Quantcast
Channel: neurociencia neurocultura
Viewing all 778 articles
Browse latest View live

La traumática historia del trauma (XVIII)

$
0
0

tigre

Si la teoria de Robert Scaer resultara cierta tendríamos pistas no solo para desarrollar una teoria neurocientifica sobre el trauma sino además indicaciones para resolverlos, es decir para recuperarse de un trauma.

Se trataria de volver a “congelar” al sujeto para completar el ciclo de congelación-descongelación. De lo que se trataria es que la enorme cantidad de energia congelada y procedente del SNA (sistema nervioso autónomo) pudiera ser descargada, tal y como hacen los animales que han sufrido un estado de congelación. En realidad la congelación afecta las emociones, usualmente rabia, miedo, vergüenza y culpa.

Peter Levine es un psicólogo americano que ha desarrollado su carrera profesional en torno a este tipo de ideas y que le llevaron a escribir un libro (que preside estepost) que en castellano se ha traducido como “Curar el trauma” yque se basa en una teoria desarrollada por él mismo en torno a la idea de “La experiencia somática” que metafóricamente ha titulado “Despertar al tigre”.

Se  trata de una forma de terapia dirigida a aliviar y resolver los síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros problemas de salud relacionados con el trauma físico y mental, centrándose en las sensaciones del cliente percibidas del cuerpo (o experiencias somáticas). En el libro, analiza en profundidad sus observaciones de los animales en la naturaleza, y cómo hacen frente y se recuperan de situaciones que amenazaron su vida. Llega a la conclusión de que su comportamiento nos da “una pistas en el proceso de curación biológica” y que “la clave para la curación de los síntomas traumáticos en los seres humanos radica en que seamos capaces de reflejar la adaptación de flujos de los animales salvajes” ya que evitan la traumatización de reaccionar a las situaciones que amenazan la vida.

Las sesiones se realizan normalmente cara a cara, e implican que el paciente siga su propia experiencia corporal. Se trata de una alternativa a las terapias convencionales que por lo general son largas y tienen resultados bastante decepcionantes,sobre todo las terapias reconstructivas donde sobre todo el terapeuta trata de que el paciente recuerde, hable y reviva su foco traumático. El problema que tienen las terapias centradas en la palabra y el recuerdo es que muchas veces el paciente no conoce, sabe o no recuerda en absoluto su trauma original y aun así a veces,- en el caso de traumas más graves- el paciente se niega a hablar de ello. No se trata simplemente de adquirir una representación de lo traumático sino una renegociación.

La técnica de Levine trata de promover el conocimiento y liberar la tensión física que se mantiene en las secuelas de traumatismos. Esto ocurre cuando las respuestas de supervivencia (que pueden adoptar la forma de orientación , lucha, huida o ” congelacion  no están completamente descargadas después de la situación traumática.

Trauma y chamanismo.-

Un chamán es un individuo que ejerce en un entorno tribal ciertos poderes que se le atribuyen en relación con la curación de ciertas enfermedades. El chamán es una especie de intermediario entre lo visible y lo invisible, es el único al que se le atribuye el poder de comunicarse con los espíritus, una especie de daimon viviente. Usualmente la función del chamán es la de hacer volver el alma al cuerpo de los enfermos.

Se trata de una concepción de la enfermedad muy cercana a nuestro concepto de disociación, el enfermo seria una persona que ha extraviado lo humano que había en él, una especie de pérdida que se trataria de restablecer a través de un ritual.

Usualmente se trata de rituales en los que se utilizan drogas psicoactivas que propician visiones pero que sobre todo crean un entorno mágico de conexión y de regresión a través de la danza y el movimiento. Para mi es importante retener esta cuestión: el ritual provoca una especie de estado alterado de la conciencia, una especie de trance que favorece ese viaje de reencuentro con el alma perdida, y que se hace a través de una experiencia corporal, es decir una experiencia de movimiento.

De lo que se trata es de que el alma regrese al cuerpo o dicho de una manera más actual: favorecer la integración de las experiencias traumáticas en la totalidad mental del sujeto.

¿Qué es un ritual?

Un ritual es una conducta demostrativa que tiene lugar entre dos o más individuos y que se lleva a cabo en función de su valor simbólico. Por ejemplo el homenaje a una bandera, los desfiles militares, las tradiciones, las celebraciones familiares en Navidad o los ritos y liturgias religiosos se llevan a cabo a través de la captura facilitada por las creencias o los recuerdos compartidos de aquellos que conviven en un determinado entorno y que consensuan como definitorios de su cultura o de sus expectativas. Se trata de movimientos relacionados con nuestro cerebro reptiliano.

Caracteristicas de los rituales.-

1.-Son conductas que escapan a la razón y mantienen un cierto aspecto de supersticiones.

2.- Son repetitivas y automáticas.

3.- Su supresión desencadena perplejidad, confusión, ansiedad o agresión.

4.- Son antieconómicos, en el sentido de que representan conductas redundantes, hacen perder tiempo y representan esfuerzo.

5.- Son reconocidos por los miembros de la misma especie o por los individuos que comparten una misma cultura.

6.- Son extraños para aquellos que no comparten una misma cultura o para individuos de distintas especies e inducen conductas de desasosiego o de interpretaciones erróneas.

7.- Su propósito es inhibir la agresión, señalar la jerarquía o la disponibilidad sexual, además de -por efecto contrario- profundizar los vínculos entre individuos.

8.- Son exagerados, dramáticos y exhuberantes y recuerdan a la farsa teatral.

9.- El ritual desencadena algun tipo de modificación de conciencia, desde el rapto hasta el trance.

10.- El ritual suprime la conciencia racional del individuo y nos secuestra hacia un estado en el que el individuo se siente arrastrado por su potencia, siempre y cuando, claro está se crea en él.

En definitiva, el ritual nos posee por su potencia simbólica y suprime transitoriamente la cognición racional, podriamos decir que el Yo desaparece lo que le emparenta con el mindfullness.

Para entender mejor las ideas de Levine podeis visionar este breve video en inglés.

 

La idea fundamental de Levine y que repite varias veces en su libro es esta: el trauma es una experiencia corporal no mental. Para saber más puedes visitar este post.

Sin embargo no se trata de meter al paciente en cualquier ritual, pues el ritual ha de ser profundamente individual para tener sentido para el paciente, el baile por ejemplo ha sido propuesto como un ritual terapéutico por Van der Kolk, pero bailar ha de tener un sentido para el paciente a la vez de ser entrenado para  descargar a través del baile las sensaciones corporales que quedaron congeladas. Bailar (para quien le gusta bailar) puede servir de catarsis pero no de descongelación, lo mismo sucede con la literatura (escribir) o el teatro (interpretar un papel).

Un resumen en pdf del libro

 

 



La traumática historia del trauma (XX)

$
0
0

oedipus

Como vimos en el post anterior donde hablé del caso Dora, su histeria (la de Dora) tenia mucha relación con ciertas vicisitudes de la relación con su propio padre, una relación que hoy  no dudaríamos en calificar de “traición” como mínimo si no de una conducta abiertamente incestuosa, donde la barrera generacional no fue respetada.

Es interesante señalar en este momento un hecho que creo fundamental y que creo de relevancia para explicar la patoplastia de las enfermedades mentales. Aunque la histeria hoy es un término obsoleto que ha sido barrido de las clasificaciones psiquiátricas convencionales, el término sigue teniendo mucho peso empírico por tratarse de un eje vertebrador de los sucesos que acaecen en la mente de una niña mientras pivota alrededor de la influencia (en este caso nociva) con su padre.

La histeria es el núcleo de las distorsiones de las relaciones entre una niña (sobre todo) y su padre.

O mejor dicho entre la niña y la paternidad, entendiendo como paternidad a una función simbólica que tiene que ver con la autoridad, el sexo, la identificación, la identidad y el poder pero también con la seguridad, la protección y la confianza si bien estos últimos sentimientos se comparten también con la madre. Este eje vertebrador puede pivotar también en la madre y más adelante veremos como los cambios sociales que se han producido al menos en el mundo occidental durante los últimos 50 años han modificado también la presentación de la enfermedad mental.

Pero la histeria está relacionada con un reparto de roles y poder que tiene que ver con lo que ahora llamamos patriarcado y sus valores. Recordemos cuales son los valores patriarcales de las sociedades tradicionales:

Memes de valor patrifocales.-

  • Todo está impregnado de orden, ritualismo, severidad y sencillez. En India, los invasores arios llaman “los sin-rito” a sus enemigos de raza oscura.
  • En el Patriarcado el hombre domina sobre la familia. Hay siempre una especie de patriarca supremo, líder, rey o emperador. Los niños crecen teniendo en mente su deber de relevar en el poder a la generación de sus padres. El primogénito depredador del poder es la esperanza del porvenir, y es quien da carácter a su sociedad. La hegemonía social corresponde al guerrero joven, vigoroso, de impulsividad agresiva, y sediento de poder y de dejar su sello sobre el mundo.
  • Se dicen las cosas de frente, de modo pragmático y casi crudo, y nadie se siente ofendido por ello (pensemos en los modernos países bálticos y eslavos). Abundan las peleas y los duelos de honor.
  • Se otorga valor al valor en sí, y las posesiones materiales sólo tienen valor por representar un estatus (como las armas, el escudo, la armadura, el caballo y el botín saqueado, que expresaban otrora la posición de la casta militar). Asimismo, se da gran valor a lo que es difícil de lograr, a aquello que está al alcance de la minoría selecta.
  • El tiempo libre se ocupa principalmente con el deporte, la caza, el estudio, la meditación religiosa y el entrenamiento militar. Todo ello resulta en un pueblo atlético, guerrero, vigoroso, espiritual y depredador. Esparta es el modelo.
  • Carácter inquieto, curioso y creativo. Aparecen grandes exploradores, filósofos, científicos y artistas.
  • Se valoran la sencillez, la sinceridad, la naturalidad, la austeridad y la dureza. Ello da lugar a vidas espartanas, de endurecimiento constante.
  • El patriarcado da preferencia a los fuertes y rinde directamente culto a la guerra, al valor, al arrojo, al riesgo y al heroísmo. Florecen las sociedades severas y agresivas, tendentes a invadir, conquistar y poseer tierras nuevas, bajo la mentalidad de que “la fuerza hace el derecho“. De este modo, el Patriarcado es el sistema capaz de dar a luz a héroes: mediante una vida patriarcal, se forjan pioneros, exploradores, hombres buscadores e inquietos, rebosantes de ambición y de voluntad de poder.
  • Son odiados a muerte el cobarde, el dócil, el inútil y el amanerado.
  • Se valoran la audacia, el honor y el valor. Se respeta la agresividad, la dureza, la fuerza e incluso cierta violencia y brutalidad. Se acepta el riesgo con morbo, se juega con la muerte y con el dolor, y se coquetea con el malestar, con el estrés, con el horror y con el miedo, pensando que ello fortalece a los hombres. Se valora una vida con honor y con gloria, aunque sea muy corta (esta elección está condensada en la genial figura griega de Aquiles). Se rinde culto al heroísmo y al sacrificio, aunque ello implique una vida sufrida y esforzada. La eugenesia, la camaradería, la sacralidad de la relación maestro-alumno, la mors triumphalis y la eutanasia son ideales de la mentalidad patriarcal.
  • El placer y los lujos son tomados con suma desconfianza, y tratados con muchísimo cuidado, o hasta desterrados. La disciplina, el ascetismo, el autocontrol, la voluntad, el entrenamiento, el carácter altivo, rústico, agresivo y militar toman su lugar. Los fenómenos del soldado y del militarismo, así como del atletismo, son productos típicos de la acción social del patriarcado a largo plazo. Esto da lugar a pueblos imperialistas que glorifican la guerra. La feminista Marilyn French (1929-) establece (Beyond Power), no sin cierta repugnancia por su parte, que el patriarcado es un sistema que “otorga preeminencia al poder sobre la vida, al control sobre el placer y al dominio sobre la felicidad.” Podríamos añadir que el patriarcado otorga también importancia al control sobre las emociones, los sentimientos, el sufrimiento y el dolor (a los niños se les dice que “los hombres no lloran”), y al poder sobre la Tierra y sobre la materia.
  • Se busca endurecer y fortalecer la vida exponiéndola al malestar y blindándola así contra malas experiencias futuras. Las frases más representativas de esta mentalidad son “es por tu bien” y “en el futuro me lo agradecerás”. La lucha y la ascensión prevalecen sobre la búsqueda del placer.
  • En el patriarcado los saludos son sobrios y simples, como el saludo romano. Se tiende a la discreción, a la simplicidad y a los modos estáticos y solemnes, casi marciales en su rectitud rúnica. El patriarcado está influenciado por la filosofía y el modo de hacer las cosas de las männerbunden (“sociedades de hombres”, o ejércitos), que constituyen una de sus señales distintivas y piedras angulares.
  • El patriarcado porta formas sociales jerárquicas de un carácter que hoy denominaríamos “fascista“, en las que el orden lo decide todo. El Estado y el Imperio son instituciones originariamente patriarcales. En el reino animal, por ejemplo, los lobos viven en un sistema casi patriarcal, regido por los machos dominantes que se van renovando al paso de las generaciones. Toda la manada participa en el entrenamiento y el aprendizaje de los cachorros, y los padres expulsan del hogar a los hijos una vez que han alcanzado la madurez suficiente para buscarse su propio sustento.

Es en este entorno donde aparece los malestares histéricos clásicos, los malestares que presenció Freud y que se extendieron durante todo el siglo XX y que podríamos clasificar como malestares procedentes de la disociación entre mente y cuerpo en las mujeres y a la desconexión en el hombre entre su cuerpo y las emociones expresadas. Lo que en el hombre es contención, en la mujer es expresión: pero una expresión metafórica utilizando el cuerpo como coartada. Sin embargo,  y aunque la histeria existió siempre como rotulo de diversos malestares, lo cierto es que la epidemia que tuvo lugar en el siglo XIX no se debe a la pervivencia de este modelo sino a los cambios en la mentalidad humana que se produjeron  después de la Ilustración.

No es de extrañar que Freud encontrara que todas sus pacientes tenían algo en común, algo que no era solo la moral victoriana que suprimía y demonizaba el impulso sexual sino que más allá de eso, las muchachas que componían su clientela se hallaban prisioneras por padres tiránicos que las mantenían dedicadas de por vida al cuidado de ellos mismos y solo cuando morían estas mujeres podían liberarse de su yugo y pasar a ser tías de los hijos de sus hermanos. Las madres tampoco ofrecían un modelo atractivo para sus hijas, condenadas como estaban al mismo cautiverio. En este entorno no es de extrañar que Freud observara en sus pacientes una clara orientación por el padre (o los hermanos varones) y más en aquellas que calificó como “independientes de criterio” como la misma Dora. Tampoco es nada raro que entendiera que aquellas muchachas sufrían de “envidia del pene” y que muchas de ellas, -las más inconformistas- albergaran el deseo de ser hombres o al menos de emular a sus hermanos  varones. Los hombres podían  ser independientes y ellas estaban condenadas al matrimonio o a la soltería orientada al cuidado de sus padres. Otras, sin embargo no corrían mejor suerte al tener que arreglárselas por sí mismas, es decir trabajar para sostenerse, una dedicación poco deseable para la mayoría de las mujeres de aquella época y a la que sólo podían dedicarse las mujeres solteras y pobres.

Quizá el lector entienda ahora por qué la histeria ha prácticamente desaparecido de los manuales psiquiátricos y de la clínica diaria. El mundo no sólo ha cambiado mucho sino que se han socavado todos los valores de la sociedad patriarcal, lo más curioso de este fenómeno es que no ha resuelto el asunto del sufrimiento sino que lo ha modificado y en cierto modo lo ha agravado, como iremos viendo poco  poco.

De manera que el trauma de las histéricas del siglo XIX y del siglo XX, no estaba tan solo en el hecho de haber sufrido abusos sexuales o de otro tipo en su infancia, sino que el descubrimiento de la sexualidad y el posicionamiento concreto de cada una de ellas en relación con la sexuación era el trauma propiamente dicho, es por eso que clásicamente se viene diciendo, al menos entre los psicoanalistas que la histeria es una neurosis edípica. 

Pues es en ese nudo que llamamos “Complejo de Edipo” donde se configura el deseo.

Edipo en el mito.-

Probablemente el mito de Edipo sea el más conocido de la mitología griega y parte de esa fama se deba a que Freud le tomó como piedra angular de su teoría de la líbido. Para Freud, el niño pasaba por una fase que llamó “complejo de Edipo” donde real y fácticamente deseaba poseer a su madre y albergaba deseos de asesinar a su padre, razón por la que se sentía en peligro de castración.

El niño desarrollaba en esta etapa un miedo-deseo de ser como el padre para poder así poseer a la madre, un miedo-deseo que implicaba fuertes componentes de agresión y sexuales, que se saldaba con la identificación con el padre y la renuncia a la madre. En realidad, mi primera crítica a esta idea está relacionada con una lectura inexacta del mito: lo que sucede en el mito de Edipo nada tiene que ver con lo que Freud especula. En primer lugar, es Layo, el padre de Edipo, el que se deshace de su hijo cuando es advertido por el oráculo con la predicción de que su hijo le dará muerte.

En segundo lugar, Edipo, alcanzada la madurez, abandona la casa de sus padres adoptivos y asesina en un cruce de caminos a Layo, sin saber que está dando muerte a su padre verdadero al que sigue sin conocer. En tercer lugar, cuando entra triunfante en Tebas después de haber dado muerte a la Esfinge y se casa con Yocasta, no sabe que es su madre. Cuesta entender por qué Freud utilizó el mito de Edipo para ilustrar lo que según él acaecía en el interior de un infante desde los 4 a los 8 años. Más relevante o comprensible me parece si hubiera echado mano del mito de Cronos y Zeus: efectivamente en este mito es Zeus el hijo el que da muerte y castra a su padre Cronos con la ayuda de su madre Rea. Creo que esta historia se ajusta mejor a la intención de Freud de dar a entender que los niños pasan por una fase donde se dan cita en ellos este tipo de anhelos y afectos divididos.

El mito de Edipo señala en una primera lectura en otra dirección un poco más sutil: en primer lugar Edipo es un huérfano que ha sido abandonado a su suerte por su padre –temeroso de que le asesine según la predicción del oráculo– y que se educa en casa de Pólibo creyendo que es hijo suyo en unas versiones, y a sabiendas de que no es su padre verdadero en otras. Sin embargo, lo cierto es que Edipo al llegar a la adolescencia, como todos los héroes griegos, parte en busca de aventuras. Esta salida del hogar es interpretada por autores diversos como una búsqueda del principio paterno. Del mismo modo Parsifal, que sabe que es huérfano de padre y vive con su madre, también parte en busca del Grial en un periplo similar. Lo hace Teseo, y Perseo, Heraclés y Orestes, Jasón y Ulises, el héroe siempre sale, vuelve, da vueltas perdido, combate monstruos, acaba con una plaga o pone fin a una maldición; su misión es siempre la redención de algo que ha sido maldito por el pecado de alguien anterior. Los héroes del mito o de la leyenda parten siempre abandonando a sus madres, hermanas o padres adoptivos en busca de algo que al parecer no pueden encontrar permaneciendo en su hogar, pero añaden una novedad respecto a las aventuras de sus predecesores: en estos dos casos (Edipo o Parsifal) no hay aventuras bélicas, ni lucha contra el monstruo a brazo partido, ni fuerza bruta como método para enfrentarse a la desgracia, sino preguntas, conocimiento y sabiduría. Así, la Esfinge sólo puede ser vencida si el héroe resuelve los dilemas que le plantea y Parsifal sólo podrá acceder al Grial si hace la pregunta correcta al anciano guardián del castillo.

Al librar Edipo del monstruo a los tebanos, éstos le demostraron su favor y es cuando Edipo desposa a Yocasta, la viuda de Layo, al que el propio Edipo ha dado muerte en un enfrentamiento anterior a su encuentro con la Esfinge. Con Yocasta tiene una hija famosa: Antígona, una heroína a la que Sófocles eternizó en una de sus tragedias. Sucede entonces que se declara una peste en Tebas y, consultados los oráculos, predicen que la peste no cesará hasta que se encuentre al asesino de Layo. Edipo interroga al sabio Tiresias después de lanzar una maldición sobre su asesino (sin saber que está derramando su maldición sobre su propia cabeza). Tiresias, que por su condición de “ver más allá y más profundamente” conoce todo el drama, aunque trata de disimular sus conocimientos no puede evitar que Edipo comience a relacionar la manera en que murió Layo con su propio incidente en el camino. Comienza dudando sobre si él será el responsable del crimen, pero poco a poco van apareciendo las pruebas de que no es hijo de Pólibo sino de Layo. Edipo es culpable del parricidio y del incesto con Yocasta y, una vez desvelada la verdad, ella se precipita desde una almena de su palacio y él se perfora los ojos con una aguja quedando ciego.

Después Edipo es desterrado de la ciudad y comienza una existencia errante. Lo acompaña Antígona, su hija, porque sus otros hijos – Eteocles y Polinices– no han intervenido en su favor y él les ha maldecido. En este errar llega hasta el Atica, donde permanecerá hasta la muerte gozando de la bendición de los dioses.

El mito de Edipo parece orientarse y señalar más bien a un tipo de conocimiento que se inicia con dudas pero que puede alcanzarse plenamente a través de la razón; al fin y al cabo Edipo llega a la conclusión acertada aún a sabiendas de que no es lo más conveniente para él. Una vez alcanzado ese conocimiento que es la verdad histórica, los ojos ya no sirven para contemplar la realidad, más bien son un obstáculo para la visión interior: quedarse ciego no es sólo el castigo por haber pecado o transgredido una ley divina sino también un recurso para resaltar la visión interior y buscar dentro, a través de la introspección, lo que no se halló fuera. El otro ciego conocido de la mitología, Tiresias, había sido cegado por contemplar desnuda a la diosa Atenea –una transgresión intolerable en la mentalidad griega– , pero esta ceguera, más que un problema, parece que se encuentra en la base de sus habilidades adivinatorias. También en el caso de Tiresias parece que el haber sido mujer y hombre en dos secuencias de su vida añade a su conocimiento de la naturaleza humana una cualidad esencial.

En realidad el mito de Edipo alumbra la búsqueda del padre o, más bien, del principio paterno que, una vez descubierto, es para contemplar que en él se perpetró (como resultado simétrico de un crimen anterior) un asesinato ritual, el crimen sobre el que se funda precisamente la individualidad, pues algo viejo debe morir para que algo nuevo fructifique. Otra vez aparece el estribillo sacrificio-muerte-redención. Al mismo tiempo señala que en las familias existe una sustancia común, una herencia psíquica que sólo puede superarse a través de la transformación individual: la que realiza Edipo a través de su búsqueda de la verdad y la asunción de esta verdad como culpa de su estirpe.

Superar o vencer simbólicamente al padre es la tarea del héroe, pero, más que eso, la tarea del héroe es transformar a través de la visión interior en qué consistió la culpa de su linaje; en esta tarea el padre real carece de importancia porque Edipo y Parsifal están luchando contra el arquetipo paterno, algo que realizan precisamente por su condición de huérfanos: tanto Edipo como Parsifal carecen de la oportunidad de confrontarse con un padre real al que desconocen. Por otra parte, parece como si la presencia de las mujeres disminuyera o pusiera en peligro las aspiraciones masculinas del héroe; permanecer con la madre no es una opción para los héroes de la tragedia, que parecen estar diciendo que sin alejamiento de los arquetipos femeninos, aún siendo seguros y cómodos, no hay acceso a la masculinidad, algo que se encontraba en la mentalidad griega y que entronca con la prescripción saludable de las prácticas homosexuales en aquella sociedad y que en realidad tiene mucho que ver con la misoginia y el estatuto secundario de la mujer en la sociedad griega. Al mismo tiempo, parece señalar también que en esa tarea de alejamiento pueden cometerse muchos errores, y que el principio masculino, en cualquier caso, tarda mucho tiempo en encontrarse, no antes de la segunda mitad de la vida. Muchos son los obstáculos que se oponen a esa tarea; la primera es la imprudencia del joven que le hace susceptible a encontrarse con muchas oportunidades para perder la vida o arrebatársela a otros (recordemos el trágico encuentro en el camino entre Layo y Edipo o entre Parsifal y el caballero Rojo, dos muertos en realidad gratuitos que hablan de la impulsividad de la juventud, uno de los enemigos en la adquisición del conocimiento). Otro obstáculo es el sexo: ¿cómo acceder a un conocimiento abstracto de tal complejidad si se está disfrutando de los placeres de la carne? ¿Por qué Ulises no puede abandonar a Circe o a Nausicaa por sus propios medios? ¿Por qué no puede llevar a cabo su propósito de seguir camino hacia Itaca? Ulises tiene la suerte de contar con la ayuda inestimable de Hermes, quien le proporciona las claves para eludir los abrazos posesivos de estas diosas amantes. En el caso de Parsifal la tarea tendrá que ser acometida en dos ocasiones distintas: durante su juventud, y a pesar de haber llegado al castillo y haber reconocido al guardián del Grial, es incapaz de hacer la pregunta correcta; en la segunda ocasión, Parsifal opta por la castidad como método de no implicarse en lo humano, y es entonces y sólo entonces cuando consigue hacer la pregunta que desvela la ubicación del Grial.

