Los lectores que siguen este blog se habrán preguntado alguna vez por el significado de esta palabra de tintes evolucionistas y la relación que mantiene con las patologias mentales que sufren nuestros conciudadanos de hoy. De manera que me he decidido a escribir este post acerca de qué es y qué no es una adaptación. Y qué es y que no es patología mental en el contexto del evolucionismo.
La adaptación es la forma con que la selección natural introduce cambios y novedades (innovaciones diríamos hoy) en la evolución de los organismos vivos.
La adaptación supone siempre alguna ventaja para aquellos organismos que la adoptaron pero contemplada siempre en un entorno ancestral, es decir aquel lugar donde estas adaptaciones se presentaron (recursos, clima, amenazas, etc). De otra manera: es muy probable que lo que antaño fuera una adaptación hoy ya no lo sea y devenga profundamente inadaptativa puesto que las condiciones en que aquellos rasgos emergieron pueden hoy hallarse obsoletos, debido a los cambios del medio ambiente y de nuestro nicho ecológico.
Pero la adaptación no es la única manera en que la selección natural introduce esos cambios, existen al menos estas otras:
- El subproducto. Ciertos cambios son la consecuencia de adaptaciones, y aunque en si mismos no representan innovacion alguna, la evolucion no puede hacer marcha atrás para rehacerlos y los deja tal y como están siempre y cuando no representen gasto o molestia reproductiva alguna a sus portadores.
- El ruido. Ciertas modificaciones se producen al azar, son caprichosas por asi decir, accidentes del diseño o del proceso morfogenético. Algunas de ellas son peligrosas y aun letales, aunque la mayor parte de ellas carecen de significación y no afectan la funcionalidad del órgano al que afectan.
- El spandrel o enjuta (Gould 1997), una modificación morfológica que inicialmente se lleva a cabo como una adaptación toma con el tiempo otra función, por ejemplo las alas de los pingüinos, no sirven para volar (su propósito inicial) pero si para nadar.
Una vez dicho esto dejo estos ejemplos para que el lector pueda visualizarlos mejor:
La mano con seis dedos es “ruido”, no aporta ninguna ventaja ni desventaja (la mano sigue siendo funcional). Se trata de un error caprichoso de la naturaleza, con algunas excepciones de las que ya hablé aqui.
Los pezones de los hombres son una forma de subproducto, dado que la evolución no puede operar hacia atrás y no hay dos diseños distintos entre fetos masculinos y femeninos salvo para los genitales y en el baño de testosterona cerebral (y otras diferencias anatómicas que no viene a cuento nombrar en este momento).
Y dado que vamos a hablar de la anorexia mental llamaré la atención de los lectores acerca de una cuestión. La anorexia mental es muy poco probable que existiera en tiempo ancestral, de manera que la podemos considerar una patología moderna. ¿Tiene algo que ver con alguna adaptación en tiempo ancestral?
Si, lo que es una adaptación no es la anorexia mental sino su sintoma principal: la amenorrea.
Puesto que la amenorrea representa ciertas ventajas cuando las cosas se ponen feas y una hambruna, el clima o la escasez ponían en riesgo a los clanes de nuestra especie. Una mujer con amenorrea es una mujer estéril, lo que no cabe duda es un mecanismo de anovulación natural y un mecanismo de control de los embarazos.
Pero entre lo que nosotros entendemos como anorexia mental y la amenorrea media un abismo, de modo que seguiré listando las condiciones que una teoria evolutiva de la anorexia debería cumplir.
Las teorias evolucionistas sobre la anorexia mental.-
Una de las teorias evolucionistas más señaladas por mí en este blog es la teoría de la rivalidad intrasexual de Abed de la que hablé aqui. Personalmente es la que más me gusta aunque es cierto que no explica del todo todos los síntomas de la anorexia mental. Por ejemplo no explica el miedo a engordar que es característico de la patologia humana.
Sin embargo es útil comprender que una teoria evolucionista no tiene porqué explicar toda la clínica que observamos en la actualidad en nuestros modernos entornos, por ejemplo la anorexia masculina no está lo suficientemente explicada por ninguna de ellas, pero es cierto que cada una de las teorías de las que hablaré explican al menos parte de la constelación clinica que llamamos “anorexia nerviosa”. Por otra parte es también cierto que hoy existen “anorexias” sin amenorrea, lo que sugiere que el trastorno puede reclutar individuos que “copian” fenotípicamente la patologia de otros. En este sentido, la anorexia masculina puede ser el resultado de una mimentización de síntomas en individuos con algun tipo de trastorno de identidad sexual o incluso un subproducto de alguna otra patología. Lo que sabemos es que la anorexia mental masculina es mucho más grave que la femenina y supone una feminización del cerebro mayor que la que sucede en mujeres tal y como conté en este post , lo que señala en la dirección de que de existir cierto grado de adaptación, está sería util en las mujeres y se traduciria en una mayor prevalencia de casos entre ellas. Asi es.
Con todo, el misterio más dificil de explicar es el miedo a engordar, una fobia dificilmente explciable desde una posición evolucionista dado que las fobias (o las repugnancias) evolucionaron como un mecanismo de evitación de animales ponzoñosos, situaciones de amenaza y de riesgo para la vida. La alimentación no parece adaptarse bien a esta idea de peligrosidad, sin embargo es interesante conocer el punto de vista que Jorge Malo expuso aqui en este post y que relacionaba los temores ancestrales de los animales y su relación con la alimentación. Algo que se conoce como ecología del miedo y que viene a plantear la idea de que el principal mandato de supervivencia de un animal es lograr comer sin ser comido y/o que la aliemnatción es un acto de vulnerabilidad para cualquier animal en el sentido de que es uno de los momentos en que se halla más expuesto a sus depredadores. De modo que algunos autores (Treasure y Owen, 1995) han propuesto -buscando modelos animales de anorexia mental- que el estrés del hombre moderno puede ser un equivalente de aquellos temores ancestrales. Estar gorda puede ser codificado por el cerebro como un riesgo para la vida si se lleva a cabo el aprendizaje patógeno adecuado. Y complementando a esta idea, tal y como planteé en este post: la exclusión social puede ser el temor que vincula una amenaza para la vida con los trastornos alimentarios.
Y de la hipótesis de la subfertilidad os hablaré en el próximo post.