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Parásitos cerebrales

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«Nada tiene sentido en la evolución sino es a la luz de la parasitología» @biotay

Ciertas hormigas comen heces de pájaros carpinteros escarbando debajo de la hojarasca del bosque y algunas de ellas se contaminan con un parásito. De manera que la población de hormigas se divide entre hormigas contaminadas y hormigas no contaminadas. Cada una de ellas con un destino bien diferente. Las contaminadas se distinguen bien de sus compañeras porque son más pálidas y tienen una vida de cuidados y mimos continuos por parte de las no contaminadas, son algo así como las reinas del campamento, ellas engordan y tienen un aspecto más saludable que las no contaminadas, incluso presentan un color especial como una especie de boina de color, son osadas y atrevidas y corren muchos riesgos de modo que mueren jóvenes. ¿Cómo? comidas por un pájaro carpintero. Su depredador natural.

Esta historia podéis ampliarla a través de esta ponencia que presentaron @biotay y su madre (Carmen Mascaró Lezcano, catedrática de parasitología en Granada) en la reunión que cada año presenta @pitiklinov en Bilbao bajo el nombre de «Evolución y neurociencias». Los casos que presentan ambos al alimón son ejemplos de parásitos que invaden aparentemente el cerebro de ciertas especies con el fin de servir de apoyo a un conatum que no es otro sino «el ciclo de la vida», ciclos sexuados donde algunos individuos han de sucumbir —como las ingenuas hormigas pálidas— para que otra especie se beneficie de ellas y puedan seguir reproduciéndose. Algo así: algunos individuos mueren jóvenes por no atender los peligros o gracias a su exhibicionismo y parece que se acoplan a un ciclo vital que tiene en el parásito su vehículo apropiado pues es precisamente el parásito quien induce una conducta tan arriesgada.

Algo que ya vimos en el caso del toxoplasma.

Existen muchos ejemplos de interés médico sobre estas enfermedades que parece que tienen predilección por el cerebro, a veces después de muchos años de la primoinfección. Citaré entre ellas a la rabia, una encefalitis que genera una intensa agresividad (se contagia a través del mordisco y las heridas que genera), la sífilis y la enfermedad de Lyme. Es interesante señalar que la hidrofobia es un síntoma tardío de la rabia, cuando el virus alcanza las glándulas salivales y cuyo propósito es impedir al animal infectado que beba a fin de proteger al virus que seria desplazado hacia el estomago donde seria destruido. Del mismo modo la hiperacusia de la enfermedad de Lyme es patognomónica y por sí misma es enloquecedora (el estrés acústico enloquece a cualquiera, incluyendo a las ratas de laboratorio). El propósito parece ser cambiar la conducta del huesped con el fin de proteger el ciclo del replicante, para ello la sífilis construye conductas sexuales promiscuas y megalomanías destinadas a provocar cambios en la creatividad y el estatus imaginario del individuo. La enfermedad de Lyme también genera en sus ultimas fases, conductas muy agresivas parecidas al amok, conductas homicidas y sexuales muy violentas.

Lo interesante de todos estos ejemplos es que los cambios que genera el replicante son para favorecer su expansión, si es un protozoo su reproducción sexual, si es un virus la introducción de su ADN en las células vivas. El cambio de conducta del huesped favorece al hospedador aun a costa de la vida del huesped y después de muchos años de viaje por todo el cuerpo.

La enfermedad de Lyme.-

La enfermedad de Lyme está provocada por una espiroqueta llamada borrelia que se transmite a través de una garrapata. La picadura inyecta en el organismo una bacteria que puede tardar hasta 10 años en manifestar síntomas neurológicos, todo parece indicar que el SNC, el cerebro es su diana. Aquellos interesados en saber más de la enfermedad de Lyme podeis visitar este articulo.

Porque aqui en este post lo me interesa no es hablar de esta enfermedad, poco conocida y infravalorada por los médicos españoles, sino hablar de ciertas concordancias que me parecen elocuentes. En EEUU hay 500.000 casos estudiados y geográficamente (Noreste de EEUU) se corresponden con zonas donde también la esquizofrenia es muy prevalente.

¿Existe alguna relación entre la enfermedad de Lyme y la esquizofrenia?

Personalmente creo que esta pregunta hay que ponerla de momento en el congelador. La esquizofrenia no se transmite por parasitos ni por bacteria o virus, aunque sus epidemias y brotes parecen una enfermedad viral, que comenzó a visualizarse hacia 1800 y que de alguna manera vino a sustituir a la sífilis.

