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¿Una doble conciencia? (IX)

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davinci

El invento de la perspectiva tuvo en Leonardo da Vinci a su principal estudioso, el que la llevó hasta la excelencia. Lo que Leonardo no pudo prever fue el itinerario que la perspectiva tomaría en la consciencia humana. No pudo prever que “los puntos de vista” se diversificarían hasta el paroxismo. Aunque para eso tuvieron que pasar muchos años, no antes de la laicización del mundo.

Descartados los dioses y sus designios los humanos comenzamos a inventar nuevos “ismos” que dieran cuenta de esa multiplicidad de enfoques con los que el mundo podía ser explicado. Ya no era la ciencia contra Dios, sino mi opinión contra la del otro, Galileo ya había muerto cuando la Ilustración y la Modernidad comenzaron  a socavar las lineas de flotación de un mundo comprensible. El marxismo, el existencialismo y el postmodernismo  fragmentaron el mundo aun más de lo que era posible prever al diseminar todos los goces, al poner a todos los puntos de vista en posición de valor y salida, al confrontar a los unos o sus intereses contra los de otros.

El individualismo inherente a la consciencia lógico-racional ha llegado ya al paroxismo de su expresión y basta con ver los telediarios para darse cuenta de que vivimos en un mundo donde los consensos son ya imposibles. Las sociedades -y no sólo la nuestra- se encuentran divididas, fragmentadas y enfrentadas, donde se legitima cualquier posición y donde el derecho a la expresión de cualquier barbaridad ha suplantado a la razón misma y al sentido común.

La consciencia multiperspectiva se encuentra en un atolladero. Es el siguiente:

¿Qué sucede cuando todos tienen razón?

Cuando todos tienen razón todos perdemos, como podemos ver en el cuento de Alberto Moravia que se encuentra aquí. Se trata de las razones que llevan al lobo a buscar comida en una granja próxima. La loba y sus lobeznos debido a las inclemencias del clima se encuentran agónicos, hace días que no comen, no hay caza y el lobo ha de aventurarse en el corral de una granja cuyo propietario no está dispuesto a dejarse arrebatar sus gallinas. Al final del cuento el granjero mata al lobo de un disparo.

Todos tienen razón, el lobo tiene hambre, su familia tiene hambre, pero el granjero también tiene razón al proteger su propiedad. La moraleja del cuento es que vistos de uno en uno, cada cual tiene sus razones (su perspectiva) pero cuando estas perspectivas se confrontan todos salen perdiendo y mucho más aquellos que no tienen armas para defenderse. Lo interesante de esta cuestión es que es el granjero quien tiene las armas y no los lobos.

Algo parecido sucedió cuando Hernan Cortés invadio Mexico con un puñado de hombres y terminó imponiéndose a Moctezuma. ¿Como es posible que con ese minúsculo puñado de hombres se impusiera a todo un ejercito imperial? Sucedió lo mismo con Pizarro y casi siempre se dice que fueron las armas de fuego de los invasores las que decantaron la contienda, pero son pocos los autores que tienen en cuanta otra cuestión: la distinta consciencia que tenían los invasores y los invadidos. Mozctezuma y los mayas vivían en un tipo de consciencia mágico-mítica y pretendieron enfrentarse a los invasores con hechizos, mientras que los españoles disponían ya de una consciencia lógico-racional con todos los dispositivos estratégicos que este tipo de pensamiento posibilita.

Más aun, para mayas y aztecas los españoles no eran invasores sino representantes directos de la divinidad, no eran el otro sino lo Otro, lo Otro inefable, ellos no podían representarse ni los caballos, ni las armas, ni las novedosas estrategias de combate del invasor.

En “Armas, gérmenes y Acero” Jared Diamond que examina esta cuestión en profundidad llega a hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué no eran los aztecas o los mayas los propietarios de las armas y no los españoles? ¿Por qué no fueron los mayas o los aztecas quienes invadieron España?

