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Lo robusto y lo grácil

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La teoria de la autodomesticación es una teoria evolucionista propuesta por Richard Wrangam  y que viene a decir que los humanos hemos ido recorriendo un camino morfologico muy profundo que abarca miles de años, y de hecho nos define como homínidos “gráciles”, en comparación con nuestros antepasados “robustos”.

Se trata de algo relacionado con la neotenia y la gracilización de los esqueletos y que incluye un craneo más pequeño y un cerebro menor, junto con ciertos rasgos como la delgadez,la piel blanca y otros rasgos que infantilizan y feminizan nuestros cuerpos a la vez que afecta tambien a otros rasgos conductuales como la agresividad.

Steven Pinker es el autor que más ha llamado la atención sobre esta perdida de agresividad de los humanos actuales en su libro “Los angeles que llevamos dentro”.y que presenta una serie de datos polémicos y contradictorios con la intuición que tenemos todos de que vivimos en un mundo muy violento. Lo cierto es que estamos mejor informados, pero los homicidios no paran de disminuir en todo occidente desde 1800 y ese es un dato que no admite discusión. La verdad puede ser muy antiintuitiva.

¿Pero quién domesticó a los humanos? ¿Fueron acaso los extraterrestres?

El lector puede visionar este video donde el propio Wrangam nos cuenta (en inglés) como la autodomesticación es la regla entre mamiferos y entre nosotros los hominidos.

“El sindrome de domesticación sería el responsable evolutivo de seleccionar nuevos rasgos en mamíferos, siendo la reducción de la agresión uno de los más apreciables, con la disminución aparejada en los niveles de stress o miedo. Muy significativamente, la domesticación humana selecciona una reducción muy considerable de la violencia “reactiva” (violencia familiar, riñas y altercados dentro del propio grupo, etc) en los machos, pero favorece el aumento de la violencia “proactiva”, que implica la organización de coaliciones agresivas cada vez más sofisticadas entre grupos. En cierto modo esta distinción resuelve una controversia histórica: Rousseau tenía razón en cuanto a la violencia “reactiva”, que es realmente menos natural en el hombre, pero Hobbes estaba en lo cierto en cuanto a la “proactiva”.

Resulta sorprendente que, descendiendo de homínidos “robustos”, todos las poblaciones humanas “modernas”, de África a Australia, hayan experimentado un proceso de gracilización relativamente homogéneo en un tiempo evolutivo tan escaso.

Parece que los humanos modernos no reemplazaron simplemente a los robustos, como sugerían las versiones preliminares de la teoría de la “out of África“, sino que fueron los mismos robustos los que se hicieron gráciles. “Tomado de este post “.

Algo que plantea una interesante paradoja evolutiva. ¿Por qué la selección natural privilegió cerebros pequeños, musculaturas gráciles, rostros aniñados y perdida de la tosquedad facial,  pieles más blancas, gusto por el juego y retardo de la maduración si estos rasgos son desventajosos para la supervivencia?

Quizá la fuerza y la agresividad fueran ventajosas para los cazadores recolectores, pero cuando los hombres se agruparon en comunidades más grandes al final de la Edad de Hielo (los análisis genéticos dicen que la expansión de la población en tres continentes fue anterior a la agricultura), los humanos necesitaron tranquilizarse y mantener la cabeza más fría a la hora de convivir. Los humanos que fueron capaces de cooperar en comunidades más pacíficas se reprodujeron más y dejaron más descendencia.

En cualquier caso nos es necesario apelar a otro concepto no genético sometido tambien a las leyes de las fuerzas evolutivas. La evolución no solo opera en los genes sino tambien a través de fuerzas simbólicas y culturales. En este sentido Bednarik propone el concepto de “nicho ecológico” para ilustrar la idea de que los hombres no solo estuvieron sometidos a la presión de sus nichos geograficos sino que fueron modificando sus rasgos en función de las necesidades que iban emergiendo de esos mismos nichos. No es lo mismo una sociedad selvática, que otra pastoral, ni una sociedad agíicola con excedentes asegurados que la vida nómada del cazador-recolector. No es lo mismo una cultura fluvial que una cultura desértica o con el suelo cubierto de hielo durante todo el año.

Se trata de una idea que ya habian emitido antes Jablonka y Lamb cuando hablan de evolución en 4 dimensiones.

