Una sociedad degradada se llena de solteros (Hollbach)
Si tienes un CI de 130 lo más probable es que estés rodeado/a de personas con un CI inferior al tuyo. Hay que recordar que la media del CI europeo es de 100, lo que significa que las personas de tu entorno incluyendo a tus familiares e incluso a tu pareja , -a no ser que hayas optado por eso que se llama “emparejamientos selectivos”- tiene un CI inferior al tuyo.
Y si has optado por este tipo de emparejamientos tampoco estás a salvo de ciertas adversidades como contaré más abajo.
A los que leyeron el post anterior ya saben que terminé aquel sobre “cálculos matrimoniales”con la siguiente pregunta.
¿Qué efectos crees que tiene este cambio en las preferencias para los emparejamientos a largo plazo?
La mayor consecuencia es la estratificación social: la igualdad genera más desigualdad, pero eso es materia para otro post.
Y de eso va este post, sobre las consecuencias que tiene la estratificación social.
Una de las maneras de definir qué es la estratificación es volver al viejo concepto de “clase social” acuñado por Marx -clases separadas por ingresos e instrucción, es decir por nacimiento o cuna), pero también a los fenómenos de exclusión social que han tenido lugar con respecto a ciertas minorías étnicas, los negros, los homosexuales o los comunistas en algunos países. La estratificación es el proceso opuesto a la permeabilidad social a través de la cual un pobre puede acabar siendo rico (llegar a ser élite) si las circunstancias lo permiten.
Se trata de un fenómeno social a través del cual las personas nos agrupamos según un “conatum” de afinidades, así los ricos se emparejan con los ricos, los pobres con los pobres, los negros con los negros y las clases medias con quien pueden, los interesados en cualquier tipo de actividad humana vienen a hacer sus amistades entre su grupo de iguales (los que comparten esa afición, ideología o cualquier otra variable subjetiva como gustos o costumbres), sin olvidar lo que algunos autores llaman el conatum étnico, es decir la afinidad etnocéntrica que es una afinidad universal en todos los grupos humanos: la tendencia a relacionarnos con los que entendemos como nuestro grupo.
Dicho de otra manera, hay dos formas de relacionarse con los demás: a través del grupo extendido o a través de afinidades. Por no decir que la mayor parte de nosotros nos relacionamos con los demás de forma forzada si vivimos en un entorno de baja población o en el micromundo de nuestro trabajo.
Y recordemos ahora una cuestión muy importante: la modernidad puede resumirse en la tendencia a aumentar nuestro perímetro de interacción social, una tendencia que procede precisamente de la revolución industrial.
Si usted es una de esas personas con un CI de 130 o superior y ha nacido en un pueblo, o bien sus padres no tenían dinero para llevarle a un colegio de élite ya sabe a qué me refiero. usted no ha tenido más remedio sino crecer y vivir en un mundo en el cual usted era el “rarito”. Pocos amigos compartirían sus ideas, sus aficiones o sus sentimientos. Usted ha estado condenado a rebajar sus intereses para ser aceptado por el grupo. Usted es un exiliado que se ha criado entre personajes toscos, ignorantes y primitivos. Usted es un paria del pensamiento y también un afortunado.
Porque ese mundo al menos era un mundo permeable, un mundo en el que alguien habrá salido beneficiado por su inteligencia, un mundo donde el constante trasiego entre unos (élites) y otros (medianías) puede traducirse fácilmente en movilidad. Si usted se emparejó con una mujer o un hombre de un CI más bajo que usted mismo ya sabe a qué me refiero: existe una regresión a la media que predice que sus hijos serán menos inteligentes que usted pero más que su pareja . Y eso por hablar solo del CI. pero podemos hablar de otras cosas.
Lo que caracteriza nuestro mundo actual es la cuestión de las élites. Y sobre ellas una cuestión fundamental:
Las élites han abdicado de abanderar el liderazgo social. Y es por eso que nuestros políticos son tan banales, tan ignorantes y tan mediocres. Las verdaderas élites se dedican a otra cosa y no a la política que es el el gobierno de todos. ¿Dónde están esas élites?
La palabra élite creo que representa mejor a lo que quiero decir que el término ambiguo de ricos. El mundo ya no está dividido entre ricos y pobres sino en élites, mediocres y pobres.
Un rico usualmente es parte de la élite pero no se necesita ser rico para formar parte de ella. Las élites abarcan tanto a los hombres de empresa, como a los intelectuales, a los artistas, a los científicos o a los profesionales. Los mediocres suelen ser técnicos pero ya no proletarios como antaño tendíamos a conceptualizarles y los pobres siguen siendo pobres tengan o no ingresos, son pobres y lo seguirán siendo sino cambian sus valores de pobres por otros valores de clase media o técnicos. Si quieres saber que es un pobre es mejor que leas este post.
Dicho de otra forma: los que identifica a estas clases sociales no es ya el dinero que ganan sino sus valores y sobre todo su CI.
La sociedad actual tiende a estratificarse según su CI, con independencia de otras variables. Los listos se han cansado de bailarles el agua a los tontos y a sostener tanto a los pobres como a sus esposas, aunque prefieren pagar impuestos que comprometerse en el liderazgo social. Eso es todo.
