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Reprogramando la mente (y II)

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¿Quien es el maestro que hace a la hierba verde?

Koan zen

(La respuesta al final del post)

Cuando hablamos del uso de psiquedélicos como psicofármacos estamos pensando de una manera lineal, nos imaginamos que a cada droga le correspondería una unidad de acción en una enfermedad. Pensamos en indicaciones según el modelo biomédico y damos por cierta la idea de que la depresión, la esquizofrenia o el TOC son entidades unitarias y discretas.

Pasamos por alto que en la depresión hay varias enfermedades y asimismo sucede en casi todas las enfermedades mentales. Es mejor imaginarse las enfermedades mentales como una macedonia de frutas donde se mezclan sintomas de una serie u otra, aunque suele ser cierto que casi siempre podemos encontrarnos con algún sindrome que predomine, de lo contrario nunca hubieramos podido deducir que la obsesión y la compulsión están relacionadas..

Por ejemplo si leemos este post podremos observar que a la hora de investigar con psiquedélicos los médicos solemos caer en el mismo error que cuando estamos evaluando psicofármacos. Les adjudicamos un potencial terapeutico segun patologias, asi decimos que la ayahuasca puede ser útil para el alcoholismo, el MDMA para el TEPT o trastorno de estrés postraumatico y la psicolobicina o la ketamina para la depresión.

Pero es más probable que los psiquedélicos carezcan de indicaciones concretas para según que enfermedades y lo más probable es que cada uno de ellos sirva para abrir una determinada puerta de nuestras percepciones, para navegar por un canal siguiendo la lógica que inicié en mis últimos post, sobre Timothy Leary. Pero antes de seguir adelante con esta cuestión me gustaria hablar de qué es lo que percibimos cuando percibimos y por qué algunas percepciones son consideradas por la medicina y la psiquiatría oficiales como patológicas.

Venimos de serie diseñados para adaptarnos a un nicho ecológico concreto es por eso que percibimos la realidad que es conveniente que percibamos, del mismo modo un aparato de televisión no significa nada para un gusano o un teléfono móvil nada para una sepia. Estamos adaptados a percibir lo que necesitamos para sobrevivir y reproducirnos esa es la verdad del asunto, una verdad que tiene un corolario adherido: no toda la realidad puede ser percibida, seria superfluo para nuestra fitness que pudiéramos apresarla toda y de golpe. Es por eso que nuestro sistema nervioso dispone de filtros que nos hacen percibir la realidad de una forma parcial, fenoménica porque está dotada para producir el fenomeno de la percepción, es por eso que no percibimos las ondas wi-fi o las de radar aunque sabemos que existe una parte de esa realidad que es noumenica, es decir que no produce ningún efecto en nuestro aparato perceptivo, no la podemos percibir por falta de un canal sensorial. Hasta aquí es Kant.

El lector puede visitar este post donde Donald Hoffman nos instruye sobre su teoria que llama “Interface de la percepción” y que en síntesis puede resumirse asi:

Básicamente la idea de la Teoría de la Interface es que no vemos el mundo como es, sino como conviene a nuestra especie. La realidad que percibimos no es la verdadera realidad sino que lo que percibimos es una especie de escritorio de Windows donde interactuamos con los objetos de una manera conveniente para nosotros. El sol , las montañas y los planetas son iconos en ese escritorio. Pero la verdadera realidad no la conocemos, está detrás y sería el equivalente al lenguaje de maquina y al hardware y a todos los componentes internos del ordenador.

En realidad la idea de Hoffman no es nueva y podría alinearse junto a las ideas de Roger Penrose y los neoplatónicos de los que he hablado ya en este blog. La idea de los platónicos es muy fácil de comprender, no es que el cerebro exista como algo causal de la percepción sino que es un icono (un símbolo) de nuestro escritorio puesto ahí por aquella estructura superior que genera esa misma realidad (como el programador crea sus iconos) y que esta diseñado para apresar aquella realidad que es compatible con la supervivencia y la reproducción del agente consciente que la impulsa o vehiculiza. Asi:

No hay presiones evolutivas para ver la realidad como es sino que hay presiones para que veamos la realidad como no es.

Lo que nos lleva de vuelta a revisar el estatuto epistemológico de la alucinación. Para nosotros, los medicos, psiquiatras y psicologos estandard una alucinación es una percepción sin objeto, es decir sin estimulo externo. Aqui hay una definición de “alucinación”.. De manera que hay tres formas de explicarse una alucinación.