Hasta aqui una lectura clásica del mito, en el próximo post hablaremos de cómo entendemos el complejo de Edipo hoy a la luz de la psicología evolucionista gracias al trabajo de Badcock.


La traumática historia del trauma (XXI)

$
0
0

La histeria es una enfermedad que nunca ha sido ni podrá ser definida (Ch. Lasègue)

La histeria es una enfermedad que nunca ha sido ni podrá ser descrita por un ….médico (L. Israel)

Freud intentó siempre dotar de bases biológicas al psicoanálisis y, lógicamente y dados los años en los que escribió y trabajó, estuvo influenciado por la teoría de la Evolución. Lo que ocurre es que se apoyó en dos teorías que hoy se consideran al menos incompletas o erróneas en algunos sentidos, la de la recapitulación de Haeckel y las teorías de Lamarck, no tanto por el propio Darwin. Sin embargo Ferenczi, al parecer si conocía la obra de Darwin y según hemos podido saber recientemente, Freud escribió un texto que no llegó a ver la luz titulado “Fantasia filogenética”, un escrito abandonado en un baúl propiedad de su hija Anna.

Uno de los intentos de Freud consistió en escribir “Un proyecto para una psicología para neurólogos” (1895), un proyecto que abandonó según sus propias palabras porque no disponía  de los conocimientos necesarios para terminarlo. El texto quedó inconcluso. El segundo intento fue “Tótem y tabú” donde intenta dar una explicación a la equivalencia entre padre y tótem a la vez que esboza una explicación sobre el tabú del incesto.
 
Una fantasia filogenética.-
“La idea central de este escrito es precisamente una explicación evolucionista de los trastornos mentales, o de las neurosis, en terminología freudiana. Según este punto de vista, los acontecimientos evolutivos de la especie humana establecieron las neurosis porque las personas neuróticas quedan fijadas en un estadio del crecimiento que las personas normales superan. Dado que el crecimiento individual recapitula el desarrollo evolutivo de la especie cada neurosis se fija en un periodo evolutivo de nuestra especie. Según Freud, estos comportamientos fueron apropiados y adaptativos entonces pero ahora producen neurosis en nuestro mundo moderno. “Lo que ahora son neurosis fueron antaño fases de las condiciones humanas”, dice.
“Podemos ver aquí la gran semejanza con las teorías de la Psicología Evolucionista acerca del Ambiente Evolutivo Ancestral (AEA) y sus propuestas de que existe un desajuste entre nuestros mecanismos psicológicos adaptativos y el mundo moderno. Pero el Ambiente Evolutivo Ancestral que imagina Freud es un poco diferente al que imagina la Psicología Evolucionista. El de Freud tiene tres etapas o épocas: Primero existió una época dorada o edénica en la que todas las necesidades estaban sensatamente satisfechas. Después vinieron las penurias y dificultades, que Freud sitúa en la época de las glaciaciones. La tercera etapa, probablemente ya en el Neolitico es cuando se conforma el poder patriarcal y el padre pasa a ser el objeto a temor en vez de la naturaleza. A partir de ahí  hace una clasificación de las neurosis según su aparición en el individuo y las va situando en ese contexto ancestral. En el individuo la aparición de las neurosis sería primero las transferenciales (neurosis de ansiedad, histeria, trastorno obsesivo, en ese orden) seguidas de las tres neurosis narcisistas (demencia precoz, paranoia y melancolía-manía) y en este orden las sitúa Freud con las más leves (las de transferencia) siendo a la vez las más arcaicas”. . (Extraido de este post de Pablo Malo)
Las intuiciones de Freud mantienen cierto parecido con la hipótesis de Dawkins del gen egoísta y de la teoría actualmente aceptada de la discrepancia que existe entre nuestras adaptaciones ancestrales y el entorno en que vivimos hoy:
El individuo contempla la sexualidad como uno de sus propios fines; mientras que desde otro punto de visto no es más que un apéndice de su plasma germinal, al servicio de la cual pone sus energías a cambio de una prima de placer. El individuo es el vehículo mortal de una sustancia (posiblemente) inmortal –como el heredero que disfruta en usufructo de una propiedad que le sobrevivirá”. (Freud 1957). Es curioso que en la traducción inglesa de este texto se utiliza la palabra “vehículo” que es la misma que Dawkins utilizaría 60 años después en “El Gen Egoista”. Freud está siguiendo aquí, sin embargo, a August Weismann  que fue quien distinguió entre la línea germinal y la línea somática, señalando la inmortalidad del plasma germinal. (Badcock 2000).
En el sentido evolutivo parece obvio que la representación de la boca (libido oral) es anterior a la representación del ano (libido anal) y a la fálica (clítoris o pene). Y en este sentido es obvio que en la maduración neurológica del bebé va trasmutando su interés de un orificio a otro y que en cada cambio aparecen otros hitos que le acompañan: hitos emocionales, conductuales y cognitivos.
Lo curioso de la formulación de Freud, a la que todo el mundo refuta es que ha sido reformulada con otras palabras sin que el fondo de la cuestión haya sido refutado nunca. Por ejemplo la teoria de la reactancia, asume que el niño de dos años (los “terribles dos años”) pasa por un periodo, donde el “No” adquiere una enorme importancia. Es a través de esa negativa que el niño comienza a explorar su poder y el poder de los demás. Esa ganancia de poder tiene además correspondencias musculares, el niño comienza a deambular, se mueve constantemente y comienza a explorar su ambiente, trepa, corre, se agita, se cae y sobre todo se opone. Es obvio que la bipedestación tiene mucho que ver con el ojo y la ganancia de la tercera dimensión. Dicho de otro modo la teoria de la reactancia de Jack Brehm es una reedición de la libido anal freudiana solo que evitando hablar de sexualidad infantil.
Es como si en cada tránsito el niño sufriera una bifurcación que dividiera el mundo en dos mitades que se corresponderían con los siguientes valores binarios:
Fase oral: bueno-malo. Presencia-ausencia
Fase anal: controlar-ser controlado, dominar-ser dominado
Fase fálica: Tener o no tener
Fase genital: Hombre-mujer.
La idea de Freud es una idea evolutiva, no venimos de una pieza y de serie, sino que hemos de ir transitando esos caminos que dibuja lo que llamó, la sexualidad infantil. Uno de esos hitos es el complejo de Edipo, ese nudo de comunicaciones donde el niño ha de hacer frente a la sexuación.
El complejo de Edipo.-
No cabe duda de que el niño tiene sentimientos hacia ambos padres, y de que esos sentimientos son ambivalentes, una mezcla de cariño, nostalgia (en las ausencias), temor, admiración, tranquilización en la presencia, pero tambien celos, envidia, rencor y rabia contra los progenitores.
La idea simplista con la que se conoce el “complejo de Edipo” esta muy cercana a esta idea:
El niño quiere poseer a la madre y deshacerse del padre al que considera un rival, en la niña sucederia el proceso contrario.
Esto no es posible porque en la sexualidad infantil, poseer a la madre no tiene el mismo sentido que tiene para la mentalidad adulta y además “deshacerse” o “matar” al padre es también una metáfora y no una literalidad de los sentimientos infantiles cuya sexualidad -volvamos a recordarlo- es infantil, muy diferente de la sexualidad adulta común.
El niño lo que busca no es sexo sino recursos, es decir atenciones y validación: visibilidad y centralidad.
Lo que sucede en la realidad es que es inevitable que los niños (y también las niñas) se dirijan hacia el padre más atractivo para ellos o ellas en busca de esos recursos. Que coincida o no con el sexo contrario es lo de menos: todos tenemos la experiencia personal de haber sido atendidos más y mejor, queridos y validados, más por uno que por el otro progenitor y aunque la mayor parte de nosotros hemos logrado llegar a un cierto equilibrio en estos recuerdos infantiles, no cabe ninguna duda que en el balance siempre habrá un progenitor que resulte más beneficiado que el otro en nuestra memoria.
Y construimos narrativas: ” yo soy la hija de mi padre”, “mi padre no me atendió nunca”, mi madre era una mujer seca y nada cariñosa, gracias a mi padre que…”.”soy igualito que mi padre, el mismo temperamento, el mismo carácter” “no quiero parecerme a mi madre”, etc.
Dicho de otro modo: las relaciones entre padres e hijos e hijos entre si forma parte de nuestro destino común como especie, le llamemos complejo de Edipo o como dice Robert Trivers conflictos entre padres e hijos:

En la reproducción sexual dos extraños genéticos (al menos en la exogamia) se unen a largo plazo por el sexo. Se convierten así en progenitores de una descendencia común, en cuya supervivencia (y la de los genes que de ellos han heredado: en teoría un 50% de cada genoma) ambos tienen interés, pues se trata de una inversión genética. Pero dichos progenitores no realizan la misma inversión en la descendencia. Así, Trivers, reflexionó sobre la Inversión Parental (lo que Fisher llamó Gasto Parental), que es el coste que supone para cada progenitor la generación de una descendencia viable, y los conflictos entre los sexos a los que podría llevar la distinta inversión realizada por cada sexo a la procreación y crianza de los hijos.

Otra fuente de conflicto se da entre los mismos hijos que, interesados cada uno principalmente por sí mismos y por los recursos que pueda obtener de sus progenitores, encuentran en sus hermanos de sangre unos rivales encarnizados dispuestos a hacer uso de cualquier rabieta, zalamería o artimaña para centrar la atención (y los recursos escasos de los padres en tiempo, dinero, cuidados…) en sí mismos y obtener un extra de inversión parental a costa de los otros. Esto, además, supone un conflicto adicional nada desdeñable para los propios padres.

En este sentido, los hijos siempre valorarán a la baja los recursos que sus padres les han entregado y exigirán más incluso pasando por encima de las peticiones de sus hermanos, mientras que los padres pugnarán por ofrecer menos recursos a fin de no quedar exánimes. A este conflicto se le conoce como conflicto padres-descendientes en la teoria evolucionista.

Nuestro concepto del complejo de Edipo hoy está mucho más relacionado con estas ideas evolucionistas de Trivers que con las ideas pansexuales de Freud, al que sin embargo no desmiente en absoluto. El lector interesado puede leer este post donde hablé precisamente de este tema.

El Edipo de Dora.-

Es interesante señalar que Dora tenia un hermano mayor bastante brillante llamado Otto Bauer. y es tambien evidente que Dora preferia abiertamente a su padre -según la propia descripcion que hace Freud en su historial clinico- y tambien nos avisa de que la madre de Dora padecia la “psicosis del ama de casa”. Fue notorio para Freud que Dora era la “hija del padre” orientada decididamente hacia él y por decirlo an palabras comprensibles “enamorada” de su padre.

No es de extrañar que el Sr K, fuera para Dora un sustituto del mismo y tampoco que durante su análisis Freud insistiera una y otra vez en interpretarle tal hecho que sin dejar de ser cierto oscurecía -tal y como conté en el post anterior- el verdadero trauma de Dora, su decepción.

Una nueva subjetividad comenzaba a emerger en la epoca en que Freud comenzó a investigar sobre la histeria, las mujeres comenzaron a tener voz y a conectarse con su sexualidad a la vez que los entornos patriarcales seguian operando como modelos imaginarios en la mente de hombres y mujeres.

Se instaló definitivamente el efecto Bovary, (tomado de la novela de Gustave Flaubert): una mujer nueva comenzaba a emerger y también las primeras victimas que pasaron a engrosar las filas de esa curiosa enfermedad que conocemos como histeria, y lo hicieron disociando su cuerpo de su mente, una enfermedad dificil de definir, misteriosa y mutante. Su trauma era un trauma sobrevenido e instalado en la cultura de su tiempo su trauma era el mismo que el de Edipo y su castigo similar. Un trauma del desarrollo.

Bibliografía.-
Badcock C (2000). Evolutionary Psychology. A critical introduction. Polity Press.
Badcock C ( 1998) PsychoDarwinism: The new synthesis of Darwin and Freud. In Handbook  of evolutionary psychology:Ideas,issues and applications, ed. C. Crawford and D. Krebs, Hillsdale, N.J.: Lawrence Earlbaum.

La traumática historia del trauma (XXII)

$
0
0

Enfermedades del espectro traumático.-

La histeria clásica.

Hay dos formas de relacionarse con la corporalidad, la primera es entender el cuerpo como prótesis, como algo para la relación con el otro, que conlleva exposición, inclusividad y perfomance, la segunda es la vivencia de un cuerpo para sí, un cuerpo íntimo, clausurado, exclusivo, o velado. El primer supuesto es la vivencia histérica del Yo con el cuerpo, al segundo supuesto le llamamos obsesividad.

Lo importante es señalar que en el eje desde la histeria hasta la obsesividad existen transiciones, y no existe contradicción entre ambas, la linea que podemos recorrer es un continuo, pues se trata de una polaridad: histeria y depresión son entidades subcontrarias, tal y como conté en este post.

El cuerpo obsesivo es un cuerpo que no sirve para relacionarse con el otro, sino un cuerpo detenido, un cuerpo amortiguado que hace honor a la declaración que de él hacen nuestras anoréxicas de hoy: “mi cuerpo es mío” o “yo lo que quiero es estar a gusto conmigo misma”, una declaración que niega la dimensión comunicacional o de intercambio del cuerpo que queda así como un borrador esperpéntico del Ego.

La diferencia con el cuerpo de la histérica -un cuerpo-para-el-otro, es clara: la vivencia del cuerpo aquí es superficial y el cuerpo es un pretexto para obtener la ad-miración, un cuerpo para mostrar-se. La histérica busca ser mirada y ser admirada por su cuerpo que es usual moneda de cambio en las relaciones interpersonales que sin duda son siempre mucho más superficiales que en la anoréxica obsesiva. Lo que nos lleva a otra dimensión dialéctica: el manejo del tiempo.

Lo que en la histérica es impermanencia, mutabilidad, seducción y sentimentalismo en el obsesivo es rigidez, permanencia, rigor, profundidad, detención y poca adaptabilidad. Lo que la histérica quiere es no aburrirse con la repetición y lo que el obsesivo demanda es la quietud psíquica, la inmovilidad y la congelación emocional a fin de controlar sus pulsiones instintivas. El tiempo corre en el vértice histérico y  se detiene en el vértice obsesivo.

No es de extrañar pues que la mayor parte de las formas histéricas de la disociación, conversión y somatización afecten al cuerpo. Y más aun: existen formas de transición entre lo obsesivo y lo histérico, pero el virtuosismo disociativo siempre caerá del lado de lo histérico, lo que es lo mismo que decir que las maniobras sugestivas  y los efectos placebo serán más profundos en las somatizadoras histéricas que en las obsesivas, mejor dotadas para el efecto nocebo y la perpetuación de los síntomas, es comun en la historia de una mujer que de joven fuera más histerica que de mayor y que las conversiones con el tiempo hayan dado lugar a somatizaciones más serias. La mutabilidad de las somatizaciones es común en ambos grupos de pacientes y ambas pueden especializarse en lo que hoy conocemos en el sindrome de Briquet.

El sindrome de Briquet.-

Se trata de una forma de histeria, es decir una enfermedad sin explicación médica con conciencia o sin ella por parte del sujeto que la padecía y que se caracterizaba por quejas somáticas, casi continuas y fluctuantes que no tenían justificación orgánica. Hoy le llamamos trastorno por somatización que es una manera de renegar de la historia reciente de la psiquiatría, porque decir somatización no es decir nada en términos de tradición, hay que hablar pues de la histeria, de las histéricas de la Salpetrière, las que estudió Charcot, Freud, Binet, Janet y Babinsky, todas ellas fueron los “conejos de laboratorio” de un gran proyecto histórico que iba a poner patas arriba la concepción somaticista de nuestra disciplina sobre todo después de Freud.

El síndrome de Briquet es un cuadro de somatización múltiple y persistente que presentaban sobre todo aquellas mujeres que Briquet atendía teñido de algo más: ese algo más que presentaban las pacientes de Briquet es una conducta de victimización, una conducta de queja, una conducta -tal y como decimos hoy- de enfermedad y de búsqueda de remedios, cuidados médicos o espirituales, exploraciones o consultas. Y que se parece mucho a la histeria de conversión salvo por el estado afectivo predominante: la “belle indiference” en la conversión y la preocupación en la somatización.

Hoy sabemos que el síndrome de Briquet es una afección heredable.

Lilienfeld en 1986 en una sistemática investigación sobre el trastorno por somatización reivindicó de nuevo el nombre de Pierre Briquet; según su investigación en nuestras opulentas sociedades occidentales, el número de afectados por esta enfermedad sigue siendo muy similar a las cifras que había detallado el propio Briquet a pesar de la desaparición de los hospicios y aunque la histeria ya ha pasado a formar parte de las categorías olvidadas de nuestra época, el síndrome de Briquet sigue siendo estable y afectando al 3% de la población femenina. Lo que nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta ¿Si la histeria ya no se admite como trastorno mental y el síndrome de Briquet sigue siendo estable, donde están las pacientes que antaño llamábamos histéricas o afectadas por un síndrome de Briquet?

Recientemente los hallazgos de Lilienfeld han sido replicados por otros investigadores y  sabemos que la psicopatía es al menos moderadamente heredable ( Hicks et al., 2004) .Curiosamente, parece agruparse con la histeria en familiares de primer grado, pero la sociopatía se expresa en los machos y en las hembras la histeria. Harpending y Sobus (2015) sostienen que “la histeria es la expresión en las mujeres del mismo material genético que conduce a la sociopatía en los hombres”.

Histeria y psicopatía proceden del mismo material genético. Un material que en los hombres daría como resultado una psicopatía y en las mujeres la susodicha histeria. Los mismos genes pero distintos efectos según el sexo. La histeria sería una forma menor de la psicopatía.

Dicho de otra forma: la histeria clásica y el síndrome de Briquet son la misma enfermedad, sólo que el síndrome de Briquet es una forma más “evolucionada” de la histeria de conversión. ¿Evolucionada para qué?

Evidentemente para engañar y autoengañarse: si existen genes compartidos entre la psicopatía y la histeria estos genes están ahí para engañar y para ello las pacientes toman prestados los mecanismos que le vienen de serie: la disociación.

En un post anterior ya conté que no es lo mismo sentirse enfermo  que estar enfermo o tener una enfermedad.

En inglés -a diferencia del castellano- hay dos maneras de referirse al hecho de sentirse enfermo: una posibilidad es tener una enfermedad (disease) y otra es sentirse enfermo sin enfermedad (sick).

Y si esto es posible es gracias a la disociación y a la capacidad de algunas personas para disociar cuerpo y mente. Así el cuerpo parece haberse vuelto loco mientras que el paciente conserva toda su lucidez mental.

Reconsiderando la disociación como mecanismo central para el engaño.-

La disociación de la conciencia no debe considerarse de ningún modo un hecho patológico, se trata de un mecanismo primitivo de preservación, una especie de alarma neurobiológica diseñada para escapar de la intensa angustia que acompaña a ciertas experiencias que amenazan la preservación, la disociación es una alarma ancestral que compartimos con todos los mamíferos y que se encuentra filogenéticamente emparentada con la convulsión critica y con el freezing (congelación), sobre la que ya he hablado en esta serie sobre el trauma y también en este post.

La histeria -comentada en el post anteriormente señalado- representaría el encendido (kindling) de estas alarmas primitivas en condiciones no relevantes para la vida aunque con repercusión emocional. Una especie de alarmismo excesivo e infundado: una hipérbole alarmista. Pues estos mecanismos fueron diseñados para aliviar el tránsito hacia la muerte, la verdadera, no las pequeñas muertes simbólicas que nos acaecen a lo largo de nuestra vida.

Su objetivo es facilitar analgesia, tranquilización y anestesia emocional, es por eso que las descripciones de este tipo de experiencias cercanas a la muerte recalcan la beatitud, la tranquilidad y una sensación de felicidad teñida de luz, de túneles protectores y de hipermnesia (la brusca aparición de escenas de la vida pasando a una intensa velocidad), como si el individuo viera una pelicula de su vida proyectada rápidamente, un documental de su trayectoria. Un epílogo.

Ahora bien la disociación es un mecanismo que hunde sus raíces en algo mucho más profundo y que nos viene de serie: se trata de la asimetría de nuestro cerebro, dos hemisferios no simétricos separados por una grieta fundamental la cisura interhemisférica y que contiene dos cerebros unidos por un grueso cordón que llamamos “cuerpo calloso”. Nuestro hemisferio izquierdo contiene estructuras vinculadas al lenguaje y al habla y aunque estas estructuras se encuentran también en el hemisferio derecho, en éste tiene funciones bien distintas a las originales del área de Broca izquierda.

Muy probablemente y según cuentan todos los psicólogos evolucionistas que han estudiado la adquisición en nuestra especie del lenguaje,  todo parece señalar en la dirección de que: el lenguaje está estructurado con una gramática interna que da cuenta de esta disociación. El lenguaje nos divide o profundiza aun más en esta dirección disociativa. No solamente porque lo que designamos con las palabras no es la “cosa en sí” (sino su representación) sino tambien porque el lenguaje es categorial y binario. Es dificil para nosotros pensar en terminos de dimensiones, que operamos por defecto en terminos de “si” o “no” o de “verdadero” o “falso”.

Dicho de un modo más claro: venimos de serie dotados para disociarnos, para escindir el mundo en partes siguiendo el principio del placer. Y lo hacemos desde nuestro nacimiento, así en el primer año de vida nos especializamos en escindir lo bueno de lo malo. Lo que nos aportan nuestros cuidadores (la madre sobre todo) de placentero o displacentero. En el segundo año de vida cuando ya sabemos que estamos separados de nuestra madre entonces abordamos el tema del poder y del control. Escindimos otra vez el mundo en dos partes, aquello que nos somete y aquello que hacemos para controlar a los demás. Dos partes,en una nos sometemos y en otra reinamos sobre los demás. A los seis años nos especializamos en otra serie de disociaciones relacionadas con la autoestima y la autoafirmación y dividimos el mundo en dos partes: aquellas que favorecen nuestro autoconcepto y aquellas que lo cuestionan.

Todo aquello que amenace el principio del placer corre el riesgo de ser disociado de oficio, entre lo bueno o permitido que permanece en la conciencia y lo amenazante o malo que pasa al inconsciente y es sellado por la represión. Es por esta razón por la que lo “traumático” siempre va acompañado de fenómenos disociativos en el largo plazo.

Ahora bien, la disociación tiene costes, pues no cabe duda que es el proceso contrario a la integración. La disociación mantiene separados elementos que deberían ir asociados y bien cosidos, y puede afectar a la corporalidad como estamos viendo en este post pero también a los recuerdos (memoria) a las cogniciones (pensamientos) a las emociones, a la conducta, la personalidad y la identidad. La disociación al menos rompe la continuidad de nuestra experiencia yoica y añade irrealidades a nuestra comprensión del mundo. La disociación es un mecanismo burdo (robusto) que carece de la gracilidad de la reflexión y la historicidad. Y una vez puesto en marcha se comporta como un vórtice o una espiral: atrapa cada vez más cogniciones, emociones y memorias y lleva la personalidad y la identidad hacia una incierta deriva cuando no hacia una escalada de inadaptación.

En el próximo post veremos que es lo que se disocia en esta curiosa -y tan prevalente hoy -trastorno limite de la personalidad (TLP), la más grave de las enfermedades del espectro traumático.

Un post relacionado:

Suzanne O´Sullivan: “Todo está en tu cabeza”


La traumática historia del trauma (XXIII)

$
0
0

El sindrome borderline o trastorno limite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad relativamente nueva, fue descrita en 1934 por una psicoanalista llamada Helene Deutcsht con el nombre de “personalidad como si”, que hacia referencia a una clínica bien distinta a aquella que clasificaba los malestares mentales en  tres grandes grupos de la psicopatologia clásica: neurosis, psicosis y perversiones.

