Aunque ambos conceptos se usan de manera indistinta, tiene mucho interés para nosotros los psiquiatras, los psicólogos y también para politólogos y antropólogos diferenciar ambos conceptos. Etica y moral no son equivalentes.
La ética como la etología procede del vocablo griego ethos y efectivamente, esta palabra hace referencia al lenguaje común -en contraposición al pathos de las pasiones- pero también (costumbre) está emparentada con la latina mor-is que significa lo mismo, es decir los usos y costumbres (la virtud y los valores) que llevamos y compartimos con nuestro grupo para vivir en sociedad y eludir los conflictos. El conjunto de reglas que gobiernan nuestra vida en común. Sin embargo entre nosotros cabe hacer una distinción, la ética es individual, la moral es colectiva, grupal. En este sentido la ética tiene una dimensión más psicológica y está de alguna manera individualizada, mientras que la moral la tiene más social y tiene una carácter mas normativo.
De lo que se trata en la ética es de favorecer la supervivencia y la indemnidad de los individuos y también de sus modos de orientarse en la vida, sus elecciones y opiniones y su idiosincrasia. La ética tiene un mandato “No hacer daño” y otras colaterales como ayudar a sobrevivir a cualquier ser vivo de nuestra especie, mientras que la moral vigila por los intereses del grupo y de la supervivencia del mismo en un plano mucho más colectivo. Para la moral lo que interesa es el grupo, para la ética lo que interesa es el individuo.
No es raro pues que individuo y grupo vivan en una continua tensión puesto que a veces lo que es letal para el grupo puede ser considerado como vital para el individuo. La mayor parte de las veces sin embargo, ética y moral conviven sin particulares disonancias. Por ejemplo el homicidio es una actividad prohibida y perseguida por la moral y el derecho y también está penado éticamente.
Pero no siempre sucede así y me propongo en este post poner algunos ejemplos de qué sucede cuando los individuos rotulamos un problema como moral moral que en realidad corresponde tratarlo como ético y viceversa. Pero antes me gustaría señalar que la moral es anterior a la ética individual y evolucionó como conducta como una forma de minimizar las ganancias de los tramposos y de castigar a los infractores. La dialéctica entre grupo e individuo se encuentra además en el centro de la biología evolucionista, aun hoy existe una discusión sobre si la unidad evolutiva de las especies es el gen como propone Dawkins o el grupo como propone E. O. Wilson entre otros y lo cierto es que existen pruebas tanto en un sentido como en otro.
El ejemplo del animalismo.-
El animalismo podría definirse como la sensibilidad que algunas personas tienen hacia los animales y que les acerca a considerarles casi como personas y depositarias por tanto de derechos y por tanto de deberes éticos para con ellos. Sin embargo esta idea se topa con una contradicción pues la ética implica solamente a lo humano y no alcanza a los animales ni al resto de seres vivos. Pero esta contradicción no es la más importante, lo peor es cuando se moraliza esa conducta ética y se convierte por tanto en una imposición frente a aquellos cuyas sensibilidades hacia los animales no son similares. Es algo que podemos ver en los detractores de la tauromaquia organizados de forma hostil contra todos aquellos que en su parecer “maltratan a los animales”. Menos moralizante me parece el veganismo que en cualquier caso es una conducta individual y ética que implica no comer carne animal y por tanto no contribuir a sacrificar a ninguno. El veganismo no trata de imponerse en principio por la fuerza, no divide el mundo entre nosotros y ellos y si lo divide no ataca -de momento- a los que consumimos carne.
Significa que una de las maneras de discriminar lo ético de lo moral es que lo moral y lo moralizante (aquello que ha sufrido un proceso de moralización y que otrora fue neutral) tratan de imponerse por la fuerza: conseguir un mundo donde se alcanzara un consenso forzado sobre qué es maltrato y que es fiesta nacional o simple costumbre y festejos populares de iniciación para jóvenes. Es congruente con el origen de la moral que no es otro sino vigilar, identificar y castigar al disidente.
El ejemplo de la inmigración.-
Otras veces el conflicto entre la ética y la moral procede de un exceso de ética, podríamos decir de un exceso de empatía. Algunos autores como Paul Bloom han señalado precisamente que nuestro mundo no es que carezca de empatía sino que sufre de un exceso de la misma. Un exceso de empatía puede llegar a ser letal para un individuo concreto y también para el grupo, basta con recordar las noticias sobre cooperantes que han muerto en lugares inhóspitos llevados por sus excesos de empatía y su escasa valoración (o minimización) del riesgo.
Obviamente ofrecer comida al hambriento, bebida al sediento, posada al peregrino, atención al enfermo, cobijo al necesitado y atención a los niños son actitudes éticas universales y pertenecen a un cluster de conductas basadas en el eje Daño-Cuidado del que habló J. Haidt en su libro ya de culto “Mentes virtuosas”. Pero esta posición se encuentra en conflicto con otra prescripción moral que procede del grupo de pertenencia. Los recursos no son infinitos y por tanto no se pueden compartir indefinidamente. ¿Qué sucedería si Europa se llenara de 30.000.000 de inmigrantes? Bueno, pues que no habría nada que repartir ni ética que aplicar más que la pura supervivencia de cada cual, el regreso a la jungla. Es aquí donde aparece la política al decidir donde acaba la ética individual y comienza la defensa del grupo.
En conclusión moral y ética no son equivalentes y aunque hay solapamientos entre ambas, también existen antagonismos y dificultades para sincronizar las actitudes éticas individuales con las grupales donde de lo que se trata es de asegurar la supervivencia colectiva. Aquí os dejo un video del profesor Gustavo Bueno, muy cortito que habla de estos temas.