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¿Un Alien en nuestro cuerpo?

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alien

El siguiente post es un ejercicio de medicina-ficción. Algo asi, como ¿qué pasaria si?, hubiera un Alien en nuestro cuerpo.

En realidad no se trata de nada nuevo, algunos investigadores como Robert Sapolsky ya nos contaron como cierto bichito llamado toxoplasma gondii podría cambiar nuestra preferencias, anidar en nuestro cerebro y hacernos más impulsivos o cambiar nuestra conducta e incluso nuestra personalidad. En este articulo que Sapolsky tituló “Bichos en el cerebro”, podemos ver que esto es posible al menos en los gatos y sus ratones.

Aquí hay un buen articulo sobre esa atracción felina y el toxoplasma y aqui, otro para hacer boca con esa nueva disciplina que nos viene: la Neuroparasitología, una disciplina fascinante porque une la parasitología con la evolución de nuestra especie.

Una vez dicho esto me gustaría contaros una especie de relato un cuento con intención noética. Imaginad que existe en vuestro interior una especie de Alien (puede ser un microorganismo, un parásito, un robot) no importa qué. Lo que importa es su comportamiento. En condiciones ideales es absolutamente banal, no causa ningún daño y se limita a vivir en condiciones saprófitas en nuestro intestino, se dedica a procesos de fermentación por ejemplo.

Comparte su hábitat con otros cientos o miles de cepas, unas controlan a las vecinas con unos antibióticos endógenos de tal modo que ninguna de ellas progrese más que la otras, digamos que viven en armonía y en paz y se encargan de ocupar nichos espaciales concretos impidiendo que otras cepas, -esta vez patógenas- les quiten el sillón, como políticos mal avenidos.

La salud consiste en eso precisamente: en una especie de disuasión que unos hacen a otros con objeto de espantarles. Hay un equilibrio perfecto, hasta que un ida sucede algo:

El individuo es sometido a un tratamiento antibiótico, o pasa por una temporada de estrés prolongado o es sometido a una exploración quirúrgica (gastroscopia, colonoscopia, cateterismo, etc) y entonces hay un desequilibrio, bien porque ha entrado un intruso que busca medrar o bien porque hemos matado a la mitad de la flora bacteriana que vivía en paz con nuestro Alien.

Entonces lo que sucede es que Alien comienza a crecer y a invadir terrenos inhóspitos, pasa al ano, a la vagina o a la boca (donde de vez en cuando aparece), o lo peor: comienza a profundizar sus raíces en las vellosidades intestinales y hace allí un agujero por donde se filtran moléculas putrefactas o proteínas anómalas que pasan al torrente sanguíneo. Se ha perturbado la barrera intestinal, nuestra primera barrera de defensa.

Nuestro Alien además puede vivir en dos formas, una benéfica y otra maléfica , una con reproducción asexual y otra sexual, pero lo peor es que se recubre de una pelicula hidrófoba que repele los ataques que le pudieran llegar desde el exterior. Además se comporta como una colonia, como un panel de abejas y más allá de la distancia entre individuos estos logran comunicarse con una serie de señales químicas y no químicas. Digamos que entre ellas hay una perfecta sincronización, como sucede con los guasaps. Todos responde cuando un individuo grita ¡peligro!.

Supongamos que una vez ha logrado atravesar la barrera intestinal nuestro Alien comienza a colonizar otros órganos: pulmón, riñones, hígado y cerebro.

Como nuestro Alien se alimenta de glucosa (en realidad es un 80% glucosa) donde disfruta es en el organismo de un diabético pero también se distrae de varias maneras: la más importante es sustituir la vaina de mielina por su película hidrófoba. Es un comedor de mielina por así decir.

Además de esto sus señales de comunicación entre los miembros de su colonia utilizan determinadas proteínas tóxicas y sobre todo el acido tartárico que compite con el ácido fumárico e interfiere en el ciclo de Krebs (en realidad interfiere con la fumarasa), lo ralentiza y disminuye por así decir el metabolismo: como resultado el huésped engorda y se siente cansado.

Además la proliferación de esta colonia de Aliens genera enormes cantidades de productos tóxicos uno de los cuales podría ser el formaldehido y el individuo no solo se siente cansado sin motivo sino además de eso dolorido y con una hiperestesia sensorial exagerada (fotofobia, hiperosmia, etc). Desde el punto de vista mental tiene algo parecido a una depresión aunque psicopatológicamente hablando su estado es disfórico, una mezcla de depresión, ansiedad e irritabilidad, tiene problemas con el sueño, se queja de dolor de cabeza, y síntomas difíciles de filiar como por ejemplo disfunciones de memoria y una especie de neblina en su visión. A veces tiene aftas en la boca.

Las preguntas correctas.-

Imagine que es usted un científico y está en una cárcel, en esa cárcel hay dos puertas, una que lleva hacia la libertad y otra que lleva al pabellón de los psicópatas. Cada puerta está guardada por un centinela, uno siempre dice la verdad y otro siempre miente. Usted puede preguntar a cualquiera de ellos cualquier pregunta a fin de adivinar qué puerta le llevará a la libertad.

¿Qué preguntaría?

La solución al acertijo puedes verla aqui.

Esta historia de la pregunta correcta sirve para ilustrar la importancia que tiene de acertar con la pregunta y no tanto dar respuestas a preguntas que no se hicieron y nos recuerda un poco al mito de Parsifal.

El lector habrá caído en la cuenta de que la pregunta correcta en este caso seria ésta: ¿Existe algún microorganismo conocido que pudiera comportarse como ese Alien del que hemos hablado?

Y si es así, ¿cual es?

Y la enfermedad o enfermedades, ¿de qué le suenan?

Use los comentarios.



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