La teoría de la variable latente es un enfoque en estadística y modelado de datos que se utiliza ampliamente en campos como la psicología, la sociología, y otras ciencias sociales para manejar conceptos abstractos o no directamente observables. Aquí te presento un resumen de esta teoría:
El dolor, la personalidad o la inteligencia son variables latentes, no las podemos medir, solo inferir.
Definición y Concepto
Variables Latentes: Son variables que no pueden ser medidas directamente, sino que se infieren a partir de variables observables (indicadores). Ejemplos incluyen la inteligencia, la autoestima, la satisfacción laboral, o la ansiedad.
Variables Observables: Son las variables que se pueden medir directamente y que se usan como indicadores de las variables latentes. Por ejemplo, el rendimiento en pruebas, respuestas a cuestionarios, o comportamientos observables.
Principios Básicos
Medición: La teoría de variables latentes asume que los indicadores observables son medidas imperfectas de los constructos latentes. Esto se maneja mediante la estimación de errores de medición.
Causalidad: Las variables latentes pueden ser conceptualizadas como causas o efectos en modelos causales, permitiendo el estudio de relaciones causales que no son directamente observables.
Estimación: Los parámetros de los modelos de variables latentes (como cargas factoriales, varianzas de errores, covarianzas entre factores) se estiman utilizando técnicas como la máxima verosimilitud, mínimos cuadrados, o métodos bayesianos.
Aplicaciones
Psicometría: Evaluación de constructos psicológicos como la personalidad o la inteligencia.
Sociología: Estudio de fenómenos sociales no observables directamente, como el capital social o la cohesión grupal.
Marketing: Evaluación de la satisfacción del cliente, la lealtad de marca, etc.
Educación: Medida de la calidad educativa, motivación de los estudiantes, etc.
La teoría de la variable latente proporciona un marco para investigar y medir conceptos complejos que son fundamentales para entender fenómenos sociales y psicológicos, ofreciendo herramientas para manejar la abstracción y la incertidumbre inherentes a estos estudios.
Borsboom y Cramer (en un articulo citado en el post anterior) proponen que los trastornos mentales no deben ser vistos como entidades latentes o enfermedades subyacentes que causan síntomas, sino como sistemas de síntomas interconectados en una red.
En este modelo, cada síntoma (nodo) puede influir y ser influenciado por otros síntomas (relaciones causales representadas por aristas). Esto sugiere que los síntomas no son solo manifestaciones de un trastorno subyacente, sino que pueden causarse mutuamente.
La activación de un síntoma puede activar otros, creando un ciclo que perpetúa o incluso aumenta el trastorno. Esto puede explicar fenómenos como la comorbilidad y la variabilidad en la severidad de los síntomas.
Implicaciones para el Diagnóstico y Tratamiento.-
Diagnóstico: Se mueve hacia un enfoque más dimensional y menos categórico, donde el diagnóstico se basa en la configuración única de síntomas de un individuo.
Tratamiento: Al identificar los síntomas más centrales o influyentes en la red, se pueden diseñar tratamientos más efectivos que desestabilicen la red de síntomas.
Ventajas del Enfoque de Redes:
Explicación de Comorbilidad: La superposición de redes de síntomas explica mejor la comorbilidad que los modelos tradicionales de trastornos latentes.
Intervención Personalizada: Focaliza en los síntomas clave para desestabilizar la red, lo que podría resultar en tratamientos más efectivos y personalizados.
Investigación: Este modelo proporciona un marco para investigar la interacción directa entre síntomas, abriendo nuevas vías de estudio en psicopatología.
Desafíos y Consideraciones: Borsboom y Cramer también reconocen los desafíos metodológicos y conceptuales, como la necesidad de datos longitudinales para mapear las redes de síntomas y la dificultad de establecer causalidad en las relaciones entre síntomas.
Conclusión: El enfoque de redes ofrece una perspectiva más dinámica y potencialmente más precisa de la psicopatología, prometiendo mejorar tanto nuestra comprensión teórica como nuestras prácticas de intervención en la salud mental.
En resumen, el artículo propone que la teoría de redes puede transformar cómo entendemos y abordamos los trastornos mentales, moviéndose hacia un modelo donde los síntomas interactúan directamente entre sí en lugar de ser solo manifestaciones de un trastorno subyacente.
La mayor parte de los tratamientos médicos proceden de una conceptualización taxonómica de las enfermedades y algunas lo son (taxonomizables) pero esto no sucede en todas las enfermedades sino solo en algunas. Por ejemplo la apendicitis es igual hoy que en el paleolítico, sin embargo la esquizofrenia —de existir en forma arcaica— nada tiene que ver con la que contemplamos hoy en las sociedades opulentas occidentales.
Los tratamientos que utilizamos son anti-algo o bien pro-algo. Ejemplos:
Antitiroideos, antiulcerosos, antiinflamatorios, antimicrobianos, antibióticos, antidiabéticos, antidepresivos, antipsicóticos, antifungicos, O bien:
Hormonas tiroideas (para el hipotiroidismo), corticoides (para el Addison), insulina para la diabetes, etc.
De manera que estos tratamientos lo que hacen es sustituir vías fisiológicas en déficit o exageradamente excitadas para neutralizar esos síntomas que se supone emergen de su inhibición-excitación. Pero esta estrategia tiene su parte desagradable puesto que las vías fisiológicas — a su vez— controlan otras. Por ejemplo los antiasmáticos que usamos para el tratamiento del asma tienen efectos secundarios en el corazón. Es por eso que todos los medicamentos de síntesis tienen efectos adversos y a veces peligrosos.
Sin embargo carecemos de medicamentos reguladores que no operen ni excitando ni inhibiendo una determinada vía fisiológica. De existir estos tratamientos —reguladores— podríamos evitar los efectos adversos.
En este sentido y hablando teóricamente un tratamiento de una enfermedad compleja o rizomática podría ser en una primera fase 1) identificar los síntomas más centrales o influyentes en la red, y en segundo lugar 2) diseñar tratamientos más efectivos que desestabilicen la red de síntomas.
Algo así como un reseteo. es decir romper las relaciones entre los síntomas.
¿Serán los psiquedélicos estos fármacos del futuro?
¿Nos dará la fitoterapia, la tecnología o los tratamientos naturales alguna sorpresa en un futuro próximo?