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Moralización y delitos del cuerpo (I)

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Aquellos de mis lectores que leyeron el post anterior ya habrán comprendido a estas horas que “moralización” no es lo mismo que “moralidad”.

La moralidad es una guía, un sistema de valores por así decir que nos sirve de apoyo para la toma de decisiones, algo así como una matriz de creencias, que no es inmutable y en cierta forma constituye un registro de lo más sobornable. Tanto es así que podemos estar seguros de que somos nuestros principales transgresores y que lo hacemos muchas veces en nuestra vida y siempre que nos conviene con mejor o peor suerte en el autoengaño.

Es natural que sea así puesto que la moral surgió no para autocontrolarnos sino para controlar las conductas de los otros. La moral emergió del mismo modo que el chisme para que el grupo detectara y sancionara a los tramposos. La moral es cosa de grupos y no tanto de las personas.

Y si las personas tenemos moral es precisamente porque hemos logrado internalizar las normas del grupo de tal modo que se constituyen en una ventaja evolutiva. La moral no es pues un órgano sino un acatamiento o al menos una aquiescencia.

Ya hablamos de que tanto la sexualidad como la alimentación habían sufrido procesos de moralización, presentes en todas las religiones y en todas las convenciones humanas. Una de las razones que se han esgrimido en este sentido es que la sexualidad individidual es un peligro para la supervivencia del grupo, que precisa de reglas para que estos grupos sean laboriosos, constantes, cohesionados y ordenados. Evidentemente la sexualidad “libre” es un peligro para esta cohesión, las mujeres han de saber quien es el padre de sus hijos y los hombres han de saberse padres de sus hijos para asegurarse que su trabajo no es para beneficio de los genes de otro.

En todas las culturas existe una restricción del deseo individual con respecto a la sexualidad, pero sin duda la alimentación tambien está sometida a grandes restricciones de las que ya hablé en “El dilema del omnívoro”, de modo que ahora voy a ocuparme de la relación que existe entre alimentación y moralización. Y para ello voy a tomar algunos párrafos de este post de Pablo Malo.

Conviene recordar ahora la relación entre Moral y Asco, de la que ya hablamos en la entrada sobre la Psicología del Asco y en la de las Tres Grandes de la Moralidad. El asco es una emoción ligada al código de la divinidad, de ahí que, en culturas donde el código de la divinidad está activo, el asco se convierte en una emoción moral.
El asco tiene que ver con violaciones del código de pureza/ contaminación y por ello está muy relacionada con la moral y con los temas de salud, también. Por lo tanto, la Moralización  puede promover el asco. Por ejemplo, los vegetarianos morales muestran más asco hacia la carne que los vegetarianos por salud. Y aunque nosotros pensemos que en esta sociedad nuestra los códigos de la divinidad no están activos, con la moralización del tabaco vemos un aumento de las respuestas de asco a los cigarros, la cenizas de cigarrillo y a los propios fumadores, con respecto a épocas anteriores.
Incluso se han desarrollado técnicas hipnóticas aversivas (basadas en el asco) para dejar de fumar.
 
No es casualidad que estemos hablando de los vegetarianos para ilustrar el tema de la Moralización. El dominio de la comida y el dominio del sexo muestra una predisposición especial a ser moralizados.
 
En muchas culturas la dieta se liga a la salud y la salud a la moralidad (casi todas las religiones tienen prescripciones dietéticas). Pero también en la historia de la cultura occidental han existido tendencias a ver los aspectos animales/biológicos de la naturaleza humana, y la experiencia de placer como actividades inmorales. Tanto el sexo, como la comida, son fuentes de placer que compartimos con los animales y Rozin siempre ha propuesto que todo lo que nos recuerda nuestra naturaleza animal ( la muerte, el sexo inapropiado, violaciones de los límites corporales…) disparan el asco.
 
Nuestra interacción con la comida implica tomar algo externo y transformarlo en algo propio, convertirlo en nuestro propio yo, y esto explica los fuertes sentimientos con la comida. La creencia mágica “eres lo que comes” está muy extendida en muchas culturas, incluidas la nuestra, y muchos pueblos han creído que comer la carne de un animal implicaba adquirir no solo sus cualidades físicas, sino también morales o intelectuales. En un estudio tan reciente como 1989, los estudiantes universitarios americanos seguían pensando que comer animales nos hace más animales y que las propiedades de los animales ingeridos se transmiten a la persona que los come. También hay que tener en cuenta que la comida se comparte en los humanos y que comer es una actividad pública en la especie humana.
Esto implica una cadena alimentaria en la que intervienen muchas personas y el origen de la comida pasa a ser importante. Ejemplos de ello serían la no aceptación en la tradición hindú de comidas que han entrado en contacto con castas inferiores, el rechazo en la historia europea al azúcar porque se ligaba con la esclavitud, o el repudio actual a comidas que implican matar animales o condiciones o prácticas laborales inmorales. Resumiendo, la comida es una “sustancia biomoral condensada”.
Pero no cabe duda de que el proceso de moralización más importante que ha tenido lugar en nuestro tiempo es el rechazo de la obesidad que ha corrido paralelo a la naturalización (o amoralización de la sexualidad). Estar gordo es sin duda algo “mal visto”, algo inmoral, una especie de vicio (o de enfermedad) que requiere en cualquier caso el arbitrio de una autoridad en la materia. El gordo es identificado como una persona sin voluntad, egoísta y que carece de control sobre sus necesidades, una especie de descontrolado o impulsivo que ha cedido a la gula, un vicio capital que conserva entre nosotros un halo de desprecio.
Algunos autores señalan que existen periodos vulnerables o épocas en las que es más probable que se de el fenómeno de la Moralización. En concreto, los tiempos caóticos, o de crisis cultural, promoverían la Moralización. Se  propone que en tiempos de caos aumenta el deseo de control individual sobre el cuerpo, y que en tiempos de cambio sociopolítico rápido, o de debilidad de las instituciones, el individuo se preocupa de su propio bienestar, se vuelve hacia su interior. Se ha sugerido en este sentido que  el aumento de los trastornos de alimentación en USA implica el deseo de controlar algo ( la comida) en una vida que está mayormente fuera de nuestro control.
Por último, el declive de la religión a mediados del siglo XX coincidió con el auge de la Ciencia moderna y ,en particular, de la Epidemiología. Katz dice que la Epidemiología ha dado lugar a una moralidad secular. Todo el discurso de los factores de riesgo de esta disciplina se ha hecho público y favorece la Moralización, ya que se supone que todos esos factores están bajo nuestro control, como hablábamos en otro post. En cualquier caso, la realidad es que estamos siendo testigos de importantes procesos de moralización en nuestra época, primero con el tabaco, y ahora con la carne o con la obesidad, por ejemplo.
El vegetarianismo es un magnifico ejemplo de moralización (en este caso de la carne), pero el vegetarianismo no es sólo un subproducto de la moralización de la carne animal sino también algo que cae dentro de lo que en el post anterior señalaba como hiperempatía o cerebro femenino extremo.
Si buscáramos una población hiperempática para un trabajo de investigación haríamos bien en decantarnos hacia los vegetarianos o los animalistas. Se trata de personas que defienden los derechos de los animales y que no consumen carne, bien sea por razones morales o por razones sanitarias. este tipo de personas suponen un grupo de población hiperempática y son además un grupo importante de personas que presentan espontáneamente esta identificación con los valores de la vida animal, a veces con tintes ecologistas, otras veces pertenecen a movimientos antivacunas o de lactancia prolongada, pero es obvio que se trata de personas hiperempáticas que sin llegar a la patología representan los extremos de la moralización de algo: su principal preocupación es la moral y la salud.
Entiendo como extremos de este rango de conductas a lo que hoy clasificamos como trastornos alimentarios: anorexia y bulimia.
¿Hay alguna relación entre estas personas o mejor dicho entre estos procesos de moralización y los trastornos alimentarios?
Aqui hay un buen articulo sobre esta cuestión firmado por Bremser y Galluo en donde encuentran algunos soportes para vincular trastornos alimentarios con la hiperempatía, el más conocido de los cuales es el vegetarianismo o veganismo. Lo interesante de esta condición seria que las personas no lo son por que les gusten las verduras sino personas preocupadas por el bienestar de los animales, un rasgo de hiperempatía que complica y mucho la evolución de una anorexia mental  más concretamente complica en 12 veces la malignidad de una anorexia mental.
Dicho de otra manera: aunque no hay un vinculo claro entre vegetarianismo y anorexia mental sabemos que una anoréxica vegetariana tiene mucho peor pronóstico que una anoréxica no vegetariana.
Lo cual no implica causalidad, claro está, solo correlación.
¿Son los trastornos alimentarios enfermedades que proceden de la moralización de la alimentación?
Es algo de lo que hablaré en el próximo post.
Bibliografía.-

Libros recomendados sobre moralización y evolución.

Fallon, A. : “Culture and the mirror: sociocultural determinantes of body image” (1990).Body images: development, deviance and change. Nueva York. Guilford.



Moralización y delitos del cuerpo (II)

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delito

 

Podemos ver que la cultura establece la norma (un cuerpo delgado), la biología individual suministra las razones para sentirse inadecuada (una constitución gruesa), la cultura proporciona el procedimiento aceptable para modificarla (la dieta) y ser mujer proporciona un autoconcepto dependiente del atractivo físico. Todas estas variables influyen en el vigor con que el individuo persigue procedimientos  de modificación del cuerpo. (A. Fallon).

Josep Toro es un psiquiatra español especializado en trastornos del niño y del adolescente y más concretamente uno de los expertos españoles más importantes en los temas de la patología alimentaria. (Aqui hay una entrevista que se publicó en ABC sobre sus opiniones acerca de los cambios que en nuestra sociedad han sufrido los temas de la crianza)

Un tema que se puede ampliar leyendo el libro que preside este post y que supone una puesta al día sobre esa extraña imbricación que existe entre lo biológico, lo psicologico y lo cultural a la hora de explicar la epidemia de casos que vemos hoy en nuestras consultas. Casos de trastornos alimentarios, usualmente anorexia y bulimia una epidemia que afecta sobre todo a las niñas y adolescentes.

Una de las características más importantes que hay que señalar previamente es que esta epidemia nació después de la segunda guerra mundial. Efectivamente la anorexia y la bulimia ya existían en la antigüedad, y el libro de Toro a través de un riguroso recorrido histórico nos va presentando las pruebas, sin embargo el cuadro clínico ha cambiado: en todo caso se trataba de casos aislados y con motivaciones bien distintas a las de hoy. Más abajo me referiré a ciertos hechos que cambian la patoplastia de las enfermedades, No es sólo que las enfermedades cambien con la época pues las épocas por sí mismas no pueden modificar las enfermedades sino que la explicación más razonable es que aparecen nuevas presiones sociales que al actuar sobre síntomas o síndromes preestablecidos modifican su sentido modelando una alienación sobre el sujeto que nos aparece como patología. Es por eso que los enfermos mentales llevaron antes de la etiqueta de enfermedad, el rótulo de “alienados”, pues no saben que están enfermos ni saben que sus síntomas proceden del Si-mismo. Carecen pues de libertad

Uno de los efectos mas señalados de entre todos ha sido la socialización del cuerpo.

arabe

¿Por qué esta mujer es poco probable que tenga anorexia?

UNA PALESTINA ISRAELI ASPIRANTE A "MISS TIERRA", NUEVO TIPO DE MUJER ÁRABE

¿Por qué esta mujer palestina tiene más riesgo de padecer anorexia?

Se trata de un hallazgo ya clásico de Arthur Crisp, las mujeres musulmanas enferman menos de anorexia que las mujeres occidentales pero tienen el mismo riesgo de padecer estas enfermedades si son educadas en entornos occidentales. Lo que resulta protector no es pues la religión sino el concepto de cuerpo, socializado en occidente y privado en los países árabes.

Síntoma, síndrome o trastorno.-

Una de las hipótesis del libro de Toro es que si bien el atracón o el vómito postpandrial o la restricción alimentaria han existido siempre, pero ni uno ni otro síntoma es equivalente a la anorexia o bulimia tal y como la entendemos hoy. Señala por ejemplo, que las restricciones alimentarias eran comunes en ciertas comunidades cristianas medievales por la mortificación del cuerpo que siempre se opuso al espíritu o que el atracón procedente del banquete orgiástico es bien conocido desde la antigüedad.

Se trata en cualquier caso de síntomas sueltos no de trastornos.

Lo que caracteriza el trastorno mental tal y como hoy lo entendemos es que se han añadido algunas cosas más:

En la anorexia mental, hay un horror hacia la obesidad, un rechazo de la gordura además de esa pulsión hacia la inanición, pero es más que obvio que hoy esa pulsión ya no sigue caminos espirituales de renuncia a lo material. Es una pulsión de lo más mundana: se trata de estar delgadas, más que eso: ser la más delgada del grupo. Además se han añadido dos sintomas más: la distorsión del esquema corporal y el malestar o disconformidad con el propio cuerpo.

El vómito de la bulimica es una maniobra compensatoria y alienada. La bulimica no sólo vomita para hacerse sitio en el estomago para volver a comer tal y como hacian los pantagruelicos romanos en sus banquetes sino que el vómito le aparece como algo que le sucede con independencia de si es autoprovocado o no. Además comparte con la anorexia (y por eso hoy consideramos ambos trastornos como primos hermanos y con estados de transición que llamamos bulimarexia) un malestar con el propio cuerpo, una inconformidad, un querer y no poder.

Puesto que a la bulimia le falta lo que a la anoréxica le sobra: disciplina.

Pero a ambos trastornos se enredan en el mismo eje: el rechazo de la gordura. Es como si ser gordo fuera un estigma moral. A eso le llamamos moralización y es por eso que los añadidos culturales modifican la presentación de las enfermedades. La bulimia y la anorexia de hoy no existirían si ser gordo no hubiera pasado a verse como un pecado, como una falta, una mancha o un estigma.

Y no deja de ser curioso que consideremos “lo gordo” como pecaminoso en un entorno donde el pecado ha desaparecido de nuestra concepción del mundo.

¿O será precisamente por eso?

¿Es imposible liberar al hombre sin atarlo a distintos yugos?

Lo veremos en el próximo post.


Lo inalcanzable: el caso Lubitz

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Hace pocas semanas escribí un post llamando la atención sobre el proceso de banalización que había sufrido el concepto de depresión. El publico en general entiende que la depresión es una enfermedad que nos sucede por alguna adversidad, bien sea en la familia, en el trabajo, en nuestro trasiego por la vida. Así, la depresión es un concepto comprensible a diferencia de otras enfermedades mentales como la esquizofrenia que escapan de la comprensibilidad publica.

Pero la verdad es que la banalización del concepto oscurece el hecho de que la melancolía clásica (que hoy llamamos según criterios DSM, trastorno afectivo mayor), es una enfermedad severa, recidivante y que en cierta forma es igual de incomprensible que la esquizofrenia y que se salda frecuentemente con el suicidio de los pacientes que la sufren en una frecuencia tres veces mayor que la población general. Y probablemente no es la misma enfermedad que lo que entendemos como depresiones de “andar por casa”.

Tampoco se entienden algunos crímenes en masa tal y como ya conté en algún post anterior. La gente entiende el crimen motivado por celos, por ideología, por religión, por dinero o por venganza; entienden los atentados terrorristas pero no entienden los crímenes que se llevan a cabo sin ningún motivo aparente como el caso de Kevin del que hablé aquí.

Para un no experto, alguien que no conoce la locura y la alienación que procura, el comportamiento de Lubitz es incomprensible. ¿Si lo que quería era suicidarse porque no hacerlo a solas? ¿Por qué llevarse por delante la vida de 149 personas?

Aplican la logica racional a la decisión de Lubitz y pierden de vista la evidencia principal: Lubitz estaba loco. ¿Pero si estaba loco por qué no se le detectó? ¿Donde está el error?

De todas las opiniones que expertos y otros menos expertos han lanzado a la red respecto al caso del copiloto que estrelló un avión con 149 pasajeros a bordo, tomo como ejemplo de la de un psiquiatra (cuyo nombre no recuerdo) y  que apareció en La Sexta con mucha sensatez y sentido común. Su diagnóstico fue este: se trataba de un suicidio ampliado. Algo que vino a contradecir la opinión del fiscal de Marsella -un ejemplo de transparencia y de saber hacer- que durante su exposición de los hechos cometió un pequeño error: los suicidios se cometen a solas, dijo.

La verdad es que los suicidios se cometen a solas la mayor parte de las veces pero también es cierto que en ocasiones el suicida al estar motivado por ideas apocalípticas, catastróficas, de aniquilación o de ruina sobre el mundo pueden arrastrar a otras personas en esa decisión radical. Muchas personas depresivas que se suicidan amplían el campo de “suicidados” a otras personas, usualmente a sus más queridas. Hijos o esposas. Hablamos entonces de un suicidio, ampliado o altruista según la clasificación de Durkheim.

De manera que no siempre los suicidios se cometen a solas.

Pero este no es un caso de suicidio ampliado sin más.

En este caso, hay un componente que excede esta explicación, puesto que los viajeros del avión no eran siquiera conocidos, no eran familiares, ni había ningún vinculo con el copiloto. De manera que hablar en este caso de un suicidio altruista no encaja demasiado bien con la conceptualización de un suicidio ampliado. Y en eso tiene razón el fiscal de Marsella: no es posible hablar de suicidio sino de homicidio.

Pero el fiscal de Marsella es un jurista y no un psiquiatra. Y en este post me propongo dar mi opinión de psiquiatra y espero apoyar mis argumentos no ya en datos, que van conociéndose poco a poco a través de la prensa, sino en los dinamismos mentales que subyacen a las enfermedades mentales. Trataré asimismo de relacionarlo con otros casos (que comparten algún elemento con este caso) y de ofrecer una explicación comprensible para los no-expertos.

Lo que sabemos de Lubitz.-

1.- Lubitz es un hombre de 28 años, joven y por tanto en una edad de máxima vulnerabilidad a las enfermedades mentales más graves.

2.- Sabemos que tenia un carácter obstinado y perfeccionista. Siempre había querido ser piloto de avión y que ese era su proyecto existencial.

3.- Sabemos que había interrumpido su formación sin motivo aparente. Posteriormente hemos sabido que estaba en tratamiento psiquiátrico y que había sido diagnosticado de una depresión grave, probablemente recurrente. Al menos tuvo un episodio serio.

4.- También sabemos que pasó las pruebas psicotécnicas que los pilotos de avión siguen regularmente para despistar problemas físicos o psíquicos que puedan impedirles el ejercicio de sus funciones.

5.- Sus relaciones afectivas eran escasas y poco duraderas, supimos recientemente que había roto su pareja sentimental, aunque el testimonio más importante que ha surgido hasta el momento es el de una pareja anterior que tal y como dice esta noticia, declara que Lubitz en un arrebato chulesco le dijo: “Algún día todo el mundo sabrá mi nombre”

6.- Al parecer y de la investigación policial hemos sabido que su médico o psiquiatra correspondiente le había extendido hace pocos días la baja laboral que no presentó a su empresa. No sabemos si estaba tomando psicofármacos, pero es probable deducir que si se le prescribieron es probable que no los tomara. Lo que si podemos deducir es que esta enfermedad suponía un serio obstáculo a su carrera como piloto.

Era cuestión de tiempo que la empresa fuera informada de su minusvalía psíquica y le retiraran del empleo. Este punto es muy importante porque la opinión publica sostiene ideas poco realistas sobre los exámenes médicos y la consecuencia de suspensión de funciones en personas que tienen en sus manos la vida y la seguridad de otros. Para empezar la seguridad social se encarga de la asistencia de los pacientes y no mantiene relaciones de vecindad con las empresas concretas, además los médicos estamos obligados a guardar el secreto de nuestros diagnósticos. Dicho de otra forma: el que Lubitz fuera diagnosticado de un trastornos mental no conlleva linealmente que la empresa le apartara de sus funciones.

Otro de los asombros del publico en general es preguntarse ¿cómo no se detectó en esos exámenes obligatorios que la empresa lleva a cabo con sus empleados, la patología severa de Lubitz?

Pues porque se puede mentir en los cuestionarios, siempre que se sepa como disimular. Es verdad que existen escalas para medir los sesgos de falsedad de una persona pero la verdad del asunto es que los cuestionarios psicológicos, sirven para lo que sirven, usualmente despistar patologías gruesas o del carácter o para la investigación pero no para “adivinar” lo que el paciente nos quiera ocultar. Los exámenes de salud mental tal y como están planteados no sirven de nada o de muy poco. La salud mental es postdictiva.

Pero lo cierto es que detectable o no, Lubitz padecía alguna patología mental. Lo sabemos ahora, lo que no significa linealmente que pudiéramos predecirla antes de estrellar el avión. ¿Cual era ésta?

La patología mental de Lubitz.-

Parece demostrado que Lubitz padecía un trastorno afectivo mayor, una melancolía hablando en terminología clásica, pero esta enfermedad por si misma no puede explicar el asesinato de esas 149 personas desconocidas para él, si bien puede explicar su suicidio. ¿Quería Lubitz suicidarse llevándose consigo a esas personas y si asi lo planeó cual fue la razón?

Para responder esa pregunta necesitamos otra explicación, algo que ningún experto se ha planteado de todo lo que he leído. ¿Y si Lubitz padecía no uno sino dos trastornos psiquiátricos, uno conocido y otro sobrevenido?

Para contestar estas preguntas necesito de la colaboración del lector, este ha de leer primero este caso de la psiquiatría clásica: se trata del caso Wagner, un maestro de escuela alemán que cometió uno de los crímenes en masa más estudiados de todas las épocas dado que fue internado en un manicomio durante toda su vida y seguido por el gran psiquiatra Gaupp, que tuvo oportunidad de seguirle durante años. De Wagner hemos aprendido algunas cosas:

1.- Que las enfermedades deben verse de un modo evolutivo -longitudinal- y no de un modo puntual dado que un delirio puede tardar años en aparecer después de un episodio luctuoso como ese, hay que recordar ahora la famosa máxima de Clérambault “cuando el delirio aparece la psicosis es ya antigua”. La aparición del delirio puede inhibir una conducta agresiva, el paso al acto, este parece ser el caso de Wagner.