El Trastorno limite de la personalidad (en adelante TLP) no era ni una cosa ni otra y sin embargo poseía y posee elementos de todas las series, síntomas depresivos que no son depresiones, ataques de rabia que no son proporcionales a los estimulos recibidos, una tendencia a la inconsistencia y una incapacidad de formular proyectos a largo plazo y otros síntomas nuevos como el sentimiento crónico de vacío, o la incapacidad para estar solos. Aqui puedes ver los criterios diagnósticos para el TLP según DSM.

Dicho de otro modo, se supuso que el TLP seria una forma de transición entre neurosis y psicosis. Para entender mejor qué es una forma de transición, el lector puede visitar este post sobre dialécticas subcontrarias.

rectangulo-aristoteles-2

Se trataría pues de una forma de transición dialéctica entre la histeria y la esquizofrenia, entre el vértice I y el vértice A. O dicho de otra forma: se trata de una forma “evolucionada” de la histeria, una histeria desbordada, es decir una forma adaptada a las sociedades opulentas y que se caracteriza por una agravación de la clínica clásica.

Del mismo modo, otros autores han hablado de neoconversión para explicar certos síndromes clínicos alejados de la histeria clasica como lo que sucede en el dolor neuropático.

Todo parece indicar que la histeria se oculta cada vez en distintos y mas complejos nichos donde la sospecha médica de engaño quede por fin eliminada.

Se trata de una expresión más de la plasticidad con la que los cerebros individuales enfrentan las contradicciones de su tiempo y es obvio que si la histeria emergió en tiempos de la represión sexual, hoy ya se encuentren en franca retirada, pues como decía Foucault:

“El poder ya no opera a través de la restricción del deseo sino a través de la diseminación y la legitimación de todos los goces” .

Sobre esta frase de Foucault volveré mas abajo cuando hable de la identidad.

El TLP es un trastorno muy prevalente en las sociedades actuales y muy difícil de tratar, y además un trastorno que afecta mas a las mujeres que a los hombres y que conlleva un enorme riesgo de suicidio. Con todo se acepta que el TLP tiene una causa traumática, si bien se trataría de traumas precoces vividos durante los primeros años de vida y que afectaría -al contrario de la histeria clásica, no al cuerpo- sino a la identidad y del mismo modo a través de esa “chica para todo” que es la disociación.

El principal factor ambiental considerado en todos los estudios es siempre el trasfondo familiar, aunque se ha visto que no existe conexión entre estas condiciones familiares y las que se dan entre las capas socioeconómicas más bajas (París, 2001). Se darían dos tipologías de familias en las que aparecen casos de TLP (Cierpka, Reich, 2001) aunque existen combinaciones: de una parte, familias «caótico-inestables» y, por otra, «familias negligentes y practicantes del abuso emocional». Las familias caótico-inestables se caracterizan por constantes crisis matrimoniales y disputas familiares, escenarios impulsivos, alcohol o dependencias y utilización de los hijos como chivo expiatorio. El otro tipo de familia tiene como rasgos característicos la frialdad con los niños, desmoralización o invalidación, negligencia, separación temprana de los padres, o fases largas de depresión por parte de los padres (Ruiz-Sancho y Gunderson, 2001).

Un punto adicional es que los investigadores asumen que en las familias en las que se dan casos de TLP y otros trastornos de la personalidad, los síntomas se pueden trasmitir por la conducta (Cierpka, Reich, 2001). Por tanto, la impulsividad de los padres con TLP puede afectar negativamente a la descendencia, que sufre de ese modo un daño similar al que tuvieron sus padres. Dicho de otra forma: la genética no es la única forma de transmitirse enfermedades o patologías, sino que -como decían nuestros abuelos- el ejemplo es lo más importante (“haz lo que hago y no lo que digo”).

La idea de transmisión de rasgos a través de la conducta observada pertenece a dos autoras, Jablonka y Lamb, el lector puede perseguir su idea de “evolución en cuatro dimensiones” en el vinculo que añado:

La idea de que una especie posea un rasgo determinado lleva consigo la idea de que este rasgo debe tener cierto soporte hereditario que lo transmita de generación en generación. Desde hace poco se está empezando a dejar atrás el error de pensar que el soporte es exclusivamente genético. Sin embargo, se está estableciendo la idea de que existen otras formas de transmisión hereditaria. Según Eva Jablonka y Marion Lamb, existen otras tres vías de evolución además de la genética:la vía epigenética, la vía conductual y la vía simbólica [Así, los rasgos no son genéticos o adquiridos, o genéticos al X% y adquiridos al (100-X)%, sino el resultado la interacción continua de dos tipos de información, la genética y la del entorno, donde el entorno se compone del entorno de cada célula del organismo (epigenético), el entorno del embrión, y el hábitat y el entorno social.

Aqui hay un buen artículo sobre el libro de Jablonka y Lamb.

No es raro pues que ya Eric Erickson hablara de la difusión de la identidad. Una explicación de qué es lo que sucede en estos desarrollos anómalos de la personalidad.

La inflación de la identidad.-

No cabe duda de que la proliferación de casos está relacionado con el modelo de sociedad en que vivimos. Creo que soy el primero en decirlo pero si existen tantos TLPs es -como advirtió Foucault- porque existen muchas personalidades, es decir muchas maneras de ser y todas son legítimas.

El TLP no podría existir en un tipo de sociedad que restringiera ciertas formas de ser o que mantuviera operativos ciertos mecanismos represivos sobre sus ciudadanos. Es por eso que el TLP no existía en el siglo XIX, simplemente no existía la subjetividad superindividualista que se encuentra en su origen,

Hubo un tiempo en que la mayor parte de las enfermedades mentales dependían solamente para su proliferación de los replicantes genéticos. Pero a medida que las comunidades humanas fueron creciendo en número de  individuos y densidad poblacional se acumularon otro tipo de replicantes, los memes. Hasta llegar a nuestros dias, donde es posible afirmar que los memes le han ganado la batalla a los genes. Copiar una enfermedad mental (la copia fenotípica) es hoy más fácil que padecerla por causa genética a causa de la enorme cantidad de trasiegos interpersonales que realizamos, así como la cantidad de medios disponibles para la dispersión de memes más allá de la familia, email, TV, webs y blogs, teléfono, cine, periódicos, etc.

El meme le ha ganado la batalla al gen y es hoy más probable encontrarse con enfermedades “copiadas” por la via memética que por la genética, asi sucede con el “meme de la delgadez” por ejemplo, el responsable de grandes bolsas de sufrimiento según grupos de edad y sexo. La epidemia de trastornos alimentarios que sufrimos hoy en las sociedades avanzadas y opulentas no puede explicarse a través de la via genética pero puede hacerse si consideramos al meme como un replicante cultural que parasita los cerebros individual y se trasmite por imitación.

No cabe duda de que existen correlaciones entre el tipo de sociedad en el que vivimos y las expresión de cierto tipo de enfermedades que en cierta manera remedan enfermedades ya conocidas (y las hacen más frecuentes) mientras que en otros casos estas enfermedades aparecen ex novo.

Una forma de definir la identidad es esta: es la relación que toda entidad mantiene consigo misma. Y será en el próximo post cuando exploraré como se forma la identidad y que relaciones mantiene esta construcción con el TLP y el traumatismo psíquico que se le supone.


La identidad border-line (XXIV)

$
0
0

La histeria de conversión clásica, el trastorno por somatización (sindrome de Briquet) y el trastorno border-line junto con el trastorno disociativo multiple comparten un origen traumático y tambien algunas peculiaridades clínicas. Quizá la más importante de todas sea la hipnotizabilidad-sugestibilidad que comparten todas ellas. Muy alta en el trastorno disociativo múltiple (hablamos entonces de virtuosismo disociativo) y muy baja en el TLP.

Sin embargo hay otras caracteristicas idiosincrásicas y que las diferencian entre si, por ejemplo los trastornos amnésicos son más frecuentes en los trastornos por disociación y en la histeria clásica que en el TLP.

Lo que caracteriza al TLP y le distingue de las formas histéricas clasicas es el trastorno de identidad o por decirlo de otra manera: parece que la disociación afecta de un modo más importante a la identidad que a la memoria o al esquema corporal. Todo parece indicar que el TLP afecta con mayor intensidad a las representaciones (Gunderson, 1984) internas de los objetos de cuidado, protectores y de sostén, aquellas imágenes que nos acompañan desde muy niños y que configuran esa atmósfera de confianza y predictibilidad que algunos autores como Balint han llamado confianza básica.

El temor esencial en los TLPs es el miedo al abandono y desde ese miedo se construyen algunos de los síntomas que vemos en la clínica y también el efecto de la disociación. Un paciente afecto de TLP no puede estar solo pero cuando se agencia un cuidador lo suficientemente bueno se las arregla para atacarle con violencia inusitada cada vez que se sienta defraudado por él. El paciente no es capaz de preservar “lo bueno” que se le brinda oscilando entre demandas de protección y expulsiones airadas del objeto: sus ataques de cólera son bien conocidos. El paciente no es capaz de integrar lo “bueno” y lo “malo” del objeto y se mueve alrededor del par idealización/desvalorización fluctuando de un polo al otro.

Aqui podemos observar la demanda y su disociación de donde podemos inferir de donde procede el daño psiquico (el trauma de la infancia del paciente) que consideramos precoz en relación con las histerias clásicas cuyos estresores traumáticos fueron más tardíos y siempre relacionados con el valor, la oportunidad, la envidia, la codicia comparativa o los celos infantiles.

El trauma del border-line está relacionado con una inconsistencia en los cuidados recibidos. Madres o padres con problemas similares que no son capaces de cuidar consistentemente del bebé sobre el que proyectan sus propias dificultades. La negligencia es el estilo de cuidado que podemos reconocer con más frecuencia entre los progenitores de nuestros pacientes que a su vez tampoco dispusieron de una solidez de cuidados en este sentido.

La inconsistencia en los cuidados y la negligencia son el trauma repetido y mantenido de estas personas que con el tiempo desarrollarán un TLP. Tal y como conté en este post, la negligencia es la conducta más frecuente como estilo parental de otras mas graves como el abuso sexual.

Sin embargo existen muchos otros autores que señalan con inusitada frecuencia que el abuso sexual infantil precoz sería la causa más frecuente de desarrollos de personalidad tipo TLP pero tambien de otros diagnósticos psiquiatricos relacionados, vale la pena recordar ahora el caso de James Rhodes. No sólo Judith Herman es de esta opinión sino incluso el propio Peter Levine aseguran que la frecuencia de abusos sexuales en en TLP ronda el 70%. Sin embargo otros autores que han propuesto metaanálisis de estos datos como Sabo (1997) encuentran una interacción entre trauma en la infancia y rasgos borderline, incluyendo también elementos de apego como factores relevantes. Pero sin embargo cuando buscamos especificamente el abuso sexual, Fossati, Madeddu y Maffei (1999) a través de un metaanálisis de 21 estudios que examinaron la relación entre TLP y abuso sexual en la infancia. Encontraron que el tamaño del efecto es sólo moderado. Sin embargo cuando estudiamos aisladamente el item “destructividad”, parece que los antecedentes de abuso sexual cobran mayor importancia

Mi experiencia personal es que los abusos sexuales pueden evidentemente marcar un desarrollo de personalidad anómalo tipo TLP pero no existe una causa lineal única, tampoco he encontrado esa causa directa con las autolesiones que algunos autores caracterizan como tipica en las personas que han sufrido un abuso sexual infantil. Sin embargo las autolesiones contienen un aspecto de imitación social que escapa a las propias motivaciones psicológicas individuales. Las autolesiones son una conducta de escape que se plagia entre personas que comparten un mismo entorno social y que les permite evitar -a a través de esta conducta- otros conflictos latentes. Vale la pena no confundir el rasgo que conocemos “autodestructivo das” con la conducta que llamamos “autolesiones”

Probablemente esta disonancia en los datos tenga que ver con la población estudiada, asi los psiquiatras que tratan con niños  (Putnam, por ejemplo) encuentran con más frecuencia esta relación que aquellos que trabajan con población psiquiátrica general. Por alguna razón que no acabo de entender en USA encuentran más antecedentes de abuso sexual que en Europa, del mismo modo sucede en las investigadoras feministas, pero lo que es seguro es que no es necesario que exista abuso sexual para explicar el TLP.

Por otra parte el TLP es una entidad que probablemente siga un destino similar a la histeria y que termine por amortizarse como diágnostico: significa muchas cosas bien distintas y ya el DSM-V aconseja una investigación dimensional que explore ciertas dimensiones como el trastorno de identidad, el psicoticismo o la impulsividad por separado. Parece ser que no todos los TLP s son iguales, algunos se encuentran mas cercanos a la psicosis, mientras que otros afectan de un modo más intenso a la identidad o conducen a disadaptaciones en otras areas, lo quee xplicaria su comorbilidad con otros trastornos como los trastornos alimentarios, el abuso de drogas o la inadaptación sociopática en general.

La construcción y deconstrucción de la identidad.-

La mayor parte de las personas imaginan la identidad como una unica pieza, muchas veces oculta y que necesitamos encontrar, la tratamos como un descubrimiento prefijado, algo que está ahi y que tenemos que descubrir a lo largo de nuestra vida, cuanto más pronto mejor. En realidad la identidad es sinonimo de plasticidad, algo que construimos y deconstruimos varias veces a lo largo de nuestra vida con arreglo a las circunstancias, si bien en la mayor parte de los casos no afecta a nuestra esencia más que periféricamente. Y que procede de la siguiente paradoja, ¿cómo mantener la idea de una identidad del Yo si continuamente estamos cambiando? Parmenides y Heraclito vuelven a enfrentarse con fuerza en este relato que titulamos ¿Quien soy yo?, un relato sobre el reemplazo: se trata de la conocida paradoja de Teseo o el calcetín de Locke. Y que se resuelve con la siguiente idea: “sigo siendo el mismo que ayer aunque he cambiado”.

Lo cierto es que tal y como decia Eric Erickson, construirse una identidad propia, desgajada del común, es esencial para nosotros los que vivimos en sociedades donde la individualidad es central en nuestras interacciones con los demás, pero puede ser menos letal en otras culturas donde el colectivismo es tradicionalmente superior a la individualidad. Y es probable que estas tendencias hacia el individualismo y el colectivismo estén reguladas genéticamente. (Chiao y Blizinsky (2009).

Este individualismo tiene una traducción psicológica: se llama narcisismo, no cabe ninguna duda de que ese constructo psicoanalítico que llamamos narcisismo es en realidad una constelación mitica de nuestra cultura occidental. Apañarselas solo, ser independiente, ser fuerte y autosuficiente, competente, no mostrar emociones que muestren debiidad (en los hombres) o deseos de dependencia o cuidado en las mujeres son los valores en los que todos nosotros nos hemos criado y en los que creemos: los socialmente deseables.

El narcisismo consiste precisamente en alejar de la conciencia todos aquellas necesidades que derivan de un sentimiento de vulnerabilidad tal y como conté en este post. Y no hay que olvidar que el TLP es un trastorno de la órbita narcisista bien estudiada por Otto Kernberg.

Lo que se escinde primariamente en el TLP es nuestra vulnerabilidad que se separa de un sentimiento hipertrófico de omnipotencia (que queda consciente), quizá como respuesta a la baja empatía con la que fueron criados. Un entorno de impredictibilidad, rechazo emocional, proyecciones maternas o paternas aniquiladoras, invalidación, desprotección, negligencia cuando no maltrato o abuso emocional.


Perpetradores (XXV)

$
0
0

Recientemente han aparecido en los medios dos noticias escalofriantes, la última de ayer en Benicasim (Castellón), un individuo  de nacionalidad española arremete contra su pareja, un mujer hungara y la asesina a cuchillazos,y poco después contra sus hijos (no sabemos si eran hijos propios o solo de la mujer) dejando herido de gravedad al niño de 13 años y tambien a la niña de 11 que habian intentado socorrer a su madre.

La otra noticia trata de un acoso sistemático de un sargento de la guardia civil a una guardia, compañera de trabajo del anterior. Se trata de dos casos de violencia de hombres contra mujeres y niños en el primer caso mientras que el segundo caso trata más bien de un acoso sistemático de un jefe contra un subalterno.

En los dos casos sin embargo son de esperar graves secuelas psiquiátricas. ¿Qué sucederá con esos niños que han presenciado escenas atroces si es que sobreviven a sus respectivos apuñalamientos? ¿Qué sucederá con la guardia civil en adelante después de que las autoridades hayan resuelto a su favor apartando al sargento de sus funciones?

Lo curioso es que no existe en nuestro país ningún programa asistencial a nivel estatal ni tampoco en la CCAA, para prevenir posibles secuelas psiquiátricas en este tipo de personas. Secuelas que son previsibles en el caso de esos niños de Benicasim como tantos otros en la misma situación de orfandad traumática. La sociedad en su conjunto está persuadida de que una vez salvada su vida (la de los niños) y una vez atendidas sus necesidades de alojamiento, alimentación y escolarización, ya hemos terminado, sigue habiendo una negación de las secuelas del trauma. No deja de ser paradójico que una de las patologías psiquiátricas mas fácilmente prevenibles sea precisamente ésta: “niños que han presenciado la muerte de un familiar” y que sin embargo no reciban al menos durante algunos años algun tipo de tratamiento que les ponga a salvo de sus complicaciones psiquiátricas más conocidas.

Naturalmente estos niños acumulan varios traumas en uno, el principal es la escena traumática, pero luego quedan otros: ¿cómo asumir que su orfandad procede precisamente de un crimen llevado a cabo por su padre? ¿Al cuidado de quién quedan estos niños? ¿Abuelos, familiares, si los hay o cuidados impersonales en alguna institución?. El bucle de lo traumático se cierne sobre ellos, solapándose unos traumas con otros déficits o toxicidades.

Y de todas esas complicaciones hay una que está bien establecida: se trata del trastorno disociativo múltiple, una entidad que se ha relacionado con haber presenciado atrocidades en la infancia. Mientras que haberlas sufrido está más relacionado con el “trastorno por estrés postraumático”. Dicho de otro modo, estos niños tienen un altísimo riesgo de convertirse en pacientes psiquiátricos en unos cuantos años si no hacemos nada.

El perfil del perpetrador.-

Sabemos bien poco de los perpetradores, tanto si estamos hablando de violaciones, como de maltrato doméstico, acosadores o crimenes de genero. Una de las razon es por las que sabemos tan poco es porque estas personas rara vez piden ayuda psiquiátrica o psicologica. Los que más pueden saber son los forenses, es decir cuando ya sus conductas han pasado al terreno de lo judicial y en ese entorno ya es bastante complicado un acercamiento psicoterapeutico eficaz. Los programas que se ponen en marcha en el interior de las cárceles son de dudosa eficacia pues la motivación de los que se acojen a ellos es la redención de pena y no una motivación sincera de cambioo rehabilitación.

Sin embargo sabemos mucho sobre las victimas, que son las que recurren a los servicios sanitarios con más frecuencia. Esta desigualdad permite en la gran mayoria de los casos seguir ignoradolo todo sobrelos perpetradores y casi todo sobre las victimas. Y no cabe duda de que la sociedad en su conjunto protege a los que abusan y tiende siempre un velo de incomprensión sobre las victimas. La idea es que o bien exageran o bien mienten y la mayor parte de las veces ocultan durante años las agresioens que han sufrido, asi se supone que en España solo 1 de cada 10 violaciones se denuncia. Las razones son múltiples, pero han sido señaladas por distintos autores (Herman), si quisieramos inventar un sistema para retraumatizar a los traumatizados por una agresión sexual se nos ocurriria una corte judicial”. En esta noticia podemos observar como la retraumatización y la humillación son constantes en sede jurídica.

Lo cierto es que la justicia que tenemos es demasiado formal, demasiado protectora y garantista para los agresores pero no con las victimas que se encuentran desprotegidas durante todo el proceso, si lo hubiere, donde se trate de demostrar que han sido victimas de un abuso sexual o una violación. No es de extrañar pues que la mayor parte no denuncien.

Y es mayormente comprensible cuando estos ataques son cometidos por alguien conocido (la mayor parte de las violaciones las cometen conocidos de la victima), tiene lugar en comunidades pequeñas, donde todos se conocen y la convivencia con los agresores o sus familias es constante. No siempre es posible, además conseguir el apoyo de la familia que suele dividirse en estos casos, entre los partidarios de denunciar y los que apuestan por mirar hacia otro lado. Naturalmente el no conseguir el suficiente apoyo familiar va a complicar el trauma, pues todo trauma precisa reconocimiento y justicia.

Lo que sabemos es que todas estas agresiones dejan en la victima un poso de culpabilidad y de vergüenza que paradójicamente no sienten los agresores sexuales. Y lo que sabemos es bien poco:

Sabemos que la mayor parte de ellos no son enfermos mentales (la banalidad del mal descrita por Hanna Arendt), sino personas reservadas, autoritarias, celosas, narcisistas y a veces paranoides pero que no suelen haber tenido problemas con  la ley por otros motivos, conocen bien los entresijos y resortes del poder y saben someterse a la jerarquía social. Sus distorsiones proceden más bien del campo del amor y la intimidad.

La idea central en sus distorsiones cognitivas es que “en casa mando yo”, “se hace lo que yo digo” y “pareja e hijos han de someterse a mis dictados y obedecer”.

He conocido profesionalmente muy pocos perpetradores pero sin embargo y por lo que he leido parece que hay un patrón que se repite: la idea de que “ella se lo estaba buscando” o bien “ella me provocaba” o “ella no me obedecia”. Paradójicamente incluso los asesinos de sus propias parejas no se sienten culpables conscientemente al menos, y operan como si hubieran “cumplido con un deber siniestro”, el de dar un buen escarmiento a sus parejas o de vengarse de ellas. Hay por tanto una intención moralizante en su maltrato.

El vinculo traumático.-

Las relaciones entre un maltratador y su pareja son muy parecidas a las que mantienen el captor con su rehén. Se trata de una situación muy anómala porque el mismo sujeto que castiga es el mismo que a veces y de forma arbitraria provoca alivio. La víctima recorre todos los estados desde el miedo al agradecimiento y para hacerlo no tiene más remedio que escindir su pensamiento de aquella manera que el mismo Orwell escribiera en 1984 y que bautizó como “doblepensamiento”. El “doblepensamiento” es decir la capacidad para mantener ideas contradictorias como si ambas pudieran ser verdaderas a la vez es lo que probablemente mantiene a la victima en contacto con la realidad. Es por eso que la victima puede mantener la idea de que en realidad su pareja la ama y la maltrata al mismo tiempo.

3098 dias

El maltratador por su parte no se conforma con conseguir una sumisión intimidatoria sino que pretende que su pareja no solamente se le someta por miedo sino que se le someta por amor, por propia voluntad, algo que hemos aprendido de ciertas escenas en situaciones de raptos prolongados por móviles sexuales o no como el que narró Natascha Kampusch cuyo secuestro duró ocho años.

De este episodio que se resolvió favorablemente para la adolescente que mostró en todo momento un estado mental muy “entero” podemos discriminar algunos de los móviles del secuestrador que no son otros sino los de obtener un control totalitario sobre su rehén, convertirla en una prolongación de sí mismo, en materia inanimada, despojarla de toda voluntad subjetiva, quizá la única forma de asegurarse un amor incondicional..

Y no deja de ser curioso como este caso sigue estando bajo la mirada de la sospecha tanto de la prensa como de la policia, como si la niña se hubiera inventado todo o al menos ocultara parte de la verdad.

En cualquier caso los detalles poco importan desde el punto de vista psicológico y sólo pueden interesar a los “voyeurs”,si hubo no hubo violencia sexual en ese episodio es absolutamente irrelevante pues todo sucedió en otro entorno traumático mayormente abarcativo: el cautiverio en sí mismo. Si el raptor actuó solo o en compañia de otra persona puede tener interés para la poilicía no para nosotros, si estaba implicado en una red de pederastas es otra hipótesis policiaca pero no psicológica pues la propia Natasha ha negado esos abusos sexuales en la entrevista que colgaré aqui abajo.

Pido a aquellos que puedan verla dejen sus impresiones en los comentarios. ¿Les parece que Natasha miente?

Entrevista en video

Extracto de la entrevista


Hechos y verdad: una epistemología de la ayuda (XXVI)

$
0
0

Terminé el post anterior invitando a los lectores a visionar el video donde Natasha hablaba con un entrevistador al que contó su cautiverio,  que recordemos duró 8 años y pedí a estos lectores me dejaran su impresión acerca del relato de la propia Natasha.

