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De lo real a lo hiperreal (XV)

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Jorge Luis Borges escribió un cuento de un solo párrafo, titulado «Del rigor de la ciencia» donde en un supuesto Imperio un mandamás ordenara a sus cartógrafos avanzados diseñar una cartografía lo más exacta posible a escala 1:1, de manera que toda la tierra quedaría cubierta por ese mapa confundiéndose con el territorio por completo, hasta que sucesivas generaciones dejaron de prestarle interés y van apareciendo los primeros rotos y descosidos en su urdimbre.

Bienvenido a Matrix.

Imagínese que existe un manto de celofán que cubre toda la tierra junto con sus accidentes, las montañas, los rios, las rocas y lo mares. Imagínese que usted vive en ese mundo donde lo que usted percibe no es la realidad en sí sino un simulacro de esa realidad envuelta en celofán.

Ahora suponga que esa simulación plastificada es en realidad un programa de ordenador que alguien creó para engañar sus sentidos y que usted creyera vivir en la realidad cuando en realidad está usted viviendo en una realidad empaquetada.

Ya está usted en Matrix, en la matriz del mundo virtual.

Pero el manto tiene desgarros, descosidos, fisuras y orificios y es precisamente a través de ellos como algunas personas tienen acceso a la realidad-real siempre de un modo fragmentario o accidental.

La idea de que vivimos en un mundo simulado es tan antigua como la humanidad y en cierto modo Matrix es una versión moderna del mito de la caverna de Platón sobre el que hablé en un post anterior dedicado a Roger Penrose y que titulé «De sombras y asombros». La idea original de Platón es que:

«sólo percibimos sombras, reflejos de la realidad, lo que percibimos no sería la realidad en sí sino proyecciones de un mundo, el de los Absolutos o Universales– que no podemos observar directamente y que contiene no pocos de los enigmas entre lo que llamamos conciencia y su relación con el mundo sensible, computable por la ciencia».

Dicho de otra forma: la idea de Matrix y la idea de ese mundo platónico del que sólo percibimos sus sombras o reflejos o el concepto de hiperrealidad de Baudrillard son la misma idea.

Este ejemplo es el que utiliza Jean Baudrillard en su libro «Cultura y simulacro» y donde avanza su tesis sobre la hiperrealidad que puede solaparse con la idea de hipernaturaleza, pues quén sabría si un árbol seguiría siendo un árbol real si estuviera recubierto por una especie de papel celofán que lo recubriera totalmente. No sabríamos si el árbol que vemos es real o una simulación. El concepto es muy interesante pues ¿Es lo mismo un preservativo que un pene? Por más que lo recubra de forma perfecta lo cierto es que un preservativo puede confundirse con el pene real, pero no es un pene, algo que se ve cuando se arroja a la basura: ha perdido su consistencia.

En el primer capitulo del libro Baudrillard nos cuenta qué es un simulacro y su concepto de hiperrealidad:

«Un fenómeno que atraviesa a las sociedades contemporáneas y que se caracteriza por el surgimiento de la hiperrealidad, la simulación, la confusión entre signo y sentido, siendo que el primero elimina al segundo, la problemática de la ciencia que pierde así su objeto de estudio y que a su vez va a eliminar a la ciencia como tal, también se pierde la esencia de lo divino a través de la iconografía, por lo tanto la muerte de Dios, las contradicciones de la sociedad
norteamericana frente al caso Trump y las elecciones del 2020, la función del escándalo moralizador, la crítica al capitalismo visto desde una izquierda ilustrada, la pérdida de la ilusión como posibilidad, y el vacío consiguiente de la vida, el poder como productor de signos de su realidad, los» reallity shows» de la TV , la televisión que nos ve, el Internet de las cosas, los mass media como “una especie de código genético que conduce a la mutación de lo real en hiperreal”.

Con todo el mejor ejemplo de hiperrealidad es el parque temático lleno de animales que no son tales sino iconos de Disney, y donde se confunden los términos de hiperrealidad e hipernaturaleza

Con todo la definición que hace Baudrillard sobre hiperrealidad es ésta:

«La realidad que percibimos a través de intermediarios». Y donde la propaganda ha sustituido a la verdad, Dios ha sido sustituido por los dogmas sociales, la herejía contra la religión se convierte en una persecución de los disidentes o donde (como veremos más tarde) el homicidio se convierte en Justicia o el suicidio en victimización o venganza.