La variable critica es el nivel de consciencia que había alcanzado cada una de estas civilizaciones, mientras unas aun se encontraban en su tramo mitico-mágico, la otra ya había alcanzado el nivel lógico-racional que es además un nivel multiperspectivista. Los incas y los mayas no tenían noción de la perspectiva -que es un hallazgo individual-, ni tenían un Yo similar al nuestro, ni subjetividad individual, eran seres que participaban de una consciencia oceánica. colectivista y donde el Rey era la encarnación de la divinidad, el designio que gobernaba lo colectivo inmerso él también en ese sentido participativo donde la magia, solo por el hecho de desearlo podía detener a las huestes invasoras. Se trataba de una consciencia preperspectivista la que perdió la guerra contra la consciencia perspectivista.

Los españoles a su vez también tenian reyes y sus formas de gobierno eran en cierto modo impuestas por el designio de Dios, representates de una consciencia anterior. Hasta que la revolución francesa no planteó esta cuestión en Europa los reyes seguían gobernando en función de una legitimidad divina, algo muy parecido a lo que permitía a Moctezuma reinar en México. La pregunta que podríamos hacernos a continuación es. ¿Qué había propiciado que con independencia de las formas de gobierno en España (y en Europa) se hubiera dado ese salto a la consciencia racional y no en México?

La respuesta es la tradición europea, la consciencia lógico-racional comenzó según Gebser en el 1200 a.c en Grecia o en la civilización helénica muy cerca de aquel lugar donde nació la agricultura: el creciente fértil. Sin la aparición de la agricultura, la escritura, la observación de la naturaleza y el arte no hubiera podido explotar una consciencia racional, tampoco sin los inventos políticos de aquella época, la Democracia, la participación en los asuntos públicos de los seres comunes, sin el invento de la República romana y sin ninguna duda sin la aparición de los monoteísmos y sus mitologías correspondientes. Europa es la heredera de todos estos hallazgos y es por eso que se desarrolló más rápidamente que los aztecas precolombinos, y todo ello a pesar de reyes y gobernantes decadentes, una omnipresencia de la Iglesia en lo publico que retrasó el progreso mientras pudo y como no, a pesar de guerras constantes que diezmaron los campos y la economía de los europeos prácticamente y sin descanso durante toda la edad media.

No cabe tampoco ninguna duda de que el cristianismo a través de su noción de pecado y culpa individual contribuyó a generar una consciencia individual, separada del colectivo. Sólo el individuo puede pecar y solo el individuo puede salvarse o condenarse.

Sin embargo entre nosotros la guerra entre lo colectivo y lo individual no ha terminado. Lo colectivo es impersonal, se impone por la autoridad (en nuestro caso del Estado) y a la fuerza pero no tiene en cuenta el beneficio percibido de los ciudadanos, así cualquier decisión que se tome en términos macro, termina por perjudicar a casi todos, aunque las decisiones macro sean buenas para el Estado o la colectividad. Solo tenemos que ver las decisiones de nuestro gobierno para entender que lo que puede beneficiar al Estado perjudica los ciudadanos, sin que los gobernantes acierten a entender como estas decisiones impersonales influyen no solo en los individuos sino como generan una “cultura de enfrentamiento y desamparo”, la ultima de estas decisiones como la puesta en libertad de todos los delincuentes que habían sido procesados por la “doctrina Parot” tiene consecuencias sobre los ciudadanos comunes y sobre las víctimas de ellos en particular. El gobierno se desentiende de este efecto secundario y sigue su propia agenda y lo que queda en el imaginario es un sentimiento de profunda inhumanidad

Por su parte los individuos son desafectos del estado y de sus gobernantes y sienten que sus intereses son socavados cada día, que no tienen a nadie que les represente o que el Gobierno hace oídos sordos a sus quejas y reivindicaciones muchas veces justas.

Aunque es cierto que los individuos comunes somos egoístas e insolidarios y que no todos los que protestan tienen razón. El problema es que todos se sienten legitimados para protestar aunque existen razones de peso para que los Gobiernos tomen a veces decisiones difíciles.

El pueblo tiene razón y el Gobierno tiene las suyas y ¿qué pasa cuando todos tienen razón?

Pues que todos perdemos como en el cuento del lobo de Moravia.

¿Y ahora que?

Estamos en los estertores de la consciencia lógico-racional y ya existen pistas de por donde emergerá la nueva consciencia que Gebser ha llamado consciencia integral.

Pero será en el próximo post.

Bibliografía.-

Jared Diamond: “Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad e los últimos 13000 años



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