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¿Por qué somos heterosexuales?

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La identidad sexual no existe, son los padres  (Jose Carlos Vaqué)

testosterona

La verdad es que esta es una pregunta más interesante que esta otra ¿A que se debe la homosexualidad?. En realidad lo que necesita una explicación es la heterosexualidad o lo que es lo mismo la sexualidad humana, ¿Nos viene de serie?¿Que es innato y qué es adquirido en la sexualidad? ¿Se aprende a ser heterosexual u homosexual?

Este post tratará de responder a estas preguntas aunque advierto al lector que para comprender este asunto debe practicar cierta epoché, es decir la suspensión del juicio, tanto ideológico como moral y aceptar además otra consideración: no hay una repuesta lineal a todas estas cuestiones, es necesario que se ponga las gafas de leer en clave no-lineal o policausal y aprenda a combinar mentalmente los datos que conocemos, tanto de la neurobiologia, como de la genética, epigenética y socialización medioambiental, políticas de Estado y otros que proceden del uso “racional de la razón” para comprender al menos parte de este enigma de las sexualidades humanas.

Lo que sabemos con seguridad es que no existe ningún gen que regule ni la heterosexualidad ni la homosexualidad. Sin embargo la homosexualidad es una condición parcialmente heredable, aqui en este post puede el lector averiguar más sobre esta cuestión.

Heredabilidad de la orientación sexual.-

Sobre la heredabilidad de la homosexualidad dicen Le Vay y Hamer (1994):

  1. Reuniendo los datos referentes a varones se encuentra que en el caso de gemelos monocigóticos homosexuales la probabilidad de que sus otros hermanos gemelos sean también homosexuales es del 57%, mientras que en el caso de gemelos dicigóticos homosexuales es del 24% y del 13-14% la probabilidad de que sea también homosexual un hermano no gemelo de un varón homosexual;

  2. Los datos referentes a la homosexualidad en mujeres indican que los porcentajes de hermanas lesbianas son de un 50% para el caso de gemelas monocigóticas homosexuales, de un 16% para el de gemelas dicigóticas y del 13% la probabilidad de que también sea lesbiana una hermana no gemela de una mujer homosexual;En conjunto, la heredabilidad del carácter “orientación sexual” resulta ser de un 53% (con un rango de variación del 31% al 74%) en varones y de un 52% (27-76%) en mujeres. Por heredabilidad de un carácter se entiende la proporción de variación fenotípica del carácter observado en la población que es atribuible a la variación genotípica.

¿Pero si no existe un gen para la orientación sexual qué es lo que se hereda?

La herencia de la orientación sexual puede explicarse a través de la epigenética, es decir los polimorfismos (alelos) que adquieren los genes cuando se expresan en el cerebro:

Un gen se expresa en un órgano diana, en este caso el gen -sea el que sea- se expresa en el cerebro. Significa que en nosotros, una especie diploide, somos portadores de dos juegos de genes, hay uno de ellos que se expresará con mayor intensidad que el otro. La pareja de un gen cualquiera puede operar como silenciador o como adversario del otro gen. Lo que suponemos que sucede con el “gen gay” es que hay uno (el de la madre probablemente) que le gana la partida al del padre, puesto que los polimorfismos compiten entre si para llevarse el gato fenotipico al agua. La consecuencia que tiene esta batalla entre genes es que el cerebro de ese niño va a recibir menos testosterona. Hay otras posibilidades que se han barajado en el caso de los gemelos, es probable que uno de ellos se lleve la mayor parte de testosterona circulante dejando al otro deprivado, bien por la posición que ocupa en el útero o bien por cualquier otra razón.

Tener un cerebro masculino es haber recibido testosterona durante el periodo fetal. Contrariamente a esta idea la feminización del cerebro no depende de las hormonas femeninas (que no atraviesan la barrera hematoencefálica) sino de la deprivación de las masculinas. Una niña, en este sentido es un feto deprivado de testosterona.

El candidato más probable es aquel grupo de polimorfismos que se expresan en el cerebro del feto y que inducen la síntesis de receptores de testosterona. Si esta idea resultara cierta tendriamos que convenir que la masculinización de un cerebro no es algo que funcione de modo binario (si o no) sino que puede funcionar como un continuo, con un amplio espectro de posibilidades que irian de muy macho (100%) a muy hembra (O%).

Estamos hablando del cerebro, no del sexo genital o gonadal. Y estamos comenzando a entrever que son posibles ciertas discrepancias entre la sexuación del cerebro y la sexuación del cuerpo.A esta discrepancia se la conoce como “disforia de género”

¿Cuantos sexos hay?.-

La mayor parte de la población estaria incluida en el centro de campana de Gauss que incluiria a hombres con cerebros más o menos femeninos (empáticos) y a mujeres con cerebros masculinos (sistematizadores), en la terminología de Baron-Cohen, es decir cerebros tipo B o balanceados..

Baron-Cohen publicó en ese libro su ya celebre teoría del cerebro masculino extremo. En síntesis la idea de Baron-Cohen (que antes ya había sido promulgada por Asperger) es que el autismo representaría la supervivencia genética de ciertas habilidades instrumentales que determinarían un cerebro masculino extremo. Para aquellos que deseen profundizar en esta idea de Baron-Cohen pueden visitar este post que titulé “La gran diferencia”.

La idea de Baron-Cohen ha sido apoyada por muchos investigadores evolucionistas que han llegado a la conclusión de que en la especie humana -en las sociedades de cazadores-recolectores- emergieron dos tipos de talentos ligados al sexo. El primero de ellos, fue llamado talento sistematizador y es el talento que construye instrumentos, se orienta en el espacio y presta atención al por qué  funcionan las cosas. En el extremo opuesto habría un talento social, empático, que presta atención a los vinculos y las relaciones entre las cosas y que se preocupa sobre todo del cómo funcionan. A este talento se le ha llamado mentalizante

Ahora bien Baron-Cohen llevó a cabo su investigación en relación con los talentos masculinos o femeninos no en relación con la orientación o la identidad sexuales. ¿Podriamos pensar en una especie de espectro sexual del mismo modo que hablamos del espectro autista-mentalizante? ¿Podriamos pensar que no hay dos sino múltiples identidades y orientaciones sexuales?

Lo curioso de los cerebros balanceados de Baron-Cohen donde coexisten rasgos masculinos y rasgos femeninos en lo cognitivo es que coexisten en paz, es decir no producen en el sujeto portador ningún tipo de malestar subjetivo.

Podriamos pensarlo asi, sobre todo en los casos extremos, pero qué sucede en el centro de esa campana? ¿Por qué la mayor parte de nosotros somos heterosexuales?

Existen personas que piensan -sobre todo los ideólogos del género- que la orientación sexual es una construcción social, lo que equivale a decir que ser hombre o ser mujer es una especie de conformidad con las reglas sociales de asignación de género. Esta idea contiene algunas gotas de verdad y otros errores de sesgo ideólogico. Pero antes de meterme en esta idea me gustaria refrescar una vieja idea de Freud que dice asi: “la libido es bisexual”, lo que significa que el amor-sexo no tiene en principio objeto y que es tan posible que un hombre o una mujer amen tanto a una mujer como a un hombre. El propio Kinsey era de esta misma opinión y existe incluso una pelicula que habla de ello. De manera que para Kinsey la idea del espectro sexual no sería hoy descabellada.

La idea es la siguiente: todos naceríamos siendo bisexuales, es decir indiferenciados, la orientación sexual dependeria en parte de las experiencias sociales y en parte de una “facilitación genética”. Esta idea que cada vez tiene más evidencias vendría en parte confirmada por Baumeister quien habló de la plasticidad erótica de la mujer. Dicho de otra manera, para Baumeister la bisexualidad es más evidente entre las mujeres, aunque paradójicamente hay menos mujeres lesbianas que hombres gays.

Seria ingenuo pensar que la sociedad en su conjunto no presiona para que cada sexo tenga asignado un rol y vigile que nadie se escape de ese lecho de Procusto. Claro que esa presión existe, hay dos sexos y hay la reproducción, por tanto el grupo debe presionar para que estos dos sexos se encuentren, se emparejen, tengan hijos y mantengan el compromiso el mayor tiempo posible a fin de hacer a las comunidades cohesionadas y laboriosas. Claro que existe esa vigilancia y esa prescripción y claro que existe la homofobia, del mismo modo algunas culturas han prescrito y tolerado la homosexualidad a fin de mantener controlada la reproducción, lo que era intolerable para los griegos no era la conducta homosexual en sí misma sino la homosexualidad absoluta, es decir el hombre soltero y sin hijos o esposa. La homofobia ha de contemplarse como una presión del grupo para evitar las desviaciones de sexualidades fugitivas y no tanto como una fobia individual. Y del mismo modo la tolerancia griega ha de contemplarse como un modo de asegurar la reproducción.

La sociedad presiona pero los niños y las niñas tambien aportan de forma innata sus propias preferencias. Baste ir al recreo de cualquier colegio para observar que los niños prefieren jugar con otros niños y que eligen juegos más violentos que las niñas, que a su vez se agrupan entre sí a la hora de jugar en grupo. Tampoco hace falta ser un investigador en niños para saber que niños y niñas prefieren determinados juguetes ya desde muy temprana edad. No es que los niños prefieran jugar con camiones o mecanos porque la sociedad les obligue a ello, simplemente si pueden elegir harán esa elección y no otra. Del mismo modo las niñas preferirán las muñecas, los recortes de figuras humanas y conversar con sus iguales. Cada uno de nosotros nace marcado con un determinado polimorfismo que le inducirá a seguir determinadas preferencias en sus juegos y no otras. No se trata de una construcción social pura sino que existe una facilitación innata para que niños y niñas elijan distintos juegos.

¿Es la orientación o la identidad sexual algo adquirido?

Me gustaria ahora transcribir al pie de la letra una sesión que mantuve recientemente con un paciente heterosexual.

“Soy el primogenito de una familia convencional, tengo un hermano y una hermana menores que yo. De pequeño me crié entre mujeres, mi madre, vecinas, abuelas, tias, primas, etc. Habia una ausencia casi militar de hombres, a mi padre le veia poco y estaba siempre malhumorado, de manera que podria decir que las mayores influencias que recibí vinieron de la mano de mujeres.

Recuerdo que me gustaba imitarlas en sus gestos y su manera de andar, y que me encantaba calzarme aquellos zapatos de tacones altos con los que pretendia caminar por el pasillo, tambien me gustaba espiarlas y verlas desnudarse o mirarles las bragas por debajo de la mesa. Recuerdo haber tenido erecciones a muy corta edad. A veces las veia pintarse las uñas y recuerdo que intenté hacerlo un par de veces siendo reprendido duramente por mi madre. “Eso es de mariquitas” me espetó, luego me castigó. En otra ocasion traté de calzarme las medias de mi madre y las eché a perder, mi madre me castigó por ello y volvió a hablar de mariquitas. Desde entonces comprendi que ser un mariquita era una cosa muy mala y yo no queria ser mariquita. “Tu has de ser un machote”.

Vemos como en el caso anterior el sujeto (un niño varón) relata dos hechos contradictorios, por un lado su excitación sexual al contemplar o espiar desnudos y bragas y por otra cierta tendencia a imitar a las mujeres de su familia. También podemos observar como la madre extingue la conducta al considerarla inadecuada y dirige conductualmente al niño hacia el lecho de Procusto de su sexo.  También podemos pensar qué hubiera sucedido si en lugar de extinguir esta conducta la madre la hubiera reforzado pintándole ella misma las uñas.

¿Quién estaria equivocada, la madre que extingue o la madre que refuerza?

Naturalmente si la identidad sexual viniera determinada del todo, es decir si fuera innata e irreversible entenderíamos que la madre del paciente anterior habría forzado, torcido la inclinación natural del muchacho. Pero la identidad sexual no existe sino una especie de compromiso pulsional entre el Yo, y sus objetos, un posicionamiento frente a la seducción, frente al amor y frente a lo que nos gusta e imitamos. Y a esta edad no hay todavía una cristalización de ninguna creencia identitaria, el niño imita y se excita sin saber exactamente a qué se debe su excitación que por si misma puede resultar aterrorizadora.

También se sabe ya que la maquinaria de nuestra facultad de conocer sufre desviaciones y saltos. Podemos cometer errores sistemáticos, configurar creencias a partir de simples impresiones, obrar con ilusiones cognitivas, tomar atajos y prestar una atención focalizada a cualquier capricho u ocurrencia. Especialmente interesante a este respecto es uno de los llamados heurísticos intuitivos: cuando tenemos que enfrentarnos con una cuestión difícil procedemos usualmente a contestar una más fácil en su lugar, y ello sin darnos cuenta de que damos con ello un cambiazo cognitivamente fraudulento. Hablando claro: si la madre del niño anterior le hubiera preguntado, ¿te gustaría ser una niña? y el niño contestara, estaría contestando a otra cosa. En esta manifestación un niño diría sí y otros dirían no pero seguramente no a la misma cosa.

Es verdad que la mayor parte de nosotros somos heterosexuales por razones del medio ambiente siempre y cuando el medio ambiente no contradiga la pulsión sexual y siempre la contradice pues la sexualidad, recordemos está prohibida, o al menos regulada y modelada socialmente.

Pero antes de concluir que la sexualidad de los humanos es algo diverso y no-binario deberíamos saber un poco más de eso que llamamos medio ambiente y como se articula con nuestra predisposición genética. Será en el próximo post.

Bibliografía.-

LeVay, S. y Hammer, D. (1994). Evidence for abiological influence in male homosexuality.Science American, 270, 20-25.



Niños orquídea

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Dadme un medio de expresión y convertiré a un asesino en serie en un benefactor de la humanidad (E. M. Cioran)

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Los que leyeron el post anterior ya sabrán a estas horas que no existe genes específicos para la orientación o la identidad sexuales. No existe un gen gay ni existe un gen para ser heterosexual. Existe sin embargo una hormona -la testosterona perinatal que es la responsable de la masculinización del cerebro del feto. Siendo precisamente la deprivación de esta hormona la que lo feminiza.

Y a pesar de ello sabemos que la homosexualidad es parcialmente heredable. ¿Cómo podemos compatibilizar ambas ideas?

Uno de los enigmas que se plantean los investigadores, me refiero a los psicólogos evolucionistas que han tratado de explicarse la homosexualidad es conocer cómo es posible que esta conducta haya persistido entre las variantes sexuales de los humanos si no da premio reproductivo. Lo cierto es que los homosexuales proceden de padres heterosexuales y aunque nada impide que un hombre homosexual se reproduzca, lo cierto es que sabemos que los homosexuales se reproducen menos que los heterosexuales. Siguiendo este hilo argumental la paradoja es ésta: La evolución debería haber eliminado los supuestos genes homosexuales a través de la selección natural. Aquí hay un post sobre el tema de la fertilidad de los homosexuales.

¿Por qué no ha desaparecido pues? Una de las hipótesis mas robustas es que la homosexualidad se mantiene porque depende genéticamente de otra cosa que si se aprovecha del fitness.

Luego la homosexualidad no es una adaptación sino probablemente un subproducto de otra cosa.

Las orquídeas son flores bastante delicadas, exigen:

Luz sí, pero no sol directo, la temperatura entre 18 y 25°C., nunca inferior a 16°C. pues moriría.

El riego debe ser una vez a la semana, se coloca la maceta en un plato y se llena el éste de agua, después de un rato hay que quitarlo, pues las raíces se pudrirán.

Se abona una vez al mes, siguiendo las mismas instrucciones que para el riego, es decir, diluyes el abono en el agua del plato y al rato cuando haya absorbido toda la humedad que necesita lo retiras.

Para conseguir una mayor y mejor floración: cuando las flores se secan, hay que cortar por encima de la tercera yema (nodo), y en pocos meses volverá a brotar con más vigor.

La maceta, como en todas las plantas, se cambia cuando empiezan a asomar por debajo las raíces, esa es señal de que ya no le queda tierra, ni sitio para las raíces.

El termino niños orquídea procede de Dobbs y lo más importante es entender que estas orquídeas no son tan frágiles como aparentan si bien precisan ciertas condiciones para su desarrollo.

La sensibilidad biológica al contexto.-

Se trata de una teoría (Boyce el alt 2005) según la cual, el temperamento de los niños es un factor fundamental que determina cómo reaccionarán ante diferentes estilos educativos o estresores ambientales. De hecho, se ha apreciado que existen niños que reaccionan de manera más negativa ante los estímulos del medio, mostrando más miedo e irritabilidad, mientras que otros logran controlar mejor sus reacciones y se muestran más abiertos y dispuestos a explorar. Los primeros son orquídeas, los segundos dientes de león.

Se trata de una teoria que trata de profundizar -en la misma linea que la teoria pleiotrópica- en como una enfermedad o rasgo de personalidad puede ser benefactor en un lugar y perjudicial en otro. o en como ciertas enfermedades pueden proteger de otras.

El rasgo biológico sería (o estaría relacionado con) la hipersensibilidad social. Se trata de niños miedosos, vergonzosos, que eluden relacionarse con sus iguales. Son niños que participan poco en los grupos que se organizan en la escuela, tienen pocos amigos y encuentran placer en estar solos o en jugar a solas. Son sin embargo muy inteligentes y sensibles y desarrollan habilidades artísticas, lingüísticas, literarias, en un extremo mientras que en el otro muestran una conducta disruptiva o disocial.

El gen candidato para este tipo de personalidad es el CHRM2  Se trata de un gen relacionado con los receptores muscarínicos y colinérgicos que se encuentra en el cromosoma 7 y que se expresa tanto en el corazón como en el cerebro. Se sabe que está relacionado con el alcoholismo y con un alto coeficiente de inteligencia (IQ) pues interviene en el aprendizaje y es el candidato a estar implicado en varias enfermedades psiquiátricas, sobre todo en los trastornos afectivos y en otras dependencias.

Un niño o niña portador de este gen -como las orquídeas- tiene dos posibilidades, o bien se desarrolla en una familia negligente, abusadora o maltratadora o bien se desarrolla en un entorno de amor, cariño, atenciones y apoyo.  El destino de estos niños dependerá entonces de esta variable familiar, sin embargo esta clasificación es un poco artificiosa, no hay familias tan malas o tan buenas salvo en los extremos, lo más probable es que recibamos en nuestra familia, una mezcla de apoyo, desdén, atenciones, y alguna que otra bronca o castigo inmerecido. No hay familias perfectas, de manera que lo más probable es que esta cohorte de niños que ha estudiado Slagt en su metaanálisis de 2016 no muestre severas características en sus genotipos o que ambos grupos se encuentren enmascarados por otros gatillos genéticos o ambientales.

Lo interesante sin embargo es un hecho que puede explicar que un rasgo sea heredable sin ser genético, puesto que los genes en su expresión se transforman en alelos o polimorfismos que solo en contacto con el medio desarrollaran una u otra tendencia. Asi un niño que lleve una copia del citado gen CHRM2 desarrollará en condiciones normales una hipersensibilidad social especial que le llevará con toda probabilidad para aislarse de sus iguales, se situará por asi decir en los bordes de la sociabilidad pues necesitará de muchos signos de aceptación para abrirse a los demás. Esta condición de niño-sensible le hará blanco perfecto para los ataques de otros niños o para el ostracismo lo que redundará en un mayor aislamiento social. Este niño teórico podrá ser captado por ciertas influencias con una condición: han de ser minoritarias.

La relación de la homosexualidad con la hipersensibilidad parece estar bien establecida, grandes hombres han dado testimonio de ello. No es que fuera homosexual es que era demasiado sensible.

Si esta afirmación fuera cierta tendríamos una buena explicación de por qué la homosexualidad es una condición heredable sin ser génetica, es decir sin que exista una gen especifico para la homosexualidad.

La mejor manera de saber algo más sobre la hipersensibilidad es leer a Proust y su gran obra “En busca del tiempo perdido”. Un verdadero catálogo de sensibilidad fronteriza.

« […] En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té […]»

(Marcel Proust, En busca del tiempo perdido: Por el camino de Swann)

En realidad Proust se adelantó a la ciencia en más de un siglo al apercibirse de que los recuerdos no eran compartimentos estancos o fotos fijas del pasado sino que los recuerdos eran muy poco fiables y cínicos dado que cada vez que recordábamos algo en realidad lo estábamos sobreescribiendo. La memoria no seria pues un proceso mecánico simple sino constante, indeterminado y plástico donde en cada evocación habria un borramiento de la memoria original. Dicho de otra manera: que recordar es una forma de olvidar lo que realmente sucedió y sustituirlo por una secuencia de hechos que sean congruentes con nuestra concepción del mundo en el momento de la evocación.

Nótese en el fragmento de más arriba como el sabor de la madalena desencadena un proceso de asociaciones algunas de las cuales tienen sentido y otras parecen extraidas de las asociaciones oníricas como la parte de los japoneses.

Un prodigio de sensibilidad.

Bibliografía.-

Kayla Causey and Aaron Goetz: The “Johnny Depp Effect” – An evolutionary explanation for homosexuality. How is homosexuality maintained via natural selection?

McKnight, J. (1997). Straight science? Homosexuality, evolution and adaptation. New York: Routledge.
Miller, E. M. (2000). Homosexuality, birth order, and evolution: Toward an equilibrium reproductive economics of homosexuality. Archives of Sexual Behavior, 29, 1-34.

Slagt, M. et. Al. (2016) Differences in sensitivity to parenting depending on child temperament: A meta-analysis. Psychological Bulletin; 142(10): 1068-1110.
Dick, D. M. et. Al. (2011) CHRM2, Parental Monitoring, and Adolescent Externalizing Behavior: Evidence for Gene-Environment Interaction. Psychological Science; 22(4): 481–489.
Boyce, W. T. & Ellis, B. J. (2005) Biological sensitivity to context: I. An evolutionary-developmental theory of the origins and functions of stress reactivity. Dev Psychopathol; 17(2): 271-301.


La traumática historia del trauma (completo)

La máscara de la cordura

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La perversion es el negativo de la neurosis (Sigmund Freud).                                                              Mucho se habla hoy en todos los entornos, clínicos, psicológicos y periodísticos sobre los psicópatas. Yo mismo en este blog he hablado últimamente de los aspectos benéficos que subyacen en la personalidad psicopática. Pero lo cierto es que cuanto más leo sobre psicópatas más me doy cuenta de que existe una enorme confusión entre esta palabra (que es un término clásico y no un diagnóstico DSM) por ejemplo la palabra “narcisismo” o la misma confusa etiqueta de “trastorno antisocial de la personalidad”.

En mi opinión la confusión procede de un repudio. Del repudio de la palabra “perversión” que en si misma como se verá enseguida supone el ejercicio de un repudio, de un rechazo. Y en mi opinión es imposible entender qué es un psicópata si antes no hemos sido capaces de entender qué es perversión. Aunque naturalmente no todos los perversos son psicópatas.