Lo cierto es que se ha escrito mucho sobre este asunto y lo más frecuente es encontrarse artículos que ponen en duda la narración de la muchacha a partir de contradicciones que encuentran entre los hechos que se conocen y la verdad que cuenta la víctima. No voy a poner aquí ninguno de estos artículos porque no forman parte de lo que quiero decir en este post, pero baste con recordar una idea: el publico en general mantiene dudas sobre la verdad de lo que sucedió.

Se comportan en este sentido como periodistas. Y si hablo de oficios e spara destacar algunos de los malentendidos con los que cada cual en su profesión ha de enfrentar cuando trata de elaborar un relato verosímil acerca de un hecho. El rapto de Natasha es un hecho, un hecho que duró 8 años y en esos 8 años evidentemente sucedieron muchas cosas, entre otras posibles un encariñamiento del rehén con su raptor. recordemos que la muchacha tenia 10 años cuando fue secuestrada y 18 cuando logró escapar.

Algunas actitudes antiterapéuticas.-

Ya he nombrado la labor del periodista, de aquel que trata de componer una historia coherente, se trata de una labor muy parecida al historiador. Sucede que los que investigan en historia lo hacen a través de testigos o de documentos pero investigar algo que ya pasó desde el presente tiene enormes dificultades, a veces insalvables, pues el pasado puede reescribirse una y mil veces. Trate de contestar a esta pregunta ¿Cuales fueron las causas de la guerra civil española?. Evidentemente hay tantas versiones de este hecho como historiadores, cada uno de ellos con su sesgo ideológico. No hay manera de contestar esta pregunta si tratamos de encontrarle sentido pues una de las características de la realidad histórica es que carece de él.

Algo parecido sucede en sede jurídica, hay una verdad formal (jurídica) y una verdad histórica, lo que verdaderamente sucedió en la realidad (no en la imaginación de los actores). A un juez lo que le interesa saber es primero si hay o no un delito, y una vez identificado el imputado saber si es inocente o culpable. Es por eso que cuando termina un juicio la mayor parte de la gente queda decepcionada, pues un juicio no es en absoluto un relato acerca de la verdad.

De manera que la epistemología de un terapeuta, es decir de aquel que presta su ayuda profesional a personas que han sufrido un trauma psicológico, está muy lejos de otros “ayudadores”, a nosotros no nos interesan los hechos, ni la exactitud de los mismos. A nosotros lo que nos interesa es la experiencia psicológica traumática y no el trauma en si mismo. Y es por eso que la verdad es para nosotros algo periférico, no condenamos, ni absolvemos, ni somos abogados defensores y por eso tampoco tenemos la obligación de creer todo lo que nos cuentan.

Sabemos que los sujetos traumatizados siguen varios itinerarios, las victimas a su vez pueden seguir un itinerario de victimización y querulancia, el segundo itinerario es convertirse en un paciente psiquiátrico que es el lugar donde es posible un encuentro con los mismos. Todo lo que sabemos del trauma, lo sabemos porque nos lo han contado nuestros pacientes en esa especial situación de confianza, intimidad, seguridad y confidencia que es una consulta psiquiátrica. Un lugar donde ni se juzga ni se absuelve, de lo que se trata es de convertir al paciente en un superviviente.

La contratransferencia traumática.

Ya Sandor Ferenczi nos advirtió de que determinadas actitudes usualmente consideradas como terapéuticas podían retraumatizar a los pacientes. Algo que sucede porque determinados pacientes como los border-line nos van a poner a prueba a través de un mecanismo que se conoce con el nombre de “identificación proyectiva”.

La identificación proyectiva es un mecanismo de defensa que consiste en inocular en otro un sentimiento propio con el propósito de externalizarlo y controlar o poseer al otro. Así, es frecuente que una víctima de abusos sexuales infantiles lleve a cabo una transferencia muy sexualizada a fin de traspasar ese limite que en una terapia reglada no debe traspasarse jamás. Este tipo de pacientes se especializan en erotizar sus vínculos apenas transfieren sobre sus terapeutas ciertos afectos positivos que reconocen como buenos. La incapacidad de estas pacientes de integrar los aspectos buenos y malos de las personas en una nueva síntesis, las lleva a disociar constantemente los aspectos positivos, de seguridad y protección que ansían desesperadamente, hasta  el punto que pueden llevar a sabotear la terapia o bien a abandonarla airadamente si no se cede a sus caprichos.

Naturalmente un terapeuta confrontado con este tipo de relaciones de exigencias o amenazas suicidas puede -si no controla bien sus procesos internos- exoactuar su propia inseguridad, su rabia o su impotencia. Y lo que es peor puede comportarse de forma muy parecida al perpetrador que estuvo en el origen del trauma de esta paciente. Hasta tal punto sucede esto que entre los terapeutas de origen psicoanalítico, la identificación proyectiva, es decir los sentimientos que la paciente nos inocula con esa sensación de miedo, indefensión, rabia e incertidumbre, es la misma sensación que en otro tiempo y con otra persona sufrió.

El “furor curandi” es otra de las perversiones que un terapeuta puede llevar a cabo con sus pacientes. La necesidad de brillo profesional, de éxito, en suma la ambición narcisística del terapeuta pueden malograr cualquier tratamiento. La actitud terapéutica -repito otra vez- no es la del detective o la del policia que interroga o presiona al paciente que que le diga la verdad, tampoco busca sus contradicciones o puntos débiles, falsas memorias o sobreinterpretaciones del pasado. La actitud terapéutica es compasiva y empática y -como decía Bion-, carece (se vacía) de tiempo y de deseo. paradójicamente el paciente no puede curarse siguiendo el ideal médico sino transformarse de paciente a superviviente.

Las hipótesis preformadas son otro de los obstáculos que un terapeuta debe conocer antes de sentarse a escuchar a un paciente. Ya he hablado en esta serie del trauma que los recuerdos se pueden implantar sobre todo si los terapeutas trabajan con herramientas como la hipnosis de cuyos peligros hablan en este post. Sucede algo muy interesante que debemos conocer: la memoria traumática no sigue el mismo itinerario de la memoria normal. La memoria traumática es icónica y está basada en la imagen mientras que la memoria normal es verbal. Se supone (Van der Kolk, 1996, 2001) que los sujetos traumatizados volverían a utilizar la memoria icónica como mecanismo ancestral de defensa contra el “agujero” que deja el trauma, lo que explicaría los flash backs y los recuerdos intrusivos de la reexperimentación que se dispara ante situaciones gatillo. Por ejemplo una mujer con antecedentes de abuso puede reaccionar con rechazo hacia el sexo precisamente porque las sensaciones sexuales disparan recuerdos icónicos de tipo traumático de gran intensidad emocional pero escasamente narrativos.

En general, se ha establecido que las memorias sobre sucesos traumáticos que generan intenso miedo e incluso terror, en las que la persona puede llegar a ver peligrar su integridad física, se caracterizan por su poca exactitud para los detalles irrelevantes y una memoria clara y exacta para los detalles centrales del suceso.

La falsa idea es más o menos la siguiente:

El problema de la mayoría de la gente que ha sufrido experiencias traumáticas es que no pueden olvidarlas, que les vuelven una y otra vez a la conciencia. La gente no reprime los recuerdos de haber sido torturado, de experiencias de guerra, de haber sido víctima de un desastre natural, aunque los detalles de todo ello sufren distorsiones como pasa con todos los recuerdos. Los eventos traumáticos , sobre todo si son repetidos, es muy difícil que se olviden. Si eso fuera así los supervivientes del Holocausto deberían haber olvidado todo y no parece ser el caso. Pero en este movimiento de recuperación de recuerdos la lógica era imbatible: si recuerdas un trauma ocurrió y si no lo recuerdas también ocurrió porque el no recordarlo es prueba de que lo has reprimido”.

De manera que la recuperación de recuerdos carece de importancia para la terapia de un traumatizado y simplemente no hay que suponer o dar por ciertas algunas teorías que enfatizan la recuperación de recuerdos y menos si coinciden con lo que esperamos obtener.

Escuchar no es oir.-

La escucha a la que me refiero no es un simple acto de oir y entender lo que nos cuentan.

Oir es identificar con el pensamiento y escuchar es oir sin pensar.

El acto terapéutico en sí es la escucha y no la comprensión.

Escuchar no implica comprender, escuchar es contener, sostener y validar. La escucha es la medicina más barata que existe pero que no está al alcance de todos, pues la escucha de una persona traumatizada exige esta modificación del estado de conciencia, esta versión del flow que implica atención pero descarta el juicio moral. Se trata de una escucha amoral.

Es la diferencia entre atender a un enfermo y “hacerse o tomar a cargo”. Sin esa toma a cargo no hay terapia sino quizá solo una forma de adoctrinamiento o comprensibilidad histórica de hechos que aparecen encadenados en la conciencia.

Es por eso que hay terapias personalizadas y terapias impersonales. En la terapias impersonales el terapeuta “ya sabe lo que pasó” o ya “tiene una explicación sobre lo que pasó”, de lo que se trata en este tipo de terapias es que el paciente consiga aprender las relaciones entre lo que pasó y su enfermedad o trastorno actual.

Naturalmente esto no es terapia sino adoctrinamiento, una forma sutil de abuso pero es tambien posible que el adoctrinamiento tenga un cierto potencial terapeutico similar al que durantemuchos años se atribuyó a la hipnosis.

Bibliografia.-

Van der Kolk, B.A. (1996). Trauma and memory. En B.A. Van der Kolk, N.C. McFarlane y L. Wesaeth (Eds.), Traumatic Stress. Nueva York: Guilford.
Van der Kolk, B.A. (1997). The psychobiology of posttraumatic stress dissorder. Journal of Clinical Psychiatry, 58, 16-24.
Van der Kolk, B.A. y Fisler, R. (1995). Dissociation and the fragmentary nature of traumatic memories: Overview and exploratory study. Journal of Traumatic Stress, 8, 505-525.
Van der Kolk, B.A.; Hopper, J.W. y Osterman, J.E. (2001). Exploring the nature of traumatic memory: Combining clinical knowledge with laboratory methods. Journal of Aggression, Maltreatment y Trauma, 4(2), 9-31.

 



Luz de gas (XXVII)

$
0
0

trauma y recu

Luz de gas es una película de 1940 en la que un hombre trata de enloquecer a su esposa a través de una serie de trucos y es el término informal para definir una serie de estrategias domésticas para el dominio de un miembro sobre el otro, usualmente por parte del hombre hacia la mujer y es equivalente a lo que entendemos como violencia doméstica, maltrato doméstico y en su grado más grave, crímenes de género.

Judith Herman es una psiquiatra de Harvard de orientación feminista y seguidora de las tesis originales de Janet  que se ha especializado en los temas de estrés postraumático y sobre todo incesto, maltrato de género y abuso sexual infantil. Su libro “Trauma y recuperación” es hoy un clásico del género y en él propone la necesidad de un nuevo diagnóstico que de cuenta de otras variantes de abuso que puedan explicar la atipicidad de ciertos trastornos psiquiátricos incomprensibles -según ella- con las herramientas diagnósticas al uso.

Pone el énfasis en los criterios diagnósticos del TEPT (trastorno por estrés postraumático. Para el diágnóstico de este trastorno es necesario cumplir el criterio A.

El primero (criterio A) se refiere a la delimitación del trauma, señalando que un evento traumático es definido como tal si: (a) la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás; y (b) la persona ha respondido con temor, desesperanza u horror intensos.

Es decir ha de haber una estrés identificable, intenso, objetivo y que causaría síntomas en la mayoría de la población que lo haya sufrido, como sucede por ejemplo en los desastres naturales, violaciones, ataques con armas, sucesos de guerra, accidentes de tráfico, perdidas múltiples, participación o presencia en atrocidades, etc.

Pero aquellos que hayan seguido esta serie sobre el trauma ya habrán observado que la variedad de eventos que pueden llevar a un sujeto a una situación traumática es inmensa, y lo es de tal modo que hoy consideramos que es traumático cualquier evento que convoque dos elementos fundamentales 1) el intenso miedo que compromete la integridad física y 2) la situación de helplessness, es decir la indefensión, o lo que es lo mismo, una situación es la que el sujeto siente que haga lo que haga no podrá cambiar con sus esfuerzos la situación en la que vive.

De manera que existen al menos dos tipos de traumas, uno que es único y agudo (traumas tipo I) y otros que son continuados, expectativa habitual e insidioso con periodos libres de miedo/indefensión y reconciliaciones con el perpetrador o dudas con las propias apreciaciones. Todo parece indicar que cada tipo de trauma generan un cuadro clínico bien diferente. El ejemplo de la cautividad es paradigmático tal y como conté en anteriores episodios de esta misma serie.

Judith Herman propone que los diagnósticos actuales se quedan cortos para comprender los cuadros clínicos que se derivan de la cautividad doméstica o aquellos traumas continuados que suceden en la infancia o la adolescencia y es por eso que propone un nuevo diagnóstico: El trastorno por estrés postraumático complejo comprendería.

(1) Alteraciones en la regulación de los impulsos afectivos. Incluye dificultad para modular la rabia y las conductas autodestructivas. Este síntoma indica déficit en la regulación emocional y el autocontrol e incluye las adicciones y comportamiento autolesivo, que son, paradójicamente, a menudo, usadas como salvavidas.

(2) Alteraciones en la atención y la consciencia, tales como embotamiento, lentitud de procesamiento, dificultades atención y concentración, amnesias, episodios disociativos y despersonalización. Se considera que la disociación tiende a ser un mecanismo de defensa ante el abuso interpersonal prolongado y severo ocurrido durante la infancia.

(3) Alteraciones en la autopercepción, así como un sentido crónico de culpabilidad y de responsabilidad personal, que cursa con sentimientos de intensa vergüenza. Los individuos abusados crónicamente, a menudo interiorizan el abuso como una forma de autovaloración (Courtois, 1979a, 1979b; Pearlman, 2001).

(4) Alteraciones en la percepción del maltratador. Incluye aceptación, dependencia e incorporación de su sistema de creencias. Estas características organizan las relaciones complejas, el sistema de creencias y posibilitan los abusos premeditados que continúan de forma repetitiva a manos de los cuidadores primarios, en caso de menores.

(5) Alteraciones en las relaciones con los otros. Dificultades para confiar e intimar, desarrollo de fuerte sensación de vulnerabilidad y peligro cuando inician nuevas relaciones afectivas en la medida que se hacen más intensas e intimas. Perciben que las personas con las que se relacionan afectivamente pueden utilizarlos y dañarles sin respeto y consideración de sus propias necesidades.

(6) Somatización y/o problemas médicos. Estas reacciones somáticas y condiciones médicas pueden explicar directamente el tipo de abusos sufridos y algún daño físico, o bien puede ser más difusa y aparecer como somatizaciones.

(7) Alteraciones en el sistema de significados. Los individuos abusados crónicamente, a menudo sienten una gran desesperanza acerca del mundo y del futuro. Así mismo creen que no encontraran a nadie que les entienda o entienda su sufrimiento. Mantienen un gran conflicto interno, con niveles de angustia altos, e intentan encontrar a alguien que les ayude a recuperarse de su angustia psíquica.

Podríamos considerar que algunos de estos síntomas tratar de organizar el significado del mundo y de las relaciones en un proceso de aprendizaje patológico, que está siendo legitimado por el resto de personas consentidoras. De esta manera, los síntomas disociativos proporcionan una respuesta protectora natural a la arrolladora experiencia traumática, que surgen como una respuesta automática al estrés, en este sentido aparecen como reacciones disociativas primarias el olvido, la fragmentación y el embotamiento emocional (Kisiel y Lyons, 2001), precediendo o acompañando a la despersonalización, desrealización y amnesia. Si es complicada la evaluación del TEPT en la infancia, más difícil resulta encontrar instrumentos de evaluación adecuados y psicométricamente fiables para analizar los diferentes síntomas del trastorno por estrés postraumático complejo.

Algunos autores consideran que las tendencias suicidas, las conductas de riesgo, la revictimización, la labilidad emocional, la impulsividad y la inestabilidad afectiva, generada como respuesta al estrés grave, coinciden con las características del trastorno límite de la personalidad y también encajan con las personas que han sufrido de forma crónica maltrato doméstico.

Que Judith Herman describe con este ítem en sustitución del criterio A:

A.- El sometimiento a un poder totalitario en un periodo de tiempo prolongado (de meses a años) Los ejemplos incluyen rehenes, prisioneros de guerra, supervivientes de campos de concentración e incluyen a aquellos sometidos a sistemas totalitarios en la vida sexual y doméstica, abusos en la infancia y explotación sexual organizada.

Herman incluye un listado de síntomas abigarrado y completo que abarca toda la psiquiatría y aquí se encuentra precisamente su punto más débil. Parece  aceptar el hecho de que cualquier síntoma psiquiátrico puede derivar de una situación traumática lo que convierte las descripciones sintomáticas en un bucle que parece buscar su causa.

Según Herman el 60% de los pacientes psiquiátricos internados y entre el 40-60% de los pacientes externos tienen historiales de abusos físicos, sexuales o ambos. En un estudio en una sala de urgencias psiquiátrica (Briere y Zadi, 1989) el 70% tenían un historial de abuso.

Y cuando uno lee estos datos no puede sino preguntarse cómo es posible que después de 40 años de ejercicio de la psiquiatría no haya caído en tal evidencia. Lo cierto es que en nuestro entorno no hemos observado tales correlaciones y esto solo puede deberse a dos razones, o bien en España (y Europa) en general tenemos distintas clases de población psiquiátrica o bien nos encontramos frente a un sesgo de confirmación y uno encuentra lo que quiere encontrar.

Para finalizar el trastorno de estrés postraumático complejo es un buen nicho nosotáxico para encajar los síndromes continuados de maltrato en la infancia más que el síndrome de maltrato doméstico y hay que sospecharlo en aquellos casos que los diagnósticos psiquiátricos son múltiples y diversos o incluyen, trastornos de personalidad (sobre todo el TLP) ,las dificultades de los niños para relacionarse con sus iguales y con sus educadores, el consumo de drogas, la disregulación del humor y las dificultades para regular los impulsos, así como los trastornos de la conciencia y los trastornos de la autopercepción.

 


De espaldas al mal (XXVIII)

$
0
0

Si usted ha tenido hijos sabrá lo mal que lo pasamos los padres con esas salidas nocturnas de nuestros hijos y que acaban ya al despuntar el día, sin saber donde se han metido nuestros jóvenes adolescentes siguiendo los dicterios de esa estúpida moda de vivir de noche.

Y no cabe duda de que la noche es el principal aliado de los perpetradores.

Si usted tiene hijas, es seguro que sufrirá por esos malos encuentros que pueden dar al traste con su vida y si usted tiene hijos se preocupará más probablemente por la posibilidad de que se metan en líos, en peleas o en desencuentros con la ley. Y un sufrimiento común: los accidentes de tráfico, el alcohol y las drogas.

Es seguro que usted les ha advertido y les advierte de los peligros de la noche en cada salida y es también seguro que ellos no le escucharán, y no le escuchan por varias razones: la primera porque las advertencias vienen de usted y son recibidas como muestras de control por su parte, le dirán que es usted un pesado y que no debe preocuparse. Todo intento por su parte de señalarle los peligros de la vida quedarán en nada y la razón más importante por la que no le escucharán es porque ellos viven de espaldas al mal, es decir se encuentran instalados en la creencia ingenua de que son libres.

Atrás quedaron aquellas recomendaciones de cuando eran niños, usted les enseñó a cruzar la calle mirando a ambos lados de la calzada, les enseñó a cruzar por pasos cebra o a respetar los semáforos, también a ir en bicicleta, no pudo evitarles alguna caída, pero en aquella época ellos asimilaban sus advertencias de una forma más activa, ahora parece ser imposible, cualquier enseñanza de este tipo de peligros que les acechan hoy es sentida como una retahila pesada de augurios bien ajenos a su condición.

Pero vivir de espaldas al mal no solo es cosa de adolescentes, pasa en los conductores de vehículos, pasa en los peatones, en los ciclistas y en las mujeres. No cabe duda de que vivimos en un mundo donde todos las cautelas se han disipado o adormecido, como si vivir en un entorno seguro, una democracia, bien tutelados por el Estado hubiera hecho desaparecer todos los controles anticipatorios individuales que debemos engrasar continuamente para evitarnos malos encuentros.

En este sentido dice Camilla Plaglia:

En mi época de estudiante (1963), declara, las estudiantes universitarias debían estar en sus dormitorios antes de las 11.00 P.M. Luchamos para combatir ese reglamento, queríamos que se nos deje decidir lo que haríamos con nuestras vidas, lo que incluía nuestra vida sexual. Luchamos para que las autoridades universitarias no se metieran en nuestras vidas, en nuestras relaciones personales. Queríamos correr con el riesgo de la decisión”.

“Hoy -dice- ocurre lo contrario. Con la bandera del feminismo reclaman que sus derechos no son respetados, que sufren acoso sexual, y solicitan la intervención de las autoridades cuando no saben cómo manejar sus relaciones”.

Tener preferencia en los pasos cebra no significa que hayamos de cruzar sin mirar, hemos de estar seguros de que el vehículo parará o de que nos ha visto. La preferencia del peatón en un paso cebra no le inmuniza frente al atropello y aunque “la culpa” sea del conductor del vehículo la peor parte se la lleva el más débil en este caso el peatón, el peatón ha de tomar ciertas cautelas antes de cruzar un paso cebra. La mayor parte de ustedes estará de acuerdo en esto pero lo que probablemente nunca hayan pensado es que la existencia de muchos pasos cebra en una ciudad correlaciona con un mayor número de peatones atropellados en esa misma ciudad, aunque no necesariamente en pasos cebra. Es como si nuestro cerebro se sintiera demasiado seguro cuando somos peatones y minusvaloráramos el riesgo.

La prevención de la violación y los abusos sexuales.-

No cabe ninguna duda de que ninguno de nosotros hemos enseñado a nuestras hijas qué hacer en caso en este tipo de malos encuentros, damos por sentado que no sucederán si confiamos en el grupo de personas de su entorno o de que ellas sabrán qué hacer en el caso de que se vean en un problema de este tipo y lo que no sabemos es que nuestras hijas están muy mal equipadas para defenderse de una agresión sexual, no sólo porque no dominan ningún tipo de arte marcial sino sobre todo porque no son capaces de detectar el peligro y si lo detectan no serán capaces de atender a esta primera señal de peligro que su cerebro les manda y menos aun si han tomado alcohol.

La doctrina políticamente correcta de prevención de los abusos sexuales pasa por el adoctrinamiento de los hombres, una creencia ingenua de tipo Rousseauniano que consiste en suponer que reformando a los hombres, eliminado las diferencias entre los sexos, purificando los roles sexuales, reinará la armonía y la felicidad. y desaparecerán todas las lacras de la sexualidad: el abuso, la violencia de genero, la pederastia y otras lacras.

Naturalmente esta creencia es falsa y se inscribe en otra de carácter jurídico sancionada por la Ley, se trata de la teoría de la visibilidad. Según dicha teoría hay que luchar para hacer emerger todas las formas de maltrato sexual que aun se encuentran ocultas en la sociedad. Para los defensores de esta teoría el origen de este tipo de agresiones son debidas al “heteropatriarcado” -un constructo teórico nuevo- que viene a señalar en la dirección de la causalidad: si hay agresiones sexuales es porque existe un poder masculino que se transforma en “micromachismos” por un lado y en agresiones sexuales por otro. Según esta idea los hombres (todos) somos sospechosos de ser violadores y las mujeres (todas ) son inocentes víctimas que nada tienen que ver con lo que les suceda.

Esta teoría predice que a más denuncias y a más visibilidad social más conciencia se extenderá por todos los rincones de la sociedad y llegará un momento en que los hombres dejarán en paz a las mujeres y dejarán de abusar de ellas.

Los hechos parece que desmienten esta teoría y le dan la razón a la teoría del copycat.. Esta teoría enfatiza el carácter de contagio de este tipo de actitudes violentas. La excesiva visibilización que se da en los medios, la televisión y los informativos con un enorme cantidad de detalles biográficos de la vida corriente de estas personas “da ideas” a otros que siguen su pasos, no sólo en el crimen planeado sino también en la forma en que se lleva a cabo. Este fenómeno que se ha estudiado mucho en los casos de suicidio y que se conoce con el nombre de “efecto Wherter” es calcado del efecto copycat y que permite predecir que a menos visibilidad mediática de estos crímenes estos disminuirían.

