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La sensibilización y la fibromialgia (I)

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Recientemente y debido a algunas consultas que me han hecho ciertas personas he puesto al dia mis conocimientos sobre esta extraña y compleja enfermedad que conocemos con el nombre de fibromialgia. Hemos pasado muchos años discutiendo si se trataba de una enfermedad psiquiátrica, inmunólogica, reumatológica o neurológica. Lo cierto es que existe comorbilidad con estas especialidades pero hoy ya por fin sabemos que se trata de un síndrome de sensibilización central.

¿Qué es sensibilización?.-

Hace tiempo ya escribí un post destinado a discriminar estas dos formas por las que nuestras neuronas aprenden: la habituación y la sensibilización. Vale la pena extraer de aquel post algunas ideas:

La habituación es la forma cómo nos insensibilizamos progresivamente ante lo predecible, disminuimos nuestra dedicación -por así decir- al estimulo que finalmente nos aburre y deja de provocar respuestas. Así nos sucede tanto con lo placentero como con lo irrelevante o lo aburrido, pero evolutivamente hablando tiene su explicación: la habituación nos permite excluir de nuestra conciencia los aspectos desagradables o displacenteros de nuestro entorno, por ejemplo nos podemos habituar a trabajar en ambientes ruidosos, simplemente nos habituamos al ruido y lo percibimos menos intenso de lo que es. Seguramente la habituación es un mecanismo que surgió para propiciar adaptaciones a ambientes tóxicos, es por eso que nos hacemos resistentes al alcohol o adictos a una droga (aunque aquí hay otros mecanismos implicados), simplemente necesitamos cada vez más dosis para conseguir el mismo efecto.

La sensibilización sin embargo parece algo paradójico: ante lo nuevo o lo amenazante aumentamos nuestra respuesta refleja: Dicho de otra manera: un estímulo que cuando apareció era nuevo o amenazante propicia una reacción a largo plazo en el sentido de que aumenta la respuesta cualitativamente relacionada con aquella señal. Bien pensado también tiene su lógica evolutiva: imagínese usted viviendo su primer año de vida en un ambiente deprivado, sin estímulos o empobrecido en su variedad de cuidadores, parece lógico que en un ambiente así nuestro sistema nervioso haga algo por sí mismo a fin de neutralizar aquella deprivación ambiental. Lo que hace es sensibilizarse, es decir autoprovocarse una especie de estimulación artificial a fin de llenar el ambiente de predictibilidad, seguridad y sincronías.

Si la habituación surgió como mecanismo adaptativo a ambientes tóxicos, la sensibilización surgió para adaptarse a ambientes deprivados o peligrosos manteniendo además una memoria de la citada adaptación (copia eferente).

De esta manera podemos hablar de sensibilizaciones precoces (en la primera infancia), sensibilizaciones de las que no guardamos memoria narrativa alguna y sensibilizaciones más tardías, a lo largo de la vida.

La fibromialgia forma parte de un grupo de patologías que comparten síntomas entre sí, y son comórbidas: la propia fibromialgia, la fatiga crónica y la sensibilidad química múltiple, lo que hace que no existan dos fibromialgias iguales: cada paciente presentará un síndrome distinto, mas graves o leves e implicando a ciertos sistemas y no otros, pero siempre compartiendo síntomas con las otras patologías: de hecho existe una coexistencia de la fibromialgia con la fatiga crónica que se describió independientemente en el siglo XIX y se llamó neurastenia.

Recordando a Beard:

Hace mas de cien años un médico americano llamado George Beard describió una enfermedad “nueva” a la que bautizó con el nombre de neurastenia, curiosamente Beard creia que era una enfermedad que se presentaba con mayor frecuencia en hombres y que procedia de un sobreesfuerzo intelectual, incluso se habló de que la neurastenia era la enfermedad de moda en el siglo XIX, la “peste del siglo” y otros adjetivos similares cosa que también mereció otra curiosa enfermedad: la clorosis que parecia cebarse más en el sexo femenino. No interesan demasiado las tesis de Beard sobre su posible etiología pero si interesa señalar que el cuadro clinico descrito por el médico americano se parece o es absolutamente igual que a lo que hoy llamamos fibromialgia, si bien parece que Beard enfatizó más en su aspecto asténico, el cansancio inexplicable que afectaba a estos enfermos y no tanto el dolor. Sin embargo hoy según dicen los investigadores la fibromialgia y el sindrome de fatiga crónica serian la misma enfermedad o al menos se trataria de patologias comórbidas. Recordemos sus sintomas principales:

  • Dolor musculo-esqueletico que empeora con mínimos esfuerzos.
  • Sensación de enorme fatiga que no se corresponde con el esfuerzo realizado.
  • Sin ningun hallazgo orgánico u objetivo que justifique esta sintomatologia.

