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La histeria desbordada

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Tal y como conté en el post anterior, la histeria es una estructura pulsional que está emparentada con el narcisismo.  Tambien comenté que la neurosis no es una enfermedad y que toda neurosis es por definición histérica, al menos de inicio. Luego la histeria no es una enfermedad sino un desrrollo, un comienzo, un despliegue pulsional junto a sus mecanismos de defensa inconscientes. En este post me propongo hablar de esa linea roja donde comienza a aparecer la patología, se trata de lo que Israel ha llamado “la histeria desbordada”.

El narcisismo puede considerarse como el sistema inmune de la mente: ama lo propio y es indiferente a lo ajeno, asi debe trabajar cualquier sistema inmune. se trata de reconocer lo que es Yo y diferenciarlo del no-Yo. El otro es siempre no-Yo.

Y lo que nos vincula con ese otro que es no-Yo se llama amor.

Una viñeta clinica.-

Julia era una muchacha de 23 años, hija de una familia conservadora y adinerada que acude a su médico de familia a raíz de un accidente de tráfico banal, en el no hubo lesiones, ni traumatismo alguno pero que al cabo de unos dias provoca en Julia unos síntomas que interfieren con su vida normal: mareos, vertigos, cefaleas y una sensación de “vision borrosa”, también se queja de una sensación de bolo en la garganta y dificultad para tragar, junto con un cierto cambio en su carácter, una tendencia al enfado o irritabilidad. Julia duerme mal y se queja de que -en cualquier caso- el sueño no es reparador. “Se despierta más cansada de lo que se acostó”.

Después de unos exámenes de rutina el medico no encuentra razón fisica alguna para su malestar y recomienda a la familia -por la cercanía de las vacaciones de verano- un cambio de aires,una medida hipocrática que ya no suele recomendarse a nadie y que tiene como objetivo alejar al paciente de su entorno habitual, ya que el medico acabó por atribuir al “nerviosismo” aquellos sintomas tan leves aunque molestos.

Julia se tomó unas vacaciones y viajó hasta una casa de verano donde solía pasar temporadas durante su niñez. Un cambio de aires en toda regla y en compañia de su abuela materna. Pero las cosas no fueron tan bien como presintió el medico. Julia cayó enferma con febricula, cierta rigidez de nuca y vómitos por lo que hubo de ser vista en Urgencias. En el Hospital donde fue atendida se la diagnóstico de amigdalitis y se le prescribió tratamiento antibiotico. Pero el cuadro no cedía de modo que se volvió a consultar a su médico familiar aun por telefono.

Este recomienda que Julia visite al Dr B, que tiene consulta en una ciudad cercana. El Dr B le practica una punción lumbar ante la persistencia de su cuadro febril y rigidez de nuca. Aconseja además su ingreso en una clinica privada.

Del examen de su LCR el Dr B diagnostica una meningitis meningocócica y dispone el tratamiento habitual. Los padres vuelan al lado de su hija y deciden mantenerla ingresada en la clinica que el Dr B propone. Julia va mejorando de su fiebre pero su rigidez de nuca permanece sin mejorar hasta que un dia a Julia le pasa algo muy extraño: su pierna derecha sufre una extraña contractura  que le imposibilita la flexión. Todos sus musculos flexores aparecen contraidos, por lo que el Dr B recomienda una reducción con anestesia general.

Durante su ingreso Julia descompensa la unidad y sobre todo a las enfermeras con sus continuas demandas y exigencias. Mantiene una especie de romance platónico con uno de los asistentes del Dr B, y comienza precisamente durante su ingreso su consumo de analgésicos.

En realidad las maniobras con su pierna derecha llevadas a cabo con anestesia general solo consiguen la decontracturización de los musculos durante unos dias. se repiten las maniobras en anestesia general hasta que el Dr B decide consultar con un traumatólogo ortopedista que le coloca una férula con pesas para forzal la extensión de la pierna. E inmovilidad en cama.

El estado psíquico de Julia emperoa y los escándalos, lios y malestar crecen en la sala, al tiempo que comienza con una infección de orina que precisa nuevos tratamientos antibioticos. El cuadro clinico comienza a caotizarse.

Al fin se le retira la ortopedia despues de un mes de inmovilización y los padres deciden llevarla a casa. Alli comienza a emerger un cuadro, ahora, si, psíquico en el sentido de un consumo de drogas ilegales, junto con el consumo de analgésicos, continuas salidas intempestivas,  intoxicaciones por alcohol y una conducta promiscua que asusta a los padres que deciden por fin consultar con un psiquiatra.

El psiquiatra consultado decide remitirla a un psicólogo, un terapeuta para iniciar una psicoterapia. Pero el médico de cabecera se opone y los padres no quieren a nadie que le hable a su hija de “su sexualidad”.

Mientras tanto Julia, incomprensiblemente para todos y mientras discuten qué hacer se precipita al vacio, desde su propio domicilio.

Comentarios.-

En el caso de Julia podemos apreciar este pase desde la neurosis histérica hasta el desbordamiento de la misma. ¿Qué se hubiera podido hacer?

Julia no tenia voz, nadie le preguntó que habia pasado aquel dia en el accidente donde se origina este cuadro al principio banal y que fue escalando con cada decisión médica y parental. Si se le hubiera dado voz hubiéramos sabido que Julia mantenía relaciones con un chico que la acompañaba en el coche el dia del accidente. No habian sufrido daños pero el daño procedía de otro lugar. Julia habia roto las relaciones con este chico, unas relaciones a las que sus padres se oponían.

Lo que pasó por la cabeza (por el inconsciente) de Julia es imposible de saber, pero la historia completa tiene una lógica aplastante. La neurosis de Julia se desbordó precisamente a causa de la yatrogenia, es decir por las decisiones que se fueron tomando sobre la marcha con la complicidad de médicos y padres. Todos eran cómplices de esta idea: había que separar a Julia de su ambiente, es decir de su enamorado. Toda esta historia rezuma una atmósfera de complot contra el deseo de Julia y ella tampoco fue capaz de imponerlo, antes al contrario su inconsciente se rebeló planteando enigmas médicos que nadie supo leer en clave de deseo y sí en clave de sintomas fisicos susceptibles de ser suprimidos.

Y en cada supresión emergía el deseo cada vez más alejado de su propósito inicial: ser amada.



Identidad, narrativa y psicoterapia: A propósito de Ciudadano Kane

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Sesión de metaformación de hoy dia 3 de Octubre del 2014 del Consorcio Hospitalario de Castellón a cargo del Dr Benjamin Altozano.

A propósito de una película mítica de Orson Welles ·Ciudadano Kane”. el Dr Altozano indaga sobre os contenidos de los que está hecha la identidad. Y aprovecha para vincularlo con las terapias narrativas que son todas aquellas que usan la palabra para construir relatos mas verosímiles y que no hagan daño.

Video 1.-

Video 2.-


La histeria y el médico

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La histérica es una esclava que busca un amo para reinar sobre él (Jacques Lacan).

charcot

La pareja histeríca-médico es una pareja perfecta, la pareja ideal. No es de extrañar que las mejores descripciones sobre la histeria procedan de medicos varones y de pacientes femeninas. Janet, Briquet, Charcot y Freud trataron cada uno de ellos a histéricas especializadas en un tipo de síntomas.

Briquet descubrió lo que hoy llamamos “conducta de enfermedad” o “sindrome de Briquet”, una especie de catálogo de quejas proteiformes y cambiantes que presentaban sus pacientes, procedentes del mismo pabellón del asilo de la Salpetriere donde Charcot -discipulo de aquél- conoceria otro tipo de histéricas mas teatrales: las de gran ataque histérico y que serviria en bandeja a Babinsky el conocimiento de su celebre “reflejo” que tanto ha servido a los neurólogos para diferenciar los sintomas histéricos de los otros, los verdaderos.

Freud fue el primero que se sentó a oir la verdad que la histeria escondía entre los repliegues de su sintomatología orientada precisamente a relacionarse con los médicos, pues ¿no es el médico el receptor obligado de las quejas de un determinado paciente?. Quejas y sintomas somáticos claro está. Freud descubrió al mismo tiempo dos cuestiones importantes, descubrió el amor de transferencia y descubrió que a partir de este amor la paciente podia curarse de sus síntomas, para agradar al médico.

Pero Freud no se contentó con eso, el buscaba en el inconsciente de sus enfermas la mentira que habitaba alli y que daba cuenta de esos síntomas. Tuvo que sortear para ello todas las pruebas de la seducción activa y pasiva que sus pacientes pusieron en marcha a fin de lograr capturarle, al principio contándole historias verdes con algun familiar y más tarde -cuando Freud abandonó la teoria de la seducción y la hipnosis- con otras historias, otras narrativas. Pues la histérica lo que busca es precisamente al médico, más que eso lo que quiere es ser médico. Es por eso que muchas de ellas declaran:

“A mi me gusta mucho la medicina, deberia haber estudiado eso”.

La histeria es pues una narrativa para explicar el malestar, pero no es una narrativa cualquiera sino una narrativa que enloquece al cuerpo de las histéricas. Es por eso que Freud trató de invertir aquella narrativa por otra mas acorde con el deseo de la paciente. Un deseo que nunca obtuvo en aquellos tiempos legitimación. Las mujeres no tenian deseos, eran sólo objeto del deseo de los hombres.

Dicho de otro modo, la histeria no es una enfermedad, sino una protesta, una reivindicación, una confrontación con el doble poder que ejercen médicos y hombres.Y que sólo puede “curar” el amor.

Es el secreto que hay dentro del secreto.

El amor de transferencia.-

La transferencia no debe ser confundida con la alianza terapéutica: ese contrato que dos adultos firman para llegar a un fin terapeutico entre médico y paciente por ejemplo. Transferencia no es el cariño entre dos hermanos, o la simpatía entre dos amigos, ni es el amor de pareja aunque probablemente la mayor parte de los desencuentros amorosos procedan de la transferencia, otros de la realidad. Transferencia es aquello que procede de otro tiempo o lugar y que como su nombre indica se reactualiza (transfiere) a otro objeto del aqui y ahora siempre que ese objeto se caracterice por la neutralidad, la no participación emocional y la escucha activa. La transferencia es motor y al mismo obstáculo terapéutico en el psicoanálisis donde la cura siempre ha de pasar por encima de la transferencia.

La transferencia casi siempre se contempla en términos de sentimientos antiguos reeditados por el tratamiento pero este punto de vista es superficial: en realidad la transferencia es un lugar, una posición, lo que se reactualiza es la posición que el sujeto adoptó con sus figuras de dependencia infantil, es decir su relación con el saber del otro.

La transferencia es una metáfora del amor, un simulacro, una ficción y enseguida aclararé que ficción no equivale a mentira. Lo transferencial es verdadero pero no es actual, es la repetición de un recuerdo, de una secuencia de hechos que pertenecen al pasado, más una tópica que un evento. Representa la actividad intrinseca del cerebro despojado de objetividad y de objetalidad, el médico en este sentido no es un sujeto ni un objeto sino sólo un espejo en el que el paciente proyecta su necesidad de saber sobre el cuerpo y le atribuye a este sujeto al que ni siquiera conoce un saber, si ubica al terapeuta en este lugar de sujeto-supuesto-saber.

Un saber que se pretende desmentir o al menos socavar.

Lo que la histérica transfiere al médico no es sólo su omnipotencia mágica sino sobre todo: la incapacidad de satisfacer a la madre.

La mentira esencial.-

Imagínese a usted de niña (más adelante hablaré de la histeria masculina), imagínese a su madre criticando constantemente a su padre, devaluándole. hablándo mal o quejándose de él. Imagine una madre adusta, quejosa, enferma, vindicativa, poco afectuosa. E imagine a esa madre en un periodo de su vida esencial: la elección de pareja, usted está enamorada de alguien y decide iniciar una vida romántica con ese alguien. Su madre la empuja y presiona hacia el matrimonio y usted misma lo desea en parte por escapar de la presión de su madre, pero usted no acaba de entender la manía de su madre por emparejarla, a pesar de que también critica a su pareja. Usted nunca hizo esta pregunta:

-Si tan mal te fue con el papá, ¿por qué quieres casarme?

Dicho de otro modo, una madre así no es un modelo femenino adecuado como soporte de identificación. Y es por eso que la identificación histérica suele ser -en las mujeres- una identificación con el padre y de ahi la “masculinidad” de la histérica, su falicidad.

Unas palabras sobre la identificación.-

La histérica se identifica con la Falta del padre, es decir pretende ser la mujer que al padre le faltó.

La identificación tiene dos acepciones, uno fuerte y otro debil, el aspecto debil está relacionado con la identidad, asi:

Identificarse es -desde el punto de vista del concepto débil- adquirir una identidad, precisamente en este post hablé de qué es lo que sucede cuando un adulto no logra establecer una identidad concreta y separada de los demás, baste entender que la identidad es la sensación y la creencia -más menos ilusoria- que mantenemos acerca de nuestra pervivencia histórica y que tal y como nos legó Erick Erickson es (en palabras de la wiki):

Erik Erikson enfatiza que este esfuerzo por encontrar un sentido de sí mismo y del mundo es un proceso sano y vital que contribuye a la fuerza del ego del adulto. Los conflictos que involucran el proceso sirven para estimular el crecimiento y el desarrollo. Así, para alcanzar un buen nivel de autoestima se debe, antes que nada, descubrir la propia identidad.

En palabras de Freud:

“Proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste. La personalidad se constituye y se diferencia mediante una serie de identificaciones”.

Dicho de otra manera somos una especie de conglomerado de identificaciones de aqui y de allá, una especie de puzzle de actitudes, gestos, pensamientos, creencias y parecidos con nuestros objetos de identificación. Somos grandes imitadores y plagiadores de todo aquello que vemos a nuestro alrededor y sobre todo somos copias de un original al que en un tiempo lejano, amamos.Es condición para elegir una identidad el amor. Es verdad que también podemos identificarnos con aquello que tememos (identificación con el agresor) pero vamos a seguir indagando sobre qué cosas elegimos en ese camino de bifurcaciones que es el amor.

Para un niño de 6 años cuando algo le resulta atractivo quiere parecerse a él o poseerlo. Es equivalente decir “me gusta esto” y “quiero ser esto” o “quiero tener esto”. Para un niño de esa edad, lo que desea es aquello que le resulta atractivo y le resulta atractivo porque posee o significa algo más que él mismo. No seria posible sentirse atraido por algo en déficit, por algo que nosotros ya poseemos o por algo que los demás consideran banal. Amamos aquello que es más grande, tiene más poder, belleza, bondad, valor o sabiduría que nosotros mismos, esta es la regla que nos ocupará durante toda nuestra vida. Y este es el concepto fuerte: la identificación es en parte consciente y en parte inconsciente.

Aqui hay un post que relaciona el amor con la identificación.

En conclusión, para curarse la histérica ha de resolver dos cosas: la neurosis con su madre y su deseo de ser un hombre.

¿Y los hombres histéricos? ¿Donde están?

Desde luego no en la consulta de los médicos, ellos están mejor escondidos, alli donde nadie miraría.

Nota liminar.- Falo es el simbolo de lo que falta, la equivalencia del falo con el pene es sólo una posibilidad.


La histeria masculina

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allan poe

Circula cierto chiste entre los médicos que dice así:

-¿Donde esconderías un billete de 500 euros para que no lo encontrara un traumatólogo?

- Pues naturalmente en un libro de medicina.

La gracia de los chistes es que esconden una verdad oculta, algo de lo que nadie habla pero todos reconocen como una verdad: que los traumatólogos (y en realidad todos los cirujanos) leen pocos libros de medicina, son hombres de acción, hábiles con las manos, duros y objetivos, que toman decisiones sobre la marcha y que extraen su pericia no tanto de lo que saben como de lo que hacen.
Pero hay otra verdad insertada en el chiste y es ésta: para esconder algo, lo mejor es hacerlo en un lugar donde nadie buscaría por obvio, allí donde el objeto escondido se encuentra confundido -mimetizado- entre otros objetos tan parecidos a él que el mapa se confunde con el territorio pasando inadvertido, algo así hacen por cierto los camaleones. Piel y paisaje parecen ser la misma cosa.

Edgar Allan Poe escribió un cuento que puede servirnos de modelo sobre la confusión entre algo que se trata de ocultar y el entorno que lo oculta. Se trata de La “carta robada”. El lector deberá leer el argumento del citado cuento para entender como el mejor escondite es aquel lugar donde nadie buscaría, es por eso que el inspector Dupin (antecesor del detective científico y padre de Sherlock Holmes) encuentra la carta comprometedora precisamente en el lugar donde se encuentran las cartas: en un tarjetero que había encima de la mesa del despacho.

La mejor forma de ocultar algo es mostrarlo a medias.

Pero Dupin no se conforma con encontrar la carta sino que la sustituye por una copia que lleva el mismo sello que la original, de tal modo que el ladrón no sabe que la carta verdadera ha sido descubierta y obra en poder del rey.

El cuento de Poe es una buena metáfora para entender como ciertos síntomas son en realidad máscaras, cartas sustituidas por un detective (en este caso el médico) que conoce la verosimilitud de ciertos síntomas y la imposibilidad de otros. El médico conoce el engaño, algo que precisamente el paciente no sabe.

Y eso hacen precisamente los hombres histéricos, que suelen renegar de la conversión histérica clásica.

Hablar de hombres histéricos parece un contrasentido, tanto como hablar de una disfunción uterina en los hombres. Afortunadamente ya sabemos que la histeria no es una enfermedad uterina sino una enfermedad del deseo, y un molde por donde circula ese mismo deseo a medida que se va desplegando.

Es inútil ir a buscar a los histéricos en la consulta del médico a no ser que el síntoma esté lo bastante disfrazado para ser admitido como legitimo por la medicina. Los histéricos no están en los consultorios, sino en el deporte, en los gimnasios, en el ejército, en los gays, en el arte y a veces también en la consulta de ciertos especialistas, urólogos, con sus crisis de impotencia o eyaculación precoz, pero también en los cardiólogos (corazón de soldado) o en las consultas de digestivo con sus dispepsias crónicas.

Y por supuesto en eso que conocemos con el nombre de perversidad.

Los histéricos están sobre todo escondidos detrás de diagnostico somáticos y allí donde hay algún tipo de beneficio secundario que disfrutar, pero también en esas actividades donde uno brilla para que todos miren, pues el hombre histérico quiere que todos le quieran, no solamente las mujeres y sobre todo que le miren. Y hablando de nichos clínicos en lugar hegemónico hoy es el consumo de drogas. No existe una entidad clínica mejor para un histérico que adquirir el rol de adicto. Tratar las adicciones como “enfermedades genuinas” fue un generoso atractor para multitud de consumidores que se vieron de la noche a la mañana transformados en “enfermos”, es decir en irresponsables de sus propios actos. No existe un escondite mejor para una neurosis histérica.

Para ello hay que recordar el inicio de la histeria en los hombres. Los primeros casos de “conversiones histéricas” fueron detectados en la primera guerra mundial. Hasta entonces la medicina había creído que la histeria era cosa de mujeres, de úteros por así decir, de úteros deprivados, por falta de sexo. Pero los escenarios en los que se desarrolló la primera guerra (usualmente escenarios de trincheras) con combates cuerpo a cuerpo, ataques de gas, bombardeos constantes y días y días de penurias, frío y horror conformaban un escenario perfecto para la eclosión de “histerias de combate” que generaron bajas del frente en numerosa tropa, sobre todo en los franceses y los aliados. Curiosamente no había bajas en el ejercito alemán.