2.- Que la melancolía y la paranoia, así como la esquizofrenia paranoide representan un continuo y no son tres enfermedades distintas, me adhiero pues a la teoría de la psicosis única de Bartolomé Llopis.

3.- Que un crimen como el cometido por Wagner puede ser llevado a cabo por razones no psicóticas aunque presididos por ciertos axiomas (creencias irreductibles que no admiten demostración) y que mientras unos evolucionan hacia la psicosis, otros se quedan ahí, con un cuadro recortado que podríamos clasificar como una psicopatía.

Dicho de otra manera: que un paciente tenga y sea diagnosticado correctamente de una depresión no excluye la psicosis paranoide o la psicosis delirante en otro momento o lugar. Tal y como le sucedió a Wagner sus crímenes tienen una lógica bien distinta, Wagner asesinó a su mujer y sus hijos por razones bien distintas a los habitantes de Mulhausen a los que asesinó después. Es posible suponer que a su familia la asesinó siguiendo un esquema altruista (para protegerlos del desastre de su linaje) mientras que al resto de los ciudadanos de aquella localidad les asesinó por venganza.

Y también: que la aparición de un delirio protege del paso al acto. Esta parece ser la aportación de Gaupp al caso después de evidenciar durante su internamiento que el paciente mejoró cuando apareció el delirio. No sabemos lo que hubiera sucedido con Lubitz si hubiera comenzado a delirar, lo más probable es que hubiera sido retirado del servicio inmediatamente, pero la evidencia clínica señala en la dirección de que los pacientes mentales peligrosos, lo son más en ese momento en que el delirio aun no se ha construido y el paciente anda buscando un enemigo o un perseguidor, cuando se baten en la trema, es decir en los prodromos de la enfermedad mental, algo muy parecido al aura epiléptica.

La fase de trema es un concepto que ha merecido muy poca atención por la psiquiatría a pesar de ser muy frecuente, en entornos como Urgencias. También conocida como humor delirante se supone que es el avance de un episodio psicótico bien recortado (si se detiene ahí) o bien evolutivo desarrollando toda la parafernalia de la esquizofrenia. Fue precisamente Klaus Konrad el psiquiatra que describió estas fases de la esquizofrenia y precisamente lo hizo a través de un caso seminal: el caso del soldado Rainer.

Rainer era un soldado raso que aspiraba a ser cabo en el ejercito alemán de la II guerra mundial, pero no pudo acceder al examen de cabo por no tener el Bachiller. Ese fue el desencadenante de su psicosis y ese es el caso que Konrad describe (junto a otros) en su libro: “La esquizofrenia incipiente” del que ya hablé aqui.

Konrad rechaza la idea de la incomprensibilidad de la esquizofrenia si bien admite que no es posible esperar una curación psicoterapéutica de la misma;  niega que sea imposible su comprensibilidad; también rechaza la idea psicoanalítica de que la esquizofrenia depende de factores estresantes precoces vividos en la primera infancia. Aporta datos descriptivos más que concluyentes sobre la evidencia de que la esquizofrenia no depende de la crianza sino de una frustración relacionada con un proyecto de vida, el fracaso de la tarea de vivir, ¿pues qué es la vida sino un quehacer constante?.

Es curioso que la mayor parte de sus casos fueran soldados o cabos (tropa) que veian frustradas sus ambiciones de ascenso durante la guerra. Konrad especula con la idea de que el sujeto persigue algo que sabe inalcanzable y que precisamente esta imposibilidad de materializar tal deseo es pronto sustituido -merced a la idealización- por la irrenunciabilidad al proyecto.

Lo inalcanzable se funde con lo irrenunciable.

¿No es precisamente esto lo que le sucedió a Lubitz? ¿No fue precisamente esa depresión la que se interpuso entre su proyecto de vida y la realidad?

Lubitz sabia que no llegaría nunca a ser piloto de avión.

Cuando algo nos resulta inalcanzable, surgen dos posibilidades, una es la normal: se renuncia a ello y el individuo queda libre para renovarse a sí mismo, pero hay otra maniobra francamente patológica al oponer y confrontar lo inalcanzable con lo irrenunciable, entonces suceden cosas curiosas en la mente humana dado que nos encontramos en un conflicto de figura-fondo,  en un conflicto de trasposición: el resultado suele ser que ese algo que se desea se vuelva irresistible. Ya no hay vuelta atrás, el individuo ha forzado de tal modo su deseo que destruye todo su anterior campo de intereses, donde se hallaba el Mundo y el Tú,  forzando tal deseo y empujándolo hacia el centro, hacia el foco de su atención tal y como conté en este post donde hablé del “Ruido del Yo” y de la hiperreflexividad como condimento común a los ciudadanos que comparten una misma cutlura, intereses, anhelos e ideales.

Es entonces cuando el individuo se rompe y se psicotiza. la depresión se ha fundido con la paranoia o la psicosis y si sigue evolucionando con la esquizofrenia.

Pero aun nos queda una ultima pregunta que responder: ¿Por qué Lubitz no pudo renunciar a su proyecto de vida sabiendo que su salud mental no se lo permitía?

La respuesta está en la declaración de su ex-pareja, esa que cuenta que Lubitz pensaba hacerse famoso y que algún día todo el mundo hablaría de él.

Aunque en el lenguaje coloquial “ser el centro del mundo” ya forma parte de nuestra manera de definir a aquellas personas que mantienen -sobre sí mismos- opiniones sobrevaloradas o que tienden a la autoimportancia, la experiencia narcisistica nada tiene que ver (salvo en su radicalidad) con eso que llamamos “egocentrismo” y que observamos en las personas comunes o en los neuróticos con cierto tipo de personalidad.

Lo importante es comprender ahora que mientras la depresión nos impulsa a abandonar algo que estamos haciendo o que deseamos hacer, el narcisismo es una instancia antiempírica que nos impulsa a conseguir obstinadamente aquello que hacemos o deseamos hacer.

Conclusiones.-

Lubitz quería ser piloto, pero su depresión le impidió llevar a cabo su proyecto de vida y su narcisismo le impidió renunciar a ese proyecto. La fusión de su concepto de inalcanzabilidad y de irrenuncialidad le llevó a romperse mentalmente al ponerse de parte de su grandiosidad narcisista. Así estalló una psicosis minor (en forma probablemente de trema) sin deliirio y fue construyendo un plan que en principio aparece como incomprensible (como siempre sucede en los episodios de trema). Y en este plan no cabe duda de que existe una venganza contra Lufthansa, la empresa que acabaría con toda seguridad oponiéndose a su proyecto.

Bibliografía.-

Klaus Konrad. “La esquizofrenia incipiente”. Fundacion Archivos de neurobiología. Madrid 1997.

Saber más sobre el narcisismo


Lo inefable, la hiperia y el kindling

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Es un requiebro tan suave el que pasa entre el alma y Dios que pido a su Bondad lo de a probar a quien pensare que miento (Teresa de Jesus)

” Es imposible comunicar una experiencia a alguien que no ha tenido la experiencia. Tratar de comunicar la experiencia de esquí de montaña abajo es imposible para alguien que nunca ha estado en esquís. Tratar de comunicar la experiencia de ser en el amor cuando le pasa a la gente que nunca han conocido de esta experiencia es inútil. No se puede hacer. Puedes hablar sólo por analogía. Para un sistema de símbolos mitológico el trabajo debe estar operando en el campo de una comunidad de personas que han tenido esencialmente análogas experiencias; de lo contrario, nada está pasando allí.” (Joseph Campbell)

Kindling

Esta semana santa ha habido una novedad en la programación de RTVE. Por fin han renunciado a Ben-Hur y es por eso que algunos nos hemos sentido abandonados al tiempo que liberados de tan gozosa experiencia. Pero han pasado dos cosas interesantes. La primera de ellas es que se ha hablado mucho del caso Lubitz que ha despertado muchísimo interés entre el personal, tanto es así que mi post anterior ha tenido un record de visitas (casi 10.000 en toda la semana santa) así como un montón de comentarios de esos que vale la pena leer y donde uno vuelve a reconciliarse con el talento colectivo.

Pero a cambio de la ausencia de Ben-Hur hemos podido volver a ver una serie sobre la vida de Santa Teresa de Jesus, protagonizada por la gran Concha Velasco, una de las dos grandes Conchas de España, la otra es la Piquer.

Se trata de una serie que si bien es algo lenta y abusa de las escenas de caballerías y viajes es sin embargo una serie muy bien hecha donde los españoles podemos reconocer el talento de la mística de Avila, una mujer de una pieza que nos enseñó a todos, aquello de que el talento literario, las proezas de la acción y la vida contemplativa pueden resumirse en una vida, una vida de santa claro está.

Pero para mi el hallazgo de esta semana santa procede de un tercer hallazgo acabalgado entre ambos: el descubrimiento de un colega. Más concretamente de un colega de León llamado Javier Alvarez. Un experto en temas de misticismo y también de fenómenos llamémosles por ahora, inusuales de conciencia, también conocidos como ENOCs de los que hablé aquí.

Legué a conocer a Alvarez a través de una colega madrileña que a raíz de algún comentario en mi post anterior me puso en la pista de sus ideas más importantes.

Se trata de la idea de hiperia.

La misma palabra nos echa un poco para atrás porque a pesar de lo que pueda resonar como significado, la hiperia (término que propone Alvarez) no es una anomalía, ni una patología sino una función psíquica. ¿Pero porque no nombrarla con el nombre de kindling (encendido) siendo como es precisamente un fenómeno bioeléctrico que consiste en el disparo hipersincrono de múltiples unidades neuronales?

El kindling del que hablé aqui es efectivamente un concepto difícil de pillar. Se trata del efecto acumulativo que llevan a cabo ciertos grupos de neuronas a través de disparos subumbrales, algo así como las gotas que van colmando el vaso hasta que se produce el efecto de hiperia, esto es el derramamiento de excitabilidad.

QUÉ ES EL KINDLING

Kindling puede ser traducido como encendido o más bien como sensibilización o sea lo contrario de la habituación. Se trata de una hallazgo de Goddard que buscaba un modelo animal de epilepsia para el laboratorio, trabajando con ratas y varias especies animales descubrió que las repetidas señales electricas subconvulsivas podian operar a medio y largo plazo de forma acumulativa y disparar una convulsión. Una vez establecida este nuevo umbral ya no era necesario seguir estimulando al animal que quedaba asi convertido en epiléptico, es decir tenia convulsiones en ausencia de los estimulos.

El kindling puede establecerse mediantes descargas subconvulsivas electricas pero tambien con sustancias quimicas (picrotoxina, lidocaina, etc) y tambien – y de ahi su interés en la patologia humana- mediante experiencias ansiógenas o eventos estresantes. Un evento estresante cualquiera (en una personalidad vulnerable) puede encender el mecanismo que después irá incrementándose en la evolución del individuo y más tarde independizándose del sistema haciendose automático (caótico en cuanto a desordenado pero previsible). El kindling se estableció como un modelo explicativo de muchas enfermedades mentales sobre todo para el trastorno de pánico, la dependencia al alcohol, y la cocaina, asi como un modelo perfecto para estudiar las oscilaciones del humor del trastorno bipolar y tambien los trastornos de personalidad interictales de la epilepsia, o la adicción al alcohol.

Si bien no se ha podido demostrar que el kindling animal (que siempre es posible objetivar por sus huellas en el EEG) sea el mismo fenómeno que se encuentra implicito en la evolución de un trastorno afectivo, es coherente desde el punto de vista explicativo invocar un modelo kindling-like para explicar las oscilaciones del humor. Sabemos sin embargo que los medicamentos antiepilépticos tienen propiedades como normotimicos pero tambien sabemos que aunque algunos de esta familia los tienen, el efecto anticonvulsivo es distinto al efecto normotimico. Tambien sabemos que algunos medicamentos, como los barbituricos, el diazepan, el clonacepan o las hidantoinas que son anticonvulsivantes carecen de efecto normotimico alguno, mientras que otros como se comportan como anticonvulsivantes y normotimicos. Otros por fin son normotimicos pero carecen de toda acción anticonvulsivante como el litio.

Por otra parte el agente inductor del kindling no es siempre el agente quimico o electrico sino muchas veces la ausencia del mismo. Por ejemplo en el alcoholismo es la abstinencia la que genera el kindling y tambien las convulsiones, mientras que en la dependencia a la cocaina es la cocaina misma la que provoca el efecto kindling pero no por sus efectos psicoestimulantes sino por sus efectos anestésicos. En las oscilaciones del humor lo que tiene importancia es la frecuencia de la ciclación, asi en los cicladores rapidos podemos afirmar que tienen más riesgo de hacer más fases, brotes y hospitalizaciones que aquellos que tienen pocos brotes lo que es coherente con la masa critica que es necesaria para convertir un sistema predecible y causal en otro aperiódico o caótico.

El tratamiento de estas disregulaciones del humor por tanto vendría de la mano de aquellos medicamentos que tratan de llevar al sistema a sus condiciones iniciales, es decir de aquellos que tratan de reducir las oscilaciones del humor y que probablemente también tuvieran acción en la epilepsia verdadera, una enfermedad que desde el orden natural produce nuevos equilibrios en los sistemas desacoplados, como tambien lo hace el ECT (electrochoque). Esto es realmente algo paradójico porque sabemos que la ECT eleva el umbral anticonvulsivo y es además una opción terapeutica nada desdeñable para desacoplar un sistema oscilante. Los fármacos antikindling, que poseen efecto normotimico tienen también propiedades anticonvulsivantes. El primero que se estudió fue la carbamazepina que demostró no solo su efecto antimaníaco sino también su efecto protector en las recurrencias maniacas y disfóricas del trastorno bipolar pero que carece de acción en la prevención de la depresión, sin embargo posee indicaciones en la epilepsia temporal y en los trastornos de personalidad interictales tanto de las personalidades epilépticas como en otras, además es de elección en los sindromes de abstienencia alcohólica porque previene las complicaciones psiquiatricas de la misma. Una acción que volvió a repetirse con el valproato (antimaniaco y preventivo de las recurrencias maniacas sin acción en las recurrencias depresivas). Más tarde el Topiramato otro fármaco antikindling demostró su acción sobre las ingestas compulsivas y el comportamiento del peso (otro parámetro caótico en ciertas enfermedades) al tiempo que demostraba eficacia en el tratamiento de la epilepsia, no fue, sin embargo, capaz de demostrar ninguna eficacia en el tratamiento de las fases maníacas, ni preventivo en las fases depresivas o maniacas. Por último la lamotrigina tiene el efecto inverso a los anteriormente citados, es un buen antidepresivo por si mismo y previene por tanto las fases depresivas de los ciclos afectivos, pero carece de acción antimaníaca y de acción preventiva en las oscilaciones maníacas del trastorno bipolar.

Hiperia es pues algo relacionado con el kindling y también con la excesividad, como si un grupo de neuronas se hubieran vuelto locas y se distrajeran disparando sus mensajes eléctricos todas a un tiempo de forma simultánea y sincrónica. 

Algo que sin duda tiene que ver con el aprendizaje, pues no es así como aprendemos? ¿No es precisamente a través de estas neuronas que se reclutan unas a otras, la forma en que aprendemos algo sobre algo?

Efectivamente, esta hiperia es precisamente un mecanismo fisiológico que representa la forma en que las neuronas se activan unas a otras para aprender algo y que guardan memoria de ese día en el que salieron juntas de copas.

Hasta tal punto que Baudry (Baudry, 1986) un celebre epileptólogo ha dejado escrito que “la epilepsia sería el efecto secundario o el peaje de nuestra capacidad para aprender”.

Todas estas ideas apuntan hacia el hecho de que la epilepsia seria la forma patológica (la enfermedad) de algo que en otro nivel está operando como un recurso neurofisiológico. Y que este recurso (la hiperia) seria el denominador común de múltiples estados mentales y también de la epilepsia propiamente dicha.

La epilepsia sería pues el puente de unión entre el cerebro y la mente. Una pista para perseguir algunas cuestiones que tienen que ver con la enfermedad mental y no sólo con ella sino también con ciertos estados mentales paroxísticos de los que me propongo hablar en el próximo post centrándome sobre todo en la imageneria y en el desgarro interior de Santa Teresa.

Bibliografia.-

Javier Alvarez: El éxtasis sin fe.

BAUDRY, M.: “Long-Term Potentiation and Kindling: Similar Biochemical Mechanisms?” En: DELGADO-ESCUETA, A. et al. (Eds.): Basic Mechanisms of the Epilepsies, Raven Press, New York, 1986, 401


Santa Teresa: el kindling y el misticismo.

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jamison

Ahora que ya sabemos qué es el kindling, sobre todo aquellos de ustedes que hayan leido el post anterior, vamos a ver el caso concreto de Santa Teresa.

Para lo cual y para no repetir mis argumentos ruego al lector que lea este post donde hablé de los antecedentes personales de la santa, a la vez que me alineo entre aquellos especialistas que piensan que los estados extáticos o místicos no son exactamente iguales a los estados patológicos que se ven a veces en las enfermedades mentales, si bien tienen algo en común.

Son muchos los autores que han buceado en la idea sobre si la creatividad, el arte, las invenciones, la literatura, la ciencia en general, en cualquier caso el genio creador tiene algo que ver con los dinamismos que a veces encontramos en la locura. Escribí hace tiempo un post y este otro sobre esta cuestión y del mismo modo apelé a unas ciertas diferencias entre los estados místico-noéticos y la enfermedad mental. La idea fundamental que resuelve esta paradoja es que la enfermedad seria el resultado extremo de un fisiología de base que en mi anterior post nombré como hiperia.

Pero lo cierto es que las enfermedades mentales son devastadoras y empobrecen tanto el psíquismo del que la padece que la paradoja – a pesar de las similitudes y las concomitancias- procede de este hecho: ¿Cómo es posible que creatividad y locura participen de un mecanismo común? ¿Significa eso que todas las personas creativas están locas? ¿Y si es así por qué esto no se cumple salvo en una minoría de casos? ¿Por qué Aristoteles  e Hipócrates identificaban melancolía y genio?

Shelling, Van Gogh, Dovstoiesky, Blake, Walt Whitman, San Pablo de Tarso, Hidegarda de Bingen, Schumann, Edgar Allan Poe, Virgina Wolf, Silvia Plath, Emily Dickinson, Rimbaud, Holderlin, Syd Barret, Socrates, Joyce, Dalí y tantos y tantos lograron hacer coexistir un talento prodigioso con su locura, fuera esta maniaco-depresiva, alcoholismo o esquizofrenia. Reformadores religiosos, artistas plásticos, poetas o músicos en los que su genio parece andar sobre los lomos de su locura.

Pero justo al lado aparecen otros genios sin ni pizca de excentricidad: Bach, Picasso, Cervantes, Shakespeare, Lorca, Velazquez, Goethe, Aristoteles, Paul Mc Cartney, Wagner, Mahler y tantos otros, la mayoría.

Se trata pues de datos contradictorios, a veces parece que la locura es condición y otras veces parece que no. Y sabemos que además, siempre es un handicap.

Una mujer, Kay R. Jamison que era doctora en literatura se hizo psiquiatra para saber más sobre sí misma que padecía un trastorno bipolar. Se trata de una de las más reputadas expertas mundiales en trastorno bipolar y extendió el estudio de Andreasen sobre genios creadores pero lo circunscribió a los poetas. Sus conclusiones son las mismas, existe una relación entre la creatividad poética y la posibilidad de padecer una enfermedad de este tipo y además existe un acúmulo familiar que indica que la creatividad y la enfermedad comparten algo en el fenotipo, hoy sabemos que se transmiten a través de distintos genes pero que existe un segmento de encuentro o solapamiento entre ambos fenómenos en el fenotipo.

Algo parecido se ha replicado con musicos de Jazz.

Y además de todo eso existe la impresión de que la creatividad artística (plástica, musical, poética o literaria) no es el mismo fenómeno ni acontece en el mismo tipo de personalidades que ostentan niveles de excelencia científica. Probablemente el pensamiento lateral y el aspecto transgresor del artista -necesario para ir contra corriente e inventar algo nuevo- es negativo para la mente cientifica que debe apoyarse siempre en lo comprobable. Probablemente ambos ámbitos de creatividad tengan rasgos en común como la curiosidad, el fuerte sentido de identidad o la intuición, pero los buenos poetas resultan malos cientificos y probablemente tambien es cierto lo contrario excepto en contados casos de combinaciones de polimorfismos poco frecuentes.

La conclusión:

La creatividad y las enfermedades del espectro afectivo comparten algo, ¿pero qué es?

Lo cierto es que la pregunta debería extenderse un poco más y llegar hasta esa enfermedad puente entre el cerebro y la mente, me refiero a la epilepsia, a la que pienso dedicar mi próxima entrada para contarle al lector las relaciones que existen entre las enfermedades mentales y la epilepsia.

Lo que comparten es algo comicial. Y comicial es algo ligado a los comicios (ir juntos), es decir la hora de la verdad, donde las encuestas ya no valen y hay que hacer recuento en las urnas y tomar decisiones.

La enfermedad de Santa Teresa.-

A Santa Teresa se la ha diagnosticado de casi todo, no sólo de depresión, catatonia (Novoa Santos) o histeria por el mismísimo Charcot sino sobre todo de epilepsia. Para algunos autores sus estados de éxtasis, alucinatorios y sobrecogimientos (que ella llama “arrobamientos”) eran sobre todo un subproducto de su epilepsia o dicho de otro modo: se trataba de fenómenos patológicos.

