Después de recibir decenas de mensajes y de debatir en redes sobre mi anterior post, he de decir que he visto cómo se multiplican por 100 las opiniones sobre las causas del crimen de Jamie en la serie «Adolescencia».
Lo cierto es que existe cierto consenso en considerar a la serie como la mejor del año o al menos una de las candidatas a recibirlo, pues el año 2025 aun no ha terminado. También es cierto que la serie ha interesado a mucha gente y ha promovido debates atractivos, sugerentes e incluso alguno de tipo conspiranoico. En este sentido diré que aunque haya existido algún caso parecido (causado por negros) recordaré que esta serie es de ficción y aunque puede haberse basado en decenas de historias concretas y parecidas sigue siendo ficción y no creo que la intención de sus autores fuera hacer un documental sobre un caso anterior sino más bien escribir sobre el espeluznante caso de ficción de un chico de 13 años que asesina a una compañera de clase.
Pero mi interés en este post es otro, puesto que a medida que escribía el anterior y reflexionaba sobre la pregunta que muchos se están haciendo a estas horas y que no es otra sino ¿Por qué lo hizo?, me he planteado escribir sobre la causalidad, es decir ¿por que suceden las cosas?, qué es una causa?
Podemos decir de momento que una causa es aquello que lleva a un cierto efecto, pero ya veremos que causas y efectos mantienen entre si una relación compleja. Pues las mismas causas pueden tener distintos efectos y no siempre los mismos efectos se deben a la misma causa.
Fue asi que me encontré por casualidad con este articulo de Erik Hoel titulado «Destellos del libre albedrío».. Aquí hay una entrevista a este autor.
Lo interesante de esta teoría que Hoel ha llamado «Teoría de la emergencia» es que las causas de las cosas dependen de la escala en que nos las estemos representando:
Dice:
La estructura causal de cualquier sistema puede analizarse a múltiples escalas espaciales y temporales. Durante mucho tiempo se ha creído que, si bien las descripciones a mayor escala (macro) pueden ser útiles para los observadores, en el mejor de los casos son descripciones condensadas y, en el peor, omiten información crucial y relaciones causales. Sin embargo, investigaciones recientes que aplican la teoría de la información al análisis causal han demostrado que la estructura causal de algunos sistemas puede, de hecho, destacarse y ser más informativa a macroescala. Es decir, una descripción a macroescala de un sistema (un mapa) puede ser más informativa que una descripción completamente detallada a microescala del sistema (el territorio). Esto se ha denominado «emergencia causal». Si bien la emergencia causal puede parecer contraintuitiva a primera vista, este artículo fundamenta el fenómeno en un concepto clásico de la teoría de la información: el descubrimiento de Shannon de la capacidad de canal. Argumento que los sistemas tienen una capacidad causal particular y que las diferentes descripciones de esos sistemas aprovechan dicha capacidad en diversos grados. Para algunos sistemas, solo las descripciones a macroescala utilizan la capacidad causal completa. Estas macroescalas pueden ser de grano grueso o excluir variables y estados del modelo (exógenas o de «caja negra») de diversas maneras, lo que puede mejorar la eficacia y la informatividad mediante los mismos principios matemáticos que rigen cómo los códigos de corrección de errores aprovechan la capacidad de un canal de información. La capacidad causal de un sistema puede aproximarse a la capacidad del canal a medida que se consideran más y diferentes tipos de macroescalas. En definitiva, esto proporciona un marco general para comprender cómo la estructura causal de algunos sistemas no puede ser captada completamente ni siquiera por la descripción más detallada a microescala. Aqui el articulo completo «»Cuando el mapa es mejor que el territorio»
El asesinato no es un trastorno mental, Y aunque algunos trastornados mentales pueden llegar a cometer crímenes, el crimen en sí mismo no es objeto de estudio de la psicología, por lo tanto la escala psicológica poca cosa nos podrá aportar del crimen. Hemos de ascender a nivel macro siguiendo las recomendaciones de Hoel, hemos de ir más arriba, hacia el mapa. ¿Y cúal es el mapa que contiene a la psicología y a los estados mentales individuales? No es otro sino la sociedad —la socialización de nuestro mundo mental—que a su vez contiene otros submapas de ayuda, la antropología, la sociología, y la política. Más arriba aun se sitúa la economía. Pero el crimen de Jamie no es por motivos económicos, de manera que el plano, la escala mejor para entenderlo es esa escala que hemos llamado sociedad a través de ese mecanismo que llamamos socialización.
Seria por otra parte baladí descender mas en el territorio y apelar a la genética o a las conexiones entre neuronas del sistema límbico, poca cosa nos podrá decir. Casi tan poca como la psicología que en cualquier caso se limitará a trazar un perfil psicológico (forense) descriptivo del chico (tal y como pretende hacer la psicóloga) pero no aclarará nada de las causas ni aportar nada sobre cómo hacer que no vuelvan a repetirse tales cosas. Dicho de otra forma: las especulaciones sobre la personalidad de Jamie no son en absoluto explicativas.
Decir que Jamie mató a Kattie porque le rechazó, o porque le había introducido en un grupo de incels (solteros que no se comen un rosco), no explica el crimen. Es descriptivo pero no explicativo. Y no es en absoluto predictivo.
¿Qué escalas son relevantes en los eventos que estudian?
Nosotros los humanos nos movemos en varias escalas que a su vez gobiernan ciertos sistemas, por ejemplo el sistema del hígado o del riñón, son escalas bien distintas a la escala del corazón o del cerebro. Pero a su vez el cerebro contiene escalas bien distintas entre sí, por ejemplo los estados mentales no tienen nada que ver con el hepatocito, se rigen por distintos eventos y con canales de tamaño bien distinto. La conducta tiene un canal propio y se rige por una emergencia muy concreta que se llama libre albedrío. Un libre albedrío que no tiene ninguna consecuencia para un órgano o sistema distinto a la propia mente. El hígado carece de libre albedrío.
