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Tabú

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El libro de Soto Ivars que preside este post es un buen ensayo para comprender qué cosa es un tabú, y sobre todo para conocer las transformaciones que ha llevado a cabo la cultura humana con este concepto tan difícil y escurridizo de comprender y aun de definir.

La palabra es de origen hawaiano y nos la trajo el capitán Cook de sus observaciones de los pueblos que formaban parte del archipiélago que hoy conocemos como Hawai. El concepto -aun con distintos nombres según la isla- se refiere a una persona, un pensamiento, un lugar, un hecho prohibido y que en muchas ocasiones resulta opaco a las razones por las que se prohibió, es algo que se acata sin saber porqué o bien remite a explicaciones mágicas o supersticiosas. Este es el concepto que ha llegado hasta nuestros días. Tabú significa algo prohibido.

Las mujeres hawaiianas tenian entre otros un tabú, cuando aparecian barcos en el horizonte tenian que esconderse en sus cabañas, no podian tener trato con el visitante. No deja de ser curioso que con sus canoas se dirigieran hacia los barcos a darles la bienvenida y de paso bailarles el hula.(de ahí viene el juego del hula hop), mover las caderas y tratar por cualquier modo de seducirlos. Y las hawaianas no aceptaban un no por respuesta.

De manera que ya tenemos otro dato, el tabú a veces queda suspendido por alguna razón que el capitán Cook trató de entender como buen antropólogo aficionado. No importan las razones que vienen explicadas en el libro de Soto Ivars, sino saber que los tabúes se suspenden en ciertas condiciones: la guerra, las revoluciones, los carnavales, las fiestas, etc. Lo importante es saber que el tabú es algo ambivalente, por una parte está prohibido la mayor parte del tiempo pero por otra hay una enorme tendencia a transgredirlo, algo que se lleva a cabo multitudinariamente enmedio de una vorágine de emociones desbocadas y a veces apocalípticas.

Totem y tabú.

Freud escribió en 1910 un ensayo que fue el único con una temática que hoy definiriamos como de psicología evolucionista y el primero en caer -después de leer a Frazer y su «Rama dorada»- que los tabúes señalaban dos clases de prohibiciones: sexuales y el asesinato, sobre todo el parricidio. El tabú del incesto es el más conocido de entre ellos y señala una prohibición ancestral que sigue vigente en nuestros días: la prohibición del hijo de yacer con su madre y de las hijas de yacer con su padre y de los hermanos entre sí.

Pero ¿qué sucedía antes de que se conocieran los víinculos del parentesco?¿Cómo se las arreglaban los nativos de Australia para señalar los personajes prohibidos y los prescritos? Antes del tabú que remite a un cierto orden familiar hay que conocer el otro concepto importante, el de tótem.

Cada persona tiene un tótem que suele ser un icono de forma y nombre animal que se constituye como guardián de una determinada estirpe, una especie de ídolo primitivo protector y tutor de aquellos que caen bajo su influjo. De manera que el tótem era una señalización algo tosca de las relaciones de sangre, y su función era señalar la prohibición del varón de cohabitar con su madre. El tótem es pues mucho más antiguo que el tabú, probablemente cuando aun las relaciones de parentesco no se habían establecido tal y como las conocemos y señalan hacia una sexualidad de ordalía.

El tabú del incesto que podemos recordar en este post, tiene como resultado el fortalecimiento de la exogamia y las razones por las que lo respetamos podemos perseguirlas en este otro post donde se exponen las distintas teorias que se han dado para explicar esta restricción.

Con todo y siguiendo el libro de Soto Ivars podriamos concluir que los tabúes no son todos iguales, algunos de ellos forman parte de lo que entendemos como civilización sobre todo los tabúes ancestrales como el tabú del incesto y el homicidio.