Las razones por las que en el ejercito alemán no había bajas era que los oficiales tenían orden de disparar a los cobardes. Y los alemanes no creían en la histeria, del mismo modo estuvieron mucho tiempo sin aceptar los trastornos por estrés postraumático. Fueron los psiquiatras aliados los primeros en contemplar la histeria clásica -que creían una enfermedad femenina exclusiva- entre los combatientes. Y fue así como crearon etiquetas como “corazón de soldado”, en realidad una forma de “ataque de pánico” y de mutismo histérico, que se atribuyó a un efecto de las bombas sobre el psiquismo.

Es obvio que el beneficio secundario era la causa de estos ataques de conversión histérica en las trincheras. Ataques comprensibles en nuestra mentalidad actual. ¿No es lógico que los pacientes fingieran parálisis, cegueras o paresias en una situación como aquella a fin de retirarse a retaguardia y ser cuidado por amorosas enfermeras?.

Claro que si, ¿pero entonces por qué no apareció antes en las guerras que le precedieron? En realidad cualquier guerra está acompañada de atrocidades, de bajas entre los compañeros, de salvajadas y de venganzas entre uno y otro bando, ajustes de cuentas y penas de muerte sumariales. ¿Por qué no existen documentos históricos o literarios que demuestren que la histeria de combate existió desde siempre?

Lo curioso es que este fenómeno se invirtió en la segunda guerra, aquí ya no hubo histerias de combate sino trastornos psicosomáticos (sobre todo úlceras por estrés). ¿Y en Vietnam? Lo que hubo en Vietnam fue algo peor: el TEPT o trastorno por estrés postraumático. Dicho de otra manera el cuadro clínico de la histeria se desbordó en la segunda guerra mundial hasta convertirse en una entidad clínica diferente en Vietnam.

Todo parece indicar que hay una rebelión de las entidades y que siguen patrones históricos y culturales. es, como si la histeria hubiera ido recorriendo otros espacios a fin de esconder su verdadera naturaleza en función de los cambios sociales que contextualizan una intervención armada: el miedo, el patriotismo, la cobardia/valentía, la significación de la vida y la sensación o no de estar combatiendo por una causa comprensible y el ser o no ser agasajado después de la contienda como un héroe o un villano legitiman la aparición de unos síntomas pero no de otros.

Por ejemplo, no seria de recibo que un soldado se desmayara al entrar en combate, sin embargo el desmayo es muy útil para una damisela del siglo XIX que quiera escapar de un compromiso erótico. Hay cierto síntomas que un hombre no puede presentar si no quiere ser acusado de algo que cualquier hombre teme más que a la muerte: no ser suficientemente hombre.

Es por eso que el dasfallecimiento no es una alternativa para un hombre y es por eso que los hombres no suelen desmayarse, o padecer de vértigos o síntomas que pongan en peligro la posición erecta.


La memoria histérica

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Algunos de mis lectores me han hecho llegar algunas preguntas a mi email privado acerca de algunas dudas que suscitó mi anterior post. Al parecer estas dudas están relacionadas con este párrafo:

Es obvio que el beneficio secundario era la causa de estos ataques de conversión histérica en las trincheras. Ataques comprensibles en nuestra mentalidad actual. ¿No es lógico que los pacientes fingieran parálisis, cegueras o paresias en una situación como aquella a fin de retirarse a retaguardia y ser cuidado por amorosas enfermeras?”

El problema parece residir en la palabra “fingir” y las preguntas que he recibido son como ésta: ¿Entonces los sintomas histéricos son voluntarios?

Y me parece adecuado ahora volver sobre estos términos voluntario/involuntario a fin de aclarar que un humano puede fingir algo sin saber que está fingiendo, algo que se debe sobre todo a la interfase entre lo voluntario y consciente y lo involuntario o inconsciente.

El control de nuestro azúcar en sangre o de la tensión arterial es involuntario (sucede más allá de la consciencia), pero otras funciones neurobiológicas son medio voluntarias y medio involuntarias, como la micción, la defecación o la respiración, otras son enteramente conscientes, beber cuando tenemos sed. Diríamos que la regulación de nuestra tensión arterial es inconsciente (sucede más allá de la consciencia) y por el contrario, la respiración es consciente e inconsciente. La conducta que llevamos a cabo en la realidad es usualmente consciente.

El asunto fundamental es que lo consciente ylo inconsciente no están separados por una linea roja a partir de la cual ya somos inconscientes sino que es un proceso gradual, de tal modo que podemos ser más o menos conscientes de cualquier cosa.

Lo que nos lleva a hablar de la evolución del engaño y el autoengaño.

Y hablar de engaño y autoengaño es hablar de Robert Trivers.

El engaño-autoengaño como hito evolutivo.-

Un hito evolutivo, en el sentido de que estas conductas han dado grandes beneficios a las especies vivas, desde las amapolas, la sepia, los pájaros, reptiles y los mamíferos. El engaño está bien representado en la naturaleza y su función es, 1) proteger a las crias, 2) la autopromoción en el grupo 3) conseguir mejores recursos alimentarios y 4) conseguir mayor numero de hembras con las que reproducirse.  Es obvio que las conductas de engaño han sido seleccionadas positivamente por la selección natural por las ventajas que proporcionan a sus ejecutores.

Obsérvese como esta ave finge tener un ala rota (ser una presa fácil) para alejar al depredador de su nidada.

Sin embargo es precisamente en nuestra especie donde el engaño se ha sofisticado lo suficiente -gracias al lenguaje- para convertirse en autoengaño pues la mejor manera de engañar a alguien es engañarse a sí mismo a fin de no delatarse en esos pequeños signos motores que señalan nuestras mentiras. Naturalmente para Trivers la función del engaño en nuestra especie es la autopromoción, es decir aparecer ante los demás como alguien mas importante, sano, fuerte y con más recursos de los que realmente disponemos. En eso consiste la vida.

El problema es que mantener este nivel de engaño en muy costoso para nuestro organismo, es por eso que Trivers explora los distintos niveles de “gasto” según el sistema que pretendamos engañar.

Dicho de otra manera, el autoengaño es una estrategia común en nuestra especie, y no solo como autopromoción sino también como un mecanismo para eludir responsabilidad sobre lo que se hace o se ha hecho y también para eludir el sufrimiento, la culpa  o la vergüenza.

Naturalmente el autoengaño para ser eficaz ha de ser inconsciente, de lo contrario no sería autoengaño sino simulación simple. Es necesario que el sujeto autoengañado ignore su propio engaño.

Y esto es precisamente lo histérico: lograr ignorar lo que hacemos a fin de engañar a los demás y autoengañarnos.

Por lo tanto: los síntomas histéricos no son voluntarios, pues si lo fueran desvelarían al sujeto su propio engaño y ya no hablaríamos de histeria sino de impostura o simulación.

Es posible entonces afirmar que si existe la histeria es porque tenemos esa extraña capacidad de mantener alejados ciertos contenidos de la consciencia sin saber que lo estamos haciendo.

Algo que naturalmente implica a la memoria, pues sin memoria no recordariamos lo que queremos ocultar.

La memoria disociada.-

La memoria opera por asociación, por contigüidad, de unos contenidos con otros, pero en el plano emocional e incluso en el cognitivo pueden suceder cosas muy interesantes como esta:

Mi padre me sacó de la cama, me llevó a su habitación, me acostó en su cama y…ya no recuerdo nada más.

Se trata de un recuerdo infantil de una muchacha a la que traté, un recuerdo, por otra parte nada raro que nos deja con el suspense de qué sucedió en realidad. Nos obliga a proyectar, ¿qué proyectaría usted?

Lo cierto es que si pongo este ejemplo es para decir que este tipo de amnesias son siempre histéricas, en el sentido de que no se parecen en nada a las amnesias traumáticas (orgánicas) que suelen ser retrógradas. El paciente pierde la memoria de todo lo que sucedió inmediatamente antes del episodio fuere el que fuere. La amnesia de la histeria es lacunar y episódica, lo cual no quiere decir que la muchaha en cuestión nos esté mintiendo con respecto a lo que sugiere que pasó con su padre.

Pero tampoco significa que sea verdad, puesto que lo que podemos ver en este caso y en muchos parecidos es una especie de disociación de la memoria. Es lógico, imagínese a usted mismo viviendo en un entorno con un padre o madre hostiles, imagínese maltratado, incluso abusado, castigado sin motivos, humillado o desatendido. Imagine una infancia así, todos los días. Es fácil comprender que un niño sometido a este tipo de crianza no amará a sus padres. No les puede amar. Pero amar a los padres no sólo es una obligación moral, es una obligación de supervivencia, uno no elige a sus padres, pero su dependencia de ellos es tal que el niño no tiene mas remedio que adaptarse a ese o a cualquier otro ambiente peor.

Y lo que suelen hacer estos niños es retorcer sus emociones, disociarlas. dado que el amor no puede conjugarse junto al miedo o la rabia, lo que el niño va a hacer para sobrevivir es separar sus sentimientos negativos de los positivos, desplazarlos, proyectarlos o negarlos.

Lo mismo sucede con las mentiras de los padres, esas mentiras que nos cuentan para tenernos atrapados o sojuzgados. Uno puede creer las mentiras que le cuentan o bien conformarse con visualizar el mundo a través de la distorsión de las mentiras que le contaron. En cualquier caso la disociación es una opción.

La memoria trata de evacuar los recuerdos que resultaron angustiosos y suele hacerlo a través de la reexperimentación, usualmente en sueños, pero también es posible que ciertos contenidos puedan reescribirse por otros. Es lo que llamamos un recuerdo encubridor. Hoy sabemos que las falsas memorias pueden inducirse activamente con o sin hipnosis, merced a uno de los rasgos más conocidos de la histeria: la sugestibilidad.

Es por eso que Freud decidió no volver a utilizar la hipnosis al caer en la cuenta de que sus pacientes le contaban aquello que él esperaba oir. Mientras sostuvo la idea de la etiología traumática de la histeria, sus pacientes recordaban abusos sexuales, pero cuando abandonó la hipnosis y dejó hablar a sus pacientes en estado de vigilia aparecieron otros contenidos no tan literarios. Freud modificó su idea original de la etiologia traumática de la histeria por la teoria del impulso inaceptable. 

Hay algo que la histérica o histérico no quieren saber, algo que reprimen, niegan o proyectan. Ese algo es un contenido disociado.

Histeria y castigo.-

Todos los malhechores niegan siempre aquello que se les imputa. esto es un hecho muy corriente, lo podemos ver casi todos los días en las noticias de los telediarios, desde los que meten la mano en la caja, hasta los depredadores sexuales y los asesinos. Nadie se confiesa casi nunca de su culpa cuando estamos hablando de delitos.

Es comprensible, podrá usted pensar. Lo que los delincuentes persiguen es eludir el castigo. Es verdad, y nuestro sistema judicial incluso permite a los acusados que mientan para defenderse. Pero no es toda la verdad y cuando un delincuente niega recordar algunos detalles sobre sus crímenes es posible que esté diciendo la verdad.

Si lo que el delincuente buscara es su defensa simularía no recordar nada pero es más que posible que no se trate de una simulación consciente y voluntaria todo el tiempo. El delincuente ya condenado sigue negando su crimen. ¿Qué sentido puede tener esto?

Es muy posible que haya llegado a un nivel de autoengaño lo suficientemente profundo para conseguir apartar de su consciencia los materiales que puedan imputarle como causante de algo que realmente causó.

Pero una cosa es causar un daño y otra muy distinta es tener consciencia del daño hecho. Este proceso se llama mentalización, la capacidad de representarse en sí mismo el daño causado a otra persona. Y no todos los delincuentes pueden llevarlo a cabo.

Y sin mentalización no puede haber rehabilitación ni arrepentimiento.

Claro que algunos crímenes son tan atroces que si el agresor llegara a recordar lo que hizo es muy probable que enloqueciera.

De modo que volvemos al inicio de este post: la disociación es un mecanismo de defensa destinado a sobrevivir a la presión culpógena de ciertos recuerdos.

Pero también hay que recordar ahora siguiendo a Trivers que el peaje a pagar por mantener la disociación es un peaje muy alto, no solo por el enorme consumo de recursos que se emplean para mantener el autoengaño sino también por que la mentira entre cuerpo y mente no tarde en pasar factura a través del sistema imunológico.

Pero ese es otro post.


El cuarto mandamiento

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“Honrarás padre y madre”

(Tablas de la ley)

el-cuarto-mandamiento

Moisés (salvado de las aguas) fue un niño rechazado, según cuenta el mito -mitos de nacimiento y salvación relacionados con el agua- su madre le metió en una cesta y lo dejó en el Nilo a la deriva, presuntamente para salvarle de una de aquellas periódicas matanzas sobre los niños hebreos, más concretamente de los hebreos que vivian en Egipto.

Y aunque le supongamos a la madre de Moisés buenas intenciones -algo que volveremos a ver a lo largo de este post- lo cierto es que para Moisés su madre era una repudiadora que le abandonó a su suerte aquel dia en que recurrió a la cesta de donde fue rescatado por la hija del faraón.

Lo interesante de este mito del nacimiento de Moisés está relacionado con su figura politica posterior, pues fue él precisamente el que subió al monte Sinaí a recibir de manos de Dios, las tablas de la Ley.

Y uno de los preceptos -el cuarto-de la citada ley-, es este “honrar padre y madre” que aparece en cuarto lugar inmediatamente después de “santificar las fiestas” y antes del precepto, “No matarás”, el quinto. ¿No es paradójico que Moisés honrara a su padre desconocido y a una madre que le abandonó a su suerte e impusiera tal precepto a todo el orbe?.

La verdad del asunto es que los padres y más intensamente la madre se encuentra protegida (del sexo y la agresión) por un arcaico e intenso tabú. Si descontamos el aun más antiguo tabú de alimentarse de carne humana o del tabú del incesto, la madre es una de las figuras más protegidas por todas las culturas. Se trata de un tabú universal común a nuestra especie.

La maternidad está recubierta de un halo sagrado y goza de una protección publica y privada superior a la que gozan los niños. Los hijos siempre están en un segundo plano con respecto a la madre, a la madre se le supone un origen arcangélico a la que en sus desvelos solo se puede pagar con veneración.

Y es precisamente esta veneración forzada que los hijos tienen con sus padres la responsable del sufrimiento y de la locura de aquellos miembros de nuestra especie que han tenido la mala suerte de tener padres tóxicos. Pero el daño no procede tanto de la necesidad sino de la obligatoriedad de amar a los padres, de venerarlos, honrarles y respetarles, incluso a aquellos padres que nos abandonan, nos maltratan o nos hieren.

Pues se trata de un mandamiento imposible de seguir, no se puede amar a nadie de forma forzosa, se trata algo que está más allá de las posibilidades de un humano. Algo tan imposible como “Amarás al prójimo como a ti mismo”.

Los estragos maternos.-

En un post anterior ya advertí que los daños recibidos durante la infancia podrian proceder tanto del padre como de la madre, pero los estragos son infinitamente mayores cuando proceden de la madre, pues es la madre el objeto de las relaciones mas tempranas alli donde se establecen las primeras improntas relacionadas con el cariño, la protección, la predictibilidad, la confianza, la contención, el alivio y la voluptuosidad.

Pero la variable critica de estos estragos no procede del hecho de que las madres sean en su conjunto más perversas que los padres, sino que es la madre la que se encuentra más protegida por el tabú, probablemente porque la prohibición de dañar a la madre (o de cohabitar con ella) son más antiguos que el reconocimiento de la paternidad. Asi y todo es cierto que el padre tambien se encuentra protegido por otros tabúes esenciales, más concretamente por el tabú del parricidio tan ligado al “Complejo de Edipo” descrito por Freud en “Totem y tabú” y otros textos. Es posible afirmar que la cultura humana nace con la aceptación de este segundo tabú: el del parricidio que se forjó sobre los restos arcaicos de un tabú primigenio, la prohibición del acceso a la posesión (sexual) de la madre.

Los daños de las madres (y de los padres) proceden del uso transgeneracional de la proyección, la idealización, o la negación, lo que la madre disoció o ignoró de sus propios padres lo proyectará en la siguiente generación. Es posible afirmar que el uso de de los distintos mecanismos de defensa están relacionados con el deseo de no-saber, de seguir ignorando lo que el cuerpo ya sabe pues aquello que no se integró vive disociado en el cuerpo. Y es a través de la proyección que podemos librarnos de los efectos perjudiciales de lo escindido. El uso de la proyección frente a los hijos protege a las madres del sufrimiento, de la enfermedad e incluso de la muerte. Es por eso que algunos prefieren matar a saber.

A continuación me gustaria poner algunos ejemplos de interacciones venenosas entre madres e hijos. Nombraré algunas sin ánimo de ser exhaustivo:

  1. La madre utilizó a su hijo/a como compensación de un matrimonio sin amor o un matrimonio decepcionante.
  2. La madre desprotegió a sus hijos por incompetencia o por complicidad con un padre abusivo.
  3. La madre educó a sus hijos para que fueran perfectos y poder beneficiarse por poderes de sus éxitos.
  4. La madre mintió a sus hijos sobre sus verdaderos sentimientos, tratando de inculcar en ellos emociones escindidas en ella misma y socavando su principio de realidad.
  5. La madre no ama a su hijo/a y le somete a maltrato, abandono, negligencia o delegando el cuidado de sus hijos a otras personas o instituciones. El infanticidio es la condición extrema de esta posición.
  6. Los padres están a su vez sometidos a sus propios padres que son los que tienen el poder para educar a sus nietos. Vale la pena conocer en este sentido la biografia de Yukio Mishima y la importante relación que tuvo su abuela en el desarrollo de su personalidad y su precoz suicidio.
  7. La madre asfixió a su hijo con cuidados excesivos componiendo y comprometiendo la socialización del niño con sus iguales. Se trata del niño sobreprotegido que no puede nunca desembarazarse de su madre. La asfixia no es solamente una metáfora sino que a veces el asma guarda relación con este tipo de maltrato.

Y a pesar de ello a la madre siempre se le suponen buenas intenciones. “Hizo lo que pudo”, “Ella misma también tuvo problemas con su madre o era huérfana”, “Fue sometida a maltrato durante su infancia”, “Eran otros tiempos”, “Tenia que trabajar para darnos de comer” “Estaba sola” “No hay padres perfectos”, etc.

Se trata de algo que siempre me ha llamado la atención durante mi vida profesional: los pacientes siempre tratan de justificar a sus madres, no sólo aquellos que se identifican por una falta crónica de amor y reconocimiento, sino incluso aquellos que han sido maltratados, abusados, ignorados a abandonados como Moisés. Los pacientes no suelen reprocharles nunca nada a sus padres y si lo hacen inmediatamente rectifican movidos por una especie de culpa ancestral: el mandato de Moisés asoma el hocico apenas aparece un intento realista de zanjar cuentas.

Y es entonces cuando aparece la psicosis o el enloquecimiento que más atrás llamé psicosis ordinarias. De lo que se trata es de mantener la mentira.

