Sólo Dios es Dios
(Proverbio musulmán)
Los dioses siempre han estado en el cielo, lo que es lo mismo que decir que están arriba, sobre nosotros, lejos del terrenal alcance, por eso miramos hacia arriba cuando hablamos con ellos.
Ubicar a Dios en el cielo tiene consecuencias psicológicas importantes, como veremos a continuación:
Ignoro la razón por la que el que inventó a Dios lo puso en el cielo en lugar de meterlo en nuestro interior, en el centro de la mente. Lo cierto es que lo puso en un lugar inalcanzable y aun más: la comunicación entre El y el hombre pasó a ser imposible directamente y sometida al escrutinio de una casta iniciática especializada en su traducción: curas, sacerdotes, iniciados, santos, misticos, pastorcillos, mártires y herejes. Meter a Dios fuera del horizonte de la mente humana individual y meterlo además en un lugar inhóspito ha traido ciertas consecuencias sobre el desarrollo del psíquismo humano.
La primera consecuencia es que el hombre, al fiarlo todo en el afuera, es un completo analfabeto sobre lo que tiene dentro y a pesar de los grandes maestros que han insistido en no buscar afuera lo que podemos encontrar en nosotros mismos es posible afirmar que la mayor parte de la población -aun sin creer en Dios- situa en el afuera, es decir en el no-Yo las cosas que le suceden sin sentido o no puede comprender tal y como hicieron nuestros ancestros en el paleolítico, bien sea para adorar una fuerza natural, un tótem, un ídolo, un Dios o el culto a las personas concretas
Es por eso que suponemos que el Poder – pues el Poder es un atributo divino- viene de arriba y se desplaza hacia abajo siguiendo un dedo inescrutable, lo que significa que orar se hace mirando hacia arriba, asi como torsionando los ojos, lo que tiene ciertos efectos hipnóticos. Pero aqui en esta fotografia de Sergio Ramos podemos observar que Dios no solo escucha plegarias más o menos teñidas de misticismo sino que además de eso nos empodera para vencer.
La innovación que introdujo el cristianismo es un Dios que combinaba no solo el poder de Yahvé -que es el Dios judio precursor- vengativo y justiciero, inapelable, sino que Dios cristiano mismo envia a un emisario, un Cristo (un hijo) para decirles a los hombres que la divinidad está en ellos y no tanto en el cielo. Dios envió a su hijo -nada más y nada menos- que para empoderar a los hombres y hacerles saber que el Hijo es aquello que trasciende al hombre y a la mujer.
De manera que decir “solo Dios es Dios” siendo como es verdadero no deja de contener algunas enseñanzas sobre eso que los humanos llamamos Poder, una flecha inescrutable que viene de arriba y que nos impone a los humanos un sometimiento a una Voluntad que solo algunos sienten que es ajena a sí mismos.
Dicho de otra manera: hay algo sagrado en la Autoridad.
Algo que no podemos representarnos pero que podemos negar, socavar, despreciar, cuestionar. Todo lo cual no hará desaparecer la Autoridad pues la Autoridad existe mas allá de que nosotros quisiéramos hacerla desaparecer o quizá usurpar. Es un Absoluto.
Amor de transferencia segun Freud.-
En el ensayo de Freud, de la Dinámica de la transferencia en 1912, nos dice que, “las disposiciones congénitas y las influencias experimentadas por los sujetos en los años infantiles determinan en cada individuo, la modalidad especial de su vida erótica, fijando los fines de la misma, las condiciones que la persona habrá de exigir en ella y los impulsos que en ella habrá de satisfacer. Una parte de su vida erótica ha realizado una evolución psíquica completa, mientras que la otra parte, esas tendencias libidinosas quedaron detenidas en su desarrollo por la prohibición de la parte consciente de su personalidad y de la realidad y solo se ha podido expresar por medio de la fantasía y ha quedado precipitada en la esfera de lo inconsciente, ignorada por la personalidad consciente del sujeto. Cuando estas tendencias libidinosas no son satisfechas, buscarán nuevas personas que se presenten en su camino”.
Hasta aquí, todavía nos parece difícil de precisar que es la transferencia, según el psicoanálisis, y nos habla de esa parte de la psique que guarda una vida erótica reprimida por la realidad, expresándose en fantasías y actos inconscientes. Pero, seguramente surgirá una pregunta. ¿Y que son esos recuerdos eróticos que buscan nuevos objetos para satisfacerse? ¿Serán los mismos recuerdos desde la infancia, que se repiten en la vida adulta? O ¿Serán diferentes?
De bote pronto, parece indicar que todo lo que se conoce por transferencia, se adecua a todo lo que se ha desarrollado anteriormente.