El libre albedrío es una emergencia causal
A este respecto dice Erik Hoel:
Una definición científica viable del libre albedrío tendría entonces una condición necesaria: que usted tenga una distribución relativamente «predeterminada» de contribuciones causales, donde sus macroestados psicológicos dominen la jerarquía espaciotemporal formada por su cuerpo y cerebro. En cuyo caso, usted estaría principalmente «impulsado», en términos causales, por esas macroescalas de nivel superior, ya que son los mayores contribuyentes causales a su comportamiento.
Ahora bien no solo intervienen en nuestro comportamiento los factores intrínsecos de nuestro cuerpo y cerebro sino también el contexto social en que nos movemos, el medio ambiente por así decir.
Lo cierto es que todas las enfermedades y malestares mentales tienen una misma procedencia: todas o al menos casi todas parecen estar relacionadas o aparecen con la socialización, peor si la socialización ha sufrido una hipertrofla que llamamos sobresocialización. La idea es de Unabomber y me parece interesante traerla a colación para defender mi hipótesis de que el caso de Jamie solo puede entenderse ascendiendo de escala y situando nuestro punto de mira en lo social, en lo político de ese entorno o sistema que llamamos colegio. Un sistema que ya no es como lo recordamos los de mi edad, existen algunas diferencias: las redes sociales, la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 16 años y la enseñanza mixta o coeducación.
Con independencia de que se trate o no de una ingeniería social que es la hipótesis de Kaczynski –
La sobresocialización.-
La sobresocialización está relacionada tanto con la «indefensión aprendida» como con la sobrepoblación y del hacinamiento sociales, aspectos que me parecen relacionados y bien estudiados por el ya famoso experimento conocido como «universo 25» con ratones.
Pero para Kaczyinski la sobresocialización es algo más que un simple «exceso» cuantitativo de socialización y no puede darse espontáneamente salvo en pocos individuos. Se trata más bien de un tipo especial de socialización dirigido más a lo psicológico que a lo comportamental, razón por la cual es lícito pensar que estamos ante una estrategia cuidadosamente planificada e introducida en la sociedad. Este tipo de estrategias nos remiten más allá de la idea de ingeniería social, a la Escuela de Frankfurt, en la cual se dieron los primeros pasos hacia la reprogramación psicológica del individuo y el control del cambio actitudinal.
La sobresocialización puede definirse entonces como un proceso de re-condicionamiento psicológico que supone una re-educación o re-programación profunda (ya que alcanza el nivel subconsciente) y que implica cambios en la personalidad y la propia naturaleza psíquica del sujeto.
Dicho de otra forma para Kaczynski la sobresocialización es una estrategia de ingeniería social basada en los mismos métodos de programación psicológica que él aprendió y sufrió durante su «entrenamiento».
En sus grados más avanzados el individuo sobresocializado se convierte en su propio policía del pensamiento, siempre atento para censurar sus propios pensamientos y emociones. Un ser que ha internalizado hasta tal punto la auto-vigilancia, la culpabilidad y el masoquismo que ha hecho un hábito de la demolición de su propio psiquismo. No es descartable pues que, de forma análoga a la indefensión aprendida, la sobresocialización sea un síndrome inducido.
Es cierto que esto era posible antes y se encontraban estas características en ciertos individuos que padecían de una personalidad débil, normalmente debido a una historia personal problemática que no les permitía el desarrollo completo de su individualidad. Lo que llama atención es su actual generalización en la sociedad: el ciudadano de personalidad débil ya no es la excepción sino la regla.
Si la sobresocialización supone un proceso de despojamiento y deconstrucción del sujeto, o más exactamente de su psiquismo, lo que estamos aquí exponiendo es la aplicación a escala social de técnicas de desestructuración del yo y la personalidad propias de las sectas. No creemos exagerar por tanto cuando decimos que se está implementando a una escala masiva y sin precedentes un proceso paulatino de descualificación y pérdida de poder de los sujetos así como de quebrantamiento de su personalidad, y que este proceso guarda evidentes paralelismos con el conocido síndrome de indefensión aprendida.
Dicho de otra manera: existe una relación entre la sobresocialización y lo políticamente correcto pero también con la violencia social, el individualismo y el predominio de lo cognitivo sobre lo emocional y lo moral:
«No queremos pasar por alto una característica de la sociedad sobresocializada que nos parece especialmente significativa y que se ha puesto de manifiesto con toda su crudeza en la última década: su carácter extremadamente moralista y puritano».
Esto es fácil de observar en la cada vez más frecuente y acusada intolerancia que se exhibe ante las opiniones diferentes, tal y como corresponde a un ambiente psíquico crispado y enrarecido por esta tendencia a la auto-censura y entrenada en buscar por todas partes culpables, ofensas y víctimas y que se han universalizado gracias a las redes sociales.
Como veis Kaczynski -que fue condenado a cadena perpetua-, será un fanático pero no estaba loco en absoluto y a veces raya en la lucidez y la profecía.
En conclusión mi hipótesis es que el crimen de Jamie solo puede entenderse si atendemos a la deshumanización generalizada que gobiernan todos los sistemas sociales actuales: el colegio, la medicina, la familia, la policía, los psicólogos y las relaciones entre los sexos que han sufrido un enorme golpe debido a la sexualización precoz y a las condiciones liberalizadoras del acceso al cuerpo de los demás.
El problema (y la solución) es pues político y no psicológico.