Sólo estando psicótico aparecen estos contenidos de reproche o de odio hacia los padres. La mayor parte de las personas optan por una solución de compromiso: la idealización.

Idealización o retorno de la reprimido.-

La idealización es un mecanismo de defensa contra las pulsiones destructivas que los sujetos utilizamos cuando el objeto ha sido escindido en partes buenas y partes malas. Las partes malas se escinden de las partes buenas que necesitan defenderse de la colisión con aquellas partes negadas o reprimidas (disociadas). En este sentido idealizar – es decir acercar el objeto al Ideal del Yo o identificarlo con él, le protege de los ataques internos del propio sujeto. Se idealiza precisamente aquello que se teme, o se ama o se desea que nos ame. Se idealiza porque el cuerpo sabe lo que le falta. El cuerpo se ciñe a los hechos y se idealiza aquello que no se pudo integrar.

Como vemos la idealización es una defensa al servicio del Yo, una defensa maníaca por asi decir, una defensa por exaltación que mantiene la disociación. En el polo opuesto nos encontramos con la devaluación que es el polo delirante (o depresivo) del mismo conflicto. Solo que la devaluación no está al servicio del Yo sino de Tanatos, del impulso de muerte, de la compulsión repetitiva.

Aquello que no se encuentra simbolizado vuelve a aparecer en lo real, que es lo mismo que decir que lo escindido (lo disociado) vuelve repetidamente en una forma u otra.

Es por eso que cualquier terapeuta puede observar que en los estados psicóticos, los pacientes son capaces de sentir ese odio o auto-odio que los sujetos neuróticos no son capaces de sentir.

Algunos necesitan enloquecer para saber esa verdad.

 


Causalidad y analogía

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camino

Lo mejor de este libro, que me recomendó un amigo es que está escrito por dos alemanes. Confieso que con ese titulo no lo hubiera leído si hubiera sido escrito por especialistas de otra nacionalidad. Ser alemán asegura un cierto regusto de seriedad, si bien el libro “La enfermedad como camino”, contiene algunas ideas que no comparto del todo y otras que me parecen demasiado especulativas cuando no pretextos para ir más allá de lo que nos interesa como médicos, una de ellas es ésta: Si la enfermedad es un camino ¿Donde conduce ese camino?

La idea de que la enfermedad es un camino para hallar la salud me parece una idea extravagante, demasiado “new age“, es como si pretendiéramos que en la enfermedad existe un propósito, como si la enfermedad fuera un mensaje sobrenatural que hay que descifrar. Personalmente me parece un disparate. La enfermedad es una fatalidad y la medicina es la ciencia que se ocupa de las enfermedades para tratar de mitigarlas y no de sacralizarlas.

Pero es cierto que a veces la enfermedad nos hace cambiar o modificar nuestra manera de pensar o mejorar ciertos hábitos de vida, aunque no necesariamente en la mejor dirección y así y todo, ante una enfermedad grave la gente se muere igual, con cambio o sin él.

La verdad del asunto es que la enfermedad nos embrutece, nos envejece, nos envilece y empeora no solo nuestra calidad de vida, sino también nuestra contractualidad social, nuestras mejores prestaciones por asi decir. Personalmente estoy en contra de la enfermedad aunque como médico me resigno, hemos de resignarnos a ella y conseguir, -eso si que es posible, gracias a la medicina cientifica-, mejorar los entornos y mejorar la vida de los individuos concretos, minimizar los daños y prevenir las complicaciones y secuelas de las distintas enfermedades. Algo que sin duda se ha conseguido en cierto modo en nuestras sociedades modernas.

Ahora bien, es cierto que hay ciertos esqueletos en el armario para airear que están por resolverse y en eso tienen razón aquellos que ponen el énfasis en la cronicidad o en las patologías psicosomáticas. Este post está destinado a arrojar alguna luz sobre este tipo de enfermedades.

Como es bien sabido fue la histeria de conversión, la primera de las patologías caracterizadas por una falta de razones fisiológicas claras en su manifestación y de ponernos en la pista sobre la idea de “acausalidad”. Las anestesias y parálisis histéricas fueron descubiertas – y aceptadas- a falta de algún tipo de explicación neurológica para las mismas. Todo pareciera que sucedía en otro registro distinto de la inervación, como si hubiera dos planos en la misma: una neuroanatómica y otra que se forjaba a gusto del propio consumidor.

Y luego vino el concepto de somatización.

La razón por la que la conversión histérica y la somatización llegaron a separarse y a conceptualizarse de forma distinta hay que ir a buscarla a la historia de las guerras entre el psicoanálisis y la tradición europea de la psiquiatría contra la pragmática psiquiatría americana personalizada en Alexander y la escuela de Chicago. Alexander convirtió la vieja idea de la “neurosis de órgano” de Fenichel en algo nuevo que desde entonces conocemos como trastorno psicosomático o enfermedad psicosomática que ha tenido un inmerecido éxito. Naturalmente el abandono de las conceptualizaciones psicoanalíticas -como siempre que se fragmenta la tradición- llevó a la psicosomática a un callejón sin salida ateórico que se ha mantenido hasta nuestros días, esta vez bajo la etiqueta del concepto aun más ambigüo de estrés o enfermedades inducidas por estrés.

Lo psicosomático pues carece de una teoría que explique los “fenómenos psicosomáticos” y es precisamente aquí donde recojo las ideas de estos alemanes de nombre imposible que figuran en la ilustración del post.

Hacia una reconceptualización de lo psicosomático.-

Podríamos definir un fenómeno psicosomático diciendo que es la consecuencia física de algo que presumimos emparentado con lo psíquico. Hay algo mental que se infiltra en el cuerpo dando lugar a un síntoma físico.

La mayor parte de la gente y de los médicos que conozco estaríamos de acuerdo en aceptar la idea de que las enfermedades del cuerpo (las somáticas) afectan al psiquismo. En sentido contrario también hallaríamos a algunos (aunque menos) convencidos. Lo psíquico y lo somático se afectan mutuamente. ¿Pero cómo?

Si usted lo piensa seguramente caerá pronto en la cuenta de que lo hace de una manera lineal. Pensamos algo así como si desde lo mental, algo pasara siguiendo las autopistas del cerebro profundo hasta las estructuras emparentadas con lo neural, lo inmunológico o lo endocrinológico y desde ahí y según el órgano emparentado con cualquiera de estas estructuras pasara al territorio de lo físico causando enfermedades concretas.

Dicho de otro modo, lo pensamos de un modo mecánico y lineal.

Y la cosa no funciona así.

En realidad toda enfermedad es psicosomática, pues toda enfermedad transcurre en dos planos: no es que un plano afecte al otro sino que un evento cualquiera se escribe simultáneamente en dos niveles distintos de definición: uno sigue las leyes de la causalidad y otro sigue las leyes de la analogía.

Solemos pensar en el concepto de “trauma” para que venga a servirnos de auxilio en este problema, pensamos así: algo que nos impacta y que viene del exterior y que compromete nuestras defensas mentales, logra penetrar a través del cerebro -usualmente moviliza emociones negativas- en estructuras más profundas y desde allí genera todo tipo de malestares dependiendo de la plataforma de expresión que utilice.

En un post anterior ya abordé este problema, el lector interesado puede volver a él para refrescar algunas ideas que están relacionadas con la teoría del caos y la no-linealidad.

Lo que es lo mismo que decir que entre el “trauma”y sus efectos somáticos no hay un solo paso, pero que tampoco podemos entenderlo como una suma de pasos más o menos complicados. Complicación no es complejidad.

Y la complejidad exige una bifurcación. Ciertos eventos no siguen las leyes de la causalidad estrictas sino que en cierta forma se bifurcan, hablamos entonces de una estructura disipativa (ED), se crea una fondo y una forma, un efecto causal y un efecto analógico.

No siempre la normalidad (la salud) es estable, ni siempre la enfermedad es inestable. Algo que podemos observar en las enfermedades crónicas: islas de orden, alejadas del equilibrio (para refrescar la teoría del caos)

Algo que podemos ver en relación con las enfermedades cíclicas o recurrentes. Cuando una enfermedad es cíclica y se repite no cabe duda de que existe una  estructura disipativa  pues precisamente las ED son islas de orden. El orden está implícito en la predicción de que hay algo que se repetirá, aunque no sabemos cuando, ni cómo ni qué gravedad tendrá. Algo así sucede en un trastorno bipolar, una vez establecido que existe esta enfermedad sabemos que el individuo necesariamente recaerá, pero no sabemos si el próximo episodio será depresivo, maníaco o qué intensidad tendrá, hasta que la ED se bifurque de nuevo en cuyo caso puede incluso desaparecer..

La primera opción que se presenta a una persona cuando sufre un estrés o una impresión psíquica para conformar una ED es que el individuo ha de colapsar una opción: o se convierte en un sufrimiento psíquico o se deja pasar hacia abajo.

Dicho de otra manera, lo psicosomático exige un “no querer saber” un “no tomar en cuenta”, un repudio, un descuido.

El cuerpo somatiza sólo lo que el psiquismo no ha querido saber.

Ahora bien, hemos de huir también de la idea de que “eso que no se ha querido saber” sea algo importante, algo que se ha reprimido. Muchas veces es algo banal, algo imperceptible, algo que sin embargo compromete al sujeto en algún lugar de su economía psíquica que trata de salvaguardar: es inútil buscar traumas graves, importantes o intensos en el inicio de una somatización. Muchas veces lo que vamos a encontrar es una situación de estrés inespecífico relacionado con algún evento trivial de la vida. Pero el cuerpo nunca se equivoca cuando emite una queja. Hay algo que merece la atención de la mente, algo que se dejó pasar.

En este sentido, un estrés se comporta como lineal cuando es aceptado como genuino pero no lo es cuando se niega su naturaleza por ser contraría a las ED del carácter. Hay EDs que se oponen a otras como zombies, sombras o inconsciente reprimido. Da igual como le llamemos siempre que entendamos esta confrontación.

Constantinopla-grande

El Cisma de Occidente: la Gran Escisión histórica

La Spaltung.-

Otra de las teorizaciones que me interesaron del libro anteriormente citado, es lo que los autores han llamado “la polaridad”. En realidad el concepto de polaridad del que hablan es un concepto que ya Freud describió con el nombre de “Spaltung” que en español se traduce como escisión. La escisión freudiana que Lacan rebautizó con el nombre de “sujeto barrado” (de un lado el sujeto, del otro el objeto ($), viene de origen en los humanos y es consecuencia de la lateralización cerebral y de poseer dos hemisferios cerebrales, algo de lo que ya hablé en aquella serie que titulé ¿Una conciencia dual?. De manera que no voy a volver sobre el tema de la Gran Escisión de nuestro cerebro sino para recordar la principal consecuencia mental de este fenómeno: el pensamiento categórico. Y recordar también que una de las secuelas de pensar categóricamente es la contradicción: los conceptos opuestos se contradicen entre sí y nos imposibilitan para aprehender el Todo, es decir de ver el mundo como una totalidad. Nos obliga a ver las cosas de un modo sesgado, fraccionado o amputado.

La siguiente consecuencia de la spaltung es la invención del tiempo. El tiempo en realidad no existe sino solo la duración de las cosas. El tiempo a escala de totalidad es la eternidad, asi como el espacio es el vacío o la nada. El tiempo es una proyección de nuestra conciencia escindida, luego si el tiempo no tiene existencia objetiva entonces la causalidad no es lo que pensamos.

Puesto que no puede haber causalidad sin tiempo. La causalidad implica un antes (la causa) y un después (el efecto). Pero si el tiempo es solo una proyección de nuestra conciencia, entonces la causalidad no es exactamente como la pensamos. Es por eso que Freud descubrió ya en su época a propósito de un paciente que delinquía buscando el castigo que:

La culpa es anterior a la falta.

Lo que significa una inversión total de la causalidad, efectivamente no es que el paciente de Freud se sintiera culpable por haber infrinfigo tal o cual precepto moral sino que era precisamente porque se sentía culpable por lo que buscaba el castigo infringiendo la ley.

Y es precisamente porque existe la polaridad y que existe la contradicción que existe el inconsciente. Allí están todas las mitades de las cosas que no hemos sido capaces de integrar en nuestra conciencia. Jung le llamó la Sombra, eso que desconocemos de nosotros mismos.

Dramatis personae.-

De manera que ya tenemos el reparto general de ese parlamento cerebral donde se dan cita los procesos que intervienen en ese trasiego que llamamos proceso psicosomático, son estos:

1.- Un evento.

2.- La spaltung.

3.- El inconsciente o la Sombra.

4.- Una estructura disipativa.

5.- Un juego de acausalidad-causalidad. Y de analogías.

6.-El cuerpo.

7.-La construcción de un síntoma y la aparición de la enfermedad.

Seguiremos en el próximo post.


¿Multicausalidad o complejidad?

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complejidad

Aquellos de ustedes que leyeron el post anterior quizá se hayan quedado con una duda importante. ¿Entonces no existe la causalidad? ¿No es cierto que en medicina, en química o en física hablamos de causas y efectos?¿No es cierto que gran parte de la investigación biomédica busca desesperadamente las causas de las enfermedades?

 

Claro que si, nadie negará que el bacilo de Koch sea el responsable de la tuberculosis, pero no es sólo el bacilo de Koch el responsable de la enfermedad, hay condiciones higiénicas y de hábitos alimentarios que tambien influyen. Hablamos entonces de policausalidad. Pero si le adjudicamos al bacilo de Koch la causa de la TBC es para abreviar y porque es eficaz para encontrar tratamientos eficaces. Nos conformamos con esta explicación:  matar el bacilo concreto es una estrategia eficaz.

La causalidad ha dado a la biomedicina enormes éxitos sobre los que no voy a volver una vez más sino para recordar que los antibióticos han sido una buena estrategia de lucha frente a múltiples gérmenes y enfermedades. Nombraré el tifus, la sifilis, la gonorrea, la tos ferina, la fiebre de malta,o la TBC. Un éxito de nuestra idea de la causalidad: una vez identificado el germen, la causa, es el turno de encontrar un remedio contra el mismo.

Pero no todas las enfermedades son asi de causal-dependientes. En la mayor parte de ellas sobre todo las mentales, el cáncer, las enfermedades autoinmunes y los trastornos psicosomáticos, las cosas no funcionan asi.

La multicausalidad.-

Nosotros, los médicos hablamos mucho de multicausalidad, el problema es qué entendemos como multicausalidad y más que eso: como nos representamos esta multicausalidad.

Lo cierto es que la pensamos como una suma, asi:

C1+C2+C3…..=E1 (E2,E3)

(siendo C, correlaciones y E, efectos), cualquiera de nosotros está acostumbrado a pensarlo de este modo: causa no es correlación.

Un ejemplo de esta idea es la siguiente:

1.- Las sociedades opulentas (C1)

2.- Alli donde existen altas tasas de divorcio (C2)

3.-Alli donde existen bajas tasas de natalidad (C3)

Correlacionan con una alta prevalencia de anorexia mental.

De este modo, los médicos pensamos que ciertas enfermedades no tienen una causa única sino que existe como una nube de causas que dan lugar a ciertos efectos. Lo interesante de esta manera de pensar la causalidad es que ya no necesitamos para nada la idea de “causalidad” lineal, sino que pensamos en términos de haces causales que crecen, se expanden o se extinguen dando lugar a otros efectos intermedios que llevan el sistema hacia la incertidumbre, de tal manera que aun sumando -si pudiéramos identificar todas las correlaciones- todas las C que operan en este sistema no podríamos predecir un resultado E, en este caso la aparición de una anorexia mental. Existe pues una relación espúrea entre las C y los E.

Dicho de otro modo: la anorexia mental seria un trastorno que emerge de un cluster de potencialidades que pueden estar o no estar en el sistema, ninguna de estas potencialidades por sí misma es exigencia concreta y al mismo tiempo su exclusión no nos permite predecir nada sobre el comportamiento de una determinada entidad (en este caso la existencia o no de una patología).

Diríamos entonces que la patología emerge de las condiciones del sistema y de las relaciones que establecen entre si las variables (C) que intervienen en él. A esta idea la llamamos complejidad.

O por decirlo de una forma más concreta: ciertas enfermedades parecen emerger de un caldo de cultivo social, cultural o interpersonal entendiendo que las relaciones interpersonales están contextualizadas a través de mecanismos ocultos en el propio sistema.

Ahora bien,¿cómo es posible que la organización social, cultural o interpersonal logre intervenir en algo biológico como es un organismo vivo y provocarle una patologia?

Ciertamente ninguna organización social podria hacer eso sin una facilitación “Preparedness” biológica. Eso que ha venido en llamarse “construcciones sociales”, no podria tener efecto alguno en los cerebros individuales si no existiera una facilitación para ello. Y al contrario: todo lo social, lo cultural procede de lo biológico, sólo que lo biológico (lo genético y sus diferencias adaptativas) tiende a construir sociedades y culturas afines con las condiciones de adaptación de los organismos vivos. En este sentido cabe recordar la frase de Sapolsky de que el monoteismo es un invento del desierto.

Por ejemplo, las culturas del desierto tienden a regularse socialmente a través de la vergüenza, mientras que las sociedades urbanas europeas se regulan mejor a través del sentimiento de culpa. Las razones para morir en la guerra para un legionario romano o un kamikaze japonés son muy distintas a las razones por las que lucharon los nazis o los soldados aliados en la segunda guerra mundial. Expresar afecto está prohibido en ciertas culturas mientras que para los europeos del sur el exceso e familiaridad es la norma, etc.

Todo parece indicar que las razas son el resultado de adaptaciones ancestrales muy diferentes entre las distintas culturas. Lo que me permite añadir en este momento que los roles desempeñados por la mujer, sobre todo la ascensión contractual de género que ha tenido lugar en el mundo occidental durante el siglo pasado y su incorporación al mundo del trabajo, asi como la independencia económica y la regulación de la natalidad son otras C, que podriamos añadir a las anteriores y no me propongo identificarlas a todas, salvo para señalar que estas C no existen en otras culturas, se ha señalado con razón que en las culturas musulmanas la anorexia mental es muy poco frecuente.

Dicho de otra forma: investigar la anorexia mental requiere investigar las sociedades donde esta enfermedad es prevalente, necesitamos las ciencias sociales y menos neurobiologia. Es necesario un cambio de paradigma.

Sin embargo es necesario salvar algunos escollos, me refiero sobre todo al cierre categorial entre disciplinas.

Una forma de entender este concepto de “cierre categorial” es señalar que la Música y la Termodinámica estudian fenómenos bien distintos, algo así parece suceder con las ciencias sociales (sociología, antropología, etc) y las ciencias biológicas, como la medicina, psicología, etc. Si tomamos como mal ejemplo la psicología es para señalar que esta disciplina se encuentra tan distante de las ciencias sociales como de las biológicas (naturales) y todo ello a pesar de que -en teoría al menos- la psicología debería haberse propuesto a sí misma como puente entre ambas. Lo cierto es que no lo ha hecho y hoy  podemos atisbar que la psicología, al menos la clínica en realidad es una medicina de bajo nivel de resolución.