De manera que estar en contra de la teoría de la visibilización no es ponerse al lado del secretismo sino del contagio social. Las víctimas han de ser atendidas por policías, jueces y psicólogos pero no por periodistas ni mucho menos por políticos. Es difícil entender la publicidad que se da a este tipo de casos tan truculentos que estamos acostumbrados a ver en los informativos y qué ventaja pedagógica puede existir en la divulgación de sus detalles.

Hay muchas opiniones sobre qué podemos hacer para disminuir las agresiones sexuales pero tengo la impresión de que se trata de un “wicked problem” es decir de un problema complejo que no admite soluciones simples y que como buen problema endemoniado parece empeorar con cada solución propuesta. La solución más sensata aparentemente es la pedagógica: enseñar desde la escuela a no abusar de nadie y mucho menos de los más débiles. Esta solución que curiosamente es la que funcionó durante décadas se encuentra hoy en franco retroceso por varias razones. la principal es la idea de la igualdad, una igualdad basada más en el género que la condición de ciudadano. Los chicos en la escuela y movidos por esa idea de igualdad tienden a maltratar o acosar igual a las chicas que a los chicos más débiles (y lo mismo sucede con ellas) y como al parecer esos abusadores de patio de colegio no desaparecen por más que lo deseemos, lo cierto es que cada vez los acosos son más frecuentes y más graves, sobre todo desde que han aparecido nuevas formas de acoso como las redes sociales.

Otra de las ideas interesantes puede verse en este video de Ted:

Lo que propone Jackson Katz para resolver las agresiones o abusos sexuales es superar el énfasis en la díada víctima/perpetrador y pasar a un enfoque donde los hombres tomen a cargo este problema que según él solo afecta a los hombres. Se trata de un asunto de hombres, dice.

Esta idea es calcada del programa Kiva que recientemente se ha implantado en las escuelas finlandesas con un -dicen- gran éxito. Se trata de convertir a los “espectadores inocentes” en agentes del cambio. Los niños que presencian abusos en la escuela no deben mirar hacia otro lado, sino que han de participar en desactivar estas agresiones. Pero el entorno de un aula no es el mismo de la vida real: siempre habrá agresiones sexuales (de hombre a mujer u a otro hombre) del mismo modo que siempre habrá mujeres que tratarán de eludir su responsabilidad con denuncias falsas o que tratarán de beneficiarse de su posición de ventaja sea sexual o sea en el ámbito familiar.

La ventaja de este programa es que elude centrarse y enfocar el problema tanto en los abusones como en sus víctimas, traspasando el relevo a esa masa critica de personas que “miran y saben pero no ven”. Es desde luego una buena idea pero en el caso -y ahora vuelvo al video de Katz- fiarlo todo al concurso o a la pedagogía de los hombres no me parece una buena idea. ¿Por qué los hombres?

Poner el énfasis del cambio de este tipo de actitudes en los hombres es una gran ingenuidad que parece relacionarse más con un castigo infantil: “ponerlos cara a la pared” que con una estrategia bien pensada y que funcione a largo plazo

Antes de seguir con mis argumentos me gustaría intercalar un axioma sobre la conducta masculina: “El abuso, la intimidación y la amenaza son parte del repertorio de tácticas empleadas en situaciones competitivas de los hombres”. Dicho de otra manera el cerebro masculino está cableado para la rivalidad con otros machos, es decir para la rivalidad intrasexual.

Algo que podemos ver crudamente en las interacciones de los chicos en la escuela y luego más sutilmente en otras escalas como en el mundo del trabajo, del deporte o explícitamente en la guerra. La pregunta que viene a continuación es ésta: ¿por qué los hombres desvían hacia las mujeres esa hostilidad cableada para lograr un puesto en la jerarquía de los hombres? ¿Qué ha sucedido para que las rivalidades intrasexuales se proyecten en rivalidades extrasexuales y se conviertan en ese acoso detestable que algunos hombres llevan a cabo son sus parejas?.

Otra razón es que las mujeres han dejado de ser consideradas “intocables” y han pasado a verse como rivales intrasexuales en una especie de ceguera sexual  De hecho la mayor parte de agresiones de hombres hacia mujeres se realizan por hombres que ocupan un bajo lugar en la jerarquía social  ( y tampoco sabemos cuantos de ellos son españoles o extranjeros), los vencidos o perdedores en la competencia agonística con otros hombres son los adultos más peligrosos para las mujeres. En suma los hombres deprivados de sexo y oportunidades, peor si pertenecen a etnias o culturas donde la mujer no es vista como un sujeto de derechos.

Por otra parte y como es obvio el hombre ha de disponer de más iniciativa que la mujer para conseguir emparejarse de tal modo que es previsible que exista mas acoso (más insistencia) del hombre hacia la mujer que de la mujer al hombre, pero de todos modos lo que es previsible es que existan más hombres que mujeres que son víctimas de otros hombres. Concretamente en 2014 hubo en España 324 asesinatos (el 64,7 de los asesinados eran hombres) y solo 53 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. Con respecto a la violación no he encontrado cifras oficiales y si muchos posts donde se da por cierto que en España se produce una violación cada 8 horas y una suposición gratuita: solo una violación de cada cinco se denuncia. Lo que no sabemos (si no se denuncian) es de donde salen estas cifras. Aqui hay una web sobre el tema.

Dicho de otro modo_ los valores patrifocales fueron protectores para las mujeres de tal forma que lo que estamos viendo hoy no es sino la consecuencia del colapso de estos valores patrifocales.

Pero hay mujeres que ya no quieren ser protegidas, quieren ser tratadas como iguales por los hombres, no quieren ser menores de edad como sus madres y se oponen a cualquier solución que pase por una vuelta atrás en el sentido de una educación diferenciada en la escuela, del signo que caracterizó a nuestra generación, donde se nos enseñaba: “a las chicas ni tocarlas”.

Es por eso que Kingsley Browne que es un profesor de leyes  y que incorpora ciertas intenciones de psicólogo evolucionista en sus trabajos,  ha escrito una serie de artículos y de libros esenciales para comprender el tema del acoso, sobre todo en el ambiente laboral del que es, por su profesión, experto.

Y que comienza con una declaración polémica y en cierto modo provocadora: “Los hombres acosan sexualmente a las mujeres, porque ya no son sexistas”. En otras palabras, los hombres no están tratando a las mujeres de manera diferente a como tratan a otros hombres  pero legalmente sucede lo contrario: los hombres acosan a las mujeres precisamente porque no hay discriminación entre hombres y mujeres.

La solución más sensata es repensar qué es eso de la igualdad sexual. Es decir una igualdad que tenga en cuenta las diferencias biológicas, las estrategias que cada sexo pondrá en marcha para maximizar sus resultados, las diferentes expectativas respecto al sexo que tenemos hombres y mujeres, sobre todo en el corto y largo plazo y sobre todo enseñar donde están los riesgos  y los peligros que una mujer debe saber evitar cuando se encuentra sola: en suma aprender a discriminar los entornos seguros de los inseguros y sobre todo aprender a gestionar sus emociones y a no lanzar mensajes contradictorios en sus juegos de seducción. El No o el Si, son mensajes que en gran parte de las ocasiones no son verbales.

Para terminar este post donde he tratado de resumir algunas consideraciones sobre las paradojas de la igualdad me gustaría añadir algunas recomendaciones que da Judith Herman en su libro esencial “Trauma y recuperación” para la autoprotección de las mujeres:

“La mayor parte de la gente se arriesga sin necesidad, con frecuencia las mujeres corren riesgos ingenuamente, ignorando el peligro o mostrándose rebeldes y desafiando el peligro. La mayoría de las mujeres no reconocen el grado de hostilidad masculina hacia ellas y prefieren pensar que la relación entre sexos es inofensiva. También les gusta pensar que tienen mas libertad y un estatus más alto del que tienen en realidad. Una mujer es especialmente vulnerable a la violación cuando actúa como si fuera libre, cuando no respeta las restricciones convencionales sobre vestido, movilidad física e iniciativa social. Las mujeres que se comportan como si fueran libres a menudo son descritas como “sueltas” o ” que no significa sólo a que no están atadas sino a que son provocativas sexualmente.”

En el próximo post analizaré porqué este tipo de mujeres son el blanco preferido por algunos hombres.

 

 

 

Bibliografía.-

Un articulo de KIndsley Browne http://general.utpb.edu/FAC/hughes_j/Browne_2002.PDF

 


Violación (XXIX)

$
0
0

violacion

Desde el punto de vista médico-legal la violación es un metodo coercitivo mediante el cual el perpetrador accede a copular con alguien contra su voluntad. Implica además la penetración, via vaginal, anal o bucal. Y la manera en que se produce esta coerción está relacionadar con el despliegue de cierta violencia y/o intimidación. Dicho de una manera más juridica para que exista violación es necesario que no exista “consentimiento”. El consentimiento anula la violación, sin embargo la reacción de la mujer ante un intento de violación puede asimilarse a la congelación de la que hablé aqui, y esa congelación no implica consentimiento sino una reacción extrema al miedo.

Sus víctimas más frecuentes son mujeres, jóvenes (entre 13- 20 años), precisamente aquellas más sensibles a la traumatización. La violación tambien puede darse en hombres sobre todo en entornos carcelarios y tiene distintos efectos según las victimas siendo el desarrollo más probable el TEPT (el trastorno por estrés postraumático).

Existen pocos estudios naturalísticos sobre la violación y probablemente esta ausencia tenga que ver con la repugnancia que recubre todo lo relacionado con esta forma de coerción grave. Se trata de una acción muy traumática para la persona que la recibe y que deja secuelas psicológicas importantes, muy parecidas al sindrome del superviviente en entornos militares. La mujer violada no solo es violada sino que en cierto sentido ha sido deshonrada y su credibilidad social puesta en entredicho. Los sentimientos de culpa y vergüenza forman parte casi obligada del acompañamiento sintomático de la violación, asi como los sentimientos de ira, la busqueda de reparación y la desconexión.

En el estudio natural que propongo y que encabeza este post, Thornhill y Palmer hacen un recorrido acerca del tópico desde un punto de vista evolucionista (y recordando a los lectores la diferencia que existe entre causa próxima y causa remota) tratando de responder a las siguientes preguntas:

¿Por qué los violadores suelen ser hombres jóvenes?

¿Por qué las víctimas suelen ser mujeres en edad fértil, usualmente jóvenes y postpuberales?

¿Por qué las secuelas son más graves en mujeres con poca experiencia sexual y menos graves en las que tienen mayor experiencia?

¿Por qué las secuelas son más graves en el caso de las mujeres que no se defienden o se oponen por quedar congeladas, que aquellas que se resisten y pelean?

¿Por qué la violación es una conducta que podemos observar en cualquier cultura?

¿Están relacionadas la violación y la guerra?

Todas estas preguntas en clave evolucionista nos hacen dirigir la mirada hacia un lugar, alli donde la crueldad, el sadismo, la humillación del adversario y las estrategias de apareamiento se dan cita en una especie de metaestesia abstracta que nos permite especular sobre la idea de que los programas de reproducccion y los agresivos son posibles adyacentes.

La selección sexual.-

La selección sexual es un concepto clave de la teoría de la evolución acuñado por Charles Darwin en su libro El origen de las especies para explicar el desarrollo de caracteres sexuales secundarios en los seres vivos que parecían no responder a la selección natural, es decir, a la supervivencia del mejor adaptado.1 En líneas generales, postula que ciertos rasgos presentes son el resultado de la competencia entre individuos de un mismo sexo por el acceso a la cópula (selección intrasexual) y de la selección por parte de uno de los sexos, usualmente las hembras, de individuos del sexo opuesto (selección intersexual) .

Dicho de otra manera, la selección sexual introduce en la selección natural otra variable: el gusto o preferencia de un sexo cuando elige pareja. Las plumas aparatosas del pavo real (selección basada en el hándicap) son un ejemplo que suele ponerse siempre como paradigma de esta conducta de predilección de las hembras de una especie, tambien la habilidad de tilonorrinco (el pajaro jardinero). Los machos tambien provocan cambios morfológicos en las hembras de su especie sobre todo cuando están muy cotizados (cuando la sex ratio les favorece). Se entiende que la neotenia, es decir la persistencia de rasgos infantiles en las hembras de nuestra especie procede de la selección sexual y en sentido contrario: la minimización de la agresividad de los machos –la autodomesticación- seria tambien el resultado de la selección sexual.

La idea fundamental de Thornhill y Palmer sobre la violación, es decir sobre el coito forzado, es que se trata de una adaptación ancestral. Puesto que es la hembra de nuestra especie la que elige con quién copular y emparejarse, la contraestregia de los machos -la violación- rompería con la estrategia anterior imponiendo un nuevo orden reproductivo. Los machos violadores tendrian un mayor éxito reproductivo (en entornos ancestrales) y por lo tanto habria habido una selección positiva de esta conducta.

Para reflexionar mejor sobre el éxito reproductivo de los machos violadores o al menos políginicos, vale la pena leer este post donde nos recuerdan que la mitad de la población europea procedemos de un señor de la guerra del neolítico que acumuló para si varios cientos de mujeres.

Entre los agresores sexuales se ha señalado (Malamuth 1996), la deprivación sexual como un factor causal de la agresión. Los hombres prefieren mayoritariamente las relaciones sexuales a corto plazo y es precisamente en ese terreno donde tienen problemas de agresión con sus parejas quizá debido a que sus estrategias de preferencia (el corto plazo) les lleva a sufrir dificultades periódicas en el acceso sexual, al que las mujeres por lo general no acceden fácilmente.

Otros por el contrario no tienen problemas en encontrar parejas eventuales pero si los presentan a la hora de retener a sus parejas que sólo consiguen mediante la intimidación. Todo parece indicar que las estrategias a corto y a largo plazo en la seducción de parejas difieren en relación con el sexo y se trata de un programa filogenético distinto a la retención de la pareja a largo plazo y que identifica dos grupos distintos de machos maltratadores.

Ambos patrones parecen corresponderse con dos dimensiones de la personalidad entre los hombres: al primero le llamaremos modo indiferenciado, se caracteriza por el énfasis que realizan en su búsqueda de contactos sexuales a fin de mantener su autoestima y la medida de éxito con sus pares, al segundo le llamaremos hostil, combina inseguridad, hipersensibilidad, celos y un placer en dominar sobre todo a las mujeres.

Los dos modelos, sobre todo el segundo tienden a acumular decepciones y una historia de rechazos por parte de las mujeres en el corto plazo. Los hombres que acumulan este tipo de percepción de humillaciones y manipulaciones en su historia relacional con mujeres tienen mas riesgo de resultar agresivos con ellas dado que han llegado a inhibir la empatía y la simpatía necesarias que son los afectos que inhiben la agresión en el ser humano.

Dicho de otra manera: los hombres son hostiles con las mujeres por dos razones, 1) por el rencor derivado de la deprivación (el rechazo) en el corto plazo y 2) por celos. posesividad y expectativa de engaño en el largo plazo, y que como señalan Daly y Wilson, los celos provocan en los hombras reacciones patológicas y patologias mas intensas que en las mujeres. Y que diferencian dos grupos de ofensores sexuales:

1.- Aquellos que suelen ser desconocidos para la victima y que representarían a los violadores por rencor hacia las mujeres en general. Y que además suelen actuar en grupo.

2.- Aquellos que son conocidos para la victima y a veces parejas institucionales. La violación en estos casos no responde a las mismas causas que en el caso anterior sino a los celos o posesividad.

Narcisismo y estupidez.-

La palabra “narcisismo” está envuelta en un halo de incomprensibilidad. La mejor forma filosófica de entenderla es a través del concepto de solipsismo. Una persona narcisita es aquella que cree que solo existe su propio Yo, en el mundo, que solo cuentan sus necesidades y que el otro no existe.

No se trata de que el narcisista no sepa que el otro existe, es algo más sutil, simplemente no le ve como alguien que tiene sus propios deseos, sus propias necesidades y su propia subjetividad, podriamos decir que el narcisista cosifica a los demás a los que percibe como simples apéndices de si mismo. En un post anterior sobre este tema rotulé el narcisismo como una estructura, una matriz. No se trata de una enfermedad, ni de una patología individual, ni de una averia del cerebro, es en cualquier caso un repliegue sobre la propia subjetividad, un solipsismo emocional. Es, en todo caso una enfermedad -una anomalía- moral, no médica.

Todos somos en algun sentido narcisistas, pues el narcisismo es necesario como “guardián de la vida”, el amor propio es absolutamente necesario para preservar no solo la vida sino tambien la identidad, el sentirse como alguien desgajado del común, separado del magma de lo mismo.

Del narcisismo brotan las grandes patologias del carácter y tambien todos los aspectos psicologicos de la maldad que rompen con la idea médica de enfermedad, donde es el sujeto doliente el que sufre, aqui el sufrimiento se exporta, se proyecta. La psicopatia es un trastorno narcisista, probablemente el más grave pero no todos los narcisistas son psicópatas. Para hablar de psicopatía es necesario que se cumpla la triada oscura.

Para ser un violador no es necesario ser un psicopata, aunque si es necesario poseer algun grado de narcisismo patologico que anule las inhibiciones que nos llevan a respetar la integridad fisica de los demás. Para ser un violador es necesario admitir en la ecuación otras dos variables: la agresividad, pues no hay violación sin agresión y la estupidez, pues la violación no es una estrategia reproductiva evolutivamente estable en la actualidad. El sexo consensual ha cerrado ya la grieta entre estrategias reproductivas entre hombres y mujeres y es por eso que la teoria de Thornhill y Palmer responde  a la causalidad ultima (ancestral o distal) pero ya ha dejado de ser una estrategia eficaz desde el punto de vista del fitness.

La estupidez en su grado máximo se alcanza como podemos ver en esta noticia acerca de la violación en grupo de cinco muchachos durante las fiestas de San Fermin, cuando estos mismos perpetradores graban en video su delito. Podemos observar aqui dos cuestiones, la primera es que el grupo sirve para diluir la responsabilidad individual y como el exhibicionismo narcisista puede llevar a cometer el gran error, dejar constancia de la autoria de un hecho asi. La tercera consideración es la nula empatía frente a la victima a la que se la trata como un desechable.

La violación en este sentido tiene un aspecto de espectáculo lo que nos lleva a dudar del propósito puramente sexual de la misma y nos lleva a otro registro: al de la notoriedad.

¿Puede la notoriedad volvernos locos?

Bibliografía.-

Thornhill, Randy y Craig T. Palmer (2000), A Natural History of Rape (Cambridge, MA: MIT Press).


Abusos encubiertos (XXX)

$
0
0

El narcisismo es el mediador íntergeneracional de todos los estragos parentales @pacotraver

narcisismo-o-autoestima-620x350

Hasta ahora en esta serie sobre el trauma he hablado de los abusos graves, objetivables y groseros o bien eventos de la vida que por su intensidad o persistencia supongan graves estresores y desarrollos ulteriores de patologias usualmente graves y resistentes al tratamiento. El lector sagaz habrá ya comprendido que además de la intensidad hay otro factor enmarañado que se enreda con esta comprensión de lo traumático y que es de orden politico: lo traumático no se ha reconocido de forma natural hasta que ciertos cambios sociales han venido en nuestra ayuda para ayudar a reconocerlos.

Asi, la traumatización de la histeria no fue reconocida hasta que la femineidad y la sexualidad femenina no obtuvo carta de reconocimiento. Lo mismo sucedió con las neurosis de combate y con los supervivientes de ciertas catástrofes. Asi mismo y hasta que la infancia no fue reconocida como objeto de derecho, el maltrato a niños no fue reconocido como fuente de estrés traumático.

Pero todavia existen parcelas de lo traumático en discusión. Se trata de las parcelas que tienen que ver con la crianza y que conocemos como estragos parentales, en los que creemos aquellos que como yo tienen una formación psicoanalitica. Hay daños tan sutiles que escapan a la mirada psiquiátrica convencional, pues todo aquello que tienda a culpabilizar a las madres está hoy más que nunca destinado al olvido: conceptos como la “madre-nevera” (Kanner), “la madre narcisista”, “la madre esquizofrenógena” (Sechehaye), la madre perversa (Rosen), son constructos psiquiátricos que han pasado al museo de los horrores de la psiquiatría, al tiempo que cada vez más surgen nuevos estudios como estos de Judith Harris que vienen a decir que “la crianza no tiene ningún efecto sobre la personalidad de nuestros hijos”, algo absolutamente cierto en el nivel de lo grosero pero que es absolutamente falso en el nivel de las sutilezas de la salud mental puesto que ningún hermano en un determinado entorno familiar -y aunque compartan el mismo ambiente- están sufriendo a la misma madre (o padre) ni ocupan en su deseo el mismo lugar. Dicho de otra manera, el medio ambiente compartido no existe más que como una atmósfera gruesa común o espiritu hegeliano familiar.

La verdad sobre Blancanieves.-

La trama

Erase una vez en un país muy lejano que vivía una bella princesita llamada Blancanieves, que tenía una madrastra, la reina, muy vanidosa.
La madrastra preguntaba a su espejo mágico y éste respondía:
– Tú eres, oh reina, la más hermosa de todas las mujeres.
Y fueron pasando los años. Un día la reina preguntó como siempre a su espejo mágico:
– ¿Quién es la más bella?
Pero esta vez el espejo contestó:
– La más bella es Blancanieves.
Entonces la reina, llena de ira y de envidia, ordenó a un cazador:
– Llévate a Blancanieves al bosque, mátala y como prueba de haber realizado mi encargo, tráeme en este cofre su corazón.
Pero cuando llegaron al bosque el cazador sintió lástima de la inocente joven y dejó que huyera, sustituyendo su corazón por el de un jabalí.
Blancanieves, al verse sola, sintió miedo y lloró. Llorando y andando pasó la noche, hasta que, al amanecer llegó a un claro en el bosque y descubrió allí una preciosa casita.
Entró sin dudarlo. Los muebles eran pequeñísimos y, sobre la mesa, había siete platitos y siete cubiertos diminutos. Subió a la alcoba, que estaba ocupada por siete camitas. La pobre Blancanieves, agotada tras caminar toda la noche por el bosque, juntó todas las camitas y al momento se quedó dormida.
Por la tarde llegaron los dueños de la casa: siete enanitos que trabajaban en unas minas y se admiraron al descubrir a Blancanieves.
Entonces ella les contó su triste historia. Los enanitos suplicaron a la niña que se quedase con ellos y Blancanieves aceptó, se quedó a vivir con ellos y todos estaban felices.
Mientras tanto, en el palacio, la reina volvió a preguntar al espejo:
– ¿Quién es ahora la más bella?
– Sigue siendo Blancanieves, que ahora vive en el bosque en la casa de los enanitos…
Furiosa y vengativa como era, la cruel madrastra se disfrazó de inocente viejecita y partió hacia la casita del bosque.
Blancanieves estaba sola, pues los enanitos estaban trabajando en la mina. La malvada reina ofreció a la niña una manzana envenenada y cuando Blancanieves dio el primer bocado, cayó desmayada.
Al volver, ya de noche, los enanitos a la casa, encontraron a Blancanieves tendida en el suelo, pálida y quieta, creyeron que había muerto y le construyeron una urna de cristal para que todos los animalitos del bosque pudieran despedirse de ella.
En ese momento apareció un príncipe a lomos de un brioso corcel y nada más contemplar a Blancanieves quedó prendado de ella. Quiso despedirse besándola y de repente, Blancanieves volvió a la vida, pues el beso de amor que le había dado el príncipe rompió el hechizo de la malvada reina.
Blancanieves se casó con el príncipe y expulsaron a la cruel reina y desde entonces todos vivieron felices.

Las pistas sobre el trauma de Blancanieves

La madastra y el espejo.-

La madastra es un personaje que aparece repetidamente en los cuentos de hadas y las versiones que tenemos de ellos han sido edulcoradas por la factoría Dysney a fin de aparecer como políticamente correctos. Es obvio que las madastras no quieren a sus hijastros tanto como sus madres verdaderas pero también es cierto que las madres verdaderas pueden no querer en absoluto a sus hijos y/o resultar tóxicas para algunos de ellos, de manera que el recurso a la madastra es una concesión literaria que el autor lleva a cabo para que el cuento sea digerible para los niños.