La post modernidad.-

La hiperrealidad es un subproducto de la postmodernidad, pero hemos de entender qué es la postmodernidad si queremos comprender fenomenos sin explicación como sucede hoy con los suicidios, los homicidios, las agresiones sexuales o el suicidio precedido de homicidio.

La postmodernidad se describe usualmente cómo el movimiento cultural, artístico y político que se constituyó después de la modernidad, aceptando que esta duró desde la Ilustración hasta Mayo del 68, más a o menos. Se trata de un movimiento que no puede entenderse si no atendemos a la decepción que la modernidad deparó para muchos de los individuos que crecieron pensando que El Progreso les aseguraría la curación y atención de todas las enfermedades y malestares del hombre incluyendo los económicos, las frustraciones corrientes y dificultades de la vida, que se abriría un nuevo comienzo en las relaciones internacionales que acabarían con la guerra, con la corrupción y con el latrocinio. Que la corrupción que creímos se encontraba en las castas sacerdotales terminaría por desaparecer y que la supersticiones serian barridas por una ilustración científica que daría respuesta a todos las preguntas. La democracia, más democracia traería la felicidad, aquella que el antiguo régimen -ya derrotado- pudo instaurarse bajo la contemplación del liberalismo. Más libertad, mas tolerancia y menos imposiciones, solo las necesarias.

No cabe duda de que este panorama ha terminado por defraudar a gran parte de la población, su programa se ha cumplido solo en una pequeña parte pero ha creado otras bolsas de malestar sobre todo derivadas de su emancipación del Fundamento. Entendiendo el Fundamento como las creencias religiosas que a través de la secularización de la sociedad fueron minando poco a poco la fe religiosa y transformándola – y aquí aparece Baudrillard- en un icono, es decir en una especie de celofán o disfraz de la Providencia que se transforma así en un dogma social persecutorio de disidentes. Lo real de la creencia se han transformado en lo hiperreal de otra creencia que desplaza a la original y se transforma en cualquier otra cosa. Es por eso que ciertos movimientos políticos aparecen como dogmáticos, anticientificos y persecutorios cuando no inquisitoriales. Un ejemplo es la ideología de genero o la convicción de que «cualquier cosa que desee puede convertirse en realidad porque es mi realidad».

Sencillamente hemos sido incapaces de encontrar un Fundamento alternativo, humanista que sustituyera al Fundamente religioso.

Algo que surge precisamente de esta actitud, ya no de disimulo sino de simulación, que lleva a la anulación del objeto por su reflejo. En este mismo orden de cosas y de manera central encontramos el gran debate del pensamiento de la posmodernidad que inicia con la “muerte de Dios” de Nietzsche y que en Baudrillard obedece a una lógica sencilla y contundente: Lo divino ha sido despojado del hombre, gracias a la imagen de lo divino, al icono que no es el espejo y la manifestación de la divinidad sino la simulación que termina por anular al objeto originalmente poseedor de la divinidad.

Segun la entrada de la wiki la postmodernidad posee las siguientes características:

Características.-

Las principales características del pensamiento posmoderno son:

  • Características[editar]
  • Las principales características del pensamiento posmoderno son:
  • Antidualista. Los postmodernos aseveran que la filosofía occidental creó dualismos y así excluyó del pensamiento ciertas perspectivas. Por otro lado, el posmodernismo valora y promueve el pluralismo y la diversidad (más que negro contra blanco, occidente contra oriente, hombre contra mujer). Asegura buscar los intereses de «los otros» (los marginados y oprimidos por las ideologías modernas y las estructuras políticas y sociales que las apoyaban).
  • Cuestiona los textos. Los posmodernos también afirman que los textos —históricos, literarios o de otro tipo— no tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos «qué sucedió en realidad». Más bien, estos textos reflejan los prejuicios y la cultura particular del escritor.
  • El giro lingüístico. El posmodernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea, literalmente, realidad.
  • La verdad como perspectiva. Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que algo universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parece a nosotros.
  • Reconoce que existen diferentes tipos de saber.

Dicho de otro modo el trato con la verdad es lo que distingue al Modernismo con el postmodenirmo, por eso hablamos hoy de post verdad. Es la época del desencanto, de la ausencia de la autoridad y donde la calidad y el esfuerzo no se contemplan como virtudes. Y la época donde la propaganda ha sustituido a la verdad.

Y una vez que ya sabemos qué es eso de la hiperrealidad y también su marco teórico: el postmodernismo estamos en condiciones de entender fenómenos a veces incomprensibles para el hombre de hoy. A mí me interesan sobre todo los relacionados con la salud mental. Es por eso que en el próximo post abordaré estas cuestiones.


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