Probablemente la palabra “perversión” ha sido excluida del discurso psiquiátrico y psicológico por mala conciencia. Está demasiado vinculada a lo sexual. Y lo políticamente correcto hoy es considerar que todos somos en cierta forma pervertidos sexuales, en el sentido de que el sexo oral, los juegos sadomasoquistas o el fetichismo de la lencería están tan extendidos en nuestras pulcras sociedades que prácticamente todos estaríamos de acuerdo como dice Jesse Behring en que todos somos perversos, sin embargo lo que define la perversión no son las prácticas sexuales en concreto sino la manera en que volvemos la espalda a un significante concreto.

Y si todos somos perversos lo mejor es liquidar esa palabra de los diagnósticos operativos. Será por eso que las perversiones sexuales han tomado el nombre criogénico de parafilias que le quita a las palabras “desviaciones o aberraciones sexuales” todo el hierro y toda la condena al infierno con que nos viene dada por la historia.

En realidad todos poseemos algunos rasgos perversos pero no todos somos perversos. Y no siempre sexuales. De manera que Behring se equivoca, todos somos, en cierta manera neuróticos con algunos rastros perversos colgando pero los perversos son en realidad una minoría. Y es una minoría porque ser perverso es bastante difícil y exige operaciones psíquicas muy sofisticadas y extravagantes.

La operación más sofisticada que hacen los perversos es lo que podemos llamar repudio o denegación. Pero lo importante, más allá del rechazo moral que algunos actos perversos tienen para nosotros, es la consideración freudiana de que perversión es algo así como “poner del revés” o “invertir”. La idea fundamental es que los perversos no son aquellos que cometen simples actos inmorales, pues lo perverso no es una conducta: es una estructura psíquica.

Según Freud existen tres posiciones o estructuras psíquicas: la neurótica, la psicótica y la perversa. Cada una de ellas utiliza un mecanismo nuclear fundamental como defensa de los afectos, ideas, emociones o sentimientos que entran en conflicto con el Superyó: los neuróticos utilizan la represión, es decir ese no saber que pregunta, que interroga y que plantea dilemas. El psicótico utiliza el rechazo absoluto, lo que Lacan ha llamado la forclusión, una especie de obturación del agujero psíquico que se agranda con cada embestida libidinal y el perverso que utiliza el “repudio” que Freud llamaba “verleugnung”, que es un saber que ya sabe y que por tanto no pregunta ni inquiere. El perverso sabe que sus actos son inmorales, abyectos, irresponsables o ignominiosos pero no le importa pues se comporta como un hombre hueco, una conciencia vacía, a cambio mantiene la apariencia, la máscara de normalidad, incluso su capacidad de dar una buena impresión a los demás, pues conoce perfectamente las leyes que gobiernan entre las personas.

Las estructuras psíquicas son diferentes maneras de decir “no”.

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Lo importante es comprender que la máscara del psicópata esconde un vacío, una oquedad y que a veces puede ser compensado con una gran hiperempatía, una empatía fría que se ocupa de saber cómo piensan los demás, en esa dinámica depredador-presa que se establece entre Brandon y sus “víctimas” como en esta escena de la película de Steve Mc Queen (no confundir con el actor), titulada “Shame” un verdadero tratado sobre esa perversión sexual que llamamos “adicción al sexo” y que más que una adicción es una manera de llenar ese vacío interior, ese despoblamiento de objetos interiores que es el background del narcisismo, de la psicopatía y claro está de la perversión..

El lector puede observar el erotismo de esta escena donde Brandon seduce y quizá lleva hacia el orgasmo a una viajera desconocida viajando en metro.

Shame.-

Shame es una película del 2011 donde se nos muestra la vida de un joven de unos 30 años, llamado Brandon y su estilo relacionan, una vida solitaria, adicto a la pornografía, a los encuentros ocasionales con mujeres desconocidas, a su trato con prostitutas y que va recorriendo a medida de que su vida entra en crisis hacia una mayor degradación y abyección. El lector interesado en un post sobre esta película puede visitar este articulo o bien puede visionar el film, es la mejor forma de saber más sobre la perversión.


Infancias atroces (I)

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Voy a dedicar esta entrada y la próxima a hablar de un libro de  Bruce Perry que es un psiquiatra infantil americano y que me ha parecido extraordinario, no solo por los casos que presenta en su casuística-casos atroces y probablemente extremos- sino también por la teorización sobre los distintos mecanismos adaptativos que pone en marcha el traumatizado y que servirán de eje de rotación donde síntomas posteriores vendrán a enredarse, poniendo especial énfasis en la disociación asi como los distintos itinerarios que siguen estos mismos traumas en la edad adulta. Asi el lector podrá seguir distintos tipos de abuso y maltrato, el sexual, pero tambien los efectos del abandono,de presenciar escenas atroces, el trauma alimentario de aquellos que son alimentados de una manera mecánica o vacía por cuidadores sin empatía o despersonalizados, los entornos inciertos o los cuidados discontinuos. Aprenderá el lector algunas cosas sobre la crianza: que la predictibilidad, la repetición y las sincronías son la base de sustentación del despliegue fisiológico de todos los recursos mentales que llamamos crecimiento y maduración.

Verán también -los que lean el libro- que el “trauma” no sigue una dirección causal y se comporta como un sistema complejo próximo a eso que entendemos como “efecto mariposa”. Un pequeño aleteo de mariposa aqui puede conformar una tormenta allá, algo que no sucede en un solo paso lo que hace incomprensible la conducta actual. O dicho más psicológicamente: el desarrollo posterior de un efecto postraumático tiene que ver con una ventana plástica y un pequeño empujón (más abajo veremos el pequeño empujón que sufrió un paciente llamado Leon). Ventana plástica significa que dependiendo del momento es que suceda el evento traumático seguirá un camino u otro que además no podemos predecir puesto que depende tambien de los mecanismos que ponga en marcha el traumatizado, mecanismos diferentes para enfrentar el estrés presididos casi siempre por la disociación.

El caso de Leon.-

Leon es el nombre ficticio que Perry puso a uno de sus pacientes más graves, un muchacho de 18 años al que tuvo que visitar en una cárcel de máxima seguridad por haber asesinado y violado a dos adolescentes, una casi una niña de 12 años y otra de 15. La labor de Perry consistía en averiguar el estado mental de Leon para asesorar al tribunal desde el punto de vista médico-legal. Se trató de un peritaje psiquiátrico.

Naturalmente Leon era un psicópata y no padecia ninguna enfermedad mental de modo que era completamente responsable de sus actos, sin embargo Perry intentó responder a la pregunta del por qué lo hizo y nos dió algunas pistas para saber qué habia sucedido en los antecedentes precoces de Leon para haber conseguido construir un cerebro desalmado, un cerebro sin compasión.

Para ello diseñó una serie de entrevistas con los padres y el hermano mayor de Leon, después de haberle visitado en la cárcel. Lo que extrajo fue de un interés máximo que viene a demostrar que eso que Judith Harris ha llamado el ambiente compartido es una entelequia. Ningún niño comparte del todo el mismo ambiente que sus hermanos como podremos ver a continuación.

Lo primero que llamó la atención de Perry es que la madre era una mujer bastante limitada intelectualmente y que tanto el marido como el hijo la sobreprotegian. Se conocian desde pequeños, vivian en el mismo barrio y fueron a la misma escuela. Estuvieron siempre rodeados de una red social densa, con abuelos, tios, primos y vecinos que asistian a la pareja continuamente quedándose con el hermano de Leon cuando eran requeridos para ello. Pero la fábrica en la que trabajaba el padre hizo suspensión de pagos y quedaron todos los trabajadores en el paro, la familia se empobreció pero aun habia algo peor: tuvieron que cambiar de ciudad porque el padre encontró un empleo en otra parte. cambio de ciudad y de barrio y sobre todo perdida de la red social de la madre.

Fue entonces cuando quedó embarazada de Leon.

No habia en la familia de Leon ningún antecedente mórbido de tipo psiquiátrico, ni suicidios, ni alcoholismo. El hermano era completamente normal y bien adaptado. los padres no se explicaban la conducta criminal de Leon, si bien admitieron que siempre fue un niño dificil y que mostró ya en la escuela cierta tendencia al vandalismo, al robo o a pequeñas gamberradas que incluso habian llegado a manos de la policia. Leon estaba fichado por este tipo de conductas antisociales pero eso no era suficiente para Perry.¿Qué habia hecho que traspasara esa frontera entre lo antisocial y el crimen de las dos adolescentes.

Naturalmente el móvil era sexual, habia subido al apartamento  de una de ellas con la intención de tener sexo y al final se arrepintieron. Fue entonces cuando ciego de ira las asesinó a golpes y las apuñaló, las violó una vez muertas y luego las pisoteó. Fue precisamente a través de las huellas de sus botas como la policia dió con él. Ahora estaba pendiente de juicio y Perry tenia que presentarse en el tribunal con alguna prueba que al menos pudiera salvarlo de la pena de muerte.

La conducta antisocial del adolescente por sí misma no podia explicar aquel crimen, tampoco las cervezas que tomó antes de subir a aquel apartamento.

De manera que indagó en el dia a dia de la madre mientras Leon era un bebé y lo que descubrió fue que después del tercer mes de vida la madre agobiada por los continuos y desconsolados llantos del niño habia decidido dejarle solo durante el dia y marcharse con su otro hijo a pasear por la ciudad. Solo cuando atardecia volvía a casa y el niño parecía haberse calmado, poco a poco dejó de llorar. La madre entendió que esa era una buena “terapia”: el abandono parecia haber funcionado. De modo que esta madre probablemente incompetente por algun déficit cognitivo o intelectual y deprivada de su entorno social más próximo fue incapaz de contener las demandas de su exigente vástago y decidió abandonarle a su suerte durante todo el dia.

El sistema de adaptación al estrés.-

¿Puedes imaginarte la situación de Leon bebé? ¿Cómo seria su vida estando solo la mayor parte del día? ¿Cómo sentiría el hambre, el miedo, el dolor de ir escocido prácticamente todo el día? ¿Cómo sentiría la sed o el aburrimiento?

Cuando un bebé es abandonado de esa manera durante horas y horas y nadie atiende sus llantos, en realidad sus llamadas de socorro, lo más probable es que se desconecte del mundo externo y decida algo así como “no confiar en nadie más que en sí mismo”. Los mecanismos de estrés se superan y entramos ya en el terreno de la traumático. Leon nunca aprendió a vincular el placer de comer por ejemplo con la compañía humana, no pudo asociar ambos sentimientos. las personas no eran vistas como sustentos de seguridad, tranquilización o sustentación sino que fueron tachadas de tales funciones precozmente. Más tarde en el tiempo aprendió a manejarlas, manipularlas, servirse de ellas como una habilidad secundaria pero en realidad el origen de la falta de empatía de Leon era su narcisismo maligno, ese repliegue que obliga a que uno haya de valerse por si mismo y que el resto de personas no sean sino cosas. En realidad el daño de Leon se llevó a cabo en sus neuronas espejo,  de ahí su falta de compasión que es algo independiente de la comprensión que los psicópatas llegan a tener de las vulnerabilidad de los demás.

Algo se rompió en Leon mientras anduvo abandonado por su madre, algo traumático rompió sus capacidades adaptativas al dolor y fueron precisamente esas capacidades adaptativas las que le llevaron a la desconexión emocional, ¿pues cuando se está al borde de la muerte para qué sirven las conexiones emocionales con lo exterior?. Y no cabe duda de que Leon pudo sentirse repetidamente al borde de la muerte.

La madre de León había causado estragos en el cerebro de su hijo lactante si bien de un modo involuntario o por incapacidad para reconocer las necesidades de un niño de esa edad, como demuestra el perfecto estado de su hermano.

El ambiente compartido de ambos hermanos había sido el mismo pero la pequeña variación que introdujo la perdida de la red social de la madre causó una gran tormenta en otro lugar.

Bibliografia.-

Ficha del libro “El chico a quien criaron como un perro”


Infancias atroces (II): Amber y sus opioides

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Amber es una muchacha de 17 años que es encontrada inconsciente en el baño de su instituto. De allí es trasladada a urgencia donde el Dr Perry que casualmente ese día estaba de consultor de los residentes de Urgencias llega a conocer el caso.

Amber respira superficialmente, tiene una frecuencia cardiaca baja y una tensión también baja.

Los médicos intentan conocer las causas de su coma y lo primero que piensan como es natural es en un coma diabético pero no hay diabetes. Piensan también en una sobredosis de drogas (heroina) o de benzodiacepinas, pero no hay rastros toxicologicos que permitan pensar en tal etiología. Llaman después al cardiólogo pero no hay cardiopatía, ni ha habido un ictus, ni ninguna otra causa plausible de coma.

Entonces llega su madre Jill, que en un estado de nervios comprensible demanda explicaciones a los médicos por las razones del estado de su hija, pero los médicos no saben que le ocurre a Amber, ante la presión ,los médicos deciden consultar con el psiquiatra infantil, el Dr Perry que se hace cargo del asunto. Una adolescente en coma sin ningún razón que lo justifique médicamente.

Lo primero que llama la atención del Dr Perry es que Amber es una gótica, es decir va vestida completamente de negro y pertenece a una subcultura urbana que está relacionada con el concepto de “mujer fatal” y que comparten una identidad de grupo basada en las preferencias musicales y sobre todo por el color negro y los maquillajes zombificados.

Es importante señalar que los adolescentes que pertenecen a este grupo marginal o a cualquiera otro son en realidad personas que no han hallado en nuestro estilo de vida convencional un lugar, un nicho donde poder ser validados o acogidos, su identidad está pues sin acabar. El grupo en la medida en que es minoritario y en cierta forma fronterizo con lo convencional ofrece a sus elementos grandes oportunidades de ser. Oportunidades de identificación y de acogimiento muy superiores a lo que puede esperarse en los grupos tradicionales no relacionados por parentesco. Si existen este tipo de tribus urbanas es porque existen personas que no encajan en el lecho de Procusto social convencional. De manera que ya tenemos un dato: Amber es una chica con problemas de identidad.

autolesiones

En otra inspección ocular superficial, Perry descubre que Amber tiene en sus antebrazos señales de haberse provocado autolesiones, unas más antiguas, otras más recientes pero todas llevadas a cabo de forma sistemática y de forma paralela. El fin de estas autolesiones no es letal:  la de desangrarse sino la de provocarse dolor. Aquí escribí un post sobre las autolesiones.

Pero lo que le aportaría a Perry más datos (Amber ya llevaba tres horas en coma) fue la entrevista con la madre. Se trata de una mujer con una vida errática y complicada que había cambiado de residencia en varias ocasiones en busca de algún lugar donde echar raíces y encontrar un buen trabajo en su profesión de auxiliar administrativo. Jill y su hija habían recorrido distintos Estados en busca de esa estabilidad. La propia Jill impresionaba de ser una mujer valiente y luchadora pero de haber llevado una vida poco favorable como demostraba el hecho de parecer más vieja de lo que era realmente. No vivía en pareja actualmente y su hogar podría calificarse como de monoparental y con discontinuidades en los cuidados recibidos por Amber, pero con una base segura: Jill era una base segura para Amber.

Perry quiso saber más sobre la historia de Amber, sus aficiones, gustos y estilo de vida, también se interesó por algunos aspectos de su crianza.

Al parecer Jill tuvo hace años una pareja llamada Duane, que era un poco el sostén de su familia mientras estaban viviendo en otro lugar, era él quien la ayudó en la crianza de Amber, sin embargo esta relación se rompió cuando descubrió a Amber y Douane acostados en la misma cama mientras él abusaba de ella.

Se trataba pues de un caso de abuso sexual infantil que no denunció a las autoridades pero ya habían pasado muchos años y Perry no lograba relacionar aquellos abusos con la situación actual: una adolescente en coma sin causa médica que lo justificara.

De modo que siguió indagando sobre lo que había sucedido en los últimos días, ¿que habría podido suceder para que Amber entrara en ese estado precisamente hoy?

Jill recordó que hace un par de días recibieron una llamada de Duane después de muchos años de no saber nada de él. Pretendía volver con Jill y aunque ella rechazó tal invitación no pudo conseguir que Amber oyera toda la conversación. Fue precisamente esta reactualización del recuerdo traumático la causa del coma de Amber.

Perry tomo una decisión: recomendó a los médicos la administración de Naloxona, uno de los antídotos de urgencia para tratar las sobredosis de opiáceos y que actualmente y en entornos de Urgencias es de primera elección junto al Flumazenil (Anexate), un antídoto de las benzodiacepinas para el tratamiento de los comas en personas jóvenes con antecedentes de adicciones. La Naloxona es un antagonista de los opiáceos porque ocupa los mismos receptores que ellos y los desplaza, limpiándolos de restos de opioides endógenos o exógenos. En ausencia de información, y en urgencias está indicado administrar estos fármacos porque son inocuos y pueden salvar la vida a intoxicados por estas drogas, lo que representaba una novedad en este caso es su administración en ausencia de toda evidencia de intoxicación.

Pero Amber si estaba intoxicada: lo estaba por sus propias endorfinas.

La administración de naloxona tuvo efectos inmediatos y espectaculares. Amber se despertó inmediatamente y pudo más tarde continuar hablando con el Dr Perry sobre su trauma que permanecía activo aunque enquistado.

Disociación es igual a congelación.-

Lo traumático tiene dos bifurcaciones o vías de expresión, una es la hiperexcitación responsabilidad de las catecolaminas y otra es la disociación provocada por los opioides que aparecen casi simultáneamente. Disociación es igual a congelación de la que ya hablé en este post sobre la teoría de Robert Scaer.

La anomalía humana en la congelación o freezing .-

Poca literatura se dedica a trabajar el tema de la respuesta de congelación en la especie humana. Incluso en el caso de una amenaza muy importante es raro para un ser humano colapsarse y aparecer inconsciente sin herida física. Aunque algunas personas tiemblan y presentan ligeras sacudidas después de un evento que les produce un shock, raramente desarrollan la conducta relativamente estereotipada que se ve en animales. Por el contrario, éstos comentan frecuentemente que se sienten como si estuvieran “en shock”. Ese estado se describe como con una sensación de despegamiento, de acorchamiento emocional o afectivo e incluso de confusión. El tiempo con frecuencia parece quedarse quieto. Algunos pacientes informan que se encuentran como si estuvieran “fuera de sus cuerpos”, comentando los acontecimientos traumáticos como si los estuvieran viendo en una tercera persona.
Aunque algunos comentarán que se encuentran “llenos de adrenalina”, muchos otros comentan la sensación de sentir una calma notable. Aunque pueden haber ocurrido serias heridas, el dolor normalmente no es intenso durante este periodo, un acontecimiento en consonancia con el papel que juegan las endorfinas en la respuesta de congelación. Los psicólogos y psiquiatras se refieren habitualmente a este fenómeno con el término disociación que se define como “un proceso inconsciente por el cual un grupo de procesos mentales se separa del resto del curso del pensamiento, resultando en un funcionamiento independiente de dichos procesos y en una pérdida de las relaciones habituales entre contenidos mentales como, por ejemplo, la separación del afecto de la cognición”.
La disociación muy probablemente constituye un elemento muy fundamental de la respuesta de congelación y las personas que refieren síntomas de shock y acorchamiento emocional después de un evento traumático y exhiben síntomas de disociación, están en ese momento en plena repuesta de congelación.

De hecho, muchos de los síntomas postraumáticos que ocurren con frecuencia durante años después del trauma irresuelto son característicos de la disociación o de la recurrencia de los síntomas de congelación.

El punto más importante en este contexto es que el ser humano parece recobrarse de este estado de shock sin ninguna de las actividades muscular y física observadas en los animales cuando se recuperan del acto de la congelación después de una amenaza. Rara vez ve uno víctimas de un acontecimiento traumático agudo caerse al suelo, temblar, sacudirse o sudar recuperándose a continuación con una respiración profunda y lenta. Uno está tentado a considerar esta respuesta como una adaptación positiva a la conducta animal básica como resultado del neocortex frontal en desarrollo que nos permite pensar, resolver problemas y planificar sin tener que estar sometidos a la tiranía del instinto más primario. Sin embargo existe una real preocupación de que en la especie humana esta aparente falta de descarga de la energía autónoma después de haber ocurrido una congelación, pueda no ser de hecho un mecanismo adaptativo funcional. En vez de ello, podría representar una peligrosa supresión de la conducta instintiva, resultando en una agravación de la experiencia traumática en la memoria inconsciente y en los sistemas de excitación y alerta del cerebro.

El proceso de culturalización de la especie humana ha resultado en un patrón creciente de vida urbana en un hábitat o confinamiento cerrado que de manera intrínseca puede inhibir la capacidad instintual de huida o de defensa de uno mismo bajo amenaza. Esto, a su vez, puede instaurar un estado de indefensión, predisponiendo una respuesta de congelación en los humanos cuando se encuentran bajo amenaza. Este mismo estado de inmensa proximidad e interdependencia cultural puede también actuar inhibiendo la descarga natural de energía autonómica de congelación en estos casos.

Dicho de otro modo nuestra especie parece muy vulnerable a los efectos a largo plazo del trauma, efectos que se producen por sensibilización.

Una repuesta a este dilema puede residir en la observación de la conducta animal. Levine describe una conversación que tuvo con cazadores africanos. Cuando son capturados, los animales entran habitualmente en una repuesta de congelación o inmovilidad. Después de su suelta, éstos atraviesan por un repertorio de conductas típica de la descarga de congelación descrita anteriormente. Si no pasan por el periodo de sacudida y temblor, generalmente mueren después de ser soltados de nuevo al medio salvaje. Este hecho puede llevarle a uno a especular que la retención de la tremenda energía autónoma de la respuesta de lucha / huida / congelación en el cuerpo y en el Sistema Nervioso Central de estos animales les reduce su capacidad para adaptarse a las amenazas y demandas de una existencia en un ambiente salvaje.

Normalmente, la conducta autoprotectiva en los animales es posible que sea inhibida por una conducta análoga a un estado de disociación intermitente en humanos. De hecho, existe evidencia de que la descarga de congelación puede ser inhibida en los animales mantenidos en cautividad crónicamente como es el caso de animales domesticados o de laboratorio o animales que residen en zoos o circos. De hecho,
estudios antiguos sobre la respuesta de estrés en animales de laboratorio estaban limitados por la excitación intrínseca asociado con el manejo de los mismos que llevaba una respuesta de congelación y a una consecutiva o subsecuente “neurosis experimental”.

La suelta de endorfinas como parte de la excitación también tiene interesantes implicaciones en lo que se refiere a los mecanismos de recompensa cerebrales en la conducta humana. Dado que la activación relacionada con la predación o excitación está vinculada a la suelta de endorfinas, es fácil darse cuenta que la recompensa que se encuentra en actividades de recreo de alto riesgo está asociada con un “fogonazo
de adrenalina”, ya que esta experiencia también incluye una gratificación endorfínica simultánea o inmediatamente posterior.

