Si yo le preguntara qué entiende usted por perversión, seguramente pensaría en una desviación sexual, eso que en psiquiatría se llama parafilia. No es raro, porque la palabra fue empleada por Freud y posteriormente por Lacan, y aunque en el lenguaje común, la palabra parece remitir a algo sexual, lo cierto es que en el psicoanálisis en realidad remite a una de las matrices o estructuras del psíquismo, las otras dos serian la neurosis y la psicosis. Recordemos que para Freud la perversión es la otra cara de la moneda de la neurosis. Dicho de otra manera, neurosis seria aquella estructura que hace sufrir por lo que el perverso disfruta.
Pero yo no voy a basar mis argumentos en esta idea, un tanto restrictiva de Freud y Lacan sino que voy a basarme en el criterio etimológico. ¿Qué significa perversión? Obviamente es una versión de un original, solo que (per) puesta en otra posición. Más concretamente, es una vuelta del revés, O una versión cabeza abajo como esta figura del Tarot que llamamos «El Colgado».
Thomas Joiner es un autor especialista en suicidiología y autor de «la teoria interpersonal del suicidio». Aqui hay un post interesante donde puedes seguir sus ideas. Yo solo voy a tomar en este momento la idea de que solo puede pervertirse una virtud, Es decir solo lo moral puede ser pervertido.
¿Qué es una virtud?
La virtud (en latín, virtus) es la excelencia moral. Una virtud es un rasgo o cualidad que se considera moralmente buena y, por tanto, es valorada como fundamento de principio y buen ser moral. Una virtud es una disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza.1 En otras palabras, es un comportamiento que muestra un alto nivel moral: hacer lo que está bien y evitar lo que está mal. Lo contrario de la virtud es el vicio. La virtud tiene una gran importancia para la vida ética. (tomado de la wiki)
Dicho de otro modo: la virtud es un tipo de conductas, ideas, y tradiciones que tienen valor colectivo, es decir sirven para regular la vida en común a partir de la suposición de que es un valor individual compartdo por la mayoría.
Lo importante es comprender que la moralidad no es algo que se tiene o no se tiene sino que existen distintas dimensiones, y que según Jonathan Haidt seria cinco tal y como pueden ver en este post que titulé «La mente virtuosa».
Un ejemplo es la justicia. Todos sabemos qué es y qué no es justo sobre todo cuando somos nosotros los perjudicados, no tanto cuando somos los beneficiados. Algunos autores suponen que la justicia es innata pero eso no importa ahora, lo que importa señalar es que la justicia es un deseo común a cualquier individuo, aunque no es fácil llegar a un consenso universal sobre lo que es justo.Hay diversidad de opiniones aunque todos estaríamos de acuerdo en que la justicia es un valor, una virtud deseable. ¿Quién no deseará vivir en un mundo más justo, donde cada uno reciba en proporción a lo que ha contribuido al bienestar de los demás o a sus propios méritos o necesidades?
Según Joiner -que en su libro pone casos reales de suicidios precedidos de homicidio-, la justicia o «tomarse la justicia por su mano» es lo que sucede cuando un individuo ha perdido toda fe en la justicia publica, es decir en la justicia como valor. Así:
Para Joiner en estos casos el suicidio es, no solo lo primario, sino también la fuente de todo lo que sigue después. En los H-S, el homicidio ocurre como consecuencia del suicidio. El perpetrador decide primero el suicidio y después se produce una perversión de otras tantas virtudes, pondré por ejemplo a la compasión o la perversión del daño-cuidado para utilizar la terminología de Haidt. La línea de pensamiento del sujeto sería algo así como: “ya que voy a morir es virtuoso que “ellos” mueran también. ¡Pues qué será de ellos cuando yo haya muerto?
Un caso muy reciente es el de la guardia civil que asesinó a sus dos hijas y posteriormente se suicidó con su arma reglamentaria y de la que ya hablé con anterioridad.
Cuando hacemos una autopsia psicológica tratamos de entender las razones del fenómeno, ¿qué llevó a esta mujer a tomar tan cruel y drástica solución?
Lo que quiere decir Joiner es que el sujeto cree, dentro de su lógica distorsionada, que está comportándose de forma virtuosa. Supongamos que una mujer padece una depresión y ha decidido suicidarse. A continuación, piensa que sus hijos van a ser infelices y van a quedar desamparados al faltar ella y entonces, por una perversión de la virtud de la compasión, decide matarlos primero y luego suicidarse. La mujer parte de premisas erróneas pero la lógica es virtuosa y ella cree que está haciendo lo correcto, lo que es moralmente bueno.
Lo interesante de este argumento es que parece que ya ha quedado todo explicado pues ¿no es la depresión una patología? Todo parece volver al lugar de la explicación médica y hay que recordar ahora que para Joiner el 100% de los suicidios precedidos de homicidio son a causa de enfermedades mentales, la explicación de esa distorsión de la lógica seria para Joiner siempre la psicopatología. Se trata de la socorrida explicación médica que parece tranquilizar al publico sobre todo cuando el crimen lo ha cometido una mujer. ¿Pero si la depresión induce tal fenómeno por qué los depresivos no terminan todos matando a sus hijos y suicidándose ellos mismos? Y otra cuestión ¿por qué la depresión es una patología y no lo es el deseo de venganza o la cólera excesiva?
En lo que estoy de acuerdo con Joiner es que el suicidio o las ideas y planes de suicidio son primarias y anteceden al acto mismo de matar y morir. En este sentido el suicida que asesina a otros, y el suicidio aislado son dos vías de una misma corriente letal que en unos casos derivaría hacia el suicidio y en otros en el homicidio. Mi idea es que el suicidio y el homicidio están emparentados causalmente, tanto si se dan juntos como si se dan por separado sin olvidar de que en ciertos casos pueden haber suicidios altruistas ( por ejemplo fingir un accidente de tráfico para que la esposa cobre un seguro de vida) y homicidios altruistas (una especie de eutanasia compasiva por parte del cuidador) , así como suicidios precedidos de homicidios altruistas (como suele verse en los casos donde el cuidador y el cuidado están enfermos o el caso de cuidadores ancianos que tienen a su cargo un hijo discapacitado).
Así y todo aun siendo actos de apariencia altruista hay que pervertir la compasión, uno de los pilares morales más compartidos por todas las civilizaciones humanas y que en no pocas ocasiones se solapan con las buenas intenciones como en los casos de eutanasia aplicada a una persona incapacitada para hacerlo con sus propios medios.
Lo paradójico de esta cuestión es que al final lo que se persigue de una manera más o menos distorsionada es siempre un valor moral, si alguien asesina a otra persona podrá pensar que «se lo merecía o que el mundo «será mejor sin él». Los móviles morales son demasiado frecuentes para no tenerlos en cuenta. tal y como cuenta Donald Black.
Donald Black sostiene que sólo el 10% de los homicidios son producidos por rapiña como los que suceden en un robo o hurto, dicho de otra manera: los homicidios que se cometen por incentivos económicos directos son una minoría. El otro 90 por ciento son moralistas, una forma de pena capital en el que los autores son jueces y verdugos de una víctima que perciben que les han hecho daño de alguna manera y son merecedores de la pena de muerte.
Dicho en otras palabras: la mayor parte de los homicidios se cometen durante situaciones de ira, situaciones comunes y banales, donde los individuos parecen no tener control sobre sus emociones pero que paradójicamente se perpetran siguiendo una siniestra inspiración de que el “otro” -la víctima- se lo merecía. Y dónde el agresor no tiene nada que ganar. Dicho de otra manera, la mayor parte de los crímenes se cometen por una interpretación radical de la moralidad.