Definición de instinto según Nicolas Tinbergen:
Los instintos son formaciones nerviosas capaces de estimularse, inhibirse o dirigirse en función de estímulos internos o externos y cuyo objetivo es la preservación del individuo y de la especie.
Esta es la definición que dio un etólogo como Tinbergen al tema de los instintos. Un etólogo que recibió en 1973 el premio Nobel de Medicina junto a Konad Lorenz y Von Frish por sus estudios sobre el comportamiento (cada uno en su área de investigación) de determinados hallazgos que estimularon la comprensión de la biología evolutiva. No deja de ser curioso que el premio Nobel de Medicina recayera en estos (antes zoólogos) ahora etólogos, es decir aquellos científicos que estudian el comportamiento de los animales en su hábitat natural.
Freud no conoció a Tinbergen pero si le hubiera conocido hubiera afirmado que aquella definición se acoplaba perfectamente a lo que él mismo pensaba, si bien Freud no habla en sus obras de instinto “Instinct” sino de “Trieb” (pulsión). Para algunos de sus traductores, instinto y pulsión serian sinónimos pero para otros existen ciertas diferencias. Jacques Lacan el hermeneuta de Freud más conocido niega que nosotros los humanos tengamos instintos y se referirá continuamente a las pulsiones a la hora de aproximarse a este problema. ¿Tenemos instinto los humanos?
Todo parece indicar que el rechazo de Freud a hablar de instinto procediera de la evidencia de que en nosotros los sapiens, el instinto no resuelve el problema de la vida afectiva, ni nuestras preferencias amorosas y sobre todo no puede explicar las perversiones sexuales que hoy conocemos con el nombre de parafilias.
La palabra “trieb” en alemán es polisémica y forma parte no solo de ciertos sustantivos sino también de muchos verbos. Significa “pulsión” pero también “brote” o “retoño”, sugiriendo algo que emerge de otra cosa, como un esqueje emerge de una rama. Lo cierto es que Freud no nombra apenas en sus obras la palabra “instinct” sugiriendo que guardaba para el reino animal esa palabra.
La diferencia fundamental entre instinto y pulsión vendría definida por el determinismo puro, dicho de otra manera en los humanos existen múltiples maneras de evitar ese determinismo puro de los instintos. Una manera y quizá la más importante es el lenguaje que nos permite alejarnos de las consecuencias del determinismo natural.
No cabe ninguna duda de que el determinismo instintual impide el aprendizaje y que una especie es más perfecta instintivamente cuanto menos se aparta de sus aprendizajes naturales. Las abejas son muy inteligentes colectivamente hablando pues su instintos son perfectos y no cambian con las generaciones, sin embargo en el hombre los instintos son mucho más gráciles: a cambio de eso tenemos una enorme capacidad de aprender cosas nuevas.
Componentes del instinto según Freud.-
1.- El “drang” ,ímpetu o perentoriedad se entiende su factor motor, esto es, la suma de fuerza o la cantidad de exigencia de trabajo que representa. Este carácter perentorio es una cualidad general de los instintos, e incluso constituye la esencia de los mismos. Perentoriedad y repetición.
2.- El “Ziel” o finalidad. El fin de un instinto es siempre la satisfacción, que sólo puede ser alcanzada por la supresión del estado de excitación de la fuente del instinto. Pero aun cuando el fin último de todo instinto es invariable, puede haber diversos caminos que conduzcan a él, de manera, que para cada instinto, pueden existir diferentes fines próximos susceptibles de ser combinados o sustituidos entre sí.
3.-El objeto.(`”Objekt’) del instinto es aquel en el cual, o por medio del cual, puede el instinto alcanzar su satisfacción. Es lo más variable del instinto, no se halla enlazado a él originariamente, sino subordinado a él a consecuencia de su adecuación al logro de la satisfacción. No es necesariamente algo exterior al sujeto sino que puede ser una parte cualquiera de su propio cuerpo y es susceptible de ser sustituido indefinidamente por otro, durante la vida del instinto.
4.- La fuente. Por fuente (`Quelle’) del instinto se entiende aquel proceso somático que se desarrolla en un órgano o una parte del cuerpo y es representado en la vida anímica por el instinto. vale la pena decir ahora que Freud entiende como “fuentes” a las zonas erógenas, es decir los orificios y sus alrededores.