Pero no todos los autores médicos que han revisado su vida han llegado a un acuerdo sobre estos fenómenos tan bien descrito en “El libro de su vida”. En lo que parece haber un acuerdo es que Santa Teresa estuvo en coma durante tres días a causa de una meningo-encefalitis de probable etiología brucelósica (fiebre de Malta) que le dejó tanto secuelas cardiacas (una pericarditis) junto a otras secuelas neurológicas. Pero de lo que podemos estar seguros es de que su coma no fue un coma histérico, según Senra Varela porque:

Se trató de un estado de coma y jamás un ataque de histeria por varias razones:
1)Se mordió la lengua al inicio, lo cual nunca le sucedería a una histérica.
2)Le pusieron durante esos cuatro días la cera derretida en los párpados, sin que ella la sintiera por ser un coma profundo, con la finalidad de amortajarla y de saber si estaba muerta.
3) Se inició un fuego accidental en su cama, por caída de un velón encendido, y el humo fue percibido en el otro extremo de la casa, ella lo supo a posteriori. Si fuese histérica no habría calles suficientes en Ávila para su huida.
4) Hablaban delante de ella de enterrarla, sin miedo a que se enterase, con la oposición de su Padre que entendía de pulsos.
5) Le rezaban en sus proximidades el credo y otras oraciones de moribundos,sin que ella se enterase. (Senra Varela).
Dicho de otro modo su epilepsia de haber existido fue secundaria a esta meningo-encefalitis y no una enfermedad primaria. de tal forma que tales convulsiones no volvieron a presentársele aunque si una polineuritis posterior a este coma, tal y como dice Senra Varela:
Esta es la única posibilidad diagnóstica incontrovertible: Convulsiones, coma profundo, encogida como un ovillo y polineuritis motora y sensitiva, fiebre intermitente de bajo perfil; los demás diagnósticos que se le han atribuido son elucubraciones carentes de  fundamento científico.
Los arrobamientos.-
·”Veíale en sus manos un dardo de oro largo y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas; al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me parecía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay que desear que se quite ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico a su Bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento”. (Santa Teresa de Avila: “El libro de su vida”)
Nótese que esta descripción es una alucinación visual hablando en términos psicopatológicos y está acompañada además de sensaciones cenestésicas “un requiebro tan suave”, “abrasada”, “era grande el dolor”, un estado disociativo donde la santa parece levitar y con acompañamiento noético, es decir que proporciona un concomiento sobre algo.. Sin embargo este fenómeno siendo como es anormal en el sentido de poco frecuente no es patológico en sí mismo. Las alucinaciones visuales suelen presentarse en ciertos casos de abstinenecia a drogas (sobre todo alcohol) pero no forman parte de ninguna enfermedad mental grave. Sin embargo las alucinaciones visuales, olfativas o cenestésicas sobre todo cuando se dan en forma paroxísticas son frecuentes en la epilepsia temporal.
La descripción del paroxismo, del rapto de lo que acaece sin esperarlo.
“Acá las más veces ningún remedio hay, sino que muchas veces sin prevenir el pensamiento ni ayuda alguna viene un ímpetu tan acelerado y fuerte, que veis y sentís levantarse esa nube o esa águila caudalosa y cogeros con sus alas”.
Una especie de abducción.
¿Pero entonces que relación hay entre la epilepsia y estos paroxismos visual-cenestésicos?
Es un rapto, una fascinación, un paroxismo noético o una captura icónica. Es eso que es imposible de trasmitir salvo con analogías..
Antes de contestar a esta pregunta me gustaria recordar que los paroxismos pueden ser sensoriales pero también cognitivos, pueden afectar a la memoria (dejà vu o jamais vu). a la afectividad (estados de júbilo o de felicidad) De tal manera que para que el lector vaya haciendo boca le propongo que lea algo de estas experiencias que llamé Eso.
Y es eso porque no tiene nombre, es inefable.
Bibliografia.-

Lo robusto y lo grácil

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craneosevoluc

La teoria de la autodomesticación es una teoria evolucionista propuesta por Richard Wrangam  y que viene a decir que los humanos hemos ido recorriendo un camino morfologico muy profundo que abarca miles de años, y de hecho nos define como homínidos “gráciles”, en comparación con nuestros antepasados “robustos”.

Se trata de algo relacionado con la neotenia y la gracilización de los esqueletos y que incluye un craneo más pequeño y un cerebro menor, junto con ciertos rasgos como la delgadez,la piel blanca y otros rasgos que infantilizan y feminizan nuestros cuerpos a la vez que afecta tambien a otros rasgos conductuales como la agresividad.

Steven Pinker es el autor que más ha llamado la atención sobre esta perdida de agresividad de los humanos actuales en su libro “Los angeles que llevamos dentro”.y que presenta una serie de datos polémicos y contradictorios con la intuición que tenemos todos de que vivimos en un mundo muy violento. Lo cierto es que estamos mejor informados, pero los homicidios no paran de disminuir en todo occidente desde 1800 y ese es un dato que no admite discusión. La verdad puede ser muy antiintuitiva.

¿Pero quién domesticó a los humanos? ¿Fueron acaso los extraterrestres?

El lector puede visionar este video donde el propio Wrangam nos cuenta (en inglés) como la autodomesticación es la regla entre mamiferos y entre nosotros los hominidos.

“El sindrome de domesticación sería el responsable evolutivo de seleccionar nuevos rasgos en mamíferos, siendo la reducción de la agresión uno de los más apreciables, con la disminución aparejada en los niveles de stress o miedo. Muy significativamente, la domesticación humana selecciona una reducción muy considerable de la violencia “reactiva” (violencia familiar, riñas y altercados dentro del propio grupo, etc) en los machos, pero favorece el aumento de la violencia “proactiva”, que implica la organización de coaliciones agresivas cada vez más sofisticadas entre grupos. En cierto modo esta distinción resuelve una controversia histórica: Rousseau tenía razón en cuanto a la violencia “reactiva”, que es realmente menos natural en el hombre, pero Hobbes estaba en lo cierto en cuanto a la “proactiva”.

Resulta sorprendente que, descendiendo de homínidos “robustos”, todos las poblaciones humanas “modernas”, de África a Australia, hayan experimentado un proceso de gracilización relativamente homogéneo en un tiempo evolutivo tan escaso.

Parece que los humanos modernos no reemplazaron simplemente a los robustos, como sugerían las versiones preliminares de la teoría de la “out of África“, sino que fueron los mismos robustos los que se hicieron gráciles. “Tomado de este post “.

Algo que plantea una interesante paradoja evolutiva. ¿Por qué la selección natural privilegió cerebros pequeños, musculaturas gráciles, rostros aniñados y perdida de la tosquedad facial,  pieles más blancas, gusto por el juego y retardo de la maduración si estos rasgos son desventajosos para la supervivencia?

Quizá la fuerza y la agresividad fueran ventajosas para los cazadores recolectores, pero cuando los hombres se agruparon en comunidades más grandes al final de la Edad de Hielo (los análisis genéticos dicen que la expansión de la población en tres continentes fue anterior a la agricultura), los humanos necesitaron tranquilizarse y mantener la cabeza más fría a la hora de convivir. Los humanos que fueron capaces de cooperar en comunidades más pacíficas se reprodujeron más y dejaron más descendencia.

En cualquier caso nos es necesario apelar a otro concepto no genético sometido tambien a las leyes de las fuerzas evolutivas. La evolución no solo opera en los genes sino tambien a través de fuerzas simbólicas y culturales. En este sentido Bednarik propone el concepto de “nicho ecológico” para ilustrar la idea de que los hombres no solo estuvieron sometidos a la presión de sus nichos geograficos sino que fueron modificando sus rasgos en función de las necesidades que iban emergiendo de esos mismos nichos. No es lo mismo una sociedad selvática, que otra pastoral, ni una sociedad agíicola con excedentes asegurados que la vida nómada del cazador-recolector. No es lo mismo una cultura fluvial que una cultura desértica o con el suelo cubierto de hielo durante todo el año.

Se trata de una idea que ya habian emitido antes Jablonka y Lamb cuando hablan de evolución en 4 dimensiones.

La idea de que una especie posea un rasgo determinado lleva consigo la idea de que este rasgo debe tener cierto soporte hereditario que lo transmita de generación en generación. Desde hace poco se está empezando a dejar atrás el error de pensar que el soporte es exclusivamente genético. Sin embargo, se está estableciendo la idea de que existen otras formas de transmisión hereditaria. Según Eva Jablonka y Marion Lamb, existen otras tres vías de evolución además de la genética: la vía epigenética, la vía conductual y la vía simbólica [Así, los rasgos no son genéticos o adquiridos, o genéticos al X% y adquiridos al (100-X)%, sino el resultado la interacción continua de dos tipos de información, la genética y la del entorno, donde el entorno se compone del entorno de cada célula del organismo (epigenético), el entorno del embrión, y el hábitat y el entorno social.

Otro aspecto interesante y relacionado con lo anterior es el concepto que Robert Frost llama, la pacificación genética. Muy resumidamente significa que dado que la agresividad y otros rasgos de la personalidad relacionados con el crimen tienen un componente genético y hereditario, y que el Estado ha ejecutado/encarcelado sistemáticamente a los elementos más proclives al crimen durante siglos, (perjudicando así a su éxito reproductivo), ha habido un proceso de “pacificación genética” por el que los humanos hoy somos menos violentos. No cabe ninguna duda de que la agresividad tiene un origen genético, el más conocido es el alelo del gen MAO A. Lo que hace especialmente peligroso a este gen no es el gen en si mismo sino los promoteres del mismo.

Un promotor es un trozo de ADN que por ser ADN está sometido a las mismas leyes genéticas que el ADN convencional. Dependiendo del número de repeticiones de este alelo el individuo será más o menos violento. Dos repeticiones representan el modo pacifico, mientras que tres o cuatro repeticiones están mucho más representadas en poblaciones de criminales. Lo que se oculta por ser políticamente incorrecto es que este numero de repeticiones vinculado a la violencia está más representado en unas razas que en otras. Y naturalmente el gen MAO A no es incompatible con otros alelos que seguramente nos faltan por conocer.

Sea como fuere, los humanos se domesticaron a sí mismos como antes habian hecho con el tomate, el pimiento , el perro  o las vacas. Se trata en todos estos casos de selección artificial.

La gracilización de las creencias corre pareja a la gracilización morfológica y está emparentada con el tema de la moralización. No hay moralización sin efectos secundarios, todos los preceptos morales tienen algun inconveniente (Diderot) y muchas veces incluso pueden llegar a los extremos de la patologización de las conductas. Existen victimas de la moralización.

No es de extrañar que ciertas culturas se opongan de una manera “robusta” a la “gracilización” que les propone occidente, en temas “gráciles como “los derechos humanos, “derechos de la mujer”, “derecho a la vida”, “prohibición de la pena de muerte” “libertad de elección sexual y sexo fácil”, “aborto libre como un derecho de la mujer”, etc. Existe una resistencia “armada” a la penetraicón de estas ideas, y es el islamismo radical el representante politico actual de esta resistencia.

A este respecto dice Frost:

La mayoría de los inmigrantes musulmanes vienen de sociedades donde el Estado ha pacificado las relaciones sociales sólo en tiempos recientes, y donde los hombres aún ven la violencia como un medio legítimo y aún necesario para promover los intereses personales, para defenderse a sí mismos y a sus familias, y para adquirir tierras, bienes e incluso mujeres. La violencia es limitada no sólo por el estado sino por un equilibrio de terror, la amenaza de represalias por parte de la víctima y su parentela.

La combatividad masculina es particularmente fuerte en sociedades pastorales más allá del control estatal. No es gratuito que hayan proporcionado algunos de los mejores hombres combatientes…

Los valores democráticos que imperan en occidente son pues valores gráciles que nos incumben evolutivamente a nosotros pero no necesariamente a todos los ciudadanos del mundo.

Pues todas las sociedades no han evolucionado del mismo modo y el sindrome de domesticación no se ha implantado de igual modo en todas las culturas. La idea de Dios y los castigos ejemplares que esperan algunos individuos pertenecientes a ciertas religiones no tiene nada que ver con el Dios cristiano que es un Dios grácil, todo amor y perdón.

Más que eso, incluso en nuestras pulcras sociedades occidentales existe un rechazo frontal a la feminización de nuestra cultura, algo que viene siendo conocido como “machismo” y que de alguna forma reproduce la guerra entre lo robusto y lo grácil.

Bibliografia.-

El cerebro domesticado

Robert Bednarik 2012. Los origenes de la modernidad humana.

Robert Frost y la pacificación genetica.

La domesticación del misterio


La enfermedad sagrada (I)

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epilepsia

La epilepsia es probablemente la enfermedad más conocida -a juzgar por los documentos escritos que nos han legado sus observadores- y también la mas misteriosa según esos mismos documentos. La razón de su misterio procede de su carácter paroxístico, y su presentación inesperada y brutal que sobrecoge al espectador de tal manera que tradicionalmente se pensaba que el individuo epiléptico había sido “raptado” por una extraña fuerza que se suponía próxima a la divinidad.

De ahí el nombre de enfermedad sagrada.

Hasta que Hipócrates no enunció su celebre aforismo en el que declaraba que “todas las enfermedades tienen un origen natural”, la causa de la epilepsia fue interpretada como una especie de sortilegio, de una especie de dialogo entre los dioses y los elegidos por ellos para ser sometidos a sus designios. Y lo cierto es que la epilepsia aun hoy se nos presenta como una enfermedad insólita.

Y lo es por varias razones:

1.- El enfermo epiléptico es una persona aparentemente normal (con algunos rasgos de personalidad críticos), una normalidad que solo es perturbada por el ataque. Un ataque durante el cual el sujeto pierde el tono muscular y cae al suelo, pierde la conciencia y es sometido a una tormenta muscular en forma de contracciones tónicas primero y clónicas después. Al cabo de algunos minutos el individuo recupera la conciencia y no recuerda lo que pasó.

2.- Es una enfermedad insólita porque a menos de que el individuo se haga daño al caer, nadie muere por su causa. se trata de una enfermedad crónica que puede comprometer más o menos la vida corriente pero no es una enfermedad mortal si no hay complicaciones.

3.- El epiléptico suele tener un carácter especial, una religiosidad profunda, un erotismo excesivo y una tendencia a la cabezonería que ha recibido varios nombres en medicina y no vale la pena recordar aquí.

Pero el mayor misterio que rodea a esta enfermedad es este: donde ha ido el individuo cuando es “raptado” en lo que pareciera ser un sueño y que a diferencia del sueño procura una tempestad de movimientos dramática junto con una amnesia del episodio. ¿Quien o qué ha raptado al sujeto?¿Donde se lo llevó?

Aun hoy no sabemos cual es la causa de la epilepsia, aunque sabemos algunas cosas sobre ella: La epilepsia es una descarga hipersíncrona que se generaliza de un grupo neuronal a otro, de tal forma que grandes ondas secuestran los potenciales de acción de otras neuronas y que generalizan la descarga a todo el cerebro. El ataque epiléptico es una descarga eléctrica de carácter espontáneo, algo así como un seismo.

Vale la pena recordar ahora que la característica principal de nuestro cerebro es que funciona desincronizado, con actividad aquí y allá según la tarea que andemos desempeñando y que la hipersincronía neuronal es un fenómeno epiléptico con convulsiones o sin ellas. A este fenómeno le ha llamado Javier Alvarez hiperia de la que ya hablé aqui. La novedad es que para Alvarez la hiperia no sería patológica en sí misma.

La primera cosa que sabemos es que hay dos clases de epilepsias, las primarias o idiopáticas y las secundarias.

En medicina “idiopático” es lo mismo que decir “causa desconocida”, esta es la epilepsia que nos interesa ahora, porque el resto de epilepsias son secundarias es decir sintomáticas a una enfermedad cerebral, sea tóxica, infecciosa o traumática.

Pero hay más: no todas las formas de epilepsia poseen crisis generalizadas con perdida de conciencia y convulsiones tónico-clónicas. Algunas de ellas son formas recortadas, lo que es lo mismo que decir que estos ataques o raptos no llevan consigo todo el cortejo sintomático de la epilepsia clásica (gran mal) sino que se manifiestan de otra forma: usualmente a través de episodios paroxísticos de poca duración en los que predominan los síntomas psíquicos.

Dicho de otra manera: la epilepsia y las enfermedades mentales están de alguna manera relacionadas o al menos ciertas formas de epilepsia reproducen sintomas de otras enfermedades, en este caso mentales.

Las relaciones entre la epilepsia y la enfermedad mental.-

Cuando yo era joven apenas había neurólogos en nuestro país y la asistencia ambulatoria que prestaba el Insalud de entonces era a través de consultas de Neuropsiquiatría. Los especialistas de estas consultas éramos casi siempre psiquiatras debido a la escasez de neurólogos (que solían trabajar en entornos hospitalarios). de manera que las epilepsias las tratábamos nosotros los psiquiatras hasta que la Neurología y la Psiquiatría se separaron definitivamente (una desgracia para la medicina).

Entonces y ahora el EEG era el único instrumento que teníamos a nuestra disposición para diagnosticar una epilepsia. EL EEG y la clínica claro, pero la clínica de la epilepsia siempre se mostró esquiva cuando no era un ataque en toda regla. El EEG es un instrumento de diagnostico bastante tosco porque solo recoge el voltaje cerebral a través de la calota craneal de modo que solo puede registrar la actividad eléctrica mas gruesa, la más evidente. Es así como diagosticábamos (y se diagnostica aun le epilepsia) si hay clínica y el EEG es positivo entonces está justificado dar anticonvulsivantes. ¿Pero qué sucede si había clínica pero el EEG era inespecífico o negativo?

En aquella época todavía había muchas personas diagnosticadas de epilepsia que no lo eran. Los falsos positivos eran más frecuentes que los negativos, por una razón fundamental: equivocarse en un falso negativo era peor que equivocarse en un falso positivo. Existían convulsiones que eran dudosamente epilépticas pues estaban influídas por las emociones, por la luz intermitente, o bien eran demasiado aparatosas para ser orgánicas si bien la linea roja que separaba lo histérico (funcional) de lo orgánico nunca estivo del todo clara. Parecía haber un terreno de nadie donde los dos diagnósticos podían coexistir. La histero-epilepsia era una etiqueta que permitía establecer los dos diagnósticos, pero lo más sorprendente es que los antiepilépticos mejoraban a estas personas fueran epilépticas verdaderas o no.

Lo cierto es que epilepsia (convulsiones verdaderas) e histeria (pseudoconvulsiones) han coexistido siempre mostrándose muy resistentes al diagnóstico diferencial. Un diagnóstico que para nosotros en aquella época era esencial a fin de instaurar un tratamiento que en el caso de la epilepsia es de por vida.

Pero no es solo con la gran histeria que la epillepsia mantiene relaciones de parentesco. Es por eso que se han descrito las psicosis epilépticas, una entidad clinica que es la gran extraviada de la Neuropsiquiatría. Este es un ejemplo muy claro de cómo las conceptualizaciones que hacemos de las enfermedades influyen en las clasificaciones y en lo observable, algo que sucede desde que se separaron las especialidades de Neurología y Psiquiatría: las psicosis epilépticas han desaparecido de los manuales (igual que por cierto sucedió con la histeria). Pero haberlas haylas.

La normalización forzada de Landolt.-

  • Landolt en 1950 publicó un articulo donde describía a ciertos pacientes que tenían epilepsia y que se psicotizaron cuando sus crisis se controlaron. Definió la NORMALIZACION FORZADA así: “Es el fenómeno caracterizado por el hecho de que con la conversión a un estado psicótico el Electroencefalograma se hace más normal o enteramente normal, cuando es comparado a electroencefalogramas previos”. La normalización forzada era considerado un fenómeno electroencefalográfico. .
  • Tellenbach (1965) describió la contrapartida clínica de la normalización forzada, que él llamó PSICOSIS ALTERNATIVA: pacientes que se psicotizaban cuando sus crisis se ponían bajo control y su psicosis se resolvía cuando reaparecían las crisis epilépticas.

Observaciones clásicas que dieron lugar a la idea de que epilepsia y psicosis eran fenómenos opuestos, algo que dio lugar a una serie de tratamientos que pretendieron curar las psicosis y fundamentalmente a esquizofrenia provocando convulsiones.

El primero que se atrevió con ello fue Von Meduna. De lo que se trataba era de provocar convulsiones en un paciente esquizofrénico con el fin de mejorar su sintomatología psicotica. Se hizo con  insulina, cafeína, malarioterapia (Von Jauregg) y con corrientes eléctricas (Cerletti y Bini), hoy conocidas como electrochoque. El resultado de todas estas técnicas es aun mal conocido por su alta letalidad. Von Jauregg que obtuvo el premio nobel por su malarioterapia no tuvo todo el éxito que pretendía pues la mitad de sus pacientes morían, si bien es cierto que el resto parecía mejorar. Al final todas estas técnicas se proscribieron por sus efectos secundarios y sus riesgos, y la idea de que las convulsiones mejoran las psicosis no ha llegado a establecerse como una evidencia medica.

Lo cierto es que cuando menos estos tratamientos son inciertos, tanto que hoy la TEC (terapia electroconsulsiva) tiene una serie de indicaciones concretas. La depresión melancólica que no responde a los tratamientos convencionales, la manía aguda donde no sea conveniente el uso de fármacos (por ejemplo en una paciente embarazada), pero ha dejado de usarse como tratamiento antipsicótico general.

¿Pero qué tiene que ver la depresión con la epilepsia?

¿Es que también la depresión o la manía tienen algún parentesco por la epilepsia?

Seguiremos en el próximo post.

Saber más sobre Psicosis y epilepsia.

Histeria y epilepsia: pueden ver este post sobre “La mujer temblorosa”, basado en un libro de Siri Huvsted. Aqui la segunda parte.