Lo mismo ha sucedido con la sociología o la antropología llamadas “culturalistas”, al divorciarse definitivamente de los hallazgos de las ciencias naturales han terminado por ofrecer ideologías más que explicaciones. Hay que recordar que hoy la mayor parte de nuestros ideales democráticos se basan en teorizaciones de estas disciplinas muchas de las cuales ya han sido refutadas por la neurociencia: el ejemplo que suele ponerse siempre es la idea de la “tabla rasa”, algo que no es baladí porque la educación de nuestros hijos se encuentra secuestrada por esta falsa idea.

La psicología evolucionista es probablemente la disciplina que puede tender puentes y superar el cierre categorial entre las disciplinas (que sólo atienden a sí mismas) y que contribuirá a ensanchar los horizontes que acaso hoy se muestran esquivos en la traslación de unos fenómenos a otros.

En el próximo post me propongo abordar estas cuestiones de la complejidad y del caos abordando un concepto psicológico bien conocido: la sublimación, que me parece muy adecuado para entender como se las arregla nuestra mente para superar los opuestos de una manera creativa.

Libros gratis en la web de Edgar Morin



La tierra del nunca jamás

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Solo los niños muertos consiguen permanecer como niños para siempre

(James Mattews Barry) 

peter pan

Peter Pan es un personaje de ficción creado por James Matthews Barry que ha dado lugar a relatos, novelas, peíículas, cómics y varias versiones sobre el mismo tema, a pesar que lo que ha tenido mas éxito han sido las versiones Disney y edulcoradas de la historia, lo cierto es que originalmente la novela tenia otras lecturas no tan inocentes. Una atmosfera de pederastia o al menos de pedofilia recorre toda la novela.

En realidad se trata de sospechas que han recaído sobre la vida real de su autor el nombrado Barry que es un personaje ciertamente oscuro del que apenas conocemos nada de su vida privada. Sin embargo conocemos algunos datos de su biografia y conocemos también su obra -escrita originalmente para el teatro- Peter Pan, un niño que se negó a crecer, un puer eternum, un arquetipo de personalidad muy frecuente y que nos revelará algunas claves sobre la pederastia (al menos sobre su dinámica), no tanto por la historia en sí sino en el entrelazamiento de esta historia con la vida de Barry.

A la edad de seis años James perdió a su hermano David de 13 años en un accidente y su madre que prefería abiertamente a David quedó afectada de por vida por esta perdida de la que jamás se repuso. El padre por su parte se distanció de la familia quedando el pequeño James aislado en casa, sin amigos y soportando las confusiones de su deprimida madre que creía que los niños cuando mueren permanecen siempre niños merodeando por el hogar, hasta el punto de que siempre le llamaba David.

En este ambiente de deprivación y enloquecedor creció James si bien cuando digo crecer estoy exagerando porque además de esto James padecía una especie de enanismo, de esa clase de enanismos que conservan la inteligencia y también los rasgos de la cara aunque su talla no alcanzaba mas que metro y medio.

Así y todo Barry se casó aunque en aquella época los matrimonios solía ser de conveniencia y no llevaban aparejado ni el cariño de los cónyuges ni la necesaria cohabitación, Barry no tuvo hijos. Ni fue padre ni le hicieron padre pues muchos Peter Panes actuales son padres por delegación genética sin que ellos hayan decidido serlo.

Es muy posible que Barry no durmiera con su mujer y que el matrimonio no se consumara. Es también posible que Barry no buscara una mujer sino una madre tal y como Peter Pan se relaciona con Wendy.

Lo cierto es que Barry tuvo mucho éxito con su obra de teatro y se relacionó con los mejores intelectuales de la vida londinense, Robert Louis Stevenson y Conan Doyle.

En realidad Peter Pan es una historia llena de talento que señala en la dirección de que muchos traumas infantiles pueden sublimarse a través de la creatividad. Es seguro que Barry trasplantó a su historia de ficción su propia tragedia personal, su interés por los niños y que se inspiró en los hijos de unos amigos (Llewelin Davis) para escribir su relato, tal y como hizo Lewis Carroll movido por sus sentimientos con Alicia.

Alicia y Peter Pan no son relatos para niños sino relatos escritos por escritores-niños (y que son adultos con gusto por los niños) para niños. Aquí radica el papel de catarsis y de exorcismo que la escritura (y la lectura) pueden llegar a tener para aquellos que han vivido tragedias como la de Barry.

Barry no podía crecer y por eso Peter Pan tiene 13 años como su hermano fallecido. No podía fallarle a su madre  y no podía fallarle a su hermano. Debía convertirse en él y quedarse detenido en el tiempo, colgado de esa “isla de nunca jamás” donde no hay materialidad, ni tiempo, donde no se cumplen las leyes de gravedad y donde toda la eternidad puede destinarse a jugar o a escuchar cuentos. Barry se identificó con su hermano David por una sencilla razón: su madre le adoraba y si al morir había quedado en aquel estado no podía ser por ninguna razón más que aquella perdida era insoportable para ella. James salió al rescate y a ofrecerse como recambio.

Sacrificó su vida en la pira del mito familiar como tantos otros.

A cambio escribió una obra maestra de la literatura, pues sólo los que han sufrido mucho son capaces de trascender su propio dolor hacia la creación.

Peter Pan no admite besos y lo que busca en Wendy es algo así como el afecto de una madre, aunque en realidad todas las niñas están locas por él, estableciendose un triangulo entre Wendy, Campanilla (un hada) y el propio Peter Pan.

Peter Pan permanece siempre en la isla del nunca jamás, pero Wendy entra y sale pues para ganarselo ya sabe que ha de contarle cuentos y no esperar de él nada más que conseguirle una sombra.

Peter Pan no tiene sombra pero la adquiere cuando Wendy logra cosersela.

Seminario de metaformación del pasado 31 de Octubre en el Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón a cargo del Dr Abel Baquero.


¿Cómo se construye un síntoma?

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“El diablo se esconde en los detalles”

Terminé mi penultimo post que titulé “Causalidad y analogía” con la promesa de retomar el tema de la causalidad no-lineal. Pero en mi anterior post en el que hablé de Peter Pan y sobre todo de su autor James Barrie he encontrado un buen pretexto para ejemplificar lo que quiero decir ahora a propósito de lo que entendemos como causalidad no-lineal en lo que se refiere a lo psíquico.

Cuadro antiguo museo

¿Por qué en lo mental es tan difícil encontrar causas lineales como por ejemplo sucede en las enfermedades físicas?

Pues porque la causalidad que opera en lo psíquico no es lineal. Lo que es lo mismo que decir que las mismas causas pueden provocar en distintos sujetos variables efectos. Lo no.lineal está basado en la incertidumbre. La causa no nos permite predecir el resultado y aun: las causas están ocultas en las relaciones que establecen entre si los distintos elementos del sistema.

Vamos a ver el caso de Barrie el autor de Peter Pan. ¿Era Barrie un pederasta?

Contaba en mi anterior post que Barrie:

A la edad de seis años James perdió a su hermano David de 13 años en un accidente y su madre que prefería abiertamente a David quedó afectada de por vida por esta perdida de la que jamás se repuso. El padre por su parte se distanció de la familia quedando el pequeño James aislado en casa, sin amigos y soportando las confusiones de su deprimida madre que creía que los niños cuando mueren permanecen siempre niños merodeando por el hogar, hasta el punto de que siempre le llamaba David.

En este ambiente de deprivación y enloquecedor creció James si bien cuando digo crecer estoy exagerando porque además de esto James padecía una especie de enanismo, de esa clase de enanismos que conservan la inteligencia y también los rasgos de la cara aunque su talla no alcanzaba mas que metro y medio.

Así y todo Barrie se casó aunque en aquella época los matrimonios solían ser de conveniencia y no llevaban aparejado ni el cariño de los cónyuges ni la necesaria cohabitación, Barrie no tuvo hijos. Ni fue padre ni le hicieron padre pues muchos Peter Panes actuales son padres por delegación genética sin que ellos hayan decidido serlo.

Es muy posible que Barrie no durmiera con su mujer y que el matrimonio no se consumara. Es también posible que Barrie no buscara una mujer sino una madre tal y como Peter Pan se relaciona con Wendy.

No sabemos si Barrie fue un pederasta del mismo modo que tampoco sabemos si lo fue Lewis Carroll, lo que si sabemos es que ambos eran pedófilos, es decir adultos con una especial sensibilidad para los niños. Adultos-niños que disfrutan jugando con niños como si ellos mismos fueran niños sin serlo.

Y realmente lo son puesto que el desarrollo psicosexual puede detenerse, bloquearse o redirigirse a partir de eventos educacionales, contextuales o de la vida psíquica del niño. Es obvio que en el caso de Barrie su deseo de permanecer niño está relacionado con la muerte de su hermano David y con la depresión ulterior de su madre. Pero esta manera de pensar sigue siendo lineal, ¿Cómo se relaciona este evento desgraciado con la pedofilia de Barrie?. Es obvio que no todos los pedófilos tienen antecedentes tan dramáticos en su biografía. (El lector deberá distinguir en este momento lo que es el gusto por tratar con niños del concepto de pederastia que es el concepto de abusar de los niños). Aquí hay un post para volver sobre este asunto junto con una explicación evolucionista.

Y unas cuantas ideas:

Otro error que suele cometerse con frecuencia es confundir pederastia con el crimen: no todos los pederastas son criminales y ni siquiera todos los pederastas pasan al acto sus fantasías que quedan sólo en eso, fantasías. Nadie podria acusar a Lewis Carroll de pederasta a pesar de su fascinación por Alicia, una inclinación que pudo sublimar escribiendo cuentos para niños. Tampoco sería justo decir que Oscar Wilde era un pervertido a pesar de que estuvo en la cárcel por sus amorios con el joven Arturo (menor de edad) aunque en Inglaterra en aquella epoca la homosexualidad estaba penada con la cárcel. ¿O qué decir de la novela más importante de los amoríos entre un adulto y una niña? me refiero a la novela Lolita de Vladimir Nabokov, una obra maestra de la literatura universal llevada al cine nada más y nada menos que por Kubrick. ¿Y qué decir de “Muerte en Venecia”, escrita por Thomas Mann y filmada por Visconti?

Si todos estos grandes hombres fueron pederastas hay que decir que en poco se parecen a esos otros pederastas que raptan niños o niñas o que incluso les asesinan.

¿Qué es lo que diferencia a una pederasta de un pedófilo?

El pederasta es la octava inferior de la pedofilia, la octava más baja y degradada.

Significa que los sintomas son como fractales: se reproducen autosimilares en múltiples planos de definición.

Las estructuras disipativas.-

Ilya Prigogine (1917-2003) fue un químico ruso nacionalizado belga que en 1977 mereció el premio Nobel por sus hallazgos sobre las estructuras disipativas.

Mi intención es dar a conocer sus investigaciones -al menos las más importantes de entre ellas- y hacerlas llegar de forma comprensible al público en general, por las aplicaciones que dicha teoría tiene en diversos ámbitos de las ciencias naturales.

La primera idea que me gustaría transmitir es que la palabra “estructura disipativa” contiene una contradicción formal: la de algo que permanece, junto a algo que cambia o se transforma. Los científicos mecanicistas ya conocían este fenómeno de convivencia entre estructura y cambio, dado que es algo que todos podemos observar en la vida corriente; por ejemplo, el crecimiento de un humano tiene algo que se modifica y que se solapa junto con algo que permanece. Newton abordó este mismo problema en relación con la viscosidad y la fricción, considerándolo como un obstáculo para sus investigaciones de mecánica clásica. Ludwig von Bertalanffy llamó “sistemas abiertos” a este estado de la materia que más adelante recibiría el nombre de “estructura disipativa” propuesto por Prigogine.

Para comprender mejor la naturaleza de este estado de la materia es conveniente que el lector entienda el concepto de “equilibrio y orden”. El orden absoluto en un sistema vivo es la muerte, lo que significa que todos los seres vivos nos movemos alrededor de un equilibrio compatible con la vida. Sin embargo, existen sistemas que se encuentran muy alejados de ese equilibrio o estabilidad ideal; por ejemplo, el estado de salud de una persona es un equilibrio inestable del que es posible predecir -siguiendo las leyes de la entropía- que está destinado a desordenarse alrededor de lo que llamamos enfermedad, envejecimiento y posterior muerte, mientras que la enfermedad es un estado que se encuentra alejado del equilibrio, aunque en muchas ocasiones es posible hallar en ella aspectos ordenados, como sucede en las enfermedades crónicas. Es decir, los sistemas vivos tienden hacia el desorden (ganancia de entropía) pero pueden instalarse lejos del equilibrio y desde allí construir islas de orden.

Las leyes que rigen en estos puntos alejados del equilibrio son bastante distintas a las que operan en estados cercanos al equilibrio. Se trata de leyes misteriosas que no pueden ser formuladas en términos de matemática lineal. Fué precisamente Prigogine quien desveló el misterio de aquello que sucedía lejos del equilibrio:

Lo que sucede lejos del equilibrio es que el sistema se organiza -estabiliza- produciendo una serie de fenómenos que conocemos gracias a las matemáticas no lineales o, dicho de una forma más gráfica, a través de las leyes del caos.

Cerca del equilibrio encontramos fenómenos repetitivos y leyes universales, pero, a medida que nos alejamos de él, nos desplazamos de lo universal a lo único, hacia la riqueza y la novedad. Esta es, sin duda, una de las características bien conocidas de la vida.

Otro de los fenómenos interesantes de la teoría de Prigogine es la existencia de bifurcaciones, es decir, la “elección” de un camino que no puede ser pronosticado y que, en términos generales, termina en transformación o colapso del sistema.

Las características de las estructuras disipativas son las siguientes:

  • autoorganización: la emergencia espontánea de orden;
  • irreversibilidad: el sistema, una vez tomada una bifurcación, no puede retroceder más que hasta el último punto en que se bifurcó;
  • impredectibilidad: el sistema es incierto y no puede predecirse hacia dónde evolucionará;
  • dependencia de pequeños cambios en los puntos de bifurcación; y
  • dependencia de las condiciones iniciales: el sistema guarda una “memoria” de los movimientos de bifurcaciones anteriores, lo que significa que siendo como es incierto las probabilidades de que se elija una bifurcacion u otra puede ser descrito en terminos de probabilidades: el caos no es azar, sino un pseudoazar.

Como quizá algún lector haya intuido, las características que definen las estructuras disipativas son perfectamente aplicables a lo que entendemos como conciencia: un estado de la materia donde rigen leyes lineales y no-lineales, determinismo e indeterminismo, en una especie de cocktail que mezcla procesos ordenados y predecibles con otros caóticos e impredecibles.

Volviendo al caso de la pedofilia y/o pederastia como síntoma, para definirlo necesitamos comprender que no hay ninguna estructura psicológica que por sí misma defina esa evolución y no otra: estamos en el territorio de la incertidumbre. El síntoma psíquico guarda relaciones causales con lo lineal y lo no-lineal. Por ejemplo, sabemos que un niño abusado tiene muchas probabilidades de convertirse en un abusador. También sabemos -por otra parte- que no hay una constelación familiar ni psicológica que apunte deterministicamente hacia un desarrollo así, puesto que todo depende de que la personalidad se haya enroscado en ese eje de bifurcación que podríamos definir como adulto/niño. Si la personalidad de un individuo se enrosca en una estructura disipativa asi, tiene muchas probabilidades que su vida sexual y afectiva pivote alrededor de ese eje.

En conclusión, lo único que podemos decir del caso de Barrie es lo siguiente:

  • La muerte del hermano por si misma carece de efectos perniciosos.
  • La depresión de la madre por si misma no puede explicar el síntoma.
  • El aislamiento del niño en un entorno enloquecedor es perturbadora pero no es causal específicamente de los síntomas que nos ocupan.
  • La desafección del padre tiene un efecto igualmente inespecífico.

La variable oculta. como siempre sucede entre los sistemas no-lineales es algo que está escondido entre las variables que consideramos causales, el diablo siempre está oculto en los detalles.

La falta de amor es la variable oculta, algo que no se encuentra tabulado en ningún texto de psiquiatría, ni de psicología, ni en ninguna clasificación. ¿Pues cómo medirlo?

La psicología del futuro no deberá tanto ocuparse de las labores cuantitativas sino hurgar en las cualitativas y en los casos únicos.


El cuarto mandamiento

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“Honrarás padre y madre”

(Tablas de la ley)

el-cuarto-mandamiento

Moisés (salvado de las aguas) fue un niño rechazado, según cuenta el mito -mitos de nacimiento y salvación relacionados con el agua- su madre le metió en una cesta y lo dejó en el Nilo a la deriva, presuntamente para salvarle de una de aquellas periódicas matanzas sobre los niños hebreos, más concretamente de los hebreos que vivian en Egipto.

Y aunque le supongamos a la madre de Moisés buenas intenciones -algo que volveremos a ver a lo largo de este post- lo cierto es que para Moisés su madre era una repudiadora que le abandonó a su suerte aquel dia en que recurrió a la cesta de donde fue rescatado por la hija del faraón.

Lo interesante de este mito del nacimiento de Moisés está relacionado con su figura politica posterior, pues fue él precisamente el que subió al monte Sinaí a recibir de manos de Dios, las tablas de la Ley.

Y uno de los preceptos -el cuarto-de la citada ley-, es este “honrar padre y madre” que aparece en cuarto lugar inmediatamente después de “santificar las fiestas” y antes del precepto, “No matarás”, el quinto. ¿No es paradójico que Moisés honrara a su padre desconocido y a una madre que le abandonó a su suerte e impusiera tal precepto a todo el orbe?.

La verdad del asunto es que los padres y más intensamente la madre se encuentra protegida (del sexo y la agresión) por un arcaico e intenso tabú. Si descontamos el aun más antiguo tabú de alimentarse de carne humana o del tabú del incesto, la madre es una de las figuras más protegidas por todas las culturas. Se trata de un tabú universal común a nuestra especie.

La maternidad está recubierta de un halo sagrado y goza de una protección publica y privada superior a la que gozan los niños. Los hijos siempre están en un segundo plano con respecto a la madre, a la madre se le supone un origen arcangélico a la que en sus desvelos solo se puede pagar con veneración.

Y es precisamente esta veneración forzada que los hijos tienen con sus padres la responsable del sufrimiento y de la locura de aquellos miembros de nuestra especie que han tenido la mala suerte de tener padres tóxicos. Pero el daño no procede tanto de la necesidad sino de la obligatoriedad de amar a los padres, de venerarlos, honrarles y respetarles, incluso a aquellos padres que nos abandonan, nos maltratan o nos hieren.

Pues se trata de un mandamiento imposible de seguir, no se puede amar a nadie de forma forzosa, se trata algo que está más allá de las posibilidades de un humano. Algo tan imposible como “Amarás al prójimo como a ti mismo”.

Los estragos maternos.-

En un post anterior ya advertí que los daños recibidos durante la infancia podrian proceder tanto del padre como de la madre, pero los estragos son infinitamente mayores cuando proceden de la madre, pues es la madre el objeto de las relaciones mas tempranas alli donde se establecen las primeras improntas relacionadas con el cariño, la protección, la predictibilidad, la confianza, la contención, el alivio y la voluptuosidad.

