El test proyectivo más conocido es el test de Rorschach, aquel test de las manchas donde el sujeto ha de interpretar figuras, sombras, claroscuros, formas, detalles, colores y movimiento, etc.
Otro test menos conocido es el TAT (test de apercepción temática) donde aparecen unas escenas que dan lugar a que el sujeto construya una narrativa, ¿Qué está sucediendo? ¿Que pasó antes? ¿Que sucederá después?
Se supone que el sujeto “proyectará” en su apercepción bien de figuras en el Rorschach o a través de la construcción de historias en el TAT, es decir pondrá “cosas suyas” en su manera de interpretar figuras o historias. Y es por eso que se llaman proyectivos, el sujeto se proyecta en esas laminas manchadas o en esas historias congeladas que aparecen el el TAT y nos da pistas sobre sus conflctos.
Hasta donde yo sé sólo los terapeutas jungianos se han interesado por el Tarot o la astrología y lo han hecho partiendo de la base de que en los arcanos del Tarot o en el horóscopo el individuo puede proyectarse y de ahi deducirse cuestiones sobre su proceso vital.
Pero hay dos diferencias fundamentales entre los test anteriormente citados y el Tarot o la astrologia, estos ultimos necesitan de un mediador, el individuo no se proyecta directamente sobre la carta sino que existe una segunda persona que hace la “tirada” y la lectura, una especie de proyección “por poderes”, más abajo volveré sobre esta novedad. Otra diferencia fundamental es que el Tarot no es un test diagnóstico sino que es terapeutico en sí mismo pues representa una especie de mapa sobre el proceso de individuación.
Aunque en la jerga popular la gente cree que la astrologia o el Tarot son medios para la adivinación, en realidad esta concepción prepsicologica es falsa, y representa los orígenes de la Psicología primordial, pues la Psicología del hombre ancestral es el mito y el Oráculo, es decir las formas de anticipar el futuro y la adivinación es la forma más primitiva de ejercer este oficio que hoy llamamos Psicología. Será por eso que hoy tanto la astrología o el Tarot son consideradas pseudociencias y lo son, si lo que pretendemos con ellas es adivinar el futuro. La función del Tarot es ofrecer un itinerario de navegación al individuo a través de eso que Jung llamó individuación.
¿Qué es la individuación?.-
Individuación es conseguir que una persona se convierta en individuo, pues en realidad somos arrojados al mundo no como individuos sino como dividuos tal y como sostenía Schopenhauer. es decir somos duales, venimos escindidos de serie y percibimos la realidad como opuestos y contrarios. Nuestra conciencia separa lo que primordialmente estuvo unido como sostenía Jung.
La individuación es el proceso largo, difícil y lleno de obstáculos que necesitamos para convertirnos en Uno, es decir en individuos. Un trabajo de por vida.
En el jardín del Edén había dos árboles, uno el de la Vida y otro el del Conocimiento (el árbol de la ciencia del bien y del mal). Una manera de hablar de la dualidad, no es lo mismo “vivir la vida” algo al alcance de casi todos y otra es “saber de qué va la vida”, algo que no puede lograrse sin conocimiento. este es el tipo de conocimiento que nos presta el citado árbol, una especie de mapa de navegación para no perderse en la mar de la vida, algo que requiere de cierto grado de iniciación.
Ahora ruego al lector que mire este naipe que colgué aquí arriba, el XVII, el llamado “La Estrella”, contemple y verá por qué las imágenes primordiales precisan interpretación simbólica:
1.- Una mujer desnuda vierte el contenido de dos jarras del mismo color, una en un río y otra en la tierra. Se trata de una escena con mucho peso simbólico, aquí la mujer (¿Eva antes de morder la manzana?) está desnuda, sin ropas, coronas o tocados, nos recuerda a un naipe anterior llamado la Templanza donde también aparecen esas dos vasijas (consciente e inconsciente) sólo que allí en la Templanza hay un trasvase directo entre ambos y aquí cada contenido va su lugar; la vida a la tierra y el conocimiento al río.
2.- Contemple el cielo y verá una estrella más grande y otras siete alrededor. Se trata del proceso de Iluminación y los ocho elementos de los que hablaban los alquimistas, pues alquímico es para Jung el proceso de individuación: la transformación de la materia en espiritualidad, una especie de trascendencia (expansión) de lo instintivo, de lo material, de la mente inferior. Estrella es pues la Templanza trascendente o por decirlo en términos mucho mas comprensibles: Estrella es abstracta y Templanza mucho más concreta, por eso aparece vestida con su persona (máscara) y alada (un psicopompo, un ángel).
3.- Contemple en el fondo dos árboles en uno de los cuales hay un pájaro negro. El pájaro es un ser a medio camino entre el cielo y la tierra, un emisario, otro psicompompo más primordial que el ángel anterior. Se trata de los dos árboles del Edén. Y no es baladí que sean dos, ¿Por que no tres o cuatro? Pues porque los símbolos que aparecen por duplicado (gemelares) anuncian un cambio, una especie de emergencia del inconsciente, anuncian la comprensión de ese algo que anda sepultado en la dualidad, pues el inconsciente no separa sus contenidos de los propiamente vividos en la realidad de afuera.