La verdad del asunto es que los padres y más intensamente la madre se encuentra protegida (del sexo y la agresión) por un arcaico e intenso tabú. Si descontamos el aún más antiguo tabú de alimentarse de carne humana o del tabú del incesto, la madre es una de las figuras más protegidas por todas las culturas. Se trata de un tabú universal común a nuestra especie.

La maternidad está recubierta de un halo sagrado y goza de una protección publica y privada superior a la que gozan los niños. Los hijos siempre están en un segundo plano con respecto a la madre, a la madre se le supone un origen arcangélico a la que en sus desvelos solo se puede pagar con veneración.

Y es precisamente esta veneración forzada que los hijos tienen con sus padres la responsable del sufrimiento y de la locura de aquellos miembros de nuestra especie que han tenido la mala suerte de tener padres tóxicos. Pero el daño no procede tanto de la necesidad sino de la obligatoriedad de amar a los padres, de venerarlos, honrarles y respetarles, incluso a aquellos padres que nos abandonan, nos maltratan o nos hieren.

Vemos que la madastra de Blancanieves es una mujer que mantiene con el espejo una relación narcisista. ël le devuelve su propia imagen admitiendo que es ella la más bella del reino hasta que alguna otra (su propia hija) le arrebata este titulo. Vemos que es la envidia el motor de su venganza.

El corazón y el cazador.-

Pero la hija crece y se convierte en una amenaza para el espejo que siempre nos dice la verdad. La envidia de la madre es la razón por la que decide deshacerse de la muchacha, para ello pide la ayuda d eun cazador que la llevará al bosque y alli le dará muerte, devolviendole a la madastra como prueba el corazón de Blancanieves.

Arrancarle el corazón a alguien es como convertirle en un zombi, sustraerle su humanidad, en forma de emociones ode afectividad. Es lo que les sucede a las victimas de una madre narcisista. Una imposibilidad de reconectarse con lo humano.

Afortundamente el cazador se apiada de ella y la abandona a su suerte en el bosque llevandole a la madrastra como prenda el corazón de un jabalí

El exilio y la desconexión de Blancanieves.-

Es entonces cuando Blancanieves queda sola en el bosque y llora y suente miedo: se ha coagulado su sindrome postraumático, que la lleva a vagard e aqui para allá sin rumbo, desconcetada de todo y de todos. Nadie viene en su ayuda hasta que un dia se encuentra en un claro del bosque una cabaña poblada por seres diminutos.

Los enanitos.´-

Los enanitos son un metafora de aquellos que viven en los bordes del sistema, otros exiliados del mundo de los humanos, quizá supervivientes de otros traumas o de otras exclusiones. Son ellos el unico apoyo que encontrará Blancanieves, son ellos quienes la toman a su cargo, pues parecen entender todo lo que ha sufrido.

La anciana y la manzana.-

Llegan a palacio noticias sobre el verdadero destino de Balnacanieves y la madastra se empeña en terminar y esta vez por si misma. El espejo vuelve a devolverle el dato rechazado: Blanca nieves aun está viva. La madastra no olvida y persiste en su deseo de deshacerse de su rival.

Es factible que el perpetrador parental se presente “camuflado” bajo el disfraz psicológico de alguien inofensivo, amable, pacífico, con una moral intachable, incluso puede mostrarse interesado en ayudar a su víctima. La madrastra se convierte en una indefensa anciana, tan pero tan buena que le ofrece una sabrosa manzana – la culpabilidad en nuestra cultura occidental-. Cuando la víctima muerde el “anzuelo de la culpabilidad”, se “paraliza” (Blancanieves quedó como muerta dice el cuento).

La parálisis o la congelación traumática típica de la víctima deriva del modo enloquecedor con que actúa quien acosa: bajo apariencia de hacer el bien, lleva a su víctima a que se crea culpable de algo que existe sólo en la mente del primero. El acosador necesita para sus planes una víctima paralizada por la culpabilidad, ya que así, le será más simple victimizarla.

El principe y la redención de Blancanieves.-

El principe es quien deshace el hechizo y lo hace con un beso, tal y como sucede en otros cuentos de los Grimm. Una especie de despertar que solo puede llevarse a cabo a través de un vínculo amoroso y que sea capaz de restablecer las conexiones con lo humano y reparar las heridas emocionales que proceden del estrago materno.

Los estragos maternos.-

En un post anterior ya advertí que los daños recibidos durante la infancia podrian proceder tanto del padre como de la madre, pero los estragos son infinitamente mayores cuando proceden de la madre, pues es la madre el objeto de las relaciones mas tempranas alli donde se establecen las primeras improntas relacionadas con el cariño, la protección, la predictibilidad, la confianza, la contención, el alivio y la voluptuosidad.

Pero la variable critica de estos estragos no procede del hecho de que las madres sean en su conjunto más perversas que los padres, sino que es la madre la que se encuentra más protegida por el tabú, probablemente porque la prohibición de dañar a la madre (o de cohabitar con ella) son más antiguos que el reconocimiento de la paternidad. Asi y todo es cierto que el padre tambien se encuentra protegido por otros tabúes esenciales, más concretamente por el tabú del parricidio tan ligado al “Complejo de Edipo” descrito por Freud en “Totem y tabú” y otros textos. Es posible afirmar que la cultura humana nace con la aceptación de este segundo tabú: el del parricidio que se forjó sobre los restos arcaicos de un tabú primigenio, la prohibición del acceso a la posesión (sexual) de la madre.

Los daños de las madres (y de los padres) proceden del uso transgeneracional de la proyección, la idealización, o la negación, lo que la madre disoció o ignoró de sus propios padres lo proyectará en la siguiente generación. Es posible afirmar que el uso de de los distintos mecanismos de defensa están relacionados con el deseo de no-saber, de seguir ignorando lo que el cuerpo ya sabe pues aquello que no se integró vive disociado en el cuerpo. Y es a través de la proyección que podemos librarnos de los efectos perjudiciales de lo escindido. El uso de la proyección frente a los hijos protege a las madres del sufrimiento, de la enfermedad e incluso de la muerte. Es por eso que algunos prefieren matar a saber.


El duelo traumático (XXXI)

$
0
0

duelen

Consideramos que el duelo es un proceso fisiológico, necesario y absolutamente normal. Se trata de un proceso de adaptación a una perdida, usualmente una perdida que se refiere a una persona querida, un familiar, un amigo, un hijo o un progenitor. Pero tambien podemos utilizar la palabra “duelo” para significar otro tipo de perdidas abstractas, una posición, un trabajo, un entorno o incluso un duelo por una infancia, por un tránsito, por cualquier tipo de cambio, incluyendo los cambios de domicilio (depresión de mudanza). Por ultimo también están sujetos a procesos de duelo las perdidas motóricas o la perdida de integridad del cuerpo o su funcionalidad, sin olvidar los procesos oncológicos con o sin amputaciones (como la mama) y los mismos diagnósticos médicos.

Es obvio pues que todo trauma lleva consigo un duelo, un dolor. Pero para que haya duelo es necesario que se cumplan las siguientes condiciones:

  • Es necesario que se reconozca la perdida.
  • Es necesario que se reconozca que esa perdida es algo valioso y significativo.
  • La perdida es irreversible.
  • Es necesaria la sanción social, es decir que haya testigos que ayuden a soportar el dolor.

De manera que en algún tipo de situaciones el duelo no puede complatarse por la falta o déficit de alguno de estos items. ¿Qué sucede con el duelo de una mujer o un niño cuyo padre se ha dado por desaparecido en la guerra? ¿Qué sucede cuando alguien desaparece pero no existe cadáver que haga la muerte literal? ¿Qué sucede cuando en ciertos entornos las victimas no reciben el apoyo social pertinente como sucedió con algunas víctimas de ETA en el pais vasco?

Y  hay otras posibilidades para que un duelo pase a convertirse en un trauma por sí mismo, de las que hablaré más abajo.

El trato con los muertos.-

Quiero ocuparme ahora de otra diferencia que me parece trascendental y es el trato que damos a la muerte y al vinculo con los antepasados. Hace poco tiempo me contaba una muchacha rumana los conflictos que le genera la integración de los valores de su familia con su entorno actual, el entorno que vivimos hoy en nuestro país.

En los países del este el duelo no es una tarea individual como sucede aquí en nuestro entorno sino que es un trabajo colectivo , un trabajo que implica a todos los miembros de la familia y de la comunidad, vecinos y conocidos. El trabajo de recuerdo de los difuntos es un trabajo periódico, que es en cierta forma inacabable: no solamente hay que velar al muerto en su propia casa durante dos o tres días sino también festejar con manjares a los que se invita a todos los que asumen esta tarea colectiva, en ciertos periodos: a la semana, al mes, a los tres meses, al año y más allá de él.

Según la muchacha rumana que entrevisté lo que aqui llamamos “duelo complicado”, una forma de depresión que no existe en su país. Es muy probable que no exista con la malignidad que se presenta en nuestros entorno según casos, lo que es seguro es que el trabajo de duelo no es individual sino colectivo y atañe a todos. No se trata de olvidar a nuestros muertos y no pensar más en ellos, sino recordar y sobre todo comer. El banquete funeral me parece la clave de este fenómeno, pero para entender qué es lo que nos comemos en un funeral no tenemos más remedio que retomar algunos conceptos del psicoanálisis y del chamanismo.

Lo que es seguro es que nuestro individualismo está muy relacionado con los sufrimientos mentales que nos complican nuestro estilo opulento de vida.

¿Incorporar o introyectar?.-

Se trata de dos mecanismos bien distintos, el primero descrito por Melanie Klein y el segundo por Sandor Ferenczi y son los precursores ontogenéticos de la identificación. Mientras la introyección consiste en apropiarse de un rasgo, habilidad, una conducta, una manera de hablar, una profesión de alguno de nuestros modelos de referencia, la incorporación es un mecanismo que implica la boca y que está relacionado con comer, tragar o hablar. La incorporación tiene un pálpito canibalístico y tiene como resultado una apropiación indebida, bien distinta a la introyección que es algo muy cercano a la imitación simbólica de algo. La incorporación es literal (en realidad una anti-metáfora) mientras que la introyección es una metáfora.

Mediante la incorporación lo que hacemos es mantener vivo al muerto, y lo hacemos enterrándolo en una cripta, es por eso que Abraham y Torrök han hablado del fantasma en la cripta.

A veces no enterramos a nuestros muertos sino que los escondemos. Y sucede con más frecuencias cuando los sentimientos de deuda o de culpa nos fijan a objeto perdido.

Es por eso que:

“Cuando alguien muere sin que un trabajo o duelo le haga llegar a las puertas de la Gran Luz, entonces se crea, entre el muerto y los vivos, esta entidad relacional denominada fantasma, que les permite, a los dos, seguir viviendo juntos, aunque ilusoriamente. Sin embargo transmitirse de generación en generación, esta entidad relacional se va convirtiendo en patógena, porque no está al servicio de los proyectos de los vivos, sino de los que el muerto no ha podido realizar.”

Pasaje de: Patrice Van Eersel & Catherine Maillard. “Mis antepasados me duelen.”

De modo que la incorporación lo que hace es mantener vivo al fantasma con todos sus proyectos inconclusos, una entidad relacional entre los vivos y los muertos y es por eso que la prevención del duelo consiste en obligar a los vivos a devorar a los muertos y convertirlos en materia fecal. Es así como se expulsa al fantasma y no mediante el silencio o agrandando la cripta.

¿Por qué un duelo puede convertirse en algo traumático?

Contaba Freud en “Duelo y melancolía” que la causa más frecuente por la que un duelo se convertía en depresión era a causa de la identificación con el finado. Algo así como que nos identificamos de tal modo con el muerto que nos negamos a desprendernos de ese recuerdo que vuelve y vuelve a nuestra conciencia que no deja de reexperimentar el recuerdo traumático, no podemos dejarde pensar en él y solo nos alivia el hecho de hablar sobre los detalles de su perdida. Nótese que hablar, comer  y tragar están relacionados semánticamente. Hablar es un forma de expulsar por un orificio que no es el natural para el desprendimiento.

Decia Freud que el sentimiento de culpa o de deuda son las principales razones por las que un duelo no se elabora de forma fisiologica. Hay pues en la mayoria de casos cuentas que ajustar que no pudieron ser saldadas. Pues no hay que olvidar que deuda y culpa están relacionadas semánticamente. El deudor es culpable decia Nietzsche.

Otra de las razones por las que un duelo puede convertirse en un acontecimiento traumático es por acumulación de duelos anteriores no resueltos o no-elaborados y por supuesto las perdidas colectivas o aniquiladoras en accidentes de tráfico o catastrofes naturales o bélicas con múltiples victimas, peor aun si existen lesiones que comprometen la integridad corporal.

El caso de Lola.-

En un post anterior ya hablé del caso de Lola y me referí a él como un caso de “duelo por poderes”. Significa que a veces en el seno de una familia, un individuo puede tomar a su cargo el duelo que otros miembros niegan llevar a cabo y ofrecerse virtualmente como chivo expiatoria de la culpa familiar. Naturalmente este tipo de duelos suponen una carga adicional, en la que un individuo lleva a cabo un proceso inacabable e imposible de finiquitar si no se esclarecen sus razones.

Decia en aquel post que:

La depresión por poderes no está establecida en las clasificaciones psiquiátricas y se refiere a qué un miembro de la familia asume el dolor que le corresponderia a otro tal y como propone la teoria sistémica con el rubro “paciente designado”. Un elemento de la familia se erige como “chivo expiatorio” de un dolor que no ha sido explicitado colectivamente, ni asumido por ningún individuo concreto sino que se encuentra vacante de destinatario como aquella carta robada de Edgar Allan Poe (el lector puede visitar este enlace donde hablé precisamente de la construcción de lo imaginario). ¿Pero por qué Lola asumió el dolor que le hubiera correpondido explicitar a la madre?

Los niños que se crian en ambientes impredecibles tratan de articular su vida en torno a ciertas expectativas y a entornos donde sea posible la predicción de los resultados de sus conductas. No es raro que estas personas desarrollen un carácter ciertamente perfeccionista o hiperresponsable, rígido, ordenado, exigente u obsesivo. Han aprendido a parar el movimiento de las cosas de tal modo que los virajes inesperados sean poco probables. Viven en la realidad pero han logrado detener las consecuencias del cambio implícito en toda realidad psíquica, es asi como Lola aparece como un muerto en vida, profundamente desvitalizada y clinicamente deprimida, aunque ni ella ni un observador neutral (en este caso yo mismo) logren encontrar razones para su profunda depresión. Una depresión que no procede de la ambivalencia (aunque pudo haberla) o de la identificación (que tampoco se puede descartar del todo) sino con la necesidad de vivir en un universo estable donde la tristeza de la madre falta y ese es e lugar donde Lola se ubicó: en esa Falta con objeto de taparla.

Es como si Lola hubiera decidido convertirse ella misma en el fantasma en la cripta.

Bibliografia.-

O duelo o melancolia, de Abraham y Torrok


El tratamiento moral del trauma (y XXXII)

$
0
0

El culpable es uno (Mario Benedetti)

Meditar, más bien, es repetir una serie de preguntas y avanzar alguna respuesta apropiada sobre qué he hecho, bajo qué ideales, con qué repercusión social, qué secretas intenciones guardo, qué víctimas causé y de qué manera cuido el encanto personal.(F. Colina)

Aquellos lectores que hayan llegado hasta aqui,siguiendo esta serie que he escrito sobre “La traumática historia del trauma”, es posible que ya hayan comprendido que lo que entendemos por “traumatización psíquica” es algo cambiante, proteiforme, y que en cierto modo es un constructo social acerca de aquellos eventos de la vida que pueden llegar a trastornar a cualquiera en función del uso más o menos individual que hagamos del proceso de disociación.

Tambien habrán comprendido ya que la definición de “trauma” está determinada políticamente y que el reconocimiento del daño inflingido a una persona está fuertemente vinculado con nuestra idea de lo humano y tambien con los sentimientos que se derivan de ese pilar moral que Haidt ha llamado”daño-cuidado”. Y que es algo que cambia en función del tiempo y del contexto histórico. Algunas personas están fuertemente influidos por este pilar moral, mientras que otras como por ejemplo los psicópatas no han siso capaces de internalizar las conductas pro-sociales que derivan de este pilar moral. Es por eso que vamos a encontrar muchos psicopatas entre los perpetradores.

Pero no es necesario ser un psicópata para causar daño a alguien, cada uno de nosotros, si fuéramos capaces de hacer un examen de conciencia podriamos identificar a quién, cuando y por qué perpetramos algún tipo de daño, aunque lo que mejor se nos da es reconocer cuando alguien nos dañó a nosotros. Lo cierto es que dañar a los demás y dañarse a uno mismo son dos tipos de conductas bien distintas, curiosamente la mayor parte de la gente tiene más miedo de dañar a los demás que a sí mismo, algo que sucede gracias a la empatía uno de los mejores recursos a nuestro alcance para inhibir conductas agresivas. Y aunque la mayor parte de la gente suele “darse la razón” en este tipo de guerras domésticas o laborales que hemos llevado a cabo, lo cierto es que nadie estamos “libres de pecado” en este sentido. Todos hemos sido alguna vez perpetradores y otras veces victimas.

Victimas y victimización.-

Ser victima de una agresión y aparecer victimizado son dos cosas bien distintas. La victimización es un resorte de nuestra mente que viene favorecido por nuestro entorno. Aparecer como víctima de algo es deseable, mucho más que aparecer como perpetrador. la víctima recoge simpatías sociales, y a veces seguidores para una causa. Pero la victimización tiene otras ventajas psicológicas adheridas: la principal es el mantenimiento de cierta autoestima. En la medida en que el culpable es el otro, yo soy inocente. Esta escisión categorial entre culpables/inocentes es una de las variables que han de abordarse en la psicoterapia de un trauma, puesto que el que divide el mundo en esta dualidad está muy cerca de dividir su mundo psíquico en estas dos totalidades: completamente inocente/completamente culpable. Ellos y yo.

De manera que dos de las cuestiones que han de abordarse -y evitarse- necesariamente en una terapia del trauma son: la posibilidad de retraumatización que ya señaló Ferenczi y la victimización. La terapia puede resultar violenta para un paciente psiquiátrico traumatizado por una cuestión: revivir el trauma por sí mismo, es decir recordarlo o simplemente hablar de ello pueden resultar insoportables para algunos pacientes que empeorarán necesariamente con cada intento de ayuda. Pues la terapia en su intempestiva busqueda de la verdad histórica puede dañar mas que beneficiar al paciente, recordemos que el paciente traumatizado quiere seguir siendo completamente inocente, no importa si enfermo.

Algunas personas sienten alivio al contar sus experiencias traumáticas y no encuentran en su entorno la posibilidad de hacerlo, puesto que las personas comunes e incluso los familiares de estas personas acaban por aburrirse de los relatos que les cuentan estas personas necesitadas de escucha. Sin embargo otras personas evitan a toda costa hablar de los detalles de su victimización y nos señalan con el empeoramiento de algún síntoma que hemos cruzado una linea roja.

Naturalmente para las personas que se alivian hablando de su trauma se pueden diseñar distintos encuadres terapéuticos, los más conocidos son los encuadres grupales: grupos de duelo, grupos de agresiones sexuales, grupos de discusión sobre problemas diversos, grupos con distintas temáticas que pueden ser de utilidad para pacientes que comparten una determinada cualidad de sufrimiento. Hablar, es decir compartir relatos es muy útil en un entorno de confianza y de seguridad.

¿Ahora bien qué es lo que los pacientes cuentan?

Ficciones:

Todo trabajo terapéutico se lleva a cabo a través de la narrativa. El paciente tiene que entender que sus dificultades de hoy están producidas por sus traumas de ayer, sin embargo esta tarea no es nada fácil, pues el paciente solo aspira a no ser culpable y/o a culpabilizar a otros. Muchos pacientes prefieren seguir siendo pacientes psiquiátricos antes que sentirse tragado por la ballena de la culpa, no quieren ser Jonás.

La mayor parte de las personas confunden culpa y responsabilidad y sin asumir la responsabilidad individual no puede nadie llegar a cuidar de sí mismo, no puede haber autodirección sin un horizonte ético de responsabilidad.

La cura de un trauma es una cura moral. No se trata de olvidar o de perdonar, pues el perdón cristiano no es más que una constatación de una superioridad moral. Se trata de redimirse a través de la virtud. Virtud entendida de forma griega como la areté (Jose Carlos Aguirre). Se trata de renunciar a la venganza y a la visibilidad, se trata de evitar caer en las trampas de la justicia, del reconocimiento y de la querulancia. O al menos evitar que la lógica del sistema jurídico obture las posibilidades de supervivencia que en cualquier caso son psicológicas.

Para terminar esta serie y a modo de corolario me gustaria acercaros unos párrafos de Fernando Colina, psicoanalista del Pisuerga que en un articulo de ayer mismo decía:

“Son sujetos impetuosos, que se sienten siempre víctimas inocentes y les cuesta entender la palabra responsabilidad, que carecen de recursos para disfrutar del goce de la lentitud y de la lujuria de la austeridad, que siempre eligen mal a los amigos y que no conciben proyectos ni someten el deseo a una dosis dulce de voluntad. A estos males los han llamado “trastornos límites”, porque ni siquiera como diagnóstico se atreven a ocupar un lugar. Viven en las fronteras de todas las enfermedades y están llamados a ser los representantes genuinos del destierro del hombre actual.” (Fernando Colina).

Lo cual viene a decir que la prevalencia de lo traumático viene determinada por la pertenencia a una sociedad sin rumbo donde los limites en la patologia mental y el hombre corriente se han difuminado de tal modo que todos podriamos ser considerados víctimas de este estado de cosas, pero pocos estarán dispuestos, a su vez a reconocerse como perpetradores.

Por eso:

Cada vez habrá menos esquizofrénicos y más gente sin rumbo, hemos aprendido a escindirnos (F. Colina)

 


El espectro psicopático

$
0
0

psicopatas

En lo más profundo de mi ser se esconde un asesino en serie pero yo lo mantengo distraido con cocaina (K. Sutton).

La mayor parte de nosotros identificamos la etiqueta “psicópata” con la actividad criminal. Pensamos en seres desalmados, asesinos, maltratadores, sádicos de todos los pelajes, etc. Este post está destinado a hacerle cambiar de opinión respecto a este rótulo. Como el lector verá mas abajo, decir psicópata no es decir nada, pues la psicopatía no es una patología mental, ni una avería del cerebro, es en cualquier caso una patología moral.

Y para ello me apoyaré en el libro que preside este post escrito por Kevin Dutton.

Kevin Dutton es un psicólogo británico, más concretamente de Oxford que se ha pasado la vida investigando sobre esta variante de la personalidad que conocemos con el nombre de “psicópatías” y lo ha hecho desde dos puntos de vista bastante alejados uno de otro. Ha intentando aislar los rasgos de personalidad que subyacen a este constructo teórico desde una perspectiva dimensional y los ha intentado correlacionar con las ocupaciones elegidas por sus portadores, también ha escarbado en algunos psicópatas clásicos como Ted Bundy, un asesino en serie de mujeres sobre el que existen bastantes documentales sobre su vida y personalidad. Más abajo veremos como ser un “psicópata” no es otra cosa sino ser portador de una o varias de estas dimensiones en múltiples combinaciones e intensidades posibles, mientras que lo que entendemos como “psicópata” en el sentido más forense de la palabra no es más que una desviación extrema.

Cuando se habla de psicópatas los psiquiatras suelen acabar hablando -sin reconocerlo- de teología, moral o sentimientos más o menos normativos o bienintencionados, “La falta de conciencia, la falta de empatía, el mal como absoluto o lo antisocial sobrevuelan siempre en las descripciones. Una de las habilidades de Sutton está en contemplar esta variante de la personalidad desde el punto de vista evolucionista. ¿Si ser malo es tan malo por qué la selección natural no les ha extinguido de las posibilidades de ser? ¿Qué ventajas tiene ser psicópata? Y cuando digo ventajas no me refiero solo a las ventajas individuales que pueden ser fácilmente intuídas a través del egoísmo o a la busqueda inescrupulosa del placer, me refiero sobre todo a las ventajas para el grupo.

Ser psicópata no es algo que se es o no se es y estamos asistiendo en las descripciones psiquiátricas cada vez mas a la aplicación de modelos dimensionales para explicar los distintos síndromes observables en la clínica. Me propongo identificar estas dimensiones:

1.- Hipofobia- Valor.-

No cabe duda de que el miedo es una emoción que ha prestado grandes beneficios a nuestra especie, las personas miedosas o temerosas son personas que funcionan con un alto nivel de “arousal” y se identifican por su aversión al riesgo. No cabe duda de que estas personalidades han sido claves no solo para ellos sino para sus grupos para anticipar los riesgos y para “adivinar” por donde podria aparecer un peligro: se trata de personas especializadas en encontrar patrones alarmantes en cualquier indicio de riesgo mientras que nuestros psicópatas mostrarian la capacidad invertida:no ver el riesgo en ninguna ocasión.

