Cuando descubrí este libro de Camilla Plaglia que habla de “las personas del sexo”, es decir de la diversidad de formas que adopta la sexualidad humana mi idea sobre algunas cuestiones cambió y cambió no solo política sino también epistemológicamente y en relación con la Psiquiatría, mi especialidad y su forma de clasificar centrada en el modelo biomédico. Sobre Camilla Plaglia ya había escrito un post anterior si bien me dediqué sobre todo a alabar ciertas ideas criticas en torno a la idea del feminismo actual del que la Plaglia es una enemiga irredenta.
En realidad el libro de Plaglia es una exploración de una dialéctica eterna: lo masculino y lo femenino a través de la historia del arte. La novedad que aporta Plaglia es que no se trata tanto de una guerra entre los sexos, sino de una guerra entre las ideas sobre lo bello: lo apolíneo, es decir lo aéreo, el pensamiento, el Logos, lo cultural versus lo dionisíaco, lo ctónico, lo terrenal, lo natural. El eterno conflicto entre naturaleza y cultura, pues no debemos olvidar que -tal y como dice Plaglia- la naturaleza es fascista y la cultura llegó para liberar al hombre de su tiranía.
Nuestra tarea no es otra sino socavar el poder de la Gran Madre
Erich Neumann
En un post anterior que titulé el ojo y el laberinto ya abordé algunos aspectos de esta gran obra que es “sexual personae“. Pues el ojo aparece cuando aparece el concepto de belleza, cuando aparece el ideal, cuando aparece lo artístico cuya función no es imitar la naturaleza sino redimirnos de su influjo; mientras que el laberinto es una metáfora del útero, allí donde habitan monstruos devoradores, una ciénaga oscura relacionada con el misterio de la maternidad, con el misterio de la mujer. Allí solo se aventuran héroes determinados como Teseo buscando ese centro donde habita el Minotauro para liberar al pueblo de esa tiranía: la tiranía de lo femenino primigenio, Ariadna ayuda a mantener el ovillo para que Teseo -después de terminar su tarea- pueda volver a la superficie.
Como ejemplo de los muchos que da Plaglia en su obra os dejaré el recuerdo de dos obras maestras del Renacimiento: dos formas de ver a David, una de Donatello y otra de Miguel Angel dos homosexuales con distinta forma de entender la belleza. La primera afeminada, casi una drag queen, la segunda hipervaronil: dos idealizaciones de la belleza masculina, la que interesó a los artistas de esa época, fascinados por el poder de la belleza del andrógino, más evidente en Boticelli y Leonardo da Vinci.
Las cuatro formas de enloquecer.-
Las enfermedades-trastornos y condiciones mentales EMT en lo sucesivo) pueden clasificarse en dos ejes, al eje vertical le llamaremos eje de la reflexión con el individualismo-colectivismo en sus extremos. Al eje horizontal le llamaremos eje de la socialización con el egoísmo-altruismo en sus extremos. De la intersección entre ambos nos saldrán cuatro cuadrantes.
En el cuadrante primero se encuentran las enfermedades-trastornos o condiciones que están relacionadas con lo cognitivo (como la esquizofenia, la paranoia y el TOC), en el cuadrante segundo las que están relacionadas con lo afectivo (como la melancolia y el trastorno bipolar). En el cuadrante cuatro las que lo están con lo moral (como las psicopatías, el crimen y las parafilias) y en el tres las enfermedades-trastornos o condiciones que están relacionados con lo estético.
Enfermedades (ETC) estéticas.-
Naturalmente no me estoy refiriendo a este tipo de enfermedades que en cualquier caso no son disfuncionales ni peligrosas para la vida: su relación con lo psicológico se encuentra en cualquier caso porque son señales que pueden operar como estigmas para el niño en relación con su grupo. Su indicación quirúrgica se relaciona más bien con “los complejos” que dichas manifestaciones pueden adoptar sobre todo en adolescentes, en esa época donde la aceptación del grupo es de vida o muerte para el niño.
La linea divisoria que separa lo realmente necesario de la hipercirugía es algo que los cirujanos estéticos conocen muy bien y que es difícil de establecer. Concretamente en España para que la seguridad social corra con los gastos de este tipo de intervenciones reparadoras es necesario que venga acreditado por un psicólogo público que deberá establecer el grado de disfunción psicológica que esta característica puede aportar.
En cualquier caso no me refiero a este tipo de enfermedades donde es comprensible la indicación quirúrgica, sino que me refiero a aquellas enfermedades donde la disconformidad con el cuerpo venga a señalar un pensamiento obsesivo o en cualquier caso sobrevalorado sobre un defecto que opera como un atractor que excluye cualquier otra consideración como vemos en la anorexia mental, la bulimia nerviosa o en la dismorfofobia.
Pero no sólo la anorexia mental es una enfermedad estética -aunque existen también formas de anorexia mental que estarían más relacionadas con el cuadrante 4 (enfermedades morales) o incluso formas psicóticas que se emplazarían en el cuadrante 1.
Pero la anorexia mental no es la única condición patológica de este cuadrante: tenemos la ortorexia, la tanorexia y la vigorexia: obsesiones que no están relacionadas con la delgadez sino con una alimentación sana, u ortorexia (relacionados algunos casos con el cuadrante moral), la tanorexia con el bronceado o la vigorexia con la musculación. En mi opinión todas estas enfermedades que suelen clasificarse como trastornos alimentarios o adicciones son en realidad trastornos del deseo estético.
