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El empuje hacia la mujer

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“El empuje hacia la mujer” (la puissance a la femme) es una conceptualización que hizo Jacques Lacan y que opuso a la conceptualización de Freud sobre la “homosexualidad latente” que fue la explicación que Freud hizo del caso del profesor Schreber.

Siempre que tengo la oportunidad de hablar con un lacaniano le pido que me explique este concepto que intuitivamente tiene mucho peso en mi experiencia profesional pero nunca tuve ocasión de encontrar a alguien que me lo explicara bien. Y que no yo mismo sabría explicar.

Por eso le pregunté a Javier Arenas, cuyo libro -magnifico- “Manual de psicoanálisis para terapeutas” merecerá un post aparte, quizá el próximo. Me dijo:

El “empuje a la mujer” es un concepto que utiliza puntualmente Lacan en “De una cuestión preliminar…” (1958) refiriéndolo a una disposición del sujeto psicótico. Fink, en el capítulo sobre las Psicosis le dedica un epígrafe titulado “La feminización”. Prefiero este término por ser más freudiano, entendiéndolo como sinónimo de pasivización, en referencia a la disposición pasiva de lo femenino (y cita como referente al óvulo) frente a la actividad de lo masculino (y remite al espermatozoide). Más allá de lo delicado que supone en estos tiempos sostener tales postulados, es un concepto que Pommier desarrolla in extenso en su obra “Transferencia y estructuras clínicas” y que a mí me resulta operativo. La cuestión es que frente a la propuesta de Freud de que en la paranoia masculina lo que se juega es el amor homosexual por el padre, rechazado y proyectado afuera, y que ilustrará ejemplarmente con el delirio del Presidente Schreber que se resuelve en su conquista parafrénica de ser la mujer de Dios, Lacan se desmarca del enfoque pulsional y lo plantea en términos lógicos.

Va a ser el resultado del encuentro con el Padre Imaginario, ‘ese ser monstruoso’ dice Fink, y que yo prefiero llamar Padre Fálico, en oposición al Padre Simbólico, al que no se accede en la psicósis. Pommier le llamaba al padre del segundo tiempo. “Padre de la potencia”, y es el encuentro con esa potencia el que inevitablemente feminiza. Va a ser siempre una tesitura problemática que en la neurosis se jugará fantasmáticamente pero en la psicosis cobra otra dimensión, aunque no necesariamente conduzca a una salida transexual como Schreber.

Es el caso de aquel paciente paranoico que tras rebelarse contra su padre, a la sazón también su jefe, recurrirá a un encuentro sexual furtivo en la estación con un sustituto paterno al que le hará una felación. Cuando éste intenta besarle lo rechaza airadamente, “No te confundas, yo no soy maricón! A mí me van las mujeres”, dejando en evidencia que su acto no es del orden de un derivado pulsional cuanto un desagravio por su desafío a la autoridad paterna, haciendo de su felación un rendir pleitesía al Amo vicariamente restituido. Porque es cuando se pierde o se rebasa ese referente imaginario cuando deviene el descarrilamiento psicótico.

En realidad tampoco Schreber era homosexual, sino un hombre casado -sin hijos- que había tenido mucho éxito en su profesión y que se psicotizó muy tardíamente, hacia los 50 años. Freud resolvió este dilema proponiendo que se trataría de una homosexualidad latente, un concepto bastante manido entre psicoanalistas de segunda generación que siempre me ha parecido, un poco simplista y tautológico. ¿Por qué como saber si uno es homosexual salvo practicando la homosexualidad?

El desencadenamiento de Schreber es muy probable que se debiera a su éxito en su carrera judicial, hay que saber que el padre del juez era un médico rehabilitador muy importante en su época. Es verosímil pensar que Srchreber se sintió amenazado por ese padre terrible, ancestral o fálico en ese momento de su vida. ¿Pero por qué no anteriormente?

Por lo que se tampoco los lacanianos actuales estarían muy de acuerdo con la idea que identifica masculino con actividad y femenino con pasividad. Se puede ser muy pasivo y ser heterosexual ¿o no? Y al revés.

De manera que el caso Schreber amenaza con convertirse en un tótem del psicoanálisis a pesar de que ningún medico de los que escribieron sobre su caso le conocieron personalmente y hablan de oídas, incluyendo a Freud que construyó su hipótesis leyendo sus “Memorias de un enfermo de los nervios”.

Pero en el concepto “empuje hacia la mujer” hay más “tomate”, lo intuyo y por eso seguiré preguntando e investigando por mi cuenta. Pero me viene a la cabeza ahora un dato: los personas transexuales, transgénero y travestidos son más frecuentes entre los hombres que entre las mujeres.

¿Por qué ese empuje aparece sobre todo en el hombre?

¿Por qué es más fácil que un hombre se feminice que una mujer se masculinice?

¿Por qué es más fácil que un hombre se feminice que lo haga una mujer?

Más allá de eso ¿qué significa feminizarse sin emplear -por favor- la palabra “pasividad”?

Saber más sobre el caso Schreber

 


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