Eso es precisamente lo que le sucede al corredor de encierros que presidía el post citado, donde podemos observar la secuencia completa: excitación, congelación y descongelación.
La excitación derivada de las conductas de riesgo parece exclusiva de la especie humana y parece claro que ciertos rasgos de personalidad (la busqueda de sensaciones) pueden predisponer a esta conducta. Incluso hay alguna evidencia de que este rasgo puede estar presente de forma regular en la infancia.
En la congelación suceden otros fenómenos no tan obvios como la inmovilidad (hacerse el muerto), la perdida de la noción del tiempo y una intensa anestesia y analgesia lo que señala directamente hacia la disociación. En la congelación hay una intensa disociación, asi como bradicardia, bajada de tensión y a veces un estado de intensa calma o indiferencia. Dicho de otra manera la congelación es cosa del vago.

Y dicho de otra manera la naloxona es un medicamento de primera elección en Urgencias no importa si la causa del coma es tóxica (sobredosis de opioides) o traumática (emocional).

Pero para mi hay una conceptualización que se desprende como corolario de este caso y es la siguiente; la anestesia-analgesia de lo que entendemos como disociación es debida a los opioides endógenos y lo que nos permite entender algunas conductas inexplicables como causarse daño como las autolesiones y que abre al mismo tiempo una via nueva de tratamiento. ¿Puede la naltrexona ser un tratamiento eficaz para las autolesiones?

Será en otro post.

 

El libro de Perry: El niño a quien criaron como un perro 

 


Trauma y estrés

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Cuando un niño aprende una nueva palabra su corteza cerebral se estresa, cuando llora o siente hambre el cerebro del niño se estresa de forma conjunta con su aparato digestivo, cuando hacemos footing nuestro sistema vascular se estresa, cuando suena el despertador nuesto organismo se estresa y es precisamente porque se estresa que nos levantamos de la cama.

Con estos ejemplos basta para entender que el estrés es un sistema hormonal y neuroquimico que se dispara en ciertas condiciones y se calma y desactiva en otras, hasta que adquiere la ritmicidad día/noche propia de nuestra especie y es un equivalente de la perfomance y adaptación que lleva a cabo nuestro cerebro y nuestro organismo entero, en una oscilación continua entre estrés/calma, muy parecido al entrenamiento diario que lleva a cabo el atleta para rendir en las pruebas de su disciplina que también precisa de descansos entre series de ejercicios. El rendimiento muscular es un buen ejemplo para entender que un músculo sin estrés es un musculo atrófico que iria perdiendo sus fibras de no ser que lo ejercitemos a diario. El estrés viene definido por el uso-respuesta del órgano y por su mejor rendimiento.

El estrés es una exigencia, el trauma una sobrexigencia.

Pero a veces el estrés cuando es muy continuado en el tiempo puede devenir en trauma si no se introducen las correcciones pertinentes para su desactivación. Un ejemplo de estrés para un niño de 1 año de vida es el abandono,  la desatención o las discontinuidades de cuidados..

¿Cómo regula nuestro organismo el estrés?.-

El estrés se regula a través del eje hiipofiso-hipotalamo-adrenal, tal y como podemos observar en el gráfico de más arriba. Una exigencia o un estertor medioambiental pone en marcha una cascada de hormonas que se autoregulan en forma de bio-feedback y que implica tanto a órganos cerebrales (hipófisis-hipotalamo) como a órganos a distancia como las cápsulas suprarrenales que son los grandes almacenes de catecolaminas (adrenalina y nor-adrenalina) y cortisol , el otro circuito implicado en esta respuesta de estrés -que e una respuesta de adaptación en cualquier caso es el sistema nervioso vegetativo.

Esto explica por qué en el estrés agudo existen al menos dos grupos de síntomas predecibles: los que proceden de la hiperexcitación y los que proceden de la disociación o congelación. El primero mediado por las catecolaminas y el segundo grupo de síntomas mediados por las endorfinas como en el caso de Amber de mi ultimo post.

Es importante comprender que ambos tipos de hormonas o neurotransmisores se derraman a la vez, tantos las catecolaminas como las endocrinas y sucede porque ambos grupos proceden de un precursor común: la proopiomelanocortina, un neuropéptido también conocido como ACTH gigante.

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Trauma y estrés durante el primer año de vida.-

Los humanos nacemos con una vulnerabilidad superior a cualquier otros ser vivo, nacemos dependientes y lo seguimos siendo durante al menos 20 años más. Dependemos primordialmente de nuestra madre, de nuestros cuidadores y posteriormente de nuestros educadores o instructores, de ellos proceden no solamente los bienes sino también los males que podemos recibir. Es posible afirmar que si recibiéramos amor y solo amor no existirían traumas ni enfermedades o malestares mentales. Todo vinculo es el haz y el envés del cielo y del infierno y la figura más importante en esta carrera de cuidados y/o negligencias o discontinuidades es la madre o su equivalente.

No es extrañar puesto que hoy sabemos que las neuronas del tallo cerebral y del mesencéfalo que ya están sembradas en el lugar que les corresponde han de realizar sinapsis, contactos entre ellas, siguiendo un proceso secuencial que va de abajo-arriba, de lo más antiguo a lo más moderno. El niño en su primer año de vida ha de regular estas conexiones a partir de los aportes que le llegan de su medio ambiente, es decir de la madre. también sabemos que lo más importante de la tarea materna no es la alimentación, sino el contacto físico, la regularidad de los estímulos recibidos, la repetición y la sincronización de tal manera que se configure un patrón predecible. Un bebé recién nacido no está sincronizado con su medio ambiente, ni siquiera es capaz de discriminar el día de la noche y su tallo cerebral ha de comenzar a regular su patrón de sueño. Al principio dormirá casi todo el día pero paulatinamente comenzará a necesitar menos sueño hasta que logrará con el tiempo sincronizar sus horas de sueños con el ritmo día-noche.

Para ello precisará de una amplia gama de estímulos entre los que nombraré el balanceo rítmico que espontáneamente las madres llevan a cabo con sus hijos, las melodías y las canciones que sirven para calmar el estrés hasta que el niño es capaz de asociar la calma y la seguridad con el hecho de estar en brazos, ser mecido o tranquilizado con prosodias. les hablamos a los niños por la misma razón que les hablamos a los perros, ellos no entienden el contenido de lo que decimos pero son capaces de apresar la entonación para después asociarla a algún tipo de emoción tranquilizadora.

Hay adultos o adolescentes que no permiten que les toquen, este tipo de personas son aquellas que no fueron acariciados, tocados, abrazados o tenidos en brazos, no llevaron a cabo ese aprendizaje esencial que todos en mayor o menor medida empezamos a entender en nuestro primer año de vida. Asociar el contacto físico con la calma, la proximidad y la protección.

Ver los trabajos de Harlow y la naturaleza del amor en este post de Pablo Malo

Los estragos en el primer año de vida.-

René Spitz fue un psiquiatra austriaco que escribió un libro acerca de sus observaciones en un orfanato después de la segunda guerra mundial. Aquí escribí algo sobre su teorización sobre los organizadores del psiquismo, una especie de etapas o hitos que una vez alcanzados abrían nuevas posibilidades de aprendizaje. En este sentido, madurar y también crecer es los mismo que establecer conexiones neuronales, asociaciones entre las estructuras más profundas del cerebro en busca del cerebro más moderno, allí donde habitan las palabras: la corteza cerebral.

Spitz describió los cuadros clínicos que desarrollan esos niños institucionalizados que o bien habían quedado huérfanos durante la guerra o bien eran hijos de madres solteras y que seguían distinta suerte según la madre les visitara o no, también en función de la ventana plástica de cada edad y el tiempo que podía esperar a que siguiera abierta. Describió un síndrome común a todos ellos que llamó hospitalismo y que era una manera disimulada de nombrar sobre todo al abandono por parte de sus madres. Aunque en el orfanato había una buena alimentación, higiene y cuidados reglados, observó que los cuidados impersonales, es decir llevados a cabo por personal poco motivado para la empatía con los niños tenia efectos colaterales a largo plazo. Describió también un síndrome que llamó depresión anaclítica que se revertía si la madre volvía a reunirse con el bebé y que volvía a aparecer si desaparecía, del mismo modo que describió la forma maligna de este evento: dependiendo del tiempo transcurrido en la separación el niño ya no volvía a recuperarse. También observó que algunos morían en un estado de marasmo o inanición.

Describió también otro fenómeno desconcertante: el retraso en el desarrollo ponderal iba las más de las veces acompañando al retraso psicomotor, a pesar de que los niños estaban bien nutridos y avanzando la hipótesis demostrada ya hoy  de que los niños necesitan que la comida vaya acompañada del placer de darla. Comer no es un acto mecánico o vacío sino que es rellenado con muestras de afecto, juego y compañía agradable. El hambre puede saciarse pero el placer de comer (la recompensa cerebral) no puede llevarse a cabo si el que nos alimenta lo lleva a cabo como si fuera un robot o lo hace como una rutina desagradable o siente excesiva ansiedad.

Los efectos a largo plazo del trauma.-

Lo importante es saber que a cada trauma no le corresponde un efecto concreto, pues las variables que intervienen en lo traumático son demasiadas para poder llevar a cabo una tabla de equivalencias: todo parece comportarse como un proceso caótico o no.lineal, una especie de efecto mariposa para entendernos. Así las variables más conocidas son las siguientes: 1) la vulnerabilidad individual, 2) La ventana plástica (la edad de desarrollo), 3) si el trauma fue único (tipo I) o continuado (tipo II).

Por ejemplo, un hogar con un padre alcohólico o violento que maltrata a la madre y aunque ese maltrato no implique al hijo genera un entorno de miedo, desamparo, rabia y desvalimiento que tendrá consecuencias a largo plazo (pero no sabemos cuales ni con qué intensidad), aunque en el corto plazo no haya habido maltrato directo hacia el niño.

De manera que podemos concluir que para que haya trauma e necesario un estado mental concreto: el miedo, la rabia y ser vividos además con esa impotencia que psicológicamente llamamos indefensión. esa sensación de que hagamos lo que hagamos no podremos evitar el daño.

Esta idea requiere cierta explicación, ¿por qué existen consecuencias postraumáticas de los traumas después de muchos años de que sucedieran?

Habituación y sensibilización.- 

Un organismo vivo responde de dos formas ante un estresor, son dos formas de aprendizaje ya implícito en los organismos inferiores (ver en este post), una es la habituación y otra la sensibilización.

La habituación es una forma de adaptarse a los entornos tóxicos y la sensibilización por el contrario es una manera de hacerlo a ambientes nuevos o peligrosos. Lo importante es resaltar que tanto una como otra forma de aprendizaje tienen efectos a largo plazo. Por ejemplo un adicto a la cocaína requiere cada vez más droga para conseguir los mismos efectos, la euforia o “subidón” que busca. Este hecho se conoce como habituación pero la cocaína tiene además otros efectos más a largo plazo, la sensibilización a la misma es la responsable de la paranoia, sensibilización en este caso del sistema dopaminérgico.

Es por esta razón que los efectos de un trauma son duraderos y a veces se difieren durante años, hasta que algún acontecimiento reciente gatilla de nuevo aquella respuesta traumática tal y como sucede con los recuerdos traumáticos, esos flashbackss que parecen que solo responde a las asociaciones de nuestra memoria.

De manera que los síntomas de una patología traumática puede participar de estos tres tipos de variantes:

  1. La reexperimentación
  2. La hiperexcitación, hipervigilancia o tendencia a los sobresaltos.
  3. La desconexión, el desinterés y el aislamiento.

Sin embargo el TEPT que es una estructura patológíca mas común de desarrollos traumáticos en los adultos no aparece en esta forma típica en los niños. En ellos la patología adquiere tintes especiales sobre todo en trastornos de la conducta (hiperexcitación) o de desconexión (deficit de atención) o de ambos (TDH completo con hiperactividad y deficit de atención). El trastorno oposicionista desafiante e otro de los cuadros clínicos sospechosos de causa traumática. Y si el niño ha sido diagnosticado de todo ello podemos estar seguros de que tenemos un sufrimiento traumático ante nosotros.

Sólo hay que buscarlo y la mejor forma de encontrarlo es preguntando a la madre o cuidador principal. Pero para buscarlo hay que pensar en ello. Nadie busca lo que no sabe que existe y obviamente los traumas infantiles se caracterizan por haber seguido una historia de olvidos recurrentes, no solo por sus víctimas sino también por la sociedad en general.


El mito del amor materno

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“Deberían los hombres buscar otra manera de engendrar a la prole sin sexo femenino, y así no sufriría mal alguno el varón” (Euripides en boca de Medea).

madres-arrepentidas

Claro que una madre puede arrepentirse de haber sido madre

Todo el mundo sabe que el arquetipo materno contiene un tabú universal, la madre es un intocable cercano a lo sagrado y por eso, la maternidad es también un hecho que se supone arcangélico, algo más allá de lo humano. Pero la verdad es que también sabemos todos que las madres no solo aman a sus hijos sino que también les rechazan y muchas veces les odian. En casos extremos -como Medea- les asesinan.

Pensar otra cosa sería inhumano, ¿pues qué razones deberían tener las madres para amar y solo amar a sus hijos? ¿Por qué una mujer deberia acceder a una maternidad ideal sin tener en cuenta sus intereses?. Intereses que muchas veces se hallan lejanos con respecto a los del hijo.

Una de las razones por las que las madres aman a sus hijos y quizá la de mayor peso es que los hijos son suyos. La naturaleza ha previsto que la maternidad sea un hecho seguro, la madre sabe que sus hijos son sus hijos, una certeza que el hombre no tiene. es el nepotismo el principal aliado del amor materno. “Lo amo porque lleva mis genes” aunque lo más corriente es que “le amo porque es mio” y “depende absolutamente de mi”. Hay algo en el recién nacido que nos conmueve y nos moviliza la ternura. Son tan vulnerables.

Otra de las razones naturales por las que las madres aman a sus hijos es una tormenta de hormonas y neurotransmisores que se desencadenan durante el embarazo,parto y puerperio y que cambian la conectividad cerebral privilegiando el cuidado, la lactancia y la protección del pequeño. Una verdadera inundación de prolactina,oxitocina, hormonas de filiación y de estrés incluyendo a las beta-endorfinas acuden al rescate para favorecer el vínculo.

Por ultimo las madres aman a sus hijos porque existe una prescripción social para que asi sea.El amor materno es algo así como un mito al que se le supone por defecto a las mujeres como el valor a los reclutas. Y un mito ya se sabe que es una historia verdadera contada con un lenguaje equivocado.

Pero para decir toda la verdad,  existen conflictos de intereses entre madre e hijo y son transversales a toda la escala animal siendo más obvios entre los vivíparos sometidos a la “cruel atadura” es decir a la necesaria convivencia entre madre -portadora en su propio vientre de un feto- y la necesaria inversión de recursos más allá del destete.

Es por eso que algunos autores hablan de la relación madre-hijo como una competencia agonística.

El embarazo es un paradigma excelente (Haig, 1973) para las explicaciones evolutivas de cómo deriva y se reactivan los conflictos no resueltos de rivalidad de la madre En este sentido se ha señalado que más del 70% de los huevos fertilizados no llegarán a implantarse (Nesse y Williams 1994), se sabe que la madre aborta usualmente fetos con malformaciones o fetos a veces incompatibles con la vida o al menos con escasas
probabilidades de llegar a la edad adulta y reproducirse. El aborto espontáneo es pues un mecanismo fisiológicoque la evolución ha preservado para reducir las inversiones maternas en la crianza de hijos con escasas posibilidades de supervivencia, se trata en este caso –contemplado desde la óptica evolutiva-de un triunfo de la madre en su conflicto agonístico con su feto, su inversión genética, en este caso superflua. Lo mismo sucede conel aborto voluntario, se trata en todos los casos de la hegemonía de la decisión de la madre que prevalece sobre los “intereses” del feto y del padre.
Los conflictos de intereses entre madres y sus crías son comunes en toda la escala animal, las “campañas de reducción de la natalidad”que organizan los estorninos en sus constantes y escandalosas reuniones antes de la época de reproducción tienen como propósito realizar periódicos censos de población, a fin de hacer balance entre los recursos alimentarios esperados, la densidad demográfica y el tamaño de las nidadas (Wynne-Edwards 1962).
El embarazo de la hembra humana no ha sido nunca contemplado en clave de un conflicto de intereses, quizá porque a la maternidad se le supone un origen divino que ha dejado en el tintero la evidencia de que la reproducción para la hembra humana tiene un coste adicional a la de cualquier otra hembra. Para empezar el parto es en la mujer doloroso a consecuencia de la estrechez de su canal del parto y de la bipedestación, por no hablar de los costos en vidas maternas ocasionados
por los partos y que actualmente y gracias a la moderna obstetricia han desaparecido por completo en los países desarrollados. Se ha pasado por alto que las
enfermedades de la gestación pueden contemplarse enclave evolutiva como un conflicto agonístico entre la madre y el hijo y en todo conflicto agonístico hay
alguien que gana y alguien que pierde. La eclampsia, la diabetes, o las malformaciones tumorales de la placenta no han sido jamás interpretadas en clave de este
conflicto de intereses, aunque algunos autores han señalado que:
1.- No sabemos como la madre “reconoce” o “sabe”que su feto contiene malformaciones graves que pueden poner en peligro su supervivencia, pero es evidenteque los abortos espontáneos y su frecuencia hacenpresumir
que existe algún mecanismo de “reconocimiento” al menos celular de tal evidencia (Buss 1999).
2.-Las mujeres que presentan hiperemesis del primer trimestre, es decir aquellas que desarrollan durante el embarazo aversiones o preferencias alimentarias (de
l 75-89% según autores) tienen un índice de abortos espontáneos menor que aquellas que no presentan esta curiosa enfermedad (Profet 1992). Es posible suponer
que la nausea o el vómito sean una manera fisiológica de desprenderse de posibles toxinas alimentariasteratógenas o a un fallo del reconocimiento de las

mismas especifico y muy activo durante la fase de formación de órganos.

3.-El feto también tiene estrategias de competir con la madre, por ejemplo puede segregar un exceso de gonatropina coriónica (HcG) para hacerle saber a la
madre que se encuentra bien fijado al útero y librarse así de un aborto espontáneo (Buss 1999).
4.-El feto absorbe sus nutrientes del torrente sanguíneo de la madre, muchas veces al precio de enfermarla, es el caso de la hipertensión o preeclampsia materna o de
la propia diabetes. El mecanismo para extraer nutrientes que utiliza el feto es liberar substancias que tienen efectos sobre la presión arterial de la madre, a través de la
vasoconstricción (Buss 1999), de hecho existe una correlación negativa entre hipertensión materna y el aborto espontáneo (Haig, 1993).
Pero existen más razones por las que una madre podria rechazar a su hijo. Al fin y al cabo tener un hijo supone aparcar los propios proyectos, carreras, trabajo, sexo y enredarse en una tarea hercúlea para la que se precisarán grandes apoyos sociales que pueden estar o no estar disponibles. La implicación y el compromiso de la pareja en esta tarea es una variable critica cuya ausencia, desinterés o falta de compromiso puede disparar una depresión post-parto.
La depresión es una de las máscaras en la que se oculta el rechazo, pues aquello que no puede ser verbalizado acaba en el inconsciente reprimido y vigilado no sólo por los mecanismos de censura individuales sino también con los grupales: los vigilantes de la norma y la norma es que las madres amen a sus hijos incondicionalmente y si no les aman es que algo anda mal en sus cabezas.

El periparto es un periodo crítico para la díada madre-hijo, en realidad puede pensarse como escaladas de rivalidad entre ambos protagonistas. El niño exige,llora, mama, defeca y mantiene la atención permanente de su madre que pierde horas de sueño, nutrientes, capacidad y autonomía física y muy frecuentemente menoscabos en su autoestima.

Es un periodo critico para la madre, porque en ella se han activado no solamente las pulsiones de nursing y de apego sino también las pulsiones agresivas derivadas de las exigencias de su hijo contra el que no puede luchar y del que no puede tampoco huir debido a la “cruel atadura”que prevalece en todos los vivíparos y con más
evidencia entre los humanos necesitados de cuidados durante un tiempo mucho mayor que el resto de las crías de toda la escala animal. Se conoce este periodo como
postpartum blues, un estado subdepresivo muy frecuente y que tiene que ver con las dificultades de la madre con respecto al manejo de su hijo.modelo que encuentra refrendo clínico en las teorías de Brown (Brown et alt 1986) y Goldberg (Goldberg 1991).
Por no hablar de la pobreza, de la ignorancia, de la falta de experiencia, de los embarazos forzados o de conveniencia. Todos ellos son pistas que nos ayudan a comprender que el amor de las madres por sus hijos no es algo que debieramos dar por descontado. La tarea que encuentro más importante de salud mental en este campo es ayudar a las madres a soportar las cargas de sus embarazos, asistirlas a través de las redes sociales que aun puedan mantenerse vivas y sobre todo mostrarles que los sentimientos negativos contra el feto son normales, que el amor y el odio van en un mismo paquete y que no es conveniente privilegiar a uno y desatender al otro. Ayudar a las madres a comprender que no hay un amor mítico sobrevolando los partos y que en cualquier caso la ambivalencia frente al hecho de ser madre es algo completamente natural, tan natural como el hecho de ser madre, algo que en cualquier caso supone el nacimiento de una subjetividad nueva no necesariamente en sinergia con la otra identidad de la mujer: la de ser mujer, persona o sujeto.
Y ayudarles a comprender que los hijos un dia u otro nos defraudarán.
Bibliografía.-
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El extraño caso (revisado) de la mujer temblorosa

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El mesencefalés es el idioma que hablan los síntomas de conversión y psicosomáticos @pacotraver

la-mujer-temblorosa

Hace algunos años escribí un post (mejor dicho dos) sobre este relato autobiográfico de Siri Huvsted y que he presentado en distintas conferencias y sesiones clínicas. Me gustaría ahora ampliar las ideas que el lector podrá encontrar en la lectura de aquel post  y este otro que le sigue junto con los comentarios.

“La mujer temblorosa” no es una novela sino un relato inclasificable, una experiencia personal fundamentalmente clinica (una novela clínica) narrada en primera persona que es en realidad un pretexto para hacer un recorrido sobre la historia de la psiquiatría, del psicoanálisis y de la neurologia y sus puntos de fricción a la hora de conceptualizar esas enfermedades que se encuentran en los bordes de esas mismas disciplinas. Aun hoy por ejemplo la migraña (jaqueca) es considerada por los franceses como una enfermedad digestiva, por los alemanes una enfermedad nerviosa y por los americanos una enfermedad vascular. Efectivamente la jaqueca es una de esas enfermedades misteriosas que se niegan a ser apresadas por ninguna de estas especialidades y que siguen un curso crónico y terapéuticamente decepcionante.