Cai en esta idea cuando leí los resultados de esta encuesta que preparé en mi otro blog y donde trataba de escudriñar acerca de las preferencias para los emparejamientos a largo plazo. Mi hipótesis era que a diferencia de los jóvenes de mi generación, los hombres de hoy buscaban a parejas similares a ellos. Se trata de la isosexualidad. Un mecanismo de elección (para el largo plazo) calcado del de las mujeres de hoy. Las mujeres ya no buscan una pareja superior a ellas en cuanto a conocimientos, clase social o dinero sino a un igual. Los hombres les han copiado la idea y tampoco quieren ya ocupar el lugar de sostenimiento de una mujer que antaño era prescripción social. La incorporación de la mujer al mundo del trabajo y su acceso casi universal a profesiones tradicionalmente masculinas ha supuesto un cambio no sólo en el estatus de las mujeres sino en las condiciones del emparejamiento. La masculinidad que siempre fue una carga -aunque siempre considerada como un privilegio- se ha tomado la revancha. “Sin doctorado no te casas” suelen decir algunos de mis conocidos y que ha venido a sustituir, al mas castizo, “si no sabes ni hacer una tortilla cómo te vas a casar” que decían las abuelas.
El mercado del sexo-emparejamiento se ha hecho más restrictivo. Las élites no solo se emparejan entre sí sino que llegan más tarde a la maternidad y tienen menos hijos. Una tendencia opuesta a la tradicional donde los “ricos” siempre tenían más hijos que los pobres (o que al menos sobrevivían más). Así nació la clase media según Clarck.
Consecuencias de la estratificación social.-
No cabe duda de que el mundo camina hacia la segregación, la estratificación en unas nuevas negociaciones sociales y en emparejamientos selectivos que obturan la permeabilidad social. Hoy es muy poco probable que ese señor con CI de 130 se empareje con su novia del pueblo de toda la vida, de que el director lo haga con su secretaria o el médico con su enfermera.
Este hecho que en principio señala hacia una mayor igualdad entre hombres y mujeres lo que hace en la práctica es aumentar la grieta entre elites y clases técnicas y entre clases técnicas y pobres. Entre ambas hay una enorme cantidad de hombres y mujeres solteros.
La causa de este fenomeno de falta de mujeres viene promocionado por el hecho de que las mujeres del grupo de “técnicos” o de clases medias pugnan por los hombres mejor cotizados en el mercado de los sexos, mientras que los hombres quedan en gran parte deprivados tanto de parejas como de oportunidades sexuales. En este gráfico podemos ver como la estratificación de los emparejamientos y la libertad sexual genera nuevas contradicciones y malestares sociales.
La igualdad genera más desigualdad y sobre todo en los entornos donde existe mayor igualdad sexual.
En conclusión.-
Existen fuertes evidencias de que caminamos hacia un modelo de apartheid social muy parecido a aquel que discriminaba blancos y negros en Sudáfrica o en USA. El aumento de emparejamientos por afinidades de CI entre hombres y mujeres ha roto la permeabilidad social y también la cohesión social generando una espesa capa de personas deprivadas de sexo, oportunidades de mejoría social o reproductivas, al tiempo que ha generado brechas importantes tanto en personalidad entre hombres y mujeres como en expectativas de medraje social. La competitividad entre capas medias y bajas por salir de esa situación es feroz y se traduce en sufrimientos inespecíficos entre los perdedores. Y en una gran cantidad de hombres solteros, jóvenes y deprivados. Y hogares monoparentales.
Charles Murray en su libro “Coming apart” hace una critica feroz de este fenómeno al ha llamado por estos espacios estancos donde se agrupan las personas por afinidades o CI, como burbujas (bubbles), y añade:
Su tesis básica aquí es que Norteamérica se encuentra polarizada según una estructura de clases basada en las credenciales educativas/cognitivas (“la segregación cognitiva comenzó cuando la gente inteligente pudo relacionarse con sus iguales”). Existe una élite que vive aislada en una burbuja (literalmente) del resto del país (en New York, Washington, Los Angeles y San Francisco, donde se concentran quienes influyen directamente en la economía, la política y la cultura de la nación) y que, aquí viene el factor relevante, ha declinado de su labor de liderar moralmente al resto de la ciudadanía.
Los indicadores sociales de felicidad no han dejado de descender en su país desde la década de los años 60 del siglo XX. Pero no ha sucedido igual en la élite y en el resto de la nación. Usa dos comunidades ficticias, Belmont (élite, 20% superior) y Fishtown (clase baja, 30% inferior) para facilitarnos la tarea de visualizar su mensaje. El mal endémico que el autor denuncia se concentra en Fishtown, pero Belmont es culpable de la situación general del país por declinar de sus responsabilidades de liderazgo social: “a sus integrantes, despreocupados de la política, no les inquieta abrazar el modelo europeo porque pagar impuestos es un precio mucho más barato, para acallar la conciencia, que preocuparse personalmente por sus conciudadanos”. Tomado de este post
Las élites intelectuales deben volver a comprometerse en el liderazgo social si no queremos que personajes de taberna sean los que nos dicten las normas de convivencia.
Bibliografia.-
La desigualdad reproductiva y la decadencia occidental
Charles Murray. “Coming apart” 2010.