Los que lleyeron este post ya saben a estas horas cual es la hipótesis de Gregory Clarck sobre los orígenes de la clase media. En este post me propongo analizar otro fenómeno -el que estamos viviendo en este momento-, el de su declive.
No cabe ninguna duda de que la clase media tuvo su apogeo -al menos en nuestro pais- durante los años sesenta. Fue en aquella época, que es la mia y los que como yo cumpliamos la mayoría de edad en esa década prodigiosa, cuando se dieron -al menos en España- las mejores condiciones para el despegue económico de aquellas clases desfavorecidas en su conjunto que habían vivido la guerra civil y la posterior guerra mundial y que en cierta manera son los responsables tanto del crecimiento económico como del demográfico. El llamado baby boom.
Hacia 1850, cuando Karl Marx escribía El Capital, la clase media era un grupo reducido de no mucha importancia, cuya posible relevancia Marx exploró muy poco, centrándose más en el antagonismo entre obreros y capitalistas; para cuando, a finales del siglo XIX, Max Weber escribe su obra, es el principal grupo económico de la Europa desarrollada, y Weber le dedica una gran atención.
Las ideas de Max Weber que son las que hoy persisten en su definición suponen que una manera de definirla es a través de tres parámetros:
- Alfabetización en el siglo XIX o alto nivel de instrucción en la clase media moderna.
- Niveles retributivos en incremento.y altos salarios.
- Expectativas razonables de promoción social y confianza en el futuro.
La clase media es pues una medida de estratificación social a medio camino entre los “ricos” y los “pobres”, por asi decir son un elemento tampón que funciona como una especie de colchón entre ambas clases. Su tamaño o grosor determina pues la estabilidad social, mientras que su adelgazamiento predice grandes conflictos sociales.
Dibujo cedido por cortesía de Anna Fabregat
Y lo hace porque existe algo llamado permeabilidad social, es decir la clase media es porosa y permite el tránsito de arriba-abajo y de abajo-arriba. Una porosidad que es superior a la permeabilidad de la pobreza y a la de la riqueza que parecen perdurar varias generaciones, tal y como el propio Clarck ha señalado en su nuevo libro.
La causas del declive de las clases medias en Europa son múltiples:
- Bajos salarios.
- Perdida de confianza en el futuro.
- Baja natalidad.
- Excedentes de fuerza de trabajo y paro.
- Declive de la tradición y de la cultura propia en aras del multiculturalismo.
¿Quién es clase media?.–
Pertenecer a la clase media no es una cuestión de ingresos tan solo sino de valores. La mayor parte de la gente cree que el capitalismo crea el consumo desbocado, pero en realidad el capitalismo tal y como lo conceptualiza la clase media lo que crea es el ahorro y no el consumo.
El consumo es un subproducto del capitalismo, una especie de espejismo que logra fascinar sobre todo a los pobres, esos que vienen a Europa capturados por el consumo y la opulencia que ven sobre todo a través de los medios de comunicación o del boca a boca.
Los pobres en realidad tienen valores de pobres y no de clase media, es por eso que muchos inmigrantes no vienen a nuestros países a “buscar un futuro mejor”, pues la confianza en el futuro es un valor de clase media y que requiere vivir en un Estado de derecho con alguna experiencia de revolución industrial. La mayor parte de los inmigrantes proceden de países donde el Estado tiene poco peso en comparación con lo tribal o lo familiar, ellos entienden el bienestar en una clave: poder obtener los mismos bienes de consumo de los que disponemos aquí y que en sus países les están vedados, bien porque no existen o bien porque son demasiado caros por la debilidad de su moneda.
La clase media (y la pobreza) se define pues por valores y no tanto por los ingresos. Son estos:
- El aumento del radio de confianza desde la familia o tribu hacia el resto de la sociedad.
- La no-violencia, es decir la renuncia a la violencia como fin para alcanzar objetivos individuales, incluyendo la venganza privada que se depositó en manos de la Justicia del Estado.
- El ahorro económico que es una consecuencia de la confianza en el futuro, confianza que tiene que ver con el hecho de que un Estado se constituya como un Estado de derecho es decir que se garantice la seguridad tanto física como jurídica de las personas.
- En adelante el nepotismo hubo de convivir con la democracia. No es que la democracia por sí misma liquidara para siempre el nepotismo familiar o tribal sino que introdujo ciertas novedades: la creación de la familia nuclear..
- El gusto por la instrucción y la alfabetización.
- Como valores morales hemos de añadir a la ya mencionada confianza y el abandono de la violencia, otros valores como el “trabajo duro”, la diligencia, la disciplina y el acatamiento a la autoridad.
El problema de la inmigración en Europa y su impacto en la clase media europea.-
Este verano ha sido decididamente trágico en lo que respecta al número de inmigrantes que han atravesado de una manera u otra el mediterráneo y han llegado a Europa (algunos no han llegado) en tres puntos calientes: las islas griegas vecinas de Turquía, algunas islas italianas como las de Lampedusa y la ciudad de Calais, justo al lado del túnel que comunica Francia con Inglaterra, un paso muy ansiado por los inmigrantes que allí se dan cita y que de alguna manera han dejado la frontera de Melilla en segundo plano.
La mejor descripción para este fenómeno es de aceptar que los estados miembros de la UE se encuentran frente a un desafío de proporciones colosales al que todavía nadie ha querido ni podido hincarle el diente más allá de la discusión sobre cupos. Mi opinión es que el tema ya ha desbordado y ya no tiene una solución fácil. El fenómeno de la inmigración ilegal no ha hecho sino comenzar y “mirar hacia otro lado” no parece que sea muy inteligente por parte de nuestros mandatarios.