La anécdota clínica de Siri y que sirve de engranaje de búsqueda bibliográfica y detectivesca a un buen número de temas de interés neurocientifico es un episodio de temblor paroxístico en ambos hemicuerpos acaecido enmedio de una conferencia que pronunció como homenaje a su padre muerto pocos meses antes de la emision de esa misma conferencia. Al parecer Siri es una conferenciante brillante, de esas mujeres que saben de arte, literatura y de muchas cosas de interés a las que se unieron -partiendo de esta búsqueda de explicaciones- los temas psicológicos y neurocientificos incluyendo el gran tema: la conciencia humana y el problema mente/cerebro. El caso es que Siri describe en su libro el episodio y sus circunstancias: un episodio de temblor inexplicable en una mujer segura de sí misma que nunca habia tenido pánico escénico y que estaba acostumbrada a cámaras, microfonos y público. Pero en aquella ocasión la escena era especial, pues tenia lugar en la universidad donde su padre fue profesor y en el momento en que se le dedicaba una placa conmemorativa colgada en uno de los abetos del campus.

Dotada de una magnifica comprensión de sí misma y de insight, Siri va notando que el citado episodio que pudo controlar a pesar de hallarse en público no le afectó la voz ni a su discurso y que no volvió a presentarse salvo en ciertos lugares que tenian relación con su padre o bien con los temas que su padre conocía como experto. Poco a poco llegó a la conclusión de que los temblores tenian que ver con su padre, pero ¿qué más?

Era condición para temblar hablar de su padre, no sólo estar en su territorio mental o ambiental sino hablar de él o de algo que estuviera relacionado semánticamente con él.

Se autodiagnosticó de histeria de conversión y comenzó a investigar sobre la misma y a leerse de cabo a rabo no sólo a Freud sino a los grandes maestros de la escuela francesa, Charcot, Briquet y Janet sobre todo y mientras tanto nos van desgranando sus antecedentes no en el orden en que se realiza una anamnesis convencional sino en el orden arbitrario con que los recuerdos le venian a la mente en una especie de autoanálisis literario de enorme interés para aquellos que, como yo, pensamos que escribir es un ejercicio catártico, liberador y profundamente terapéutico.

Se trata de una paciente con antecedentes de múltiples afecciones curiosas: la primera es una migraña crónica que sufre casi a diario y a veces ya al levantarse de la cama, digamos que convive ya ahora (a sus 50 años) con ese dolor que fue en su juventud mortificador, tanto que se hizo explorar por más de un neurólogo e incluso llegó a ingresar en un Hospital para un examen más profundo que no reveló (como es natural) nada anormal pues la jaqueca se caracteriza -como muchas de las enfermedades que conocemos los psiquiatras por su invisibilidad- por la falta de pruebas objetivas o lesionales a las que referirla. El caso es que la migraña de Siri no es ninguna broma e incluo poseía auras en forma de alucinaciones visuales liliputienses que anticipaban un próximo ataque. Además tenía accesos de parestesias, una extraña sensación de electricidad que le recorre el cuerpo y que para Siri son temblores en versión reducida y que a veces tambien le suceden durante su exposición en público.

Más que eso, a veces -más adelante declara- haber tenido alucinaciones auditivas, igual que sus dos hermanas, haber tenido cenestopatías, es decir la sensación de ser lanzada contra una pared o de ser abducida por una fuerza sobrenatural y mantener conversaciones con su doplenhanger, su doble benévolo.

Es obvio que con estos datos cualquier psiquiatra y más si es americano de esos que diagnostican por DSM se pondria en guardia, ¿No son las alucinaciones auditivas signo de esquizofrenia o de epilepsia del lobulo temporal?¿No son demasiados estigmas psicopatológicos todos estos síntomas? Lo cierto es que ninguno parecía por sí mismo justificar un diagnóstico u otro ni siquiera tomándolos todos juntos.

El caso es que Siri pronto descartó la hipótesis de la histeria y se centró en la posibilidad de que estuviera elaborando un duelo patológico por lo que volvió sus pesquisas hacia la identificación, un término que habia sido descrito por Freud en “Duelo y melancolía”.

Pero Siri no estaba deprimida de modo que el diagnostico de duelo o de depresión no encajaba bien en sus temblores, aunque es cierto que estaba -según declara- muy identificada con su padre.

De esta primera andanada de datos hay ya alguna evidencia patográfica: Siri ha padecido desde siempre síntomas disociativos múltiples, probablemente  a causa de algún trauma infantil no identificado y con independencia de eso parece haberse especializado en ellos a partir de una cierta excelencia disociativa.

¿Qué significa identificarse con el padre y qué relación tiene esa identificación con su síntoma actual?.-

Para un niño todo aquello que le gusta es idéntico a lo que quiere ser o poseer: “me gusta esto pues lo soy o lo quiero para mi”, así hablaría el mesencéfalo límbico de un niño de 3-7 años: Para un adulto, identificarse es un proceso limitado que consiste en adquirir o introyectar ciertas cualidades del progenitor en cuestión, asi no es raro que un padre médico tenga un hijo médico sin que sean definitivamente iguales. Se considera que estos procesos de identificación son normales y representan restos de la identificación infantil original. Siri era licenciada en literatura y de alguna forma repetía en su elección la profesión del padre, de modo que existe en ella un elemento de enlace entre ella y su padre: la profesión y los gustos. Y tambien la confesión que realiza la propia Siri cuando dice que “estaba muy unida a su padre”.

De una manera lúcida Siri relaciona la capacidad de identificarse con la empatía y declara que en un continuo entre la indiferencia total y la empatia plena ella estaria cercana a ese 10 de una supuesta escala analógica. Siri es pues una persona hiperempática. Describe entonces sus sinestesias, lo que se conoce con el nombre de sinestesia tacto-espejo, es decir la capacidad de sentir en el propio cuerpo las caricias o los golpes que se ven dados en otra persona. Es por eso que Siri detesta las peliculas violentas o las brusquedades en general pues siente que aquellas torturas que suceden en pantalla se le están inflingiendo a ella misma. Habla también de la escritura automática y como la mano que escribe puede actúar de alguna forma de una manera independiente de la lectura y del pensamiento consciente como si fuera un proceso dictado por alguien de ahi afuera, como un rapto paroxístico que sucede en todos y cada uno de los que escribimos. Pone el ejemplo de Yeats o de Blake como escritores automáticos y describe su propia experiencia en ese terreno. Cabría añadir el ejemplo de Cortazar.

Se le atribuye a Julio Cortazar el ser uno de los afortunados que escribió gran parte de su obra en ese estado que otros han llamado flow y que la psiquiatría clásica describió como “estados segundos” y que además pudo describirlo para hacerlo transmisible. Se trata de un contacto con la verdad, pero no sobre una “Verdad revelada” sino con un tipo de verdad más pedestre que tiene que ver con la capacidad individual para operar sin el influjo del tiempo, las emociones o la realidad. Y que no puede llevarse a cabo sin dominar una disciplina sea la música, la escritura o la pintura. Cualquier persona puede fluir si domina alguna parcela, algun canal para llegar a ella, pero el flow no es independiente del conocimiento previo. No hay flow sin entendimiento, sin ese tipo de entendimiento que no precisa pensar de tan conocido.

Es por eso que no estoy tampoco de acuerdo es que la concentración por sí misma sea suficiente para alcanzar este estado óptimo de conciencia. Uno puede concentrarse para leer, o para escuchar una pieza musical, tambien para guardar el ganado o para pintar las paredes. Pero esto no es flow.

Para que haya flow es necesario (tal y como supuso la psiquiatría clásica) que existan al menos dos polos en acción, uno es la concentración y otro es la abstracción. Es necesario que nos concentremos en lo que hacemos sin distraernos, enfocando nuestra atención en lo que hacemos pero además es necesario convocar otra fuerza: la fuerza de la abstracción de modo que lo que estemos haciendo pueda escalar un nivel y convertirse de una buena idea en una idea universal. Este contacto con el piso de arriba, con la abstracción es lo que consigue hacer estallar la chispa que enciende el flow. No es posible pues que exista flow en las tareas repetitivas o que exigan demasiada atención o minuciosidad en lo que uno hace, pues es precisamente esta “distracción” la que impide la aparición de la abstración y el flow.

Dicho de otro modo, el flow es la acción que lleva a cabo la corteza cerebral para poder abstraer sin usar la propia corteza cerebral sino prescidi endo de ella y ese parloteo continuo que emana de ella. El flow es el proceso mediante el cual el cerebro profundo toma el mando cuando se lleva a cabo una tarea para la que no es necesaria la conciencia de estar llevando a cabo esa misma tarea.

La identificación de Siri con el padre.-

Siri sigue dándonos datos sobre su capacidad para lograr casi a voluntad esos estados disociativos o estados de flow.

Pero la identificación con el padre no solamente tiene aspectos relacionados con los gustos o las elecciones profesionales. Gran parte de los procesos de identificación son inconscientes. Lo que es seguro es que sus episodios de temblor son conversivos por exagerados y situacionales (no pueden ser otra cosa) y suceden además en el momento en que le dan a su padre un premio honorífico una vez ya había fallecido. Siri era pues la que estaba en el lugar del padre.

Estar en el lugar del padre es una situación amenazante sobre todo si nuestro padre era un genio, una especie de profesor venerado por toda la comunidad docente, un ser superior a los ojos de un niño/a. Muchos padres así son capaces de oscurecer la carrera de un hijo bien dotado solo por el miedo a fracasar en el empeño, a no estar a la altura.

“Quiero ser como mi padre” en mesencefalés seria algo así como “Soy mi padre, porque me gusta”.

Identificarse con el padre para una niña de 4-7 años significa poseer al padre.

Ahora bien toda identificación tiene una parte de ambivalencia, precisamente por haberse formado en una ventana plástica donde la corteza cerebral aun no ha madurado lo suficiente para discriminar  ambas acciones psíquicas”quiero ser como” a “poseo a”. Ambas están movidas por el amor, la admiración pero también por la envidia y lo edipico.

El padre de Siri era de origen escandinavo, un inmigrante de la fría escandinavia. El adjetivo frío aparecemuchas veces en la novela de Siri hasta el punto en que el lector puede sentir ese mismo frío. ¿Qué sucede cuando tenemos frío?

Cuando tenemos frío nuestro tronco cerebral nos proporciona la solución mesencafalica correspondiente: ponerse a temblar para generar calor. No se trata de una buena solución aunque es la más arcaica. Nuestro sistema limbico nos proporciona otra solución: abrigarse o buscar el calor de otra persona. esta parece ser una mejor solución que la anterior. Por último nuestra corteza cerebral nos proporciona la solución más idónea: si tenemos frio lo mejor es encender la calefacción.

Aqui tenemos pues las tres soluciones que nos proporcionan nuestros tres cerebros, ¿pero por qué asocia Siri el frio con su padre?.

Naturalmente la frialdad del carácter del padre de Siri es una abstracción que le proporciona su corteza cerebral. No es que el padre tuviera frío sino que era frío, un intelectual poco dado a las manifestaciones amorosas y más bien preocupado por la literatura y cuestiones estéticas. En algún momento Siri asoció este rasgo de su padre con el temblor y por eso se echó a temblar cuando se expuso a la evaluación pública.

Pues no hay conversión sin disociación.

Y es por eso que comenzó a hablar en mesencefalés, el idioma del tronco cerebral.

¿Qué disoció Siri?.-

Lo que Siri escinde o disocia son sus sentimientos por su padre, por una parte aparecen en su conciencia los aspectos positivos, al admiración, su cariño, su recuerdo positivo y sobre todo su elección profesional, por fin Siri es una persona notable como el padre al que tanto admiró. Pero no todo es idílico en el pasado de esos sentimientos, está también su aspecto oculto:

No cabe duda de que en el temblor de Siri, hay un reproche hacia su padre y no cabe duda de que ese reproche no es racional, no se aprecia en el texto ninguno, tampoco hacia la madre que es un personaje subalterno y de alguna forma ignorado todo el relato. En el temblor de Siri aparecen sobrescritos en mesencefalés los siguientes textos:

1.- Yo estoy en el lugar de mi padre y no doy la talla

2,.Mi padre fue un hombre frío y por eso tiemblo.

3.- He ganado reputación pero he de pagar un peaje.

4.- Se trata en cualquier caso de un peaje menor que no afecta a mi lucidez mental solo a mi cuerpo.

Todos los sintomas de conversión contienen esta característica: la de mantener la lucidez mental en un cuerpo que parece haberse vuelto loco y que no siguen las leyes anatómicas de la neurología, algo que ya Babinsky describió como la “belle indiference”. el estado mental patognomónico de la conversión histérica.

Siri siguió ganando crédito literario en su vida sobre todo desde que se desposó con un eterno aspirante al Nobel.

Se trata de Paul Auster.

 


Los hallazgos del 2016

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perro

1) Para mi el libro del año,se trata de una obra de Bruce Perry que con ayuda de una periodista -Maia Szalavitz- confeccionan al alimón,una extensa casuística de historias de niños traumatizados, supervivientes en todo caso de graves traumas. Casos bastante extremos pero que recorren todos los registros del trauma en edad infantil: el descuido-abandono, el maltrato fisico o el abuso sexual. Al mismo tiempo que se comentan desde el punto de vista neurobiológico como inciden todos estos traumas en el neurodesarrollo, según la teoria neurosecuencial del propio Perry y que se puede entender según un modelo de maduración secuencial de las partes del cerebro, desde la más antigua (el tronco cerebral) hasta las más modernas ( la corteza cerebral) pasando por el sistema límbico sede de las emociones conectada a su vez al tronco a través del mesencefalo. Existe pues una conectividad de abajo-arriba presidida por una jerarquía entre zonas cerebrales, siendo el tallo encefálico nuestro sistema regulador del estrés.

cerebro

Asi podremos entender que los traumas son tanto más graves como más precoces al afectar al marcapasos del cerebro (el tronco cerebral), al tiempo que entendemos también el concepto de “ventana plástica” que es algo asi como el timing madurativo y que explica porque los traumas tienen distintos efectos no solo por su cantidad (intensidad-duración) o cualidad sino tambien en dependencia con la ventana plástica activada en cada momento. De interés para entender los traumas en el primer año de vida del niño, como podemos ver en el caso de Leon.

gallimberti

2) A veces hay que leer libros con los que ya en las primeras páginas, uno no está de acuerdo con el autor y percibe que va a tener problemas y discrepancias en las siguientes. Se trata de un recomendable ejercicio de limpieza de chimeneas, pues leer solo a aquellos cuyas opiniones coinciden con las nuestras necesariamente nos alienan. Algo asi me ha sucedido con esta segunda recomendacion del año, el libro de Umberto Galimberti. “Los mitos de nuestro tiempo”.

El libro es una extensa colección de esas verdades que admitimos sin crítica y que repasa, algunos de los más conocidos mitos, el de la identidad sexual, el de la madre perfecta (el mito del amor materno), el mito de la eterna juventud o el mito de la psicoterapia y de la misma psiquiatría.

No cabe duda de que Galimberti es un intelectual de talla, de formación filosófica y antropológica, es además -según su curriculum- profesor de psicología dinámica, es decir de psicoanálisis. Ignoro si lo ha practicado alguna vez o si sus conocimientos sobre este asunto proceden tan solo de sus requiebros teóricos, pero me ha parecido percibir en él cierta tendencia a abrazar ideas políticamente correctas sobre todo en la critica que hace a la psiquiatría, muy en la linea del discurso que ahora tanto se lleva de negar la mayor, es decir volver a los años 70 cuando algunos autores conocidos como antipsiquiatras negaban la existencia de la patología mental.

Hoy, más que negar la enfermedad mental los críticos de la psiquiatría se meten con la industria farmacéutica (Big Pharma) a la que acusan de estar detrás de intereses espurios o bien se recurre al mantra de que los psicofarmacos oscurecen la voz de la locura, a la que se concede de forma un tanto ideal la posesión de una verdad metafísica.

Lo cierto es que efectivamente se hace un uso demasiado excesivo de los psicofármacos, algo que coincide -no debemos olvidarlo- con las expectativas racionales de la población, si usted busca en los bolsillos de sus allegados encontrará ansioliticos, antidepresivos cuando no drogas ilegales, esta búsqueda de remedios fáciles forma parte de lo humano que hay en nosotros y no de una perversión de la sociedad. Por alguna circunstancia nuestros clientes o pacientes buscan sobre todo en atención primaria remedios inmediatos contra sus malestares, en esa estrategia que creen haber encontrado en “one pill for ill”. Esta solución es desde luego ilusoria la mayor parte de las veces como ilusoria es la idea de que sin psicofármacos viviríamos mejor.

También suele decirse que los psicoafarmacos no tratan el problema de forma causal y que tan sólo aportan tratamientos sintomáticos a la enfermedad mental. Es verdad, y lo mismo sucede en el resto de la medicina. De manera que en este sentido la psiquiatria no es nada diferente al resto de especialidades médicas.

No sabemos más, pero lo que si sabemos es que el modelo de sociedad en el que vivimos -y aqui Galimberti saca lo mejor de su antropólogo interior- es causa de múltiples malestares que tienen representación psiquiátrica (sobre este tema volveré en el próximo post donde pretendo hablar de esa epidemia occidental que llamamos depresión).

Obviamente la concepcion instrumental de lo humano, y su valor mercantil derivado de las relaciones que impone una sociedad materialista como la soledad, la competitividad o el atractivo individual tienen un enorme coste en los malestares del hombre moderno. Es casi seguro que sin cambiar esas reglas que gobiernan lo interrelacional entre nosotros los humanos, sea poco probable que las enfermedades mentales desaparezcan por más que las neguemos en otro nivel de nuestro discurso. La depresión, la ansiedad y el insomnio son y serán en este siglo una verdadera pandemia y por más criticas que reciban los psicofármacos es muy posible que sean nuestra ultima esperanza a no ser que pongamos un psicólogo en cada comunidad de vecinos como sucede en algunos relatos de ciencia ficción.

Y siendo verdad la afirmación de Galimberti de que la mayor parte de nuestros malestares no son enfermedades ni traumas sino que proceden de una visión del mundo demasiado estrecha, no veo porque consideramos que los psicofármacos interfieren en esa visión del mundo o en la búsqueda de su mejora. Personalmente les considero aliados del hombre y por lo que conozco la mayor parte de la gente que conozco también.

psicopatas

3) El tercer libro que quería destacar en este post es el libro de Kevin Dutton titulado “La sabiduría del psicópata” que lleva un subtitulo “Todo lo que los asesinos en serie pueden enseñarnos sobre la vida”. En él Dutton nos da una visión mucho más realista de esas dimensiones de la personalidad que cuando se dan todas o casi todas juntas constituyen lo que entendemos como psicópatas. Dutton , nos habla de los beneficios sociales que podemos esperar de los psicópatas funcionales y de las profesiones que pueden resultar atractivas para este tipo de personas.

Ya escribí un par de posts sobre este libro de Dutton, de manera que no voy a repetir las razones por las que me interesó y lo rescato aquí como uno de los hallazgos del 2016.

 


¿Locura o enfermedad?

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imposible

Los habituales seguidores de este blog ya habrán leído alguna vez que una de las características de las enfermedades mentales es su patoplastia.

“Patoplastia” significa que los síntomas que definen estas enfermedades varían mucho de persona a persona -son plásticos-, no hay dos pacientes iguales que tengan la misma sintomatología aun teniendo el mismo diagnóstico. Del mismo modo los síntomas de una enfermedad mental varían según la época en que se observen y sobre todo dependen de las conceptualizaciones que se hagan sobre ellos. No cabe ninguna duda de que los síntomas psiquiátricos son sociodependientes, es decir traducen o están relacionados con el modelo de sociedad que les enmarca. Y sobre todo con sus valores y creencias compartidas por esa población en un determinado momento histórico.

La idea de que la locura es una enfermedad como el resto de enfermedades y que podía ser definida y estudiada según las leyes naturalísticas es una idea bastante reciente y pertenece a un francés,  Jules Séglas. Una idea de la Ilustración.

La psiquiatría es una disciplina joven y más joven aun es la palabra “psiquiatra” heredera de un quehacer mucho más antiguo que se llamó, “alienista”. Los alienistas eran aquellos doctores especialistas en la alienación.

Como casi todos los conceptos en los que hoy creemos a pies juntillas, la psiquiatría nació en la Ilustración, en aquel siglo XVIII francés donde se fraguó la modernidad tal y como la entendemos hoy. En aquel tiempo la batalla de las ideas estaba presidida por una ciencia emergente y la teología. Qué es de Dios y qué es del hombre era el quehacer de los hombres de ciencia y de sus vigilantes Torquemadas siempre dispuestos a exorcizar lo nuevo, a todo aquello que pudiera ser disonante con las creencias religiosas y con el dogma. Los científicos que acabaron sus días en la hoguera acusados de herejes componen una lista demasiado larga para enumerarlos aquí, baste que el lector recuerde la “apostasía” de Galileo, obligado a renunciar a lo que había visto con sus propios ojos o a Descartes que se vio casi obligado a separar las cosas del alma y las del intelecto profundizando así en la dichosa dualidad. Ambos salvaron la vida.

Pero la revolución francesa trajo consigo nuevas ideas y nuevos desafíos para la sociedad entera. El naturalismo de Condillac impregnó la ciencia y con él la idea de que la locura no respondía a causas misteriosas o pecados de una estirpe que había que purgar en este mundo sino que obedecía a causas naturales.

Naturalmente si yo hubiera vivido en el siglo XVIII me hubiera apuntado a esta idea: la locura tiene causas naturales como la ascitis o el infarto de miocardio. Hay que notar que el naturalismo de Condillac nació por oposición a la idea teologal de que la locura tenia causas sobrenaturales. De modo que esta idea  fue en aquel momento necesaria y revolucionaria. Efectivamente, la locura, la alienación mental responde a causas naturales y no a designios de Dios. Pero en este post me propongo deconstruir está idea de naturalismo y ponerla en su sitio.

En mi opinión una de las causas del escaso potencial terapéutico del que disponemos los psiquiatras de hoy es habernos fiado demasiado -todo- al naturalismo y de esa especie de reconversión desde el alienismo al psiquiatra actual que no deja de ser un médico desarmado si lo comparamos con otras especialidades más resolutivas.

La mayor parte del publico y del mismo modo los psiquiatras estamos convencidos de que la locura es una enfermedad no tanto del cuerpo sino de la mente. ¿Pero es esta idea cierta?

Lo cierto es que hay pocas alternativas, una conducta o es normal es decir normativa, o es un delito (rechazable por el grupo y sancionable), o es el resultado de una patología. Ante un crimen pasional ,(vease este crimen de este fin de semana) o lo calificamos como un acto delictivo que merece ser castigado o lo definimos como el subproducto de una enfermedad mental. Incluso a veces podemos calificarlo de las dos formas y pensar que es una enfermedad mental y que además merece castigo. O tambien podemos especular de que se trata de un crimen machista, la versión politica que liquida más que explica el asunto.

Pero no es tan fácil y lo más probable es que locura no implique enfermedad. Locura y razón forman parte de lo humano y no presiden nuestra mente de una manera uniforme con una supuesta hegemonía de lo razonable , todos hemos estado locos en breves periodos de tiempo o al menos, hemos tomado decisiones irracionales, hemos cometido “torpezas” que solo después de un cierto tiempo osamos a verlas en su estúpida dimensión. Las emociones entendidas como pasiones (pathos) nos juegan malas pasadas a casi todos con mayor o menor intensidad.