Pero la variable critica de estos estragos no procede del hecho de que las madres sean en su conjunto más perversas que los padres, sino que es la madre la que se encuentra más protegida por el tabú, probablemente porque la prohibición de dañar a la madre (o de cohabitar con ella) son más antiguos que el reconocimiento de la paternidad. Asi y todo es cierto que el padre tambien se encuentra protegido por otros tabúes esenciales, más concretamente por el tabú del parricidio tan ligado al “Complejo de Edipo” descrito por Freud en “Totem y tabú” y otros textos. Es posible afirmar que la cultura humana nace con la aceptación de este segundo tabú: el del parricidio que se forjó sobre los restos arcaicos de un tabú primigenio, la prohibición del acceso a la posesión (sexual) de la madre.

Los daños de las madres (y de los padres) proceden del uso transgeneracional de la proyección, la idealización, o la negación, lo que la madre disoció o ignoró de sus propios padres lo proyectará en la siguiente generación. Es posible afirmar que el uso de de los distintos mecanismos de defensa están relacionados con el deseo de no-saber, de seguir ignorando lo que el cuerpo ya sabe pues aquello que no se integró vive disociado en el cuerpo. Y es a través de la proyección que podemos librarnos de los efectos perjudiciales de lo escindido. El uso de la proyección frente a los hijos protege a las madres del sufrimiento, de la enfermedad e incluso de la muerte. Es por eso que algunos prefieren matar a saber.

A continuación me gustaria poner algunos ejemplos de interacciones venenosas entre madres e hijos. Nombraré algunas sin ánimo de ser exhaustivo:

  1. La madre utilizó a su hijo/a como compensación de un matrimonio sin amor o un matrimonio decepcionante.
  2. La madre desprotegió a sus hijos por incompetencia o por complicidad con un padre abusivo.
  3. La madre educó a sus hijos para que fueran perfectos y poder beneficiarse por poderes de sus éxitos.
  4. La madre mintió a sus hijos sobre sus verdaderos sentimientos, tratando de inculcar en ellos emociones escindidas en ella misma y socavando su principio de realidad.
  5. La madre no ama a su hijo/a y le somete a maltrato, abandono, negligencia o delegando el cuidado de sus hijos a otras personas o instituciones. El infanticidio es la condición extrema de esta posición.
  6. Los padres están a su vez sometidos a sus propios padres que son los que tienen el poder para educar a sus nietos. Vale la pena conocer en este sentido la biografia de Yukio Mishima y la importante relación que tuvo su abuela en el desarrollo de su personalidad y su precoz suicidio.
  7. La madre asfixió a su hijo con cuidados excesivos componiendo y comprometiendo la socialización del niño con sus iguales. Se trata del niño sobreprotegido que no puede nunca desembarazarse de su madre. La asfixia no es solamente una metáfora sino que a veces el asma guarda relación con este tipo de maltrato.

Y a pesar de ello a la madre siempre se le suponen buenas intenciones. “Hizo lo que pudo”, “Ella misma también tuvo problemas con su madre o era huérfana”, “Fue sometida a maltrato durante su infancia”, “Eran otros tiempos”, “Tenia que trabajar para darnos de comer” “Estaba sola” “No hay padres perfectos”, etc.

Se trata de algo que siempre me ha llamado la atención durante mi vida profesional: los pacientes siempre tratan de justificar a sus madres, no sólo aquellos que se identifican por una falta crónica de amor y reconocimiento, sino incluso aquellos que han sido maltratados, abusados, ignorados a abandonados como Moisés. Los pacientes no suelen reprocharles nunca nada a sus padres y si lo hacen inmediatamente rectifican movidos por una especie de culpa ancestral: el mandato de Moisés asoma el hocico apenas aparece un intento realista de zanjar cuentas.

Y es entonces cuando aparece la psicosis o el enloquecimiento que más atrás llamé psicosis ordinarias. De lo que se trata es de mantener la mentira.

Sólo estando psicótico aparecen estos contenidos de reproche o de odio hacia los padres. La mayor parte de las personas optan por una solución de compromiso: la idealización.

Idealización o retorno de la reprimido.-

La idealización es un mecanismo de defensa contra las pulsiones destructivas que los sujetos utilizamos cuando el objeto ha sido escindido en partes buenas y partes malas. Las partes malas se escinden de las partes buenas que necesitan defenderse de la colisión con aquellas partes negadas o reprimidas (disociadas). En este sentido idealizar – es decir acercar el objeto al Ideal del Yo o identificarlo con él, le protege de los ataques internos del propio sujeto. Se idealiza precisamente aquello que se teme, o se ama o se desea que nos ame. Se idealiza porque el cuerpo sabe lo que le falta. El cuerpo se ciñe a los hechos y se idealiza aquello que no se pudo integrar.

Como vemos la idealización es una defensa al servicio del Yo, una defensa maníaca por asi decir, una defensa por exaltación que mantiene la disociación. En el polo opuesto nos encontramos con la devaluación que es el polo delirante (o depresivo) del mismo conflicto. Solo que la devaluación no está al servicio del Yo sino de Tanatos, del impulso de muerte, de la compulsión repetitiva.

Aquello que no se encuentra simbolizado vuelve a aparecer en lo real, que es lo mismo que decir que lo escindido (lo disociado) vuelve repetidamente en una forma u otra.

Es por eso que cualquier terapeuta puede observar que en los estados psicóticos, los pacientes son capaces de sentir ese odio o auto-odio que los sujetos neuróticos no son capaces de sentir.

Algunos necesitan enloquecer para saber esa verdad.

Y el perdón por si mismo tampoco ha curado nunca a nadie. La única cura consiste en conseguir tener una visión realista de nuestros padres y tener consciencia de todo lo que nos dañaron, nos negaron emocionalmente o de sus excesos: de aquello que tuvimos que esconder para no defraudarles. Pues el daño no solamente procede de los déficits de amor o del maltrato físico directo sino a veces de cuestiones muy sutiles como las mentiras que nos obligaron a creer.


¿Por qué la psiquiatría está como está? (I)

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Pinel liberó a los enfermos mentales de sus cadenas pero llenó las cárceles de locos y el Sena de cadáveres. @pacotraver

Philippe_Pinel_à_la_Salpêtrière

La psiquiatría es una disciplina joven y más joven aun es la palabra “psiquiatra” heredera de un quehacer mucho más antiguo que se llamó, “alienista”. Los alienistas son aquellos doctores especialistas en la alienación.

Como casi todos los conceptos en los que hoy creemos a pies juntillas, la psiquiatría nació en la Ilustración, en aquel siglo XVIII francés donde se fraguó la modernidad tal y como la entendemos hoy.

En aquel tiempo la batalla de las ideas estaba presidida por una ciencia emergente y la teología. Qué es de Dios y qué es del hombre era el quehacer de los hombres de ciencia y de sus vigilantes Torquemadas siempre dispuestos a exorcizar lo nuevo, a todo aquello que pudiera ser disonante con las creencias religiosas y con el dogma. Los científicos que acabaron sus días en la hoguera acusados de herejes es demasiado larga para enumerarlos aquí, baste que el lector recuerde la “apostasía” de Galileo, obligado a renunciar a lo que había visto con sus propios ojos o a Descartes que se vio casi obligado a separar las cosas del alma y las del intelecto profundizando así en la dichosa dualidad. Ambos salvaron la vida.

Pero la revolución francesa trajo consigo nuevas ideas y nuevos desafíos para la sociedad entera. El naturalismo de Condillac impregnó la ciencia y con él la idea de que la locura no respondía a causas misteriosas o pecados de una estirpe que había que purgar en este mundo sino que obedecía a causas naturales.

Naturalmente si yo hubiera vivido en el siglo XVIII me hubiera apuntado a esta idea: la locura tiene causas naturales como la ascitis o el infarto de miocardio. Hay que notar que el naturalismo de Condillac nació por oposición a la idea teologal de que la locura tenia causas sobrenaturales. De modo que la idea de Condillac fue en aquel momento necesaria y revolucionaria. Efectivamente la locura, la alienación mental responde a causas naturales y no a designios de Dios. Pero en este post me propongo deconstruir está idea de naturalismo y ponerla en su sitio.

En mi opinión una de las causas del escaso potencial terapéutico del que disponemos los psiquiatras de hoy es habernos fiado demasiado -todo- al naturalismo.

Es por eso que en Paris, en una de aquellas instituciones llamadas “manicomios” no tardaría en emerger una idea nueva: la locura tiene causas naturales del mismo modo que las enfermedades físicas.En realidad el término de enfermedad mental es bastante reciente y cabe atribuírselo a Jules Séglas, un alienista francés que vivió desde 1856-1939 y que junto a Chaslin fue la ultima generación de médicos que ocuparían puestos de alienistas de Hospitales, en adelante ya no habría mas alienistas sino psiquiatras o neurólogos al haber podido introducir en el cuerpo médico y social la idea de que las enfermedades mentales no eran alienaciones tal y como se las venia considerando históricamente sino enfermedades similares a las médicas. ahí empezó a hablarse de enfermedad mental y los alienistas convertidos en psiquiatras.

La idea de que la enfermedad mental era una enfermedad como otra cualquiera se reforzó mucho cuando Bayle descubrió a través de necropsias que la causa de la megalomanía sifilítica era la espiroqueta. Un hallazgo excepcional, una hallazgo con hueso en palabras de Julio Sanjuan. Pero seria el primero y el último. Así y todo es muy interesante conocer algo más sobre la neurosífilis y qué hemos aprendido de aquella epidemia.

Desde entonces no ha habido en psiquiatría ningún hallazgo con hueso que nos aporte algún tipo de conocimiento sobre la causa o causas de las enfermedades mentales. Es verdad que ha habido avances pero más enfocados a la asistencia que a las causas de las enfermedades. Ha habido avances muy positivos que han cambiado la vida de los enfermos mentales, como por ejemplo el litio, los antipsicóticos y los antidepresivos, todos ellos descubiertos por casualidad y no siguiendo ningún protocolo de investigación. Sin embargo hoy nuestra especialidad se encuentra en una encrucijada:

  • No aparecen nuevos psicofármacos realmente innovadores y la teoría de las monoaminas está cada vez más desacreditada.
  • La investigación genética parece adentrarse en un galimatías, a cada hallazgo de corresponde la apertura de un panorama más complejo. Y los investigadores han llegado a una decepcionante conclusión: los genes candidatos para las grandes psicosis como la esquizofrenia parecen haberse estancado.
  • El publico en general es cada vez más critico con la psiquiatría y con las leyes que tratan de proteger a los pacientes mentales a través del internamiento forzado con o sin tutela judicial. Parece haberse abierto una brecha en esta decepción, un bucle melancólico: la negación de la enfermedad mental como una realidad biológica compleja, atribuyendo toda la causalidad a la exclusión social o a los mismos tratamientos psiquiátricos o constructos diagnósticos tal y como sucede con el TDH. Según esta manera de pensar la enfermedad mental no existe sino tan sólo intereses industriales. Aquí hay un post donde relacioné el TDH con la vida y la educación actuales junto con las creencias en que se basan
  • La psiquiatría y los psiquiatras siguen estando estigmatizados, tanto o más que los propios enfermos mentales. Sólo así puede entenderse que la depresión no logre alcanzar las mismas inversiones que se destinan al cáncer aun reconociendo su prevalencia y la oscura predicción de que los trastornos depresivos serán en el futuro tan frecuentes tal que 1 de cada 4 personas los padecerán a lo largo de la vida. (350 millones de personas están hoy afectadas en todo el mundo)
  • La psiquiatria es una disciplina débil epistemológicamente hablando y lo es precisamente por haber abrazado el paradigma biomédico sin condiciones. La idea jasperiana de que no puede haber psiquiatría sin filosofía o literatura (narrativa) ha sido borrada del mapa del conocimiento y sustituida por la idea de que no puede haber psiquiatría sin serotonina o neuroimagen.
  • Una idea que no sólo ha penetrado en la psiquiatría sino que por desgracia ha fascinado tanto a los psicólogos como a los psiquiatras. Hoy cuando hablas con un psicólogo científico tienes la impresión de que estás hablando con un médico de baja calidad de resolución (pues no pueden prescribir fármacos). Ignorando la epistemología de su disciplina: el conocimiento de uno mismo, ese es el paradigma de la psicologia, un paradigma que se perdió en la deriva de las ideas post ilustración.

En conclusión: la debilidad epistemológica de la Psiquiatría se debe a varios factores: 1) la idea de que las enfermedades mentales son enfermedades como las demás. 2) la no-resolución del problema mente-cerebro 3) la equivalencia reduccionista que iguala las enfermedades mentales a enfermedades del cerebro 4) El estigma que sobrevuela sobre lo mental y la locura 5) la escasa inversión en investigación sobre las enfermedades mentales 6) La escasa investigación, experimentación y evidencia sobre terapias no físicas.

En el próximo post me propongo profundizar un poco más sobre qué entiendo por investigación en esta materia que llamamos Salud mental, un término ambigüo que por si mismo parece querer ocultar el objeto de su investigación: la locura


¿Por qué la psiquiatría está como está? (y II)

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La Psiquiatria es gente (Nicolas Sartorius)

Lo cierto es que la enfermedad mental no puede reducirse a una enfermedad del cerebro pero al mismo tiempo es posible afirmar que no podría darse en un cerebro sin la complejidad del cerebro del Sapiens.

Dicho de otra manera, necesitamos contar con otras disciplinas, otros conocimientos para dar cuenta de lo psíquico. Necesitamos a la religión, a la mitografía, a la antropología, a la sociología, a la filosofía, a la literatura y al arte para poder comprender lo psíquico y  por tanto tambien las averías del mismo. Necesitamos poder comprender el sufrimiento mental y las fronteras que traza lo patológico con las adversidades de la vida y como estas intearctuando con ciertas vulnerabilidades genéticas llevan al hombre hacia la enfermedad.

La psiquiatría es biología, es una enfermedad natural sin duda, pero tambien es psicológica y es social, es histórica, etnica y es mítica y por fin la locura tiene implicaciones metafísicas.. Psicogénesis y sociogénesis son dos asignaturas pendientes cuyo concurso en la comprensión de lo psíquico nos darán mas de una pista.

Las razones para el desasosiego:

Factores que proceden de la imagen que de la psiquiatría tienen médicos y psiquiatras.-

La mayor parte de los estudiantes de medicina consideran que la psiquiatría es una disciplina poco científica. Tal y como dice Nicolas Sartorius:

Los estudiantes de medicina también perciben la psiquiatría como carente de una base sólida y científica autorizada . Esta actitud se basa en parte en la incertidumbre relativa a la nosología y el diagnóstico de las enfermedades mentales, que se menciona entre los motivos de los estudiantes de medicina no entrar en psiquiatría . La clasificación de los trastornos mentales en las categorías del DSM y CIE ha sido objeto de críticas debido a que la mayoría de estas categorías diagnósticas no son validados por los criterios biológico reforzando así la imagen de la psiquiatría como no ser “verdadera medicina” .

La imagen de la psiquiatría desde la perspectiva de los psiquiatras no ha sido ampliamente estudiada. Un estudio que evaluó cómo una muestra de los psiquiatras y pediatras sentía acerca de su especialidad encontró que la satisfacción fue calificado como alta entre los psiquiatras , sin diferencias en la satisfacción en comparación con los pediatras. Lambert et al  evaluaron las razones por las cuales los médicos abandonaron la especialidad que habían elegido inicialmente y reportan que las principales razones mencionadas por los psiquiatras incluyen la pobre imagen pública de la especialidad, la percepción de falta de respeto entre los otros médicos, y la percepción de la insuficiencia de recursos. Sólo el 71% de los psiquiatras en un estudio británico informó de una disposición general a tomar antipsicóticos para sí mismos en el caso de un trastorno esquizofrénico .

Factores que afectan a la percepción de la población.-

En cuanto a formas específicas de tratamiento psiquiátrico, los pacientes y sus familiares albergan los mismos estereotipos acerca de los medicamentos psicotrópicos como se encuentran en el público en general. Por lo tanto, estos medicamentos a menudo son rechazados debido a que se cree que son adictivos, no atacan las causas reales de la enfermedad  para inducir cambios de personalidad y que pueden suprimir sentimientos normales . Algunos estudios muestran una clara preferencia por la psicoterapia sobre el tratamiento farmacológico. El tratamiento psiquiátrico fue visto a menudo como lento en hacer efecto o totalmente ineficaz.

Sin embargo, en comparación con la población general, pacientes psiquiátricos y sus familiares se han encontrado para tener actitudes ligeramente más positivas hacia los medicamentos psicotrópicos  , y algunos estudios reportan que la satisfacción con esta forma de tratamiento es alta . Anteriormente los pacientes hospitalizados mostraron actitudes más positivas hacia el tratamiento psiquiátrico.

La estigmatización de la psiquiatría.-

La descripción general de la psiquiatría en los medios de comunicación y de entretenimiento es predominantemente negativa. En un comentario sobre medios de comunicación, la psiquiatría fue descrita como “una disciplina sin una verdadera erudición, métodos científicos, o sin técnicas de tratamiento eficaces” . Los periódicos y las películas a menudo han transmitido una imagen negativa de los hospitales psiquiátricos. Estas imágenes fueron rápidamente generalizadas y contribuyeron a la imagen negativa de la psiquiatría en general. Los modernos centros de salud mental de la comunidad rara vez se representan en los medios de comunicación..

La representación de tratamiento psiquiátrico también es a menudo negativa, con imágenes de electroshocks ineficaces y punitivas medidas de confinamiento forzado, o el tratamiento psicoanalítico prevalecientes. La “mitología de Hollywood de la psiquiatría” transmite la idea de que el éxito del tratamiento no se basa en la medicación y el progreso gradual, sino en una sola sesión catártica. Informes periódicos sobre las drogas psicotrópicas han sido sustancialmente más importante que informes sobre medicamentos cardíacos, más a menudo enfatizan los efectos secundarios negativos, mientras que se omite la información sobre los efectos beneficiosos . Informes de TEC han sido con frecuencia negativa y sesgada  . Varios periódicos criticaron repetidamente la relación entre la psiquiatría y la industria.

La imagen pública de los psiquiatras es en gran parte negativa y basado en el conocimiento insuficiente sobre su formación, experiencia y propósito. Por ejemplo, no se sabe ampliamente que los psiquiatras son médicos, y la duración de su formación se subestima . Ellos se atribuyen una baja condición social entre los médicos académicos . Muchos estudios reportan una diferenciación insuficiente entre las distintas profesiones de la salud mental, en particular entre los psiquiatras y psicólogos . Sólo dos estudios informaron que los encuestados fueron capaces de diferenciar entre las profesiones. Los psiquiatras son acusados ​​de confiar demasiado en medicamentos. En presencia de un problema de salud mental, la ayuda de un confidente  o un médico de la familia a menudo se recomienda en lugar del tratamiento por un psiquiatra. Sin embargo, sólo una pequeña minoría de la población en general aprueba el estereotipo de que “los psiquiatras son inútiles”

Hay estereotipos que compiten en relación con los roles profesionales de psiquiatras  . Por un lado, a menudo se perciben como “agentes de la represión”, cuya finalidad es garantizar el comportamiento conformista y que puede “ver en las mentes de las personas”. A veces se sugiere que los psiquiatras no quieren realmente entender a sus pacientes y son hostiles hacia ellos . Por otra parte, los psiquiatras son a veces percibidos como oráculos, adivinos o salvadores amorosos, con expectativas exageradas sobre el éxito del tratamiento y la curación.