Quizá el lector entienda ahora por qué los naipes del Tarot no son láminas donde el sujeto profano pueda proyectarse tratando de encontrar significados consensuados pues desconoce la simbología profunda de los mismos. Es necesaria la mediación de alguien que ejerza la hermenéutica precisa como sucede en el psicoanálisis.
Para Jung la individuación no es solamente un proceso de “crecimiento personal” o de distracción psicológica, sino una forma de terapia, ineludible para cada persona, de lo que se trata es de trascender (expandir) los niveles de conciencia y de respetar las condiciones pulsátiles del proceso, ahora expandiéndose y ahora contrayéndose, como un latido que coincide con el latido universal. La individuación tiene como objetivo, despojarse de todos los ropajes que nos ocultan bajo la persona (la máscara) socavar las proyecciones, liberarse del poder de las imágenes primordiales y liberar por fin el oro que subyace a la materia.
“We are golden, we are stardust”
Eso es lo que canta Joni Mitchell en aquella canción mítica que se titula “Woodstock”, pero no crean ustedes que eso del oro es una metáfora.
Lo qué es metáfora es el trabajo del alquimista, un trabajo que consistía en transformar la materia real innoble en oro. Una metáfora de la transformación interior, de la mente inferior a la mente trascendente, pero no sólo Jung ha hablado del oro.
Douglas Hofsdadter es un neurocientífico de mucho nivel que ha investigado y mucho sobre el tema de los bucles recursivos como el cemento de la conciencia. Plantea en su libro “Un bucle extraño” que todo surge de lo que él llama, “la gema” de cada cual que se imagina como un bucle vacío. Este centro de la personalidad que tiene el carácter de joya, de algo valioso está en todas y cada una de las tradiciones de la filosofía perenne y es conocido como la “Esencia” el opuesto a la “Conciencia”, puesto que la conciencia, al ser dual no hace sino escindir y ocultar esa piedra preciosa en un mar de sombras y recodos inhóspitos, aprendizajes, errores cognitivos, creencias falsas y sobre todo ruido.
La tarea de la individuación es encontrarla.
Ser uno mismo por así decir.
Pero para llegar a ser uno mismo es necesario modificar la conciencia habitual, la de andar por casa por llamarla de algún modo y despertar.
Y eso es lo que podemos hacer con el Tarot una herramienta como cualquier otra.
Los arcanos del Tarot.–
El Tarot de Marsella contiene 21 cartas (arcanos o misterios) numeradas del 1 al 21 excepto una que no lleva numeración, “el Loco”. estos 21 naipes son imágenes primordiales escogidas de múltiples tradiciones esotéricas y representan estados de la conciencia. Y estados de la conciencia en tránsito, en perfomance, y que van desde lo más concreto hasta lo más abstracto, de lo indiferenciado a lo sutil, de lo profano a lo numinoso.
Todos y cada uno de estos arcanos tienen en nosotros una resonancia, pues se trata de imágenes universales, de símbolos compartidos por toda la especie humana, se trata de lo que Jung llamó arquetipos. Ninguno de ellos nos puede ser ajeno puesto que todos están constelados en nosotros si bien con distinta intensidad: algunas personas están decididamente poseídos por alguno de ellos, pero lo usual es que con distinto peso en cada cual todos ellos toquen alguna fibra de nuestra esencia.
Dependiendo de la etapa psicobiológica en la que nos encontremos y también del nivel de conciencia y el nivel de comprensión que hayamos alcanzado en esa labor de indagación acerca de nosotros mismos y en ese transito en el país de los msiterios en la terminología de Campbell.
Las cartas del Tarot como los mitos parecen duplicados, a veces triplicados, de este modo Dionisos es la octava superior de Pan, Perseo, Hercules y Teseo representan las mil caras del heroe en ese periplo a través de la vida y en busca de gloria y de poder. Afrodita es una Papisa primordial, una diosa virgen, Demeter la madre es la Emperatriz, pero a su vez todos estos símbolos evolucionan a lo largo de la baraja: la Justicia es la octava inferior del Juicio, el Ermitaño es un mago evolucionado.
Un viaje que todo héroe ha de emprender enfrentando riesgos: perderse, morir, quitar la vida a otros, o volverse loco son algunas de las peripecias comunes que afectan a aquellos que han osado cruzar el umbral.
Un umbral que es en realidad un circulo, un trayecto urobórico donde de lo que se trata es de volver al hogar, a lo Femenino, a lo indiferenciado, al pleroma y volver a empezar la rueda de la vida.
En conclusión el Tarot no es un test proyectivo a pesar de ser la matriz de todas las proyecciones, un itinerario que precisa de un guia, de una iniciación y de la adquisición de los suficientes aprendizajes para la navegación, un mapa como este:
El viaje del héroe segun Joseph Campbell
Bibliografía.-
C. G. Jung: “Psicología y alquimia”
Sally Nichols: “Jung y el tarot”
Joseph Campbell: “Las mil caras del héroe”