Pero volvamos nuestra atención sobre esos crimenes pasionales donde la ex-pareja de una muchacha decide en un momento dado terminar con la vida de ésta. ¿Cómo podemos explicarnos este tipo de crímenes? ¿De qué clase de locura estamos hablando?

De la neurosis al “todo es posible”.-

Decir neurosis es decir conflicto intrapsíquico. El siglo XIX y parte del XX se caracterizó por conflictos entre el deseo y la inhibición del mismo a través de la parte moral individual (el Superyó freudiano) o la inhibición social, el deseo pugnaba por transgredir la norma y a su vez la norma se ocupaba de inhibir el deseo, esta inhibición daba lugar a distintos síntomas neuróticos que eran -según la versión tradicional freudiana- el resultado del compromiso pulsional. La pulsión emergía disfrazada en forma de síntomas irreconocibles para el Yo y para el sancionador, por decirlo de una manera comprensible. Este juego entre el deseo y la parte moral tenia diversos destinos, uno era la neurosis que se caracterizaba por la represión del deseo que sólo se manifestaba en cierto modo bajo un disfraz. El otro era la perversión que era considerado por Freud, la otra cara (el negativo de la neurosis). En la perversión podía observarse claramente qué es lo que el neurótico reprimía: precisamente lo que el perverso hacía sin ningún tipo de restricción.

La neurosis se establecía pues entre los polos permitido/prohibido cabiendo dos soluciones individuales: la transgresión o la inhibición, tambien la conformidad o el aplazamiento como estrategias normativas y adaptadas. Es por eso que el síntoma fundamental de este tipo de conflictos fuera la angustia. La angustia era el subproducto de esa inhibición.

minifalda

Pero alrededor de los años 60 del pasado siglo pasó algo muy trascendente, algo que nos cambió el cerebro a gran parte de los europeos. Y que conocemos como revolución sexual.

Aunque más que revolución sexual tendriamos que hablar de revolución reproductiva y vino de la mano de una tecnologia farmaceutica: la pildora anticonceptiva.

La pildora anticonceptiva  supuso una revolución tambien en otros ámbitos y no solo en la disociación entre sexo y reproducción, tuvo una gran influencia sobre todo en la emancipación de los individuos, en su independencia.

Y sobre todo de las mujeres que pudieron asi convertirse en sujetos históricos como los hombres,

La contracepción es la tecnología que permitió a las mujeres elegir el momento, el cómo, con quién y cuando quedar embarazadas, mientras se multiplicaban los contactos sexuales previos al matrimonio o al compromiso reproductivo, dicho de otro modo, la contracepción es la que permitió multiplicar los contactos sexuales sin el peaje del embarazo que hasta los años 60 era la regla.

El paso al compromiso reproductivo sufrió un enorme retraso lo que dio lugar a un descenso de la natalidad que hoy consideramos en algunos paises ya más que preocupante al tiempo que se introdujeron -paradójicamente- también otras libertades como la del aborto libre o casi libre que en toda Europa se ha consagrado como un principio de derechos femeninos elementales.

Por otra parte la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, no hubiera sido posible en una sociedad tradicional, fuere agricola o industrial, sencillamente en un mundo sin anticonceptivos la mujer no hubiera podido incorporarse de un modo tan generalizado no ya a los trabajos más devaluados o manuales sino a las carreras y estudios complejos que exigen mucha más postergación en la edad de tener el primer hijo.  De estos cambios hablé ya en un post anterior. Sobre las consecuencias que estos cambios tuvieron en el imaginario femenino y social hablaré en otra ocasión.

Pero a mi modo de ver las cosas, el mayor cambio que se operó en el psiquismo individual tanto de hombres como de mujeres fue el desplazamiento del conflicto permitido/prohibido al conflicto posible/imposible. Desamortizadas todas las referencias morales, el limite de lo que” debe ser” pasó a desplazarse hasta lo que es posible imaginar y hacer. “Si quieres puedes” reza hoy el slogan postmoderno. De la neurosis que intentaba transgredir lo prohibido se pasó a que no hubiera nada prohibido lo que nos llevó de cabeza al sentimiento de fracaso.

De manera que la primera consecuencia que tuvo este fenómeno en la mente individual es que cualquier cosa es elegible, qué cuerpo puedo tener, qué sexo me corresponde, qué identidad adoptar. Si todo es elegible a la carta y no consigo que mi deseo se haga realidad entonces es que algo estoy haciendo mal, soy un incapaz y carezco de la potencialidad que todo humano parece tener. No es raro pues que la depresión sea la enfermedad de nuestro tiempo y del siglo XXI.

La depresión o melancolia siempre existió, de eso no cabe ninguna duda pero ha modificado su sintomatología y su frecuencia. Hace muchos años que no veo una melancolía psicótica, con aquellos delirios de culpabilidad, de condenación o de inmortalidad, el dolor moral clásico ha sido sustituido por una vivencia de incapacidad, de fatiga, incapacidad fisica o de incompetencia. El estado de ánimo triste continua existiendo, asi como el trastorno del sueño pero el resto de la fenomenología depresiva ha cambiado y ya no la consideramos una neurosis como Freud sino como un trastorno especifico e independiente de estado.

Vuelvo ahora a la pregunta que más arriba me hacía respecto a las razones que indujeron a asesinar a una muchacha y que más allá del caso concreto es una secuencia que parece repetirse en estos crímenes “machistas”. La secuencia parece ser la siguiente:

Una pareja o ex-pareja desairada que mantuvo relaciones quizá esporádicas, pero íntimas con una muchacha, intenta reanudar la relación, después de que la muchacha le rechazara y él insistiera e incluso amenazara o la acosara. La persigue y pergeña un plan criminal que ejecuta a la menor ocasión, casi siempre con arma blanca y con gran saña.

Para responder a la pregunta ¿Por qué lo hizo? se nos pueden ocurrir varias respuestas: la mayor parte de la gente y de la policía concluirán que se trata de una intolerancia al rechazo, por alguna razón el individuo se obsesionó con este rechazo y planeó una venganza tipo “la maté porque era mía”, con esta explicación jueces, policías, forenses  y casi todo el mundo se da por satisfecho. Pero hay algo más.

La mayor parte de los hombres podríamos escribir un libro con las calabazas que hemos recibido de parte de muchachas en otro tiempo y lugar. ¿Por qué no todos se convierten en asesinos?¿ Por qué estos sucesos suceden hoy con más frecuencia que ayer?. ¿Por qué parecen mimetizarse desde los medios de comunicación? ¿Por qué no son capaces de desembarazarse de esa obsesión por una muchacha puntual?

En mi opinión hay que buscar las causas no dentro de la relación y tampoco en la mente individual sino en los mimbres y las valores sociales de esta nuestra época, la eficiencia que siempre lleva colgando una bolsa de ineficiencia. 

Si no eres eficiente eres un fracasado. Y cuando una acción se acomete desde esa causa eficiente sin correlacionarla con las otras tres causas aristotélicas suceden verdaderos desastres

Para responder a estas preguntas o bien habríamos de concluir que los hombres actuales son más agresivos que sus abuelos (cosa que ya sabemos que no es cierta) o bien tendremos que concluir que algo falla en los mecanismos inhibitorios de las conductas agresivas que siendo menos frecuentes son igualmente explosivas.

Y eso es precisamente lo que sucede: sin limites, sin prohibiciones, sin referentes no hay inhibición. Naturalmente esta falta de inhibicións no nos afecta a todos, pero algunas personas -algunos hombres- pueden ser muy susceptibles a esta falta de controles internos que son en definitiva internalizaciones de los controles externos. Sin este límite el individuo queda prisionero de su causa motriz o eficiente sin ninguna otra consideración, como un carpintero es la causa de la mesa si bien en la mesa hay otras causas que la definen mucho antes de llegar a sus manos.

Y en mi opinión en este reduccionismo causal hay mucho de locura y poco o nada de enfermedad mental. Ni siquiera hay un plan ejecutor planeado para escapar del escrutinio de la ley, el individuo ni siquiera fue capaz de planearlo como haría un psicópata o un profesional del crimen. Simplemente ejecutó su pathos y si le preguntáramos hoy porqué lo hizo seguramente escucharíamos algo tan banal como “me dejó”. Es decir me dejó solo.

La banalidad del mal.

Pues el mal no es otra cosa sino la eficiencia absoluta.

La muchacha asesinada era irrenunciable precisamente porque era inalcanzable.

Bibliografía.-

S. Freud (1925): “Inhibición, sintoma y angustia”

Alain Ehremberg (2003) : “La fatiga de ser uno mismo: depresión y sociedad”


No es violencia machista, es violencia (I)

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maldad

Hace un par de días tuve acceso a un catálogo de tuits que “el Diario” coleccionó (haciéndose eco de algún propagandista) a un magistrado del Supremo llamado Antonio Salas Carceller (@salascarceller1) que me llamó la atención y que desencadenó un aluvión de críticas, y no se hicieron esperar criticas del mismo estamento jurídico pero también de adhesiones en las redes sociales. Al día siguiente el citado magistrado concedió una entrevista en la sexta donde fue crucificado de nuevo por el lobby feminista y sus agitadores profesionales. ¿Pero qué es lo que dijo el citado juez para resultar tan criticado?

Lo que vino a decir es que la violencia de género no puede atribuirse al machismo, sino a la maldad, a la mayor fuerza física de los hombres y a los conflictos de convivencia entre las personas. En su entrevista se mostraba además partidario de aplicar las mismas penas a las mujeres ante igual delito y al mismo tiempo subrayó que ya en el código penal existían suficientes recursos para castigar a los hombres cuando usaban el agravante de “mayor fuerza”, no era necesaria una nueva ley, la LVG para luchar contra esta lacra de los crímenes de género. La violencia de género no es un tipo de violencia especial, sino una versión más de la violencia entre personas. Y desde luego no puede atribuirse al “machismo” como causa de la misma.

Pero qué es el machismo.-

El machismo a juicio de algunas feministas es algo que impregna la vida, la educación, los valores, una especie de miasma homeopático que induce la violencia de los hombres contra las mujeres y que  también explica la mayoritaria proporción de hombres en ciertas escalas y magistraturas, al decir de algunas:

El machismo que mata se engendra en una mullida base social históricamente subestimada.
Una base que se genera y regenera a través de cada anuncio sexista y de cada acto de violencia machista amplificado con unas tecnologías que son dúctiles canales de propagación, hasta extremos inquietantes. Se regenera en cada hogar donde imperan los roles de género, a pesar de la integración de las mujeres en un mercado laboral, que también las discrimina. Y se regenera en unas herramientas educativas con un lenguaje y una historia donde sólo habitan hombres.

La carrera judicial no es un estamento estanco, aislado o inmune a los prejuicios machistas. Los jueces y juezas nacen, se educan y opositan en la misma sociedad patriarcal que el resto de profesiones. Por tanto, el machismo también impera en la justicia, donde se extiende bidireccionalmente, de forma endógena (hacia dentro), o exógena (hacia fuera). Esta última es, quizás, la más peligrosa por el impacto negativo que tiene sobre la ciudadanía. Una justicia machista es incompatible con una justicia equitativa.

La constatación del machismo endógeno está en la escasa representación femenina en la cúpula judicial y también en la fotografía de la justicia que cada año ilustra la apertura del año judicial, en la que no hay ni rastro de las mujeres, a pesar de que en la actualidad, las féminas rubrican más de la mitad de las sentencias que se dictan en este país, donde ocupan el 52’4% de la totalidad de las plazas judiciales y el 62’5% , en la franja de edad inferior a 51 años, de acuerdo con las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). (2). Esta imagen, símbolo del techo de cristal judicial, es un insulto a la dignidad de las juezas, porque las invisibiliza con un mensaje de negación de su importante aportación a la justicia española.

Resultaría interesante preguntar si el feminismo es también otro miasma, algo que impregna las creencias o por el contrario es algo bueno en si mismo, una especie de antídoto o de solución final.

Como corolario final el juez Salas añadió que la violencia de género no tenia solución ya que se encontraba inscrita -como toda violencia- entre los recursos que los humanos usamos para salirnos con la nuestra.

En realidad el magistrado recurre a una etiqueta moral (maldad) para neutralizar otra etiqueta política “machismo”, aunque probablemente el término “maldad” explica mejor la violencia (de hecho los libros que suelen escribirse por neurocientíficos hablan de la maldad o evil en inglés) que el termino “machismo” que es más bien una entelequia usada por ciertas ideologías para achacar a la virilidad todos los males del mundo, algo parecido a identificar Islam con terrorismo. Ni todos los musulmanes son terroristas ni todos los hombres son violentos, lo son una pequeña minoría.

Y no cabe duda de que el argumento de una mayor fuerza por parte del hombre explica aun mejor porque la mayor parte de las veces las víctimas son mujeres. Las mujeres, los niños, los ancianos u otros hombres son generalmente víctimas de los hombres violentos, si bien es cierto que el uso de armas ha dejado la “fuerza física” en un plano secundario. Con un revólver en la mano todos somos más fuertes que aquellos que van desarmados.

Sin embargo pertenecemos a una especie dimórfica, es decir una especie en la que hombres y mujeres, no sólo nos diferenciamos en el tamaño, sino en la fuerza, agresividad,   velocidad e intereses de lo que ya hablé en sucesivos post, de manera que no voy a repetir los argumentos en clave evolucionista que podeís encontrar a lo largo y ancho de este blog. Simplemente señalar que ese dimorfismo entre hombres y mujeres es una adaptación ancestral de nuestra especie, los hombres somos más grandes, altos y fuertes porque hemos tenido que competir con otros hombres por los recursos y el sexo. Las especies dimórficas señalan hacia una fuerte competencia intrasexual (sea de machos o hembras) en tiempo ancestral.

La iniciativa.-

Pero a mi me gustaría añadir otras cuestiones a lo expuesto por el juez Salas. Me gustaría aportar algunos datos de psicología evolucionista y también otros datos procedentes de la clínica de personas maltratadas. La primera cuestión que me gustaría abordar es para añadir, otra variable a la ecuación que propone Salas, me refiero a que los hombres somos y tenemos una mayor iniciativa en la tarea de obtener y buscar parejas, de tal modo que un hombre sin iniciativa es muy probable que se quede sin ella. La mujer por su parte solo tiene que esperar a verlas venir, no necesita hacer nada, los merodeadores intentarán seducirla a poco atractivo que tenga.

Esta es la razón por la que la depresión es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres, un hombre jóven y deprimido no alcanzaría a obtener ninguna pareja, mientras que la depresión en la mujer no interfiere en su fitness reproductivo. Por contra, es de esperar que los hombres empleen más drogas, más conductas de riesgo o utilicen el alarde como medio de seducción, es decir que pongan en riesgo su vida a fin de obtener parejas.

Los celos.-

En los crímenes de género se habla muy poco de los celos, demasiado poco, a pesar de que la mayor parte de los agresores son o bien parejas actuales o bien ex-parejas pero en ambos casos se comparte una cuestión: el deseo por parte de la mujer de romper la relación, de denunciar malos tratos si los hubiere o de comenzar una nueva relación con una tercera persona. Y parece que los hombres viven muy mal ser abandonados por sus parejas, tan mal que muchos de ellos recurren al crimen como mecanismo de venganza ante la ofensa -para ellos intolerable- de ser abandonados.

Pero lo cierto es que los hombres pueden ser tan celosos como las mujeres y tan posesivos como ellas. Por alguna extraña razón tanto las mujeres como los hombres pensamos en nuestras parejas como posesiones personales, como la tierra o el ganado. Se trata de un error cognitivo común a nuestra especie solo que:

Los celos no provocan las mismas reacciones en hombres y en mujeres. Se sabe (Wilson y Daly, 1982) que los celos masculinos evolucionaron como una conducta de intimidación hacia otros machos, mientras que los celos de las mujeres están mayormente relacionados con la defensa del nido, es decir del macho como recurso para asegurar la vida de los hijos en común.  Las patologías y las explosiones emocionales que causan los celos son bien distintas según el sexo. Los hombres sufren con más frecuencia de delirios de celos, mientras que las mujeres no suelen llegar a delirar casi nunca si bien pueden padecer obsesiones de celos aunque no paranoias.

Para saber más sobre esa emoción tan compleja que llamamos celos.

La fascinación de algunas mujeres por los malvados.-

Suele decirse desde algunos lugares del pensamiento políticamente correcto que si no hubieran clientes no habría prostitutas y por supuesto tampoco habría trata de personas. Efectivamente muerto el perro se acabó la rabia, un tipo de pensamiento Hécate. Por la misma razón podríamos decir que si no hubiera mujeres fascinadas por los malos no habría malos. El mal desaparecería del mundo sólo con extinguir los incentivos que llevan a algunas personas a emparejarse o simplemente tener tratos con determinados individuos. El problema es que los incentivos existen, es verdad que la inexperiencia o la ignorancia también juegan algún papel en esta ecuación.

Dice Pablo Malo en este post:

“La Psicología Evolucionista ha estudiado bastante el tema de las estrategias y preferencias sexuales de hombres y mujeres a partir de teorías como la de la Inversión Parental de Trivers. En estos estudios aparece una constante, una idea que se repite en muchos autores, y es que las mujeres necesitan dos cosas de los hombres: los mejores genes posibles, y que ayuden en la crianza de los hijos. Estas dos cosas son incompatibles hasta cierto punto y sólo confluyen en el príncipe azul, algo muy difícil de encontrar. Si la mujer escoge un hombre muy testosterónico y atractivo físicamente este hombre probablemente no se va a quedar en casa a colaborar, entre otras cosas porque las mujeres se lo van a rifar y va a tenerlo muy fácil irse con otras. Hay muchos estudios en esta línea, como los que encuentran una atracción por hombres más masculinos en periodos fértiles del ciclo menstrual y por hombres más “femeninos” en períodos no fértiles. En inglés llaman “dads” y “cads” a estos dos tipos de hombres. Los cads serían los que nosotros estamos llamando “malotes”.

Es decir, la atracción por los malotes es la atracción por los buenos genes. ¿Buenos genes asesinos como los citados? Lo que estoy planteando es que la mujer está respondiendo a unas claves que ancestralmente indicaban buenos genes, aunque ahora indiquen que te vas a ir a la cárcel. Las claves a las que la mujer está respondiendo serían claves de dominancia. Me explico. Hay muchos estudios donde se ha encontrado que los buenos cazadores y los buenos guerreros tienen más éxito reproductivo que los que no lo son tanto. Estos guerreros y cazadores tienen que correr más que sus presas o víctimas, tienen que saber encontrarlas, enfrentarse a ellas y darles muerte. Tener un hombre de estos como pareja puede significar que tu prole va a tener recursos y más probabilidades de supervivencia. El individuo que es capaz de hacer su voluntad, de imponerse a los demás (incluso matando) indica que es un hombre superior que probablemente va a subir en el escalafón, va a ser un líder o jefe, y por lo tanto un buen partido. Los individuos que he mencionado al principio (Carcaño y Manson) eran jefecillos de un grupete (el primero) o líderes de un grupo más amplio (el segundo). Ahora acaban en la cárcel, pero tenemos un sistema legal decente (concededme que tenemos un sistema legal decente a los efectos de mi argumentación :)), desde hace cuatro días, hablando en tiempo evolucionista. Lo que estoy planteando es que lo mismo que respondemos a las grasas y el azúcar con un gran apetito por ellas porque en tiempos ancestrales indicaban calorías y algo deseable, las mujeres pueden estar respondiendo erróneamente a unas claves que en tiempos ancestrales sí podían indicar buenos genes.

Resumiendo, la atracción por hombres peligrosos incluso en casos extremos se explicaría por la tecla que tienen las mujeres de buscar buenos genes en su pareja. Las claves para detectar esos buenos genes son dobles: el aspecto físico y la conducta de esa posible pareja. Una conducta agresiva y dominante, puede haber indicado buenos genes en tiempos remotos. Sin embargo, no hay mucha literatura que haya tratado este tema directamente. Los únicos estudios que he encontrado al respecto son los que hablan de que las mujeres encuentran atractivos a los hombres que puntúan alto en la llamada Triada Oscura (psicopatía, narcisismo y maquiavelismo). También hay estudios que encuentran que las mujeres se ven atraídas por rasgos de orgullo, seguridad y poder. Pero , en conjunto, la visión evolucionista nos pone en camino de entender esa zona oscura de la psicología femenina muy difícil de entender de otra manera.

La agresividad oculta de las mujeres y el tema de la igualdad, son dos de los temas que abordaré en mi próxima entrada, que comenzará con la siguiente pregunta ¿Son crímenes de género los crímenes donde un homosexual asesina a su pareja?

Pues parece que:  los impulsos violentos o agresivos entre parejas que conviven o convivieron pueden tener su origen en algo diferente al sexo de la pareja.

Bibliografia.-

Daly M, Wilson MI, Weghorst SJ (1982) Male sexual jealousy. Ethology & Sociobiology 3: 11-27.

¿Violencia machista? por Pablo Malo


No es violencia machista, es violencia (y II)

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El maltrato es la tercera causa de ingreso de hombres en prisión en España (Alvarez Deca)

En general, las políticas oficiales han prejuzgado que el hombre es el perpetrador exclusivo de violencia en la pareja, y que la mujer es la receptora pasiva de esa violencia. Sobre la base de ese prejuicio se ha levantado un complejo andamiaje legal, judicial y mediático que, durante decenios, ha sido el marco de respuesta al fenómeno de la violencia doméstica, rebautizada, para refuerzo de dicho prejuicio, como “violencia de género”, “violencia contra las mujeres” o “violencia machista”.

En el caso particular de España, el principal soporte “estadístico” de las medidas y leyes adoptadas para combatir esa violencia ha sido la “macroencuesta sobre la violencia contra las mujeres”, que, como su nombre indica, es un instrumento basado en el prejuicio ideológico de que sólo las mujeres sufren violencia en la pareja. Todas las medidas legislativas (en particular la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género) y todos los informes relativos a la aplicación de esas medidas (por ejemplo, los publicados por el Consejo General del Poder Judicial o por el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer) adolecen de ese vicio de origen: son fruto de un prejuicio sexista que da por sentado, al margen de cualquier comprobación empírica, que la violencia en la pareja es unidireccional.