Poco dinero en investigación.-

Si comparamos las cifras de 350 millones de deprimidos en el mundo con la escasa dotación que tiene la investigación podremos empezar a comprender por qué la psiquiatría es la hermana pobre de la medicina..

La comparación entre la depresión y el cáncer es muy común. El cáncer,, es una terrible plaga que afecta a más de 32 millones de personas y mata a unos 8 millones de personas al año, muchos más que la depresión. Pero al menos en los países desarrollados, la gran mayoría de las personas con cánceres reconocidos reciben tratamiento.

En la investigación, también, la depresión no ha podido seguir el ritmo de cáncer. La investigación del cáncer hoy es un campo floreciente, desenterrando vastos catálogos de mutaciones asociadas a la enfermedad, que permiten ensayar terapias genéticamente específicos y el desarrollo de modelos animales sofisticados. La investigación sobre la depresión, por su parte, parece haber fracasado: terapias esperanzadoras han fracasado en los ensayos clínicos y los estudios genéticos han venido con las manos vacías. El campo del conocimiento psiquiátrico todavía está luchando para definir incluso la enfermedad  y superar el estigma asociado a ella.

¿Por qué la depresión no ha cosechado los mismos recursos científicos y la atención como el cáncer? Y si lo hubiera hecho, ¿dónde estaría la comprensión de este trastorno ?  Nature  puso estas preguntas a los investigadores.  Sin embargo, algunos científicos esperan que una reciente explosión de interés por los estudios cerebrales puedan por fin impulsar la investigación de la salud mental en una forma diferente. “El cáncer es una gran inspiración: que han tenido una gran cantidad de inversión y que han hecho grandes avances”, dice Foley. “No hay razón por la que no podemos ver las mismas cosas en la depresión.”.

Poca inversión en dispositivos y profesionales.-

La psicoterapia puede ser tan o más efectiva que la medicación si bien precisa de más medios y personal bien entrenado, su ventaja es que soslaya los efectos secundarios de los medicamentos convencionales al menos en las patologías leves y ambulatorias, sin embargo y volviendo a Sartorius:

Norman Sartorius que fue presidente de la WPA solía repetir un mantra que considero muy importante: “Psychiatry is people” (La psiquiatría es gente). Se trata de algo que nuestros políticos y gerentes no han aprendido: después de la desinstitucionalización de los enfermos mentales en la época de Reagan, el estado se desentendió de ellos y traicionaron el compromiso que se habia adquirido en tanto a la creación de dispositivos comunitarios.

La asistencia psiquiatríca no necesita grandes inversiones en aparataje, material, tecnología o cosas así, lo que necesita a nivel asistencial es gente, es decir personas que atiendan los malestares comunes de la población en entornos cercanos a su propio hábitat, no en impersonales hospitales rodeados de toda clase de parafernalia medica. Necesita dispositivos asistenciales si, pero también sociosanitarios y comunitarios. Sin un despliegue constante de estos recursos y programas específicos bien distribuidos por todo el territorio, sin una red protectora que incluya tanto el ocio, como el trabajo tutelado o la asistencia pura y dura, el albergue o los clubes de enfermos, los hospitales de dia, etc la psiquiatría se medicaliza, es decir es tratada y tomada como una especialidad medica ad hoc, con sus recuentos y exigencias cuantitativas. ¿Cuantos enfermos puede ver al día un psiquiatra ambulatorio? Pues no más de 12-14 personas, y un psicólogo no más de 6 o 7. Es claramente insuficiente para mantener el contacto terapéutico más allá de algo puntual y estereotipado.
No es sólo un cambio de mentalidad de los profesionales lo que necesitamos sino también un cambio en las expectativas racionales de la población y sobre todo abordar de una vez una reforma psiquiatrica a nivel de Estado que iguale de una vez la investigación con la del cáncer (en el mundo hay 350 millones de depresivos por ejemplo) un número que por si mismo haria temblar a cualquiera. Y además, la creación de una red unificada de recursos sanitarios y sociales que trabajen en red con los mismos parametros. Se necesitan muchas cosas, pero sobre todo gente, gente.

Dicho de una forma más clara: el modelo biomédico no solo decepciona a los médicos, psiquiatras, pacientes , familiares y publico en general sino que se ha demostrado claramente insuficiente a la hora de atender las necesidades reales de la población. Un ejemplo de ello en la psiquiatria infantil es la siguiente idea: ¿Por qué no existen programas para la psicoeducación de padres claramente disfuncionales? ¿Por qué tratamos a los niños y no empeñamos nuestros recursos en enseñar a los padres conductas y modos educativos funcionales?

Es obvio que para mejorar nuestra asistencia psiquiátrica tendremos que empezar por remover algunos tabúes, el de los estragos parentales por ejemplo.

Bibliografía.-

El articulo citado de Nature.

El articulo citado de Norman Sartorius.


Convalecientes

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Las mujeres tienen que estar descansadas y sobre todo tienen que hablar y mantener relaciones con otras mujeres (Dicho de mi abuela).

mafalda

La convalecencia es el periodo de tiempo necesario para que el organismo se recupere después de haber sufrido una enfermedad. Se trata de un concepto hipocrático que tuvo su apogeo durante el siglo XIX y el XX, con instituciones propias, casas de reposo, balnearios, etc, sobre todo a partir de enfermedades infecciosas como la tuberculosis una verdadera pandemia en esa época. Aunque convalecer se aplica no solamente a las enfermedades infecciosas sino también a intervenciones quirúrgicas o a accidentes puede definirse como el tiempo necesario para recobrar la salud -la restitutio ad integrum- después de una enfermedad.

El concepto de convalecencia está unido al concepto de vix medicatrix, es la espera necesaria para que el organismo supere una enfermedad y se restablezca de ella por sus propios medios, usualmente porque se carecía de tratamientos. De manera que convalecer en origen era el subproducto de una carencia de tratamientos efectivos o de un cirugia que minimizara los riesgos quirurgicos.

Si  reflexiono sobre este concepto es a raiz de una serie de conversaciones que he tenido recientemente sobre una cuestión adherida a la anterior: el tiempo de reposo. ¿Reposamos lo suficiente’¿Sabemos descansar?

Lo cierto es que los conceptos salud y enfermedad son bastante toscos y nos obligan a pensarlos como opuestos, una especie de elección binaria. O estamos sanos o estamos enfermos, pero, ¿Es esto verdad?

Con independencia de si lo es o no, lo cierto es que nuestro sistema sanitario y los entornos laborales están diseñados para sujetos industriales, sometidos a horarios y  a legislaciones que prescriben bajas médicas y proponen incapacidades definitivas cuando existen diagnósticos claros en donde se supone que la salud no volverá a recuperarse. Si estás enfermo al Hospital y si estás sano a trabajar. Esta es la consigna que seguimos a rajatabla.

Pero la verdad de este asunto es que la mayor parte de nuestra vida la pasamos en tierra de nadie, ni estamos sanos ni estamos enfermos, y a partir de cierta edad vamos acumulando achaques, deficiencias, incapacidades y limitaciones. Ni estamos sanos ni estamos enfermos aunque cada uno de nosotros puede -subjetivamente- ubicarse en un punto cualquiera del continuum de ese espectro. De hecho podemos sentirnos enfermos sin estarlo.

Es por eso que algunos autores como Richard Smith propusieron el termino de no-enfermedades para describir ciertos estados sin explicación médica. Lo que me propongo a continuación es ampliar un poco más el horizonte de este concepto relacionándolo con el reposo, la necesidad de reposo y la incapacidad de algunas personas de reposar el tiempo necesario.

Algo parecido sucede con el binomio, trabajo-ocio. Contemplado de este modo pareciera que trabajar y divertirse sean cosas opuestas. O estamos trabajando o estamos divirtiéndonos, pasando por alto el hecho de que ciertas personas son capaces de divertirse en su trabajo. Pero la verdad del asunto es que la mayor parte de nuestra vida transcurre en un segmento de realidad que nada tiene que ver ni con el trabajo, ni con la diversión. Eso que ha venido en llamarse “tiempo libre” y que hacemos equivaler al ocio en realidad no tiene nada de divertido. La mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos sin hacer nada de “provecho”, pensamos, caminamos, leemos el periódico, conducimos para ir de aquí para allá, vemos la televisión o mantenemos conversaciones intrascendentes sobre temas imprecisos. Por no decir que nos aburrimos o simplemente que pasamos el rato sin hacer nada o repitiendo tareas repetitivas.

Y sin olvidar que una tercera parte de nuestra vida la pasamos durmiendo. Y algo peor: hay muchísimas personas en el mundo que no pueden dormir, que tienen un sueño no-reparador o que simplemente no duermen lo suficiente. Es por eso que los hipnóticos son la droga legal más consumida en España y ya supera al alcohol y al cannabis.

Podemos hablar de abuso aunque su consumo sea legal. Pero por qué se consumen tantos sedantes tipo Orfidal, Trankimazin o Lexatin?

Para mi la variable critica de este elevado consumo es que estamos obligados a seguir un horario, más concretamente un horario laboral. El abuso de estas drogas no procede solo de la adicción (que también es posible) sino del miedo a no poder dormir junto con la obligación de tener que madrugar. Pasarse la noche en blanco rumiando ideas inacabadas o preocupaciones diurnas para dormirse ya de madrugada y despertarse a las dos horas de haber logrado conciliar el sueño es un poco la rutina de muchas personas. Una no-enfermedad, algo impuesto por el ritmo de vida.

Mis abuelos que vivian en el campo, no tenían ninguna necesidad de tomarse estos potingues y no es porque la vida en el campo sea mas sana -en realidad es mas insalubre - como piensan algunos sino que su ritmo circadiano estaba relacionado no tanto con los horarios sino con las estaciones, era circa-estacional. Los trabajos agrícolas no precisan un horario pero si que son oportunistas, el sembrado, plantaje, recolección y otras labores del campo no precisan ponerse el despertador sino simplemente hacerlas en el momento oportuno y de una manera sincronizada con otros elementos naturales como el clima, la lluvia, etc. Las patatas se siembran en Marzo, dice la canción popular.

Con esto no quiero decir que los agricultores trabajen menos que un obrero industrial, lo que digo es que trabajan siguiendo otros ritmos. Unos ritmos a los que el organismo humano se encuentra mejor adaptado.

Todas las dicotomías (como la que estamos viendo ahora ocio-trabajo) dividen el mundo en dos partes, una parte que es trabajo y una parte que es ocio. Lo mismo sucede con el binomio salud-enfermedad. O estamos sanos o estamos enfermos. Ninguna de estas dicotomías contempla la realidad de un “tertium inter pares”, de algo que queda por afuera. Nuestra vida se encuentra enjaulada y discurre en espacios donde no caben los matices. Me sorprende que nadie haya nunca pensado que existe una relación entre el consumo de sedantes y los horarios o los turnos, un invento de la revolución industrial, un invento del mundo fabril.

Debe ser por eso que muchas personas mejoran cuando se jubilan y dejan de atender al dichoso despertador pero también existe el caso contrario: personas que aunque ya no tienen la obligación de levantarse temprano se han hecho adictos a este comportamiento y siguen tomando sedantes con la idea de que no duermen lo suficiente. Dicho de otra forma: es como si el cerebro no aceptara que con la edad necesitamos menos horas de sueño o que ya no necesitamos auto-imponernos el mismo horario que seguíamos mientras estábamos en activo.

La verdad del asunto es que este tema tiene mucha relación con la salud percibida (¿tengo una buena o mala salud?) y tiene mucho que ver con las necesidades a veces inconscientes de mantenerse enfermo como coartada para poder descansar y ser cuidado. En realidad muchas veces la enfermedad es una venganza inconsciente contra el sistema que nos obliga a horarios infernales.

Otras veces no es el sistema sino el propio individuo quien se exige a  sí mismo más de lo que su cuerpo puede dar de sí.

Y llega un dia en que todo se rompe y entonces sobreviene una enfermedad o una no-enfermedad en el sentido que le da Smith.

Hay personas que no sienten sus propios limites, tanto en el consumo de drogas, como en el ejercicio. Hay personas que se someten a regímenes de vida tiránicos o a formas de fatiga extrema sin que se aperciban directamente de que están llevando su cuerpo hacia el agotamiento. Y hay dos formas naturales de suprimir el sistema inmunológico: uno es el frío y el otro es la fatiga extrema.

De manera que no es de extrañar que algunas personas después de un estrés inespecífico y tan sutil que se confunde con sus hábitos comunes de vida desarrollen eso que ha venido en llamarse fibromialgia, un trastorno por dolor neuropático acompañado de una fatiga extrema e inexplicable que se acompaña por una serie de disfunciones inmunológicas. Se trata de una rebelión del organismo frente al individuo, un ajuste de cuentas, un “como si” el cuerpo reclamara la parte que el individuo le negó durante mucho tiempo.

Algo que antes se llamaba neurastenia y que no existe en los manuales nosológicos que manejamos los médicos ni los psiquiatras y como las meigas, existir, existen. La diferencia con las descripciones de Beard es que la fibromialgia se ceba más en las mujeres a diferencia de la neurastenia que era más cosa de hombres.

Recordando a Beard:

Hace mas de cien años un médico americano llamado George Beard describió una enfermedad “nueva” a la que bautizó con el nombre de neurastenia, curiosamente Beard creia que era una enfermedad que se presentaba con mayor frecuencia en hombres y que procedia de un sobreesfuerzo intelectual, incluso se habló de que la neurastenia era la enfermedad de moda en el siglo XIX, la “peste del siglo” y otros adjetivos similares cosa que también mereció otra curiosa enfermedad: la clorosis que parecia cebarse más en el sexo femenino. No interesan demasiado las tesis de Beard sobre su posible etiología pero si interesa señalar que el cuadro clinico descrito por el médico americano se parece o es absolutamente igual que a lo que hoy llamamos fibromialgia, si bien parece que Beard enfatizó más en su aspecto asténico, el cansancio inexplicable que afectaba a estos enfermos y no tanto el dolor. Sin embargo hoy según dicen los investigadores la fibromialgia y el sindrome de fatiga crónica serian la misma enfermedad o al menos se trataria de patologias comórbidas. Recordemos sus sintomas principales:

  • Dolor musculo-esqueletico que empeora con mínimos esfuerzos.
  • Sensación de enorme fatiga que no se corresponde con el esfuerzo realizado.
  • Sin ningun hallazgo orgánico u objetivo que justifique esta sintomatologia.

Síntomas mayores que van casi siempre asociados a otros: trastorno del sueño y del humor, foto y audiofobia, colón irritable, migrañas, síndrome de Raynaud, incapacidad para relajarse, aftas bucales, irritabilidad y otros.

La neurastenia ha cambiado de sexo

Pues porque las mujeres postindustriales están exhaustas.

No solamente porque ya no sabemos convalecer sino que las mujeres convalecen menos.

Pasen y vean.


El esquema en peine

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Aquello que no ha sido debidamente simbolizado vuelve a aparecer en lo Real (Jacques Lacan)

freud

Recientemente un amigo me recomendó leer este articulo publicado en Tendencias científicas 21 donde ciertos investigadores concluyen que “cuando imaginamos nuestra actividad cerebral fluye en sentido contrario a cuando percibimos”. Lo que es lo mismo que decir que algo parecido sucede cuando soñamos o cuando alucinamos.

Me hizo gracia que los investigadores citados hicieran este “descubrimiento” a través de investigaciones de neuroimagen sin citar a Sigmund Freud que fue el que lo publicó en 1900 en un texto ya clásico conocido como “Interpretación de los sueños”. En él Freud explica como se construyen las imágenes oníricas en “marcha atrás” de atrás adelante (del inconsciente al consciente perceptivo) y a a través de un constructo que ha venido en llamarse “esquema en peine”.

peine

Freud utiliza un esquema, llamado “el esquema del peine” para explicar como se usan las representaciones y el afecto en el aparato psíquico. Este gráfico es parte de lo que se llama la I tópica Freudiana y en él podemos ver como el aparato perceptivo (izquierda y P) es por donde entra la impresión sensorial siendo M (en el extremo derecho) por donde sale es decir la motilidad.

Freud imagina el psiquismo como una serie de barreras o lentes (de ahi la apariencia de peine) a través de las cuales la impresion sensorial progresa desde lo perceptivo hasta lo motor. La barreras o filtros (Mn, Mn´ Icc, Pcc) que atraviesa contienen a su vez impresiones mnésticas, es decir memoria y cada uno de esos filtros está especializado en un tipo de memoria (asociativa, nominal, imágenes, recuerdos, etc). Las impresiones atraviesan el inconsciente (Icc) y después el preconsciente (Pcc) que ya es M, es decir motor llegando a la conciencia en el extremo derecho.

La 1ª topica freudiana.-

Freud emplea el término “tópica” (del griego topos = lugar), en sentido metafórico, para indicar que no se puede comprender el psiquismo humano sin un modelo espacial que nos represente distintas regiones con su modo propio de funcionamiento y sus mutuas relaciones.

Freud elabora su “primera tópica” en los últimos años del siglo XIX, la cual revisará nuevamente en 1920 (después de la cual no queda anulada la primera, sino que sería sustituida por la segunda).Dentro de la primera tópica encontramos: el inconsciente, el preconsciente, y el consciente.

El Sistema Consciente
Este sistema es el que nos hace relacionarnos en forma directa con la realidad a través de todo lo que percibimos.Las representaciones conscientes son todo lo que registramos ya sea afuera nuestro (lo que vemos, escuchamos, hacemos, etc.) como lo que pasa dentro (lo que recordamos, deseamos, sentimos, etc.).Por medio de la conciencia conocemos las cosas en forma reflexiva. Sin embargo para la teoría psicoanalítica no sólo el sistema consciente es el que percibe. También los inconsciente y lo preconsciente están presentes en el momento de percibir. Esa presencia hace que muchas veces la percepción esté distorsionada por algún deseo inconsciente que esté incidiendo.

El Sistema Preconsciente
Es el sistema situado entre el inconsciente y el consciente, separándole de aquél, la censura.Está formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías, etc. que no están presentes en la conciencia, pero que pueden hacerse presentes en cualquier momento. No hay que vencer gran resistencia para que se hagan conscientes. Cuando decimos por ejemplo: “Lo tengo en la punta de la lengua” casi siempre estamos haciendo referencia sin saberlo, a algo que está representado en nuestro preconsciente.El preconsciente funciona de acuerdo con las leyes de la lógica.

El Sistema Inconsciente
Es la zona realmente descubierta y en parte explorada por Freud, la cual él explica de la siguiente manera: “Denominaremos inconsciente a aquellas representaciones latentes de las que tenemos algún fundamento para sospechar que se hallan contenidas en la vida anímica…” , más adelante Freud profundiza afirmando: “Una representación inconsciente será entonces una representación que no percibimos, pero cuya existencia estamos, sin embargo, prontos a afirmar, basándonos en indicios y pruebas.”.