La enfermedad sagrada (y II)

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Vimos en el post anterior algunas cuestiones de interés relativas a la relación entre los fenómenos epilépticos y los fenómenos psicóticos. También vimos que epilepsia y psicosis eran en parte enfermedades opuestas y vimos el mecanismo de la normalización forzada de Landolt pero aun nos quedan por señalar otras similitudes que esbocé en mi anterior post: me refiero a las relaciones entre epilepsia y trastorno bipolar.

Lo cierto es que el trastorno bipolar se considera hoy en psiquiatría una enfermedad (una entidad discreta) separada del resto de las psicosis aunque en psiquiatría hay una larga tradición de intuiciones en relación a que el trastorno bipolar y la esquizofrenia (y aun la paranoia) son primas hermanas, tanto más cuando que vamos conociendo mejor la epidemiología y la genética de ambas enfermedades.

El trastorno bipolar es una enfermedad de las emociones, de los afectos, mientras que la esquizofrenia es mas una enfermedad de los pensamientos, pero ambas patologias comparten buena parte de sus síntomas, es por eso que incluso se han descrito otras enfermedades a medio camino entre ambas: el trastorno esquizoafectivo, ni para mi ni para ti.

Pero lo más sorprendente de todo es que los fármacos anticonvulsivantes como la carbamacepina, el valproato, o el clonacepan, van bien tanto para la epilepsia como para el tratamiento y prevención de las recurrencias afectivas (maniacas o depresivas). No deja de resultar asombroso que mientras la psiquiatría considera ambas entidades (trastorno bipolar y epilepsia) como enfermedades separadas, los tratamientos que mejor funcionan en ambas patologías sean los mismos.

Paradójico resulta sin embargo que estos fármacos no sean útiles en la esquizofrenia donde los antipsicóticos mantienen aun hoy la esperanza de una vida mejor en una patología tan maligna como la esquizofrenia. Como curiosidad diré que los antipsicóticos disminuyen el umbral convulsivo, es decir pueden provocar convulsiones, el que más la clozapina, el que menos el aripripazol . Son por tanto epilptógenos en potencia, igual que ciertas drogas, el alcohol o la supresión de benzodiacepinas.

Con los antidepresivos sucede cosas igualmente asombrosas, no sólo son utiles en la depresión, sino tambien en el pánico y en el TOC, más concretamente los serotoninérgicos son utiles en el trastorno de pánico y el TOC, y uriosamente elevan el umbral convulsivo. (Usted mismo puede comprobar la dificultad para alcanzar el orgasmo si está tomando esos ISRS), pues el orgasmo es eso: una convulsión.

Caso especial merecen las psicosis marginales o psicosis cicloides descritas por Karl Kleist y que tambien han desaparecido de los manuales psiquiátricos aunque permanecen enclaustradas en los DSMs bajo rubros exóticos donde parece que toda la riqueza psicopatologica de sus descriptores se haya perdido por completo. Conceptualizadas por unos como formas esquizofrenicas y por otros como trastornos bipolares encubiertos, lo cierto es que su relación con la epilepsia fue sospechada por sus descriptores: Asi Leonard describe tres subtipos, siempre con una evolución fásica:

1. La psicosis de la motilidad, caracterizada por presentar fases de hipercinesia y/o hipocinesia que puede llegar a la acinesia, y que se encuentra al margen de la esquizofrenia no sistemática denominada “catatonía periódica de Gjessing”. En ésta última se encuentran crisis hipercinéticas muy particulares por sus rasgos paracinéticos (gran angulosidad y entrecortamiento motor) y crisis acinéticas sobre las que persiste un fragmento de agitación iterativa localizada, incluyendo verbigeraciones y ecolalias sobre un fondo de estupor.

2. La psicosis ansioso-extática o de angustia-felicidad, caracterizada por el compromiso tímico que se produce sintomatológicamente como el agrado del éxtasis ligado a vivencias de inspiración y/o el desagrado de la angustia paranoide con actividad ilusorio-alucinatoria y temor al propio asesinato. Esta forma se encuentra al margen de la esquizofrenia no sistemática denominada “parafrenia afectiva”, caracterizada por un delirio crónico que va desde la configuración paranoica exaltada o persecutoria hasta los estadios finales tan cargados de afecto como en la paranoia misma.

3. La tercera PC, es la psicosis confusional excitado-inhibida caracterizada por fases de excitación en donde prevalece una verborrea incoherente, y fases de inhibición que puede llegar hasta el estupor perplejo. La P. conf. se encuentra al margen de la esquizofrenia no sistemática denominada “catafasia” (esquizofasia), que presenta formas excitadas con una logorrea incoherente, afectividad y actividad pragmática conservadas y formas inhibidas que pueden llegar hasta el mutismo.

En resumen y aunque para Kleist  las psicosis marginales, son cuadros clínicos independientes del trastorno bipolar y la esquizofrenia y suelen clasificarse como “atípicas” lo cierto es que podríamos estar hablando de una misma etiología que se manifiesta con distintos fenotipos según el módulo cerebral comprometido, si es cognitivo el paciente presentará mas síntomas de esquizofrenia y si el módulo afectado es límbico serán los afectos los más comprometidos y aparecerán en forma de ciclogénesis.

Y luego están -claro está- las psicosis epilépticas que se clasifican dependiendo de qué clase de manifestaciones aparecen en la clínica: unas veces como manifestaciones ictales, es decir en lugar de ataques completos habría una serie de fenómenos parciales que pueden ser objetivados como psicóticos pero también oniroides, mientras que en otras ocasiones las manifestaciones serian interictales: el paciente desarrollaría una psicosis entre ataque y ataque. Es aqui precisamente donde Landolt describió su “normalización forzada”: las crisis pondrian fin a un desarrollo psicótico.

Estas coincidencias apuntan hacia algo: que es posible que exista un nexo común entre la epilepsia y las enfermedades mentales, mejor dicho que la epileptogénesis sea en realidad el mecanismo que comparten buena parte de las enfermedades mentales y otros estados mentales no patológicos.

Un ejemplo de estos estados no patológicos es el éxtasis.

El éxtasis es un estado inusual de conciencia, una experiencia mental de goce, claridad, lucidez y felicidad que dura muy poco tiempo, en este sentido es paroxística y nos coge por sorpresa y se vive de una forma pasiva, se trata pues de un rapto, de una experiencia de júbilo que podríamos denominar como una experiencia de captura, “arrobamientos” les llamaba Santa Teresa, y Javier Alvarez propone llamarles “hiperia”. En realidad el lector avezado ya se habrá dado cuenta de que las experiencias de éxtasis pueden darse también en ciertas psicosis, como las que más arriba describía como “psicosis marginales” de Kleist, pero existe una diferencia en las psicosis descritas por Kleist y los éxtasis misticos por ejemplo:

  • Las personas que presentan fenómenos místicos o extáticos carecen del rencor y de la hostilidad que parece presidir la emergencia de los fenomenos paranoides de tipo psicótico.
  • Los contenidos extáticos o místicos contienen experiencias de conocimiento mientras que las experiencias psicóticas rara vez presentan contenidos elevados alimentándose basicamente de conceptos extravagantes o estereotipados.
  • La lucidez, la comprensión y el júbilo con los que se manifiestan los estados de éxtasis contrastan con los sentimientos de horror y de embotamiento que se dan en las psicosis.
  • La experiencia fundamental en el éxtasis es la felicidad mientras que en la experiencia psicótica es de perplejidad y de autoreferencia.
  • Las alucinaciones -de existir- son predominantemente visuales en la experiencia de éxtasis o visionarias y acústicas en la esquizofrenia.

Dicho de otra manera, los fenomenos extáticos no son una psicosis pero pueden compartir con ciertas psicosis algunos contenidos. Todo parece indicar que el fenomeno extático es como una psicosis recortada a la que le falta algo, usualmente la parte negativa de la experiencia, el miedo, la rabia, las alucinaciones aterradoras, las ideas de perjuicio o de persecución, lo apocaliptico, las experiencias desgarradoras o atormentadas etc. Lo que le falta al fenómeno extático es pues la parte desagradable de las psicosis, aunque con ciertas excepciones como las experiencias de Simone Weil, experiencias depresivas reconvertidas en metafísica..

Y la duración es probablemente el vector más importante: su duración es corta, como un paroxismo y no induce conductas o pensamientos delirantes posteriores. Seria algo asi como una micropsicosis benévola donde el individuo no termina bifurcando su mundo y construyendo una alternativa imaginaria, es como si se recobrara bien pronto la normalidad y el sujeto volviera -despues de todo- a sus quehaceres habituales.

Como un ataque epiléptico pero sin epilepsia.

Epileptogénesis y epilepsia.-

Hay ciertas evidencias de que la epileptogénesis y la epilepsia que conocemos en la patología humana no son la misma cosa. Los epileptólogos hablan de crisis ictales (a la epilepsia como enfermedad) e interictales a la epileptogénesis como fenómeno fisiológico. En realidad la epleptogénesis es un fenómeno asociado al aprendizaje y que se lleva a cabo a través de lo que Jackson llamo hipersincronía neuronal.

La hipersincronía es un fenómeno absolutamente normal que es absolutamente indispensable para la consolidación de los recuerdos, es por eso que durante el sueño aparecen salvas de neuronas hipersincrónicas que tienen como función consolidar recuerdos y memorias a largo plazo. Se trata del sueño REM.

Dormirse es desincronizar el cerebro que trabaja en un ritmo alfa durante la vigilia y ponerlo a funcionar en una frecuencia más baja (3 Hz más o menos que corresponde al sueño profundo). En este enlace hay una buena descripción de las fases del sueño.

La pregunta es ésta. ¿Si dormir es desindronizar nuestra actividad cerebral, qué necesidad tenemos durante el sueño de volver a resincronizar nuestras ondas cerebrales para tener una sueño REM?

Parece ser que el sueño REM es fundamental para nuestra salud. En un ya celebre experimento financiado por un laboratorio con intereses en la venta de hipnóticos se demostró que la privación global de sueño terminaba con la salud mental de los sujetos experimentales, algo que se producía de igual manera si lo que se deprivaba no era toda la arquitectura del sueño sino simplemente el sueño REM.

En este sentido sabemos que lo importante del dormir no está en todos los segmentos del sueño por igual sino que depende sobre todo de la fase REM del sueño.

Dormimos pues para soñar.

Y soñamos para abstraer realidades, para crearlas, o para inventarlas, no es de extrañar pues es en el sueño cuando aparecen hiperideas, hiperimágenes, hipermnesias, hipermúsica, etc.

Y no cabe ninguna duda de que los sueños son en algunas personas momentos esenciales de inspiración como el sueño de Kekulé. Soñar es pues una actividad epileptogénica que llevamos a cabo todos los días y que sin embargo nada tiene que ver con la epilepsia como enfermedad.

Del mismo modo existen intrusiones de la fase REM del sueño tras el despertar es por eso que existe ese fenómeno llamado “parálisis del sueño” y el sonambulismo.

Fenómenos hipéricos al decir de Javier Alvarez, fenómenos excesivos de hipersincronía neuronal.



Drácula y la psiquiatría

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Sesión de metaformación del pasado día 24 de Abril del 2015 a cargo de Mihaela Dalae en el Consorcio Hospitalario de Castellón.

Video 1.-

Video 2.-


El principio de Nirvana

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Estaba oyendo a Alan Parsons en “Freudiana” cuando caÍ en la cuenta de que en la obertura no se habla del principio del placer sino del principio de Nirvana. Y claro, me puse a escarbar en las diferencias entre ambas concepciones. Es obvio que lo que entendemos como placer (o recompensa cerebral) no es el mismo concepto que el Nirvana, que en cualquier caso es la ausencia tanto del dolor como del placer, un estado en el que por fin hemos desaparecido del todo después de navegar por distintas reencarnaciones, de modo que el tema me pareció lo suficiente sugerente como para escribir este post.

Definir el Nirvana es bastante complicado porque existen varias versiones de lo mismo según procedan de la tradición hinduísta, búdica o incluso la psicoanalítica.

De manera que lo mejor que podemos hacer para entender este concepto metafísico, es recurrir a la etimología: Nirvana significa apagado.

Y deberemos recurrir a una definición negativa, qué no es el Nirvana (según la wiki)

No es la existencia común a la que está sujeto el ser humano.

No tiene principio ni fin (no se encuentra dentro del tiempo medible).

No se puede generar o fabricar.

No tiene dualidad, por lo que no puede ser descrito con palabras.

No es un estado subjetivo de conciencia.

No está condicionado a nada o por nada.

No es ningún tipo de desarrollo o conversión.

No tiene partes o etapas que se puedan distinguir unas de otras.

Por otra parte y según la psicoanalista Barbara Low (recogido en el diccionario de Laplanche) el Principio de Nirvana seria:

“Término propuesto por Bárbara Low y recogido por Freud para designar la tendencia del aparato psíquico a reducir a cero o, por lo menos, a disminuir lo más posible en sí mismo toda cantidad de excitación de origen externo o interno”.

Otra vez la idea del apagado, la reducción a cero. Es decir la muerte verdadera, la muerte total con desaparición de cualquier actividad mental.

Algo así propuso Freud con su concepto pulsión de muerte (Tanathos) en la que la repetición seria su oficina abierta en el mundo sensible, su franquicia principal, una muerte parcial. En el lado contrario el desapego seria la solución para este dilema de continuas repeticiones.

Un mapeo del inconsciente.-

Eduard Von Hartmann fue un filósofo alemán que vivió durante el siglo XIX hasta 1902. El concepto de inconsciente se le atribuye a Freud equivocadamente pues fue Von Hartmann el primero en hablar del mismo. Para Hartmann el inconsciente es el principio metafísico fundamental, una idea bastante cercana al concepto espiritual de Nirvana del que estamos hablando. Dicho de otra manera: el Nirvana es el inconsciente, solo que el inconsciente no es algo fisico ni unitario, ni un órgano del cerebro al que se le pueda meter el dedo. El inconsciente es por definición aquello que nos vuelve. Algo parecido a una energía, un continuo despliegue de recuerdos y de haces de sentimientos, imágenes, sonidos y emociones. Algo que se manifiesta sobre todo en los sueños, en la vida fantasmática y más allá de eso, en nuestro carácter, nuestras creencias y nuestra manera de vivir. Dicho de otra manera, el inconsciente vive en nuestras palabras, pensamientos, y conductas si bien existen algunas diferencias en sus manifestaciones según una u otra plataforma de expresión.

No cabe duda de que Freud tomó prestados algunos de los conceptos que Hartmann describe en su “Filosofia del inconsciente” sobre todo en aquellos que consideran al inconsciente como deseo y sinrazón. En el inconsciente no rigen las leyes de la lógica de la consciencia sino una especie de “si o si” que es el lado contrario de las leyes de la contradicción, de la negación y del tiempo. El inconsciente es pues un Absoluto, una especie de Nirvana. donde lo que está en juego es esa tendencia a la reducción a cero, una tendencia a la indiferenciación con el ambiente que llamamos entropia u orden absoluto. Pulsión de muerte según Freud.

Lo que ocurre es que no nos morimos de golpe. significa que ese despliegue de potencialidades de disipación a la que tiende el Nirvana, no ocurre todo de una vez. De ahi la repetición, repetir es la forma mental de vivir varias vidas, de reencarnarnos y de ascender en esa supuesta pirámide de vidas jerarquizadas desde lo más simple hasta lo más complejo, un ascenso. Varias vidas y varias muertes en una sola existencia.

Un ejemplo de la vida cotidiana.-

Hace unos días una amiga mía divorciada me contó un sueño que no comprendía. El sueño repetía una situación ya vivida por ella anteriormente: volvía con su anterior marido. El sueño se desarrollaba en una atmósfera de perplejidad dado que ella no pretende “ni muerta” volver con él y se extrañaba del contenido de su sueño que para ella resultaba inexplicable. Más aun cuando en él, ella estaba contenta y muy feliz, hasta “se volvia a casar con él y todo”. Todo lo contrario a lo que sucede en su vida consciente.

Ella me dijo: “se que algo significará” y se equivocaba, el sueño de volver con su marido como cualquier otro sueño no significa nada pero está para ella “lleno de sentido” pues la apela a si misma en lo más profundo de su ser. Pues -siguiendo a Hartmann el ser es el inconsciente y sin inconsciente no habría Ser.

¿Qué es lo que vuelve en este sueño?

Lo que vuelve es aquello que no está simbolizado, es decir aquello que no se ha resuelto por decirlo en términos coloquiales. Más concretamente lo que vuelve es su deseo irrazonable de volver con su marido anterior, pero es irrazonable sólo en tanto en cuanto ella misma ya no es la misma que fue cuando se enamoró de él. Pero a diferencia de la mente que sueña el sueño es atemporal. Es otra mujer, aquella ya murió.

Pero no murió del todo, el Nirvana no se ha consumado y lo que vuelve es ese resto de “la mujer que fue”, esa muerta-viva que anida en el inconsciente y que reclama manifestarse en lo simbólico.

Usualmente es el orgullo el obstáculo principal que impide encarnar a esos muertos que ya no somos. Al fin y al cabo -y por las razones que fuesen- fue el marido quien la abandonó y aquel rencor quedó como indiferencia y al decir de ella “ni muerta vuelvo con él”.

Es necesario pues dejarla morir del todo y que se cumpla lo nirvánico.

Dejarle ir y desprenderse del todo.

Y que no vuelva, ni siquiera disfrazado de otro.


¿Qué entendemos como ayuda a la familia?

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No cabe ninguna duda de que España es el país que menos ayudas a la familia recibe tal y como podemos ver en el gráfico anterior. Algunos ven precisamente en eso la causa de que las mujeres españolas tengan tan pocos niños. ¿Quién se atrevería en meterse en todo este tema de la crianza de hijos sin unas buenas agarraderas públicas?

La proporción de hijos/mujer ha de llegar a ser de 2,6 para asegurar el reemplazo generacional pertinente, muy lejos del 1,4 de media en la mujer española. Según estos índices la política demográfica en Europa va hacia el colapso.

Se trata pues de un problema de estado ausente en los programas electorales de todos los partidos. Una ausencia bien elocuente.

Recientemente en “Informe semanal de RTVE” se llevó a cabo un reportaje sobre esta cuestión que se relaciona dramáticamente con otros fenómenos: la inmigración, la vivienda, los horarios de trabajo, etc. Todo parece estar relacionado con todo y de ello se deriva una conclusión: las mujeres no tienen hijos porque tener hijos es muy caro y el Estado no da ayudas suficientes. Dicho de otra manera: sin subsidios no hay niños.

Lo interesante de este informe es que se está pensando en un tipo muy concreto de mujer cuando pone el acento en el tema de la “conciliación”, al parecer si hubiera más conciliación -dicen algunos expertos- las mujeres se animarían a tener más hijos.

Pero lo cierto es que las mujeres que tienen un buen empleo o una carrera profesional que atender son una minoría. ¿Qué es lo que piensan esa gran mayoría de mujeres que trabajan por obligación?

Cuando se habla de estos temas suele ponerse el acento en estas otras soluciones:

  • Más guarderías y gratuitas.
  • Horarios laborales flexibles y a la carta.
  • Subsidios por cada hijo (cheque-bebé).
  • Ventajas fiscales a la familia, etc.

No deja de ser curioso que todo este paquete de medidas esté relacionado y destinado a conseguir que las mujeres trabajen al tiempo que se benefician de estas medidas. Es como si el trabajo de la mujer (fuera de casa) fuera algo sagrado que hubiera que preservar a toda costa.

¿Pero qué pasa con las mujeres que no trabajan?¿O que están en paro? O que han decidido dejar de trabajar para atender a sus familias?

Qué es un ama de casa.-

No cabe duda de que un ama de casa es una entidad poco deseable en el imaginario “progresista” actual. Las mujeres quieren trabajar, ya lo estoy oyendo, por aquello de la igualdad. ¿Pero qué sucedería si un partido político propusiera una renta similar al salario mínimo interprofesional para estas amas de casa?.

¿No hay ya un partido que propuso una renta universal a cambio de no hacer nada?

Yo propondría una renta de ama de casa pues es precisamente el ama de casa una de las ocupaciones con mayor retorno social , mucho más que un parado. Paradójicamente las amas de casa no pueden cotizar ni recibir una pensión a pesar de que son el eje vertebrador de la sociedad. Antes de protestar, pensad en como usaís a vuestras mamás. de no ser por las abuelas, la mayor parte de mujeres no podrían trabajar. Ellas se han liberado gracias a esclavizar a las abuelas.

Dicho de otro modo: la liberación de la mujer en España es posible gracias a la cohesión familiar de nuestra cultura, sin ella ninguna mujer se atrevería ni con el primero.

Un ama a de casa es una economista a escala, una enfermera, una monitora educativa, una acompañante de la tercera edad, una cocinera, una hilandera, un fontanero, una limpiadora. Dicho de otra manera un trabajador multitarea que mantiene vivo ese fuego que llamamos hogar y que no recibe a cambio de eso nada del Estado.

Un ama de casa es un intangible que no sale en los presupuestos del Estado pero que es el soporte de la sociedad.

Ni los subsidios, por hijo, ni las guarderías gratuitas -esos antros que tanto se parecen a las instituciones totales que Goffman describió- ni las deducciones fiscales por sí mismas procuran el mismo beneficio social que un ama de casa criando y educando hijos.

Cualquier política de familia ha de poner el punto de mira en un aumento de la demografía y no en facilitar el trabajo de las mujeres, no sea que esa facilitación -como es previsible- no se traduzca en un crecimiento de la población infantil.

Las abuelas ya están demasiado explotadas.

Las guarderias son lugares insalubres


¿Por qué hay tant@s singles?

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sola

A las mujeres de hoy no les pasa como a este personaje del cuadro de Hoper. Más vale estar sola que mal acompañada.