Sin embargo, no menos de 500 estudios científicos basados en los comportamientos de ambos miembros de la pareja han demostrado de forma inapelable que la violencia es ejercida en proporciones similares por hombres y mujeres, y lo que es más importante, que la violencia perpetrada por la mujer no es meramente defensiva. Al contrario, la inmensa mayoría de estudios que tienen en cuenta el factor de unilateralidad e iniciación de las agresiones físicas llegan a la conclusión opuesta: la mujer es, estadísticamente, la principal iniciadora de las agresiones físicas en la pareja. (Alvarez Deca, op. cit)

El extraño caso de la violencia entre parejas del mismo sexo.- 

El prejuicio principal al que se refiere Alvarez Deca en su metaanálisis (que teneís en pdf en la bibliografía) consiste en una tautología, si ya sabemos que la causa de la violencia es el machismo, como explicar los datos que se han ido recogiendo durante estos años, ¿cómo explicar la violencia de la mujer hacia el hombre, o la violencia de hombres con parejas del mismo sexo o en las lesbianas?articulo reciente podemos ver como las agresiones entre miembros de homosexuales son muy parecidas estadísticamente a las que cometen los hombres heterosexuales con sus parejas y en este otro articulo dan la razón a Alvarez Deca en cuanto a la agresión, control y posesividad de las mujeres frente a sus parejas heterosexuales. Otra cosa son las agresiones homicidas que se explican precisamente por lo que en el post anterior  ya titulé -siguiendo al magistrado Salas- como que la mayor fuerza física en el hombre y su mayor indice de masa muscular generan las diferencias junto con la mayor agresividad de los hombres, el dimorfismo en suma explica esas diferencias.

El misterioso caso de los países escandinavos.-

mujeres-victimas-violencia-fisica-sexual

No voy a dar datos sobre esta cuestión y los doy por sabidos. Los países mas igualitarios, paradójicamente presentan mas casos de agresiones domésticas que los latinos. Hay algo en nuestra cultura que protege de la violencia y más abajo volveré sobre esta cuestión. Lo importante es retener que la igualdad alcanzada en estos países por si misma no parece proteger frente a la lacra de las agresiones de género o domésticas. Al contrario, todo parece señalar en la dirección de que a mayor igualdad entre hombres y mujeres mayor brecha de género (mayor desigualdad) al menos en la agresión unidireccional de hombres a mujeres (en el caso de los heterosexuales).

Los conflictos de pareja.-

David Buss es un psicólogo social de la universidad de Texas y que es considerado una autoridad mundial en temas de parejas, emparejamientos y preferencias de hombres y mujeres a la hora de obtener, mantener y retener una pareja. Su libro, “La evolución del deseo” es ya un clásico de esta cuestión y enlazo aquí un post que escribí ya hace tiempo sobre sus ideas.

El acceso a las hembras en nuestras sociedades opulentas parece estar presidido por una serie de reglas secretas que casi todo el mundo respeta y conoce intuitivamente aunque casi todo el mundo niega u oculta. Buss las agrupó en 1994 a partir de un análisis transcultural de las preferencias en la elección de pareja:

1.- Las hembras humanas resultan atraídas por el estatus social de los hombres (con alguna divergencia entre si el flirt es a corto plazo o a largo plazo (Buss 1988) y la superior edad (Grammer 1995). Estas preferencias no tienen relevancia en la elección sexual de pareja de los hombres

2.- Los hombres buscan relaciones con parejas anónimas, desconocidas mientras que las hembras entienden que los machos desconocidos son una amenaza en el corto plazo (Lewis et alt 1995) .Tanto en el corto como en el largo plazo los hombres buscan mujeres jóvenes y sumisas (citado por Mc Guire y Troisi, op cit)

3.- Las mujeres hacen continuamente balance entre su tarea reproductiva y sus labores de nursing cuando eligen pareja con independencia de que hoy la reproducción sea electiva, la elección de la mujer viene dictada por la presión evolutiva de sus programas genéticos y por tanto su elección de pareja viene determinada a partir de esa presión selectiva. El número disponible de mujeres que buscan relaciones sexuales a corto plazo es sensiblemente menor que el de los hombres. Si a eso añadimos que los hombres de mayor rango acaparan dos o más mujeres, significa que existen muchos hombres que no consiguen mantener relaciones a corto plazo con ninguna mujer.

4.- El hombre, tiene que disponer de un cierto “patrimonio” para hacer frente al pago o costo que la mujer le exigirá antes de confirmarle como pareja o acceder al coito con él. Hacer regalos, proporcionar comida, la destreza en construir nidos o excavar una buena madriguera son las demostraciones que los machos, en toda la escala animal deben de acometer antes de ganarse el derecho a reproducirse.

Todas estas reglas enunciadas pueden resumirse, en nuestra especie a una regla fundamental: sólo la mujer sabe cuando o a qué precio cederá (Bataille, 2000). El hombre no puede hacer nada sino competir con el resto de los machos acumulando bienes, destrezas, habilidades de seducción que muy a menudo son engaños, o rango social que por si mismo resulte un buen reclamo para las mujeres, y eso es lo que hacen , la mayoría de ellos con mayor o menor éxito y criterio.

Los hombres buscan el poder, el dinero, o las destrezas porque las mujeres buscan ese tipo de recursos en ellos.

Pero más allá de las preferencias a la hora de buscar una pareja David Buss enunció otra de sus hipótesis trascendentales para entender los conflictos entre las parejas:

Dice Buss que gran parte de los conflictos sexuales que se plantean en las parejas, la violencia, los celos, el asesinato, el acoso, la infidelidad, pero también la soledad, el celibato no-electivo, la deprivación sexual o el divorcio proceden de la escasez. O dicho de otra manera el conflicto procede de la escasez de oportunidades sexuales y reproductivas, de la inadecuación de las parejas o por decirlo en sus propias palabras: la escasez de compañeros deseables y valiosos.

Sin embargo, más allá de eso existen variables ocultas que no son tan obvias o evidentes. Una de ellas es precisamente la proporción de hombres y mujeres en edad fértil que existen en una comunidad cualquiera. Otras son el indice de divorcios, la baja natalidad, el paro, la edad en que la mujer queda embarazada por primera vez y por supuesto el dinero que la pareja gana, es decir su bienestar socioeconómico.

Usualmente solemos pensar que la proporción entre hombres y mujeres es de 50:50 y así es en términos brutos, esto es si tomamos como referente enormes cantidades de población. Pero la proporción de sexos de la que hablamos en este contexto es la que está relacionada con la escasez y se refiere a la proporción entre hombres y mujeres susceptibles de formar parejas a largo plazo, es decir se refiere al mercado del matrimonio, a aquellas personas en condiciones de emparejarse a largo plazo.

Y lo que caracteriza a este mercado es el conflicto y la precariedad. Es decir la escasez de oportunidades sexuales que paradójicamente son más restringidas hoy que antes de la llamada revolución sexual. Sobre las consecuencias de la revolución sexual puedes consultar este post.

En realidad el mercado sexual no está ahora más abierto que antes de la “revolución sexual” sino mucho más restringido y lo está porque:

La competencia para atraer a los compañeros más deseables es feroz. Por lo tanto, los más valiosos son escasos en comparación con los muchos que les desean. Las personas que tienen un “alto valor de pareja” parecen además tener éxito en la atracción de los socios más deseables. En una puntuación informal que se llevó a cabo entre estadounidenses, los 9s y 10s se emparejan con otro 9s y 10s. Y con la disminución del valor de la 8s a los 1, las personas deben bajar su mirada de apareamiento proporcionalmente. De lo contrario se produce una mayor probabilidad de rechazo y angustia psicológica. “Lo que quiero me lo niegan y lo que no quiero me lo dan” , decimos nosotros en plan castizo.

Dicho de una manera más clara: la deprivación sexual está en la base del rencor de muchos hombres hacia las mujeres, un rencor que solo tiene invariable protectora: la monogamia.

Para terminar este post me gustaría lanzar una pregunta ya que no he conseguido los datos por Internet. ¿Cuantos hombres que asesinan a sus parejas o ex parejas estaban casados?

Mi impresión es que la mayoría no lo estaba, pero corríganme si me equivoco.

Conclusiones.-

El magistrado Salas tiene razón cuando alude a las tres causas principales de violencia doméstica: 1) la maldad (el síndrome E), 2) la mayor fuerza del hombre y 3) los conflictos de convivencia. En este post y el anterior he intentado ampliar esos tópicos con otros de carácter psicológico. Comparto con él la idea de que la violencia doméstica tiene pocas soluciones políticamente asumibles (¿seria hoy asumible prescribir la monogamia? pero estoy de acuerdo en que la cuestión puede empeorar si seguimos diagnosticando erróneamente el problema y construyendo leyes que en cualquier caso atentan contra el sentido común o la presunción de inocencia.

 

Bibliografía.-

Javier Alvarez Deca, 2016: 500 razones contra un prejuicio

David Buss (1996): la evolución del deseo.


Madre, virgen, puta

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madrevirgen

Estella Welldon es una psiquiatra y psicoanalista de origen argentino que trabaja en el Reino Unido y que ha desarrollado su carrera alrededor de temas forenses, especializándose en casos de desviación sexual y criminalidad.

La perversión es un término mal conocido y en cierta manera repudiado por la psiquiatría actual y que según Welldon explica gran parte de los sintomas que padecen los supervivientes de traumas infantiles, pero hay ciertas diferencias entre las formas clínicas que presentan hombres y mujeres.

Antes de Freud no se hablaba de perversiones sino de desviaciones, vicios, inmoralidad o degeneración. Fue Freud quién conceptualizó el término oponiendo perversión a la neurosis, de tal forma que la perversión seria el negativo de la neurosis. “El neurótico sufre por lo que el perverso hace sin sufrimiento”.

Según Freud existen tres posiciones o estructuras psíquicas: la neurótica, la psicótica y la perversa. Cada una de ellas utiliza un mecanismo nuclear fundamental como defensa de los afectos, ideas, emociones o sentimientos que entran en conflicto con el Superyó: los neuróticos utilizan la represión, es decir ese no saber que pregunta, que interroga y que plantea dilemas. El psicótico utiliza el rechazo absoluto, lo que Lacan ha llamado la forclusión, una especie de obturación del agujero psíquico que se agranda con cada embestida libidinal y el perverso que utiliza el “repudio” que Freud llamaba “verleugnung”, que es un saber que ya sabe y que por tanto no pregunta ni inquiere, un desmentido de la ignorancia. El perverso sabe que sus actos son inmorales, abyectos, irresponsables o ignominiosos pero no le importa pues se comporta como un hombre hueco, una conciencia vacía, a cambio mantiene la apariencia, la máscara de normalidad, incluso su capacidad de dar una buena impresión a los demás, pues conoce perfectamente las leyes que gobiernan entre las personas.

Las estructuras psíquicas son diferentes maneras de decir “no”.

Probablemente la palabra “perversión” ha sido excluida del discurso psiquiátrico y psicológico por mala conciencia. Está demasiado vinculada a lo sexual. Y lo políticamente correcto hoy es considerar que todos somos en cierta forma pervertidos sexuales, en el sentido de que el sexo oral, los juegos sadomasoquistas o el fetichismo de la lencería están tan extendidos en nuestras pulcras sociedades que prácticamente todos estaríamos de acuerdo como dice Jesse Behring en que todos somos perversos, sin embargo lo que define la perversión no son las prácticas sexuales en concreto sino la manera en que volvemos la espalda a un significante (usualmente la mujer), deshumanizándolo, convirtiéndolo en una extensión de uno mismo y parcializándolo como una “cosa ” inanimada”. Negándole en cualquier caso la totalidad de un ser completo.

Perversión es poner algo de revés, significa una escisión entre objetivo/objeto. No todas las perversiones son sexuales aunque es cierto que en los hombres, la palabra “parafilia” ha blanqueado el término freudiano de perversión que supone un itinerario aberrante del deseo y sobre todo una organización pulsional que tiende a ocultar el sentido histórico del sufrimiento.

Las parafilias, es decir las perversiones sexuales son más frecuentes en hombres y lo son por razones que más abajo veremos y entre las cuales la más importante es la parcialización, el aspecto parcial del objeto mujer. Pero las perversiones femeninas existen si bien están bien ocultas entre algunas actividades y funciones vinculadas a lo femenino: la maternidad y la prostitución.

El fetichismo es la parafilia central donde los aspectos parciales quedan más a la vista. Y es más frecuente en hombres. Los pies (la parte) es tomada como el todo (la mujer venerada o temida) sin el riesgo de mantener relaciones totales con la mujer propietaria del pie. Aqui hay un post sobre el fetichismo del pie. Es como si algunos hombres (y algunas mujeres) solo pudieran mantener relaciones con ciertos aspectos parciales de la mujer o el hombre (pie, vagina, ano, heces, pene, orina, ojos, etc), pero no con un objeto en su totalidad. En el masoquismo masculino de Sacher-Masoch podemos observar como la veneración hacia la mujer (la Virgen) es el objeto parcial que pone en un segundo plano el acceso carnal que deviene -para el deseo- en algo inalcanzable. Lo que al masoquista (varón) le interesa es precisamente esta denegación: el no poder acceder sexualmente a la mujer venerada. Algo que nos recuerda vagamente al amor cortés medieval y también al arquetipo de la virgen, de la mujer consagrada. Algo relativo a lo sagrado (idealizado) y donde el sexo está excluido.

La madre perversa.-

Pero si existe idealización de la mujer tambien existe denigración de la misma. No es posible la existencia de una sin contar con la otra.

John N. Rosen fue un psiquiatra americano que desarrolló un tratamiento de la esquizofrenia (sin fármacos) a través de interpretaciones de los delirios que para Rosen eran simbolizaciones que aludian directamente a las construcciones inconscientes de los pacientes que habian sido criados por madres inadecuadas. Le llamó análisis directo.

Para Rosen la madre del esquizofrénico es una madre perversa que “no entiende las demandas de su hijo al que no percibe sino como una extensión de sí misma”, es decir existiria como una incapacidad de reconocer las necesidades del bebé induciendo en estas madres conductas que tenderian al rechazo, al ataque o a la deprivación del bebé. El vinculo entre madre e hijo se rompería precisamente por esta perversión materna, pues es en la maternidad donde la mujer va a revivir sus conflictos precoces con su propia madre.

Welldon recupera esta idea de “madre perversa” que describiera Rosen si bien no la aplica directamente a la esquizofrenia sino a un amplio grupo de personas que se caracterizarian por conductas violentas o incoherentes, inacapacidad para someterse a limites, ausencia de referentes y un estilo relacional basado en deshumanizar el cuerpo del otro que se convierte asi en una prolongación del propio (por ejemplo en la relación madre-hijo) o bien en la parcialización del deseo sexual, por ejemplo en la relación de un cliente con la prostituta.

La diferencia entre la perversión masculina, que toma su objeto del mundo exterior, y la femenina, que lo hace con el propio cuerpo o bien con lo que este genera (hijos), es fundamental en la teorización de Welldon. Y es por eso que las autolesiones, los trastornos alimentarios y los trastornos psicomáticos (síndrome de Briquet), son desarrollos más propios de mujeres que de hombres, debido precisamente a esa relación especial y parcial que la mujer tiene de su propio cuerpo. Probablemente el sindrome de Munchausen por poderes es el paradigma más potente para entender el odio de algunas madres hacia sus hijos, un odio que es naturalmente transgeneracional.

El incesto y las madres.-

No cabe duda de que el incesto padre o padrastro hijo/a es mucho más frecuente que el incesto madre/hijo/a. También es más profundamente rechazado por la sociedad y también existen estadísticas sobre el tema. Estadísticas que han terminado por sacar a la luz que no son los padres biológicos los que más frecuentemente abusan de sus hijas sino los padrastros o padres adoptivos. Es lo que se conoce como el efecto Cenicienta descrito por Daly y Wilson..

Pero lo que es cierto es que no disponemos de estadísticas sobre la frecuencia de incestos madre/hijo o hija. Esta falta de investigación puede interpretarse de muchas formas, pero la psiquiatría y el psicoanálisis son buenas plataformas para observar este fenómeno en el entorno clínico. Para Welldon este “olvido” acerca de la capacidad de las madres para abusar de sus hijos tiene mucho que ver con el tabú que abraza a la maternidad, algo sagrado. Se supone en esa creencia que las madres son todas buenas por definición y que no existen este tipo de abusos sexuales abiertos entre madres e hijos. Pero esta idea no es cierta, las madres abusan sexualmente de sus hijos de forma directa y abierta y probablemente mucho más frecuentemente de forma indirecta.

Meterse en la cama con sus hijos o hijas, acariciarse, rascarse, arrancarle promesas del tipo “nunca de dejarás”, contarles sus desgracias o  delegar en el o ella responsabilidades maternales que se rechazan son actividades que generalmente pasan desapercibidas en el escrutinio social. Solo los psiquiatras que se ocupan del trauma pueden haber escuchado historias de este tipo. Y no cabe duda de que Welldon tiene razón cuando dice que la madre recurre a este tipo de seducción para asegurarse una dependencia absoluta y de por vida por parte del hijo o la hija. la perversión de este tipo de madres consiste en impedir que ese objeto parcial (el hijo) que para la madre es una prolongación de si misma no escape de su dominio.

A lo largo de mi vida profesional he visto casos de niños y niñas abusados en este sentido, con independencia de que el incesto se consume o no, lo cierto es que tiene los mismos efectos y que aquellos que han sido victimizad@s por sus madres tienen menos posibilidades de emancipación que aquellos que lo fueron por sus padres o padrastros.

Una explicación a esta diferencia puede ser que las muchachas que son víctimas de incesto en el hogar por parte de sus padres o padrastros acaban huyendo de él, mientras que aquellos que han sido víctimas de su madre se quedan para siempre.

Bibliografía.-

Leopold Von Sacher- Masoch: La Venus de las pieles

Sigmund Freud: “Los tres ensayos para una teoria sexual”


El complejo virgen-puta

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demi-moore

Aquellos de ustedes que leyeron el anterior post ya estarán al tanto de la idea de que existe en las mujeres (y tambien en los hombres aunque en menor medida) una doble subjetividad. Por una parte la mujer es sobre todo una madre, con unos órganos y un sistema hormonal, emocional e inmunitario destinados a la maternidad, es decir a albergar en su seno a una vida ajena. Este solapamiento de madre y feto en un solo cuerpo tiene también correlatos psicológicos que se mantendrán durante toda la vida, hasta tal punto que podriamos dividir a las mujeres en dos grupos, las que han sido y las que no han sido nunca madres, pero incluso estas han tenido -a su vez una madre- por tanto no pueden escapar de su influjo arquetípico. No cabe duda de que llegar a ser madre completa el ciclo biológico y psicológico de la mujer hasta la plenitud.

Pero ser madre no es por sí mismo un bálsamo de Fierabrás porque hay razones perversas para serlo, una de estas razones es por ejemplo la motivación de retener a una pareja concreta y sustituirla más tarde en su preferencia por el hijo. El caso es que ésta doble subjetividad es hoy mucho más perceptible debido a un hecho fundamental: las mujeres deciden hoy cuando y con quién van a ser madres y esta libertad de elección -que es un subproducto de la tecnología contraceptiva y reproductiva- ha instalado en el imaginario de nuestros conciudadanos algunos fantasmas que de alguna manera modifican los antiguos que circularan por nuestra mente, cuando la maternidad no era electiva sino algo continuo con la actividad sexual. Hubo un tiempo en que sexo y reproducción eran la misma cosa y si se disociaron ambas actividades fue a causa de la introducción de la pildora anticonceptiva, alla por los años 60 del pasado siglo.

La introducción de esta tecnología tiene luces y sombras y no cabe duda de que la liberación de la mujer, su acceso al mercado del trabajo fuera de casa y sobre todo su introducción en el devenir histórico puso las bases de la igualdad al tiempo que preparó el campo para la emergencia de otras desigualdades.

Pues habia dos monstruos esperando en la orilla: uno de ellos es el mercado de la belleza (cosmética) y otro el de la alimentación. No pueden abordarse las patologias alimentarias o las patologias de la personalidad en las mujeres sin recordar que:

1.- Las mujeres tienen hoy multitud de contactos sexuales antes de tener el primer hijo.

2.-Que cada dia más se retrasa la edad de incorporación a la maternidad y que existe un claro déficit en el indice de reemplazo generacional. El retraso de la edad reproductiva genera -a su vez- disfunciones tanto en los hombres como en las mujeres aumentando los indices de esterilidad en ambos sexos.

3.-Que la maternidad choca hoy con muchos inconvenientes para la madre. En este sentido es posible afirmar que nunca como hoy estas dos subjetividades femeninas se han llevado tan mal. Pareciere como que integrar femineidad con maternidad tenga hoy mas dificultades que nunca.

4.-Paralelamente, existen pocas oportunidades para encontrar una pareja masculina con un compromiso a largo plazo. Una de las razones que explican este fenómeno es que el sexo barato (sin compromisos) o fugaz desanima a los hombres en cuanto a establecer relaciones más a largo plazo. Y si se encuentra pareja la probabilidad de que se rompa precozmente es muy alta. Se trata de la precariedad.

En resumen, hoy ser madre es un engorro no solo para el cuerpo de la mujer, sino para su trabajo, proyecto de vida y su belleza o bienestar fisico, no es de extrañar pues que existan tan pocos niños en nuestro pais, uno con los indices más bajos de natalidad en Europa. Si a ello unimos los pocos incentivos que el Estado destina al apoyo de estas maternidades tenemos servida la explicación de este déficit demográfico.

Por su parte los hombres en general no aspiran a ser padres y se mueven más por el principio del placer, por la búsqueda de sexo. En este sentido hay una asimetría motivacional casi completa, una mujer necesita llegar a ser madre para “completarse” y a veces lo logra renunciando a parte de su proyecto o incluso de sus gustos, pero este deseo no es simétrico en el hombre aunque es frecuente que los hombres accedan a la paternidad no de motu propio sino a consecuencia del deseo de su pareja. Es un toma y daca frecuente en las parejas más funcionales, al fin y al cabo la mujer tambien accede a complacer a su pareja simplemente por el hecho de complacerle.

De manera que no hay simetría en el deseo de hombres y mujeres, somos muy diferentes en cuanto a los itinerarios del deseo y al margen de que la mujer haya tomado la masculinidad como referencia para su liberación, al fin y al cabo no habia otro modelo. Es por eso que para muchas mujeres libertad es hacer como hacen los hombres, sexo ocasional, dinero, poder, rivalidad y brillo profesional, valores masculinos que por cierto no alcanzan a todos los hombres en igualdad de oportunidades. Cuando las mujeres reivindican todas estas cosas no caen en la cuenta de que están reivindicando ser hombres y renunciando a su más preciado tesoro: su femineidad que es el bien por el que los hombres buscan poder y brillo. Y una mujer comienza a ser femenina ( y dejar de ser histérica) cuando renuncia a ser un hombre.

Cuando los políticos hablan de feminizar la politica en el fondo están diciendo lo contrario: favorecer que las mujeres lleguen a ocupar los mismos puestos de liderazgo que los hombres es masculinizar a las mujeres, pues ni la politica ni la empresa se feminizan tan solo poniendo más mujeres y peor si es con cuotas que llevan al esperpento la igualdad.

No hay simetría en una pareja pero si hay simetría entre la madre y su hijo, no es de extrañar que el embarazao llene de completud a muchas mujeres y que sea una de las épocas más jubilosas de la vida de una mujer, mientras anduvieron embarazadas.

Ahora bien las condiciones ideales en que escribí el párrafo anterior son eso, ideales. ¿Qué sucede en la realidad subjetiva de las personas concretas?