Sucedió que en la boda de Afrodita una mendiga llamó a la puerta muerta de hambre, venia a por las sobras de la comida, se llamaba Penia y después de conseguir entrar en el banquete y acceder a los alimentos que allí sobraban y de hartarse de comer y beber, se propuso seducir a Poros. No le fue dificil pues acudió a aquello a lo que Poros era mas sensible: la adulación. Poros y Penia se refugiaron en el jardín huyendo de las miradas del resto de los invitados y alli copularon una y otra vez.
De esa unión nació Eros: el amor, hijo del recurso y la necesidad, del exceso y la pobreza. Eros es metafísicamente y metafóricamente aquello que une el hambre y las ganas de comer, el queso y el ratón, el botín y el pirata, el amante y al amado. Es por eso que Eros es un dios alado pues representa un salto, un viaje psicopómpico entre una subjetividad y su contraria.
Dicho de otra forma: Eros es la subjetivación de los incentivos que Penia logra sustraer de Poros que a su vez tambien consigue incentivos (en este caso sexuales) por su benevolencia. Hay alguien que necesita recursos y alguien a quien le sobran. Una manera de equilibrar las cuentas, el Poder del sexo, una especie de democratización de las cuentas, una fiscalidad del placer.
El descubrimiento de Freud es seminal en la historia de la Medicina: la transferencia cura. Y también: la transferencia enferma.
Pero si la transferencia cura o enferma no es a causa de aquel amor de la infancia que nos vuelve reeditado y que proyectamos en el otro, sino más bien por el sometimiento a ese Poder sagrado que representa esa autoridad que es el médico.
El médico ocupa un lugar simbólico que Lacan ha llamado “el sujeto supuesto saber” (sSs).
En los textos de Freud sobre la transferencia dice: “En tanto la neurosis de transferencia se instaura en el comienzo de una fase de tratamiento, ocurre un fenómeno particular, muchas veces los síntomas por los cuales el paciente está allí, desaparecen”. Y si hay algunos síntomas que permanecen, esos síntomas van a connotar, a vehiculizar, una nueva significación que Freud llama “una significación transferencial”. Además de este efecto, Freud nos dice que, no solo los síntomas antiguos desaparecen, sino que van a aparecer nuevos síntomas., producto de la relación analítica.
¿Qué es la significación transferencial? Es como un mensaje al analista a través de nuevos o antiguos síntomas por parte del paciente. Es decir el analista se convierte en el interlocutor de los síntomas. Es en ese instante donde podemos descifrar lo que el paciente nos dice con síntomas lo que no puede decir con palabras.
Pero, para que se dé esta “significación transferencial”, es necesario que aparezcan ciertas condiciones en el analista.: la inflexión de la voz, como se conduce con el paciente en las primeras sesiones, el encuadre analítico y las expectativas que guarda el paciente hacia la persona del terapeuta. En otras palabras, la manera en como el analista encarna la figura imaginaria y con sentido que busca el paciente.
Para que los síntomas se conviertan en mensajes dirigidos hacía el analista, este debe de ocupar el lugar del deseo del analizado, es decir, la expresión imaginaria del deseo de la pulsión, donde la pulsión nunca puede ser satisfecha, no existe objeto que satisfaga la pulsión. Si el analista logra ocupar ese lugar de objeto imaginario de la pulsión, es decir ese lugar inalcanzable entonces ocupar el lugar del Gran Otro, es decir de Dios, en donde el analizado va a dirigir todas sus demandas, dicho de otra manera, los síntomas se transforman en demandas hacia el analista, porque este, ocupa el lugar del deseo de Poder no satisfecho del paciente.
En realidad un deseo de sometimiento a ese Poder..
: El silencio, la situación austera de del proceso analítico, la no satisfacción de la demanda de amor del paciente por parte del analista, constituyen condiciones necesarias para que el analista se acerque cada vez más a ese objeto insatisfactorio de la pulsión del paciente y de esta manera haremos aparecer el Otro, el gran Otro; haremos surgir la autoridad– utilizando la expresión lacaniana- aparecerá inmediatamente la figura del “sujeto supuesto saber”.
Y es por eso que deberiamos hablar del Poder de la transferencia y no del “Amor de transferencia”. La aparición del Amor es siempre un truco para que dejemos ese lugar de Poder vacío.
Y el Poder tiene horror al vacío.
Algunos parrafos de este post han sido tomados de este articulo: http://www.monografias.com/trabajos93/amor-transferencia-y-poder-su-cura/amor-transferencia-y-poder-su-cura.shtml#ixzz3dUv491PA