Estas personas valerosas o hipofóbicas también han debido prestar muchos beneficios a sus grupos de pertenencia, se trataria de guerreros, hombres de acción, cazadores arriesgados, en suma los que proveerían de proteinas animales en un entorno ancestral y al mismo tiempo los que defenderian al grupo de otros grupos rivales.

Aun hoy existen profesiones de alto riesgo y socialmente útiles: policias, bomberos, buceadores, desactivadores de bombas, etc. Son los que puntuarian más alto en esta escala de hipofobia: los que no tienen miedo.

2.-Engaño-maquiavelismo.-

Las semejanzas entre engaño, histeria, psicopatia y maquiavelismo se encuentran bien estudiadas y algunas de ellas pertenecen a  la triada oscura. El maquiavelismo es la capacidad de retorcer argumentalmente la voluntad de otras personas y conseguir que hagan o piensen lo que queremos que hagan o piensen. Desde subirse a un coche, conseguir que nos envien fotos de desnudos a través de la red para luego chantajearles o simplemente para conseguir favores de amantes e incluso favores politicos. ¿Cuantas personas conocemos que puntuarian alto en esta dimensión?

Mujeres que consiguen casarse varias veces y asegurarse buenas pensiones para sus hijos o bien viviendas y un bienestar que por si mismas no hubieran alcanzado nunca. Empresarios sin escrúpulos que explotan a sus empleados y hacen todo tipo de trampas para tener éxito en los negocios y como no, la politica, con esas reglas no escritas de “peloteo” a los que mandan para ganarse asi sus favores, sin despreciar nunca elvalor de intercambio del sexo, en este tipo de carreras fulminantes de algunos/as..

La inteligencia por sí sola no garantiza el éxito, es necesario apoyarse en los demás y si es necesario hundirlos para encaramarse a lo más alto.

3.-Seducción-Carisma.

El encanto de los psicópatas ha sido señalado demasiadas veces para que volvamos sobre ello, se trata de un encanto instrumental dirigido a lograr sus objetivos, dicen que es un encanto superficial pero lo cierto es que muchas veces se adentra en el territorio de lo carismático, lo que explica muchas veces algunos seguimientos sectarios de lideres enloquecidos que paradójicamente gozan de una alta reputación entre sus seguidores.

En un post anterior ya comenté las semejanzas enntre las estrategias de engaño y ese terreno común que comparten hombres (más psicopáticos) y las mujeres (más histéricas). Estamos en un territorio común que evolucionó desde el engaño y dirigido a la autopromoción y al parasitismo y que comparten genética.

4.- Empatía fria versus empatia caliente.

Suele decirse con cierta frivolidad que los psicópatas carecen de empatía, pero si carecen de empatía cómo es posible que sean capaces de “leer en las mentes” ajenas? ¿Cómo eligen a sus víctimas?¿Cómo saben la resistencia que hallarán en dejarse engatusar, en subirse a un coche por la noche  o en conseguir que hagan exactamente lo que deseas?

El propio Sutton nos cuenta en su libro que los criminales en serie a los que entrevistó le dieron una pista. Los reconocen por la forma de andar. Al parecer el lenguaje no corporal de la deambulación nos podría dar pistas acerca de la capacidad de resistencia o debilidad de una víctima cualquiera.

De manera que existe una contradicción importante en esa idea de que los psicópatas carecen de empatía, todo pareciera indicar que son hiperempáticos si bien de un modo poco habitual. Parecen poseer el instinto del cazador y son capaces de adivinar lo que pensará o hará su presa.

Carsten de Dreu es un investigador holandés del que hablé aqui en este post sobre la oxitocina y que se ha especializado en un área controvertida: averiguar los fundamentos biológicos del etnocentrismo. De Dreu distingue dos tipos de empatía, una fría y otra caliente, que se procesan en lugares bien distintos del cerebro, la primera es corteza dorso-medial y la segunda en la amígdala. Todo parece indicar que los psicópatas son bastante competentes (mas que la población general) para adivinar lo que piensan sus víctimas pero muy poco competentes a la hora de identificarse con ellas, con su dolor o sentir compasión. En este sentido su empatía no resulta inhibidora de la agresión como en la mayoría de nosotros sino que es una herramienta de trabajo, una herramienta de cazador.

5.- Dureza-objetividad.-

La dureza es un rasgo de personalidad poco estudiado y que solo puede ser medido a través del 16-PF, en esos dos rasgos que Cattell llamó trectia-parmia (atrevimiento) y harria-premsia (sensibilidad emocional). La razón por la que Cattell les dio estos nombres tan raros (neologismos en realidad) fue -según sus palabras- para que no pudieran ser moralizados, es decir identificados como algo patológico y que de alguna forma dirigiera a los probandos hacia respuestas teledirigidas. En realidad, ambos factores hablan de este pilar que he llamado dureza-objetividad y que viene a señalar hacia esas personas entre cuyas habiidades se encuentran la frialdad, el tomar decisiones sin tener en cuenta las emociones, sobre todo la compasión.

¿Se dejaría usted operar por un cirujano que no pudiera soportar la aparición de una hemorragia durante la operación?¿Por qué los psiquiatras no nos ponemos a llorar cuando los pacientes nos cuentan sus desgracias?

Lo cierto es que esta capacidad de distanciarse de los sufrimientos ajenos y no sucumbir a la empatía caliente es una de las habilidades que ostetan los médicos, y mucho más los cirujanos. Más aun los neurocirujanos y quién no me crea le invito a presenciar una operación de neurocirugía o una a corazón abierto.

Es precisamente esta distancia la que permite al médico tomar decisiones objetivas, aquellas que no están basadas en la intuición o la compasión-identificación sino en los hechos y en la experiencia. La dureza es antiempática.

De estas dimensiones podemos concluir que al menos habría dos grupos de psicópatas distribuidos según una campana de Gauss, en un extremo se encontrarían aquellos que de alguna forma han encontrado un hueco en su profesión para seguir beneficiando al grupo y en el otro los más antisociales que son verdaderos depredadores y que muy probablemente solo podrían encontrar ese nicho en profesiones muy violentas o en la guerra, de lo contrario se comportarán como depredadores de victimas sexuales o de otro tipo, en acosadores-abusadores o en aquellas personas que carecen de escrúpulos para hundir a cualquiera con tal de prevalecer, autopromocionarse o brillar socialmente.

Bibliografía.-

La sabiduria del psicopata en pdf

 

 

 



¿Desaparecerá la esquizofrenia?

$
0
0

Cuando tomo la medicación estoy mejor, y el mundo también mejora ( declaración de una paciente esquizofrénica)

escher_tres_mundos

Esta mañana en la sesión clinica que todos los jueves tiene lugar en nuestro servicio de Psiquiatria del Consorcio Hospitalario de Castellón, hemos tenido ocasión de hablar de una psicosis esquizofrénica de larga evolución. Se trata del caso de una mujer inteligente y bondadosa que ha sido tratada y seguida durante años por varios terapeutas, psiquiatras, psicólogos y enfermeros y que han puesto a disposición del servicio su experiencia en lo que ahora se llama “tratamiento entre varios actores” poniendo en evidencia lo exitoso de este tipo de enfoques donde de lo que se trata no es de curar al paciente sino más bien de acompañarle durante los eventos de su vida y servirle de prótesis asistencial y emocional.

El caso clinico era una verdadero tratado de psiquiatria por la variabilidad psicopatológica que presentaba la paciente, asi como le evidencia de cómo se ha modificado el curso clinico de la esquizofrenia. Un predominio de sintomas positivos, una pronta y rapida respuesta a los antipsicóticos y sobre todo una desviación de su rumbo hacia el defecto.

Lo que más nos ha llamado la atención de esta paciente es que a pesar de su curso crónico la paciente ha conseguido alcanzar un cierto nivel de estabilidad, sin pasar de la fase de “trema” de la que hablo Konrad que tambien llamamos “humor delirante”. La paciente tiene delirios de alusión, erotomaniacos,de influencia y mantiene creencias primarias de tipo mágico, pero asombrosamente estos delirios son fluctuantes y no han llegado a cristalizar en eso que llamamos un delirio sistematizado. La paciente no delira con un solo tema y parece que después de todos estos años no ha identificado a su perseguidor. No ha llegado  a la fase de anástrofe en el sentido de Konrad. El lector interesado en saber el curso de la esquizofrenia puede visitar este post, donde podrá advertir que la esquizofrenia que vemos hoy con más frecuencia es una variedad abortada o recortada de la misma, por otra parte las formas negativas, clásicamente mas graves casi han desaparecido. Dicho de otra forma,es como si la esquizofrenia fuera hoy una enfermedad mucho más benigna que antaño.

¿A que se debe esta mutación patoplástica?

No cabe duda de que el siglo XX ha sido el siglo de la esquizofrenia y tampoco cabe ninguna duda de que la esquizofrenia precisa de un hombre dividido y de una dualidad radical. ¿Pero por qué el siglo XX dio a luz a un hombre más dividido que en el XIX?¿Cuales son las causas de esta escisión?

Lo cierto es que la escisión nos viene de serie (Spaltung la llamó Freud), los seres humanos estamos divididos,escindidos, nos viene de serie con el lenguaje. Es precisamente el lenguaje el que nos permite crear esos dos mundos, esa dualidad que a su vez es observada por una conciencia autorecursiva como en el cuadro de Escher que reside este post: tres mundos.

Hay un mundo percibido, el mundo sensible que nos entra por los canales sensoriales y hay un mundo imaginado y abstracto, todo aquello que podemos nombrar y que no son cosas en sí mismas como libertad, felicidad, honor, amor, etc, cosas no materiales a las que no se les puede meter el dedo. Hay un mundo de cosas, el mundo sensible y un mundo de ideas, el mundo imaginado que coexisten en nuestra mente y podemos pasar en nuestro discursos de un mundo a otro sin discontinuidad. Por otra parte existe una elevación, que llamamos Yo y que observa a ambos.

inconsciente-modlinov

Pero para eso es necesario que haya un depósito -al que llamamos inconsciente- para que haga de dique entre lo interno y lo externo. El inconsciente ha de ser -en cierta forma- opaco, inaccesible a la voluntad. Se trata de un depósito de adaptaciones genéticas ancestrales, un inconsciente más parecido al imaginado por Jung que al imaginado por Freud. Es el inconsciente en el que creemos hoy, el descrito por Modlinov y que el lector puede rastrear en este post de Pablo Malo.

En la esquizofrenia (y en cierta forma en todas las enfermedades mentales) lo que existe es una dualidad radical.

El efecto del uso abusivo de la escisión como defensa de la frontera del sí mismo es la dificultad para construir la galería de representaciones y objetos que sirven para poblar el mundo interno. El espacio intrapsíquico, así desolado, es incapaz de absorber y ligar los impulsos, que son expulsados hacia la acción, representada con frecuencia por el consumo compulsivo, versión apenas metaforizada del robo y el saqueo. O bien el robo y el saqueo a secas, sin ninguna metáfora, en los márgenes del sistema, cuando faltan los recursos materiales y las redes socioculturales.
Bajo el apremio de la hiperrealidad, las patologías parecen constituirse a contramano de las neurosis; en todo caso, en una contracorriente que enfrenta o refuerza a la de la formación de síntomas. La imagen, como nueva versión de la subjetividad, origina trastornos en la mentalización del cuerpo y diferentes modalidades de patología somática. En la frontera psique/soma, el cuerpo se adueña de lo psíquico y lo distorsiona. La imagen corporal, en una suerte de hipocondría crónica, invade y parasita la psique. El sentido de la conversión se ha invertido. El cuerpo vacío y mudo, incapaz de hacer oír su necesidad o su sufrimiento y de hacerse eco de los deseos reprimidos, sólo logra su reinvestidura a través de la imagen. Ante las vivencias de desintegración, el hecho de ocuparse compulsivamente de lo estético opera a la manera de una restitución, en el mismo sentido en que lo es el delirio. (Sonia Abadi)

¿Cómo es la vivencia del cuerpo en la esquizofrenia?

Para entender esta cuestión es necesario que entendamos la diferencia entre cuerpo y “cuerpo vivido”.

Me experimento a mi mismo como el origen de mis experiencias. Esta forma de acceso a mí mismo es una forma primitiva de egocentrismo que es preverbal y prereflexiva, se trata de una experiencia inmediata en tanto que resulta una evidencia que no se da a manera de inferencia o criterio, no es un pensamiento, ni una emoción ni una cognición, es una experiencia de contacto primordial con uno mismo o autoafecto. A esta experiencia algunos autores le han llamado ipseidad y otros mismidad. No solamente se trata de una experiencia previa a toda experiencia sino una condición de la misma.

Una vez hemos definido al “cuerpo vivido” desde el punto de vista fenomenológico ya estamos en condiciones de entender que este constructo es el embrión de la corporeidad y la intersubjetividad puesto que el vinculo perceptivo entre el sí mismo y otra persona se basa en la posibilidad de identificarme con el cuerpo de la otra persona por medio de un vinculo de percepción primario del mismo estilo que me relacionó con mi propio cuerpo. En este sentido la propiocepción interviene en la comprensión de otras personas a través de una especie de sintonia corporal.

De manera que podemos interpretar la esquizofrenia como una escisión estructural de toda la personalidad (tal y como sugiere la palabra “esquizo”), lo que el sujeto disociaría no serían solo aspectos de la memoria, de la cognición o de la conducta sino el cuerpo de su mente. Una persona asi experimentaria una especie de suspensión de la privacidad, una especie de desaparición de la intimidad. Cualquier experiencia interna sería vivida como algo externo, algo que viene de fuera. Cualquier pensamiento intimo, cualquier fantasia seriaexperimentada como impuesta, robada, confiscada o divulgada en el exteriorsocial. El individuo carecería de intimidad o de opacidad, todo seria revelado a los otros.

La transparencia radical.-

Lo que caracteriza a nuestro tiempo es que la sociedad parece haber enloquecido al tiempo que la esquizofrenia individual parece haber mejorado en su patoplastia. En este sentido es posible que lo que ha hecho que la esquizofrenia hoy tenga mejor pronostico que ayer es una suma de tres condiciones: 1) los antipsicóticos pueden haber modificado el curso maligno clásico de la enfermedad, 2) la mejora de las atenciones médicas generales pueden haber propiciado una atención  a condiciones de salud que antaño  se solapaban y pudieran agravar su curso. 3) el cierre de instituciones manicomiales que operaban con un paradigma tutelar sin duda tuvo una enorme importancia para mejorar las vidas de algunos pacientes tratables.

Fue leyendo este articulo de Fernando Colina cuando me vino a la cabeza con claridad, una idea sobre la que venia pensando hace tiempo: el inconsciente ha desaparecido y solo los que tienen recuerdos son una esperanza para la humanidad. Decía en otro post que titule, “La abolición del inconsciente” que:

Antes de fragmentarnos en mil pedazos hubo un tiempo en que había un otro habitando en el interior de cada ser humano. Sabiamos quienes éramos y sabíamos que ahi adentro había un desconocido, le observábamos desde lo alto de nuestro observatorio. Eramos propietarios de una torre cuando entonces y sabíamos dónde había que mirar: hacia abajo, hacia ese abismo que llamamos pasado. Ese otro que nos habitaba pasaba la mayor parte de su tiempo libre flotando en una especie de marisma, un aqui y ahora sin historia y asomaba la cabeza como aquel monstruo del lago Ness más atemporal que prehistórico y que aseguran aun puede divisarse en Escocia, pero nosotros le conocimos con el nombre de conciencia basal, a veces inconsciente y otras el Otro y siempre conjugaba en pasado, en otro tiempo, asi inventamos la nostalgia mientras hacíamos surf aprovechando el oleaje y algunos -más osados- entrábamos en el agua, nos sumergíamos, antropólogos de lo acuático, peritos del mar. La inmersión estaba llena de peligros como todo descenso pero había un fondo oceánico que observar: lo incognoscible ejercía una poderosa atracción sobre aquellos que poseíamos memoria y nos lanzábamos una y otra vez en busca del origen, persiguiendo fotografias, escrutando perfiles. Algunas veces estuvimos a punto de morir o de salir malparados, a veces teniamos problemas de descompresión y muchas veces nos faltó el aire.

Lo que es lo mismo que decir que en el mundo actual lo publico ha absorbido de tal modo lo privado que la única forma en que lo inconsciente puede revelarse es a través de la “perfomance”. Es por eso que hay política-espectaculo, crimen-espectaculo, delitos-espectáculo. Sin espectáculo no hay deseo, si el deseo no logra hacerse publico a través del acto. Sólo la transparencia parece servir de antídoto a la estulticia.

La idea que reproduce Fernando Colina en un reciente articulo titulado “Gente sin rumbo” es la misma y por eso señala que:

“Se ha dicho que el siglo pasado fue el siglo de la esquizofrenia. La mente del hombre moderno, que no aguantó más las tensiones crecientes entre el espíritu y la materia, entre la ciencia y la espiritualidad, se rompió en dos, por lo que oyó voces extrañas en su interior y fraguó delirios más veces de lo conveniente. Este siglo que nace anuncia males diferentes. Acaba de empezar y ya se ha profetizado por algunos que las enfermedades mentales va a variar. Los esquizofrénicos lo serán cada menos porque nosotros, que ya nos vamos acostumbrando a la escisión personal, lo seremos cada vez más pero sin llegar del todo a enfermar. En realidad todos hemos aprendido las habilidades de la disociación y algunos de nosotros somos excelentes disociadores, ya no hace falta recurrir a la escisión radical cuando las cosas se ponen feas.

Por el contrario, se nos advierte sobre la creciente patología de gentes sin rumbo, de personas que han enfermado porque no saben de dónde vienen ni a dónde van, que han perdido completamente la capacidad de meditar. Son sujetos impetuosos, que se sienten siempre víctimas inocentes y les cuesta entender la palabra responsabilidad, que carecen de recursos para disfrutar del goce de la lentitud y de la lujuria de la austeridad, que siempre eligen mal a los amigos y que no conciben proyectos ni someten el deseo a una dosis dulce de voluntad. A estos males los han llamado “trastornos límites”, porque ni siquiera como diagnóstico se atreven a ocupar un lugar. Viven en las fronteras de todas las enfermedades y están llamados a ser los representantes genuinos del destierro del hombre actual”.


Los ojos del psicópata

$
0
0

la-amigdala

Ted Bundy fue un asesino en serie de los más sanguinarios que ha dado la edad moderna y también de los más mediáticos y seductores: concedió entrevistas incluyendo a psiquiatras y desarrolló incluso una teoría sobre su maldad que atribuía a una infancia desgraciada (por otra parte banal y muy similar a la que viven millones de niños en el mundo) a sus contactos con la pornografia y al alcohol, existe aquí un documental donde el lector interesado puede averiguar alguna cosa sobre sus teorías acerca de su querencia por matar mujeres y también la oportunidad para ver su cara y su mirada.

Es precisamente de la mirada de los psicópatas de lo que voy a hablar en este post aprovechando una idea que me surgió leyendo el libro de Kevin Dutton, “La sabiduría de los psicópatas” del que hablé aquí en este post. ¿Como ven y sienten los psicópatas?

Bundy donó sus corneas para ser aprovechadas por enfermos oftalmológicos después de su muerte, seria interesante entrevistar a estos pacientes para saber si su visión del mundo ha cambiado, aunque lo más probable es que haya, solo mejorado.

El libro de Dutton me parece realmente una joya, pues sabe contar sus experiencias de una manera rigurosa y distraída, fácil de entender para todo el mundo, un libro muy recomendable que es muy probable que represente para usted un antes y un después en su manera de pensar lo diabólico, lo inmoral y la maldad. Pues el libro nos hace enfrentarnos a la peligrosa idea de que todos tenemos un botón en nuestro cerebro que dice así: “mode psicopata”. Como hay otros que dicen “mode mama” o “mode obediente”.

Es verdad que esos modes no tienen la misma intensidad en cada uno de nosotros y que la causa más probable de ese volumen aprovechable por cada dial tenga que ver con factores genéticos, más probablemente causados por el gen MAOA.

El gen MAOA (el gen guerrero) regula la cantidad disponible de un enzima del mismo nombre que se encarga de la metabolización de las catecolaminas (el combustible de nuestro cerebro a nivel conductual), pero el MAOA no se expresa en el cerebro de forma dual, es decir o se expresa o no se expresa, sino que tiene varios polimorfismos, o sea varias combinaciones posibles desde el punto de vista epigenético. Dependiendo de los polimorfismos expresados habrá personas con baja actividad MAO y por tanto altos niveles de catecolaminas y otras con alta actividad MAO y baja actividad de catecolaminas. Los psicópatas se encuentran entre los primeros:  baja actividad MAO y alta disponibilidad de catecolaminas.

Cuando la baja actividad MAO se encuentra con la testosterona suceden cosas muy inquietantes en el cerebro de los hombres. Nótese que la mayor parte de criminales son hombres, pues a las mujeres -aunque existen también mujeres psicópatas- les falta el ingrediente principal: la testosterona. Si además tenemos antecedentes de maltrato infantil ya tenemos el cóctel completo.

Un cóctel que podemos sintetizar en esta ecuación: poco miedo y alta agresión, la combinación fatal. Pero hay más:

Para aprender a ver con los ojos de un psicópata hay que conocer algunas otras cosas de sus recursos cognitivos pues no todos los psicópatas son agresivos, ni son asesinos en serie, al fin y al cabo ser psicópata no es sostenible a largo plazo. casi todos delinquen y son detenidos, identificados y sometidos a exclusión social, encerrados, ejecutados o asesinados por sus congéneres o el Estado. Ser psicópata no contiene demasiadas ventajas si atendemos solo a las ventajas a largo plazo. Es por eso que el genotipo de psicópata también ha evolucionado.

Hasta tal punto que hoy sabemos que asistimos a una verdadera psicopatización de la sociedad. Lo sabemos gracias a las investigaciones de Sara Konrath y cols (2011) que se especializó en hacer seguimientos cronológicos de como había evolucionado el narcisismo y la psicopatía entre escolares americanos desde 1970, año en que se dispuso del cuestionario en el que ella basó sus estudios. Las puntuaciones en narcisismo se han disparado y las puntuaciones en la escala de psicopatía han empeorado entre nuestros escolares.

Sin embargo esta idea de una mayor “psicopatización” de la sociedad entra en conflicto con otro hallazgo con hueso muy reciente, me refiero al trabajo de Steven Pinker que está recogido en “Los ángeles que llevamos dentro”. Pinker sostiene la idea, y la sostiene con datos de que el hombre actual es mucho menos violento que el hombre que vivió en la edad media por ejemplo. Una manera de explicar esta contradicción -que a la mayor parte de nosotros nos resultará contraintuitiva-, es que el persistente fogueo de los medios de comunicación y nuestra exposición permanente a ellos quizá nos sugiera la idea de que vivimos en un mundo peligroso y que estamos a expensas de criminales en cualquier esquina, pero lo cierto es que las noticias acerca de estos crímenes son noticia precisamente porque son una excepción.

Hay otras teorias que explican esta tendencia al cambio en la expresión de la violencia, como la teoría de la autodomesticación, la pacificación genética o la jibarización cerebral, el lector interesado puede visitar estas ideas en este post. Pero lo cierto es que ambas ideas son compatibles si entendemos a la psicopatía como un fenotipo que sufre también las leyes evolutivas, es posible que los psicópatas se hayan adaptado y resulten más invisibles e indetectables que aquellos que caen en la parte oscura y acaban en la cárcel después de una mala decisión.

Es por eso que algunos autores proponen diferenciar la personalidad antisocial de la psicopatía verdadera. En este sentido todos los psicópatas serian antisociales pero no todos los antisociales serian psicópatas. Existirían amplios segmentos de solapamiento entre ambas entidades pero no serian la misma cosa. Esta idea de Edward  Hare -autor del PCL-R el test más citado para detectar la psicopatía-,  ya la sugerí en un post anterior de modo que voy a repescarlo aquí solo para extraer algunas diferencias enteramos tipos de personalidad. El antisocial  es mucho más errático en sus proyectos de futuro que el psicópata que e más sistemático y si se me permite pulcro. El psicópata emerge ya en la infancia creando incendios, torturando animales y realizando actos vandálicos diversos y aunque ambos pueden cometer delitos graves como por ejemplo asesinatos por motivos puramente instrumentales (robar, secuestrar, violar, etc) lo cierto es que lo que caracteriza los crímenes psicopáticos es una extrema crueldad, una crueldad gratuita y en cierta manera voyeurista, dramática y horripilante.