  • La alucinación responde a una avería del aparato perceptivo (es decir del cerebro). Se trata del punto de vista biomédico tradicional.
  • La alucinación seria una forma de percibir esa realidad que se nos oculta tras el velo espacio-tiempo por algunas personas que han logrado desgarrar ese velo por algún tipo de particularidad o a través de una experiencia psicodélica. En cualquier caso lo que se percibiría seria algo que estaba ya allí, aunque oculto.  Es el punto de vista contrario al tradicional que trata la alucinación como una irrealidad. Lo que percibiría aqui el alucinado es la realidad en sí, tal y como es. En este sentido los que hubieran accedido a este nivel de realidad serian algo asi como privilegiados, algo que no se corresponde con las observaciones psiquiátricas convencionales.
  • La tercera opción seria algo así como que la alucinación seria una especie de proyección de nuestro cerebro a partir de una estimulación energética que daría como resultado una gestalt preformada a través de la evolución filogenetica. Lo que se percibiria en una alucinación no seria real sino la proyección de ciertos canales que cuando sintonizan una determinada emisora suelen coincidir en las formas que perciben. De ahí la conveniencia de hablar de “arquetipos”. Es como si todos dispusiéramos de ese icono mágico en nuestro “escritorio” del ordenador, alguien lo puso allí, un día lo pulsamos y aparece una alucinación, pero no cualquier alucinación sino la que está prediseñada para aparecer.

Ninguna de estas opciones se contradicen unas a otras sino que en cierta manera se complementan. No cabe ninguna duda de que los enfermos mentales alucinan y a la vez que las alucinaciones son enloquecedoras, pero no todas las alucinaciones son iguales: en el delirium tremens suelen aparecer alucinaciones de animales. ¿Por qué animales? Tampoco cabe ninguna duda de que ciertos arquetipos se repiten y parecen patrones preformados en nuestros cerebro, por ejemplo aquellos que han visto extraterrestres o contactado con ellos. No cabe duda de que el patrón de “Diosa blanca” segun la descripción que nos trajera Robert Graves está detrás de las apariciones marianas y que segun Robert Anton Wilson el fenomeno ovni es una traducción moderna y tecnologica de esas entidades blancas, de luz que encajan mejor con una mentalidad actual, tambien  explicaria porque estas apariciones virginales  son más frecuentes en los niños y en entornos religiosos, mientras que los adultos prefieren hombres altos azules o hombrecillos verdes como Mescalito.

mescalito

Mescalito descrito por Castaneda, un patrón universal de contactados y que representaria al arquetipo de la inteligencia vegetal.

Lo mismo sucede con las alucinaciones auditivas, las imprecaciones, insultos, comentarios en tercera persona, criticas y alusiones y admoniciones que dirigen a los alucinados parecen implicar al sistema territorial (el circuito 2 de Leary, junto con observaciones morales derivadas del circuito 4). Una especie de autocritica interna que se dirime en el territorio de la percepción, en este caso auditiva.

Hasta hace poco tiempo se creía que las alucinaciones auditivas eran patognomónicas de la esquizofrenia paranoide pasando por alto a los grandes hombres que conversaban con ellas como Sócrates o San Ignacio de Loyola a las que llamaba “loquelae” y con las que mantenía disquisiciones filosóficas como si de una red social o guasap se tratara. Hoy sabemos que esta idea es falsa y lo sabemos con seguridad despues de que Jim Van Os hiciera un trabajo de campo para llegar a la conclusión de que hay muchas personas que oyen voces y no son esquizofrénicos.

¿Entonces como queda la alucinación? ¿Qué alucinamos cuando alucinamos?

La alucinación de Dios y la metaprogramación.-

El concepto de metaprogramación se debe a Robert Anton Wilson y probablemente también a Timothy Leary. Significa que podemos navegar entre los distintos canales de conciencia que tenemos a nuestra disposición. La mayor parte de nosotros tenemos creencias y somos muy poco conscientes de que podemos cambiar de creencias a voluntad. Tampoco somos muy conscientes de la enorme cantidad de Yoes que nos pueblan, ahora somos racionalistas, mañana mentalísticos, somos payasos ahora y después cínicos, somos territoriales cuando defendemos lo nuestro y solidarios  o altruistas cuando nos tocan la fibra emotiva como recientemente ha sucedido con ese niño sirio ahogado en una playa turca.

Dicho de otra manera “contenemos multitudes” solo los necios creen que están hechos de una pieza y solo los tontos defienden sus puntos de vista como si se tratara de posesiones de valor. Lo importante es aprender a navegar y comprender que nuestra idea de Dios es tambien una proyección. No nos lo imaginamos verde como Mescalito pero si vestido de blanco y con barba. A veces como ese ojo inscrito (un icono) en un triángulo que todo lo ve.

Pocas veces caemos en la cuenta de que somos nosotros mismos los que poseemos esas dotes de visión interior, que somos dioses con la condición de ser capaces de que en nuestro escritorio aparezca este icono: “metaprogramador”. El metaprogramador es el programador del programa, es decir el que escribe los programas que podemos cliquear. Pocos de nosotros somos capaces de entrever esta posibilidad, pero no cabe ninguna duda de que está ya al alcance de algunas personas. Leary cree que las drogas son una herramienta para conseguir este fin. Yo no estoy muy seguro de eso, pero encontraremos las herramientas para hacerlo y lo haremos pronto.

Y para aquellos que aun no hayan resuelto el koan que preside este post:

El maestro que hace que la hierba sea verde es tu corteza visual, claro.

 

 

 



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