Partiendo del hecho clínico de la resistencia que mostraban sus pacientes al concientizar ciertos contenidos representativos de los que no tenían la menor idea, Freud explica : “Nuestra cotidiana experiencia personal nos muestra ocurrencias cuyo origen desconocemos y resultados de procesos mentales cuya elaboración ignoramos. Todos éstos actos conscientes resultarán faltos de sentido y coherencia si mantenemos la teoría de que la totalidad de nuestros actos psíquicos ha de sernos dada a conocer por nuestra conciencia y, en cambio, quedarán ordenados dentro de un conjunto coherente e inteligible si interpolamos entre ellos los actos inconscientes deducidos.”.

peine1

La idea original de Freud es que durante el sueño existe un cierre perceptivo y un cierre motórico, es así que las imágenes solo pueden proceder del inconsciente o del preconsciente, pero la idea es que entonces las imágenes oníricas siguen un camino contrario al de la percepción consciente. A este camino le llamó regresión.

La regresión sigue el camino inverso al que he descrito más arriba y va de atrás adelante: del inconsciente hacia P. Entonces alucinamos imágenes en la pantalla del sueño, imágenes que proceden del inconsciente y no de la realidad exterior.

Pero se le añade algo más: el efecto de la censura, es decir que en el preconsciente exitiría una especie de policía o guardia urbano que se dedica a disfrazar a las pulsiones (pensamientos, recuerdos, afectos) que proceden del inconsciente y que se hallan por tanto reprimidos pero que pugnan por emerger al plano consciente y motórico.

La idea es que todo lo inconsciente retorna pero no lo hace como pensaba Nietzsche como algo idéntico, sino como algo similar. Algo que se parece a aquello que se reprimió pero no es exactamente lo mismo.

El concepto se fundamenta en otra idea esencial de la teoría psicoanalítica: para Freud los contenidos que se alojan en el inconsciente y que representan a las pulsiones tienen un carácter indestructible. Eso significa que la represión nunca es completamente efectiva, en el sentido de que sólo logra encapsular el contenido, expulsarlo de la consciencia y empujarlo hacia el inconsciente, pero no consigue jamás aniquilarlo o destruirlo. En el inconsciente, estos contenidos conservan plena efectividad psíquica, es decir, lo reprimido está siempre activo e intentando permanentemente retornar.

¿Comprenden ahora porqué me indigné cuando leí el articulo que mi amigo me dio a leer?

Referencias bibliográficas:

Daniela Dentico, Bing Leung Patrick Cheung, Jui-Yang Chang, Jeffrey Guokas, Mélanie Boly, Giulio Tononi, Barry D. Van Veen. Reversal of cortical information flow during visual imagery as compared to visual perception.NeuroImage (2014). DOI: 10.1016/j.neuroimage.2014.05.081.

Sigmund Freud (1900): La interpretación de los sueños. Obras completas. Biblioteca Nueva Madrid.



Dinámicas paranoides: parejas y sectas

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cubero

Fue después de leer este post de mi amigo y colega Juan Rojo cuando recordé que el libro de Juan Cubero sesteaba en mi biblioteca y aunque lo ojeé en su momento decidí que era el momento de volver sobre él.

“El grupo paranoide” es un libro de texto que explora las relaciones entre la paranoia y su espectro, el paranoide, es decir las relaciones que establecemos entre nosotros, los humanos y que comparten con la patologia buena parte de sus dinámicas. Se centra sobre todo en el estudio de los fanatismos, las sectas destructivas, las politicas tiránicas, los nacionalismos excluyentes que afectan tanto a los Estados, como a, los grupos humanos y a las parejas que tienen en común sustratos y parámetros que comparten con la patologia -la paranoia propiamente dicha- algunos de sus dinamismos psicológicos.

La paranoia es según Kraepelin una de las tres psicosis, pero no fue descrita por Kraepelin sino por Kahlbaum, siendo Lasègue el primer psiquiatra que describió una de sus principales temáticas: la persecución. Lasègue creyó que estaba describiendo una enfermedad nueva pero más tarde Kahlbaum sugirió con razón que la temática del delirio no era trascendente y que el delirio de persecución no era sino una de las formas que puede adquirir la paranoia. Lo central de esta enfermedad es la creación y sistematización de una temática delirante cualquiera, algo que se vive con absoluta certeza y que lleva al individuo que la sufre a operar en base a los axiomas que la componen, asi, se han descrito subtipos de paranoia, invención, infestación, delirios nihilistas, mesiánicos, místico-religiosos, erotómanos, celotipias, envenenamiento, afiliativos, megalómanos, etc.

Casi ninguna actividad humana queda por afuera de la posibilidad de ser vivenciada de forma delirante. Y más: las ideas delirantes se contagian y es por eso que puede hablarse de “folie a deux” o de “folie de famille”. Todos los miembros de una familia o de una pareja pueden participar de un mismo delirio, aunque es cierto que siempre hay un miembro contaminante (dominante) y un miembro contaminado (dominado).

El espectro paranoide.-

Sin embargo existen constelaciones que no son abiertamente delirantes y que mantienen un cierto hálito, una cierta atmósfera paranoica, hablamos entonces de paranoidismo o de “paranoide”. En lo paranoide no hay delirio sistematizado sino una atmósfera recurrente “paranoica” sin que sea posible encontrar un tema delirante lo suficientemente intenso como para hablar de paranoia, incluso es posible que los temas fluctuen de uno a otro, sin cristalizar en nada concreto. Decimos entonces que el individuo vive en una especie de trema, donde aun no ha identificado a su perseguidor, a su enemigo o a su enamorado.

Lo paranoide es una paranoia recortada.

Ideas de referencia, divulgación de secretos, enamoramiento, plagio, influencia, maledicencia, o exclusión preceden aun en años a la aparición de un delirio verdadero haciendo verdad aquel aforismo de Clérambault que dice: “Cuando el delirio aparece la psicosis es ya antigua”

Dinámicas paranoides.-

Lo que caracteriza un vínculo paranoide son ciertos parámetros que se comparten con la psicopatología, y que podemos encontrar en los grupos paranoides, las sectas o las mismas mafias. Enumeraré los siguientes sin ánimo de ser exhaustivo:

  • Cohesión y adoctrinamiento.
  • Imposibilidad de abandono del grupo.
  • Culto a la personalidad del lider.
  • Cercanía e intimidad.
  • Aislamiento de la influencia externa.
  • Castigos a la disidencia y pedagogía de la lealtad.
  • Proyección de la amenaza al exterior del grupo.
  • Amor nepotista.
  • Dependencia.

Es posible afirmar que lo que caracteriza una dinámica paranoide es la expectativa de traición y los mecanismos que se ponen a punto -control, escrutinio y posesión- para evitarla o si ya se ha producido para castigarla, usualmente a través del ostracismo cuando no de la pena de muerte.

El amor y lo paranoide.-

Hay parejas cuyo funcionamiento se parece mucho al de las sectas: hay un perseguido y un perseguidor, usualmente un tirano doméstico que impone sus leyes, administra los castigos y lleva a cabo una pedagogía del sometimiento. Este tirano doméstico suele ser un hombre y sus víctimas sus parejas y los hijos.

Curiosamente toda esta vigilancia y escrutinio de la pareja que se conoce con el nombre de celos, se impone en nombre del amor, de la exclusividad y del asimétrico reparto de poder entre los miembros de la pareja.

Cuando se estudia este fenómeno del “maltrato de género” o de la violencia doméstica suele pasarse por alto esta dinámica paranoide, olvidando que para que exista un perseguidor ha de haber un perseguido. Y que las variables criticas están ocultas en la relación en sí misma y no en “el machismo del hombre” o en su patología. Si bien es cierto que alcohólicos y paranoicos forman parte de la patología clásica de estos abusadores, no es menos cierto que la mayoria de ellos no padecen enfermedad mental alguna. Dicho de otra forma, la patología no está en los cerebros individuales y hay que ir a buscarla en las relaciones que establecen estos hombres con sus parejas.

La mayor parte de los abusos proceden de tiranos sin patología mental alguna y probablemente estos sistemas de gobierno doméstico son más frecuentes que los casos extremos que estamos acostumbrados a leer en las páginas de sucesos de los periódicos.

nudo de isisEl nudo de Isis: ¿Es el amor un nudo o un don?

Y el origen está precisamente en el amor, una forma ambigüa del amor como el que aparece en ciertos amores patrióticos. Decir la “madre patria” es un ejemplo de esa ambigüedad, como si padre y madre se hubieran fundido en una especie de hermafroditismo mítico.

Todo el mundo sabe o intuye que el amor es un sentimiento al que casi todas las personas podemos tener acceso. Pero el amor no es un sentimiento de una pieza sino que tiene octavas o planos de desarrollo segun el nivel que la conciencia de cada cual haya alcanzado en su maduración personal.

Hay tres formas de amor:

1.- El amor en su octava mas baja, es afiliativo, nepotista y sectario. Está muy cerca de lo instintivo, muy cerca de lo animal y en él predomina lo fusional en el plano metafísico y lo territorial en el terreno etológico. En este tipo de amor el hombre siente que la mujer le pertenece como un objeto, como las tierras o su ganado y de ahi su conducta intrusiva, intimidatoria e impositiva, vigilante y desonfiada: la expectativa de traición -que es un temor- solo puede aplacarse con la intimidación. Sin embargo este tipo de amor no es exclusivo del hombre, las mujeres tambien disponen de este tipo de estrategias para con sus hijos, si bien los celos de las mujeres son bastante distintos a los del hombre. Los celos son pues la consecuencia de este tipo de amor entendido como un lazo que no puede desatarse unilateralmente, una característica que comparten con las sectas: nadie que entre puede salir y si sale es considerado como un traidor y condenado al ostracismo en el mejor de los casos.

En realidad se trata de un amor ilusorio en el sentido de que nadie puede poseer a nadie sin causarle estragos psíquicos y ni aun asi podemos siquiera bordear al otro en toda nuestra incompletud. La fusión a la que aspiran este tipo de amantes es de hecho imposible.

2.- En su octava media el amor es un ajuste o complementariedad entre dos personas que comparten un proyecto de vida usualmente a través de la institución de una familia y que comparten tanto el cuidado de la prole como las cargas familiares. Probablemente es el tipo de amor más frecuente en el mundo actual, al menos en nuestro entorno. Se trata de un amor sosegado y práctico, alejado de lo pasional y por tanto muy vulnerable a las rupturas que por otra parte se llevan a cabo sin el dramatismo que parece aquejar a los amores y apegos afiliativos.

3.- Por último el amor en su forma mas elevada no es ni un lazo ni una transacción sino un don. El que tiene acceso a este tipo de amor está a salvo de los celos y de los temores que suelen aquejar a los anteriores. Simplemente el amor se da con independencia de si se recibe o no. No hay cash ni contabilidad en este tipo de amor que paradójicamente es desapegado y tiene un retorno que no es consecuencia directa de la busqueda de retribución. Es un amor abundante y gratuito que no se agota jamás y que usualmente precisa de diversos sujetos y proyectos de vida en los que diversificarlo.

Este es el amor que cura.

Mientras muchas parejas han de conformarse con ser una secta y otras sucumben a la mitología del amor romántico, un lugar dificil de encontrar hoy que se han levantado todos los tabúes sexuales.

A la mitología del amor romántico se le adosó la mitología del amor libre que acabó desplazando desde la prohibición religiosa o moral hacia la prescripción sanitaria. Pero las cosas no son tan sencillas como parecen sino tan complejas como son. Ni siquiera el comunismo terminó de resolver el tema de las diferencias personales entre los miembros que hacen que unos sean más atractivos que otros y por ello más solicitados, incluso en un mundo libre de mercados. Algo así debería andar pensando Marx cuando en sus escritos afirma:

Oponer a la propiedad privada la propiedad general, puede expresarse también en la forma animal que busca oponer al matrimonio, la comunidad de las mujeres. Este es un comunismo tosco e irreflexivo. La envidia general constituida en poder no es sino la forma escondida en que la codicia se establece o se satisface de otra manera.

Sin contar con las contradicciones del modelo de amor romántico que colisiona frontalmente con nuestro estilo de vida:

  1. El amor romántico como modelo ideal a alcanzar, es decir una pareja exclusiva de por vida.
  2. En medio de una sociedad sin tabúes donde todo (cualquier oportunidad de goce es legítima) está permitido y cualquier mujer es de hecho accesible.
  3. En una sociedad donde la mujer ha desertado de su rol protector para la prole y del hogar que ha pasado de ser de un nido de amor a un lugar de paso (Gergen).
  4. Sin una moral colectiva que se oponga al deseo individual, el sujeto no tiene más remedio que dirimir en su interior las consecuencias de este conflicto echando mano de sus mecanismos individuales de resolución de conflictos. El dilema ha pasado de ser un problema social de control de individuos a un tormento intrapsíquico donde los celos son sólo una de las posibilidades de expresión.

Muy probablemente los celos son hoy un “genoma lag” es decir una conducta demostrativa que ha perdido su función de control sobre el territorio o sobre la progenie, más allá de eso, los hombres si quieren mantenerse sanos y longevos tienen que multiplicar sus escarceos sexuales con más de una mujer y las mujeres tendrán que renunciar a sus ideales románticos y multiplicar sus encuentros con hombres jóvenes y fuertes si quieren conseguir rejuvenecer. Cómo compatibilizar esta receta taoísta tan antigua como la humanidad con nuestros ideales industriales y románticos y sobre todo con la seguridad que el matrimonio monógamo ofrece a la mujer es un enigma que no me comprometo ahora a resolver.


Los cambios sociales y la psiquiatría infantil

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La Dra Maria Jesus Mardomingo es una de las pioneras en nuestro país de la psiquiatría infantil y una de las que comenzó en el Gregorio Marañon de Madrid a construir espacios para niños y adolescentes con problemas de Salud Mental.

El viernes pasado estuvo en Castellón en el Consorcio Hospitalario de Castellón donde impartió un seminario sobre el tema. Os dejo aquí el video de su exposición:


El poder de la mente

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El poder de la mente es el del conocimiento (Arturo Goicoechea)

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Fue leyendo este post de Arturo Goicoechea como se me ocurrió escribir este post. Es casi seguro que su titulo puede llevar a un cierta confusión. ¿Qué entendemos por el poder de la mente?

Lo que entendemos son un conjunto de cosas variopintas, de una parte todo aquello que conocemos con el nombre de parapsicología, telepatía, premoniciones, telequinesias, levitaciones y toda esa clase de cosas que parecen desafiar las leyes físicas y que sin embargo son un “cuerpo de creencias” que mucha gente sostiene aun sin pruebas. Al menos sin esas “pruebas” que prueban que un fenómeno existe. Lo cierto es que hay mucha gente que cree en ellas y eso necesita de una explicación.

Pero no es de esa clase de “poderes de la mente” de los que voy a hablar sino de esos otros que circulan por la red en múltiples formas: psicologías positivas, el “si quieres puedes”, el “mundo exterior es una alucinación de nuestra mente”, “la realidad no existe”, etc. Y sobre todo la idea de que la mente puede curar enfermedades, a través de ciertas creencias. hasta hay libros que hablan de la biología de las creencias y como estas configuran estados que se trasladan al cuerpo de forma que pueden llegar a enfermarlo. De manera que sanar sería una especie de decodificación de las vias que se sustrajeron para generar una enfermedad.

En todas estas ideas hay mucho de mito y algunas gotas de verdad. Voy a abordar esas pequeñas gotas de verdad, al menos desde mi propia experiencia. ¿Pueden enfermar las creencias?

La respuesta es si. Ahora bien, no todo el mundo cree sino aquello que encaja mejor con su biología, de manera que podríamos decir que creemos aquello que mejor empasta con nuestra dotación biologíca. Un ejemplo está relacionado con el sexo: las mujeres puntúan en evitación del daño mucho más alto que los hombres por lo que son más miedosas o temerosas y tienden a evitar antes las consecuencias del daño (físico o psicológico).

Mas que eso: tienden al neuroticismo y a la fatigabilidad más que los hombres y suelen ser más tímidas y más sensibles a la evaluación y exclusión sociales que los hombres. A cambio han desarrollado un rasgo de carácter que las compensa: son más agradables puntúan mas alto en agradibilidad) y son más sociables.

De manera que la mente de las mujeres está mejor diseñada que la de los hombres para alarmarse y/o encontrar amenazas alli donde un hombre no vería sino retos. Podriamos decir pues que las creencias de las mujeres están mediadas por un cerebro que tiende a alarmarse más que el de los hombres.

No es de extrañar pues que la evaluación -anticipación- del daño subjetivo que llevan a cabo las mujeres sea más alta que la que llevan a cabo los hombres y es por eso que algunas enfermedades relacionadas con el dolor sean más frecuentes en las mujeres que en los hombres.

Dice Goicoechea a propósito de la fibromialgia que esta enfermedad consiste en una disfunción evaluativa del cerebro respecto a la percepción de daño. Se trata de una idea difícil de pillar para lo que me va a ser necesaria una explicación previa.

Organismo e individuo.-

O lo que es lo mismo, nuestra mente y nuestro cuerpo (cerebro). Cada uno de estos entes tiene su propia lógica pero hay un mala noticia: la mente puede influir en el cuerpo pero no manda sobre él. No podemos interferir en nuestra digestión, ni rebajar nuestro metabolismo del azúcar, tampoco podemos disminuir nuestra presión arterial a voluntad, etc. Existe un cierre categorial -un agujero negro órgano-psíquico- que impide que nuestra mente pueda meter sus narices en los procesos íntimos de nuestro cuerpo. Dice Goicoechea a propósito del dolor:

El dolor es una proyección a la conciencia de la activación de determinadas áreas cerebrales. Está poderosamente influida esta proyección por expectativas y creencias, significados, condicionamientos previos. En función de todo ello el cerebro evalúa estados de amenaza y a partir de un umbral de consideración aparece el sentimiento doloroso. No podemos con la mente controlar el dolor ni ninguna otra percepción pero sí podemos trabajar nuestras creencias y expectativas y de ello puede resultar un cambio en los parámetros del dolor. Ni siquiera podemos controlar con la mente nuestras creencias. Sólo podemos aportar material informativo para que sea procesado, al igual que no podemos intervenir en la digestión. Nos limitamos a decidir lo que comemos (y en esto también cabría la discusión).

Tampoco podemos utilizar la mente para soportar a nuestra voluntad el dolor. Si el cerebro aprieta con la función de urgencia o apremio (una función neuronal como otra cualquiera) no podremos soportarlo.

Los poderes de la mente son los poderes del conocimiento. Desde el conocimiento nuestro cerebro gestionará acertada o erróneamente sus recursos defensivos intimidatorios.

En el beneficio atribuido al tratamiento multidisciplinar se lleva una parte considerable el efecto placebo. Hay abundantísima información científica sobre la modulación cognitiva del dolor. Sorprende que no disfrute de la misma divulgación que, por ejemplo, las fibras C:

  • Fibras C Son fibras nerviosas de conducción lenta, inferior a la rapidez de conducción de las fibras A delta. Son estructuras no mielinizadas o amielínicas, que responden a estímulos térmicos, mecánicos y químicos, y son llamadas nociceptores-C polimodales. Se calcula que existen alrededor de 200 fibras tipo C por centímetro cuadrado de piel. (Tomado de la wiki)

Y son estas fibras las que parece se hallan activadas en los casos de dolor neuropático, es decir en esas no-enfermedades o enfermedades huérfanas en el sentido de no saber sus causas.