La idea de que una especie posea un rasgo determinado lleva consigo la idea de que este rasgo debe tener cierto soporte hereditario que lo transmita de generación en generación. Desde hace poco se está empezando a dejar atrás el error de pensar que el soporte es exclusivamente genético. Sin embargo, se está estableciendo la idea de que existen otras formas de transmisión hereditaria. Según Eva Jablonka y Marion Lamb, existen otras tres vías de evolución además de la genética: la vía epigenética, la vía conductual y la vía simbólica [Así, los rasgos no son genéticos o adquiridos, o genéticos al X% y adquiridos al (100-X)%, sino el resultado la interacción continua de dos tipos de información, la genética y la del entorno, donde el entorno se compone del entorno de cada célula del organismo (epigenético), el entorno del embrión, y el hábitat y el entorno social.

Otro aspecto interesante y relacionado con lo anterior es el concepto que Robert Frost llama, la pacificación genética. Muy resumidamente significa que dado que la agresividad y otros rasgos de la personalidad relacionados con el crimen tienen un componente genético y hereditario, y que el Estado ha ejecutado/encarcelado sistemáticamente a los elementos más proclives al crimen durante siglos, (perjudicando así a su éxito reproductivo), ha habido un proceso de “pacificación genética” por el que los humanos hoy somos menos violentos. No cabe ninguna duda de que la agresividad tiene un origen genético, el más conocido es el alelo del gen MAO A. Lo que hace especialmente peligroso a este gen no es el gen en si mismo sino los promoteres del mismo.

Un promotor es un trozo de ADN que por ser ADN está sometido a las mismas leyes genéticas que el ADN convencional. Dependiendo del número de repeticiones de este alelo el individuo será más o menos violento. Dos repeticiones representan el modo pacifico, mientras que tres o cuatro repeticiones están mucho más representadas en poblaciones de criminales. Lo que se oculta por ser políticamente incorrecto es que este numero de repeticiones vinculado a la violencia está más representado en unas razas que en otras. Y naturalmente el gen MAO A no es incompatible con otros alelos que seguramente nos faltan por conocer.

Sea como fuere, los humanos se domesticaron a sí mismos como antes habian hecho con el tomate, el pimiento , el perro  o las vacas. Se trata en todos estos casos de selección artificial.

La gracilización de las creencias corre pareja a la gracilización morfológica y está emparentada con el tema de la moralización. No hay moralización sin efectos secundarios, todos los preceptos morales tienen algun inconveniente (Diderot) y muchas veces incluso pueden llegar a los extremos de la patologización de las conductas. Existen victimas de la moralización.

No es de extrañar que ciertas culturas se opongan de una manera “robusta” a la “gracilización” que les propone occidente, en temas “gráciles como “los derechos humanos, “derechos de la mujer”, “derecho a la vida”, “prohibición de la pena de muerte” “libertad de elección sexual y sexo fácil”, “aborto libre como un derecho de la mujer”, etc. Existe una resistencia “armada” a la penetraicón de estas ideas, y es el islamismo radical el representante politico actual de esta resistencia.

A este respecto dice Frost:

La mayoría de los inmigrantes musulmanes vienen de sociedades donde el Estado ha pacificado las relaciones sociales sólo en tiempos recientes, y donde los hombres aún ven la violencia como un medio legítimo y aún necesario para promover los intereses personales, para defenderse a sí mismos y a sus familias, y para adquirir tierras, bienes e incluso mujeres. La violencia es limitada no sólo por el estado sino por un equilibrio de terror, la amenaza de represalias por parte de la víctima y su parentela.

La combatividad masculina es particularmente fuerte en sociedades pastorales más allá del control estatal. No es gratuito que hayan proporcionado algunos de los mejores hombres combatientes…

Los valores democráticos que imperan en occidente son pues valores gráciles que nos incumben evolutivamente a nosotros pero no necesariamente a todos los ciudadanos del mundo.

Pues todas las sociedades no han evolucionado del mismo modo y el sindrome de domesticación no se ha implantado de igual modo en todas las culturas. La idea de Dios y los castigos ejemplares que esperan algunos individuos pertenecientes a ciertas religiones no tiene nada que ver con el Dios cristiano que es un Dios grácil, todo amor y perdón.

Más que eso, incluso en nuestras pulcras sociedades occidentales existe un rechazo frontal a la feminización de nuestra cultura, algo que viene siendo conocido como “machismo” y que de alguna forma reproduce la guerra entre lo robusto y lo grácil.

Bibliografia.-

El cerebro domesticado

Robert Bednarik 2012. Los origenes de la modernidad humana.

Robert Frost y la pacificación genetica.

La domesticación del misterio



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