Freud además divide los instintos en dos polos, los activos que identifica con lo masculino y los pasivos que identifica con lo femenino, asi los instintos escópicos (mirar o ser visto) representarían los extremos de un continuo entre el voyeurismo (típicamente masculino) y el exhibicionismo (típicamente femenino). Mirar es la función de un fuente (ojo) que es un orificio erógeno. Pegar a alguien es una función motora y sádica si es activo y masoquista si es pasiva, por eso los sádicos suelen ser hombres y las masoquistas mujeres. Así vamos acercándonos más al concepto de pulsión: como puede observarse la pulsión no es el instinto completo sino un instinto parcial:
La pulsión seria pues el instinto después de haber pasado por los estadíos ontológicos del desarrollo del niño (boca, oreja, ojo, ano, uretra, pene o clítoris y vagina). Es obvio que el niño trae de serie una serie de instintos mamíferos como hozar, llorar, reflejos prensiles, etc, pero estas reacciones instintivas se pierden con el desarrollo, incluso hay psicoanalistas como los lacanianos que piensan que en el humano no hay ni rastro de instinto, todo es pulsión. Y todo es parcial.
Suelen decir: la pulsión es el instinto después de pasar por el filtro del lenguaje.
Y se preguntan: sí tenemos un instinto de conservación que nos viene de serie ¿cómo es posible que existan suicidas?
Freud resolvió este asunto añadiendo un corolario: existirían instintos eróticos y otros tanáticos. habría un instinto de vida que junta, protege, une y un instinto de muerte que destruye, separa y desagrega. La mala noticia es que estos aspectos opuestos van en el mismo paquete y sobre todo van juntos en la pulsión.
Al fin y al cabo de la definición que dio el propio Tinbergen podemos interpretar que el instinto puede cambiar de dirección (dirigirse), estimularse (un objeto que gatilla la reacción) o inhibirse, o sea que la conservación o la reproducción que son dos de las conductas observables en el campo del instinto pueden debilitarse en función de otros estímulos internos o externos.
Pero Lacan no fue solo un hermeneuta de Freud sino su critico más acérrimo, así dice Lacan en relación con la finalidad de la pulsión que ya vimos más arriba que según Freud el objetivo de la pulsión es precisamente la descarga placentera que Lacan agrega: el objetivo de la pulsión es la decepción, de ahí su insistencia. Y en relación con el objeto de la pulsión dice: el objeto no importa, pues la pulsión solo obedece a si misma, el objeto es simplemente el señuelo de la pulsión. En realidad la pulsion se limita a dar vueltas alrededor del objeto.
Hay razones clínicas que le darían la razón a Lacan y otras observaciones le darían la razón a Freud, ¿no es el amor precisamente algo exclusivo, algo peculiar que hace único al objeto? ¿No es cierto que hay algo en esa persona que la hace especial para mi?.
También hay razones para pensar que Lacan tiene razón en otras ocasiones. Un tirador comienza a disparar contra los clientes de un supermercado o contra los alumnos de un instituto sin conocer a nadie, sin ninguna razón personal para hacerlo. Un perpetrador acecha en la calle esperando a una víctima que no conoce y que elegirá al azar sin ninguna razón personal para atacar a esta y no a otra persona.
También es verdad que el objetivo (Ziel) de una pulsión puede ser buscar la decepción. Pues una decepción aquí puede acompañarse de un goce allá. Es algo contraintuitivo pero los que hacemos clínica mental sabemos bien que este tipo de conductas que buscan precisamente la decepción son muy frecuentes en la vida cotidiana.
Mi opinión en este asunto es equidistante: creo que la normalidad consiste precisamente en haber superado esas etapas que hemos de ir resolviendo en cada edad: un largo y tortuoso camino hacia el origen.
Y que el dominio de la pulsión se halla en la perversión.
Pero también he aprendido que de vez en cuando hay que asomarse a la pulsión, pues ahí está la fuente y el drang, algo así como la gasolina del deseo.
Pues el deseo habita entre orificios.
Bibliografia.-