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Una doble conciencia? (VIII)

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“Lo que no puede evolucionar conscientemente, degenera”.

(Gurdieff)

cubismo

Dice Gary Lachman en su libro “Historia secreta de la consciencia” que el invento de la perspectiva se debe a Petrarca a través de una excursión que le llevó a una ascensión al monte Ventoux y que fue desde alli como Petrarca pudo contemplar el embriagador paisaje que se abria a sus ojos desde una posición que nunca antes había contemplado, ese nuevo punto de vista es lo que llamamos hoy perspectiva y tuvo consecuencias muy importantes para nuestra consciencia como veremos más adelante. Sea como fuere lo cierto es que la perspectiva fue un invento del Renacimiento y se le atribuye a Giotto, un poco por la misma época en que vivió Petrarca.

No cabe duda de que la perspectiva fue un cambio muy importante en la consciencia humana al permitirnos representar la tercera dimensión en el plano y más allá de eso modificar nuestra experiencia del espacio, desde entonces el paisaje, el bodegón, los objetos comunes y domésticos podían ser contemplados desde “otro punto de vista”. El punto de vista se añadió a la cosa en sí enriqueciendo nuestra forma de ver el mundo y multiplicándola hasta el paroxismo.

Pero la perspectiva tuvo también efectos secundarios: el mundo pudo ser fraccionado, cortado en trozos, viviseccionado. No es de extrañar que la anatomía floreciera en esta epoca y que el interés por el individuo cortado en trozos se considere hoy un subproducto de aquella mentalidad. La mentalidad que hoy llamamos reduccionismo y que consiste en desarmar, deconstruir algo complejo a fin de estudiarlo en sus partes mas elementales. El cubismo es en el arte su representante más importante, Picasso fue el mago del deconstructivismo y puede notarse como no se trata tan solo de de fraccionar algo, sino de mostrarlo simultáneamente, todo de una vez, trozo a trozo, como si esas partes fueran un realidad un todo.

Si la perspectiva modificó nuestra concepción del espacio la imaginación fue el invento romántico que modificó nuestra percepción del tiempo. A partir del sturm und drang no sólo se introdujo la subjetividad del artista en el proceso de creación al liberarle del canón estético clásico sino que la subjetividad del artista pasó a ser el canón en sí mismo incluso aquella subjetividad destinada a corromper y destruir el canón o la estética misma. La imaginación permitió a los humanos “viajar” o visitar otros mundos y lugares sin moverse de casa, asi nació la novela, al menos la novela romántica. Todos fuimos o pudimos ser Robinson Crusoe solo con dejarnos llevar por la narrativa de un buen autor de ficción, algo que explica el éxito de la ficción pero también del folletín, que aun perdura entre nuestros conciudadanos: a través de nuestra mente consciente pudimos viajar a otros mundos prescindiendo de la ginebra, pero estas capacidades contenían otros riesgos y peligros.

Una vez inventada la imaginación el problema fue mantener y proteger esa capacidad en las consciencias individuales, no bastaba la evasión momentánea, había que poderla construir a voluntad. A eso se dedicaron no pocos poetas y artistas de la época, una vez que se descubrieron los efectos de las drogas o del alcohol sobre la imaginación. El poder de la mente para construir escenarios remotos y evocarlos a voluntad tuvo de pugnar pronto con el efecto demasiado corto de estas mismas drogas. Coleridge, de Quincey, Hoffman y E. A. Poe pagaron con su vida lo que hoy podríamos llamar adicción pero que también puede verse como exceso dionisiaco. Otros sucumbieron por el otro lado de la cuestión: a través de la enfermedad mental, Van Gogh es el ejemplo que siempre se pone cuando tratamos de relacionar genio y locura.

El opio, el alcohol, el haschisch, las anfetaminas, la cocaína o la heroína cuentan entre sus víctimas con no pocos hombres notables en el mundo del arte y del espectro de la creatividad, muchos son los trabajos que se han llevado a cabo para correlacionar estas dos variables: ¿Tiene algo que ver el consumo de drogas con la creatividad? ¿Cómo es posible que las drogas estimulen la creatividad si en el largo plazo dan lugar a un estropicio físico tal que llega a atentar contra la creatividad misma?

Se trata de la paradoja inherente al uso de drogas cuando no se tiene en cuenta su uso responsable o trascendente. ¿Pero cual es el uso responsable de las drogas, si es que existe tal cosa?

El efecto de las drogas sobre la consciencia humana es doble: por una parte está el efecto de “evasión” de la realidad real. La realidad es demasiado monótona y aburrida para un hombre intelectualmente bien dotado, por otro lado es para muchas personas fuente continua de displacer y de adversidad. ¿No es lógico que una persona aburrida y/o capturada en exceso por las circunstancias adversas de la vida prefiera este tipo de evasión artificial como un mecanismo de consuelo?. Los artistas o los buscadores de la verdad entraron en el mundo de las drogas a fin de inducirse estados alterados de consciencia y los estados alterados de consciencia es una forma de llamar a esa busqueda del origen, ese encuentro con lo urobórico o cruzar ese Rubicón que separa la consciencia vigil de los sueños.

