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Confirmado la Moncloa

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Sigo desde hace muchos años a Carles Enric y su programa en youtube, «Confirmado la Moncloa», en horario nocturno y algo intempestivo, pues siempre suele empezar más tarde de medianoche. Lo cierto es que para nosotros los jubilados noctámbulos no existen horarios intempestivos y casi todos los días espero esa hora para escucharle ya en la cama y con los auriculares puestos, del mismo modo que de joven oía a Jose Maria Garcia hablando pestes de los presidentes de la federación. Y no parece que esto haya mejorado.

El programa de Carles Enric tiene mucho nivel pues su especialidad es el análisis político español sin el concurso de la propaganda o el sesgo ideológico y su tono es fácil de seguir, dicharachero y simpático con recursos a la ironía y a eso tan detestable como la verdad desnuda quedando siempre en el terreno de lo sensato. No se trata de un informativo, sino de un programa analítico donde se reparten bofetones a todos los niveles, desvelando la mala calidad de la comunicación tanto en el gobierno como en la oposición. Lo bueno de Carles es y siempre ha sido no casarse con nadie y atizar a todo el mundo, desde un sentido bien profundo de lo que es la democracia y la buena comuninación que brilla por su ausencia en todos los partidos y decisiones de gobierno.

Pero si hoy hablo de este tema es por otra razón. Carles se ha cansado y ayer nos anunció a sus seguidores que se encuentra (esto no lo dijo) decepcionado, eso lo digo yo. Las causas de esta decepción me han llamado mucho la atención y es por eso que escribo este post. ¿Pues quién no se ha sentido decepcionado alguna vez en su trabajo? Y mucho más si ese trabajo, no es en realidad un trabajo reglado, sino algo que uno hace por propia iniciativa, voluntariamente. Efectivamente Carles no vive de este programa y tiene otras fuentes para ganarse la vida, pero es un gran comunicador y este programa es —sin ninguna duda— su obra maestra, por la que será recordado siempre.

Pues parece que está pensando en dejar de emitirlo o hacerlo solo para aquellos que paguen una cuota que hace algún tiempo propuso para respaldar su proyecto y que no ha tenido el resultado previsto. Efectivamente solo el 3% de sus oyentes diarios pagan esas cuotas. El resto son audio-okupas, le escuchan y le siguen pero no pagan. De ahí procede su decepción, y a mi me sorprende mucho que se haya decepcionado por eso, pues eso es lo que hay que esperar cuando se lleva a cabo un proyecto alternativo como éste, un proyecto de los muchos que navegan por youtube y por los blogs y que carecen también de financiación.

Somos muchos los creadores de contenidos en la red, yo mismo soy uno de ellos y este post destinado a alimentar mi blog es un ejemplo. ¿Pero quién leería mi blog si fuera de pago? Yo se lo diré, nadie. Tengo unas 500 entradas diarias y esos 500 lectores no me pagan nada aunque son muchos los que me dicen que mis puntos de vista son muy interesantes y vuelven a vistarme cuando pueden. Pero si hay que pagar el interés se disuelve, a mí me pasa lo mismo con las web de pago. Yo no pago a nadie ni quiero que nadie pague por mis ideas, siempre pensé que Internet debería ser libre y gratuito.

Pero lo cierto es que el tema de la monetización de los contenidos no está resuelto, los periódicos ya no viven de los ejemplares de papel que venden sino de la publicidad institucional que es una manera de decir que viven de los patrocinios de lobbies o del gobierno que les alimenta para que sean portavoces de sus proyectos e ideas. En este sentido no son libres aunque sean gratis. El telediario es gratis e informa de una manera sesgada, todos sabemos lo que defienden y hay que aprender a leerlos entre renglones, por eso nadie los sigue pero son gratis para el seguidor. Lo mismo sucede con los canales alternativos sean o no de youtube, hay mucha desinformación, mentiras y bulos, es cierto, pero yo me he especializado ya en detectar quién miente y aunque no sepa el porqué, se al menos en que dirección miente.

Es por eso que «Confirmado la Moncloa» es un programa a mantener. carece de financiación y resulta en quemadura para Carles Enric, pero es libre en un mundo donde la libertad para pensar (que es mas importante que la libertad de expresión) es una excepción.

Lo cierto es que la cultura así entendida como todo aquello que expande nuestra conciencia pero en realidad no sirve para comer, ni para medrar en sociedad, necesita patrocinios. ¿Qué seria del cine español sin patrocinadores? Lo vemos continuamente en programas como el programa de Iker Jimenez de los jueves «Horizonte», es un buen programa, quizá el más interesante de la TV, pero se trata de un programa devorado por la publicidad. tanto es así que los minutos de la publicidad son siempre muy parecidos a los minutos del debate donde los participantes son obligados continuamente a quedarse con la palabra en la boca. La publicidad arrolla al propio programa y lo disuelve fraccionando sus partes y convirtiendo el debate en un esperpento apenas conducido por Iker Jimenez.

Publicidad no es lo mismo que propaganda, pero la publicidad puede ser tan letal como la propaganda a la hora de confiar en un programa donde la palabra de los participantes ha de ser escuchada, entendida para lo que debe situarse en un plano de prioridad sobre la publicidad.

Carles Enric no tiene este problema, pues en Youtube no hay publicidad. Y es por eso, por no tener patrocinio de nadie que Carles está quemado y decepcionado. La gente no ha respondido con ese micromecenazgo al que aspiraba. Y es lógico, cualquiera que haya escrito un libro lo sabe.

Si escribes un libro y vendes 300 ejemplares ya puedes decir que es un éxito, si vendes mil ya puedes considerarte un escritor excepcional, pero supongamos que ese libro cuesta 20 euros. Si vendes 1000, será 20.000 euros de los cuales te queda un 10% es decir 2000 euros. Eso es lo que le queda ese año al autor que logre vender 1000 ejemplares. Cómo podrá comprobarse no vale la pena el esfuerzo de escribir un libro para la mayor parte de la gente que lo lleva a cabo.

Es verdad, no vale la pena y si se hace no es por pena, sino por vanidad. ¿Quién no querrá escribir y ver un libro suyo en la librería de su pueblo? Aunque no la lea nadie, lo importante es estar en el mercado editorial y es por eso que la autoedición tiene tanto éxito y explica el florecimiento de pequeñas editoriales que publican obras de autores a los que nadie conoce. Conozco gente que está dispuesta a pagar por publicar un libro, de manera que el dinero a ganar es solo una de esas falsedades que nos contamos, Afortunadamente yo no he pagado nunca por publicar un libro y no pagaría por ello, pero hay muchos que si lo hacen y en este caso hablaríamos de un autopatrocinio, destinado a satisfacer nuestra vanidad.

Pero el voluntarismo tiene fecha de caducidad y comprendo la decisión de Carles Enric.

Así que sea lo que sea que pase con «Confirmado la Moncloa», lo cierto es que se trata de un programa de altos vuelos, un programa que sirve como matriz para otros que puedan venir después. Y solo me queda darle las gracias a Carles Enric y recordarle que somos muchos lo que vivimos del valor que hemos acumulado en nuestro backstage y que ese es el verdadero patrocinio que nos alimenta.

Dicen que la cultura es cara de mantener pero creo que la libertad es la que es más cara.


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