Como ya hemos visto en post anteriores los efectos de los psiquedélicos dependen de la dosis, así podemos hablar de micro y de macrodosis, para experimentar efectos psicodélicos es necesario recurrir a las macrodosis (dosis efectivas) que nos permiten alcanzar el efecto psicodélico propiamente dicho, quedarse por debajo de estas dosis (microdosis) nos lleva a una experiencia similar a las anfetaminas o a la del cannabis, algo que fortalece la creatividad, el contacto social, la logorrea o la ausencia de fatiga, aunque del cannabis ya comenté que dependiendo de su pureza podemos esperar tanto efectos psicoliticos como psicodélicos.
Los efectos psicolíticos parece que están en el rango de experiencia de todos los psicodélicos, esto es una especie de disolución transitoria del Yo. Lo que sucede con esta disolución es que se suspenden durante un tiempo las funciones que este Yo maneja en nuestra conciencia vigil normal: la disociación objeto-sujeto (la dualidad) y el borramiento de esos surcos que llamamos maneras de pensar y que de alguna forma son una especie de jaula que encarcela nuestro pensamiento haciéndolo circular por creodos, es decir por unos rastros conocidos y de alguna manera petrificados. De manera que lo que vamos a experimentar con esta disolución es una experiencia de unidad, una experiencia no-dual.
Estoy seguro de que usted ha oido hasta la saciedad esta frase: ¨todo esta conectado con todo¨ o habrá oido hablar de la teoria Gaia que viene a decir que la Tierra es un ser vivo y que todos estamos conectados con él, los mas osados piensan asi con el cosmos entero como si el cosmos fuera un ser vivo y no algo inerte que relaciona con nuestros pelos y con las hojas del bosque. Lo cierto es que no todo esta conectado con todo, solo algunas cosas con otras y algunas cosas no lo están en absoluto. Symploké le ha llamado Gustavo Bueno a esta idea.
En una experiencia psicodélica vamos a sentir que estamos vinculados al mundo de una manera especial, que cualquier estimulo, como la música. nos lleva de la mano a través de experiencias de fusión con la propia música, sucede lo mismo con cualquier contemplación de la naturaleza, recuerdos o de cualquier otra cosa. También una experiencia de nuevos surcos, nuevas perspectivas, sobre algún asunto. La perspectiva es un cambio de pensamiento, un enfoque nuevo que sucede cuando se abren nuevos creodos en el paisaje del pensamiento.
La mayor parte de la gente cree que se trata de experiencias espirituales o místicas y es correcto pensarlo así, pero lo que la mayor parte de la gente quiere decir en realidad, es que es una experiencia sobrenatural. Personalmente estoy en contra de esta idea y lo estoy porque no es necesario recurrir a lo sobrenatural para explicar qué ocurre en este tipo de experiencias psicodélicas incluyendo a las más profundas y radicales. Podemos decir que la música es espiritual pero en realidad la música es muy material, necesita de un instrumento y de un músico al menos, lo que es una experiencia no material es el efecto que la música reproduce en cada uno de nosotros, el estado mental que induce y que será bien distinto según quien la oye, el tipo de música de que se trate, la formación musical del oyente y las memorias que arrastre lo que se escucha. Así y todo los estados que la música inducirá no serán siempre los mismos en el mismo sujeto. En este sentido la música opera como los psicodélicos: sus efectos no son predecibles y tal como comenté en este post a propósito del protocolo de Hubbard tienen mucho que ver con el entorno y la actitud.
Probablemente lo que la música (o la contemplación de la belleza) induce es el sobrecogimiento. El sobrecogimiento es una emoción que se presenta cuando algo nos impacta de tal modo que nos hace sentir su enormidad y nuestra pequeñez, algo así como una experiencia auto-trascendente, el encuentro con algo que es más grande que nuestro propio Yo. Se manifiesta con una reacción vegetativa (un escalofrío), ganas de llorar, una desorganización conductual o una elevación de la conciencia o de su expansión. Probablemente el síndrome de Stendhal (I) sea una experiencia de este tipo
Ver nuestros pensamientos.-
Ver nuestro propios pensamientos es una experiencia notable y si usted lo piensa una experiencia poco adaptativa. Si pudiéramos ver nuestros pensamientos no podríamos razonar, ni abstraer ni probablemente conducir un automóvil, es por eso que nuestra conciencia vigil no admite esta especie de sinestesia entre lo que pensamos y lo que percibimos visualmente. Hay como un velo inhibidor que obstruye que las neuronas de la corteza visual y las neuronas de nuestra corteza cerebral se vayan juntas de juerga. Así y todo las sinestesias son bastante frecuentes en la población general y no son patológicas, se trata en cualquier caso de una conexión inusual entre canales perceptivos. Los psiquedelicos borran la acción de estos inhibidores.
Ver nuestro pensamientos se explica por el estado de hiperconexiones que se establecen después de la toma de un psiquedélico como se observa en el gráfico que he colgado y que preside este post. Como puede observarse la psilobicina induce una multiplicación de conexiones cerebrales que después de unas horas se pierden y el individuo vuelve a su estado de conexión anterior. Se trata de conexiones inusuales entre neuronas que no usamos en nuestra conciencia normal, esa que llamamos Yo y nos permite hacer la declaración de renta. Sería inútil hacerla bajo el efecto de la psilobicina, ya he dicho que para ciertas cosas de nuestra vida necesitamos usar el Yo y su capacidad de cómputo.
Las utilidades terapéuticas de los psiquedélicos.-
Los psiquedélicos se han utilizado de dos formas: una reglada en investigaciones controladas y otras de forma espontánea con o sin guía, como sustancia recreativa o con algún tipo de animo noético o creativo. Lo que voy a decir a continuación son las indicaciones médicas que se han llevado a cabo sin animo de ser demasiado sistemático para lo que remito al lector interesado al libro de Michael Polland que tituló «Como cambiar tu mente».
Los psiquedélicos han demostrado (en estudios controlados) actividad frente a la depresión, la obsesión y las adicciones. Son muy antiguos ya los trabajos que demuestran que es muy eficaz frente al alcoholismo y el tabaquismo y se ha utilizado para mejorar los últimos meses de vida de los pacientes con cáncer terminal. Hay fuertes evidencias de que su uso en esta indicación cambia por completo la perspectiva frente a la muerte de los deshauciados. Recientemente he sabido que hay en marcha estudios frente a la anorexia mental. Y una pregunta que se harán muchos es ésta: ¿Cómo es posible que un fármaco sea útil para tantas enfermedades diferentes? ¿Es algo así como un bálsamo de Fierabrás, un curalotodo?
A lo mejor es que estas enfermedades que he nombrado no son tan distintas entre si como creemos, me refiero al trio adicción-obsesión-depresión al que se puede adscribir la anorexia mental.
¿Pero entonces cual es su punto en común?
¿Qué comparten estas enfermedades?
Será en el proximo post.
Bibliografia.–