En realidad a este binomio Mente-materia que preside estos dos post sobre las ideas de Schrodinger y otros autores enfrentados por su concepción de lo mental, le falta algo: le falta la palabra Vida.
Seria mejor hablar pues de Mente-Materia-Vida, pero ¿no sería una redundancia hablar de Vida cuando estamos hablando de mente? Pues lo cierto es que no puede haber mente sin Vida, más que eso: Vida y mente son la misma cosa.
Hay quien cree que la mente puede existir independientemente de la vida, son los neoplatónicos como Schrodinger, Penrose o Bergson y hay quien cree que la mente es o procede de la materia. En realidad los dos puntos de vista están equivocados pues unos, los reduccionistas igualan, la materia (el cerebro) con su mente y otros, los dualistas distinguen lo mental de lo material.
Y en realidad todo procede de un error conceptual, ¿es un hígado material? Desde luego que lo es siempre que distingamos la materia orgánica de la inorgánica. Un higado es un órgano vivo que le diferencia de una piedra o de una mesa. Un hígado es portador de algo más que la materia que le sustenta, es portador de Vida.
Y esa es la clave del asunto.
Y lo cierto es que no disponemos de una buena definición de Vida, el propio Schrodinger elaboró un libro – ¿Qué es la vida? producto de una serie de conferencias sobre este tema, aqui podeis ver un buen resumen de su libro.
1.-La vida supone una reducción evolutiva, efectivamente la vida no toma prestados todos y cada uno de los átomos de lo que disponemos en la naturaleza, todo pareciera indicar que ha habido un descarte y solo un puñado de átomos forman parte de los ladrillos de la vida (C, O, H, S, N, Fe, Ca, Mg, Cl, Na, K, etc), Reducción evolutiva que precisa sin embargo de una enorme cantidad de átomos a fin de protegerse de la agresión térmica (a mas átomos menos agitación térmica), así :
“Para Schrödinger, la clave que explica la vida reside en la acción de lo que él llama un «cristal o sólido aperiódico» (en adelante acidos nucleicos), una «asociación bien ordenada de átomos, capaz de mantener permanentemente su orden, [que] parece ser la única estructura material concebible que ofrece una variedad de posibles organizaciones isómericas y que es suficientemente grande como para contener un sistema complicado de determinaciones dentro de reducidos límites espaciales. En efecto, el número de átomos de una estructura tal no necesita ser muy grande para producir un número casi ilimitado de posibles combinaciones».
2.- La vida supone un cierto ordenamiento. Un ordenamiento que procede tanto de un orden anterior como del desorden externo. Hay un orden que procede del orden y un orden que emerge del desorden.
3.- Conocemos algunos pasos en el despliegue de la Vida pero no hemos sido por el momento capaces de generarla en el laboratorio. Hay algo en la Vida que se resiste a ser reducido a una cuestión de reacciones fisicoquimicas, como si hubiera algo más.
Tiempo y causalidad.- Otra de las ideas interesantes de Schrondinger y que aborda en su libro “Mente y materia”, es la relación entre nuestro concepto de causalidad y el tiempo. Efectivamente para nuestro modo de percibir el tiempo es semejante a nuestro concepto de causalidad. Hay un antes y un después, del mismo modo que hay una causa y un efecto. El efecto es posterior a la causa lo que señala en la dirección de que el tiempo que está detrás (o después), el futuro es consecuencia (efecto) de lo que hubo antes (causa).
Hay una flecha que va desde el paso hacia el futuro y a esta dirección le llamamos tiempo.Se trata de una dirección energética, es decir entrópica. Hasta aqui todo bien conocido.
Pero también es posible invertir esa flecha y que el futuro se infiltre en nuestro presente o nuestro presente en el pasado, Aquí el tiempo, es decir la causalidad toma un giro importante y va del después al antes, hablamos entonces de acausalidad. O de causalidad inversa.
“La culpa es anterior a la falta” (Sigmund Freud)
Pero no ha sido solo Freud el que ha señalado esta determinación de lo mental en el sentido inverso al que cabría suponerle. El propio Bergson, pero tambien Minkowsky desde la física y sus conos de luz y tambien Whitehead y Jung han señalado esta posibilidad. Jung le llamó sincronicidad.
Dos eventos sin relación alguna pueden enlazarse más allá del tiempo, alli donde no hay un antes y un después. Pondré un ejemplo de mi propia cosecha.
Un dia -no muy lejano- soñé con un conocido mio (ni siquiera un amigo) que no veia en mucho tiempo, más concretamente no habia vuelto a verle desde nuestros tiempos de adolescencia. Aparecia en uno de mis sueños aunque no recuerdo ninguna intencionalidad y tampoco recuerdo el sueño ni su guión, sólo recuerdo que esta persona aparecía en mi sueño.
Al dia siguiente le vi por la calle, nos saludamos, nos pusimos al dia de nuestras obligaciones cotidianas y al cabo de un par de minutos nos despedimos. Desde entonces no le he vuelto a ver.
Me quedé pensativo sobre aquella “casualidad”. Pues no disponemos de otra palabra para nombrar este tipo de acontecimientos, por otra parte muy frecuentes y que reciben el nombre de “casualidades significativas”. Cualquiera de mis lectores puede aportar abajo en los comentarios su propia experiencia con las casualidades.
En esta figura podremos entender mejor este asunto de eventos acausales. En centro es el observador, el punto que se mueve en la circunferencia (siguiendo las agujas del reloj) recorre la hipersuperficie del presente, ahi hay siempre un antes y un después pues el tiempo sigue la flecha del devenir. Pero hay puntos interiores (pasado) y exteriores (futuro) que no se encuentran relacionados con los puntos de la circunferencia pero que caen en un momento determinado bajo el influjo de la hipersuperficie del presente. Lo interior y lo exterior no siguen la lógica del tiempo y no se guian por los antes y después: se hallan fuera de la causalidad, son acausales.
Fue precisamente Jung el que describió este fenomeno al que llamó sincronicidad: es como si el pasado de mi sueño y el presente de mi reencuentro con esta persona se hallaran relacionados por algun tipo de causa oculta. En realidad son eventos atemporales (acausales) en el sentido siguiente: no es que yo soñara antes con esta persona y más tarde me loencontrara en la calle. No hay un antes y un después a pesar de que para mi el sueño es anterior al encuentro en la calle, sino que el sueño y el encuentro son el mismo evento.
Es muy probable que la sincronicidad represente un puente entre mente y materia tal y como sostiene David Peat.
Bibliografía.-
¿Que es la vida? en pdf
Sincronicidad de David Peat por David Peat en pdf