La hipótesis vírica de la esquizofrenia.-

Ese algo nuevo que apareció en torno a 1800 pudo tratarse de dos agentes, uno social (la revolución industrial), la emergencia de la ciencia, la laicización del mundo y la modernidad (la aparición de un hombre dividido tal y como conté en este post) y el otro un agente infeccioso, un virus con toda probabilidad. El lector puede comparar estos datos con los que proceden del análisis de la neurosífilis del post anterior para caer en la cuenta de que:

1.-La esquizofrenia pudo existir desde tiempo inmemorial pero probablemente constituyó una rareza. Llama la atención que no exista ninguna descripción médica, ni literaria, ni documento alguno que hable de las alucinaciones auditivas (aqui hay un post donde hablé de la cualidad de las alucinaciones auditivas en esquizofrenia) y sí existan por el contrario vastas descripciones de alucinaciones visuales (misticas, patologicas o por aislamiento) o casos bien conocidos de melancolía desde la antigüedad. No existe ningún dato que nos lleve a pensar que la esquizofrenia fuera una enfermedad frecuente hasta 1800 cuando comienzan a aparecer descripciones y sobre todo instituciones manicomiales ad hoc, asi como un interés emergente sobre la enfermedad..

2.-Las formas clinicas de la esquizofrenia en el siglo XIX fueron preferentemente formas graves que conllevaban deterioro cognitivo. La hebefrenia y la catatonia, junto con formas graves y catastróficas fueron las más frecuentes, no hay que olvidar que Kraepelin pensaba que la esquizofrenia era una forma de demencia, una demencia similar a la que afectaba a viejos. Por eso la llamó demencia precoz pues era más frecuente en jóvenes.

3.- Todo parece indicar que en la actualidad la enfermedad ha perdido virulencia y que las formas y subtipos más frecuentes son los paranoides y los desorganizados. La hebefrenia y la catatonia han pasado a ser reliquias históricas. Además son mucho más frecuentes las formas recortadas, esquizofreniformes y sobre todo las formas ambulatorias asi como las remisiones espontáneas de la enfermedad.

4.- Tal y como sucedió con el modelo de la neurosífilis, esta mejoria de la enfermedad no parece deberse a los tratamientos médicos (que no tienen ningun efecto sobre la incidencia) sino que son observables desde antes de la aparición de las fenotiazinas (Odegard, 1967).

Hare en su libro «El origen de las enfermedades mentales» no habla en ningún momento de hipótesis vírica sino que se limita a ofrecer argumentos epidemiológicos para demostrar que la epidemia de neurosífilis y la epidemia de esquizofrenia contienen enormes parecidos y además se solaparon durante el siglo XIX. Pronostica que la esquizofrenia perderá virulencia y cada vez más serán mas frecuentes las psicosis con síntomas recortados a condición de que nuestras sociedades mantengan los niveles de salud general que ahora disfrutamos.

Si la hipótesis de Hare resultara cierta podriamos encontrar una explicación a «la paradoja de la esquizofrenia». Si esta enfermedad fuera reciente -tal y como sostiene Hare- se explicaría la dispersión del 1% de su prevalencia pues la epidemia no habría tenido tiempo aun a manifestar disminuciones de la natalidad entre sus portadores. Según su propia predicción es muy posible que la prevalencia-vida de la esquizofrenia disminuya paralelamente a su incidencia y gravedad al menos en occidente donde nuestros sistemas de salud aseguran un buen cuidado de sus ciudadanos.

Con permiso -claro está- de otros agentes que como el consumo de drogas son hoy la asociación más importante entre los que presentan enfermedades mentales severas y la más seria amenaza de la salud de ciertos colectivos poblacionales.

Y no cabe duda de que el consumo de drogas entre adolescentes es un gatillo que —como en las hormigas pálidas— provoca no pocas muertes precoces.

En conclusión.-

Las enfermedades mentales conocidas son funcionales y no se deben a parasitaciones de protozoos, bacterias o virus, sin embargo hay un cierto solapamiento entre ambas causas lo que nos permite especular acerca de otros replicantes no biológicos, como los memes que se comportan como parásitos. Un meme es una idea, una creencia, un valor moral o cualquier otro que señale «deseabilidad social» y que se «contagia» con facilidad tal y cómo comenté en este post y que reproduce de alguna forma a los replicantes biológicos citados.


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