Si usted es española, mujer, atractiva, inteligente, tiene un buen trabajo, vive sola y está -por así decir emancipada- tiene muchas probabilidades de no encontrar pareja, entiéndase pareja a largo plazo, claro. Por el contrario si su atractivo y su inteligencia son medios, no tiene una carrera que desarrollar y económicamente no ha logrado emanciparse las probabilidades de encontrar pareja son más altas que en el caso anterior.

¿Cual es la razón de esto?

El cálculo matrimonial.-

Leyendo este articulo me enteré de algunas cosas que sólo intuía y aunque el citado articulo se refiere sobre todo a la sociedad norteamericana que poco se parece a la nuestra europea, lo cierto es que llevando a cabo ciertas correcciones, sus conclusiones son aplicables a nuestro país.

En nuestro país es aplicable el primer párrafo que preside este post. Hay muchas mujeres que están solas a pesar de ser atractivas y competentes. ¿Por qué se da este fenómeno? ¿Es que los hombres no las prefieren así? ¿No buscan los hombres mujeres competentes para emparejarse a largo plazo?

Algunas verdades que se desprenden del citado articulo:

1.-El cociente de sexos (que haya más hombres o mujeres) cambia por completo el valor del matrimonio (y el del sexo).

2.-En 1960 había 139 hombres empleados por cada 100 mujeres solteras. Hoy son 91 (en USA.

3.-El 80% de las mujeres no se casaría con un hombre en paro.

4.-Si hay pocos hombres, las mujeres esperan menos de ellos, se casan menos y se hacen más independientes.

5.-Cuando hay más hombres que mujeres los matrimonios se mantienen más y se invierte más en los hijos.

6.-Cuando hay más mujeres que hombres los hombres se vuelven más vagos, infieles y tratan peor a las mujeres.

7.- (En USA) Las únicas mujeres cuya tasa de matrimonio no ha bajado es el 10% de mujeres con más ingresos (las más independientes).

8.-(En USA) Mujeres con más dinero y educación se divorcian menos que las mujeres trabajadoras.

Como puede observarse los datos son contradictorios y en parte paradójicos, probablemente porque en USA el divorcio no se vive como aquí (como un fracaso) sino que forma parte de las expectativas racionales de la población. Seria interesante conocer el dato de cuantas mujeres españolas solas están divorciadas (es decir ya han pasado por la experiencia matrimonial) y cuantos matrimonios acumulan esas mujeres americanas que dicen preferir el matrimonio ¿el último?.

La conclusión provisional que extraigo de lo leído y lo observado por mi en la sociedad actual es que la variable critica está en parte en los hombres y en parte en las mujeres, es decir en sus expectativas y también en la precariedad o exceso de oferta. Y no es por tanto una causa única sino un fenómeno multicausal y en cierta forma cultural.

Causas atribuibles a los hombres.-

1.- Hay pocos hombres disponibles y no me refiero al número en bruto de una sociedad cualquiera sino a la precariedad relacionada con el valor de pareja. El mercado sexual está presidido por la precariedad, es decir hay pocos hombres con el suficiente atractivo para atraer a estas mujeres guapas, inteligentes y emancipadas. Tal y como dice George Buss:

“El conflicto procede de la escasez de oportunidades sexuales y reproductivas, de la inadecuación de las parejas o por decirlo en sus propias palabras: la escasez de compañeros deseables y valiosos”.

El valor de pareja es un término de la psicología evolucionista  que no gusta demasiado a la gente en general que rechaza el termino al hacerlo equivalente al de precio. Valor no es igual a precio pero incluso en términos evolutivos la palabra “valor” no coincide con nuestra interpretación actual, valor se refiere al valor de fitness, se trata de un valor que se mide en puntos evolutivos no en logros sociales o económicos.

Usted puede vivir 100 años con buena salud, puede ser poseedor de un magnifico cerebro y haber tenido éxito en su vida profesional pero si no se reproduce, todas esos éxitos van a perderse en el limbo de los justos. El fitness es un concepto etológico de importancia capital pues combina la supervivencia con la reproducción, el fitness es por definición inclusivo, sin sobrevivir no hay reproducción pero sin reproducción la supervivencia es superflua.

Lo cierto es que el valor de pareja no se distribuye uniformemente. Contrariamente a los anhelos de igualdad, todas las personas simplemente no son equivalentes en la moneda de la calidad de pareja. Algunos son extremadamente valiosos, fértiles, saludables, sexualmente atractivos, ricos en recursos, agradables y capaces de brindar con generosidad sus prestaciones. En el otro extremo de la distribución están los menos afortunados, tal vez menos saludables, con menos recursos materiales, o con rasgos de personalidad indeseables tales como la agresividad o la inestabilidad emocional que causan grandes perjuicios a las relaciones y a la calidad de vida. Por no hablar de enfermedades graves, invalidantes o enfermedades adictivas, tan frecuentes como el alcoholismo.

2.- La emancipación de la mujer ha dejado a los hombres desorientados con respecto a qué se espera de ellos en una relación a largo plazo. Al dejar de ser el sostén familiar muchos hombres se encuentran desorientados con respecto a su rol protector de familias y proles. Para un hombre el paso de hijo a marido es demasiado alto para saltarlo solo de un brinco. Es por eso que la mayor parte de hombres solteros convivan o dependan de alguna manera de su familia de origen al contrario que las mujeres.

3.- El sexo fácil es otra de las variables que inciden en el colapso de las relaciones de pareja a largo plazo. He dicho fácil y no libre. En realidad el sexo no es libre sino que se encuentra regulado por las mismas leyes del emparejamiento según las urgencias bien diferentes entre hombres y mujeres. Los hombres solteros tienen tan fácil el acceso al sexo como las mujeres pero sin embargo los hombres no suelen poner pega alguna al “one night stand” y tampoco son muy exigentes en la elección de una pareja a corto plazo. La promiscuidad masculina es superior a la femenina.

4.- La mayor parte de los hombres solteros que conozco son muy inmaduros, lo que significa que mantienen gustos infantiles en sus preferencias de ocio o de diversión,  y pocas ganas de comprometerse con nadie que impida u obstaculice esas tendencias recreativas. Ni el sexo (fácil) ni el dinero (ya no hay dinero de la pareja propiamente dicho) parecen ya importarles demasiado. Compartir gastos no es tener un patrimonio común y sin esa experiencia de “ir en el mismo barco” (que eran los bienes gananciales) la mayor parte de las parejas son incapaces de construir un relato acerca de un futuro compartido.

Causas atribuibles a las mujeres.-

1.- No cabe ninguna duda de que la educación mixta y no segregada ha favorecido más a las mujeres que a los hombres, y no sabemos a ciencia cierta si esta educación mixta les ha perjudicado de alguna manera (a ellos). No son solo las diferentes edades de maduración en ambos sexos los que favorecen un despliegue de mayores rendimientos en ellas, sino que la orientación de la educación favorece las condiciones mentales de las mujeres, la disciplina, la persistencia, la memorística y la docilidad no parecen favorecer la progresión académica de los niños en general. Hoy las mujeres son mayoría en casi todas las carreras universitarias siendo las de perfiles asistenciales las mayormente preferidas por ellas (enfermería, medicina, profesora, psicología, etc). El lector interesado en este tema puede visitar el post que llamé “La paradoja noruega”.

2.- Las mujeres de hoy, al menos el sector (féminas alfa) que más arriba me permitió reflexionar en este post, no se parecen en nada a sus madres que por regla general no tuvieron oportunidad de plantearse si podían o no decidir sobre un matrimonio más o menos conveniente. La variable critica es la posibilidad de disociar sexo y reproducción. Desde que la mujer controla la descendencia de los hombres ha conseguido parecerse más y más a los hombres salvo en una cuestión: no les gusta el sexo tanto como a nosotros,  ni necesitan variedad ni cambio, pero aun así nada le impide practicar el sexo con sucesivas parejas sin miedo a embarazos o compromisos extemporáneos. Los grados de libertad han aumentado y con ellos la incertidumbre.

3.- Por lo tanto se han hecho más exigentes, lo que buscan las mujeres de este estatus son compañeros a la carta con los que compartir una vida apasionante en donde se comparten aficiones (nos gusta a los dos el submarinismo), bailar, ir de viaje, etc. El matrimonio se ha convertido en una especie de “pareja de baile” donde los gustos de la mujer acaban por imponerse a los del hombre, y como todo el mundo sabe niños y niñas no suelen jugar juntos porque no les gustan ni se divierten con los mismos juegos. Ya ni siquiera es necesario plantearse el tener hijos. “Yo no quiero ser madre” suelen decir. Dicho de otra manera la isosexualidad es el modelo actual que preside el imaginario de la pareja y no tanto la heterosexualidad que legitima las diferencias. Se adora lo similar, “es mi alma gemela” dicen.

4.- Lo que descarta que una mujer de este nivel acepte de buen grado ser “la madre” de su marido, es así como llaman a la relación de cuidado que de no existir en la pareja no constituye a la pareja. Sin relación de cuidado, sin relación asistencial y reparto de las cargas no hay pareja sino simples compañeros de piso. “Tu te planchas lo tuyo y yo lo mío”. Y para eso los hombres prefieren a su madre, que les quiere sin contemplaciones.

En suma existen demasiadas brechas de género en la personalidad de hombres y mujeres en las sociedades opulentas. Paradójicamente a mayor igualdad mayores diferencias en los rasgos de personalidad, es por eso que los hombres y mujeres que están más bajos en la pirámide social se emparejan con mayor facilidad aunque tienen el mismo riesgo que las parejas de alto estatus en divorciarse.

Por favor no disparen al autor.


¿Qué es ser hombre?¿Qué es ser mujer?

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umbralAtravesando el umbral del Misterio

 

Mensaje en una botella arrastrada por el mar.

Hola Sr. Traver …

Hoy no toca parrafada metafísica porque voy a ponerme telúrica y creo que hasta ctónica. No tenía pensado comentar pero tras leer los comentarios anteriores, mi hembra atávica ha emergido al vuelo y tiene algo que decir respecto al tema..

He tenido la suerte de haber contactado y conectado a los 33 años con lo atávico que hay en mí, es decir, conocí a la hembra que yo (también) soy. Lo que no sé es si yo conecté con ella o ella conmigo, pero esto ahora no importa. La cosa es que “la conocí” y a resultas de ello los discursos de género cargados de ultra corrección y buenismo político me parecen algo pueriles.

Bien, al tema …

No es sólo que en la sociedad actual se haya ido feminizando lo masculino, es que también se ha ido infantilizando toda ella. Y todo esto, según mi mirada, tiene que ver con el tema del post anterior suyo. Pienso que la regresión ha alcanzado el estadio de la adolescencia y ahí estamos detenidos y retenidos. Y esto afecta a las relaciones, al sexo y la propia identidad confusa y confundida.

Comienza el post con el famoso refrán de que vale más estar solo que mal acompañado. Pues Sí. Pues, ¿qué compañía, en el real sentido de acompañamiento, puede procurar un ser humano que sólo está comprometido con el no compromiso? …

Hay una leyenda atribuída a la Esfinge que reza así: “Descíframe o te devoro”.

Cuando el hombre tiene miedo a explorar y navegar por el misterio de Lo Femenino, el temor a lo Femenino lo vivencia como un hondo terror a ser devorado y engullido por Ella. Lacan creo que lo llama el miedo a ser mutilado.

Cuando el coraje y el espíritu de un hombre es usurpado por el temor, el merodeo, la usura y la rapiña, es como si la Vida hubiera dejado de sembrar hombres por dos lunas y nos tocara recoger a las mujeres por dos lunas hombres sin coraje y sin corazón. Y es por esto que algunas decimos que no hay hombres. Hombres que no son hombres, hombres que caminan por la vida sin sus atributos … Eso sí, nos toca asistir (y sufrir) a toda su parodia de masculinidad.

Los ritos de paso no todos se han anulado, sobreviven como muy descafeinados y al desaparecer la consciencia de su ejecución, su ritualización, han dejado de desplegar los efectos que tenían que desplegar sobre los jóvenes en su tránsito hacia la hombría, que es la madurez … :

Yo entiendo que la Mujer, como constructo, al igual que el Hombre, no nace y sí se hace. Y aquí, la vida es sexo, y el sexo es vida. El hombre es alguien que adviene, el hombre es un advenedizo.

“El encuentro con el goce femenino se da en la mujer desde pequeña, siendo niña. La niña en primera instancia, ubica su goce fálico, o del clítoris, que es un terreno masculino. Este momento es fundamental y fundacional en las mujeres quienes necesitan pasar por esta etapa masculina para luego posicionarse desde un lugar femenino. El goce femenino es en el cuerpo, es decir, en ese cuerpo ilimitado que es el ser en femenino, no se restringe al órgano fálico, sino a todos los lugares del cuerpo en donde la mujer puede hacer consistir una satisfacción”.

Esto es fundamental. Y tiene que ver con el tema. Déjeme deshacer el nudo:

La mujer histérica no es femenina, ya que desconoce lo que es propiamente lo femenino, así como también desconoce lo que es un hombre y lo masculino. Y en este juego de histerias, masculinas y femeninas, de pérdida o confusión de identidades, anda el juego de soledades que da título a su post …

La histérica quiere llenar ese vacío, propio de lo femenino (y que hay que integrar) con demandas, objetos, caprichos: busca saciarse pero el resultado es siempre el mismo: insatisfacción.

Pues una mujer debería saber que un hombre no va a llenar ese vacío, pues ese vacío es la propia brecha ontológica. Y un hombre debería saber que no puede colmar totalmente a una mujer, porque “la mujer es No –toda”, como dijo Lacan. Esto tiene importantísimas implicaciones y consecuencias.

Una mujer ha de reconocer la castración en el hombre en tanto hacerse consciente de que hacía pesar sobre él una exigencia-expectativa de pura potencia, de omnipotencia, de excepción. Y ha de saber que, denigrar, ridiculizar al hombre, no es sinónimo de admitir su castración, sino todo lo contrario. Admitir la castración es poder reconocer en el hombre el límite que lo constituye, es ser dócil en el sentido de acatar a su fantasma y que difiere tantísimo de ser obediente.

Llegar a entender esto, es sacar a Electra del imaginario personal no permitiéndole que toque la flauta y nos ponga a bailar cual hijas de Lilith ..

Cuando una habita ese vacío que es una brecha, inventa su propio estilo de ser mujer y estar en el mundo, siendo una y muchas mujeres a la vez, siendo propiamente Lo Femenino. 

Si se suelta totalmente a lo ilimitado cae en el horror desenfrenado, en el aspecto sombrío de las diosas que la habitan y es entonces cuando es mortí-fiera, mujer-fatal :) y si se restringe demasiado y rechaza el sin límite, que lo femenino es, si tiene miedo a desbordarse, se tornará rígida y masculina.

Y es así como de aquellos polvos pueden venir ciertos lodos …

El hilo con el que la mujer cose su feminidad ha de ser un hilo que por una parte borde-tense ese espacio ilimitado, y que por otra parte que al bordar no apriete tanto el hilo que torne a la tela demasiado rígida …

El hombre que por su parte camine hacia el encuentro de la mujer, que es el encuentro con lo Femenino, con excesivo temor, desplegará curiosas estrategias de evitación-huída-rechazo, pues la mayor cobardía en un hombre es despertar el amor de una mujer sin tener la intención de amarla …

Desde maltratar lo que se teme-desea. Dar interminables rodeos “de sí pero no”, que se traducen en esa famosa categoría de folla-amigos, o ya directamente los que aniquilan o solapan su deseo en eso que se ha venido llamando deseo sexual hipoactivo y que algunos tratan de vender como gusto por la castidad al paso que prefieren masturbarse compulsivamente con una mujer “en diferido” delante de una pantalla.

¿Es esta la ética del soltero que habló Lacan? ¿No es esto una afirmación plena de “no hay relación sexual”? Yo lo llamo rehuír el encuentro o directamente sabotearlo. Terroristas sentimentales también.

El Logos Spermatikos no está ni se le espera …

La hipermodernidad y sus imposturas, como esa de confundir machismo con virilidad … cuando:

“La verdadera virilidad implica creer que una mujer puede revelarle algo al hombre que le es absolutamente desconocido”.

Para acercarse a una mujer es necesario que el hombre se la juegue, que apueste, que se juegue su castración, y esta época por si algo se caracteriza es por un fortísimo rechazo de la castración que afecta la posición viril del hombre y su relación con las mujeres. Pero no sólo se caracteriza por esto, sino también por el fuerte rechazo y desagrado de la mujer moderna por su hembra atávica. Y negarla, tiene muy hondas consecuencias, no sólo respecto a la pareja, sino también en la amputación de la madre mamífera que también se es, cuidadora y asistencial.

Si la mujer ha tomado contacto con su Hembra, si ha ido más allá del falo de su himen, se adentra en una sima que como un puente transmuta y une lo telúrico en y con lo ctónico. Y hay ahí muchos Misterios, Sr. Traver, toda una Diosa mora ahí dentro.

Es una deidad, con una cara amable y complaciente así como terrible … pues lo umbrío remite irremediablemente al Umbral … Y en ese asomarse al abismo, en el que hay todo un vértigo indescriptible …puede darse el error de identificarse con lo que allí asoma y es este y no otro el verdadero peligro, pues vamos a tomar contacto con la diosa no sólo en su aspecto luminoso sino también en el más sombrío.

Si la mujer puede tomar lo ctónico en sus manos sin histerizarse, esto va cambiar todo en su vida erótica y amorosa. Es lo que pienso que dice Lacan, citando a Rimbaud, y que llamó “el amor nuevo”.

Y esta narrativa vale lo mismo para el hombre, para que pueda desear y amar más allá del fantasma, pues ya sabemos que el hombre, en su vida erótica, funciona apoyándose más sobre su fantasma o fantasía particular que en el cuerpo y persona concreta que tiene a su lado, y sobre todo, en la dimensión más lúdicamente perversa de éste …

Supongo que por cosas como esta es por lo que Lacan dice que “no hay sexualidad”. Yo digo que simplemente “no hay Encuentro”, es imposible así el encuentro ….

Vivimos tiempos líquidos, de disolución, de muros convertidos en puertas, en los que es más difícil que nunca discriminar el deseo de la necesidad, tiempos en los que el hombre resulta más un vampiro con colmillos afilados que un hombre, vampirizado como está en esa carrera por apurar la existencia con urgencia y en la que la libación compulsiva no da saciado al ser: un tiempo en el que el hombre bebe aguas que no sacian, y devora alimentos que no alimentan, sin darse cuenta que la mutilación, la castración es necesaria, y que no es posible acceder a todo, que el límite es necesario para vivir, y que la regulación del goce es un recurso que hace posible disfrutar placenteramente de nuestra existencia. :)

Elegir siempre conlleva una renuncia. Tomar algo y renunciar a otro algo. Hoy ponerle límites al deseo se vive como un estar encarcelado, confinado y sin libertad. Realmente se vive como un desgarro del ser o como si le quitaran la vida. Pero para mí, es un verdadero fraude ese edificio lleno de ventanas que la sociedad de consumo ha fabricado y perpetrado, el que lleva pensar a muchas personas que Todo está ahí para Ellos, en un horizonte abierto y lleno de expectativas en el que cosas y personas (¿no son lo mismo para ellos?) están a su plena disposición y que sólo tienen que alargar un poco las manos y ya serán suyas. Como si la vida fuera un menú desplegable.

Eso sí es una salvaje y devoradora fábrica de caprichos, que es el deseo de los que no tienen deseo como dijo usted una vez, y que los arrastra y aliena hacia la siguiente novedad. Y andar rehuyendo la castración para acabar devorados por esta Nada, es la gran paradoja de los tiempos líquidos que vivimos.

Rubistein dice: “En esta época, efectivamente, todos parecen ‘más libres’, cada uno goza a su manera, pero es tiempo de grandes soledades. El goce auto-erótico, el paso de un partenaire a otro, supuestamente un triunfo de la libertad, es engañoso, deja expuestos a hombres y mujeres a un goce peligroso. El matrimonio, con todos sus embrollos, da un marco de estabilización y acotamiento del goce que cuando no funciona produce angustia, propia de este momento, igual que las soledades del Uno a las que estamos expuestos”.

Y para acabar, en estos tiempos de abundantes hombres-niño jugando a ser hombres que cazan y conquistan sin tiempo ni deseo, decir para los que creen que conquistar a una mujer torna la vida aburrida y predecible, decirles que conocer la mente femenina es el mejor entrenamiento para surfear la experiencia oceánica

Notas liminares.-

1.-Inicialmente impacta y produce algo de temor, pero déjense llevar. Es autolimitado y no daña. Es uno de los mayores misterios que nos esconde la vida. Y “… de la cosas más hermosas que podemos experimentar, una de ellas es el misterio.” (Albert Einstein).

2.- Este post ha sido confeccionado a partir de un comentario dejado en una botella que llegó hasta mi a través de las olas de Internet. En parte contiene ideas extraidas del libro de Carolina Rovere en “Caras del goce femenino”.


El largo y sinuoso camino hacia “Lo Femenino” (I)

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Estaba oyendo por enésima vez este tema de Paul Mc Cartney mientras leía el ultimo post y se me ocurrió la idea de que el acceso a “Lo Femenino” era realmente un camino largo y sinuoso.

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Paul Mc Cartney y la metafisica de lo femenino

¿De qué está hablando Paul Mc Cartney en esta canción?

Nos habla de un camino largo y difícil que forzosamente nos lleva a su puerta aunque no sabemos de qué puerta nos está hablando ni a quien pertenece, sólo podemos adivinar que esa puerta es un limite. Se trata de un camino conocido, Paul ya ha estado allí y mantiene un anhelo por volver y ruega que no le deje de pie y esperando, pide -a quien sea que se dirija- que le muestre ese camino, al tiempo que nos muestra su vulnerabilidad.