Freud tenia una opinión algo distinta a la que sostienen otros investigadores. Para Freud el tabú fue una especie de pacto de caballeros para no destruir las comunidades ancestrales. Precisamente porque el incesto y el asesinato son muy deseables. Freud pensaba que la prohibición es el resultado de una frontera pactada a fin de que las comunidades fueran laboriosas y cooperativas y en eso se distingue de los demás que atribuyen esta prohibición a algo demasiado lejano a la mentalidad y conocimientos del hombre primitivo (para que no hubieran alelos perniciosos en nuestros descendientes) o algo demasiado abstracto como la hipotesis de Levy-Strauss, una hipótesis económica que reza así:

La exogamia favorece los vínculos extrafamiliares al tiempo que favorece el reparto del trabajo comunitario. La madre de un adolescente joven puede verse favorecida por la llegada al núcleo familiar de una hembra joven bien dispuesta para el trabajo. A cambio, ese mismo padre puede «perder» a una hija, porque sabe que tendrá el recambio de una nuera en otro lugar (Levy-Strauss, 1998).

Personalmente me adhiero a la hipótesis freudiana, creo que el homicidio y el incesto y la fornicación forzada (que es su prima hermana) están dentro de cada uno de nosotros en tiempo ancestral. Es la socialización la que hace que estas pulsiones hayan perdido fuerza en al menos la mayoría de nosotros, pero solo vale la pena recordar lo que sucede en las guerras o las revoluciones para comprender que esas pulsiones no han desaparecido sino que están anestesiadas o domesticadas.

Tabúes otros.-

No todas las prohibiciones son tabú, algunos ejemplos son típicos de las civilizaciones avanzadas, como las reglas de tráfico, aparcar en doble fila, saltarse un semáforo en rojo, superar la velocidad en determinado tramo, etc, pero la mayor parte de tabúes se refieren a la sexualidad y a la alimentación. Comer setas no es un tabú (aunque es peligroso) pero en ciertas culturas el cerdo, la vaca o el alcohol sí son tabúes. de manera que ya sabemos otra cosa: hay tabués universales y otros locales y que dependen de cada cultura. Las culturas del desierto y las culturas fluviales tienen distintos tabués y algunos de ellos son francamente asociales como por ejemplo los tabués relacionados con el embarazo o la menstruación. Mientras otros reciben distintos tratos según la cultura de procedencia: el tabú de la homosexualidad es uno de ellos, la prostitución o la pederastia otros.

El pilla-pilla.-

El pilla pilla es un juego al que todos hemos jugado y que consiste en que un individuo persigue a otro al que trata de dar alcance, y que basta con un roce para que le pase la energía (el pago) de perseguir a otro para librarse de su «marca». Es como si esa marca contuviera una energía de la que es necesario librarse cuanto antes. Como un contagio que se lleva a cabo con el contacto y que nos habla de dos cuestiones importantes: el tabú se contagia y además: Un individuo puede ser en sí mismo un objeto tabú. El loco, el borracho, el hombre del saco, el criminal, el fugitivo, el suicida o el preso son arquetipos del tabú encarnado en una persona, a veces en toda una familia: los intocables.

Es el caso -señalado por Soto Ivars- de los mendigos y de los inmigrantes, de aquellos que aparecen como similares pero son diferentes y que conecta con algo innato en nuestra especie: el horror ante el extraño, algo que aparece bien pronto en el neurodesarrollo del niño. El temor al extraño es adaptativo o al menos lo fue durante eones de tiempo y se ha constituido como un marcador de maduración de nuestro cerebro, otra vez la socialización sale al rescate para exorcizar ese temor que se disuelve a medida de que el niño aumenta su perímetro de influencia.

Otra cuestión importante del libro de Soto-Ivars es el capítulo donde habla de las transformación moderna de los tabúes ancestrales en neo-tabúes. Muy importante es el capitulo onde excava el mecanismo mediante el cual nuestra tendencia a ir más allá del tabú, a transgredirlo acaba creando neo-tabúes que beben de los anteriores para generar otros como está sucediendo hoy con la «cultura de la cancelación» y la ideología woke. Y termina con otro capítulo sobre las relaciones del tabú con la censura y la libertad de expresión.

Dejo para el final cita que me gustó mucho del mismo autor.

Solo pueden convivir las culturas que comparten los mismos tabúes.


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