Hace unos días publiqué en twiter un tuit a propósito de esa «epidemia» de niñas que dicen ser niños y que quieren comenzar un programa de cambio de sexo. Decía allí que:
«No es que quieran ser niños es que rechazan su sexualidad, pues ha desaparecido la fase de latencia debido a la sexualización precoz».
Recordemos algunos conceptos: la fase de latencia es una fase asexual que va desde los 6 hasta la pubertad, más o menos hasta los 11-12 años siempre y cuando no haya interferencias. Los niños y niñas si no son molestados con sexualizaciones precoces procedan o no de traumatismos sexuales reales, no están involucrados en rivalidades sexuales o no son excluidos de su grupo social, dedican esos seis años a aprender y a fortalecer los vínculos con su grupo. Todo parece indicar que existe una relación entre nuestras necesidades y cronologías de aprendizaje y este vivir asexuado que caracteriza la fase de latencia.
Pero una vez publicado este tuit recibí algunas contestaciones y voy a señalar de entre todas, una sin citar a su autor. Dijo así:
«La fase de latencia solo aparee en sociedades de represión edipica»
Y es verdad, hablar de fase de latencia es lo mismo que hablar de situación edípica, solo en las sociedades donde Edipo vive -como tabú múltiple- existe esa fase de latencia. Sin embargo en las sociedades primitivas, aquellas donde no hay complejo de Edipo descritas por Malinowsky en las islas Trobiand, no existe fase de latencia ni tabués relacionados con el sexo, ni prohibiciones de asesinato. El lector puede leer este post donde hablé de ello, sin embargo no existe -entre los antropólogos- un consenso sobre si Edipo es o no necesario para conformar una civilización. Lo que descubrió Malinowsky es que hay grupos humanos que parece haber sobrevivido sin el tabú edípico -que incluye tanto el incesto como el parricidio- pero seria muy osado hablar en este caso de «civilización» o cultura», si bien también sería erróneo pensar que en ellos no hay ningún tipo de regla para ordenar el acceso sexual o limitar la ira homicida contra los cercanos.
Hace pocos días salió una noticia , bastante escondida por cierto de la sentencia contra un muchacho que asesinó en Elche a sus padres y a un hermano. La sentencia -por ser menor- es de cuatro años de reclusión, más otros de libertad vigilada. Me interesa sobre todo el trato que esta noticia ha tenido en la prensa, donde concluyen que se trata de un psicópata al tiempo que dedican algunos párrafos a las conclusiones de los forenses, que como es habltual dicen que no se aprecian en él síntomas de enfermedad mental alguna. Aquí hay una contradicción, porque si no tiene ninguna enfermedad mental porque le clasificamos como psicópata. ¿Es o no es la psicopatía una enfermedad mental? Y otra pregunta ¿si la enfermedad mental es un eximente por qué a este muchacho (que no tiene enfermedad mental alguna) se le trata con una sentencia tan benigna? Dirán que la razón es por su minoría de edad, pero ¿por qué los menores de edad tienen sentencias tan blandas ante un crimen en masa como este? ¿Es que alguien supone que con cuatro años se le podrá rehabilitar? ¿En todo caso rehabilitarle de qué?
Bueno, la versión oficial de la psiquiatría es que los psicópatas no están locos, y son intratables, por esta razón consideran que sus delitos no responden a patologías concretas y conocidas, sino que hacen daño a otros a sabiendas de que están causando daño. Dicho de otro modo, cuando este muchacho asesinó a sus familiares, no deliraba, ni alucinaba, ni tenia el sensorio comprometido sino que los mató en un acto planificado y frío de venganza porque le habían castigado y ese móvil banal lo etiquetan como «psicopatía». Pero lo cierto es que los psicópatas no suelen asesinar a sus padres, madres o hijos sino a desconocidos como los guerreros Trobiand y no lo hacen porque matar a los padres y hermanos no es solo un delito, es un tabú. Por otra parte decir «psicópata» y atribuir a esta etiqueta todas esta compleja trama no deja de ser un discurso vacío. Lo que yo preguntaría a los forenses es esto: ¿Y por qué este chico era un psicópata?