Dicho de otra forma: inducirse un estado alterado de consciencia es una forma de rendirse ante la nostalgia de lo que fuimos antes de la Gran Escisión, antes de que fuéramos Dos.

El hombre echa de menos volver a ser Uno con el Mundo e intuye y descubre a través de ciertas experiencias con o sin drogas que el mundo y él mismo en un cierto tiempo anduvieron unidos por un vidrio tenue. Se trata de una nostalgia del Origen.

Hay que recordar ahora que la nostalgia o la añoranza son emociones bien distintas de la aflicción o la pena puesto que a través de ellas podemos recuperar algo que se perdió pero podemos reencontrar, mientras que la pena o la aflicción son emociones destinadas a poner punto final a algo que ya nunca se podrá recuperar. Unas emociones mantienen el sistema entreabierto mientras otras echan el cierre.

Lo interesante es que la consciencia humana tal y como nos dijo Bergson no evoluciona igual que la Naturaleza que ejerce sus mandatos sobre la materia viva. La evolución dicta sus leyes para construir ojos por ejemplo ta y como conté en este post y lo hace a través de tres mecanismos fundamentales: tiempo, selección y mutación

En realidad en el tiempo ya tenemos el primer contacto con el problema: el tiempo es en realidad un invento de la consciencia y aun así es mucho más corto en la evolución de la consciencia que en la evolución de los diseños de la vida: la consciencia evoluciona más rápidamente que cualquier otro ser vivo material. Los mecanismos de selección y mutación también influyen en el desarrollo y modificaciones de la consciencia humana pero a diferencia de la evolución natural existe un plan director que guía todo el proceso: la consciencia humana dirige su propia evolución.

Dicho de otra manera, no opera a través del pseudoazar evolutivo sino que ha de inventar sus propias características, es por eso que hablé de “invención” cuando me referí a la perspectiva o la imaginación. No es que antes de Petrarca o del romanticismo no hubiera perspectiva o imaginación sino que los individuos concretos no la conocían o no podían usarla para sus propios fines a voluntad. Con la emergencia de la consciencia lógico-racional pudieron utilizar estas facultades a voluntad siguiendo sus propias inclinaciones y expandiendo mucho más el alcance de la misma.

Por decirlo de una manera más clara: la consciencia humana ha de cultivarse conscientemente a diferencia de los procesos evolutivos que no necesitan director de orquesta. La consciencia humana es de alguna manera intencional, mientras que la evolución no contiene intencionalidad alguna.

¿Existe la realidad? Claro que existe una realidad ahi afuera que es independiente de nuestra consciencia, pero como es nuestra consciencia la que se representa esa misma realidad, al menos nosotros -si bien no podemos modificarla a voluntad- si podemos conocer los mecanismos que nos permiten representarla. Es por eso que Husserl habla de corresponsabilidad (intencionalidad) en la construcción de la realidad fenoménica y también Maturana y Varela hablan de autopoyesis o de enacción. Formamos parte de la construcción de la realidad en tanto que es nuestra consciencia quien se representa esa realidad enactuando con esa misma realidad. Disponemos de una consciencia participativa (Barfield, op cit) aunque la mayoría de los hombres no saben nada de esa participación pues ignoran o viven de espaldas a su inconsciente y sus mecanismos.

La consciencia dirige la evolución de la consciencia impulsándola a ir cada vez más allá.

Pero ahora vienen las malas noticias:

No todo hallazgo de la consciencia humana prevalecerá y no lo hará porque ahora si, sufrirá un descarte evolutivo. la evolución no dejara títere con cabeza a la hora de eliminar lo superfluo, de colapsar lo irrelevante.

No cabe duda de que nos hallamos en los estertores de la consciencia lógico-racional. hay demasiado signos de que hemos tocado fondo en el desarrollo de esta consciencia que se inició allá por Grecia en el 1200 a.c. aproximadamente (Gebser 2011) y que ha continuado desarrollándose a través de algunos acontecimientos que aquí mismo he señalado. Se trata de esos dos hitos: la perspectiva y la imaginación.

Lo interesante ahora es retener la siguiente idea: después de un hito en la evolución de la consciencia esta se bifurca en dos direcciones, una de ellas está destinada a convertirse en el embrión de una nueva consciencia, pero la otra está destinada al colapso, a la extinción. Las pruebas de corrupción de nuestra consciencia lógico-racional son demasiado evidentes para nombrarlas aquí una a una. Baste con nombrar las dos guerras mundiales que se han llevado a cabo en el siglo XX mientras los hallazgos de la ciencia impulsaban o parecían impulsar al hombre hacia la conquista del espacio y de nuevas subjetividades.

Una nueva consciencia está emergiendo en la especie humana pero no sabemos ni podemos saber quien ganará la guerra entre lo nuevo que no acaba de emerger y lo viejo que ha llegado al paroxismo del sinsentido.

Bibliografía.-

Jean Gebser: “Origen y Presente” Atalanta 2011.

Francisco Varela: “De cuerpo presente” Gedisa 1992.

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