Y eso es precisamente lo que hacen.
La inmigración no es un fenómeno que podamos interpretar de una forma lineal o que pueda zanjarse comparándola con otros movimientos migratorios anteriores o bien asumiendo nuestro rostro buenista para decir que los inmigrantes buscan una vida mejor, que es comprensible, que todos hariamos lo mismo y que los españoles también emigraban a America o a Alemania cuando no tenian que comer (más abajo encontraré el momento para explicar por qué el fenomeno actual es un fenómeno nuevo y no comparable de ningún modo a las otras migraciones.,
Existen al menos tres motivaciones para emigrar: 1) la pobreza, 2) las guerras y 3) el efecto llamada de una educación y una sanidad gratuita, contando además con los recursos sociales que todo Estado del bienestar dispone para los más desfavorecidos, dicho de otro modo hay incentivos para la emigración a Europa, pero no de Europa a Africa, Pero el talante humanitario de la población europea tiene limites y estos limites pueden llegar a romperse en los próximos años, pues toda esta multitud de inmigrantes han de ser alimentados, han de tener vvienda, y sobre todo han de ser sostenidos, ¿por quién? pues por las clases medias que son los que sostienen memes de valores tradicionales y humanísticos, que son a su vez, los que pagamos impuestos y sostenemos al Estado.
La ola de inmigración actual no se parece en nada a las anteriores y se asemeja mas a una invasión militar que a una migración ordenada, pues en toda inmigración ha de haber dos agentes: el que emigra y el huesped que acoge. No vale decir que unos tienen el derecho de emigrar y los huespedes solo tienen el derecho de acoger aun por razones humanitarias, pues este tipo de razones se agotan en la saturación. No es que los inmigrantes vengan a “quitarnos el trabajo” como suele decirse Tampoco que sean maleantes la mayor parte de ellos o que nos tengan intimidados con las bombas. El mayor riesgo es que agotan nuestros sistemas de protección sociales sin haber contribuido a ellos.
Sin embargo hay otro factor que me parece mucho más importante y del que no suele hablarse. Se habla mucho de la aculturación del inmigrante pero no suele hablarse de la aculturación del país que acoge. Las distintas culturas no se funden unas con otras en una especie de relación dialéctica que de lugar a una cultura nueva. Es por eso que el multiculturalismo entendido como integración de culturas solo es posible cuando una de ellas se impone a la otra. Las culturas no se mezclan sino que una de ellas se extingue en favor de la otra, pues no todas las culturas tienen el mismo vigor y es obvio que la cultura europea ha perdido gran parte del suyo casi al mismo tiempo que ha disminuido su demografía.
Somos pocos y cada vez tenemos menos fe en nuestras instituciones a las que zarandeamos continuamente sin caer en la cuenta de que Europa es el colectivo que más han hecho para el progreso, la libertad y la prosperidad de sus ciudadanos hasta lograr la vitalidad de esas instituciones que llamamos Estados de derecho. Europa en el siglo XVIII estaba llena de siervos que pagaban a sus señores en especies y cabe recordar que “la servidumbre” aun está operativa en Rusia y en ciertos países de la órbita soviética. Lo que no dio vigor y prosperidad fue la libertad (de poder comerciar), y la propiedad privada, asi como el poder dedicar a nuestros hijos los excedentes de nuestro trabajo en forma de instrucción. Y sobre todo: el empleo.
Nunca hubo más igualdad en Europa que en los siglos que transcurrieron desde el declive de Roma hasta la revolución industrial Entonces todos éramos igual de pobres. Si escapamos de la trampa mathusiana fue precisamente gracias a la revolución industrial.
Pero aun hay más complicaciones derivadas de la inmigración: la ilegalidad en que viven muchos de nuestros acogidos tiene impactos impredecibles entre los foráneos y los nativos. Vivir en la ilegalidad promueve incentivos, al menos fiscales para los que no están documentados. Los nativos pagan impuestos mientras que los foráneos no los pagan y compiten por los mismos nichos comerciales como recientemente hemos visto con los “manteros” de Salou que se dedican a una actividad ilegal conviviendo con los comerciantes que pagan impuestos. Este es un escenario que predice conflictos y enfrentamientos como hemos tenido ocasión de ver recientemente.
El otro foco de conflicto es la religión. Es cierto que las religiones pueden convivir entre sí, cada una en sus lugares de culto, pero no es así con las culturas que arrastran cada una de estas religiones que se comportan como focos de descohesión social cuando no de un odio ancestral y tribal. Las culturas teológicas pueden convivir con otras similares pero empastan mal con una cultura secular. El papel de la mujer en el Islam es difícilmente integrable en nuestra concepción laica del Estado y de la libertad individual a no ser que los europeos abdiquemos de nuestra concepción del Estado laico. Ser bueno, será cada vez más caro y difícil.
Hay dos tipos de posturas que como conclusión podemos adlelantar en nuestras predicciones sobre qué sucederá en el futuro. Unas son optimistas y otras pesimistas.
Y mi posición es la del pesimismo racional y el fin de la fe en el hedonismo ilustrado.
La solución parece ser en aprovecharse de ese sesgo que hace que seamos optimistas para nosotros mismos y pesimistas para el resto, tal y como podemos leer en este post.