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La red neuronal por defecto y los psiquedélicos (V)

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Conócete a ti mismo pero una vez hayas terminado, olvídate de ti mismo.

Las enfermedades mentales son muy parecidas unas de otras, podríamos decir que son como primas hermanas, en el gráfico de arriba se muestra el parentesco genético que hay entre unas y otras, donde podemos apreciar la penetrabilidad más acusada en las lineas más gruesas. Pero más allá de eso existen enfermedades que son -por así decir- gemelos bivitelinos como por ejemplo la depresión, la adicción, la ansiedad, la anorexia mental y la obsesión. O la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el TDH y la melancolía.

Todo parece indicar que las enfermedades mentales comparten algo y lo que hacemos cuando clasificamos con intención taxonómica es borrar estas semejanzas.

El uso de psiquedélicos contenía -desde la aparición de la LSD-25-, la intención de no solo encontrar un nicho terapéutico para esta droga sino también proporcionarnos un modelo biológico de la esquizofrenia o de las psicosis en general pero esta tarea estuvo incompleta hasta que se descubrió la red neuronal por defecto.

Se trata de una serie de tres módulos, uno situado en el lóbulo parietal, otro en el lóbulo temporal y otro en el lóbulo frontal, que constituyen una especie de circuito que se activa o desactiva en función de las tareas que dependen de nuestra atención focalizada en lo externo. Así, se trataría de un sistema que se «apaga» cuando estamos llevando a cabo una tarea que requiera atención y vuelve a encenderse cuando estamos divagando, o simplemente descansando mentalmente sin atender especialmente a nada.

Pero ahí no acaba la cosa, pues hoy hemos llegado a conocer mejor la función de esta RND aunque es necesario recordar ahora que:
Existe en todos nosotros cierta estructura que de no inhibirse cuando estamos concentrados en una tarea resulta en interferencias.

La idea central de Raichle es que existen en nuestro cerebro ampliamente distribuidos dos circuitos que se encargan de cosas bien distintas, una red ejecutiva central que se encarga de procesar datos de la realidad, de esa realidad que requiere atención y que está guiado por los input externos, es decir la que está orientada a la realidad externa y al que llamamos Yo. Junto a ello hay una red neuronal que se activa precisamente cuando no hacemos nada, es decir cuando dejamos de prestar atención ejecutiva a esa misma realidad, cuando descansamos, oímos música, o simplemente contemplamos el mar o paseamos. Es decir cuando hacemos algo no orientado a propósito alguno o a pensar en el propio pensamiento, es decir cuando auto o hiperreflexionamos.

Lo interesante de este concepto es que la actividad de la red neuronal por defecto equivale a la actividad intrínseca del cerebro y que es inversamente proporcional a la vía atencional, es decir se activa cuando la otra se inhibe y se inhibe cuando la otra se activa. Este descubrimiento se debe a Raichle un investigador que se dio cuenta mientras trabajaba con imágenes funcionales por resonancia magnética que cuando los pacientes no hacían nada que requiera atención activaban el circuito «por defecto» que volvía a inhibirse cuando se le ordenaba alguna tarea.

Otra cuestión interesante es que el gasto de energía (oxigeno y glucosa) es similar en ambos casos de lo que se deduce que la red neuronal por defecto no está diseñada para «descansar» sino para pensar de otra manera, fundamentalmente para pensar acerca de nosotros mismos. En realidad nuestro cerebro no descansa nunca pero como contrapartida se lava los platos sucios el solo sin necesidad de un lavavajillas externo.

La RND es una especie de motor autorecursivo, autoreflexivo.

El problema de la RND es que se encuentre demasiado activada o sea hiperfuncionante. ¿Qué sucede entonces?

Lo que sucede es que secuestra funciones del Yo o interfiere en él de manera radical como sucede en la esquizofrenia. A veces no hay una captura total de las funciones ejecutivas pero el sujeto sufre un menoscabo de sus funciones, diríamos que continuamente segrega bucles de pensamientos obsesivos que poco a poco van reforzándose a si mismos hasta dibujar un paisaje no necesariamente irreal pero desde luego inadaptativo para el funcionamiento social que es el que da de comer al Yo. Y así nos encontramos con un Yo debilitado y con una RSD hipertrófica que puede manifestarse de distintas formas. Dicho de otra manera lo que tienen en común ciertas enfermedades hay que ir a buscarlo a la RND. En realidad y según Solomon, no son tan distintas, ni la depresión, ni la ansiedad ni las obsesiones ni las adicciones: se trata en este ultimo caso de formas de egoísmo radical que contienen no pocas connotaciones morales (a un drogadicto no le importa nada sino su próxima dosis), de un supremacismo radical de la RND, algo muy relacionado con el individualismo y el hedonismo actuales.

El precúneo.-

El precúneo es una estructura escondida en un repliegue parieto-temporal de forma cuadrada y que es por así decir la estación de termino de un circuito que recorre el cerebro de atrás-adelante implicando a otras estructuras, como el hipocampo, la corteza cingulada, el neocortex y el lóbulo parietal. Bien, el precúneo seria el lugar donde reside nuestro autoconocimiento, algo así como la conciencia de si, que mantiene relaciones de circuiteria con la memoria personal y la formación de memorias nuevas. Al parecer la función de este circuito está relacionada con la idea del «conócete a ti mismo» y la introspección. Algo muy presente en casi todos los enfermos mentales. Esos que piensan demasiado.

Lo interesante de este circuito es que cada persona lo va a utilizar de una manera diferente – suponiendo que lo ejecute de vez en cuando- las personas con una historia personal de formación poética o musical podrán ejecutarlo siguiendo las mismas propiedades que rigen en otras estructuras. El experto seguirá siendo experto aun utilizando su red neuronal por defecto. Algo así le sucedía a Newton: no podía dejar de ser un físico-matemático ni siquiera cuando especulaba viendo caer a la manzana.  Eso mismo pasa en nuestros sueños: si nos interpelan es porque recrean nuestros escenarios, nuestros recuerdos, nuestras ideas, los personajes que conocimos y los estímulos diurnos, es decir nuestros fulcros. Construimos nuestros sueños con los materiales que conocemos y construimos nuestras delusiones del mismo modo. Es por eso que nuestros sueños nos pertenecen del mismo modo que los ensueños diurnos, se trata de patrones entrelazados no por el azar sino por la no-linealidad de nuestra conectividad cerebral. No todo el mundo puede soñar cualquier sueño , ni todo el mundo puede agrupar patrones del mismo modo, unos originalmente y otros de forma enloquecedora. Es por eso que el genio y la locura se muestran tan cercanos.

Y es por eso por lo que una droga presuntamente enloquecedora puede en algunas circunstancias resultar terapéutica, pues en realidad lo que hacen los psiquedélicos es disolver temporalmente no solo el Yo sino también la red neuronal por defecto. Lo cierto es que si puderamos hackear esta RND podríamos curar estas enfermedades, pero la mala noticia es que no la podemos hackear, pero a cambio la podemos resetear. Y es entonces cuando el cerebro se reconecta en una especie de alt-control-suprimir. Algo muy parecido al concepto de reseteo, un «desde el comienzo».

Naturalmente no es lo mismo conocerse a uno mismo que estar pensando siempre en uno mismo. Conocerse uno mismo es una tarea del Yo pero estar siempre en un bucle recursivo es tarea de la RND.

Bibliografía.-


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