El arquetipo materno contiene un tabú universal, la madre es un intocable cercano a lo sagrado y por eso, la maternidad es también un hecho que se supone arcangélico, algo más allá de lo humano. Pero la verdad es que también sabemos todos que las madres no solo aman a sus hijos sino que también les rechazan y muchas veces les odian. En casos extremos -como Medea- les asesinan.

Pensar otra cosa sería inhumano, ¿pues qué razones deberían tener las madres para amar y solo amar a sus hijos? ¿Por qué una mujer deberia acceder a una maternidad ideal sin tener en cuenta sus intereses?. Intereses que muchas veces se hallan lejanos con respecto a los del hijo.

Ser madre para una mujer es una complicación psicológica pues ser madre es ser como su madre. ¿Qué opinión tiene usted de su madre? ¿Tiene alguna razón para no querer parecerse a ella?

Cuando una mujer tiene un hijo ha de enfrentar precisamente este tabú, el de la veneración forzada, el tabú de la virgen-madonna. Un tabú que el hombre no enfrenta desde su propio cuerpo como la mujer sino desde fuera de él mismo. El hombre no lleva a una “madre mala” en su interior y si la lleva no le compromete corporalmente y siempre puede proyectarla afuera en ese desplazamiento que Welldon ha llamado el complejo de virgen-puta, pero la maternidad activa y gatilla en la mujer los afectos, emociones y recuerdos que tuvo en su relación con su madre, la obliga a revivirlos y desde su interior, es como una retraumatización.

El hombre suele escindir a las mujeres en estas dos partes, la virgen que es inaccesible y es venerada y la puta que es denigrada y usada como un bien de consumo. Pero la mujer puede hacer algo parecido, si bien es para ella imposible disociar su cuerpo de su maternidad, su madre, de su bebé.

Esta es la razón por la que la maternidad es la fuente de estragos psicológicos más importante que conocemos en psicologia humana, pues no existe un terror primordial más intenso en un bebé que el temor a ser abandonado, dañado, mutilado, o absorbido (devorado) por la madre. Un terror que simétricamente es vivido tambien por la madre con respecto a su hijo si esas fueron las condiciones en que se crió.

Los daños de las madres hacia sus hijos proceden del uso transgeneracional de la proyección, la idealización, o la negación, lo que la madre disoció o ignoró de sus propios padres lo proyectará en la siguiente generación. Es posible afirmar que el uso de de los distintos mecanismos de defensa están relacionados con el deseo de no-saber, de seguir ignorando lo que el cuerpo ya sabe pues aquello que no se integró vive disociado en el cuerpo. Y es a través de la proyección que podemos librarnos de los efectos perjudiciales de lo escindido. El uso de la proyección frente a los hijos protege a las madres del sufrimiento, de la enfermedad e incluso de la muerte.

Pero enferma a los hijos.

Vale la pena ver este video donde una mujer aquejada de un probable trastorno limite de la personalidad (TLP) nos cuenta sus experiencias y su liberación (parcial) a través de la comprensión de la relación con su madre. Vale la pena ver el video completo porque en el próximo post pretendo profundizar más sobre la causalidad del TLP.

Todo puede reducirse a un ataque a la madre, a la madre embarazada, claro. A la diana madre-hijo.



El triunfo edípico

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El limite ha dejado de ser muro y se ha transformado en puerta.

(E. Trias)

El TLP (trastorno border-line o limite) es un trastorno de la personalidad que está en alza, al menos en la frecuencia con que lo diagnosticamos, se supone que su prevalencia es de aproximadamente un 1% de la población general de lo cuales un 85% son mujeres y el resto hombres. De manera que se trata de un trastorno muy frecuente, tanto como la esquizofrenia y el trastorno bipolar y con un claro sesgo en el sexo femenino. Una explicación de este sesgo podria estar relacionado con la idea de que en los hombres se diagnosticaría más el trastorno antisocial que muchas veces se solapa con la sintomatologia limite.

Clásicamente ha venido identificándose como un sindrome a medio camino entre las neurosis y las psicosis, una especie de trastorno fronterizo que habitaría precisamente en los limites borrosos de ambas meta-entidades. Personalmente no creo en esa clasificación que tanto me recuerda al centro politico. En realidad si existen neurosis y psicosis es porque existen tabués y actividades permitidas (e incluso prescritas) y otras prohibidas. La neurosis-psicosis se enreda precisamente en ese eje de torsión entre lo que “debe ser” y lo “que es” o puede “ser imaginado”. Sin embargo el TLP pertenece a otra serie (una serie postmoderna) de malestares que ya no toman como eje de torsión lo prohibido/permitido sino lo posible de lo imposible. Es por eso que algunos autores consideran al TLP como un paradigma de observación de todas las patologías mentales conocidas, un lugar donde se concentran todas las comorbilidades, como una macedonia de síntomas (Haro y Martinez Raga, 2005)

El trastorno afecta a multiples áreas de la personalidad, sobre todo a 1) la identidad y a los proyectos de futuro vinculados a ella lo que provoca síntomas de cambios de planes y de opiniones muy frecuentes asi como una conducta autoindulgente, irresponsable y errática 2) la impulsividad que es un rasgo conductual inespecífico pero muy frecuente en los pacientes límite y que incluye o se solapa con conductas de riesgo,abusos de sustancias o de comida (los trastornos alimentarios son una de la comorbilidades más frecuentes y 3) la inestabilidad del humor: significa que este tipo de pacientes sufren de tormentas emocionales muy fuertes y fluctuan entre la dependencia (la incapacidad para estar solos), la manipulación de los otros y la rabia. Es como si nos dijeran que “ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio”. Todo pareciera indicar que carecieran de la capacidad de tranquilizarse, autodirigirse o autoestimularse y que dependieran de objetos de apoyo externos para esta función.

Sin duda el riesgo más importante de este tipo de pacientes es el suicidio que desafortunamente se presenta en un amplio porcentaje de limites (10% del total se suicidan, siendo al parasuicidio mucho más frecuente), superando a las cifras que antaño engrosaba del trastorno bipolar. La depresión (humor disregulado) es un sintoma central de los pacientes límite, una depresión bien distinta a la clásica y que responde mal a los tratamientos farmacológicos. La causa más probable es que la depresión de este tipo de pacientes sea bien distinta a la melancolía clasica y aun al trastorno afectivo mayor. Un “como si” como decía su descriptora la psicoanalista Helène Deutch.

Casi todo el mundo está de acuerdo en que la causa principal de este trastorno está relacionada con un tipo concreto de crianza, presidida por el descuido o la negligencia, de ahi que uno de los temores de los pacientes límite sea el miedo al abandono y los esfuerzos que ponen en marcha para evitarlo.

identidad-y-narrativa

Y aunque estos factores de la crianza distan mucho de haber sido identificados por ser demasiado sutiles y escapar a la observación puntual existe cierto consenso sobre el hecho de que  el principal factor ambiental considerado en todos los estudios es siempre el trasfondo familiar, aunque se ha visto que no existe conexión entre estas condiciones familiares y las que se dan entre las capas socioeconómicas más bajas (París, 2001). Se darían dos tipologías de familias en las que aparecen casos de TLP (Cierpka, Reich, 2001) aunque existen combinaciones: de una parte, familias «caótico-inestables» y, por otra, «familias negligentes y practicantes del abuso emocional». Las familias caótico-inestables se caracterizan por constantes crisis matrimoniales y disputas familiares, escenarios impulsivos, alcohol o dependencias y utilización de los hijos como chivo expiatorio, es decir habría una conyugalidad disfuncional, mientras que en las negligentes lo que predominaria seria una parentalidad disfuncional que no termina de constituirse en la mente del niño como un introyecto de seguridad, aceptación y reconocimiento . El otro tipo de familia -más relacionada con rasgos narcisistas- tiene como rasgos característicos la frialdad con los niños, desmoralización o invalidación, negligencia, separación temprana de los padres, o fases largas de depresión por parte de los padres (Ruiz-Sancho y Gunderson, 2001).

Para profundizar en el estudio de familias y de sus interacciones recomiendo el libro de Juan Luis Linares que aparece en la imagen de más arriba, un verdadero clásico sobre este asunto.

parentalidad-tabla

En esta tabla podemos representarnos los cruces entre parentalidad y conyugabilidad  en relación con las disfunciones familiares y las combinaciones donde existen más probabilidades de patologías mentales.

Otro factor involucrado es el abuso sexual en niños (que seria una forma de parentalidad y conyugabilidad disarmónicas), un antecedente que aparece siempre cuando se maneja bibliografía americana pero no tan frecuente cuando manejamos bibliografía europea. Asi según algunos autores -seguidores todavía de la hipótesis de la seducción de Janet- creen haber observado antecedentes de abuso sexual infantil entre un 40-80% de los casos según autores. En mi experiencia profesional no me he encontrado ni de lejos con estas cifras lo que me ha hecho preguntarme si será que en USA hay más abusos sexuales contra los niños que aqui en España o bien si habrá un sesgo de negación en los terapeutas que abordamos esta tipo de casos.

Aunque quizá la variable crítica sea la mala práctica de psicólogos no profesionales que utilizan la hipnosis como herramienta de exploración y/o la infestación por falsos recuerdos.

Siguiendo con mi experiencia profesional diré que la sintomatología que conocemos con el nombre de TLP puede darse – en el largo plazo- en aquellos sujetos que han sido victimas de abuso sexual (incesto) pero también en los que no han sido abusados, de forma que podriamos concluir que los abusos sexuales en la infancia no predicen un desarrollo de personalidad tipo TLP.

En realidad los abusos en la infancia pueden provocar desarrollos TLP pero también existen otras posibilidades, como por ejemplo síntomas conversivos, síntomas psicosomáticos (sindrome de Briquet), trastornos disociativos o incluso ninguna anomalía psiquiátrica perceptible. ¿Entonces que relación tiene el abuso sexual infantil con futuros desarrollos anómalos como el TLP?

El tabú del incesto.-

Personalmente prefiero hablar de incesto en lugar de abuso sexual infantil, pues el tabú que separa sexualmente a los padres de los hijos es una barrera intangible que no sólo afecta a los padres sino al resto de familiares y tambien es extensivo al resto de adultos: en el hogar solo hay dos personas que pueden mantener trato sexual, el padre y la madre.

Lo que está prohibido es que adultos y niños mantengan trato sexual, pues el trato sexual con los niños impide procesar adecuadamente los dos tipos de afecto: el amor, protección y cariño de la excitación, deseo y consumación sexual. En un post anterior ya hablé del tema de “por qué respetamos el tabú del incesto” de modo que no voy a insistir en ello. De lo que se trata es de hacer coherentes los dos tipos de sentimientos, lo similar con lo similar.

Lo que sabemos es que la infracción de esta norma procura grandes distorsiones en la evolución de la personalidad futura de estos niños que han sido victimas de este tipo peculiar de traumatización.

Ahora bien el incesto no es sólo una conducta que sea solapable con lo que entendemos como abuso sexual. El incesto va mucho más allá e incluye las rupturas generacionales no solo a través del trato sexual, sino tambien del trato violento. La agresión violenta de un adulto a un niño es tan incestuosa como el coito en sí mismo pues se trata de la misma ruptura de esa barrera generacional que los adultos hemos de respetar cuando tratamos con niños. Ellos son niños  y nosotros somos adultos, y la salud mental consiste en que cada uno ocupe su lugar.

Lo que sucede en las familias normales es que cada cual está en su sitio. Pues el padre, la madre y el hijo más allá de ser personas concretas son sobre todo lugares, espacios o funciones. Metáforas.

Los terapeutas sistémicos utilizan un concepto al que llaman “triangulación” que no prejuzga trato sexual pero describe los enredos emocionales entre padres e hijos, un niño triangulado es el mismo concepto freudiano de “niño edípico”, es decir un niño enredado en la telaraña de las relaciones adultas con su bagaje cognitivo de niño. En este sentido el incesto incluiria también a estos niños triangulados que ostentan un poder excesivo y muchas veces son el resorte de compensación de todo el sistema familiar.

Es por eso que un padastro aun no vinculado genéticamente con un menor es un padre y una madre o un hermano adoptivos, son madres y hermanos simbólicos. Y el tabú funciona del mismo modo tanto si existe vínculo genético como si no. De un modo extendido tambien son incestuosos otro tipo de encuentros y amorios, pongo por caso los maestros y sus alumnos pre-adolescentes o adolescentes. El tabú del incesto tiene una clara función pro-social: agrandar la brecha entre adultos y niños de tal manera que los intercambios que tengan lugar entre ambas poblaciones sean básicamente de cuidado, protección y enseñanza.

El muro que separa infancia y mundo de los adultos ha de ser lo suficientemente alto para impedir intercambios sexuales/agresivos pero lo suficientemente poroso para permitir las relaciones de cuidado y guía.

De lo contrario el niño triangulado se convierte en un grito: el grito de triunfo de Edipo.

Bibliografía.-

Haro, Gonzalo & Martínez-Raga, José (2005). Trastorno Límite de la personalidad, paradigma de la comorbilidad psiquiátrica. Editorial Médica Panamerican

John Gunderson y Maria Ridolfi, (2001): Suicidabilidad y automutilación


¿Abuso sexual o incesto?

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Debe ser por mi formación psicoanalítica que prefiero hablar de incesto en lugar de abuso sexual. El abuso sexual es una figura jurídica que no discrimina si su victima es un niño o un adulto (lo mismo sucede con la palabra violación), mientras que la palabra incesto se refiere sobre todo al intercambio sexual entre parientes (sean biológicos o adoptivos). Más abajo veremos que además existe una versión extendida del termino “incesto” que conocemos con el nombre de “relaciones incestuosas”.

Toda figura jurídica trata de proteger un derecho o un valor, en este caso la libertad sexual: el término abuso sexual lo que sanciona es el derecho de alguien para decidir con quién se relaciona sexualmente, mientras que el término incesto no presupone libertad sexual en un menor sino que protege a la infancia de los contactos forzados o más o menos tolerados que se dan entre miembros de distintos lugares de la barrera generacional, usualmente entre padres e hijos, pero tambien entre abuelos/nietos, tios/sobrinos o entre hermanos de distinta edad.

Asi, mientras el término “abuso sexual” es un termino jurídico que se enfrenta con la contradicción de que en algún lugar hay que poner la edad de corte para declarar que una relación es o no consentida “libremente”, un lugar frecuentemente aleatorio según paises. El incesto, sin embargo es un término psicológico que no se plantea en ningún caso esta circunstancia y se limita a etiquetar como incestuosa cualquier relación que tienda a pervertir esta barrera generacional, siendo la más frecuente la que afecta a padastros e hijastras, tal y como ya comenté en este post.

¿Que es un tabú?

Un tabú es una prohibición -que incluye en sus claúsulas una prescripción- y que se acata en nombre de la especie, en nombre -en este caso- de la convivencia entre humanos, aunque contiene entre sus clausulas un precepto socioteológico, como sucede con la palabra “maldad”. El tabú es algo que va más allá de la prohibición jurídica, es decir algo que va mas allá del código penal. Si acatamos el tabú del incesto no es por miedo a su castigo penal sino por un horror primordial, que es una prohibición que nos atañe como humanos, que nos atañe colectivamente, socialmente, el tabú es algo que acatamos en nombre de lo sagrado, de lo numénico. De lo incognoscible.

No hay civilización sin tabués.

Y una condición del tabú es que protege algo que es, en sí, atractivo, de no ser asi el tabú no sería tabú y se encontraria protegido por las mismas leyes aversivas que hacen que el hombre no coma alimentos ponzoñosos o que un perro no beba alcohol. Y que sin embargo no desdice la hipótesis de la aversión en su cumplimiento.

Se trata de de algo que instituye en sí mismo la cultura, el intercambio, algo que de acatarse minimiza el impacto de la rivalidad sexual entre las generaciones: una familia es algo más que un vínculo de parentesco es sobre todo, un sistema donde las generaciones no se reproducen simultáneamente. Existe -debe existir- una barrera generacional que separe a aquellos que se están reproduciendo y cargan con la responsabilidad de la crianza de aquellos que aun no están en edad de hacerlo y que deben delegar poder en sus mayores, lo que conlleva muchas ventajas para estos últimos: será la ultima oportunidad que tienen para ser alguien especial, para gozar de ese “favoritismo” que todos los hijos disfrutan de sus padres y que ya nunca más volverán a disfrutar. No existe institución más antidemocrática que la familia, yo quiero a mis hijos más que a los suyos y a la hora de favorecerles les preferiré a cualquier otro, de eso no cabe ninguna duda. Eso se llama nepotismo y es la base de la familia, es decir del tabú del incesto en el sentido de que debo renunciar precisamente a las mujeres que más he amado: mi madre y mi hija para ser hijo y padre.

¿Qué se pervierte con la consumación del incesto?

Todo esto se pervierte con el incesto, no solamente este aspecto de limitación entre generaciones sino también la reactivación de las rivalidades sexuales y de la confusión de roles, algo que erosiona la confianza y la predicción de que las cosas “irán bien” a pesar de todo. Si cohabito con una hija mia, estoy igualándola o aun prefiriéndola a su madre lo que operará como un reactivador de rivalidades sexuales y de celos entre ambas, dejarán de ser madre e hija y se convertirán en hembras que compiten entre si por los bienes que aporta el macho, ambas regresarán a los temores primigenios de la caverna. Si yo cohabito con mi madre estoy compitiendo con mi padre directamente y exponiéndome a su venganza: el filicidio es la consecuencia directa de esta conducta y por eso el tabú del filicidio-parricidio es una consecuencia del tabú del incesto.

Los niños o niñas que han sido sometidos al incesto sufren a largo plazo las consecuencias de este antecednte siguiendo las constelaciones del espectro traumático, casi cualquier patologia psiquiátrica es posible desarrollar e incluso ninguna tal y como conté en mi post anterior. Aunque probablemente el desarrollo más probable en un niña superviviente del incesto sea la prostitución.

Y no es de extrañar puesto que todos nosotros llevamos de serie un cajoncito donde vamos acumulando y amontonando todos los bienes que hemos recibido en forma de protección, cuidado, alimentación, reconocimiento, confort, tranquilización, ternura, etc y en otro de esos cajoncitos habitan las excitaciones sexuales, y las emociones negativas como rabia, verguenza, miedo y culpa. Ambos cajoncitos han de permanecer aislados el uno del otro pero si los objetos que deben proporcionar cuidado y protección son los mismos que se meten en la cama con nosotros y nos procuran excitación y placer sexual entonces terminamos por conformar un módulo cerebral confuso y enmarañado, un Superyó  con una cartografía peculiar donde el Ideal del Yo, el Yo ideal y el Superyó punitivo aparecen mezclados. Y entonces solo queda una manera de aislar unos contenidos de otros: la disociación.

grafico

Enmarañamiento emocional secundario a las patologías del Superyó

La excelencia disociativa de las prostitutas es bien conocida y ha sido estudiada por Estella Welldon: disocian amor y sexo,al tiempo que con su actividad mercantil denigran a su género, se vengan de los hombres y de su madre, al tiempo que perciben ganancias con su actividad y su conducta supone un grito de triunfo edípico. Tres en uno, siempre y cuando sean capaces de separar su vida privada de su vida “laboral” cosa que las más experimentadas entre ellas consiguen, si bien algunas fracasan al”enamorarse” de algún cliente y pasar a ser su víctima como fueron en su infancia de su perpetrador.

Los bordes del incesto.-

Otra de las ventajas del uso de la palabra “incesto” en lugar de “abuso sexual” es que podemos extenderla a la comprensión de otras circunstancias donde el trato sexual no está del todo establecido pero si una atmósfera incestuosa o erótica que está relacionada con los roles de cada cual, estoy pensando en este momento en las relaciones de profesor-alumno o entre las de terapeuta y paciente. Aqui en este post hablé precisamente de esta cuestión: las relaciones incestuosas no se dan tan solo cuando se han establecido relaciones fisicas reales con un adulto sino tambien cuando ocupamos lugares simbólicos que no nos pertenecen por edad, es decir cuando somos parentizados. Del mismo modo el tabú del incesto implica también a las relaciones que combinan intimidad y poder y convocan a la transferencia, es decir a los afectos infantiles.

Pues ser hijo, padre o madre no son tanto personas sino topos, es decir lugares o posiciones. De lo que se trata en relación con la salud mental de los individuos es que cada uno ocupe su lugar, tal y como conté en este post que titulé “El semicirculo de Ulises”.

Las consecuencias de haber sido victimas de incesto son multiples y diversas, naturalmente no es lo mismo haber sufrido un episodio aislado que un incesto continuado. Tampoco es lo mismo haber sufrido violencia o intimidación que sólo haber sido seducido a través de palabras o regalos.

Ser víctima de un incesto contiene no pocos beneficios secundarios para las víctimas que pasan a si a ocupar el lugar que le pertenece a su madre en la cama de su padre o padrastro. No sólo pueden equilibrar un hogar en crisis debido a enfermedad, depresión o incompetencia materna sino que se ven en una posición de poder con respecto a toda su familia. Con todo parece que el silencio forzado (el mantenimiento del secreto) es una de las variables que mejor predicen el resultado final en forma de trastorno de personalidad o cualquier otra variante del espectro traumático. Pero peor pronóstico tiene cuando la niña buscó ayuda en la madre y no la encontró.

El secreto muchas veces se mantiene durante años y son solo algunas las pacientes que en entornos terapéuticos se atreven a contarlo. La razón de esta lealtad hay que ir  buscarla en sus orígenes. Una muchacha puede considerar que está traicionando a su perpetrador si cuenta lo que le sucedió a un extraño, aun siendo un médico. Y es entonces cuando la caja de Pandora se abre y emergen todos los contenidos que se amontonaron durante años: la impotencia, la culpa, la vergüenza y la sensación de deslealtad.

En ocasiones la hija está inconscientemente en connivencia con el incesto, no solo por las demandas de su padre sino también porque responde a la incapacidad de la madre para hacer frente a la situación.

En este sentido -continua Estella Weldon- el incesto influye en los diferentes miembros d ella familia:

1.- Una descarga de las tensiones entre marido y mujer.

2.- La satisfacción sexual cuando es fácil de obtener y seducir al objeto parcial (la niña) siempre de forma secreta.

3.-El secretismo, que es clave para comprender el incesto ya que incluye un reconocimiento y situación familiar de la niña en concreto.

4.-Una descarga de intensa hostilidad: la venganza hacia la mujer en ella persona de su hija que es el chivo expiatorio del perpetrador.

5.-En restablecimiento de algún tipo de dinámica familiar o equilibrio y que incluye la negación o ignorancia por parte de la madre.

6.- La revelación del secreto cuando el incesto deja de ser necesario para la dinámica de la familia.

En conclusión: el concepto de incesto es mucho más explicativo que el constructo “abuso sexual” que es un término jurídico pero que no es capaz de apresar las sutilidades de una crianza presidida por la seducción o la sexualización precoz , muchas veces también combinada con abusos físicos o psicológicos. El incesto apresa mucho mejor la idea de transgresión de los limites generacionales, el papel de la familia en el mantenimiento del secreto y la inclusión de la violencia como una forma particular de incesto.