Hay un enigma que -en relación con esta cuestión- siempre me ha interesado y es saber porqué la delgadez es -en nuestro tiempo- un valor tan querido y apreciado. Lo cierto es que no conozco a ninguna mujer que no haya iniciado alguna vez en su vida una dieta para adelgazar, bien de forma reglada o bien de forma salvaje, con esas dietas que la publicidad anuncia cada cierto tiempo (ante la proximidad del verano o después de Navidad) para perder esos kilos de más que se insertaron en nuestro abdomen. Tampoco conozco a ninguna mujer que no se reconozca algún defecto físico, “esas pistoleras”, abdomen, caderas o piernas demasiado gruesas. Podrá decirse que las mujeres buscan la delgadez para ser atractivas, lo cual no es sino un argumento tautológico, pues ¿qué tiene que ver el atractivo con la delgadez? o ¿por qué la delgadez es atractiva?.
Lo cierto es que la delgadez tiene poco que ver con la femineidad. La femineidad es redondez, grasa, acuosa y terrenal; la femineidad no tiene nada que ver con la delgadez: la mujer es tierra y agua y su destino es estar siempre hinchada en virtud de su ciclo lunar. La delgadez tiene que ver con lo apolíneo, es decir con el concepto de belleza apolíneo que en el caso de la mujer reproduce “lo andrógino”, esos cuerpos altos delgados, largas piernas, sin tetas, con esa mirada que nada ve (un ojo que niega la belleza), con ese semblante inexpresivo de las modelos de pasarela, al borde de la inanición. Nada que ver con la femineidad sino con el modelo que propone la cultura en estos momentos y que es la igualación de los sexos en el arte y que alcanza a todos los terrenos.
La igualación de los sexos está relacionada con la sexuación cerebral y significa que la evolución y sus correlatos culturales tironean para la igualación de los cerebros masculinos y femeninos a través de la neotenia y la domesticación. Es verdad que cada vez más podemos observar mujeres tan competentes o tan estúpidas como los hombres. Todos parece indicar que nos dirigimos hacia un balanceo de los cerebros tal y como pronosticó Baron-Cohen (cerebros tipo B), y que el arte no es más que un adelanto de este proceso que ya estamos comenzando a vislumbrar. Y que debe más a Coco Chanel que a todo el movimiento feminista en bloque pues es casi imposible pensar en una liberación del cuerpo de la mujer mientras vistió refajos. Es por eso que las niñas de mi infancia parecían mas torpes y más tontas que los niños. Bastó darles una educación similar a la nuestra para que empezaran a desarrollar habilidades que se les suponían negadas. No me refiero solo a las intelectuales sino sobre todo a las motóricas, atléticas y por que no a la conducción de automóviles. ¿Alguien recuerda cuando los hombres pensaban que las mujeres no aprenderían nunca a conducir? ¿Y como ellas les daban la razón en su torpeza?
Ahora bien: la igualación de los cerebros aun no ha terminado y tampoco podemos asegurar que se trate de un movimiento con esa finalidad. No tiene nada de teleológico, todo puede detenerse e incluso retrotraerse en función de los espíritus (zeitgeist) de cada tiempo sin contar con los grandes intereses económicos de cada tiempo. Lo cierto es que aun en las mujeres existe una profunda e intensa pulsión a mostrarse y a ser atractiva para el sexo contrario. Hoy es la delgadez o la musculación pero mañana Rubens puede volver a aparecer con sus obesidades mórbidas como canon de la belleza.
La delgadez es pues el atractor de la belleza femenina de nuestro tiempo. ¿Pero entonces cómo explicar los casos extremos, es decir la inanición esquelética de la anorexia mental? ¿Qué tiene de atractivo estar en los huesos?
Close to the edge.-
Close to the edge (Al borde del abismo) no es solo un albúm de Yes que merece ser considerado como una de las mejores obras del rock sinfónico. Es también una teoría de Randolph Nesse que viene a decir que un rasgo cualquiera, como por ejemplo la búsqueda de delgadez puede ser adaptativo en un lugar e inadaptativo en otro lugar, en esas personas que se caen por el precipicio cuando andan por el borde, como esas que caen a un barranco tratándose de hacerse un selfie.
Los individuos mejor adaptados estarían en el medio, en la línea de puntos, donde todos tendrían buena adaptación y salud, mientras que en la línea continua hay ya muchos individuos en riesgo de precipitarse.
Hacerse un selfie no es patológico pero ponerse en riesgo por hacerlo puede tener consecuencias catastróficas cuando uno no toma las precauciones necesarias y hay personas que se caen y que suelen pertenecer a ese grupo de personas que andan cerca de los precipicios. Dicho de una manera más comprensible: esos que se pasan de frenada o como dicen los anglosajones los que van más allá (runaway). Del mismo modo: hacer una dieta no es peligroso pero todas las pacientes anoréxicas comenzaron con una dieta que las indujo a caer por el abismo.
Referencia:
Randolph Nesse. Good Reasons for Bad feelings. Una adaptación de la parte del libro donde trata esto la teneis en este artículo de Psychology Today