Un tabú es algo que viene colgando de Edipo, que no es solo una cuestión de delitos o de jurisprudencia sino una cuestión ancestral, una especie de justicia pre-humana y que inaugura la civilización tal y como la entendemos nosotros. Dicho de otro modo: Edipo precede a toda la reglamentación y jurisprudencia de nuestros Estados sean democráticos, teocráticos o dictaduras blandas. Edipo previene el crimen por la interiorización de sus mandatos pero no rehabilita al que carece de esta interiorización. Por tanto la cura para este chico sería introducirle a Edipo en su cerebro moral quizá a través de una pildora milagrosa. Desafortunadamente esta píldora no existe, como tampoco existe ninguna tecnologia de castigo ni de rehabilitación para este tipo de crímenes. Ni la pena de muerte podría redimir a este individuo que se ha caído de las reglas de la civilización sin que aparentemente haya ninguna causa para ello. Se trata de un crimen contra la civilización.
Pero estas causas no deberían buscarse en el cerebro individual sino en el «espíritu de nuestro tiempo». ¿Qué es lo que caracteriza a nuestro tiempo en relación con estos tabúes ancestrales que llamamos Edipo?
Lo que sucede es que Edipo ha muerto, pero no ha muerto de una sola vez sino en sucesivas muertes que tienen en el cerebro individual una multitud de franquicias. Edipo ha muerto para algunos pero no para todos.
La sexualidad post-edipica.-
¿Qué sucede en los cerebros individuales cuando una sociedad libera las cadenas de la represión sexual?
La mayor parte de nosotros estariamos de acuerdo en que es divertido que hayamos pasado de una educación restrictiva o represora del sexo a una donde cualquiera puede manifestar en publico cualquier tipo de preferencia sexual e incluso que hoy mantener relaciones sexuales sea más fácil que hace unos cuantos años. Efectivamente, puede catalogarse como un progreso tal apertura de las costumbres sexuales, pero tiene sus secuelas.
Y estas secuelas proceden del hecho de que agresión y sexualidad van en el mismo paquete. No es posible liberar las pulsiones sexuales sin al mismo tiempo liberar las pulsiones agresivas. La violencia en gran parte estupida o apragmática que hoy observamos en nuestro mundo del siglo XXI no puede explicarse a partir de la fenomenologia individual sino a traves del debilitamiento que ha sufrido nuestro héroe trágico Edipo.
¿Qué impulsó a esta madre a matar a su hija? ¿Se trataba también de una psicopatía? Todo parece indicar que se trata de una venganza contra el marido puesto que el juez dictaminó que la tutela de la niña le correspondía al marido. «La maté porque era mía» es una declaración paralela a la que hacen algunos hombres cuando suponen que sus esposas o novias les pertenecen. Cierto, los infanticidios son más frecuentes en las mujeres. Pero matar a un hijo no solo es un crimen execrable, sino la violación de un tabú edípico. Sí, edípico. Porque lo que se asesina es la pertenencia de esa niña -más allá de ella- a un linaje parental. Una forma de destruir el vinculo con su padre, y una forma de destruir al padre. Un acto de venganza, muy machista, pues machista es la suposición de que mujeres, esposas, maridos o hijos nos pertenecen obviando que todos tenemos dos progenitores.
La muerte de Edipo tiene otras consecuencias y la suposición que tienen algunos y algunas de que existirá una sexualidad post-edipica es un error, pues la civilización precisa de restricciones sobre la sexualidad y sobre la agresividad. Sobre el egoísmo y el endiosamiento.
En el próximo post abordaré algunas de estas consecuencias, tanto sobre los hombres como sobre las mujeres. pero no me gustaría despedir este post sin dar mi opinión sobre el tuit que le preside y donde hablaba de las consecuencias de la desaparición de la fase de latencia en relación con esa epidemia de transgenero que se ha declarado en nuestro mundo.
Las niñas de 12 años ingresan en el instituto igual que los niños y pasan de un entorno protector como la primaria a la jungla de un patio de instituto donde los matones ejercen su ley. Lo que es lo mismo que decir que estas niñas tienen que lidiar con dos problemas que van juntos: uno sexual: las demandas de los chicos incluyendo a los mayores y la rivalidad sexual que compromete gravemente las relaciones de camaradería que traian consigo de anteriores cursos. Una vez estás en el mercado sexual, se terminó la amistad y como la exclusión del grupo es vital para niños y niñas, la mayor parte de traumas se cuecen en la escuela y en esos patios.
De manera que no es nada raro que una niña sometida a estos dos estresores (el del acecho sexual y el de la rivalidad femenina) decidan un buen día que si fueran chicos no tendrían este problema y mucho más pueden pensarlo si una amiga las induce a ello. Todo parece estar dispuesto para que las cosas discurran de este modo. Si Edipo estuviera vivo, ningún adolescente acecharía en el patio a ninguna niña y no se perderían amigas por ser más guapa que las demás.
Dicho de otra forma: Edipo modula las rivalidades, los acechos y la violencia.