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Unabomber

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“La sociedad de hoy trata de socializarnos a un mayor alcance que cualquier sociedad previa. Incluso los expertos nos dicen cómo comer, cómo hacer el amor, cómo educar a nuestros hijos y así sucesivamente”.

T. Kaczynski, Manifiesto, 32.

“Unabomber” es el nombre que el FBI dio a un terrorista al que persiguió durante años y que se dedicaba a enviar cartas bomba a ciertas instituciones y personas relacionadas con el mundo de las aerolíneas y la tecnología. Unabomber resultó ser Theodore Kaczynski un matemático graduado en Harvard que después de un cierto periplo vital presidido por la inadaptación terminó sus días viviendo en una cabaña que el mismo había construido en una zona boscosa de Montana en condiciones de supervivencia por su rechazo a toda vida civilizada.

Kacziyski era al parecer un superdotado que tuvo la mala suerte de ser reclutado para un experimento financiado por la CIA a la edad de 17 años. Un experimento o programa de investigación que hoy conocemos como MK-ultra.

El MK-ultra.-

La CIA en aquellos años estaba muy interesada en temas de personalidad, más concretamente le interesaba trazar un perfil del espía ideal, una persona que fuera muy resistente al estrés y que pudiera afrontar situaciones limite sin venirse abajo. Para ello contrató a uno de los psicólogos más famosos del momento, el Dr Henri Murray, bien conocido en el mundo de la psicología por la creación de un test proyectivo de personalidad llamado TAT (test de apercepción temática). En el citado test se presentan al examinando ciertas escenas ambiguas pero significativas. El examinando tiene que interpretar que está sucediendo en la citada escena y que va a suceder, es decir qué desenlace va a tener dicha escena.

El caso es que Kaczynski participó en dicho estudio y tal y como podemos contemplar en este video y podemos aventurar que no pasó las pruebas y que quedó “tocado” por la experiencia. No es posible establecer una conexión entre este “entrenamiento” y su deriva psicopática posterior pero no sería demasiado exagerado pensar que aquella experiencia tuvo algo que ver con su historial delictivo. Al fin y al cabo la CIA perseguía no solo averiguar detalles sobre la personalidad del perfecto espía sino preparar una generación de asesinos que no hicieran preguntas y que obedecieran sin cuestionar órdenes fueran las que fueran. Aquí podeís ver en qué consistía el MK-ultra, un programa que por cierto hoy sería considerado ilegal y que está oficialmente fuera de uso.

El caso es que Kaczhinsky era un genio que escribió cosas interesantes, si bien en clave de su perturbación psicológica, una especie de paranoia fanática que no por eso invalida todos sus argumentos, y si lo he traído aquí es precisamente porque escribió un manifiesto que fue publicado tanto por el New York times como por el Washington post.

“La sociedad industrial y su futuro” es el nombre que le dio a tal manifiesto aunque se le conoce informalmente como el manifiesto de Unabomber..En el escrito Kaczhinsky abunda en la idea de que la tecnología es la culpable de todos los males de la humanidad, pero entre otras cuestiones aborda una cuestión que me ha parecido rescatable, me refiero al concepto de sobresocialización.

La sobresocialización.-

La sobresocialización está relacionada tanto con la “indefensión aprendida” como con la sobrepoblación y del hacinamiento sociales, aspectos que me parecen relacionados y bien estudiados por el ya famoso experimento conocido como “universo 25” con ratones.

Pero para Kaczyinski la sobresocialización es algo más que un simple “exceso” cuantitativo de socialización y no puede darse espontáneamente salvo en pocos individuos. Se trata más bien de un tipo especial de socialización dirigido más a lo psicológico que a lo comportamental, razón por la cual es lícito pensar que estamos ante una estrategia cuidadosamente planificada e introducida en la sociedad. Este tipo de estrategias nos remiten más allá de la idea de ingeniería social, a la Escuela de Frankfurt, en la cual se dieron los primeros pasos hacia la reprogramación psicológica del individuo y el control del cambio actitudinal.

La sobresocialización puede definirse entonces como un proceso de re-condicionamiento psicológico que supone una re-educación o re-programación profunda (ya que alcanza el nivel subconsciente) y que implica cambios en la personalidad y la propia naturaleza psíquica del sujeto.

Dicho de otra forma para Kaczynski la sobresocialización es una estrategia de ingeniería social basada en los mismos métodos de programación psicológica que él aprendió y sufrió durante su “entrenamiento”.

En sus grados más avanzados el individuo sobresocializado se convierte en su propio policía del pensamiento, siempre atento para censurar sus propios pensamientos y emociones. Un ser que ha internalizado hasta tal punto la auto-vigilancia, la culpabilidad y el masoquismo que ha hecho un hábito de la demolición de su propio psiquismo. No es descartable pues que, de forma análoga a la indefensión aprendida, la sobresocialización sea un síndrome inducido.

Es cierto que esto era posible antes y se encontraban estas características en ciertos individuos que padecían de una personalidad débil, normalmente debido a una historia personal problemática que no les permitía el desarrollo completo de su individualidad. Lo que llama atención es su actual generalización en la sociedad: el ciudadano de personalidad débil ya no es la excepción sino la regla.

Si la sobresocialización supone un proceso de despojamiento y deconstrucción del sujeto, o más exactamente de su psiquismo, lo que estamos aquí exponiendo es la aplicación a escala social de técnicas de desestructuración del yo y la personalidad propias de las sectas. No creemos exagerar por tanto cuando decimos que se está implementando a una escala masiva y sin precedentes un proceso paulatino de descualificación y pérdida de poder de los sujetos así como de quebrantamiento de su personalidad, y que este proceso guarda evidentes paralelismos con el conocido síndrome de indefensión aprendida.

Dicho de otra manera: existe una relación entre la sobresocialización y lo políticamente correcto:

“No queremos pasar por alto una característica de la sociedad sobresocializada que nos parece especialmente significativa y que se ha puesto de manifiesto con toda su crudeza en la última década: su carácter extremadamente moralista y puritano”.

Esto es fácil de observar en la cada vez más frecuente y acusada intolerancia que se exhibe ante las opiniones diferentes, tal y como corresponde a un ambiente psíquico crispado y enrarecido por esta tendencia a la auto-censura y entrenada en buscar por todas partes culpables, ofensas y víctimas.

Como veis Kaczynski -que fue condenado a cadena perpetua-, será un fanático pero no estaba loco en absoluto y a veces raya en la lucidez y la profecía.

Extraído de esta web

 

 

 


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