Trauma psíquico: Lecturas recomendadas

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En relación con la serie “La traumática historia del trauma” voy a dejar aqui colgado este post sobre libros que vale la pena leer para profundizar en esta temática.

herman

Judith Herman escribió uno de los clásicos en esta literatura acerca de los efectos traumáticos de experiencias precoces centrándose sobre todo en los abusos sexuales acaecidos en la infancia. Herman es una psiquiatra feminista que aun cree en la hipótesis de la seducción de Janet y carece de formación psicoanalitica, pero tiene mucha experiencia en el tratamiento de todo tipos de traumas psiquicos. A ella debemos un nuevo diágnostico que aun no ha sido validado por el DSM (en su quinta versión) se trata de “Trastorno por estrés postraumático complejo”.

perro

Bruce Perry en un psiquiatra infanto-juvenil que este año pasado escribió en colaboración con una periodista un libro esencial sobre distintos tipos de trauma, se trata de casos extremos sin duda, pero que proceden de su casuistica particular. El libro no sólo expone casos concretos sino que ofrece las herramientas para su interpretación y sobre todo, una teoria biológica (del neurodesarrollo) que explica las ventanas plásticas por donde transcurre el daño segun la edad del niño. La teoria neurosecuencial es una teoria que intenta explicar lo cualitativo de los traumas y sus efectos en el largo plazo en funcion de la maduración cerebral en el instante en que sucediera el evento.

violacion

Otro clásico, este de Thornhill y Palmer, que esta vez nos viene de la psicología evolucionista y nos acercará a los fundamentos biológicos de la coerción sexual, el abuso o la violación (sex offenders). La idea fundamental de Thornhill y Palmer sobre la violación, es decir sobre el coito forzado, es que se trata de una adaptación ancestral. Puesto que es la hembra de nuestra especie la que elige con quién copular y emparejarse, la contraestrategia de los machos -la violación- rompería con la  anterior imponiendo un nuevo orden reproductivo. Los machos violadores tendrian un mayor éxito reproductivo (en entornos ancestrales) y por lo tanto habría habido una selección positiva de esta conducta.

madrevirgen

Estella Welldon es una psiquiatra y psicoanalista de origen argentino que trabaja en el Reino Unido y que ha desarrollado su carrera alrededor de temas forenses, especializándose en casos de desviación sexual y criminalidad.

Rescata el término perversión para diferenciarlo del término “parafilia” que no deja de ser una banalización solo descriptiva de un problema mucho más profundo. Hoy las vemos como modalidades del gusto sexual pero desgajadas del neurodesarrollo. Welldon nos propone una hipótesis psicoanalitica a la vez que profundiza sobre los antecedentes comunes en la crianza por madres perversas pues la perversión femenina se manifiesta sobre todo a través de los hijos. La perversión es un término mal conocido y en cierta manera repudiado por la psiquiatría actual y que según Welldon explica gran parte de los síntomas que padecen los supervivientes de traumas infantiles, pero hay ciertas diferencias entre las formas clínicas que presentan hombres y mujeres.

Los hombres a través de la proyección hacia afuera de sus conflictos precoces con la madre y las mujeres a través de su propio cuerpo o sus extensiones como los hijos. Es precisamente la maternidad el lugar de privilegio desde donde va a manifestarse la perversión femenina junto con la prostitución.

tigre

Peter Levine es otro de los autores clásicos que aparecen en todas las bibliografías sobre el trauma. ha aportado ideas fundamentales para la comprensión actual de los efectos del trauma, sobre todo una idea: el trauma está en el cuerpo y no es en absoluto psicológico como suele creerse.

Peter Levine es un psicólogo americano que ha desarrollado su carrera profesional en torno a este tipo de ideas y que le llevaron a escribir un libro (que preside este comentario) que en castellano se ha traducido como “Curar el trauma” y que se basa en una teoria desarrollada por él mismo en torno a la idea de “La experiencia somática” que metafóricamente ha titulado “Despertar al tigre”.

scaer

En la misma linea que Levine, Robert Scaer es otro clásico de la investigación del trauma y que en este libro”El cuerpo soporta la carga”se alinea con las hipótesis neurofisiológicas que describen los cambios que tienen que ver con la traumatización. Es importante conocer el concepto de descongelación abortada para entender los principales sintomas de lo traumático.

Scaer, no es psicólogo, ni psiquiatra sino un medico rehabilitador y la mayor parte de su experiencia está relacionada con los accidentes de tráfico, siendo el diagnóstico mas común en estos paciente el de síndrome de latigazo cervical. La belleza de usar este síndrome como modelo para el trauma es el hecho de que los pacientes que han experimentado esta lesión presentan de rutina un sorprendente conjunto de síntomas similares, muchos de los cuales desafían una explicación médica. Como se puede ver, todos estos síntomas variados y multisistémicos son explicables cuando son vistos e interpretados desde el modelo de una descarga de congelación abortada y de sus implicaciones neurofisiológicas y conductuales, en ausencia de una lesión física tangible. El latigazo cervical y su complejo sintomático asociado representan una muestra única de las consecuencias somáticas de la traumatización vistas como una función de una descarga de congelación truncada o abortada.

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James Rhodes es un pianista profesional de origen británico que recientemente ha escrito un libro que tituló “Instrumental” en clave autobiográfica sobre su experiencia de abuso repetido en la infancia perpetrados por  un profesor. Se trata de un caso de abusos crónicos y continuados que desplegaron en él una serie de patologias multiples, y que merecieron muchos diagnósticos psiquiatricos, asi como una clinica abigarrada que justificaria -solo atendiendo a este caso- el diagnóstico de “Trastorno por estrés postraumático complejo” propuesto por Judith Herman. Para mi el interés de este libro está relacionado con el concepto de “espectro traumático” y la evidencia de que cualquier desarrollo clínico ulterior es posible, algo que pone contra las cuerdas a nuestros diagnósticos psiquiátricos que son categóricos (discretos) y movidos por un concepto de causalidad lineal.

Son también interesantes sus reflexiones sobre el poder y los abusos, asi como el papel terapeutico que la musica puede ejercer en algunas personas.

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Una recorrido histórico sobre el concepto de “perversión” que nace precisamente para señalar -en la Ilustración- que el mal no puede ser domesticado y que más allá de considerarlo en relación con un eje socio-teológico, el Mal se resiste a desaparecer siguiendo la estela de la laicización del mundo- Sólo puede ser explicado y comienza a ser entendido a partir de Freud con su concepto de “perversión” que viene a sustituir al viejo concepto de “desviación” que es un concepto estadístico o al concepto de “degeneración moral” que es un concepto jurídico.

Es precisamente a partir de Sade cuando comenzamos a plantearnos la siguiente idea: ¿Si Sade no está loco y no es un delincuente, entonces qué es? Ni la prisión, ni el manicomio parecen estar pensados para ellos, los perversos, pues no todos los perversos delinquen.

Del mismo modo que la palabra “parafilia” es una domesticación del término perversión cuando esta perversión se circunscribe a lo sexual, algo así como si fuera un gusto o una preferencia y no tuviera nada que ver con el neurodesarrollo o con la sexualidad infantil. En la clínica también ha sucedido un fenómeno parecido: hoy llamamos “psicópatas” a los perversos, allí donde el mal asoma su hocico y nos permite observar – a través de los medios de comunicación- que nos faltan palabras y conceptos para nombrar a esas personas que sin estar clínicamente locas nos confunden con sus razones -que ellos mismos ignoran- y nos estremecen con sus crímenes usualmente gratuitos, desalmados o carentes de razones comprensibles, crímenes inexplicables . El término psicópata (que no está admitido en el DSM) ha sobrevivido precisamente por esta razón: para nombrar a los perversos, un termino abominado por la ciencia, quizá por sus reminiscencias morales, teológicas o políticas.

hillgardErnest Hillgart fue un psicólogo de Stanford al que se le conoce por haber rescatado las teorías de Janet sobre la disociación y por la utilización de la hipnosis como herramienta terapéutica y de investigación en los trastornos postraumáticos que cursan con disociación.

Su contribución esencial a la comprensión de la disociación es su concepto de observador escondido.

“El observador escondido” puede percatarse de un dolor que la parte consciente desconoce. Este hallazgo de la hipnosis clínica puede explicar el hecho de que algunos pacientes “crean no poder ver aunque vean”, “puedan creer que sus piernas están inmóviles aunque puedan moverlas”. Creer y saber pueden ser realidades cerebrales bien distintas, del mismo modo que algo puede saberse (en un lugar) y no saberse (en otro lugar).

Es muy probable que ese “observador escondido” tenga alguna relación neuroanatómica con el cortex cingulado anterior, un circuito frontal que opera como inhibidor. Se sabe por técnicas de neuroimagen que es precisamente esta estructura la que se activa en los casos de “conversión” donde el paciente presenta como síntoma esencial el “no poder hacer algo”, es decir que parece que esta estructura nerviosa encargada del control consciente deberia estar apagada y paradójicamente se encuentra encendida en los casos de parálisis histéricas y más: parece que es la parte contralateral al movimiento propiamente dicho la que se mantiene encendida. Este dato publicado por Marshall y Halligan en 1997 tiene múltiples interpretaciones pero yo voy a dar la mia: hay como una disonancia cognitiva, una especie de antagonismo entre las áreas motoras que se encuentran parcialmente activadas y la parte del cingulado anterior del hemisferio contralateral que parece indicar que existe una contradicción entre lo percibido (imposibilidad de mover la pierna) y lo que se “sabe” sin saberse (la puedo mover a voluntad).

Sin embargo recientemente Estella Walldon ha escrito que existirían dos modelos de disociación, una caliente que es precisamente la que describe Hillgard (la clásica) y que explicaría fenómenos como la doble personalidad, donde una parte desconoce a la otra del fenómeno más conocido de encapsulamiento que es típicamente perverso y que puede explicarse diciendo que la mano derecha conoce y sabe lo que hace la mano izquierda, solo que no se puede evitar.

En otro orden de cosas, otro de los hallazgos de Hillgard es su teorización sobre lo que llama el espectro disociativo, es decir la disociación no operaria de una forma binaria, sino a través de una escala analógica, donde los fenómenos más comunes (desrealización, captura, despersonalización) estarían en un extremo mientras que la perdida de conciencia o la convulsión disociativa (no epiléptica) estarían en el otro extremo.

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Aun está caliente el ultimo libro -editado en España por la editorial Psimática- de Estella Welldon que lleva por titulo “Jugar con dinamita”. De él destacaría el capitulo donde aborda en clave “diagnóstico operativo” un repertorio de mecanismos psicodinámicos y fenmenológica que me parece tan interesante que prometo dedicarle un post próximo a estos criterios diagnósticos que propone Welldon.


Empatía y simpatía

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La empatía es una simpatía donde no hay identificación, es la buena actitud terapéutica. La simpatía estalla por identificación cuando alguien nos cuenta algo que resuena en nuestro interior, por eso se llama sim-patía. Sin embargo la empatía no depende de esa resonancia, se es empático simplemente porque alguien cuenta algo humano, algo que nos sobrecoge con independencia de si lo hemos experimentado por nosotros mismos o no.
En este sentido la simpatía es una empatía caliente, trabajo de la amígdala que convoca la identificación mientras que la empatía es un trabajo de la corteza cerebral y no implica identificación, la buena herramienta de los terapeutas.
Ayudar no significa intentar arreglar la vida a la gente que sufre sino estar presente, tener presencia y resistir ese impulso tan humano que es aconsejar o intervenir demasiado intrusivamente.
La simpatía no cura sino que atrapa, pero la empatía es curativa solo por el hecho de que deja ir.
Pero hay dos tipos de empatía, una es la empatía del cazador (del psicópata) que sabe discriminar bien a sus presas a veces solo por su manera de caminar y luego la empatía del benefactor, ese que cree en la libertad y que no pretende inmiscuirse en el relato del otro, salvo para confrontar con realismo su verosimilitud.

La empatía del que comprende a secas.

La que cura.


Susto, miedo y cobardía

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Nuestro cerebro no posee cajones donde ordenar sus contenidos. No es como el armario de nuestra casa donde ciertos cajones contienen calzoncillos, otros suéteres y otros pañuelos. Nuestro cerebro guarda todos sus recursos distribuyéndolos a través de toda la red neuronal. A cambio de eso posee al menos tres procesadores, cada uno de ellos especializado en tratar la información de una determinada manera siguiendo una secuencia evolutiva, primero el tronco cerebral y el mesencéfalo el más antiguo de nuestros tres cerebros, luego el sistema límbico y más arriba la corteza cerebral. Y además: los tres cerebros están conectados entre sí aunque no hablen el mismo idioma, de manera que a través de uno de ellos podemos influir (hasta cierto punto) en los demás.

Sin olvidar que además de esta interconexión existe una cuarta vía de información: el nervio vago que lleva información de las vísceras al cerebro y en sentido contrario. Y lo hace asi: guardando copia en la via eferente, una copia que es fundamental para entender el dolor sin daño, el dolor central:

cuerpo-y-cerebro

Y tampoco cabe ninguna duda de que el miedo es una de esas emociones que ha prestado grandes servicios a nuestra especie, sin miedo moriríamos de éxito y precozmente, es por eso que decimos que el miedo es adaptativo, siempre y cuando -claro está- exista una proporción entre el miedo y la causa que lo desencadena. Como nuestra especie evolucionó en un entorno muy peligroso obviamente esta cadena de reacciones que desata el miedo están relacionados sobre todo con la lucha o la huida. El miedo sirve para enfrentar un peligro (si valoramos que vale la pena) o para huir si entendemos que no tenemos nada que hacer. Por último el miedo desencadena -cuando estás dos reacciones fallan- una tercera reacción (que probablemente depende del vago) y que consiste en la congelación (freezing) que en otro lugar hemos llamado disociación.

El miedo es gestionado de distinta manera según el dispositivo que intervenga en su procesamiento y, además de eso cada uno de estos procesadores entiende el miedo de una determinada manera. Para el tronco cerebral el miedo es sobre todo un sobresalto, una preparación que anticipa la cadena de estrés y la taquicardia. Una preparación -detección de la amenaza que antecede a la lucha- huida propiamente dicha. A este señalamiento de la amenaza por parte del tronco cerebral y el mesencéfalo le llamamos “susto”.

El susto.-

Se trata de una conducta incondicionada o no voluntaria que se produce cuando ante un estímulo brusco aparece una respuesta de contracción de la musculatura esquelética que favorece una conducta de escape.

Lo que más curiosidad despertó en los distintos estudios no era el estudio del reflejo en sí, sino, todo lo que hacía que se modulase o modificase. Porque aunque se trataba de un reflejo estaba sujeto a influencia de otros elementos.

Tenemos estudios sobre ranas, en concreto Yenkes (1905) pensaba que las ranas eran sordas hasta que las tocó, en estudios con humanos, Hilgard (1933) basándose en la respuesta de sobresalto de cerrar los ojos (mientras visualizaban películas de cine) describió que si el estímulo luminoso precedía en 25-50 msg al acústico, aumentaba el sobresalto (150%) pero si lo precedía en 100-300 msg lo inhibía (50%). En la misma línea de aumentar o inhibir respuestas de sobresalto, nos centramos en inhibición del reflejo de sobresalto, lo que llamamos inhibición prepulso (IPP).

Significa que la reacción de sobresalto se puede inhinir a través de una tecnología que conocemos como IPP  que diferencia dos clases de sujetos: los que pueden inhibir a través del acostumbramiento esta reacción, de aquellos que no pueden inhibirla. Se ha visto que los pacientes mentales tienen dificultades para lograr esta inhibición con independencia de su diagnóstico.

La solución que da el tronco-mesencéfalo al miedo es particularmente primitiva pero necesaria para la supervivencia.  El temblor, la taquicardia, la piloroerección y el palidecimiento (la retirada de sangre de la piel) son bien conocidas en todas las manifestaciones somáticas (en realidad marcadores somáticos) del miedo, también la defecación o diarrea o la emisión de orina espontánea son marcadores somáticos agudos del miedo o del pánico que es un miedo que desorganiza totalmente al cerebro.

El miedo propiamente dicho.-

A esta clase de miedo le conocemos con el nombre de ansiedad si su causa es desconocida (miedo del miedo) pero se manifiesta ya muy tempranamente pues el miedo es heredable. Las primeras manifestaciones de miedo se dan ya en la infancia a través del miedo a la oscuridad. Son esos niños que necesitan dormir con una luz encendida o que buscan activamente la compañía de sus padres para poder iniciar el sueño. En realidad los niños no tienen miedo de la oscuridad sino de sus pesadillas, es interesante señalar que los niños muy miedosos suelen ser a la vez soñadores muy activos en cuanto a la formación de pesadillas. Más tarde el miedo a la oscuridad se desvanece y podemos encontrar otro tipo de miedos o aversiones, como sucede usualmente con los animales y más concretamente con los perros. También son predecibles miedos sociales como a la exclusión, a la evaluación o a las peleas o agresiones. Estos niños miedosos tratan en cualquier caso de evitar relacionarse con sus iguales sobre todo en los juegos violentos.

Para el sistema límbico el miedo es cosa de mamíferos, buscamos protección, el calor de un adulto o progenitor, su compañía o su presencia. El miedo al abandono es probablemente el miedo más ancestral de nuestra especie pues abandonado a su suerte ningún niño sobreviviría. Es obvio que venimos de serie equipados para vincularnos con nuestra madre, a eso le llamamos apego y probablemente el apego es la condición de seguridad que todo mamífero establece con esa figura materna que en nuestra especie – y por nuestra condición de déficit-es particularmente importante durante nuestra primer infancia.

La cobardía.-

En realidad lo que entendemos como cobardía en un adulto es un marcador de personalidad que conocemos con el nombre de “evitación del daño” y que puede comprenderse mejor con la leyenda “aversión a correr riesgos”. Naturalmente y por razones evolutivas las mujeres puntúan más alto que los hombres en este rasgo que mide tanto aspectos cognitivos como emocionales y explora por tanto el miedo límbico y la cobardía cortical (a qué le tenemos miedo).

El asunto es que una vez el miedo ya ha sido transformado en rasgo de carácter puede a su vez ser transformado en otras cosas algunas de ellas virtuosas (por ejemplo la prudencia) en actitudes contrafóbicas, como por ejemplo la valentía  e incluso a través de la evitación puede no ponerse en tela de juicio ni someterse a la evaluación externa. Hay que señalar ahora que la cobardía es una rasgo poco valorado socialmente y que tiende a ocultarse para evitar el juicio denigratorio de otros, sobre todo si se trata de un hombre. Los hombres cobardes son muy poco valorados tanto por sus iguales como por las mujeres pero los evitadores en su conjunto son percibidos como personas raras o insociables por quienes no conocen o comprenden sus peculiares temores. En el extremo, un hombre cobarde tiene más riesgo que una mujer de quedar soltero, pues el hombre precisa de una mayor iniciativa para emparejarse, mantener y retener a una pareja.

En este sentido el susto es un sobresalto, una señal de alarma, el miedo es un estado inestable y crónico de señalamiento de una amenaza inconcreta (ansiedad) y la cobardía es un rasgo de personalidad.

Lo que sucede es que el miedoso no solamente es un cobarde con rasgos de personalidad evitativos que son los que podemos medir en cuestionarios u observar en la clinica sino tambien un simulador. A veces pasa muy desapercibido  si ha sido capaz de disimular sus temores hasta hacerlos irreconocibles para él. Pues el miedo se puede fragmentar – o mejor disociar- y de eso va este post.

Una persona (un individuo) puede ser una persona normal (sin rasgos que indiquen cobardía) pero poseer un cerebro (un organismo) asustado.

Un cerebro asustado.-

largo-plazo

Las personas tenemos memoria y la memoria tiene al menos dos niveles de definición, una memoria -que llamamos memoria de trabajo- se alimenta de los datos sensoriales que le llegan desde el exterior, pero alli los recuerdos duran poco tiempo. Lo relevante pero tambien el ruido se transforma en memoria a largo plazo, donde podemos encontrar la memoria procedimental (implicita) y la memoria declarativa (explicita).

Lo importante es entender que todos los datos que alguna vez estuvieron en nuestra memoria de trabajo acaban trasladándose a la memoria a largo plazo y lo que alli se consolida no son solo los datos mas relevantes sino aquellos datos sensoriales que se arrastraron parasitariamente al interior de nuestra memoria. Es por eso que existen los recuerdos traumáticos,que no son otra cosa sino trazos de vivencias más o menos reales (pues toda vivencia está contaminada por una sobreescritura) que tratan de actualizarse (sobreescribirse) continuamente. Y es por eso que existe ese curioso síntoma que llamamos reexperimentación, recuerdos que vuelven y no siempre como escenas completas sino como sensaciones, emociones y estados mentales.

No cabe duda de que el estado mental paradigmático de un cerebro asustado es el dolor. Un dolor sin causa médica que lo explique y que siempre lleva consigo una incapacidad, un no poder hacer. Un dolor sin daño que es un mensaje que nuestro cerebro manda rio abajo y que se manifiesta por una conducta de enfermedad.

El dolor es en estos casos un sustituto del miedo, si nos duele algo no es porque tengamos ninguna lesión sino porque anticipamos el daño. Pues una de las características y prestaciones de nuestro cerebro es precisamente anticipar qué va a suceder. Para eso sirve la memoria para predecir y no tanto para recordar.

El cerebro asustado predice catástrofes, dolor, y se manifiesta por negativismo, inmovilidad o fatiga, retirada de la interacción social con lo que se refuerza de nuevo la cadena asociativa del dolor y la incapacidad.

Un cerebro asustado puede convivir con un cerebro cobarde o incluso con un cerebro normal. Pues la corteza cerebral no gestiona el miedo del mismo modo que nuestra amigdala límbica. Para nuestra corteza cerebral no hay miedo sin miedo a algo. Es por eso que existen las fobias, miedos focalizados en ciertos objetos o situaciones. Pero no es necesario tener fobias para hablar de un cerebro asustado aunque lo más probable es que los cerebros asustados construyan – a su vez- fobias, pues las fobias tienen ciertas ventajas sobre el cerebro asustado. La primera ventaja es que al ser focalizado el miedo en un objeto podemos evitarlo. Por ejemplo si tenemos miedo a las arañas, las serpientes o las aceitunas podemos evitarlas con más eficiencia que si nuestro cerebro vive asustado sin un saber por qué. Es por eso que la fobia cumple una función económica en nuestra mente: nos permite marcar el territorio a transitar.

La idea fundamental es que la fobia cognitiva se alimenta del miedo que reina en el cerebro asustado de nuestro sistema límbico, pero es precisamente este montante de miedo no ligado (disociado) que habita nuestro cerebro mamífero el responsable de la somatización o somatizaciones que se propagan a través del vago.

El blog de Arturo Goicoechea  experto en cerebros asustados.


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