Usualmente decimos que en la fibromialgia existe una sensibilización central al circuito del dolor. No es que nos duela la espalda porque en la espalda haya alguna lesión, lo que nos duele es el circuito que sufre una disfunción y el dolor aparece como consecuencia de un pequeño roce, o bien ex novo. No existe ninguna razón para que nos duela la espalda salvo que el circuito encargado de procesar el dolor funciona de forma deficitaria. Es decir, es incapaz de bloquear o inhibir el circuito eferente encargado de neutralizar o modular las sensaciones corporales.

Por eso la fibromialgia no es una enfermedad de los músculos, o los ligamentos y por eso nos resulta tan extraña y evitativa a la hora de objetivar sus síntomas. En realidad la fibromialgia es una enfermedad que afecta a múltiples sistemas:

  • Dolor muscular en los gatillos oportunos y dolor espontáneo en cualquier músculo del cuerpo
  • Insomnio o sueño no reparador
  • Aftas en la boca y gingivitis
  • Hiperosmia (exceso de olor) y ageusia (falta de gusto)
  • Fatiga extrema
  • Colón irritable
  • Niebla mental y trastornos cognitivos como falta de concentración y perdida de memoria
  • Depresión y ansiedad.
  • Dolor de cabeza. Cefalea.

Como podemos observar existen síntomas que proceden de varios sistemas, incluyendo el digestivo y otros que parecen proceder del campo de la Psiquiatría. La depresión y la ansiedad son secundarias al dolor y a la dificultad para llevar a cabo nuestra vida diaria. No es en absoluto un síntoma primario y si a veces responden a algunos antidepresivos es porque estos fármacos tienen algún efecto antiálgico y van bien para el sueño cuando se toman a bajas dosis.

Sin embargo existen algún tipo de personalidades que tienen riesgo elevado como aquellos excesivamente responsables, aunque la acumulación familiar apunta a un gen o grupo de genes relacionados. Los trastornos cognitivos y la niebla mental parecen remitir a la Neurología y las aftas de la boca a algo tóxico relacionado con algún producto químico que suele ser banal para la mayoría de la gente.

En relación con el estrés existe también un hallazgo paradójico: los pacientes con FM son muy sensibles al estrés y sin embargo son capaces de apurar hasta el limite sus esfuerzos para conseguir lo que pretenden. Contrariamente a lo que se cree , el dolor muscular que les aqueja no es hipertónico sino hipotónico, es por eso que los relajantes musculares pueden tener efectos paradójicos y provocar más dolor. Lo cual no significa que no puedan existir contracturas sino que existe una mezcla de hipertonía e hipotonía, cada una de ellas responsable de un ngrupo de síntomas determinado.

La hiperosmia y la ageusia remiten también a la Neurología y el colón irritable a problemas con el microbioma. de manera que ya vemos como esta enfermedad es bastante compleja y aunque tiene un alto grado de incapacitación no suele comprometer la vida de los pacientes salvo si además aquellos terminan por suicidarse ante la incomprensión médica y el sufrimiento que acarrean las formas más graves. He conocido en mi vida algunos casos que terminaron en suicidio, pues vivir con dolor continuo y sobre todo con la incapacidad para llevar a cabo las tareas habituales no es nada fácil de soportar. Peor si además nadie te cree.

La fibromialgia es una patología que ha venido para comprometer el saber médico dividido entre especialidades.

Y esta es para mi la razón principal de que esta enfermedad haya sido tan mal atendida hasta ahora que ciertos Neó-generalistas nos hemos interesado en ella. Por lo general si le cuentas a un médico desinformado una sintomatología tan proteiforme como la que acabo de describir lo más probable es que mire al ordenador y no te escuche.

En el próximo post abordaré más concretamente el tema de la sensibilización -en clave divulgativa- atendiendo a la sensibilización precoz y a la sensibilización en el curso de la vida.


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