizarlo a través de otros zombies que operan para minimizar el daño entre antagonistas, uno de ellos es el amor que opera entre lo moral y lo sexual o la virtud que opera entre lo social y lo egoico. Hay zombies virtuosos y zombies malvados, otros destructivos y otros constructores de cooperación, unos que expanden la información en conocimiento y otros que pervierten la información y la transforman en desinformación o ignorancia. De manera que lo mejor es echar mano de la teoría de gráfos para saber cómo funcionan. Una teoría critica sobre la mentalidad vertical y taxonómica.
Rizomas y taxonomias.-
Se trata de Importantes conceptos para moverse en el territorio de lo complejo
Algunas plantas se desarrollan bajo tierra a través de brotes que pueden ramificarse en cualquier punto, así como engrosarse transformándose en un bulbo o tubérculo; el rizoma de la botánica, que puede funcionar como raíz, tallo o rama sin importar su posición en la figura de la planta, sirve para ejemplificar un sistema cognoscitivo en el que no hay puntos centrales —es decir, proposiciones o afirmaciones más fundamentales que otras— que se ramifiquen según categorías o procesos lógicos estrictos. El gengibre es un buen ejemplo de crecimiento rizomático, no crece hacia arriba ni hacia abajo sino hacia los lados.
Deleuze y Guattari sostienen lo que, la estructura del conocimiento no se deriva por medios lógicos de un conjunto de primeros principios, sino que se elabora simultáneamente desde todos los puntos bajo la influencia recíproca de las distintas observaciones y conceptualizaciones (Deleuze & Guattari 1980). Esto no implica que una estructura rizomática sea necesariamente lábil o inestable, aunque exige que cualquier modelo de orden pueda ser modificado; en un rizoma existen líneas de solidez y organización fijadas por grupos o conjuntos de conceptos afines.
Esta noción del conocimiento —y la psique; Guattari era psicólogo de orientación psicoanalítica lacaniana— está motivada por la intención de mostrar que la estructura convencional de las disciplinas cognoscitivas no refleja simplemente la estructura de la naturaleza, sino que es un resultado de la distribución de poder y autoridad en el cuerpo social. Pero personalmente me inclino más a pensar en que estos autores desconocen la teoría de la evolución y tampoco saben que fue Euler a través de su teoría de grafos que ya se adelantó algunos siglos a su punto de vista. El pensamiento vertical viene de serie a nuestra especie. Y es por eso que los hombres construyen taxonomías y otros como Euler las cuestionan, pues la teoría de grafos lo que hace es ir más allá del pensamiento vertical taxonómico y estudiar como se comportan ciertos elementos en relación con otros o dicho de otra manera su comportamiento rizomático.
¿Qué es una taxonomia?
Aristóteles fue uno de los primeros en utilizar este término, en el 300 antes de Cristo, para designar esquemas jerárquicos orientados a la clasificación de objetos científicos. El botánico Carlos Linneo (1707-1778) designó con el término taxonomía a la clasificación de los seres vivos en agrupaciones jerárquicamente ordenadas de más genéricas a más específicas (reino, clase, orden, género, y especies). A partir de esta concepción clásica, se desarrolló la taxonomía como un subcampo de la biología dedicado a la clasificación de organismos de acuerdo con sus diferencias y similitudes. De acuerdo con Grove, los principios que proporcionaban una guía rigurosa para la construcción de taxonomías eran la base lógica, la observación empírica, la estructura jerárquica basada en la herencia de propiedades, la historia evolutiva, y la utilidad pragmática.
Las taxonomías son la base sobre la que se ha edificado la ciencia y como no la medicina a fin de construir esquemas comprensibles de elementos dependientes unos de otros, aun hoy clasificamos las enfermedades según un listado de síntomas, estas clasificaciones son nosotaxias y siguen el enunciado de la taxonomía: un sistema jerarquizado donde los elementos se ordenan según su importancia tejiendo una especie de árbol siempre orientado de arriba-abajo. Lo contrario del rizoma.
Y es por eso que el eneagrama es un buen método para entender esta cuestión de los zombies y sus relaciones fractales y rizomáticas sobre las que volveré en mi próximo post.
Bibliografía.-
The Modularity of Mind – J. A. Fodor pdf
David Eagleman 2012 : Incógnito: las vida secreta de la mente.