Lo femenino.-

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Lo femenino no son las mujeres, tampoco es el feminismo, sino que es un lugar. Este lugar se puede nombrar a partir de tres elementos fundamentales: el vacío, lo ilimitado y la ausencia de referente. El vacío no es la falta que bordea lo simbólico, es por definición ilimitado y aquello que no tiene límite, como los conjuntos abiertos matemáticos, no tiene referente preciso. Por el contrario, los conjuntos cerrados sí están cercados por un límite que hace al lugar de la excepción: “Existe”
Lo femenino es un campo al que las mujeres se ven especialmente convocadas desde nuestra anatomía. Si acordamos con Freud, podemos decir que “hay consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica”: a las mujeres nos habita un vacío. El problema es la dificultad que se suscita para saber manejarse en un territorio sin medida. Es más fácil moverse en un sitio acotado, medido, y simbolizado que “soltarse en los conjuntos abiertos de los cielos ilimitados” (Carolina Rovere).

¿Entonces qué es lo Femenino?

Lo femenino es un Absoluto, una idea platónica, una abstracción, como todo lo que lleva ese articulo indeterminado “Lo”, algo que es común a toda criatura femenina, aunque “Lo femenino” no le viene de serie a ninguna mujer, se trata de una conquista de algo que hay que currarse a través de un largo y sinuoso camino. Lo que viene de serie a una mujer cuando nace es “la hembridad”. Una niña es primero que nada una hembra de la especie humana y más adelante otras cosas de las que voy a hablar a continuación.

Lo femenino es la hembra ancestral, la hembra primigenia, no es una mujer sino todas las mujeres, todas las posibilidades de ser como sucede con la Durga.

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Durga es según la tradición hindú el arquetipo femenino, esa diosa que tiene tantas piernas y brazos cuando aun no se ha escindido en las múltiples formas que la femineidad contiene. Fundamentalmente tres: la semilla, Perséfone o la doncella, la espiga o Demeter (la madre) y el grano, Hecuba, Selene o la anciana sabia. Antes de tomar forma la femineidad sagrada, Durga o en las tradiciones mediterráneas la Gran madre, es la matriz que contiene completas todas las formas que posteriormente se constelarán en una mujer cualquiera, es un equivalente -en el Tarot- de la Fuerza, el arcano más poderoso y que compite en poder con otros arcanos de la virilidad como el Emperador o el Mago. Y la Fuerza de lo femenino procede del hecho de que no tiene más remedio que volver, en forma de semilla, espiga o grano siempre vuelve. De esa matriz proceden todas las mujeres que usted conoce y cada una según su edad o sus vicisitudes personales encarna un arquetipo u otro, pero todos están potencialmente entre sus recursos. En este sentido para el hinduismo Shakti es la energía o fuerza de Shiva y está encarnado en su esposa.

El poder de la mujer procede pues de su capacidad camaleónica que es lo mismo que Baumeister ha llamado la plasticidad erótica de la mujer, en cada mujer hay una Afrodita (diosa del placer), una madre (Demeter diosa de la maternidad), una Perséfone o doncella ingenua y una Hécate o anciana sabia pero también malévola o diabólica. La plasticidad de la mujer es algo que recientemente ha sido explorado por algunos psicólogos aunque era algo ya conocido por la filosofía perenne. Significa que una mujer aun sin instrucción alguna puede ser iniciada si es joven y aun su sexualidad no ha coagulado en una forma sexual cualesquiera. Aun así, señala Baumeister que esa plasticidad erótica para adaptarse a los gustos eróticos de sus parejas se mantendrá activa durante toda su vida, siempre y cuando los otros arquetipos no ejerzan demasiado influjo sobre los anteriores. Todo el mundo sabe que el principal enemigo de Afrodita es Demeter: la maternidad suele imponerse a la sexualidad, algo que todos los hombres que tenemos hijos sabemos por experiencia. Una transfiguración sucede en la mujer cuando tiene hijos y es por eso que en algunas doctrinas esotéricas no admiten mujeres con hijos, del mismo modo sucede en las religiones monoteístas: el voto de castidad de los religiosos no es sólo por evitar emparejamientos contra la comunidad religiosa, sino sobre todo para que no haya hijos ni tampoco ese nepotismo que llamamos herencias si atendemos al plano material.

La hembra ancestral o arquetípica es pues dócil, sumisa, complaciente, cuida de los suyos, les enseña y protege. Es sexo y es goce, es leche, madre y contenedora, es masoquista, sufre y muchas veces es sacrificio y dolor. Pero también puede ser todo lo contrario, es cruel, sabia y vengativa, es infanticida, paraliza a los hombres con su mirada, es maga y asesina, celosa y posesiva.

Las dos cosas al mismo tiempo, pues en el inconsciente donde habita no hay contradicción.

Toda mujer ha de contactar con su hembra ancestral alguna vez en su vida, ha de verse cara a cara con ella y reconocerla, aceptarla en su dignidad y a partir de ahi construir su identidad femenina. Una identidad que en cualquier caso (y a diferencia del varón) es una identidad que ha de coserse con los hilos del vacío, de la ilimitación y de la falta de referentes. La mujer es un océano, mientras que el hombre es un rio y está blindado por puertas (como esas de las que habla Mc Cartney)

¿Pero qué significa esto de los limites del varón y la ilimitación de la mujer?

Me estoy refiriendo al goce sexual naturalmente. El hombre tiene un goce sexual hidráulico, directo, vinculado a la eyaculación que es la que pone la puerta, el limite a su goce, la mujer en cambio no tiene diques que se opongan a su goce, incluso la anorgasmia es un goce en sí mismo, pues representa a la mujer fálica, la mujer que se niega a dar, una manifestación más de la Durga.

De la histeria a la mujer.-

El camino largo y tortuoso de una niña se inicia en la histeria y termina en la mujer en lo Femenino si todo anda bien. Tomo la palabra “histeria” en su concepción psicoanalítica dura, es decir aquella persona cuyo goce no ha traspasado el umbral de lo fálico. Toda niña comienza su andadura de goce a través del descubrimiento de su clítoris ,no de su vagina. La vagina no existe, se trata de un orificio virtual que solo se descubre como el cáliz sagrado, con su llenado de sangre (Santo Grial= Sangre real).

El goce femenino es difuso y se materializa en todo el cuerpo sobre todo en los recodos de los miembros, los tobillos, las muñecas, el cuello y los pechos, pero cualquier lugar del cuerpo puede ser anatómicamente susceptible de erotización, entre otros la voz y los ojos, los intangibles y como no, las relaciones, los vínculos.

La bella es una mujer histérica que ha tomado el semblante fálico del deseo masculino para ofrecerse a él. Hay muchas formas de histeria, pero me estoy refiriendo ahora a la mujer que seduce, que ofrece su cuerpo, que se exhibe para hacer emerger el deseo en ese ser limitado y vulnerable que es el hombre ( de cuyo recorrido largo y sinuoso hablaré en el próximo post). Existen pues mascaradas histéricas que no son exactamente “Lo Femenino” sino otra de las estrategias de la Durga.

La histeria es una mueca de triunfo y de asco.

La histérica quiere llenar su vacío fundacional con cosas con demandas, objetos, caprichos: busca saciarse pero el resultado es siempre el mismo: insatisfacción.

Pues una mujer debería saber que un hombre no va a llenar ese vacío, pues ese vacío es la propia brecha ontológica. Y un hombre debería saber que no puede colmar totalmente a una mujer, porque “la mujer es No –toda”, como dijo Lacan. Esto tiene importantísimas implicaciones y consecuencias.

Una mujer ha de reconocer la castración en el hombre en tanto hacerse consciente de que hacía pesar sobre él una exigencia-expectativa de pura potencia, de omnipotencia, de excepción.

La castración desde luego existe aunque se trata de un concepto freudiano mal entendido y mal explicado. Trataré en mi próximo post de explicárselo a mis lectores.

Bibliografía.

R. Baumeister: gender and erotic plasticity 2004.

Pagina web sobre la obra maestra de Julius Evola: La metafisica del sexo

Capitulo de las practicas sexuales tántricas y su peligro de Julius Evola.


El largo y sinuoso camino hacia lo femenino (y II)

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La mujer es mujer haga lo que haga, pero el ser hombre es algo que se puede perder. (Will Storr)

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Decía en mi anterior post que el concepto freudiano de castración era algo mal comprendido, quizá peor explicado y aun: peor considerado en el ámbito de las neurociencias dominadas siempre por los conceptos aprehensibles, racionales por así decir.

Fue leyendo este articulo de Will Storr sobre el suicidio y su mayor prevalencia entre los hombres que me di cuenta hasta que punto el concepto de “castración” sigue vigente en el mundo de la neurociencia aunque -eso si- después de haber “blanqueado” el concepto hurtándole la mordiente literal con que Freud trató con el lenguaje. Para Freud, el temor del niño a ser castrado no era una metáfora sino un miedo real. Perder el pene era para el niño una posibilidad y para la niña un punto de partida. La niña se sabía castrada y el niño intentaba por todos los medios no perder el tan valorado órgano siempre y cuando permenezcan dentro del campo abstracto de la castración.

Podemos decirlo con otras palabras: el niño ha de aceptar la castración es decir su propia vulnerabilidad y la niña ha de aceptar la vulnerabilidad-en-el-otro. Lo que es lo mismo que decir que tanto unos como otros han de renunciar a su propia omnipotencia o a la omnipotencia del otro en sus relatos sentimentales sobre el propio o el otro sexo.

Lo cierto es que hoy ya no podemos negar que existan metáforas corporeizadas (embodied metaphors), algo que se conoce con el nombre del cuerpo en la mente. El lector interesado puede darse una vuelta por este post que el autor ha denominado metaestesias, un más allá de la sinestesia. Cuando la sensación fisica se vuelve abstracta:

En los últimos años, por otra parte, hemos asistido a una ampliación del fenómeno de las sinestesias hacia territorios más abstractos de la mente humana como consecuencia de los continuos descubrimientos de casos en los que la percepción de un estímulo -exógeno o endógeno- se traduce de forma subliminal en cambios de nuestra conducta, de nuestras decisiones, de nuestro estado de ánimo. El estímulo percibido es transformado por el cerebro, pero no en otro tipo de estímulo, sino en algo menos prosaico, en algo que trasciende lo sensorial y se interna en el terreno de la cognición, la moral y la estética. También en el proceso creativo y la originalidad.

La sensación física se hace abstracta, se convierte en algún tipo de metáfora de sí misma, de ahí el término metaestesia que he decidido usar aquí para designar ese fenómeno. Es cierto que en ocasiones la sensación desencadenante no afecta a un órgano en particular sino que es todo un contexto ambiental o un estímulo cognitivo/psicológico, pero la falta de desencadenantes “sensoriales” es a mi juicio un hecho secundario a estos efectos. Al fin y al cabo, cabe interpretar que las señales serían captadas en este caso por el “órgano” de la conciencia, y el carácter abstracto de esas señales no las descalificaría como input. Sin embargo, la traducción del estímulo cognitivo/situacional en una determinada actitud o decisión seguiría escapando a la conciencia, de ahí también el uso del prefijo “meta” en el neologismo acuñado. Los autores de los trabajos publicados sobre este tema usan en inglés la expresión “embodied metaphors”, cuya traducción literal seria algo así como “metáfora corpórea”. Se trataria del proceso contrario a la somatización. (Extraido de este post).

Un proceso que también podemos entender como un cruce de cables: algo destinado a procesarse como concreto se hace abstracto, un proceso bien distinto a la desaferentización (ausencia de cableado), algo abstracto se hace concreto.

El mito de Edipo.-

Probablemente el mito de Edipo sea el más conocido de la mitología griega y parte de esa fama se deba a que Freud le tomó como piedra angular de su teoría de la líbido. Para Freud, el niño pasaba por una fase que llamó “complejo de Edipo” donde real y fácticamente deseaba poseer a su madre y albergaba deseos de asesinar a su padre, razón por la que se sentía en peligro de castración.

El niño desarrollaba en esta etapa un miedo-deseo de ser como el padre para poder así poseer a la madre, un miedo-deseo que implicaba fuertes componentes de agresión y sexuales, que se saldaba con la identificación con el padre y la renuncia a la madre. En realidad, mi primera crítica a esta idea está relacionada con una lectura inexacta del mito: lo que sucede en el mito de Edipo nada tiene que ver con lo que Freud especula. En primer lugar, es Layo, el padre de Edipo, el que se deshace de su hijo cuando es advertido por el oráculo con la predicción de que su hijo le dará muerte.

En segundo lugar, Edipo, alcanzada la madurez, abandona la casa de sus padres adoptivos y asesina en un cruce de caminos a Layo, sin saber que está dando muerte a su padre verdadero al que sigue sin conocer. En tercer lugar, cuando entra triunfante en Tebas después de haber dado muerte a la Esfinge y se casa con Yocasta, no sabe que es su madre. Cuesta entender por qué Freud utilizó el mito de Edipo para ilustrar lo que según él acaecía en el interior de un infante desde los 4 a los 8 años. Más relevante o comprensible me parece si hubiera echado mano del mito de Cronos y Zeus: efectivamente en este mito es Zeus el hijo el que da muerte y castra a su padre Cronos con la ayuda de su madre Rea. Creo que esta historia se ajusta mejor a la intención de Freud de dar a entender que los niños pasan por una fase donde se dan cita en ellos este tipo de anhelos y afectos divididos.

El mito de Edipo señala en una primera lectura en otra dirección un poco más sutil: en primer lugar Edipo es un huérfano que ha sido abandonado a su suerte por su padre –temeroso de que le asesine según la predicción del oráculo– y que se educa en casa de Pólibo creyendo que es hijo suyo en unas versiones, y a sabiendas de que no es su padre verdadero en otras. Sin embargo, lo cierto es que Edipo al llegar a la adolescencia, como todos los héroes griegos, parte en busca de aventuras. Esta salida del hogar es interpretada por autores diversos como una búsqueda del principio paterno. Del mismo modo Parsifal, que sabe que es huérfano de padre y vive con su madre, también parte en busca del Grial en un periplo similar. Lo hace Teseo, y Perseo, Heraclés y Orestes, Jasón y Ulises, el héroe siempre sale, vuelve, da vueltas perdido, combate monstruos, acaba con una plaga o pone fin a una maldición; su misión es siempre la redención de algo que ha sido maldito por el pecado de alguien anterior. Los héroes del mito o de la leyenda parten siempre abandonando a sus madres, hermanas o padres adoptivos en busca de algo que al parecer no pueden encontrar permaneciendo en su hogar, pero añaden una novedad respecto a las aventuras de sus predecesores: en estos dos casos (Edipo o Parsifal) no hay aventuras bélicas, ni lucha contra el monstruo a brazo partido, ni fuerza bruta como método para enfrentarse a la desgracia, sino preguntas, conocimiento y sabiduría. Así, la Esfinge sólo puede ser vencida si el héroe resuelve los dilemas que le plantea y Parsifal sólo podrá acceder al Grial si hace la pregunta correcta al anciano guardián del castillo.

Al librar Edipo del monstruo a los tebanos, éstos le demostraron su favor y es cuando Edipo desposa a Yocasta, la viuda de Layo, al que el propio Edipo ha dado muerte en un enfrentamiento anterior a su encuentro con la Esfinge. Con Yocasta tiene una hija famosa: Antígona, una heroína a la que Sófocles eternizó en una de sus tragedias. Sucede entonces que se declara una peste en Tebas y, consultados los oráculos, predicen que la peste no cesará hasta que se encuentre al asesino de Layo. Edipo interroga al sabio Tiresias después de lanzar una maldición sobre su asesino (sin saber que está derramando su maldición sobre su propia cabeza). Tiresias, que por su condición de “ver más allá y más profundamente” conoce todo el drama, aunque trata de disimular sus conocimientos no puede evitar que Edipo comience a relacionar la manera en que murió Layo con su propio incidente en el camino. Comienza dudando sobre si él será el responsable del crimen, pero poco a poco van apareciendo las pruebas de que no es hijo de Pólibo sino de Layo. Edipo es culpable del parricidio y del incesto con Yocasta y, una vez desvelada la verdad, ella se precipita desde una almena de su palacio y él se perfora los ojos con una aguja quedando ciego.

Después Edipo es desterrado de la ciudad y comienza una existencia errante. Lo acompaña Antígona, su hija, porque sus otros hijos – Eteocles y Polinices– no han intervenido en su favor y él les ha maldecido. En este errar llega hasta el Atica, donde permanecerá hasta la muerte gozando de la bendición de los dioses.

El mito de Edipo parece orientarse y señalar más bien a un tipo de conocimiento que se inicia con dudas pero que puede alcanzarse plenamente a través de la razón; al fin y al cabo Edipo llega a la conclusión acertada aún a sabiendas de que no es lo más conveniente para él. Una vez alcanzado ese conocimiento que es la verdad histórica, los ojos ya no sirven para contemplar la realidad, más bien son un obstáculo para la visión interior: quedarse ciego no es sólo el castigo por haber pecado o transgredido una ley divina sino también un recurso para resaltar la visión interior y buscar dentro, a través de la introspección, lo que no se halló fuera. El otro ciego conocido de la mitología, Tiresias, había sido cegado por contemplar desnuda a la diosa Atenea –una transgresión intolerable en la mentalidad griega– , pero esta ceguera, más que un problema, parece que se encuentra en la base de sus habilidades adivinatorias. También en el caso de Tiresias parece que el haber sido mujer y hombre en dos secuencias de su vida añade a su conocimiento de la naturaleza humana una cualidad esencial.

En realidad el mito de Edipo alumbra la búsqueda del padre o, más bien, del principio paterno, pues la masculinidad no nos viene de serie y hay que ganársela. Una vez descubierto este principio abstracto, es para contemplar que en él se perpetró (como resultado simétrico de un crimen anterior) un asesinato ritual, el crimen sobre el que se funda precisamente la individualidad, pues algo viejo debe morir para que algo nuevo fructifique. Otra vez aparece el estribillo sacrificio-muerte-redención. Al mismo tiempo señala que en las familias existe una sustancia común, una herencia psíquica que sólo puede superarse a través de la transformación individual: la que realiza Edipo a través de su búsqueda de la verdad y la asunción de esta verdad como culpa de su estirpe.

Superar o vencer simbólicamente al padre es la tarea del héroe, pero, más que eso, la tarea del héroe es transformar a través de la visión interior en qué consistió la culpa de su linaje; en esta tarea el padre real carece de importancia porque Edipo y Parsifal están luchando contra el arquetipo paterno, algo que realizan precisamente por su condición de huérfanos: tanto Edipo como Parsifal carecen de la oportunidad de confrontarse con un padre real al que desconocen.

Por otra parte, parece como si la presencia de las mujeres disminuyera o pusiera en peligro las aspiraciones masculinas del héroe; permanecer con la madre no es una opción para los héroes de la tragedia, que parecen estar diciendo que sin alejamiento de los arquetipos femeninos, aún siendo seguros y cómodos, no hay acceso a la masculinidad, algo que se encontraba en la mentalidad griega y que entronca con la prescripción saludable de las prácticas homosexuales en aquella sociedad y que en realidad tiene mucho que ver con la misoginia y el estatuto secundario de la mujer en la sociedad griega. Al mismo tiempo, parece señalar también que en esa tarea de alejamiento pueden cometerse muchos errores, y que el principio masculino, en cualquier caso, tarda mucho tiempo en encontrarse, no antes de la segunda mitad de la vida. Muchos son los obstáculos que se oponen a esa tarea; la primera es la imprudencia del joven que le hace susceptible a encontrarse con muchas oportunidades para perder la vida o arrebatársela a otros (recordemos el trágico encuentro en el camino entre Layo y Edipo o entre Parsifal y el caballero Rojo, dos muertos en realidad gratuitos que hablan de la impulsividad de la juventud, uno de los enemigos en la adquisición del conocimiento). Otro obstáculo es el sexo: ¿cómo acceder a un conocimiento abstracto de tal complejidad si se está disfrutando de los placeres de la carne? ¿Por qué Ulises no puede abandonar a Circe o a Nausicaa por sus propios medios? ¿Por qué no puede llevar a cabo su propósito de seguir camino hacia Itaca? Ulises tiene la suerte de contar con la ayuda inestimable de Hermes, quien le proporciona las claves para eludir los abrazos posesivos de estas diosas amantes. En el caso de Parsifal la tarea tendrá que ser acometida en dos ocasiones distintas: durante su juventud, y a pesar de haber llegado al castillo y haber reconocido al guardián del Grial, es incapaz de hacer la pregunta correcta; en la segunda ocasión, Parsifal opta por la castidad como método de no implicarse en lo humano, y es entonces y sólo entonces cuando consigue hacer la pregunta que desvela la ubicación del Grial.

Edipo y Parsifal sólo parecen encontrar lo que buscaban después de múltiples peripecias personales, sufrimientos y desgarros; al llegar a la ancianidad es cuando parecen recobrar la paz y son a la vez reconocidos sus méritos por los dioses, un mérito que tiene que ver con el hallazgo de algo por medio de la razón.

Edipo y el castigo correspondiente -la castración- es pues una metáfora corpórea. La masculinidad puede perderse si se es demasiado joven o imprudente.

Ya en Colono, Edipo parece haber llegado al punto de partida, al lugar donde hay que regresar por el camino largo, con las manos llenas de dones y los ojos vacíos en sus cuencas pues ya no necesitan ver, pues ya se pensó lo que nadie había pensado antes.

Edipo ha vuelto pues al origen de donde partió y donde está destinado a ser enterrado. Edipo ha vuelto a ese lugar donde ya todos hemos estado y del que guardamos un recuerdo borroso en forma de anhelo: ha vuelto a lo Femenino de donde huyó para hacerse hombre.

 



El futuro de la salud mental (I)

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 La hegemonía del naturalismo en la ciencia procede del embrollo ideológico en que las ciencias sociales han convertido a sus disciplinas @pacotraver

Si es usted psicólogo clínico o psiquiatra y alguien le dijo que su profesión tenia mucho futuro, le engañaron.