¿Puedo convertirme en un psicópata?.-

Todo el mundo sabe que el poder degrada la personalidad del poderoso, dicen que el poder corrompe y corrompe absolutamente si el poder no está sometido a ciertos controles. No es solo el poder lo que corrompe, sino también el exceso de belleza, el exceso de dinero y el exceso de notoriedad o fama. Los cerebros de las personas que están sometidos a estos pellizcos del azar sufren cambios que usualmente se corrigen con los castigos o la carga de la ley, eso explica porque en España hay tantos casos de corrupción o porque personas normales puedan llegar a comportarse como simples rateros: la banalidad del mal de la que hablaba Hanna Arendt. Parece que solo podemos soportar ciertas dosis de estos venenos de la conciencia y que el poder, el dinero o el éxito nos embriagan y nos puede suceder a todos manejando un determinado dial. El cerebro es una mesa de mezclas y el sonido ha de estar equilibrado. La sensación de impunidad, el no preocuparse por las consecuencias de nuestros actos, el desinterés por el futuro y el vivir aquí y ahora, son experiencias psicopáticas que todos podemos vivir sin salirnos de nuestro propio Yo, sólo apretando ese botón.

Este dial esta en dos lugares del cerebro: uno es la amígdala (el detector de humos) y otro la confluencia entre los lóbulos temporales y parietales (el lugar de las decisiones morales). Esa especie de almendra que ocupa el centro de nuestro cerebro límbico esta vacía en los psicópatas y es por eso que no pueden sentir miedo o al menos si son capaces de sentirlo no son capaces de procesarlo en forma de aversión al riesgo o de huida, eso les hace aparecer como personas intrépidas, decididas y otra cuestión muy relacionada con las anteriores: no dudan jamás, es imposible que un psicópata procrastine. Como también tienen intervenido ese lugar de decisiones morales las emociones de los demás no les afectan, no se contaminan con ellas y no pueden sentir compasión, ni asco, ni pena, ni culpa ni vergüenza (aunque pueden fingirlas), ni se contagian de los bostezos de sus interlocutores. Como dice Dutton “un psicópata es una persona a la que le importa todo un bledo.”

Para probar qué se sentiría viendo el mundo a través de los ojos de un psicópata Dutton contacto con un experto en TMS.

El TMS es una técnica que se halla aun en experimentación y que consiste en disparos de pulsaciones magnéticas transcraneales. la técnica consiste -según cada patología- en buscar un área determinada del cerebro que ya sabemos que se encuentra implicada en una patología dada y someter a este trozo de cerebro a un campo electromagnético de una intensidad variable. En realidad la TMS es como un secador del pelo, lo que hace es estimular ciertos grupos neuronales a ir peinados de una determinada forma. Lo que hace es dirigir las sinapsis y los cardúmenes de datos que viajan por ellas en una determinada dirección al interferir con campos magnéticos sobre la disposición original.

La experiencia de Dutton se encuentra descrita en su libro pero la podemos comparar a una especie de “embriaguez lúcida”, sus emociones se hicieron planas como las del psicópata que le acompañaba en su experimentación y que servia de “control”. Su experiencia como todas las experiencias inducidas por drogas no puede llegar a comprenderse en segunda persona pero por lo que cuenta Dutton que sucedió después del experimento – cuyos efectos duraron unos veinte minutos- es que en ese tiempo fue capaz de beberse un par de Jacks Danniels con sus acompañantes, echarle los tejos a una becaria y robar la propina que, encima de la mesa de al lado. había dejado un cliente anterior.

Pero luego la devolvió.


Psicopatía y evolución

$
0
0

Allan Harrington es un escritor poco conocido y al que he  llegado a conocer a partir de una cita sobre su obra en el libro de Kevin Dutton “La sabiduría del psicópata”. Al parecer Harrington escribió un libro en 1972 que tituló “Psicópatas” aunque es mas conocido por otra novela titulada “La inmortalidad”, un libro donde defiende la idea -por otra parte hoy bastante conocida- de que la muerte es una imposición y no un destino fatal de nuestra especie, una idea que el propio Harari ha puesto encima de la mesa en su nuevo libro “Homo Deus”. De manera que este Harrington parece ser un visionario.

En su libro “Psicópatas”, desarrolla la idea de que la psicopatía podría ser una especie de superadaptación, que él llama “Supercordura” que vendría a representar un genotipo resistente y superadaptado a las condiciones de supervivencia en una especie como la nuestra que siempre ha estado sometida a grandes amenazas para la misma, tomemos como ejemplo, la guerra, la peste y las hambrunas. El cuarto jinete del Apocalipsis es la propia muerte a la que dedicó un libro aparte ya nombrado.

Algo así como si la evolución guardara una carta marcada en el ADN psicopático.

Naturalmente el lector deberá entender en este post que cuando me refiero a los psicópatas no estoy hablando de los “psicópatas clínicos”, un 1% de la población según Edward Hare sino de las múltiples dimensiones de la personalidad psicopática de las que hablé en un anterior post.algunas de las cuales son francamente ventajosas para sus poseedores, como la seducción-carisma o la dureza-objetividad. Es quizá por eso que los distintos autores no se ponen de acuerdo en la incidencia real de esta variante de la personalidad, si tomamos los rasgos clínicos de la misma efectivamente puede tener razón Hare pero si consideramos también a los psicópatas funcionales, las cifras pueden llegar al 6%.

Pero lo cierto es que los genes psicopáticos han tenido mucho éxito al alcanzar a amplias capas de la población, tal y como conté en mi anterior post, los psicópatas parece que s han adaptado, o mejor los genes psicopáticos han evolucionado adentrándose en ese centro de la campana de Gauss que podemos identificar como población normal. En realidad el peor escenario para la población psicopática son esas sociedades de valores burgueses, como el trabajo bien hecho, la monogamia, el ahorro, el sacrificio por los hijos y la vida sedentaria. Es ahí donde no tienen más remedio que caerse por el lado oscuro. Sin embargo en la sociedad actual que de alguna forma ha socavado estos valores los psicópatas campan a sus anchas y por eso algunos autores han señalado la relación entre una mayor psicopatización de la sociedad y una menor incidencia de psicópatas destripadores y asesinos en serie. Existe una relación directa entre crímenes execrables y una sociedad de valores burgueses y/o calvinistas.

Los psicópatas no soportan el aburrimiento o la vida sosegada y práctica de un padre o madre de familia convencionales y este es un factor que explica su éxito reproductivo. La monogamia no está pensada para los psicópatas. Lo realmente interesante de ellos es la facilidad que tienen en las artes de la seducción o el carisma que también se traduce en mayores oportunidades sexuales. Usualmente suele decirse de forma informal que a las mujeres les gustan los chicos malos, sin caer en la cuenta de que las mujeres -a su vez- también pueden ser psicópatas.  Sólo que en las mujeres la psicopatía tiene otras características, algunas de las cuales hacen que para una mujer ser psicópata salga mas caro que en los hombres.

El sueño de un gen es encontrar a un gen homólogo tal y como decía Dawkins en “El gen egoísta” y muchas mujeres sucumben ante los hombres psicópatas no porque estén fascinadas por la maldad sino porque ellas mismas son portadoras de algún alelo homólogo con su seductor que identifican con la ayuda de ferormonas o sin ellas. La decisión, la imperturbabilidad, el encanto personal del psicópata, la osadía, la falta de ansiedad, su fortaleza mental, su gusto por el riesgo y el vivir “aquí y ahora” tienen para las mujeres psicópatas un plus de atracción y para las no-psicópatas también. Pues estos rasgos que acabo de nombrar hacen de los hombres el prototipo de macho viril con las que muchas mujeres sueñan aunque en un segundo vistazo decidan que no les conviene y opten por un estilo más light como Johnny Depp.

Pues no existe una fatalidad entre las elecciones que llevamos a cabo, la razón es porque existen conflictos entre el individuo y su organismo. El deseo nos pide una cosa y la mente otra. Y la mente es más inteligente que nuestros genes. Por eso el destino de un psicópata es la monogamia sucesiva o la promiscuidad. No es un buen plan a largo plazo. Los incentivos son mayores para ellos que para ellas.

Uno de las razones del éxito reproductivo de los psicópatas y de los genes a ellos ligados, es pues la promiscuidad pero la psicopatía no evolucionó para hacer a los hombres más atractivos para las mujeres sino que lo hizo para eludir los castigos de las comunidades primitivas donde estas conductas emergieron. Obviamente es más cómodo robar gallinas que dedicarse a criarlas, y alimentarlas. Robar gallinas, hacer trampas, no devolver los favores, deber dinero o bienes tienen un alto precio interpersonal. Dado que los psicópatas son egoístas y tramposos son fácilmente detectados por sus congéneres y la posibilidad de explotarles o engañarles decrece con la costumbre y el trato. Es por eso que el psicópata necesita cambiar de entorno para que sus trampas puedan volver a ser eficaces, lo que hace de ellos perfectos andarines errantes, sea el guitarrista iluminado, el saltimbanqui peregrino o el camionero internacional. La condición de la psicopatía es no echar raíces, moverse por el mundo y seguir ese patrón transeunte que les caracteriza.

Hablando de profesiones, es interesante saber que cuando se lleva a cabo una investigación sobre psicópatas siempre se les compara con no-psicopatas. Rellenan un cuestionario y es fácil hacerles rellenar una casilla con el oficio o profesión. Luego se hace un punto de corte y ya tenemos dos grupos y tenemos además a qué se dedican. Ciertos investigadores citados por Dutton han identificado las profesiones más psicopáticas y las menos psicopáticas. Hay alguna sorpresa teniendo en cuenta que esta investigaciones se llevaron a cabo en países anglosajones.

Profesiones altamente psicopáticas.- Cirujano, abogado, periodista, comercial, viajante, sacerdote, ejecutivo, broker, deportista, bombero, soldado, camionero.

Profesiones con bajas puntuaciones en psicopatía.- Medico no cirujano, profesor, maestro, enfermero, trabajador social, psicólogo, funcionario.

Para mi, la sorpresa más importante es la profesión de camionero. ¿Que tiene que ver esta profesión con el indice de psicopatía? Las demás son más o menos las esperables (con la excepción de sacerdote, pero estamos hablando mas que de sacerdotes católicos de predicadores de distintas religiones o sectas). Para Dutton ser camionero es la profesión ideal para un psicópata sea depredador o no. Se mueve de un lado a otro, frecuenta todo tipo de antros nocturnos y tiene en su camión la perfecta herramienta para ocultar víctimas o artículos ilegales.

Los investigadores del FBI ya conocen esta circunstancia y han ido un poco más allá, no solo tienen identificados a los camioneros que pasaron cercanamente a una escena del crimen sino que además creen que las autopistas son los lugares mas peligrosos para las víctimas de estos depredadores. Y no sólo eso sino que puede trazarse un mapa de los Estados limítrofes que comparten autopistas con una cualquiera donde se concentran las desapariciones. Hay un patrón que está relacionado con la carretera y los distintos sistemas legales de los estados que favorecen el crimen y su ocultamiento a veces durante años.

La supercordura.-

Además hay otro argumento que hace muy atractiva la hipótesis de Harrington que es en definitiva una hipótesis evolucionista. La falta de ansiedad y depresión en los psicópatas nos puede aportar pistas sobre la fortaleza mental que les hace inmunes a estas enfermedades. La mayor parte de la gente corriente se preocupa demasiado por las cosas antes de que sucedan, hay un sufrimiento que procede de la imaginación, de esperar siempre lo peor, no nos deja dormir y no nos deja disfrutar de la vida, muchas personas enferman precisamente por preocuparse demasiado por identificarse demasiado con sus propios pensamientos, verdaderos venenos de la mente.

Cuando hablamos de psicópatas siempre pensamos en criminales pero no caemos en la cuenta de ese otro perfil no criminal y bien adaptado que hemos llamado “psicópatas funcionales”. Ellos tienen mucho que enseñarnos cómo combatir nuestras neurosis cotidianas. ¿Cómo hacen para no sufrir ansiedad o depresión? ¿Conocen ustedes a algún psicópata hipocondriaco? ¿Cómo son los psicópatas adaptados, que no tienen problemas con el alcohol o las drogas o con la Ley?

Recuerdo ahora un ejemplo que viene a cuento después de hacerme estas preguntas:

Imagine que va usted a tomar un baño en la playa un día de mucho oleaje, usted ha de aprovechar el día para bañarse, se trata de un día mu caluroso, las banderas ondean en naranja, es decir ordenan precaución. Usted se mete en el mar y llega al nivel del rompeolas, entonces una ola le engulle y usted siente esa sensación cercana a la muerte. Al final en un golpe de suerte la ola le empuja a la playa y usted sobrevive al susto.

Pero ese miedo ha dejado en usted una huella indeleble. Nunca más volverá a bañarse en el mar.

Es la solución del neurótico.

La solución del psicopata seria otra: hay que ir más allá del rompeolas, pero no lo suficientemente lejos para ser arrastrado mar adentro por la corriente. Más allá del rompeolas se está mas seguro. 

Y si no te importa morir mejor. 


El efecto cenicienta

$
0
0

cenicienta

Margo Wilson y Martin Daly son una pareja de investigadores canadienses que siempre aparecen juntos como Lennon y Mc Cartney y de los cuales ya he hablado en este blog, sobre todo de sus trabajos -en clave evolucionista- sobre los celos. Los autores, que han llevado a cabo grandes y laboriosos trabajos de investigación en cohortes muy extensas de población escribieron un libro que recientemente ha sido publicado en español por la editorial Critica. El libro que se titula “La verdad sobre Cenicienta” y se subtitula “Una aproximación darwiniana al amor parental” (1998-2000), recoge gran parte de sus investigaciones sobre violencia familiar, que es el area de su especialidad y sobre todo contiene un párrafo en su cubierta que es de alguna manera el resultado final de su investigación:

“El factor de riesgo mas grave descubierto hasta hoy en el maltrato de niños es la convivencia con un padastro ouna madastra”.

De manera que este post podria terminar aqui si no fuera porque esta historia de madastras y padastros precisa de alguna explicación.

Cenicientas.-

La Cenicienta que ha llegado hasta nosotros es en realidad un cuento de Charles Perrault que en realidad es una narración universal que se ha versionado en todas las culturas desde China, hasta Medio oriente, Escandinavia, Italia y Japón, lo que señala en la dirección de que Cenicienta está contando un universal. Concretamente habla de la rivalidad fraterna y del nepotismo amoroso de las madastras, de la ausencia del padre, de la explotación infantil y de la redención a través de amor, del amor de un principe que es al fin el que libera a Cenicienta de su yugo doméstico.

[Algo asi sucede también en Los Miserables con la pequeña Cosette que es adoptada por Thenardier y explotada hasta el paroxismo hasta que Valjean la rescata de su suerte. Vale la pena volver a  Los Miserables para recordar esta escena].

Del cuento de la Cenicienta no voy a hablar por considerarlo lo suficientemente conocido por todos salvo para remarcar dos cuestiones: el padre de Cenicienta queda viudo con una hija a su cuidado y su nueva esposa tiene dos hijas propias. Ambos no tienen hijos en común. Esta cuestión no es baladí porque permite predecir incluso la probabilidad de divorcio.

Una simulación.-

Supongamos que
1)Juan es un hombre divorciado que tiene 2 hijos del primer matrimonio con Marta. Juan se casó con Maria, su matrimonio actual y no tiene hijos.
2) Marta la primer mujer de Juan se ha vuelto a casar con Manuel y tienen una hija de ambos.
¿Qué matrimonio tiene mayor riesgo de divorcio?

Gary Becker fue un economista de la escuela de Chicago que llegó al Nobel como Dylan y que escribió un libro donde analizaba los emparejamientos y los incentivos costes-beneficios de los padres y madres con sus hijos genéticos y con los adoptivos. En concreto estudió el coste/beneficio de criar hijos propios y los de familias reconstituidas investigando la edad de la madre, y otras variables económicas desde una perspectiva a medio camino entre la economia y la psicologia evolucionista. Diseñó un algortimo que le permitia predecir qué parejas tenian mas probabilidades de divorciarse y segun su análisis la variable critica es tener un hijo en comun, de modo que en el ejemplo anterior la pareja con más riesgo de divorcio seria la de Juan con Maria. Pero hay otra variable critica y es si Maria está en edad fertil o es climáterica. Si es una mujer joven, Juan lo tiene dificil.

Naturalmente esta simulación está llevada a cabo en entornos de actualidad donde las familias reconstituidas los son por divorcio y parece predecirse de los resultados de la investigación de Becker que las segundas o siguientes parejas son más funcionales si tienen hijos propios. En el caso de Cenicienta no sabemos la edad de la madre y podemos intuir que el divorcio no estaba contemplado entre las posibilidades de estos actores. Ser viudo o divorciado además introduce otra variable: la expectativa de vida, no es lo mismo vivir 50 que 80 años, pues los vínculos que se establecen entre padres e hijos sucesivos no tienen la misma calidad. ¿Qué podria significar “hasta que la muerte nos separe” si vamos a vivir 130 años? ¿Alguien podria soportar a su pareja si viviéramos tanto tiempo con buena salud?

Lo cierto es que estos términos de madastras o padastros se emplean para hombres y mujeres jóvenes, Daly y Wilson afirman que la edad de la madre (de la madastra) es una variable critica en el sentido de que la edad y sobre todo el climaterio puede favorecer actitudes maternales más profundas y comprometidas. La madastra (o el padastro) malos suelen ser jovenes, es decir fértiles.

Lógicamente porque la mujer ha de hacer balance entre los recursos que reparte entre su prole, no solo la que ya tiene o es sobrevenida por la adopción, sino sobre todo por los que aun han de venir. Ser madrastra es algo sobrevenido, algo con lo que no se contaba que introduce una variable de incertidumbre en la maternidad (en realidad pseudomaternidad) y que interfiere en los planes de reparto de recursos que toda mujer hace consciente o inconscientemente.

Cualquiera de mis lectores que haya tenido la experiencia de vivir con una madrastra o un padrastro sabe intuitivamente que la atención, compromiso y cariño recibido no son los mismos comparándolos con los hijos genéticos de la madrastra o padrastro. Dicho de otra manera en las familias reconstituidas existe siempre una discriminación en cuanto al reparto de amor y dedicación a los hijos, no sólo en lo que respecta a la crianza mientras son niños sino también al apoyo y inversiones cuando ya están en la universidad. Los niños que escapan de sus hogares o los abandonan prematuramente son frecuentemente niños con una madrastra o un padrastro. Es cierto que tener una madrastra o un padrastro es mala cosa.

Los hallazgos de Daly y Wilson no estaban interesados en saber si los hijastros se sentían o no subjetivamente queridos por sus padrastros o madrastras. Lo que buscaban en realidad era saber si los malos tratos graves y el infanticidio en realidad eran más frecuentes entre este tipo de familiares o en los emparentados genéticamente ( o si era irrelevante). Para ello tuvieron que escarbar en multitud de registros incompletos, primero en USA donde llevaron a cabo la primera parte de su investigación, después de en Canada donde prosiguieron con la misma. Estos registros estaban relacionados con casos judiciales conocidos, es decir por aquellos casos de malos tratos oficiales, de los que se tenia noticia y no incluían los malos tratos leves ni tampoco los traumas de Cenicienta, es decir el sentimiento de discriminación con respecto a sus hermanastras.

Lo que encontraron excedía a la hipótesis original, no voy a dar cifras porque en cada registro encontraron unos datos que tratados estadísticamente y después de descartar variables ortogonales como la pobreza (que por si misma podría explicar los malos tratos) no dejaban lugar a dudas: los malos tratos graves, el síndrome del niño golpeado y el infanticidio eran unas 40 veces más frecuentes entre aquellos niños que tenían padrastros o madrastras que entre los que vivían con sus progenitores genéticos. También los abusos sexuales son más frecuentes entre padrastros e hijastras. Entre sus datos no se encontraban por desgracia los autores de estos crímenes o abusos, no sabemos si son las madrastras o los padrastros los que más atacan a los niños que no son suyos. Sin embargo en un articulo de hoy mismo aparece una estadística donde el autor plantea que la mayor parte de las agresiones proceden de la madre siendo sus víctimas mayormente varones.

El infanticidio en la naturaleza.-

El infanticidio es una conducta muy distribuida y frecuente y bien estudiada por los zoólogos que han hecho estudios de campo con algunos mamíferos, el caso más conocido y publicado es el caso de los leones. (Bertram 1975), aunque también se han llevado a cabo con aves, primates, murciélagos y otros.

Los leones son interesantes precisamente por su organización social, como es bien sabido son las leonas las que construyen los grupos de apego entre ellas y sus camadas, los machos vagabundean y retozan al sol esperando una oportunidad, es decir tener un amplio harén de hembras que le robarán a algún vejestorio, el resto del tiempo tienen un comportamiento errático y oportunista. Cuando derrotan al macho alfa se quedan con todo el harén de hembras y entonces es cuando liquidan a todos los cachorros que pueden de sus dominios. La razón por la que asesinan a los cachorros es porque hasta el destete de los mismos las hembras no entraran en celo otra vez y por tanto tener un harén de hembras de poca cosa le sirve al león vencedor si no puede trasmitir sus genes a la generación posterior. En realidad esta conducta está relacionada con el tiempo que una leona necesita para volver a entrar en celo y no tanto a la maldad del león.

No en todas las especies sucede lo mismo, pues se ha encontrado que en algunas aves es bastante frecuente que los pequeños que han perdido un progenitor encuentren una madre o un padre de reemplazo, sobre todo en ciertas especies donde las nidadas no dependen tanto del destete sino de los recursos disponibles estacionalmente. Cada especie tiene pues sus adaptaciones ancestrales. Y podemos afirmar que el león infanticida es el resultado de la selección natural para esa especie determinada. Un león mutante que no asesinara a todos los cachorros no lograría reproducirse o al menos lo haría con menos frecuencia, así que sus genes se extinguirían.

Naturalmente en los humanos el infanticidio no es una adaptación sino un subproducto y no lo es porque la eliminación de un hijo no proporciona por si misma ninguna ventaja reproductiva, por tanto no hay en nuestra especie -profundamente social-, y donde los intercambios entre la pareja pueden poner las cosas en una situación de equidad y de mutualidad. Es por esa razón que la mayor parte de padrastros y madrastras son funcionales y no atacan a sus hijastros.

Las ideas de Daly y Wilson son políticamente incorrectas y han sido criticadas por ciertos investigadores que aducen que sus hallazgos pueden estigmatizar a padrastros y madrastras y que Cenicienta no es más que un mito. A los que así piensan los autores han dedicado un capitulo en su libro para defender sus observaciones y de paso darnos algunas pistas sobre la salud mental de padrastros y madrastras en los que no se suele pensar cuando hablamos de traumas infantiles. Es verdad que los clínicos vemos mas casos de jóvenes víctimas que perpetradores de malos tratos, pero también es cierto que las terapias con estos padres deberían ir en la dirección de ayudarles a aceptar sus sentimientos que no son otros sino -que como todo el mundo- aman más a sus propios hijos que a los adoptivos.

Y que cuando les atacan es precisamente por el resentimiento de haber sido colocados en una posición pseudoparental que no pidieron y si la pidieron pudieron verse inducidos a ello, a veces por la fuerza de las circunstancias y otras veces por su incapacidad para sentir empatía o interés por unos hijos que en definitiva no son suyos.

Bibliografía.-

Infanticide among animals: A review, classification, and examination of the implications for the reproductive strategies of females  Sarah Bluffer Hrdy.

Bertram B.C.R, 1975: Social factors influencing reproduction in wild lions. Journal of Zoology


Anna O (la madre del psicoanálisis)

$
0
0

Hay cierta confusión por averiguar la patria potestad del psicoanálisis, que algunos atribuyen a Janet, otros a Breuer y los más a Freud pero de los que no cabe ninguna duda es que la madre fue Berta Papenheim, conocida en la literatura como Anna O.

Seminario de metaformación del 28 de Octubre en el Consorcio Hospitalario Provincial, a cargo de Matilde Espinosa psicóloga clínica.


Viewing all 778 articles
Browse latest View live