¿Pero activadas por qué?

¿Quien o qué activan las fibras C responsables de llevar el mensaje de amenaza de dentro-afuera (del cerebro a la mente)

Las expectativas racionales de la población. Es decir lo que el público entiende qué es la razón por la que el dolor aparece, por ejemplo comer chocolate en las jaquecas o el estrés en la fibromialgia. En realidad lo que desencadena y fija la respuesta de dolor es la expectativa de daño, la disfunción evaluativa de la que habla Goicoechea que se configura a partir de las ideas (la publicidad) que emerge de los medios informativos y sobre todo de las opiniones de los expertos.

Y la opinión de los expertos es que la fibromialgia no se cura. Y eso es lo que suele suceder y las mujeres por las razones más arriba expresadas son sus principales víctimas. Las mujeres sufren más estas enfermedades porque evaluan el daño al alza aunque en realidad las mujeres poseen un sistema inmunitario regulado al alza, por eso viven más que los hombres y padecen más enfermedades autoinmunes.

El concepto de disfunción evaluativa de Goicoechea está relacionado con el concepto de “detector de humos” de Nesse con sede en la amígdala y viene a decir que las alarmas neurobiológicas están diseñadas para la supervivencia del organismo de tal modo que siempre es mejor que se disparen sin motivos que no lo hagan en absoluto. Es más eficiente un falso negativo y que no haya amenaza alguna que un falso positivo y morir en el intento. En un post anterior hable de este fenómeno cuando me preguntaba ¿Por qué vivimos alarmados?. No sólo es verdad que nuestras alarmas están reguladas al alza sino que necesitamos sentirnos alarmados pues una vez desaparecidas las alarmas ancestrales que mantenían ocupados nuestros sistemas de evaluación de amenazas externas, hemos quedado prisioneros de las amenazas simbólicas y prestamos más atención a nuestro cuerpo que al ambiente en que nos movemos. La mayor amenaza hoy en el hombre moderno está en su cuerpo si bien es cierto que vivimos en un mundo muy amenazante entre otras cosas porque los medios de comunicación nos transmiten continuamente la sensación de caos en el mundo si bien de forma hiperreal.

Pero lo importante es comprender que la evaluación de la amenaza en el dolor neuropático no la lleva a cabo la mente (el individuo) sino el cerebro (el organismo). La mente se limita a recibir las proyecciones de la vía del dolor hiperexcitada que después de salir del tálamo se dirige rauda hacia la corteza cerebral convertida en un sentimiento. El dolor cuando llega a la mente es ya un sentimiento y no más una percepción, algo la tiñe y la destiñe. El dolor adquiere un sentido, el que le da la mente y se acompaña del cortejo de síntomas afectivos unos y los propios de la fatiga los otros que suelen acompañar a la experiencia de dolor.

La mente no interviene para nada en ese proceso pero puede influir en la modulación del dolor, por ejemplo puede decidir quedarse en cama, tomarse vacaciones o pedir la baja laboral, ese es el trabajo de la mente pero no puede agarrar el mando del organismo a fin de quedar narcotizado a voluntad.

Dicho de otro modo: la mente carece de ese poder.

Pero puede negociar con su organismo miedoso y enseñarle a perder el miedo a aquellas cuestiones que siente como amenazas sin serlo. Es por eso que el conocimiento verdadero es el mejor tratamiento contra estos cerebros asustados y que la peor iatrogenia proceda de la falsa publicidad, de las promesas de curación o de las explicaciones exóticas sobre su etiología.

El blog de Arturo Goicoechea


¿Quién teme a las putas?

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Antes o después de leer este articulo rogaría a mis lectores que con fines absolutamente cientificos contestarán la siguiente encuesta:

Recientemente mi colega Pablo Malo ha iniciado una serie de post abordando el tema de la prostitución y añadiendo sentido común a ese debate sobre si la prostitución debe ser legalizada, prohibida o regularizada de alguna manera.

El debate que mantiene ocupados a buena parte del parlamento europeo se ha reactivado a partir de una ley sueca mediante la cual los hombres que utilizan estos servicios pueden ser multados. Los suecos dicen que esta medida ha logrado hacer disminuir la prostitución.

No sabemos como lo han medido, si por prostitución se refieren a la prostitución visible (la que se ejerce en la calle) o la que se refugia en lupanares. Tampoco sabemos las cifras de prostitución que había antes de ponerse en marcha la ley por lo que  es difícil saber si ha disminuido. Por otra parte tampoco sabemos si las putas suecas han emigrado ni dónde.

Todo parece encuadrarse dentro de la atmósfera moralizante en que vivimos de inspiración ginecocéntrica y que supone que la prostitución existe porque los hombres (malos muy malos) explotan a las mujeres (buenas muy buenas o pobres muy pobres) que no tienen más remedio que prostituirse para subsistir.

Dicho de una forma más clara: que las mujeres se hacen putas por necesidad. Naturalmente los hombresno compran sexo por necesidad sino por vicio machista.

Naturalmente que existe ese tipo de prostitución y también la trata de blancas o el rapto de personas más o menos sutil a las que después se las obliga a prostituirse. Pero el fenómeno de la prostitución es mucho más complejo, se solapa con el tráfico de personas o con la pobreza, tambien con la ignorancia o los traumas infantiles (crianzas descuidadas o con apegos inseguros), pero no puede reducirse a esta serie de hechos que en cualquier caso representan solo a una minoria de las mujeres que ejercen la prostitución.

Por otra parte siempre que pensamos en la prostitución pensamos en mujeres que se venden a cambio de dinero y aunque este es el fenómeno más frecuente, no hay que olvidar que también existen putos, (conocidos como chaperos), es decir hombres que se venden a cambio de dinero a otros hombres y el más minoritario mercado de los escorts masculinos para su clientela de mujeres liberadas y ricas, un fenómeno aun minoritario que no encaja demasiado bien en la concepción que tienen las feministas y las autoridades suecas sobre el asunto.

Lo cierto es que la idea de que la prostitución responde a la explotación de las mujeres por los hombres lleva mucha ventaja en el imaginario común de nuestra sociedad y se enfrenta con la evidencia de que la gran mayoria de los hombres han usado alguna vez los servicios de una prostituta y cerca del 32% de los españoles (según las encuestas que maneja el parlamento europeo) la usan regularmente.

No voy a repetir los argumentos evolucionistas que Pablo Malo ha recalcado en sus post sino para añadir otro punto de vista más relacionado con lo psicoanalítico.

El sexo, la mujer y el dinero.-

¿Conoces alguna cultura donde las mujeres hayan ido a la guerra para conseguir hombres? (Pablo Malo en twitter)

No cabe ninguna duda de que la mujer ha sido siempre un bien social, una especie de valor intangible por el que los hombres han pagado dinero o especies para poseerlas, bien fuera por su valor de trabajo, su valor para el placer o por el valor por su potencial genésico. Fuera como fuere la mujer llevaba adosado ancestralmente un valor por el que los hombres pagaban y pagan para hacerse con “sus servicios”.

Todo parece proceder según Freud dejó escrito en “Tótem y tabú” de una historieta similar a ésta: en las tribus primigenias, clanes más bien, había un hombre dominante que se encargaba de todas las hembras y acaparaba todos los recursos, en un momento determinado todos los machos del clan eran hijos del mismo padre, pero los hijos guardaban secretamente un enorme rencor hacia él, un buen dia decidieron darle muerte y quedarse con sus bienes y prebendas, tanto alimentarios como de hembras  Después del parricidio aquellos homínidos tuvieron un  arrebato de culpabilidad y se unieron más si cabe entre sí, propiciando las primeras cohesiones humanas que se fundaron así, sobre un crimen. La comunión y la sensación de “ir en un mismo barco” procede, en los humanos, de un crimen ritual perpetrado sobre un padre tiránico que acaparaba demasiados beneficios. Sea o no cierta la idea freudiana de cómo debieron suceder estas cosas algo de verdad nos queda de ellas por el rastro que todas las religiones han dejado en nuestro imaginario. Basta contemplar el acto de la eucaristía católica -que es en definitiva un acto de “comunión”- es decir de cohesión social que se perpetra sobre un ritual canibalistico. Comerse al padre es desde el punto de vista animista una forma de religarse, de comprometerse o de redimir un pecado, una falta anterior.

El caso es que estos clanes primigenios protegidos por un tótem -que era en realidad la victima propiciatoria de este crimen organizado por las bases- tuvieron que llegar a ciertos arreglos con respecto a los bienes que codiciaban: comida, poder y mujeres. Segun Freud, el Tótem -el antecedente y precursor de la familia tal y como la entendemos hoy- fue el que organizó el cotarro que hoy llamamos “tabú del incesto”. Los humanoides primigenios llegaron a un acuerdo entre caballeros y ungieron como intocables a las mujeres como manera de protegerse frente a las rivalidades que necesariamente emergerian de un totem poblado de buena carnes de jovenes hembras y de deseosos machos. La idea fue ésta: hay que conseguir mujeres de otros clanes a fin de mantener a las comunidades cohesionadas.

El problema -visto de esta manera- es que conseguir mujeres de otros clanes no era tarea fácil pues todos los clanes sentian a sus mujeres como dones de valor y se imponía comprarlas o cambiarlas por comida, pieles, adornos, o ganado. Se trata de una práctica ancestral que ha llegado a nuestros dias, conseguir una mujer no es tarea fácil y desde luego nada barata, una mujer vista desde esta perspectiva tiene un valor y ese valor es equiparable a lo que hoy entendemos como dinero.

El dinero es desde luego un gran invento porque sustituía a los incontables manojos de ganado, tierras, pieles u otros objetos que para pagar estos bienes hacian dificil el tránsito de cualquier viaje. Es por eso que el dinero como sustituto del trueque puede considerarse un hallazgo, pero el dinero tiene un inconveniente fundamental: alguien debe decidir qué dinero es de curso legal (es válido) y qué dinero es falso, se hizo necesaria pues una instancia que decidiera darle valor al dinero en sí, pues las monedas por sí mismas carecen de valor extra mas allá de su aleación, por eso se inventaron los Estados más recientemente o los Templos mas antiguamente para tratar de validar el valor del dinero. El oro era seguramente la matriz (como es hoy) de todos los dineros, lo que es lo mismo que decir que el Estado (en la modernidad) es quien valida todas las operaciones y canjes de dinero o de trueque entre unas personas y otras.

El asunto funciona bien mientras hay compradores y vendedores, hombres que buscan esposas y doncellas, amos y esclavos, trabajadores y empresarios. Dicho de otro modo el asunto funciona mientras hay dos polaridades en tensión y un tercero (el Estado o el Templo) que dan cuenta, median y salvaguardan estos mecanismos a través de una reserva de valor usualmente medida en oro o en capacidad de endeudamiento.

La mujer, el dinero y el incesto que prohibe el acceso a ciertas mujeres (niñas, o procedentes de la misma familia real o simbólica) se encuentran pues unidas por vinculos evolutivos y semánticos y perviven hasta nuestros dias. Del mismo modo la fascinación de la mujer por vender sus encantos al mejor postor sigue siendo uno de los motivos mejor conocidos y que gozan de mayor popularidad en todas las culturas. Todo el mundo sabe que las mujeres más bellas o consideradas más valiosas son “propiedad” de un hombre adinerado. Todo el mundo sabe tambien que la prostitución es un oficio muy antiguo y que sigue en nuestros dias tan vigente como cualquier otra cosa que ha logrado escapar a la vigilancia del Estado o al contrato social.

La mujer ha sido pues un objeto de intercambio mediado por el dinero y las costumbres que llevaba añadido un IVA, es decir un valor añadido al valor de las cosas en sí, era por asi decir un objeto de intercambio y de algo más: un intangible según que habilidades supiera desempeñar en la cama, en el campo, en el hogar, en la crianza de los hijos o en la fábrica.

Las cosas funcionaron así hasta la explosión de la modernidad (en realidad la hegemonía de las ideas románticas sobre la vida), algo se gestaba en el siglo XIX cuando las mujeres parecían no conformarse ya con este lugar a que las condenaba este estado mercantil de las cosas a través de la prescripción del matrimonio o el celibato. La histeria por ejemplo es un buen concepto para explorar como andaban las cosas en aquel siglo pues la histeria no es más que la condición de lo femenino en perfomance reivindicativa, una queja que lleva implícita una protesta. No deja de ser curiosa la historia de esta enfermedad y los vericuetos que Freud mismo trazó para eludir el problema (más que evidente) de que sus pacientes enfermaban de histeria cuando eran obligadas y señaladas por sus padres para cuidarles ancianos y enfermos. Es sorprendente que Freud no cayera en la cuenta -inventando trayectorias intrapsíquicas exóticas como la envidia del pene- de que en realidad todas sus pacientes no eran sino feministas precoces en pos de la reividicación de un papel más activo en el mundo que el que sus progenitores habían señalado para ellas, algo a todas luces injusto para la mentalidad moderna. Dicho de otra manera: aquellas mujeres querían dejar de ser objetos mercantiles para ser sujetos, sujetos de su propio goce sexual y sujeto de sus elecciones, de sus vidas. Como los hombres.

La cosa no estalló hasta los sesenta con aquello que vino en llamarse la “revolución sexual” algo que vino de la mano de la farmacología (el invento de la píldora antibaby) y no tanto de las opciones políticas o sociales. La pildora anticonceptiva puso en manos de la mujer una herramienta revolucionaria: ya no quedarian embarazadas al azar sino siempre y cuando ellas mismas lo eligieran. Esta elección de cuando y con quién cambió el mundo de una manera sutil, no tanto porque sus consecuencias fueran inmediatas sino porque la causas, sus efectos previsibles y sus efectos no deseados o colaterales (como siempre sucede con los fármacos) tuvo consecuencias a largo plazo sobre el imaginario de hombres, mujeres, niños , padres y abuelos. Porque ¿qué puede esperarse cuando el objeto pasa a ser sujeto? ¿Qué sucede cuando el trabajador no tiene empresario que le contrate? ¿Que le sucede al amo cuando el esclavo no le obedece? ¿Qué pasa cuando el deudor no paga su deuda?

Lo que sucede es que el sistema colapsa. Y en este caso lo que ha colapsado es la masculinidad. Ya no existen hombres-hombres pues ya no existen mujeres-mujeres salvo las putas que son las guardianas de la fantasía. La perdida de tirantez entre los contrarios ha dado lugar a una masculinización de las mujeres y a una feminización de los hombres que no se manifiesta sólo en gustos depilatorios y en la mentalidad más o menos isosexual, sino también en lo somático, lo hormonal y la caída de la fertilidad. Metidas en esta contradicción las mujeres han sido las peor paradas puesto que no tienen más remedio (lo hayan elegido o no) que cargar con las prescripciones sociales que les vienen impuestas por la sociedad en la que viven. Asi deben compatibilizar sus tareas de esposas con las de madres y trabajadoras, hijas y ciudadanas en una cuadruple jornada que dejaría agotados a un regimiento de personas esclavizadas en campos de algodón, mientras sus maridos poco influidos por estos cambios sociales y solo de rebote se escabullen todo lo que pueden de sus quejas que vuelven a ser protestas ya no histéricas sino psicosomáticas. Han dejado de ser putas lo que legitima a las profesionales.

En su tránsito de objeto hacia sujeto la mujer ha perdido el valor que la sostenía como objeto de intercambio y esa perdida -cuya causalidad las mujeres desconocen- tiene consecuencias dolorosas que, ellas en su extravío, atribuyen a los hombres que como pajes castrados asumen sus tareas con displicencia y distancia notoria. Se ha forjado un abismo de sobreentendidos entre hombres y mujeres del que sólo salen bien parados algunos: aquellos que aun son capaces de seducir a una mujer eficiente a causa de su dinero o probidad y algunas: las que son capaces de encontrar un hombre que financie su posición de sujeto social con ciertas garantías, algo que pueda hacer creíble un simulacro de emancipación. El resto de la sociedad de términos medios hemos salido malparados en esta demolición y aun suspiramos por una imposible síntesis de contrarios que con arreglo a los ideales de igualdad equipare a hombres y mujeres como si de un sexo gemelar se tratara.

El problema es que no existe síntesis posible en lo femenino y lo masculino de no ser que emergiera la utopia feminista de un tercer sexo.

En realidad las politicas de Igualdad han sido  paradójicamente las responsables del actual sistema de desorden sexual en el que vivimos. Pues la subjetivación de la mujer no ha hecho sino fragmentarla en distintas parcelas de sujetos diversos: de una parte la mujer puede ser una magnifica trabajadora o profesional igual que un hombre o incluso en ciertas profesiones mucho mejor que ellos, pero ¿cómo compatibilizar esta eficacia con el resto de sus pulsiones arcaicas de cuando era solo un objeto con valor de intercambio? ¿Como ser una buena profesional y desarrollar una carrera con hijos, marido y esa incansable pulsión hacia el atractivo, algo tan ancestral que parece abrumar a las mujeres de por vida? ¿Cómo dejar de sentirse insatisfecha si renuncia a su vida profesional por dedicarse a su familia o a la carrera de su marido?

Afortunadamente, la mayor parte de las mujeres no tienen una carrera que defender y el trabajo para ellas no es central a pesar de haber realizado ya el tránsito de objetos a sujetos deseantes con algunos peajes sobreañadidos en forma de insatisfacciones corporales, con los hijos, el marido o pareja o esa eterna pelea con la báscula, el rencor o los remordimientos por haber dejado de hacer esto o aquello, por las oportunidades perdidas. La mayor parte de las mujeres trabajan para aportar un segundo sueldo a casa con el fin de conseguir ciertos bienes materiales que con sólo un sueldo serian dificiles de conseguir, otras simplemente deciden no tener hijos y no vincularse a ningún hombre de forma definitiva, otras se consagran a alguna tarea masculina y adoptan algún hombre “femenino” que les haga de acompañantes, otras se dedican en cuerpo y alma a sus familias y renuncian a ser sujetos sin caer demasiado en la cuenta de que están reproduciendo un rol ancestral. Cada cual elige segun sus posibilidades de comprensión de este oscuro fenómeno que emparenta el valor añadido o intangible de lo femenino con el sexo, el dinero y las prohibiciones ancestrales que arrastramos desde la época de la caverna.

La crisis económica que vivimos en la actualidad puede ser definida como el pecado -la purga- por la realización de una transgresión incestuosa. El dinero sólo se emparenta con el dinero, lo similar (la mujer) con lo similar (el hombre). Gratis o pagando.

En resumen: la prostitución no es un problema y da igual lo que se haga con ella o su clientela, seguirá existiendo porque para resolver un problema no hay que inventarse soluciones, lo importante es saber por qué lo rotulamos como tal.

¿Para quien es un problema que existan las putas?

Un buen articulo sobre “prostitución femenina” de Maria Teresa Gimenez Barbat, aunque he de decir que no estoy de acuerdo conla conclusión. ¿En qué mejoraria el mundo si no hubiera putas?


Los números de 2014

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Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2014 de este blog.

Aquí hay un extracto:

El Museo del Louvre tiene 8.5 millones de visitantes por año. Este blog fue visto cerca de 480.000 veces en 2014. Si fuese una exposición en el Museo del Louvre, se precisarían alrededor de 21 días para que toda esa gente la visitase.

Haz click para ver el reporte completo.


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