Lo cierto es que la salud mental se encuentra hoy en una encrucijada y ha sido cercada por conflictos de intereses, criticas generalizadas y mala prensa. La psiquiatría es una mala elección para un médico y la psicología se encuentra en una posición de enorme debilidad epistemologica, al haber seguido los pasos de la psiquiatría y del modelo biomédico en su sentido más amplio.

Criticas que proceden tanto de un uso excesivo de fármacos,como de la multiplicación arbitraria de los criterios DSM que no hacen sino engrosar el listado de patologias susceptibles de daignosticarse y tratarse, y lo peor: sin criterios entre esas arenas movedizas que separan lo normal y adaptativo frente a lo patológico.

La última critica procede del estigma, que para la opinión publica es un subproducto del exceso de teorización y tratamientos sobre esos nichos taxonómicos que se corresponden con enfermedades mentales. Para algunas personas el diagnóstico implica estigmatización y proponen amputar por falaces algunos diagnósticos. El ejemplo más concreto es el del TDH. ¿Es el TDH una enfermedad mental?

Recientemente estuve en una de esas reuniones de “coordinación” entre profesionales y más concretamente en una relacionada con el TDH. La multiplicidad de agentes implicados es inacabable, por un lado, la familia (los padres), los profesores y tutores, los pediatras, los neuropediatras, los psiquiatras y los psicologos clinicos. Se trataba de construir un consenso de derivación racional entre profesionales de una misma área de salud. Durante esa reunión me di cuenta de que cada uno de esos agentes tienen distintos intereses yconstruyen un relato distinto, los padres lo que quieren es que sus hijos saquen buenas notas, los pediatras remitir el caso a alguien más especializado que valore el caso y los neuropediatras lo que quieren es que una vez diagnosticado el TDH se remita al psiquiatra que es en definitiva “el que sabe” manejar bien los fármacos convenientes : todo parece orientado en última instancia hacia el criterio psiquiátrico, aunque -eso si- todo el mundo está de acuerdo en que el tratamiento farmacológico aislado sirve de poco si no va acompañado de ciertas terapias psicológicas que sólo los psicólogos clinicos pueden llevar a cabo, pero a su vez los psicólogos tratan de revertir este proceso al estar ya de alguna forma en “overbooking” en sus consultas y sospechar que la psicologización no hace sino añadir más leña al fuego del estigma. Los profesionales en general tienen la impresión de que algo están haciendo mal y todos se sienten aislados en relación con el resto de profesionales implicados y que tienen algo que decir en este tema.

Se le llama multidisciplinariedad, un juego al que jugamos muchos de nosotros a sabiendas de que en realidad trabajamos en entornos verticales. De la multidisciiplinariedad ya hablé aqui precisamente para señalar sus debilidades. Más abajo explicaré por qué la multidisciplinariedad no funciona en nuestros entornos asistenciales más que de una forma embrionaria..

Pero es cierto que los profesionales se sienten solos y lo están porque la asistencia se inventó para que pivotara sobre las instituciones y los profesionales y no sobre los pacientes. Más abajo me ocuparé de la evolución de nuestras ideas sobre este asunto de los ejes de torsión que inciden en nuestro concepto asistencial.

La supervivencia del paradigma kraepeliniano.- Lo cierto es que el paradigma kraepeliniano sigue vigente a pesar de las criticas y las escisiones que ha convocado. La distinción entre esquizofrenia, psicosis maniaco-depresiva y paranoia (las tres grandes psicosis clásicas) sigue operando en el inconsciente de los profesionales a pesar de contener una falacia: la pretensión de que estamos hablando de entidades discretas es decir discontinuas y estables. Tambien solemos jugar a este juego.

Y lo cierto es que los pacientes reales pueden traer una mezcla de todas y cada una de ellas, es por eso que se inventaron nuevas categorias como el trastorno esquizoafectivo, formas recortadas y es por eso que hoy hablamos de trastorno bipolar II y sobre todo formas insidiosas o atenuadas. Dicho de otra manera, las formas completas de las psicosis clásicas son hoy muy raras, la regla es encontrarnos con una sopa de sintomas cambiantes que en evolución van modificando su morfología segun el momento en que observemos al paciente.

Más allá de eso y volviendo al TDH, lo más probable es que se trate de una “situación de riesgo” y no tanto de una enfermedad mental si bien esta consideración no descarta que exista una neurobiología de base que justifique los sintomas nucleares: la hiperactividad y la desatención. Sin embargo el modelo educativo y sobre todo el ocio y el entorno urbanita de los niños de hoy tienen mucho que decirnos en la suposición de que el TDH es una enfermedad mental. En realidad el TDH es la emergencia de una sintomatologia del neurodesarrollo de niños que no se adaptan al estilo de vida de las grandes ciudades y que se encuentran sobreestimulados  y que carecen de espacios para jugar y tiempo para hacerlo.

En la historia de la asistencia médica y psiquiátrica es posible identificar ciertas fases históricas que coexisten en la actualidad, que se solapan unas con otras. Aunque ciertos modelos parecen superados, lo cierto es que aun andan coleando e imponiendo su ley con muchas resistencias a lo nuevo. Por ejemplo, aunque los manicomios ya no existen como tales, los centros para enfermos mentales graves siguen existiendo, se llaman CEM y en ocasiones aun podemos encontrar en la geografia española ciertas instituciones manicomiales a las que pueden reconocerse porque llevan nombres de Santos, Cristos o Vírgenes.

La asistencia médica puede pivotar sobre varios ejes:

1.-Orientada hacia las instituciones.

La critica institucional es bien conocida por los psiquiatras que nos formamos en los 70, crecimos entre las teorias de Laing y Basaglia -que eran los adalides de la antipsiquiatria- y participamos en cierta forma en el desmantelamiento de  aquellas instituciones horrorosas que albergaban la locura, los manicomios. Algunos lo hicieron desde un modelo radical: simplemente negaron la mayor. “La locura no existe” y por tanto no son necesarias instituciones que gobiernen la vida de estos pacientes o en cualquier caso que se les preste asistencia “en la comunidad” como se decía entonces.

Lo cierto es que esos recursos en la comunidad nunca se crearon y los enfermos mentales han sido particularmente desatendidos y olvidados en todas las reformas que se han llevado a cabo durante los ultimos 40 años. La Reforma psiquiátrica en nuestro pais quedó coja e incompleta y aun sigue asi.

Para el inconsciente colectivo de médicos y pacientes lo que tiene interés son los Hospitales y no los recursos más cercanos carentes de la potencia tecnológica  que se le supone a la medicina moderna, naturalmente nadie piensa en los dispositivos intermedios, nadie se plantea que entre un Hospital y un ambulatorio hay un escalón demasiado alto para ser saltado más allá de la “coordinación” que puede llevarse a cabo con las redes informáticas (que ya nacieron obsoletas), el teléfono o la buena disposición entre compañeros para compartir información. Pero lo cierto es que en medicina existe una fragmentación entre los niveles asistenciales de primaria y hospitalaria que no va a resolverse “negando que tal escalón existe”, algo que en salud mental tiene una traducción especial: los psiquiatras no somos considerados como médicos por nuestros propios compañeros, el estigma y la suposición de que tenemos “poderes” especiales se filtra en el imaginario de cada cual para ocultar que la locura da miedo, resulta incómoda y que ese miedo se proyecta tambien hacia los profesionales que paradójicamente somos considerados los médicos menos cientificos entre nuestros compañeros. Más filósofos que cientificos, segun dicen.

Lo cierto es que si un enfermo mental tiene una enfermedad fisica es más probable que no se le detecte (falso negativo) que al contrario (falso positivo).

Este escalón entre los servicios ambulatorio y los Hospitales en salud mental tiene otra consecuencia: los pacientes que “se caen por las grietas del sistema” y que no son atendidos ni en un lugar ni en otro, y que de forma discontinua ingresan puntualmente en Psiquiatría para volver a ingresar años más tarde: pacientes de puerta giratoria se les llama. Y suelen ser lo más graves y tambien los mas desatendidos.

Los hospitales además compiten entre sí y crecen asimétricamente, hay tanto aislamiento entre un Hospital y su vecino como entre especializada y primaria. Cada Hospital tiene su “cultura”, su historia, sus prebendas, su singularidad y su forma de funcionar y de medrar. Algunos se especializan en alguna disciplina médica, solo para soliviantar al del lado y despertar celos corporativos pero lo más frecuente es que dupliquen o tripliquen servicios. Y todos pugnan además por los mismos recursos, crecer, parece ser el paradigma en el que discurre la vida de un facultativo con intereses en una determinada área, ocupar espacios. Asi no es raro que en un misma ciudad y a pocos kilometros de distancia existan dos o tres equipos haciendo guardias de la misma especialidad mientras que otras parecen vivir de espaldas a las urgencias. Hay especialidades que solo tienen guardias localizadas, aun hoy.

2.- Orientada hacia los profesionales.

La fragmentación de la medicina en especialidades tiene ventajas e inconvenientes. Y voy a hablar de estos inconvenientes.

El principal inconveniente es que fragmenta el saber en trozos cada vez más minúsculos y esa parece ser la tendencia a medio plazo: la multiplicación de especialidades sigue adelante casi de forma paralela a la multiplicación de entidades del eje I en el DSM. A más especialistas más entidades clinicas identificadas. parece como si las enfermedades también hubieran seguido este camino de fragmentación, una especie de rebelión de las entidades.

Y dado que los médicos especialistas tienen más prestigio y más posibilidades de seguir una carrera profesional la grieta entre especialistas y médicos de familia no deja de crecer. No cabe ninguna duda de que la mayor parte de médicos que aprueban el MIR la mayor parte de ellos lo que quieren ser de mayores es especialistas en algo, dicho de otra manera: tienen una buena formación y conocimientos para curar enfermedades que afecten a un aparato, pero saben muy poco del aparato de al lado y lo que saben lo olvidarán o se negarán a aplicarlo para no meter sus narices en el “campo” del colega.

Asi no dejan de emerger enfermedades huérfanas de especialista. ¿La fibromialgia es competencia del psiquiatra, del rehabilitador, del neurologo o del reumatólogo? Cada uno de ellos dirán aquello del “no es aqui”.

Y no puede faltar una critica al sistema asistencial entero: los horarios. ¿Alguien puede comprender que la mayor parte de la actividad asistencial se preste en horarios de mañana, mientras por las tardes los Hospitales permanecen vacíos?. Todo parece señalar en la dirección de que las leyes laborales, la función publica, los sindicatos y los propios profesionales son los mayores opositores al cambio de modelo asistencial.  Los turnos, las libranzas, los dias libres, las medias jornadas y eso que ahora se llama “conciliación” ha venido a quebrantar aun más -por elevación de derechos de los profesionales- los derechos de los pacientes.

No me cabe ninguna duda de que la red Publica de asistencia tendrá que ir revisando a la baja todos esos derechos insostenibles e incompatibles muchas veces con los derechos de los pacientes, sobre los que indudablemente ha de pivotar la asistencia.

3.-Orientada hacia el modelo biomédico.-

No cabe ninguna duda de que en salud mental el protagonista principal es el fármaco, todo parece girar alrededor de ese gozne de la medicalización. Y no sólo en las enfermedades graves y de tratamiento hospitalario sino también en las consultas ambulatorias. Así no es raro que las benzodiacepinas o los antidepresivos sean los fármacos más utilizados en Primaria. Es difícil encontrar a alguien que no consuma Orfidal o el peligroso Trankimazin para dormir o no lleve ya de entrada un IRSS (un inhibidor de la recaptación de la serotonina) ya desde el primer encuentro.

Pero el abuso del modelo biomédico no sólo se caracteriza por pivotar alrededor de la prescripción sino tambien ejerce su influencia en la investigación y en las teorias neurobiológicas que tratan de explicar fenómenos complejos como la esquizofrenia o la depresión.

Lo complejo no puede ser explicado a través de lo simple o lo que es lo mismo: la causalidad lineal no es un modelo para explicar lo psíquico. El problema es que no disponemos de una “teoria del todo” que pueda explicar la complejidad de abajo-arriba, no hay un hilo causal sino un haz de hilos causales. Es por eso que la teoria de las monoaminas (apara explicar la depresión) o la teoria del receptor dopaminergico D2 para explicar la esquizofrenia se nos han quedado cortas y no parece que vayan a dar más de sí. Todo parece indicar que Big Pharma ha arrojado la toalla frente a la evidencia, de que no queda mucho que rascar en ese mercado.

Con todo, lo que está emergiendo y cada vez con mayor fuerza es el “modelo del cuidado“, que incluye tambien a las tareas de rehabilitación, un modelo menos medico y menos exigente (y probablemente más realista) y centrado en otros agentes como enfermeria,.trabajadores sociales, monitores ocupacionales y cuidadores en general.

Los médicos y los psicólogos tenemos poco que aportar en este modelo

En el post siguiente seguiré describiendo las nuevas orientaciones en materia de salud mental.

Apuntando hacia el futuro.


El futuro de la salud mental (II)

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Supongamos una ciudad de unos 500.000 habitantes, en esa ciudad existen tres hospitales en un radio de 10 km. En cada uno de estos hospitales existen permanentemente equipos quirúrgicos de guardia: cirujanos, traumatólogos, y los apoyos correspondientes UVIs, radiología, laboratorio y etc. Pero también en esos 10 km triplican la oferta de Pediatras, medicina interna y otros.

¿Es necesario tal despliegue de medios en todos y cada uno de los hospitales?

Es verdad que cada uno de ellos atiende a un cupo de población, pero aun así ¿no seria mejor concentrar las urgencias quirúrgicas en un Hospital y dejar a otro que se encargara del resto de patologías?

Si, podría hacerse pero no sin resistencias, porque los cirujanos del Hospital A estarían en desacuerdo con que fuera el Hospital B quien se quedara con las urgencias quirúrgicas, la carrera de todos ellos se resintiría. Hay una solución mejor: que todos los cirujanos en un mismo paquete hicieran guardias hoy aquí y mañana allí para no privilegiar a una institución sobre otra, pero ¿Seria esto legal? ¿No es cierto que un medico de un Hospital no dispone de la movilidad suficiente para irse a operar a otro? ¿Que pasa si uno es funcionario y el otro laboral?.

Bueno, estos problemas son todos solucionables, pero el problema principal es que los Hospitales son instituciones cerradas yen cierta manera atrasadas (en realidad son una evolución de los asilos) que nacieron en la convicción de ser los únicos en tal o cual especialidad (maternales, lepra, tuberculosis, locos, etc), de manera que habría que esperar fuertes resistencias institucionales a modificar su estatuto. Lo que ha venido en llamarse la “destrucción creativa”: 

Toda innovación plantea un problema nuevo: ¿Qué hacer con lo viejo?

El ciudadano de esa localidad ha de saber que está pagando un servicio de guardias médicas por triplicado. Pero no debemos asustarnos porque los mismo sucede con los paquetes fiscales: pagamos a los ayuntamientos, a la Comunidad autónoma y al Estado. No es que en España paguemos más impuestos es que los pagamos por triplicado. Solo eso.

Lo que pone al descubierto un tema del que voy a hablar a continuación: nuestras instituciones sanitarias están obsoletas, en realidad han quedado obsoletas porque están pensadas para girar sobre ejes poblacionales y territoriales, bien desequilibradas por cierto y aunque en realidad este post va sobre servicios de salud mental, al estar insertada en la sanidad general lo cierto es que todo nuestro sistema sanitario necesita un viraje que nos sitúe en el siglo XXI y para ello hay que regenerar las instituciones.

Lo obsoleto en salud mental.-

La salud mental pivota sobre dos grandes tipos de instituciones, las hospitalarias y las ambulatorias. Y en medio nada.

Significa que si usted tiene una enfermedad mental tiene solo dos opciones de tratamiento, el que recibe en su USM (Unidad de Salud mental) que por lo general se encuentra situada en su ambulatorio y si las cosas se ponen feas quizá sea ingresado en una UHB (Unidad de hospitalización psiquiátrica breve). Lo de breve es muy interesante pues se supone que usted se ha de curar en unos 20-30 días y si no es así usted será dado de alta y pasará a su USM correspondiente (otra vez el criterio poblacional), pero es posible que usted se pierda en el tránsito del Hospital a su USM y se canse y no vuelva por allí. Esto es lo que sucede precisamente con los casos más graves que son precisamente aquellos que no tienen conciencia de enfermedad, carecen de apoyo social y no mantienen contacto con los servicios sanitarios generales.

Este modelo calcado del modelo médico-quirúrgico ha mostrado ya su desgaste y obsolescencia al ser incapaz de dar una respuesta eficiente a la amplia cartera de malestares mentales típicos de nuestra sociedad y que curiosamente se mantiene en casi toda España de forma similar. Es por eso que los psiquiatras hemos inventado e intentado implantar otros servicios intermedios entre ambos escalones. Y a veces lo hemos conseguido.

Intentando dar respuesta a las necesidades emergentes de las nuevas patologías.

4.- Orientada al caso

El “case management” es una modalidad asistencial que consiste en designar un profesional (medico, enfermero o psicólogo) que se convierte en tutor de un determinado grupo de pacientes que tienen en común, una patología similar. Para ello se definen los “programas” que con mayor necesidad se han de implantar según la epidemiología de una determinada población. Son comunes los programas de patología dual y los programas de primeros episodios.

En nuestro Hospital además hemos implantado un programa de “trastornos afectivos graves” y un programa de “patologías severas en infancia-adolescencia”. Lo importante es caer en la cuenta de que un programa no es una unidad, ni un servicio, sino algo que se monta y se desmonta según las necesidades y que carece de ese espíritu de crecimiento y de heredabilidad que tienen los entornos físicos, que casi vivimos como parte de nuestro patrimonio.

Un programa no tiene ubicación física sino que se desarrolla de una forma ambulante y trabaja en red aprovechando todos los servicios comunitarios existentes, el tutor del programa visita a sus pacientes (no mas de unos 80) estén donde estén y no sólo en su consulta. No importa si están hospitalizados, viven en su domicilio, en un CEM, o debajo de un puente. Esos pacientes están tutorizados por él y su equipo y le siguen allí donde esté ofreciéndole una asistencia integral. El tutor se convierte así en un “acompañante” del paciente por todo el sistema sanitario.

Una modalidad asistencial que asegura la continuidad de cuidados, algo esencial en nuestra disciplina. Los pacientes son siempre atendidos por el mismo profesional facilitando la adherencia terapéutica.

Dado que no todos los profesionales tienen las mismas habilidades y no todos tienen la misma “vocación” para trabajar con determinados pacientes, la ventaja del programa es que permite optimizar las habilidades de ciertos profesionales que por su preparación teórica e intereses profesionales no sean del todo felices en la atención de casos generales. Hay pocos profesionales en nuestro país diestros en el manejo de pacientes con patología dual pero es muy probable que con el tiempo y la adecuada formación vayan apareciendo nuevas vocaciones. desafortunadamente la combinación de patología mental y adicciones es ya muy prevalente y genera muchísima cronicidad y complicaciones médicas.

5.- Orientada al proceso.

Es el futuro de la asistencia en materia de salud mental, la superación de la asistencia convencional siendo el “case management” un eslabón en la consecución de ese objetivo. La idea es la siguiente:

La salud mental difiere del resto de especialidades médicas en una cuestión fundamental: nuestros enfermos son para siempre, me refiero claro está a los más graves, pues el resto pueden beneficiarse de los tratamientos convencionales sin ningún tipo de sofistificación. Nuestros enfermos no pueden ser “curados” con una intervención quirúrgica ni con una pócima milagrosa, se trata de pacientes que presentan ya muy jóvenes deterioro cognitivo, conductas apragmáticas, que no saben relacionarse socialmente, no tienen trabajo o están desprofesionalizados y además suelen haber perdido las redes sociales de apoyo con que toda persona cuenta de entrada cuando las cosas se ponen feas. Suelen vivir 10 años menos que la población general, son por lo general solteros, se suicidan el triple que el resto de sus conciudadanos y no son capaces de gobernar sus vidas por sí mismos. Además padecen las mismas enfermedades crónicas que el resto de sus coetáneos (con la excepción de la artritis reumatoide), hacen poco ejercicio, están en sobrepeso, desarrollan síndrome metabólico con mucha frecuencia y la mayor parte de ellos son grandes fumadores.

Nada que ver con los pacientes médicos o quirúgicos que comparten con ellos camas en el mismo Hospital. Mas que eso, raramente los pacientes mentales necesitan estar encamados.

Las intervenciones puntuales son muy eficaces en medicina, solo hemos de recordar lo resolutivo que resulta operarse de cataratas. La salud mental no tiene esos indices de eficacia y una patología no es la misma en un paciente que en otro, existe una enorme variabilidad individual relacionada con la edad y con el sexo. Por otra parte no disponemos de ningún tratamiento que pueda competir con los que los oftalmólogos resuelven en 20 minutos.

Por la misma razón que la mayor parte de nuestros pacientes son procesuales nuestros dispositivos requieren una transformación en este sentido. Necesitamos atender a nuestros pacientes en dispositivos orientados hacia el proceso individual y no a la patología que suponemos completa y que raramente aparecerá.

Dicho de otra manera: hemos de atender a pacientes con trastorno mental que puedan beneficiarse de una intervención ambulatoria u hospitalaria con objetivos terapéuticos delimitados, en un marco temporal breve y remitirlos a otro dispositivo cercano y permeable cuando el proceso haya cambiado o se precisen intervenciones más sofisticadas y con plazos más extensos.

Se ha terminado la bienintencionada consulta psiquiátrica de “pase el siguiente” y aunque puedan existir dispositivos tradicionales en este sentido para las patologías menores, hemos de ser capaces de conseguir un mayor despliegue de dispositivos que atiendan a los pacientes con criterios mas pegados al terreno de su realidad clínica. La salud mental no puede hacerse a solas, necesita equipos. La salud mental es gente interactuando con el paciente y entre sí.

El médico ha de renunciar a seguir al paciente de por vida, me refiero a vida clínica puesto que el alta en salud mental, en estos casos graves es más bien una utopía. Los propósitos han de rebajarse y dejar de pensar la enfermedad mental en términos de alta o restitución y pensarla más bien en mejor adaptación y mejoría clínica y social y sabiendo que el paciente puede recaer si exigimos demasiado de él o bien puede no mejorar en absoluto hagamos lo que hagamos.

En aquellos casos que precisen intervenciones más prolongadas hay que tener en cuenta la triada, proximidad, continuidad y accesibilidad, es por eso que después de una hospitalización habrá que disponer de mecanismos intermedios de atención a estos pacientes, me refiero a los que precisan de un abordaje terapéutico de alta intensidad y especialización, y con mayor y más variado empleo de recursos y técnicas en un marco temporal prolongado. En nuestro Hospital existe un dispositivo que llamamos “consulta de alta resolución” a medio camino entre el alta hospitalaria y la cita convencional y que se ha implantado con éxito en otras especialidades y cuyos objetivos están relacionados con ahorrarle al paciente trasiegos inútiles en busca de pruebas complementarias, fechas distintas de citación con distintos profesionales al tiempo que se generan alianzas terapéuticas sólidas entre pacientes y terapeutas. El objetivo no es quedarse con el paciente para siempre sino favorecer el tránsito hacia otro lugar.

6.-Orientada hacia la neurociencia.

La neurociencia puede definirse como un conjunto de disciplinas científicas relacionadas con el estudio del cerebro, de la mente, de la conducta y la cognición, de las emociones y sus bases biológicas, psicológicas, sociales , culturales, antropológicas, mitológicas, médicas, lingüisticas, metafísicas, políticas, históricas, económicas, religiosas y espirituales. La neurociencia es una metadisciplina que abarca y rompe con el paradigma biologicista si bien lo biológico lleva la delantera en esa carrera de obstáculos que representa la fusión interdisciplinar de sus investigaciones.

Y sucede por algo que ya comenté en mi anterior post y que vuelvo a recordar ahora: las ciencias sociales están por lo general más atrasadas que las ciencias biológicas o naturales y lo están entre otras cosas porque han sido prisioneras de las ideologías. Hay muchas creencias en las ciencias sociales que se han demostrado falsas (como por ejemplo el caso de la tabla rasa) y aun así sigue siendo defendida por muchas personas.

Carecemos además de una teoría del todo que explique la complejidad y que pueda servir para fundir los hallazgos de la antropología en una verdad científica controlada con un equivalente biológico y es muy posible que nunca la encontremos. Cada disciplina tiene lo que Gustavo Bueno ha llamado un “cierre categorial” es decir solo atiende a sí misma. La fusión de las disciplinas requiere echar a la papelera gran parte de los conocimientos que aun hoy resultan fundacionales en nuestra civilización y que de alguna manera representan los valores morales en los que creemos los demócratas occidentales pero es previsible que gran parte de esos conocimientos sean refutados en el futuro y naturalmente ese será un proceso muy doloroso y traumático.

Aquellos de ustedes que sigan este blog ya habrán entendido porque se llama Neurociencia-Neurocultura, se trata de un intento de fusión entre saberes. Aqui, en este post hice una descripción del este tema. El futuro de la psiquiatría no está pues en la Psiqiuiatría sino en la Neurociencia entendida de una forma extendida. El futuro de la salud mental no está pues en manos de los psiquiatras sino de un conjunto de profesionales que van dejándonos un poso de conocimientos aplicables a nuestra aproximación a lo humano y a sus malestares.

El paradigma kraepeliniano ha muerto pero el nuevo aun no ha nacido.

Mi propuesta personal mientras tanto es:

Mi propuesta epistémica -ahora que ya sabemos lo suficiente para saber que nunca lo podremos saber todo- es la integración aperspectivista, que viene a decir que no existe una perspectiva mejor que otra en según qué tipo de preguntas nos planteemos. El aperspectivismo no significa que ignoremos la gravedad o las leyes fisicas de la realidad que gobiernan nuestro mundo, solo que este tipo de conocimientos no nos sirven para dotar de sentido la vida individual y práctica de cada cual y no sirven tampoco para contestar preguntas tales como: ¿Que explotó en el big bang? ¿Donde estaba yo antes de nacer? ¿Qué sentido tiene la vida si después de todo vamos a morir?

Estamos condenados a encontrarlo y lo encontraremos.


¿Un Alien en nuestro cuerpo?

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El siguiente post es un ejercicio de medicina-ficción. Algo asi, como ¿qué pasaria si?, hubiera un Alien en nuestro cuerpo.

En realidad no se trata de nada nuevo, algunos investigadores como Robert Sapolsky ya nos contaron como cierto bichito llamado toxoplasma gondii podría cambiar nuestra preferencias, anidar en nuestro cerebro y hacernos más impulsivos o cambiar nuestra conducta e incluso nuestra personalidad. En este articulo que Sapolsky tituló “Bichos en el cerebro”, podemos ver que esto es posible al menos en los gatos y sus ratones.

Aquí hay un buen articulo sobre esa atracción felina y el toxoplasma y aqui, otro para hacer boca con esa nueva disciplina que nos viene: la Neuroparasitología, una disciplina fascinante porque une la parasitología con la evolución de nuestra especie.

Una vez dicho esto me gustaría contaros una especie de relato un cuento con intención noética. Imaginad que existe en vuestro interior una especie de Alien (puede ser un microorganismo, un parásito, un robot) no importa qué. Lo que importa es su comportamiento. En condiciones ideales es absolutamente banal, no causa ningún daño y se limita a vivir en condiciones saprófitas en nuestro intestino, se dedica a procesos de fermentación por ejemplo.

Comparte su hábitat con otros cientos o miles de cepas, unas controlan a las vecinas con unos antibióticos endógenos de tal modo que ninguna de ellas progrese más que la otras, digamos que viven en armonía y en paz y se encargan de ocupar nichos espaciales concretos impidiendo que otras cepas, -esta vez patógenas- les quiten el sillón, como políticos mal avenidos.

La salud consiste en eso precisamente: en una especie de disuasión que unos hacen a otros con objeto de espantarles. Hay un equilibrio perfecto, hasta que un ida sucede algo:

El individuo es sometido a un tratamiento antibiótico, o pasa por una temporada de estrés prolongado o es sometido a una exploración quirúrgica (gastroscopia, colonoscopia, cateterismo, etc) y entonces hay un desequilibrio, bien porque ha entrado un intruso que busca medrar o bien porque hemos matado a la mitad de la flora bacteriana que vivía en paz con nuestro Alien.

Entonces lo que sucede es que Alien comienza a crecer y a invadir terrenos inhóspitos, pasa al ano, a la vagina o a la boca (donde de vez en cuando aparece), o lo peor: comienza a profundizar sus raíces en las vellosidades intestinales y hace allí un agujero por donde se filtran moléculas putrefactas o proteínas anómalas que pasan al torrente sanguíneo. Se ha perturbado la barrera intestinal, nuestra primera barrera de defensa.

Nuestro Alien además puede vivir en dos formas, una benéfica y otra maléfica , una con reproducción asexual y otra sexual, pero lo peor es que se recubre de una pelicula hidrófoba que repele los ataques que le pudieran llegar desde el exterior. Además se comporta como una colonia, como un panel de abejas y más allá de la distancia entre individuos estos logran comunicarse con una serie de señales químicas y no químicas. Digamos que entre ellas hay una perfecta sincronización, como sucede con los guasaps. Todos responde cuando un individuo grita ¡peligro!.

Supongamos que una vez ha logrado atravesar la barrera intestinal nuestro Alien comienza a colonizar otros órganos: pulmón, riñones, hígado y cerebro.

Como nuestro Alien se alimenta de glucosa (en realidad es un 80% glucosa) donde disfruta es en el organismo de un diabético pero también se distrae de varias maneras: la más importante es sustituir la vaina de mielina por su película hidrófoba. Es un comedor de mielina por así decir.

Además de esto sus señales de comunicación entre los miembros de su colonia utilizan determinadas proteínas tóxicas y sobre todo el acido tartárico que compite con el ácido fumárico e interfiere en el ciclo de Krebs (en realidad interfiere con la fumarasa), lo ralentiza y disminuye por así decir el metabolismo: como resultado el huésped engorda y se siente cansado.

Además la proliferación de esta colonia de Aliens genera enormes cantidades de productos tóxicos uno de los cuales podría ser el formaldehido y el individuo no solo se siente cansado sin motivo sino además de eso dolorido y con una hiperestesia sensorial exagerada (fotofobia, hiperosmia, etc). Desde el punto de vista mental tiene algo parecido a una depresión aunque psicopatológicamente hablando su estado es disfórico, una mezcla de depresión, ansiedad e irritabilidad, tiene problemas con el sueño, se queja de dolor de cabeza, y síntomas difíciles de filiar como por ejemplo disfunciones de memoria y una especie de neblina en su visión. A veces tiene aftas en la boca.

Las preguntas correctas.-

Imagine que es usted un científico y está en una cárcel, en esa cárcel hay dos puertas, una que lleva hacia la libertad y otra que lleva al pabellón de los psicópatas. Cada puerta está guardada por un centinela, uno siempre dice la verdad y otro siempre miente. Usted puede preguntar a cualquiera de ellos cualquier pregunta a fin de adivinar qué puerta le llevará a la libertad.

¿Qué preguntaría?

La solución al acertijo puedes verla aqui.

Esta historia de la pregunta correcta sirve para ilustrar la importancia que tiene de acertar con la pregunta y no tanto dar respuestas a preguntas que no se hicieron y nos recuerda un poco al mito de Parsifal.

El lector habrá caído en la cuenta de que la pregunta correcta en este caso seria ésta: ¿Existe algún microorganismo conocido que pudiera comportarse como ese Alien del que hemos hablado?

Y si es así, ¿cual es?

Y la enfermedad o enfermedades, ¿de qué le suenan?

Use los comentarios.


Lo que Lacan le diría a Stendhal

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Seminario de metaformación de ayer día 29 de Mayo a cargo del Dr Francisco Traver. “Cerebro y belleza”, “síndrome de Stendhal” y “patologías de la identificación”.


El futuro de la salud mental (y III)

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Lo cierto es que la salud mental y la psiquiatría en concreto se halla en un callejón sin salida conceptual. Desde que salió el DSM-V las voces contrarias a esta traxonomia no han hecho sino crecer, aunque esas voces de forma atenuada ya aparecieron casi paralelamente a los anteriores DSMs.

Y también es cierto es que aunque está rebelión de los profesionales se parece algo a la que sucedió en los años 70 y que tomó el nombre de antipsiquiatría no es la misma situación, aquella era una critica radical y además única que se hacía frente a las instituciones, la de hoy se hace contra los conceptos y las prácticas, es decir se trata de una critica nuclear. Hoy los enemigos del DSM lo son por diversas causas muchas veces sutiles y difíciles de apreciar para un lego en la materia.

La oposición al DSM procede de varios frentes de pensamiento, 1) Están los que se apoyan en el estigma, una manera de pensar parecida a esta: “los diagnósticos generan el estigma, luego si no hubieran diagnósticos suprimiríamos el estigma”·. 2) Están los que denuncian el crecimiento geométrico de las entidades del eje I en el DSM . Hay tantas entidades clínicas que casi cualquier persona puede ser diagnosticada de algo. 3) Están los que denuncian una connivencia con los intereses de Big Pharma. Naturalmente la industria necesitan nichos farmacológicos en los que apoyar sus investigaciones y si el nicho no existe se crea. ¿Existiría la vareniclina si no existiera una supuesta adicción a la nicotina?. 4) Están los que claman contra la amputación que ha sufrido la psicopatologia general en los sucesivos manuales operativos. El diagnóstico psiquiátrico se ha gracilizado, se ha hecho más superficial y las grandes observaciones de los fenomenólogos europeos han acabado por desaparecer de nuestra manera de pensar lo mental. 5) Y están los que claman por una nueva taxonomía basada en la neurociencia de la conducta o la genética y no tanto del sindrome clinico observable que en cualquier caso no tiene correspondencia con los endofenotipos conductuales que la neurociencia persigue a fin de identificar marcadores biologicos.

En este articulo, titulado “La muerte de la Psiquiatria” puede el lector profundizar un poco más sobre las distintas sensibilidades que andan hoy rivalizando para arrimar el ascua a su sardina ideológica.

En lo que estamos todos los psiquiatras de acuerdo (o casi todos) es que necesitamos un nuevo paradigma, pero la verdad del asunto es que ese paradigma nuevo ni ha nacido ni se le espera de momento. Hay muchas criticas razonables pero nadie -que yo sepa- ha propuesto algo nuevo que prometa enterrar lo viejo en el museo de los horrores.

De momento hemos de conformarnos con el paradigma kraepeliniano o sus derivados neokraepelinianos que dieron lugar a esos listados operativos que conocemos como DSMs

¿Qué es un paradigma?.-

Un paradigma es un modelo, nótese que no se trata de una teoría sino de un modelo.  El concepto de paradigma (un vocablo que deriva del griego paradeigma) se utiliza en la vida cotidiana como sinónimo de “ejemplo” o para hacer referencia a algo que se toma como “modelo”. En principio, se tenía en cuenta a nivel gramatical (para definir su uso en un cierto contexto) y se valoraba desde la retórica (para hacer mención a una parábola o fábula). A partir de la década del ’60, los alcances de la noción se ampliaron y ‘paradigma’ comenzó a ser un término común en el vocabulario científico y en expresiones epistemológicas cuando se hacía necesario hablar de modelos o patrones.

El estadounidense Thomas Kuhn, un experto en Filosofía y una figura destacada del mundo de las ciencias, fue quien se encargó de renovar la definición teórica de este término para otorgarle una acepción más acorde a los tiempos actuales, al adaptarlo para describir con él a la serie de prácticas que trazan los lineamientos de una disciplina científica a lo largo de un cierto lapso temporal.

De esta forma, un paradigma científico establece aquello que debe ser observado; la clase de interrogantes que deben desarrollarse para obtener respuestas en torno al propósito que se persigue; qué estructura deben poseer dichos interrogantes y marca pautas que indican el camino de interpretación para los resultados obtenidos de una investigación de carácter científico.

Cuando un paradigma ya no puede satisfacer los requerimientos de una ciencia (por ejemplo, ante nuevos hallazgos que invalidan conocimientos previos), es sucedido por otro. Se dice que un cambio de paradigma es algo dramático para la ciencia, ya que éstas aparecen como estables y maduras.

En su libro “La estructura de las revoluciones científicas define a un paradigma de la siguiente manera:

  • lo que se debe observar y escrutar.
  • el tipo de interrogantes que se supone hay que formular para hallar respuestas en relación al objetivo.
  • cómo deben estructurarse estos interrogantes.
  • cómo deben interpretarse los resultados de la investigación científica.

Ni que decir que el paradigma de la salud mental son las perturbaciones mentales observadas desde el paradigma biomédico, es decir el paradigma reinante en este momento en la ciencia es que la enfermedad mental es como una enfermedad del cuerpo, absolutamente igual que una enfermedad médica cualquiera. De lo que se trata es de definir estas perturbaciones, saber identificarlas y tratarlas con los diversos medios que la ciencia ha puesto a prueba, obviamente fármacos o terapias psicológicas.

Más concretamente, el paradigma kraepeliniano se sostiene en que:

 A finales del siglo XIX, el psiquiatra alemán Emil Kraepelin delineó una serie de trastornos mentales discretos extraído principalmente de agrupaciones de síntomas centrales, y con límites claros entre sí ( Bentall, 2004 ). De particular importancia fue la división entre el trastorno bipolar (entonces llamado depresión maníaca) y la esquizofrenia (entonces llamada demencia precoz). Este etiquetado de los trastornos mentales discretos e identificables se construyó en ausencia de cualquier fisiopatología identificable. Los trastornos se definen exclusivamente en una agrupación de patrones observables de la conducta ( Greenberg, 2013 ).

Este paradigma constituido como “ciencia normal” dentro de la psiquiatría a lo largo del siglo XX configuró un conjunto de problemas y tareas que fueron instituidos por una concepción de la naturaleza de las enfermedades mentales como, enfermedades identificables discretas que podrían ser diagnosticadas con precisión, tratadas médicamente y investigadas como “entidades reales ‘con bases o causas (biológicas potenciales (Kuhn, 2012 ). El problema científico de la psiquiatría fue identificar los fisiopatologías subyacentes de los trastornos que habían sido definidos y clasificados por Kraepelin.

Algo que nunca se logró.

Las falsas promesas.-

Lo cierto es que la genética, al menos en lo que respecta a la salud mental era como esas personas que prometen mucho y no dan nada. Ningún hallazgo con hueso nos ha aportado la genética, salvo la idea de que hay cientos de genes implicados en la génesis de las enfermedades mentales y lo peor: son genes compartidos con otras enfermedades y aun :solo conocemos una pequeña parte de ellos y no toda la combinatoria posible. Lo que señala en la dirección de que las enfermedades mentales están enmarañadas con otras enfermedades físicas.

Y es por eso que la salud mental ha de seguir los pasos de la salud en general. Es un hecho que las enfermedades mentales tienen mejor pronóstico en entornos sanitarios reglados y donde la población presenta mejores indices de salud general.

Algo parecido sucedió con la neurociencia cognitiva y la neuroimagen, prometían más de lo que aportaron a la comprensión de lo mental, por no hablar del psicoanálisis o de la teoría de las monoaminas. Todos estos modelos han fracasado y la Big Pharma parece que les ha retirado su favor.

Estas decepciones han propiciado la emergencia de teorías radicales similares a las que propiciaron la emergencia de la antipsiquiatría y aunque con otros ropajes, la critica hacia los diagnósticos y las intervenciones psiquiátricas se parece más a un movimiento político populista que a un paradigma que pretenda aportar algo a nuestra comprensión del fenómeno mental patológico.

No cabe duda de que existe una tendencia que pudiera rotularse con este slogan “Contra el diagnóstico”, lo que es lo mismo que decir “Contra todo conocimiento psiquiátrico”.
¿Hacia dónde vamos?.-
No me cabe duda de que vamos hacia una redefinición de la salud mental, es decir hacia una mejor comprensión de esa linea roja que separa la salud de la enfermedad.

Como algunos señalan, hay una dignidad en una respuesta a la angustia y es una misión central de la psiquiatría entender esa repuesta como una respuesta a la desesperación, no una búsqueda de la salud per se o una normalización a toda costa. El umbral entre la salud y la angustia es cada vez más un umbral donde la gente se exige una serie de formas de intervención, tanto para ser “mejor que bien” y para identificar e intervenir temprano en trastornos potenciales ( Rose, 2010 ). Este es un movimiento dentro de la sociedad y la medicina en su conjunto, y es imposible para la psiquiatría estar al margen de esta “era biopolítica” como los postestructuralistas señalan ( Choudhury y Slaby, 2012). La Psiquiatría se elaborará cada vez más en los debates en torno a aquello que interviene en el umbral de la salud, la enfermedad y el mantenimiento de la salud. Una reducción de gastos sería exigir un retorno a una exclusión era de asilo que conservaría una población psicopatológica distinta sujeta a la mirada psiquiátrica, pero esta separación de la enfermedad y la salud es poco probable que ocurra en los países occidentales.

Sin embargo, la psiquiatría puede elegir cómo conceptualizamos el trabajo en el límite de la enfermedad y la salud. Podemos aprender de nuestro pasado psicoanalítico que la demanda de la salud total y completa es una quimera que podría convertirse en una patologización irracional de más y más personas. Los pluralistas conservadores tienen cosas importantes que decir acerca de la intervención en la salud y la inflación de diagnósticos, y aquí están aliados con los pluralistas radicales y psiquiatría crítica ( Whitaker, 2010 ; Leader, 2011 ; Frances, 2013 ). A la psiquiatría plural que, en alianza con un movimiento de recuperación, se centra en los medios sociales de aliviar la angustia en el nombre del bienestar de la sociedad y en contra de la idea de la felicidad farmacéutica nos podría alejarse de visitas individualistas y químicas del bienestar.

Medios sociales sí, felicidad farmacológica no.

Dicho de otra forma: la asistencia del futuro pivotará sobre procesos y no sobre fármacos, instituciones, personal o casos. La ética del cuidado reemplazará a la idea de reinserción o curación a cualquier precio.

Junto a esto hay una necesidad de responder al sufrimiento y aferrarse a una noción de continuidad y discontinuidad en la comprensión de la angustia mental. Los pluralistas radicales tienen importantes lecciones que enseñarnos en su énfasis en la locura como un mundo que no es fácilmente normalizado o narrada como un cuento.

voces

Por último, debemos tratar de desarrollar conceptualizaciones explícitas de angustia mental en alianza con la auto-comprensión de los usuarios del servicio ( Callard, 2014 ) Las narrativas de los usuarios del servicio y las personas que han experimentado angustia mental estarán en el centro de este pluralismo renovado que comienza con la persona en su contexto social en un intento de comprender el significado de la locura en ese contexto ( Wallcraft y Michaelson, 2001 )

Esta fenomenología descriptiva necesita como aliado a una fenomenología más profunda y una atención al significado que las personas tratan de dar a sus experiencias y la capacidad de permanecer donde el significado no surge fácilmente. Un pluralismo que renueve la psiquiatría de esta manera puede volver a centrarse en una tradición “híbrida” para los nuevos tiempos y desarrollar una “ciencia humana” que puede señalar el camino a seguir como modelo para el resto de la práctica social y de salud.

Bibliografía.-

Allistair Morgan: ¿Está muriendo la psiquiatría?


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